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ala : epistemologia freudiana paullaurent assoun pasts El psicoanGlisis -ademas de ser método de investiga- cién del inconsciente y terapéutica de la neurosis— representa también un tipo especial de produccion tedrica, cuyas modalidades Freud definio y perfec- cioné. ———> Se trata de comprender -dirliamos la sintaxis de la teoria freudiana. Para esto hay que abordar el psico- andlisis freudiano como un tipo especifico de (que se autodesigna ciencia), y procurar determinar el conjunto de los modelos que contribuyeron a su consti- tucion. Asi se abrird el camino a una epistemologia freudiana; una reflexion acerca de los principios propios de la pro- duccién del saber analitico. El estudio de los principios epistemolégicos de Freud, se- guido del andlisis de los modelos histéricos a los que se | tefiere implicitamente su metapsicologia, esclarece la | influencia de cierta concepcidn de Ia racionalidad que ‘sobredetermina el objeto freudiano y revela, de paso, como subvirtié Freud aquellos modelos, hasta alcanzar lo Inédito. P - Paul-Laurent Assoun es doctor en filosofia, diplomado en psicopatologia y psicologia clinica, INDICE PREFACIO: POR UNA EPISTEMOLOG[A FREUDIANA 9 INTRODUCCION 16 Estado del problema, 16; En Alemania, Freudismo y axio- logfa, 17; En Francia, Freudismo y fenomenologia, 21; E: 5 » 21; En | Estados Unidos. Freudismo y conductismo, 31 é os PRIMERA PARTE: LOS FUNDAMENTOS EPISTEMO- LOGICOS DEL FREUDISMO 1. EL FUNDAMENTO MONISTA 41 1. El rechazo de la querella de los métodos, 41; 2. La interpre- tacién es una explicacién, 44; 3, El psicoandlisis es una Natur- wissenschaft, 45; 4. El postulado reduccionista, 48; 5. EL i rechazo del dualismo, 50 : 2. EL FUNDAMENTO FISICALISTA 53 1. El psicoanilisis, quimica de Jas pulsiones, 53; 2. Las refe- rencias fisicoquimicas, 56; 3. Genealogfa del modelo fisicoquf- mica: el modelo de 1840, 60; 4. El conservadurismo epistemol6- gico de Freud, 66. 3, EL FUNDAMENTO AGNOSTICISTA enealogia del agnosticismo freudiano: Freud y Du ond, 69; 2. En jas fuentes de la metapsicologia freudii Mach, 74; 3. Metapsicologia ¢ imaginario tedric jeren freudiano, 90 . RTE: LOS FUNDAMENTOS HIST METAPSICOLOGIA FREUDIANA — TOPICA, EL MODELO BRUC : haft, 100; 2. LO INEDITO DEL OBJETO , inte y su Darwin, 199; 5 on ha ; Haeckel, 195; 4 lenguaje por el c I aber ¢ ibilidad ys producir ¢ 2 z ‘ ‘ & d a7A) leza I | ‘ e] nombre propio de Freud par istémica? Semej yecto {no pr Freud no podri no entendemos istemologia Tx freudiana_una, nio, tema cpisiemologla que trateria de gemerae/ 1 modo por & d a Freud « de ning F 4 1 que tomaria n arantia esencial, en la me | 7 na est4 en juego, ¢l quien forja su epistemologia pensando su 1 cientifica. gNo es él quien pre lama sin cesar el llamando Ja cosa por su_n enschaft)? Cojamosle psicoanal is es una ¢ jencia vy; E a aturaleza (/Naturwi rE WOanali5is t roduce, y produce = al mismo tiempo las condiciones re fle xivas inmanentes a su propia produccién. La ambicidn de este libro es comenzar a soli: En efecto, si bien esta cientificidad se produce en Freud y en ninguna otra parte, Freud nunca Ja teoriza por sf misma. En cote sentido, puede decirse que no necesita para nada un discurso epi temoldégico sui generis. Pero, en cierto: ita la necesidad de formular una espec molégica a la vez notablemente ¢ otra parte, momentos ¢ experi de platafor rma epis explicita y excesivamente con 5 practica en una i generis para la cual produce un neologismo:. |a riza ‘disciplina” Por dltimo, no podria hacer otra cosa, forjando ginales de su saber, mds que construirlo refi 4ndolo a través ¢ los modelos ue inscriben e] saber freudiano, uccién, dentro del universo epistémico de su t epistémicos n su modo mpo. Por i texto introductorio de Pulsiones y destinos de pa gg tuidiadde infra primera parte, cap. 3. Véase también “E! ja Sb ia (913), qué piiedé considerarse como « pes on wie la ¢ temologia freudiana (cf. nuestra traduccion 1960), Mz, Coleccion “Les classiques des sciences f mani humai problema més fu nt il forjar un I | e adhier t i recordarem ul ter { | q tendi¢ parar | i método { i t le D r Fra { t f diamo y del puicoa Pp basta con verificar: tar | psicoanalftico una “doctrina le repu cierto que el efecto invar del “rf ducir, tra utralidad aparente, una epist f y o/y exdgena al hum 0 Esto asigna clarament entido propi iro f no completar o enriquecer par tore sus titulos de nobleza rie ment envenenado, como nos lo er | yi r entrar Jas ‘vi del nig fue lo de Tr En este sentido, el pr provec hur nuestra investigacién anter jones de Preud con la filosoffa.” Pudimos ad vertencia diane “una metaf fri mundo futura el price Esa es Ja ‘el_psicoandlish solemne a tk que tendiera a reivindicar to, 5 fundamen orrel ac de la atone ea como complemento”.* mia te Jara da se” rica qué reivir Pero al mismo infra, introduccion ® Freud, la philosophic et L Universitaires de omo la preserntc cada ver i fin de mostrar Freud hasta la posture freudia na respecto del saber ambién Preud Vietzsche, rUW, 1980 * Op. cit., p. 728 ® Carta « Jung del | 3 } se lo coloca en su horizonte. 12 POR UNA EPISTE MOLOGIA FREUDIANA mas alla del saber en donde se sittia la metafisica. Para hacerla explicita, conviene volver a la reivindicacion de cientificidad ale. gada por Freud cada vez que quiere definirse. Este es cl eje de la presente jnvestigacion. : BS Pero conviene no restablecer, a través de la seduccién de una formalizacién del saber freudiano, la tentacion de completar los logros freudianos. En ese caso, el ordenamiento epistemoldégico restableceria la estrategia de las sintesis filosofantes, simplemente desplazada y disfrazada de lenguaje positive. Freud se defendid muy pronto contra semejantes tentativas.’ Mostraremos que pre- cisamente lo que se les puede reprochar a la mayoria de los en- foques anteriores del saber analitico es dejarse llevar por un afan de acabamiento.* La fidelidad a la letra en la que se define el saber freudiano nos protegera contra esa tentacién. Pero aqui surge un nuevo obstdculo: esta fidelidad a la idio- i ja histérica de Freud {no tendra por resultado reducir el diano bajo os. Mi hecho, después de recordar los elementos histéricos en los pre- facios de exposiciones sobre el psicoandlisis, se afade apresura- damente que Freud es otra cosa. Es cierto que lo inédito freu- diano rebasa notablemente sus modelos, pero precisamente no habria que temer ninguna relativizacién del mensaje freudiano si de introduccién freudiana. Y de hecho, veremos que capié, en las paginas siguientes, €n a del saber freudiano. Pero : a acepta y el alcance de ese historico. No Beeson ten fects : eee i No os conten- Bee bis reins POR UNA EPISTEMOLOGIA FREUDIANA meteoros unos nombres olvidados que alimentan la inagotable crénica pintoresca del camino y de los allegados freudianos. Entendamos mucho més radicalmente por histdrico el modo C itucion genealégico del saber freudiano. Aqui, un cata- practica, pues en cierto modo estén integrados en ella. Hablare- mos de referentes para designar esas redes que, en cambio, no ‘estan simplemente inducidas de practicas de efectos epistemols- gicos, sino que se ptesentan como teorias, metodologias, verda-_ deras filosofias de las ciencias, incluso doctrinas —razén_por la cual se escriben en ismos, Como por ejemplo el machismo, que es la infatigable teorizacién de la practica de los sabios por Ernst Mach,” como el monismo de Ernst Haeckel, que eleva la ciencia al rango de concepcién del mundo." Si la evocacion de los precedentes se qued6 en la modesta fase de “resefia histérica”, fue precisamente por no haber seguido hasta el final, en sus efectos complejos, la filiacién de Freud con la episteme de su tiempo. Por eso se tiene la impresién de que hay que dar un salto arbitrario para pasar del origen de Freud a su realizacién. Se pasa, sin haber comprendido muy bien por qué prestigio, de un Freud profundamente sumido en los proble- mas de su tiempo, hijo décil de ese saber, al Freud emancipado convertido en si mismo, “fundador del psicoandlisis”. Bruscamen- te, al parecer, el mundo del origen ha desaparecido. ¢Dénde que-— d6, cémo encontrarlo en el mundo nuevo asf emergido? ose Fsa es Ja tarea previa de una epistemologia freudiana: llevar a cabo un trabajo preciso de Jocalizacién histérica que nos leva a través de transiciones y rupturas, hasta la frontera en © Véase infra, segunda parte, cap. 1. 