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Caricatura 1
Caricatura 1
Caricatura 1
La caricatura tiene su origen en el norte de Italia de finales del siglo XVI. Era usada para
retratar a los turistas que visitaban la zona.
Actualmente, a parte de recuerdo turístico, es muy usada para hacer sátira política en revistas
e historietas.
La primera cosa que debemos hacer para empezar a realizar la caricatura es observar la cabeza
del retratado. Debemos clasificarla según su constitución: puede ser un rostro duro
(musculoso con las mandíbulas muy marcadas), delgado (pómulos muy prominentes), delicado
(de líneas suaves y curvas), mental (frente despejada y prominente), rechoncho (muy abultado
y grueso),etc.
Una vez ya sabemos quien tenemos delante estudiamos sus facciones más marcadas. Miramos
los elementos que más nos llamen la atención.
Empezamos por los ojos. Estos pueden tener muchas formas y dimensiones: pequeños,
grandes, rasgados, entrecerrados...
A la izquierda mostramos tres ejemplos que podemos obtener según la posición que tienen los
ojos en la cara.
Las cejas reflejan el estado de ánimo de las personas. Según la inclinación puede mostrar
enfado, sorpresa, tristeza, alegría.
Si la persona que retratamos tiene las orejas salidas debemos aprovecharlo para exagerarlas
mucho más en la caricatura.
En caso de tener las orejas muy pegadas a la cabeza las podemos, simplemente, esconder en el
dibujo.
Los dientes son otro factor a tener en cuenta cuando realizamos retratos caricaturescos.
Podemos dibujarlos desde los más simples (sin definir los dientes), detallar los dientes
delanteros, dientes pequeños, mellados.
Un recurso gráfico que utilizan los dibujantes de ilustraciones humorísticas para resaltar la
maldad o bondad del ilustrado es situar los dientes en una posición u otra.
Si los dientes salen de la mandíbula inferior refleja males algurios, en cambio si son dientes de
la mandíbula superior nuestro personaje toma un aire pacífico y de buena persona.