19 Véase infra, segunda parte, cap. 2. skye Ilr en pen 5 re eereeim. en particular el capitulo final. 1307 AeFELSNT e 14 POR UNA EPISLEMVLAGITA FREUDIANA conformidad de los lenguajes desemboca en lo inédito del ob- iin un sentido, eso puede leerse como un cuadro de las “in- fluencias”, y por lo menos en ese nivel el trabajo nos pareceria Gtil, en la medida en que la puesta en situacién sinéptica de las influencias epistémicas en un espacio global permite ya por si sola apa nespecic de figuracién del lugar freudiano. Pero nos asigna- ‘mos més bien la tarea de reconstituir sincronicamente un espa- ‘cio donde se vuelve visible la l6gica de la derivacién que con- duce al saber freudiano. Esto supone, pues, un enfoque geneal6. “gico de los modelos y de los referentes epistémicos de Jos cuales el saber freudiano toma st_ terminologia y su conceptualizacién. "Si seguimos paso 4 paso et proceso de esta modelizacién, esta- ‘ remos en condiciones de delimitar mejor nada menos que lo “jnédito freudiano. En efecto, esos modelos _y referentes,. lejos de_ ‘inédito freudiano. Hn_etet™ ‘ser_patterns seryilmente copiados, funcionan_ como patadigmas gracias a los cuales se refracta el lenguaje de lo inédito, hasta tal punto que ignorar esa mediacién es empobrecerlo. Si, por el con- trario, la seguimos, lograremos presenciar la constitucién, como en filigranas cada vez mas nitidas, del verdadero rostro del saber + Por tanto, no hay por qué temer desencarnar la revolucién freudiana consideréndola desde la perspectiva del saber, puesto que es desde ésta como se complace en definirse: tomemos nota de que, aun si el psicoandlisis es otra cosa que un saber, también es por lo menos ¢s0, y Freud no concibe de otro modo su inter- pues, “ sia freudiana” la inves-_ temor de secar, convirtien: inédito o inaudito, ies que POR UNA EPISTEMOLOGIA FREUDIANA ID aun proyecto vecino, pero en el fondo diferente, que podemos designar como “epistemologia del freudismo” (introduccién) . La investigaci6n propiamente dicha tocaré la episteme freu- diana por su formalidad (primera parte), luego por su contenido (segunda parte). Entendemos pot Otmetcde tes Brno pics. Dasicos Gicetteic hace suyos desde el principio: se trata de las tesis fundamentales que estructuran su discurso sobre el saber, prototesis tan origi- narias que son por asi decirlo los lugares comunes del discurso freudiano sobre el saber. Pero a cada uno de los tres pilares de ese edificio, asignaremos 10s Modelos y felerentes que permiten precisarlos, indicando, tras las tesis aparentemente circunstancia- les, el funcionamiento de lo que est4 en juego en el fondo y que los condiciona. é Pero, sobre el fondo de esas tesis previas, se destaca el objeto. epistémico sefialadamente freudiano, a saber la metapsicologia, ¥: neologismo que indica su originalidad. Después de haber anali-_») zado su método (primera parte, cap. 3, parr. 2) como resultante | - de las prototesis anteriores (caps. 1-2-3, 1), exploraremos siste- { ° maticamente sus tres direcciones cardinales_o puntos de vista ° constitutivos en la segunda parte, o sea el punto de vista topico __ (cap. 1), dindmico (cap. 2), y econdmico (cap. 3), asignando a cada estrato y subestrato el modelo légico-histérico que lo sub- tiende. En ese momento habremos alcanzado los limites del campo E freudiano del saber, lugar de demarcacién de su interior hist6- § rico (que también es su exterior histérico). En efecto, sugerire- mos el despuntar de lo inédito del objeto de la trama misma de la conformidad de los lenguajes. En ese lugar preciso termina legitimamente lo que se titula introduccién a la epistemologia freudiana.* | | 15 Esto es asignar su estricta funcién al escrito que’ sigue: se trata de introducir al saber freudiano indicando los modelos de derivacién 1 los que se arraiga su aspecto inédito. Por lo tanto, se detiene en los fines de ese aspecto inédito. Vale, pues, como introduccién © to de trabajo para otro proyecto, que equivaldria a estudiar el de construccién metapsicoldgico (tratado de epistemologia freu atin esté por escribirse). INTRODUCCION ESTADO DEL PROBLEMA i isis no necesita _una_epistemologia, la tiene, y eso El panalisis _| es lo se llama propiamente freudismo: basta con objetivarla emer. Pero entonces surge la pregunta: Zpor qué resulta itil escribir en 1981 una introduccién a la epistemologia freudiana? EA qué se debe que, a pesar de las importantes tentativas, la in- ‘ ién misma, en lo que tiene de elemental, haya sido apla- _zada en forma tan curiosa? ,Cudles son los obstaculos, episte- _ molégicos e ideoldgicos, que, en particular en vida de Freud y odo de fundacién, el que va hasta la segunda guerra opuesto, discreta pero firmemente, a plantear esa s, seguramente, por no haber esbozado, desde la psicoanilisis, una epistemologia sobre el psico- ‘incluso que muy pronto naci6 ese tipo nuevo del is, afanoso de ir mas lejos el camino de la sistematizacién. del saber precisamente sus cartas de nobleza epis- a a hacer, algunos de los que se FREUDISMO Y AXIOLOG[A 7 empresa en el periodo de fundacién que nos interesa, y con situar los modelos de desciframiento epistemolégico que les corres- ponden. “ Die ch 1. EN ALEMANIA. FREUDISMO Y AXIOLOG[A Una tentativa particularmente significativa a principios de los afios 30 es la de Maria Dorer. Su libro publicado en 1932, en Darmstadt, los Historische Grundlagen der Psychoanalyse, repre-_ senta una de las tentativas m4s serias por definir los fundamentos _ historicos del psicoandlisis freudiano. Maria Dorer evidenciaba jos modelos epistémicos surgidos principalmente de la psicologia alemana y aplicados a la concepcién freudiana del psiquismo. Si- guiendo a Luisa_von Karpinska,? evidenciaba_en_particular_la_fi- liacién del psicoandlisis con la psicologia surgida de Herbart, que habria “Tlegado hasta Freud por medio de sus maestros vieneses,, seat ticular Meynert.* También tenia el mérito de inaugurar una reflexién sistematica e informada sobre el origen de los conceptos freudianos en una época en que proliferan ya las Weltanschauun- gen que se alojan sin escrdpulos en el psicoanilisis, relegando en el olvido o bajo un diagnéstico sumario esos origenes. Pero he aqui el precio revelador de esa tentativa: gqué es lo que subtiende ese esfuerzo por arraigar a Freud en su humus histérico? Marfa Dorer no lo disimula cuando formula sus con-_ clusiones severas. Segin ella, Freud, atado a sus origenes mate-_ 18 ~ ae unos callaban obstinadamente esa hetep. Reve. . — ed otra de repuesto, ella exagera cae ts es Freud a su indigno origen epistémico. Por ende, Sate frit de nuestra investigadora, se desenmascara al culpa. en el — materialismo que condena a Freud a una ceguera axio. BS iecucahle. Se le atribuye el limite absoluto del psicoanilisis, Yel remedio aparece en concavidad; para curarlo de esa im. perfeccién, no habria que operarlo de esa catarata infundiéndole un suplemento de alma? —lo cual supone la ruptura con el Cees notable de investigaci6n positiva enteramente ani- mada por una actitud expletiva. Al mostrar los origenes, el dis. curso descriptivo se vuelve diagnéstico: el psicoanilisis freu- diano noes y nO podria ser mds que eso: un nuevo avatar del, ‘hartismo. Por lo tanto, su identidad tan sdlo es recuperada para ser negada mejor: el resultado y la finalidad de la fidelidad histd- rica es abolir lo inédito freudiano. Tentativa que anuncia ya el vinculo que se ha forjado entre el problema del saber freudiano y Jo que esté en juego axioldgi- camente, y eso por mucho tiempo. yealiz6 un interesante intento por relacionar el is con sus referentes propios. Interrogéndose_en 1936 acerca de Ia concepcién freudiana del hombre a la luz de I antropologia# Binswanger sitia su eje en “la claboracién de del ‘homo natura’ en una teoria naturalista”.’ Dicho de , el hombre se captaria~en-su-inmanehcia pura, como Boel es lo a —- al psicoandlisis al mo: eg wwissenschaften: “El proceso dialéctico de te duccién que Freud utiliza como medio metodoldgico para la cons truccién teérica de su idea del hombre es, hasta en sus menores La. el fed Jas ciencias naturales,” * 2 clara adjudicacién a Freud de su identidad naturalis — i Por consiguiente confirmarle su origen: “El opti a ta ; Y, con esta nueva figura, restrictiva, helo aqui en el -t Op. cit, p. 210. FREUDISMO Y AXIOLOGIA iz gunda mitad del siglo xix y de principios del siglo xx”." Asf, Bins- wanger tiene el mérito de pensar ese origen no como una contin- gencia, sino como la marca de la que deriva la fuerza misma del mensaje freudiano y su originalidad: “La doctrina freudiana debe su fuerza conquistadora a ese optimismo intelectual de las cien- cias naturales, a la idea del homo natura arraigada en él y_cons- truida por él, invulnerable a todas las influencias no naturalis- tas... el homo natura constituye el problema cientifico en que el genio de Freud se verificd, el edificio cientifico que erigié con una inflexibilidad y una resistencia asombrosas a partir del sia terial cambiante de la vida humana,” * Sélo que, como se ve, ese reconocimiento apreciable del ori- gen epistemoldgico de jure se acompaiia inmediatamente de una evaluacién ontoldgica. La primacia epistemolégica de la Natur- wissenschajt se deriva con una inmediatez falaz de un naiura- lismo, de tal modo que se le atribuye a Freud una antropologia al_ mismo tiempo que su epistemologia. Esta se concibe, por lo tanto, como la traduccién de una ontoantropologia. De este modo, Bins- wanger indica por lo demas un problema importante, pues ¢s cier- to que al inyestigar la epistemologia freudiana tendremos que bus- car su mévil y su extremidad en un campo que, de hecho, apunta hacia un naturalisro.” Pero precisamente lo que es un problema se yuelve en Binswanger la huella inmediata de vasallaje. Por esta raz6n, sefialémoslo, la epistemologia freudiana no podria ser un problema para Binswanger: es una determinacién. Lo que esta en tela de juicio es la superacién de las presuposiciones episte- moldégicas y ontoantropoldgicas de Freud —a lo cual Ja anali- tica existencial inspirada en Heidegger brinda la alternativa sa- ludable. f Asi, por una parte la figura freudiana del homo natura se CO-— x loca en la serie de sus hermanas goetheana y nietzscheana; por otra parte, el naturalismo se vuelve el signo de una restriceién: el olvido de la dimensi6n existencial: “en su doctrina no insiste principalmente en el cambio de la existencia, lo que en el cambio permanece igual a si mismo, la % Op. cit, pp. 210-211. ® Véase infra, primera parte, caps. | y conclusion, las asi omo Ia genesis, segunda parte, cap. 1. Op. cit., p. 224. 20 ae Jos naturalismos indigentes, junto con Pavlov, Bleuler y Von Mo. nakow...* A causa de esto, su origen (que, hasta ahora, constituia sy fuerza) rebota hacia él como una tara de la perspectiva existen. cial: “Freud estudia al hombre con la misma ‘objetividad’, Ja misma devocién existencial por el ‘objeto’ con la que estudid, en de Bricke, la medulla del amoceto de _lamprea,~ ‘el laboratorio de Briicke, en este caso con la ayuda del ojo aguzado por el microscopio, en el otro con ayuda de su ofdo aguzado por su ‘sentido’ y su ‘genio’ infalibles para las ‘condiciones humanas’. En lugar de Ja comuni- cacién recfproca, ‘personal’ en Ja relacién entre-nosotros, aparece Ja relacién unilateral, o sea no reversible, del médico y del pa- ciente, y la relacién atin mas impersonal del investigador y de su ciencia de objeto tedrico de jnvestigacién.””? ae ~ El diagnéstico final de Binswanger es, pucs, restrictivo: “la la naturaleza, como lo sabemos ahora, no constituye .d de la experiencia del hombre por el hombre”. Asi, instala en la objetividad freudiana junto con el que la sobredetermina; la ambicién de “cons- : “destruccién de yr lo tanto, Ia evocacién de su origen episte- resultado una relativizacion desvalorizadora: | Imite universal del ‘‘método de las ciencias que es comenzar por reducir el mundo a un de sentido, para luego dejar que el hombre ’ ese hecho artificialmente objetivo”, lo PROEUPIOREY | Se eee eee Asi, el interés por la cpistemologfa que acttia en Freud no podria ser indigena: procede de una voluntad de apartar la mirada freu- diana de su oscurantismo naturalista. 2. EN FRANCIA, FREUDISMO Y FENOMENOLOGIA En Francia, es ¢l libro de Roland Dalbiez el que establece desde 1936 el desciframiento epistemolégico del psicoandlisis freudia- no. Ese desciframiento se presenta resueltamente duslista. El titulo del libro lo proclama: La Méthode psychanalytique et la Doctrine freudienne.” Segin Dalbiez, es saludable para el fu- turo del psicoandlisis distinguir la suerte de uno y otra. Y toda su demostracién tiende a mostrar que su suerte es distinta, que las més funestas confusiones nacen por no respetar esa distincién. Es importante conocer la argumentacion de Dalbicz - o de la resa con una sinceridad_ reve! que sera cl ‘fon postura francesa frente _al_psicoandlis ante mucho tiempo. “ipio la * iaoresia come y decepcionante” q , dejo la lectura de los escritos de F; De donde saca la conclusién de que no hay que escritos freudianos para “formarse una opinién (exacta) del psi- coandlisis”,"” El error fundamental de Freue Gn I i e “considera su sistema como un bloque a_cl claramente_ étodo de su como I ina fre 22 Laennec declaraba: “Hay una diferencia muy grande entre ¢ método de Hipdcrates 0 SU manera de proceder en el estudio de la medicina, y su doctrina, o la exposiciGn de las relaciones que escogid, y desde cuyo punto de vista considerd las enfermedades, Su método debe seguirse universalmente porque €s prescrito por ‘Ja_naturale Jas cosas: en cambio, su doctrina, 0, lo que ¢ Jo mismo, sus ideas sistemdticas, pueden ser adoptadas 0 recha- zadas, porque no ¢s sino un marco destinado a poner orden en Jos hechos. ..”** Dalbiez _adopta frente a Freud la misma actitud que Laennec. asumia_ frente a Hipécrates, utilizando los_mismos” Asi, esta adhesion condicionada a Freud encauza a la psiquia- francesa en una relacién trunca con Freud en persona. Deci- dié desde el principio aceptar a lo sumo el psicoandlisis subs- tratdo del freudismo. Desde este punto de vista, Dalbiez, lejos un caso aislado, resume una actitud ya antigua en 1956, aay print articulos consecuentes tienen més de veinte de sido publicados y la primera sociedad psicoanali- n més de diez afios de haber sido fundada. Esta for de Ja relacién con Freud y con el psicoanilisis explica muchas actitudes: se comprende por qué, en el momento que nace la Sociedad Psicoanalitica de Paris, la mayorfa de 8 ‘tundadores van a buscar la formulacién su identidad en el grupo de Ja “Evolucién psiquidtrica”’, sin i demasiadas contradicciones: ise habfan adherido al alice md oa la doctrine frendians) Asimismo, 8¢ do ie i isons, que anecdético de ese rechazo famoso fundador de la Revue francaise de psychana- de que apareciera el nombre de Freud en el 6rgano de la P. {Ingratitud? Simplemente indicio de que el freudismo no net con el psicoandlisis, que se podia, en Ta entre las dos guerras mundiales, é yk yREUDISMO Y FENOMENOLOGIA oF todo. Es verdad que no se reconoceré tan crudamente como Dal biez que habia que corregir a Freud p con” sroducir una “expos auténtica del psicoandlisis, que habia que proceder a una “reyalorizacion” ™” apoydndose en las partes débiles, aquellas en que la doctrina compromete la fecundidad del método, Pero eso dejara una secucla considerable: se habré abierto una brecha en- tre cl _método analitico y Jos cimientos cpintemolégicos freu dianos. ~~ Desde entonces, la metapsicologia se logia sospechosa con su doble, la meta “sera reducida a la arbitrariedad agociara como Una ande sica, La teorla freudiana sera de un sistema personal, relacion nado con la idiosincrasia de Sigmund Freud; a causa de esto, ef rico método y sus logros parec eran como suspendidos en el aire. Habr4 que construirles un apoyo para evitar que caigan en el sinsentido teérico. Bsa es una buena razon de no estudiar la identidad epistemolégica de la que Freud doté al psicoandlisis,” puesto que su relacién habrd sido escindida, con una obstinacién precoz. Por lo demés, la historia_del_moyimiento analitico_partsli probar, fuera_de Francia, en la tierra natal de|_freudismo, qué. éste_existia_mucho menos que ¢l_psicoal presentaron como. la_histori allida_de nueva escision los_cismatico segulan, xaliendotes an 2 mee del psicoandlisis. {Freud no_serfa,, fin mente, “fas versiones doctrinales del psic coandlisis? A partir de los afios_20, en particular, esa nueva fuerzas_se acredita, con_motivo. de la int ui de muerte, Se empieza a hablar de fantasia personal, de consti: 19 Op. cit., p. 5. “Se tte en percent ms de una exposic! mada con mis pr sido reforzadas”, justificando de ese modo Ja conservi “exposicién” arguyendo el hecho de habria el to significa claramente M VEROOUCCION yo ae deduce del método: es la prucha deeisiyg a = eine del puscendlies no. es inseparable de elén tedrica freudiana. EI acta de fundacién fa fundacién misma; ve dejaba una a Freud, a reserva de volyey a Sm la otra, jente teromenolsalcs dentro de la filosoffia francesa r a de la identidad epistemoldgica freudiana. Pero roblemas de fondo, los resolyid_ curiosamente a uid ciertas ambigiedades, To cual se debié le cerca en st problematica propia. \ . pues abrid paso a lite, Psycha- Hyppalie frente ala obra, walente ividido entre “la sen: cs , de un Krabaio_protunde t ie sus ees resultados lectura > la investigacién y del descub mente enunciada y que fracasard: wcién fecunda, la suya, por “y Sartre son en PREUDISMO ¥ FENOMENOLOGIA 25 diano, que es un planteamiento histérico de significante a signi- ficado, xg _) 8 el nécleo duro del psicoanilisis. En torno a él, se d i topolégica, denunciada como la tosque te.” Por tanto, los valiosos Ic —— rgados de corregir el lenguaje incorrecto de fritu de los fenomendlogos, ni siquiera existe la sospecha de traicionarlo, sino por el contrario la ambicién de a costa de civilizar su lenguaje burdamen- Freud. En el e: Lo que estdé en tela de juicio tras este problema de lenguaje es nada menos que la identidad epistémica del psicoanilisis. En —, efecto, Freud col ; po de saber en ese jenpuaje pest. Lae ico que sc designa omo “posi ". AL despojar sicoan: ' ittrde ox longa en el cual se piensa y se forjan sus seen: a gno se ataca la identidad freudiana? Tras esa pretensién de salvar al psicoandlisis, gno esté en juego su identidad episte- moldgica? Todo sucede, si seguimos el razonamiento de Hyppo- Ue, como slob pelcesunsiieis penta Por os sorte tetas = provendri Bete, aro_ ts debe E : 4 26 INTRODUCCI6y ca... que tiene Freud de todo el aparato psiquico, y el método de "busqueda del sentido’ que inaugura”, O sea entre “ese mate. rialismo de la energia y el andlisis intencional’”® A final de cuen. tas, Freud se redime tinicamente porque “quiso una especie de sintesis” que, fallida, se convirtié en una “mezcla’’ original. *° Es importante advertir aqui que Jean Hyppolite pone de’ ma. nifiesto el problema epistemolégico freudiano, pero al mismo tiempo lo elude por su formulacién. Es cierto que en el centro del freudismo hay una problematica energética y una teorfa del sentido. Pero Freud nunca se present6 como sintetizador de la energia y del sentido. Su caso es quizd mds grave, desde el punto de vista de sus detractores fenomendlogos, de lo que ellos mis- mos pensaban: nunca separé el destino de su problematica ener- gética y de su teoria del sentido. Freud no se pasea de una a otra, tratando de mantenerlas juntas, y Jograndolo més o menos bien: jnunca las separé una de otra! Esto es lo que importa pensar ca- balmente para asumir la identidad freudiana y sacar sus conse cuencias.** “En Freud, observa una vez mas Hyppolite, siempre se pasa de una imagen nat ista a una comprension, y viceversa.” ™* iTranslacin imaginaria! Ese vaivén sélo es perceptible para quic- nes privilegian la comprensién y consideran la “imagen naturalis ta’ como enemiga del sentido. Freud no se pasea del naturalismo- a la hermenéutica, como de una estacién a otra: naturalismo y hesmenéutica extn unidos en Freud como _un solo y mismo Jen _guaje. Esa es la realidad epistémica freudiana que hay que pen- sar en su lugar propio. Esto supone recusar el discurso expletivo sobre Freud: el “‘no mas que” es inevitablemente reductor en la medida en que tenemos que circunscribir la identidad epistémica efectiva. El hecho de que la hermenéutica freudiana no sea mas que un auxiliar de una concepcién energetista no nos informa acerca de su positividad propia. _ Sefialemos, en cambio, que esa formulacién no equivale # absolutizar la concepcién freudiana: quiz4 haya una relaci6n d ‘contignacién”,** de exterioridad no fundada entre los dos aspe* tos de la identidad freudiana. Hyppolite toca acaso un punto sen sible cuando exclama: “Quién no advertiré que lo que le f ~ FREUDISMO Y FENOMENOLOGIA 27 aqui a Freud. .., es una dialéctica...”"* Pero sin duda alguna esa falta de dialéctica sdlo se siente porque no se delimité pri- mero positivamente la coherencia_propiamente freudiana, por- que se proyecté una fisura en su identidad que luego se tralé de rellenar_ con una dialéctica. Cualquiera que sea su dignidad his- jorica y tedrica, la dialéctica no es, como ningtin otro concepto Ja varita magica que, aplicada a Freud, le restituirfa una coheren- cia epistémica de la que estaria desprovisto. {Se trata de prome- ter una fidelidad al espiritu del freudismo a costa de negarle la capacidad de haber “sabido inscribir en su propio sistema lo que era la motivacién de toda su vida de pensamiento”?** A nuestro parecer, por el contrario, el redescubrimiento de la identidad freudiana implica verla construirse Ilegando hasta la formulacién de su racionalidad contradictoria: desde este punto de vista, la historia de esta construccién no remite a las peripe- cias accidentales de la identidad —de donde se sacaria simple- mente el diagndstico, ambiguo en su dogmatismo, de positivis- mo—, sino a la realidad de una identidad en devenir que habria que fomar en serio. Lo que nos parece haber bloqueado el ca- mino de una investigacién rigurosa de la identidad freudiana es esa representacién latente de un Freud, hijo ingenuo del saber, revelando mundos de sentido con la inocencia epistemoldgica del no filésofo. Nifio al que habria que ayudar para que se dé cuen- ta de los principios que le han permitido descubrir tantas mara- villas, pero que él mismo no conoceria. En este sentido, a tem- prana hora, los proveedores de visiones del mundo y principios acudieron al psicoanilisis, insistiendo en salyarlo, a pesar de la desestimaciones de Freud. ister ee LA ee ° ff Fes = te f Py “ de “conferencias en id’ Universié icoeur enfrenté “el jen, ese problema tiene de entra ori i En 1961, en una serie ec, eudismo.”.” A : Ricoeur la figura de una © mente la energética, sost econdémico”” ™4 Op. cit., p. 429, a propésito del 35 Op, cit., p. 441. Se observard que, recurrir a Husserl y 2d ve SOU CCIE guiente: “gcudl es la norma de la representaci6n respecto , nociones de pulsién y destino de pulsion y efecto? 1GenGn la poner una interpretacién del sentido por el sentido con ne némica de investiciones, desinvesticiones y contrainvesticioney, Parece, a primera vista, haber antinomia entre una explicacig regulada por los principios de la metapsicologia y una interpre tacién que se mueve necesariamente entre significaciones y yy entre fuerzas, entre representaciones y no entre pulsiones. Me parece que todo el problema de la epistemologia freudiana concentra en este unico problema: {cémo es posible que la e. plicacién econémica pase por una interpretacion referida a signi. ficaciones y, a la inversa, que la interpretacién sea un momento de Ja explicacién econémica?” ** Ricoeur se apresura a sefialar que “el freudismo existe sdlo a costa de rechazar esa alternativa”, pero reivindica el derecho de plantear esa pregunta como prejudicial. Por tanto, nos encom tramos en el esquema apérico bien conocido, desde que Dalbie: lo formulé e Hyppolite lo desarroll6, Ademas, Ricoeur, en W prélogo, se coloca explicitamente “en compafia de Roland Dal biez”, su “primer profesor de filosoffa’,*® quien motivé su inte rés por Freud por Ja nueva comprensién del hombre que éstt introdujo. El_nifio freudiano se presenta de entrada_como hije bastardo y el problema pendiente es elucidar cual de los origent je dard derecho a la legitimidad y a la autenticidad epistémicas La investigacién misma se lleva a cabo desde el punto de viste hermenéutico y el problema freudiano no es sino un fragmento enérico de la I cion_y_de sus conflictos. A partir de allf, la investigacién se leva a cabo con una ne table precisién que impide toda reduccién de la aporia. Pero ) como el resultado prejudicial de ésta fue separar la temética freudiana en dos aspectos, uno de ellos, el energético, esta con denado a la recesividad. El Proyecto de 1895, forma originarié a la construccién ee sirve para exhibir “una energetic? n hermenéutica”."° Fi resel 1 esa obra penso de freudismo: bajo la influencia un tanto mecdnica de medio cientifico, edifica una especie _de objeto arcaico, ma del_ene: su a. Segtin Ricocur, _p. 76 [61]. Tomaremos nota en esa pagina de la expresion diana, pero Ricoeur procede mas bien a una Plt ‘—averea de esta oposicién, véase infra, conclusion se presenta en esa obra como ¢n - bag he ene or Jeg of FREUDISMO ¥ FENOMENOLOGIA 29 logra emerget en el plano hermenéutico gracias a su trabajo de interpretacion de los suefios, pero sin que la Traumdeutung logre “fysionar en forma totalmente armoniosa la teorfa heredada del Proyecto y la conceptualidad puesta en obra por el trabajo mis- mo de la interpretacién”." Asi, todo sucede como si el saber freu- diano se constituyera y progresara bajo el signo de una concien- cia epistemoldgica infeliz, experimentando confusamente la con- tradicci6n entre un modelo tedrico energetista y una exigencia practica hermenéutica. Un paso més y, en los ensayos de Metapsi- cologia, con la madurez, “las dos exigencias del discurso anali- tico logran su equilibrio”: el punto de vista econédmico-t6pico se sistematiza, en tanto que la articulacién entre pulsién y repre- sentacién permite reintegrar el inconsciente “a la circunscripcién del sentido”. Asi se constituirfa, en un “movimiento circular”, una unién precaria entre fuerza y sentido: no una armonjfa, sino un nudo torpemente atado mediante un trabajo pertinaz. No una fusi6n amorosa, sino un divorcio superado, matrimonio de con- veniencia entre dos asociados condenados a vivir juntos. Tal seria la epistemologia freudiana: el producto de un largo modus vi- vendi entre puntos de vista heterogéneos. Y desde esa perspec- tiva, se acaba admirando el talento y la ingeniosidad de Freud que logra mantener juntos, por la misma cabeza, esos dos her: manos enemigos que son el energetismo y la hermenéutica, _ , por cierto, Ricoeur se dedica a mostrar la dialéctica entre esas dos posturas, pero esa dialéctica se debilita sin cesar en una representacién asumida desde el principio y que coloca energé- tica y hermenéutica en relacién de contignacién: estén unidas exteriormente como dos objetos que no tienen nada que ver uno con otro, y que se unen arbitrariamente por una viga o algin otto lazo externo.'* Asf, el freudismo ya no es sino esa viga que une dos tradiciones ajenas. Y el remedio de esa mezcla debe co- menzar por desatar el nudo para despedir la energética su ori- gen histérico de facto pero contradictorio y desprender del freu- dismo su valioso fruto, esa teorfa del sentido que néutica renovada apoyada en la fenomesiolea (que, modo, ajust6 deliberadamente las cuentas cogera, 30 i asomé a la cuna del freudismo con la finalidad dy eee op su molesto origen: éste, por mas pertinentement. a se eyoque, Se presenta finalmente como un ci ste nega. tye Freud visto por Ricocur se parece un poco # cee bastards con el que Platén representaba cl demonio Eros, noble por yy : Ja hermenéutica) e indigente por su madre (\q no logrando superar la duplicidad de su origen y, quizé, no pudiendo divinizarse més que por las virtudes salva. doras. de la nueva hermenéutica fenomenoldgica. Se comprendy ue el origen de facto se tome en cuenta a Ja vex precisaments a Jo cual el libro de Ricocur constituye una fecha importante en la progresién del problema) y exteriormente, como remitido a 1 de un origen, La teorfa del sentido sdlo alean- ‘zara su asuncién por la superacién de los limites de ese origen, cual significa que el propésito. de. Ricocur es. mis bien, y se érmino: na epistemologi ” yanupisma ¥ CONDUCTIEMO : todo y doctrina,.. La "me hablar como ¢l propio Freud, es la docirina, pero la doctrina que posibilita la constitucién misma doctrina odo," Una epistemologia ra ede ¢ rik nejante formula, pero no viendo solamen' ! eneral de las ciencias homands _—sj es que el psicoandlisis no es una ciencia del hombre ara Freud,“ sino una 1 freudiano, aunque fuese e6e hautizo. hace yeinte afios con distinguir ac a‘. tay wicologia’, P Hho Ingenuo, no necesita nuevo 3, EN 1.08 ESTADOS UNIDOS. FREUDISMO Y CONDUCTISMO En esa “suma de las doctrinas psicoanalfticas” que constituye La teorla psicoanialitica de las neurosis de Otto Fenichel (1945) se define una epistemologfa psicoanalitica. ‘Tomando en cuenta Ia influencia de este tipo de manual en Ja representacién del saber analitico, el examen de ese modelo epistemolégico es tanto mas importante cuanto que no es objetivado. Funciona como el co- mentario natural y literal de las ensefanzas freudianas. Dicho ytras palabras, Eenichel d \ | esperar encontrar un regreso cho. indfgena. Se trata esta vez de una de ese nombre? Podemos a4 a las “Consideraciones pt 32 INTRODUCCIGy Para arbitrar ese debate doxografico, Fenichel recuerda ‘ favor de la primera tesis que “el psicoandlisis representa... yy ~paso_determinante hacia fa introduccién del pensamiento cientj. fico icologia”’, considerando “el campo de las manifestacio. meni desde el punto de vista de las _ciencias naturales” +? y suscribe a las tesis de Bernfeld insistiendo en la filiacién ma. ierialista de Freud respecto de sus maestros vieneses. Pero afiade, para alimentar Ja segunda tesis, que Freud conquist6 para esa investigacién una nueva region, a decir verdad “ ‘odo el dmbito humano”. Asi, la originalidad de Freud istirfa en que habria istado para las ciencias naturales una region de la na- ; “el espiritu humano”’. Su _re- erebralis| ‘ ando fuerter : Des te punto de vista, el psicoané ron_el_mt fisic contra los_principios profesados clusion: “Lo que es ittacional es la materia su método.” Por lo tanto, Fenichel no nece- ninguna muleta para sostener el treudismo, que esta vez haya un respeto real por la freudiana. embargo, si miramos més detenidamente, advertimo: i ilizar las categorias epistémicas de Freud, Fen ‘Te diferencia para finalmente negarla. Eso se Ieva a cabo. muy insensiblemente su yocabulario. Asi, FREUDISMO Y CONDUCTISMO 33 Esto se traduce por el contraste entre unos enunciados nota- plemente freudianos, hasta el mimetismo, sobre la cientificidad del psicoanilisis y una inflexién sensible de su eje epistemolégico. Asi, Fenichel puede escribir: “Sostener que al tomar el in- consciente como uno de sus objetos de investigacién, el psico-. anélisis estudia una materia que se encuentra més alla de | = némenos psiquicos, es mas o menos como pretender que la épti estudia otra cosa que el fenémeno de la luz cuando se ocupa de Ja longitud de onda de los rayos luminosos.”"° Resulta dificil afirmar mas claramente la genealogia naturalista del psicoandlisis, Pero, por otra parte, las dimensiones de la metapsicologia freu- diana son extrafiamente rebautizadas en funcién de un desarro- Ilismo. Dicho de otro modo, los “puntos de vista dinaémico, eco- némico y estructural” ™ se relacionan con un determinante tnico y global llamado “desarrollo mental”."* Asi, dindmica, econémica y tépica pulsionales se conservan con una semejanza que llega hasta ¢l espejismo, pero en cuanto se presta atencién a su contenido, se advierte que han sido trans- puestas a un registro mentalista de dimensién genética. En efecto, en lugar de la metapsicologia pulsional, se establece una justiciable de dos dimensiones Ilamadas “dinémica ment ", “eco nomfa mental”, a las cuales se afiade, con una disimetria signifi- cativa, un punto de vista estruct i . eto. vs ae los cimientos freudianos han sido desportillados, la < i tépica fue suplantada, sin advertencia, por un punto de vista tructural. De hecho, las categorfas pulsionales son \ en el lenguaje de la psicologia. anglosajona: prueba de tonalidad psicologista, que crea una sorprendente mezc dium que redefine la empresa freudiana modificando sin INTRODUCCIG, By) ington en 1958 sobre el tema “Psicoandlisis, método cientificg , u a y olla! De hecho, filosof! ese congreso interpela al psicoandlis\, fesde el punto de vista de una epistemologia general que le pide rendir cuentas. El interés de ese punto de vista es que toma ep cuenta Ja exigencia de cientificidad estricta argitida por Freud, e incluso literalmente; pero al mismo tiempo, €3 Para sorpren. derla en flagrante delito de deficiencia epistémica. Se asiste, pues, al extrafio espectdculo de un enfoque epistemoldgico que lanza aj psicoaniilisis freudiano el desafio de corresponder con sus requ. sitos, presentados como las exigencias universales de la teorig como tal. El iento_es_el_ sigui toda _teorfa digna de ese nombre debe ser susceptible de validacién_em, rica_y_de proce: dimientos determinados de verificacion Ahora bien, los cimientos del psicoandlisis freudiano, lejos de basar ‘hechos y procedi. cate, estin enteramente construidos sobre la cal de nocione; de comnolacin metalscefomadas de [-eneaie (= su. tiempo, Por otra parte, 1a interpretacin freudiana remite a lo_ arbitra mientos que permitan objetivar 5€ le enunciados, Tales son los argumen- tos centrales en la linea de Ernst Nagel.** Este enfoque, en calidad de “proceso epistemolégico del psi coandlisis’’,*® nos parece constituir un momento importante en a enfoque del problema epistemolégico planteado por el freudis mo: abre el camino, en particular, al amplio campo de investige ciones que brinda la formalizaci6n de los enunciados en la pers pectiva del Circulo de Viena o de la filosofia analftica inglesa. Pero {cémo no ver que, al mismo tiempo, el problema de la idio sinctasia epistémica freudiana es puesto fuera de lugar? En efec: to, el problema es decidir si el psicoandlisis cumple con los requisitos enunciados como caracteristicas de la teoria, o sea si es subsumible en las categorfas que definen la formalidad de la Teoria. Por tanto, la idiosincrasia freudiana esté sometida al tri- bunal y pronto es condenada en consideracién de en una racionalidad externa por definicidn a ¢s4 e_configuract Esta cae, pues, como un residuo histdrico superado “Paul Ricoeur, De M'interpréto- EREUDISMO Y CONDUCTISMO 35 aun conglomerado de nociones caducas y de hechos incompro- bables. a Ahora, si bien eso indica un tipo no despreciable de proble- nuestro propdésito que el resultado de esa interrog: ie tocar el problema epistemolégico plan- teado por e F is, es negar de nuevo nuestro problema el de la epistemologia freudiang, En efecto, el verdadero proble- ma es saber c6mo se forja el saber en el procedimiento freudiano, en su historicidad y ordenado a la constitucién de su objetividad especifica. Antes de ser interpelado desde el exterior, tiene que ser aprehendido en su humus propio, pues de otro modo el. des: tino de esa idiosincrasia_es ser reducida a_la funcién por asi decirlo anecdética y contingente de un condicionante. La exigen- cia de formalidad lleva objetivamente .a soslayar la diferencia freudiana y a diagnosticar en ella una recesividad pura y simple. El signo de esa heteronomia es la proliferacién de las tentati- yas de “reformulacién” que traducen un revisionismo epistemol6- gico. En efecto, después de negar y devaluar desde el exterior la epistemologia freudiana, no hay mas que un paso hasta la correc- cién. Asi, los resultados positivos de esa teoria reputada indigente “sOlo podran salvarse reajustando los hechos a la doctrina. Sefale- mos que eso es lo que habia efectuado Fenichel, retraduciendo en su mentalismo genético los logros freudianos; pero en tanto que esa transcripcién fenicheliana se habia Ilevado a cabo sin advertencia y esponténeamente, como si Fenichel hubiese leido a Freud directamente en las categorias de la psicologia genética, sin arrancamiento critico previo, se sabe que Ja psicologia del Yo retranscribe sistemdticamente los logros freudianos en un marco que supuestamente los renueva para que muestren en toda su capacidad su fecundidad heuristica, Esta vez, la figura epistémica es retocada artisticamente. artesano de ese maquillaje, res Se sabe que Rapaport ** es el pondiendo en cierto a la eritica epistemolégica_dotando a} psicoandlisis de sus “observables”: condi : nismos. La metapsicologia ya no €s i vez su 7 36 INTRODUCEIG, chel, las palabras clave —econdémica, dindmica, estructura—, sg) yo por esa extensién de cierto punto de vista “‘adaptatiyo", pre sente, al parecer, efectivamente en. Freud, ipero ocultado por yy, punto de vista instintualista demasiado pronunciado! P; : idn conductista,..se desarrolla un, notable tentativa de_reconstruccién operacionalisia, En los mis mos afios 50, autores como Albert Ellis *? y Peter Madison ** dedican a esa empresa de regenerar el yocabulario y la concep. tualizacién freudianas a Ja luz de los principios epistemoldgicos de Bridgman,” que habia definido la objetividad por el tipo de ope. ~ raciones necesarias para producir y verificar el fendédmeno consi. : es, sin duda alguna, la tentativa mas decidida por ~ retraducir en la égica de Ja investigaci6n la conceptualizacién _ freudiana. De este modo, la metapsicologia freudiana se ve ali- perada | “mitologia”, pero el lenguaje operacional vacia al ja operacién de limpieza de los principios es Ilevada ha oo | dinémica de Ja represién eg su tiempo el edificio freudiano de su espesor pulsional. Esta paeupIsMO ¥ CONDUCTISMO 7 Por tanto, hay que apelar esa sentencia. Esto no quiere decir que haya que volver a partir desde cero, pues no cabe duda que Jas investigaciones citadas estén Ienas de sugerencias y de infor- maciones, Pero se trata de contribuciones a una epistemologia del freudismo. El regreso a la cosa misma supone cambiar su orien- taci6n para centrarse en la epistemologia freudiana misma, en la acepcién definida de nuestro prefacio. é Por otra parte, estén disponibles las valiosas fuentes de infor- macién que constituyen los clésicos de la génesis —Ernst Jones,” Siegfried Bernfeld,* Ernst Kris."* Sin embargo, cabe sefialar que esos importantes ensayos se presentan poco o mucho como re- latos, y que por otra parte indican fuentes determinantes, pero sin elevarse hasta la modelizacién que reclamamos nosotros; * ademas, en esas exposiciones, que manifiestamente cucntan con Ja objetividad de la informacién, se traslucen posturas de princi- pios implicitas que no dejan de tener consecuencias, como s¢ vera, aunque mucho menos claramente formuladas que en Maria Dorer. Lo esencial es que esa fuente, redescubierta segtin nuestro punto de vista, resulta fecunda siempre que se la relacione ex- clusivamente con el hilo diacrénico de la biograffa intelectual y con el espacio sincrénico de la modelizacién. PRIMERA PARTE LOS FUNDAMENTOS EPIST FREUDISMO STEMOLOGICOS DEL fe pot el ascenso. rity, o tambi “ciensias morales”. La irrupeién, de_un Seber op ;vindica como inédito implica_una _ chaft debe confrontarse EL FUNDAMENTO MONISTA & Tt ao 1, EL RECHAZO DE LA QUERELLA DE LOS MéTODOS i x ns ue el saber psicoanalitico se constituye, se romueve en un campo epistémico en plena revolucién. Lo que esté en juego epistemolégicamente se cristaliz6 en particular en una querella memorable que moviliza muchas pasiones tedricas: ja querella_de los. métodos (Methodenstreit). Esta_es motivada © See cg de las ciencias llamadas del hombre o del espi- un saber 4 forma de a En el momento en q' tah Reet ea ed lls se_rei n . epistemoldgico en la comuni ica. a en partic’ a la produccién de un par fundador nuevo, el de las Naturwissenschaften y de las Gei: issenschaften, Por tan- jaturwissens- to, la tesis capital de que el psicoandlisis es una N con la connotacién que toma ese término: en consideracién a lo que esté en juego en ese momento. ‘en el tiempo de Freud, De eparacion entre Ja esfera HL, HUNDAMI tO Manip t ancnae one LA GUSIEILLA Bi Lon MGTODON ‘4 «en seguida lo que esté en juego ideoldg) mente que sobredetermina la hermenéuti y la inclina hac ia espiritualismo. Pero al final del siglo, bajo el efecto de tna yp cie de explosi6n metodoldgica, la distincion se vuelve un yer, dero lema. Se puede fechar ese Viraje con precision: cs cn 18K} en el momento en que Freud inicia su practica médica, cuyng estalla el Methodenstreit, El motivo de ella es la reedicién ¢ libro de un. economista, Karl v. Knies, La economia politica d el punto de vista histérico, que representuba Ia antigua ese histérica alemana.? El mismo afio se publica la obra del marg) nalista Carl Menger, Consideraciones sobre los métodos de ia ciencias sociales,* y sobre todo la Introduccién a las ciencias del espiritu de Wilhelm Dilthey, que se impone desde entonces come el gran tedrico de las ciencias del espiritu, opuestas sistemética mente a las ciencias de la naturaleza, Asi, por medio de los ey frentamientos de escuclas en el seno de la economia polftica, ly in se institucionaliza, en tanto que Dilthey se asigna fr atienen a los juicios de realidad, en tanto que Jas cloncias de la misién de dotarla de un estatuto tedrico. cultura implican, la valorizacion, Asi, la finalidad y el resultado En un tercer tiempo, contemporéneo del nacimiento del pri de Ta obstinacién en reservar uns regién irreductible al plantew coandlisis, cl historicismo erige ese par en separacion fundador, miento naturalista cs la evidenciacién de una axiologia, en clerto protagonistas son Heinrich Rickert y Wilhelm Windelband, erimental. ‘en esa época sus manifiestos, respectivamente Laj fronteras de la formacién conceptual en las clencias de la natura leza ¢ Historia y ciencia de la naturaleza." Este Gltimo escrito ma Asi, s¢ adviert i terializa 1a consagracién de una nueva corriente: es la transcrip [a emergencia al oa preliminar. Cuando Freud titula eb pricoundlisis “ciencia de le | cién del discurso de Windelband después de su cleccién como rector de la Universidad de Estrasburgo en 1894. La corriente naturaleza”, vemos que responde o esa interpelacion, en la me hermeneutista tenia su. Du Bois-Reymond, pues 1a brillantez de ida en que cl ‘‘zquién soy?” por el cual un ‘snber anunciaba sti ése discurso recordaba el éxito, veinte afios antes, del Ignorabi- identidad estaba de hecha en condiciones de responder a In pre: mus.’ Rickert y Windelband trazan una delimitacién determi — por as historia qe chee evocar: “LEres * © Se distingue escuela hist6ri ciene! naturaleza 0 glencia esprit amen Wilhelm eae tae «Ahora bien, Yeamos we el xpi originalidad freudia- na; por su obstinacién wn tanto porfiada de etiquetar sy de In economia oldsh anilisis como Naturwissenschaft, se lax arrethe et i 7 a abordado por Ja naturaleza contra wna a - Tis mindy jm on We 9 oo ens pe at qu, tratinese Schmoller (nueva escuela a ¢ inductivo. Representa In rama vie EL FUND, “4 t PAMENTo y MON psicoANALIst SCHAFT" 45 el todologistas es sin embargo el anuncio de la po: bf : CUdia, en su medio epistémico. conviene % e| modo interf n procedimiento intelectual que explica en 0 interpre asignando la causa. Resulta tacién 3 i6n_ son parientes cerca- 0 que no justifica tur eco decir 4 nos: expresan palencia algun Si se esté dispuesto a aceptar esta determinacién, hay que s pace Tue sus consecuencias inmediatas. No es oportuno escindir el peel cea home ; miento psicoanalitico en una parte explicativa (en la linea d i analitico, ca alar que insta a una relectura de la “ciencia de Mercias de ln naturaleza) y en una parte interpretativa (e le lg jos suenmos” que centra Ja interpretacién en la explicacién. De- nea de alguna ciencia humana) —lo cual equivaldri: (en lal, terminar el significado (Bedeutung) del suefio nunca equivale en h a) q\ ee a Intec Freud 2 omponer el esquema causal. Por esa raz6n, la_inter- amente pr como podremos comprobarlo,_s¢ distingue por su aspect po ivo, pues esta atenta a reconstituir_la_objeti- jdad de las_asociaciones oniricas, a reserva de empobrecer apa- 4 enter te la interpretaciGn, Se trata de elucidar el nexo objetivo entre el contenido manifiesto y el contenido latente del such. 4 Por eso, el contenido manifiesto siempre a su funcién de © un aspecto “objetivo” que Jo aparenta_a_ur efecto, ‘ inefable del_signil ficado 2. LA INTERPRETACION ES UNA EXPLICAC 16N en el modelo epister ro propésito epistemold i. Desde el punto de vista del contenido psico- 7 ignificant no es lo que sirve para encarnar ¢l proy! re Dee el contenido latente anade a | ee oe cierto modo con la Traumdeutung? Ta eficiencia material de la causa. El acto interpretative nunca.st.. es precisamente lo que una epistemologia freudiag “emancipa del todo, por consiguiente, del acto explicat'vo.porcl. i cual se remonta de > a la causa. Esto se verificaria con la misma facilidad en la psicopatologia udiana. La atencién sutil a la idiosincrasia del lapsus 0 del toma neurdético nunca s¢ emancipa del planteamiento que tien- ‘a subsumir lo particular en su ‘determinante, El genial “sen- lo clinico” de Freud nunca transgrede su imperativo explica- , que ordena no detenerse antes de haber Jocalizado el mexus 1 acontecimiento con el proceso, lo cual apoya el olfato » riguroso, uniendo sentido_y proceso eo un: 5, EL PSICOANALISIS ES UNA “*ATURWISSENSCHAFT” “a Kh PURINA NCD pi PACOAMALIAIS | i Ahashetean iene ” ma que emana de la ciencla de la naturalera, 1 5 fncnila ‘eorlioe do Froud, 1a alternative ex tan claray ni el py a Pe ian’ ant a Oe ee una clencla digna de ese nombre, entances er Notu Se cratenall trite, supetl episternc vies, on la base do la op ; [ Engontramon, pics, : hubiera podide suseribir a eon eliquitA He eM » sorta f une parte de la clencia de onracterizada y_tadical, Use termine Moniting 4 F wane remite a una corriente quo, frente a ta tradi rickortiana, resucltamonte dualista, mantiono. an Mmurlsme gpg que wie eola y lavaclanee de Frew poapeolo al de Hawwket | mele eaurone Para Haockel,* ol monlima Hone por renuligg Hota compe vievte que, st bien Freud dondatn low i paraclon de don substanclas distintns que 66 cara pafrontamientos dominantes, no se encuentra sin embargo ef cosa saa alma’ y “cuorpo’. Ahora bien, esta dieting, - altuaclon de atopla: mas bien suscribe a oto relorente, Heivin os lo dnico que funda la distinelon epistemologicn, | dica mas bien sv pertenencia a tine familia para ta cual Wlenene ipao facto caducn, na 1a primera, 1a segunda se vuelve ip ofesién de fe monis ehaft y Naturwinwonss haft son sinéniinos, Ahora bien, Lquida en eprage idn de resistencia conte ab dualisne reclna bien “Fnnintios,.. en) Alemania representa un bast : itil Se rcoaioen orghniea © Inorgénioa, 4 dysonfrenado sina los fisicos y sts énulos fividhe petedloges’ relativamente tarde a evoluctoyy y t Kin efecto, frente al dualieme en nei vi iy 4 ademos etlquotar un dunlisnie sll) que, ae Sian et ae Cat SA Jolo on Inglaterra, on Ia epleternologia de do 1a naturalena, re demds, busca au modelo en Ing os a wart MUL, que al joven Freud traduje! ee ss grados entte clengias morales y cleneiae de la nie w adt ** ‘ 4 paiooloy do rit tat iene. fect, nam a posibiidad de-ald c a a Am ; nce ta aos. 438 EL FUNDAMENTo waall su funcién mediadora. Por tanto, plantea la dualidad gy por funcién superar. © they El dualismo_mitigado de Wundt sirve para especificar |, tura del psi oanalisis_ como “psicologia cientifica”. Para = el psicoanilisis no es algo intermedio en la confluencia de ie ésferas: esta enteramente por esencia, y tiende a estar por y a cidn, del lado de Iq esfera de la naturaleza. No cabe duda contraj i dera de los anatomofisidlogos. Pero a se trata, como para Wundt, de fundar la cientificidad de la a Jogia en una ciencia de la naturaleza elegida. La concepcién e “epistémico de la ciencia del psiquismo es en Freud ¢ p reductivista, y ese reductivismo es lo que funda SU The nismo epistemoldgico. _ : Por ello, Freud deriva como un retofio tardio de una corries; obstinadamente fisicalista que se cristaliz6 desde los afios 184 en Alemania en torno a esa famosa Berliner Gesellschaft, ilusty da por la prestigiosa trilogia Helmholtz-Briicke-Du Bois-Reymon, En efecto, es sabido que esos maestros de la fisiologia habix proferido un verdadero juramento fisicalista que Freud 4, EL POSTULADO REDUCCIONISTA Se trata del juramento enunciado desde 1842 y formulado po : “Briicke y yo hemos contraido el compromis solemne de imponer esta verdad, a saber: que sdlo las fuerzas! sicas y quimicas, excluyendo a cualqui cttian_en_ el orge aiano, En = casos ave esas fuerzas ueden explica ay que dedicarse a descubrir el m pecifico o Ja formae Su acciOn, utilizando el método fisicomatematico, obi postu a existencia de otras fuerzas equi fen em Zz valentes ¢! “por la cual, correlativamente, adopts, fe propiamente o . : in segundo lugar, pu FOSTULADO REDUCCIONISTA 49 especifico © la forma de accién de esas fuerzas fisicoquimicas’”; d] en caso de que la investigacion se tope con modalidades no Meductibles a esas modalidades conocidas, sélo el “método fisico- uimico” S& impondria, todavia y siempi e, para reducir esas ma- nifestaciones a las fuerzas fisicoquimicas, tinica materia de saber. —Asi, ese teduccionismo se opone a toda fuerza de emergen- tismo que postule 6rdenes irreductibles: lo orgdnico es exhausti- yamente investigable conforme al _método fisicoquimico. Esta es Ja razon por la cual, en tltima instancia, no cabe distinguir es- feras heterogéneas, de las que unos tipos de saberes heterogéneos tomarian posesién. Si no cabe distinguir una regién propia de las ciencias del Hombre, es porque lo humano no podria ser una materia especifica. La jurisdiccién_del_método fisicomatematico_ se extiende, pues, a la integralidad de los fendmenos. Esa es la_ razon por la cual toda forma de saber es Naturwissenschaft. 9. hay que entender _Naturwissens-, chaft como el modelo elaborado en esas ciencias claves que son Ta fisica_y la quimica,. — Sefialemos, sin embargo, que si s¢_pudo hablar_de jyramento. fisicalista es porque esa reduccién es un cometido, y no un logro. foda la practica experimental de la fisiologia 1 surgida de Johannes Mii luego ilustrada por Bricke y Helmholtz, constituye una veri 6n_experimental obstinada_de_esa_exigencia, Pero_st 1 ° © a por_eni entido_profundo. di in la cual el gu si sis es una Naturwi : n primer lugar, uirlo a una esfera irreductible a la in- vestigacién fisicoquimica —lo cual, para la tesis dualista ricker- tiana-diltheyana, hubiese sido un signo de privilegio axiolégico— Je pareceria a un émulo del fisicalismo como una verdadera de- cadencia epistémica: en efecto pectiva reducci ta, equivale a_un_fracaso se comprende que recordar of i te comunicar vagamente algo que st afiade convice de eyocar, ¥ esa tesis no es en Freud exteriormente a su prdctica: expres@ una gica inspirada en la fuente qué acabamos una 50 EL FUNDAMENTo td, “OND, determinadas_que_son la fisica_y la quimica: es porque menos como_ciencias particulares entre otras que Sone Vale de] método de la ciencia de la naturaleza Probie a cha, Es la manera en_que él, Freud, suscribe en su fiemaatt § su lugar al jurament ) fisicalista al cual permanece fiel i. Ye meollo de la diferencia inaudita de su objeto. Asha 5. EL RECHAZO DEL DUALISMO Como prueba de que Jo que esté en juego en la cuestion del m nismo y del dualismo se percibe como deférminacién de dist, ciones epistemoldgicas de fondo, tenemos el proceso entablay, por Haeckel, en Los enigmas del universo, a Wundt, a quien x procha su evolucién de la primera a la segunda edicién de Lecciones sobre el alma en el hombre y en el animal: ** “p hecho, los enfoques fundamentales de Wundt en psicologia s completamente opuestos en las dos ediciones de sus Leccione tan difundidas; en la primera todos son _monistas_y_materialiste yen la segunda dualistas y espiritualistas. La primera vez, la pi st ina _ciencia natural, se le aplican jo siologia, de la que tan sdloe studio del alma se hace del espiritu, cuyo objeto} ios de las ciencias naturales.” Marrt} difieren totalmente es lo de haber traicionado el_monismo_de.s tud, en la época en que era asistente y alumno de _Helmhola ¥ el sintoma de ello es, segdin Haeckel, e! abandono dela test . de la psicologia como Naturwissenschaft. Por tanto, si prolongs mos para nuestro propdsito esa perspectiva, Freud se presenti como el fundador de una psicologia cientifica que _nunca_traici? ~ Pero Haeckel va més lejos al indicar el fundamento de ¢ Ein ea.an. “cen. do ie a ae _conversién recibe su expresién més clara en el principio del Fi ralelismo psicofisico... Ese perfecto dualismo del cuerpo y 4 acogi#? tico en las ciencias 41, RECHAZO DEL DUALISMO EL Si que lo aplaudié como un progreso importante, sobre todo porque ese dualismo es profesado por un notable naturalista que antafio sostuvo las opiniones contrarias.”"* El dualismo se considera como una traicion: distinguir alma y cuerpo, ciencia de la natu- raleza_y del espiritu, es pasar al _cnemigo. ¢s lo que Freud nunca hizo por su parte. Lo que fue el des ino de Wundt nunca tento a Freud. —~—Senalemos, sin embargo, para matizar lo anterior, que Freud no ignora el término de Geisteswissen : i hajten, Pero cuando men- ciona la dualidad, es tan sdlo para jar abruptamente la cues- tion de la pertenencia de la psicologia a la familia de las Natur- wissenschajfen, como en este texto de 1925: “Unos conceptos fundamentales claros y unas definiciones de contornos precisos no son posibles en las ciencias del espiritu [Geiteswissenschaften] sino en la medida en que éstas quieren hacer encajar un orden de hechos en los marcos de un sistema intelectual inventado de cabo a cabo. En las ciencias naturales, de las que forma parte la psicologia, semejante claridad en los conceptos dominantes [Ober- begriffe] es superflua, incluso imposible.” * Como se ve, el cam- po de las ciencias del espiritu no se evoca més que a contrario, para insistir mejor en la vocacién naturalista de la psicologia: la distincién no pasa a través del psicoandlisis, tan solo sirve para marcar la diferencia. Tal es el sentido de que Freud senale infa-_ tigablemente el parentesco con Ja zoologla y, mejor a‘n, eon 18 fisica. O bien 1a distincién remite a una especie de dualidad de com- petencias, como este texto de 1927 a propésito de la formacién de los analistas: “yo comparto el punto de vista de que todos los problemas que se relacionan con los nexos [Zusammenhiinge] entre los fendémenos psiquicos y sus principios micos y quimicos sélo pueden ser abordados por las que han estudiado ambos, por Jo tanto por analistas de médica. Sin embargo, no deberiamos olvidar que todo eso nO pertenece al psicoandlisis y que no parte de la col las ciencias del espiritu.” “ sobriamente las cosas en claro: ya cen de la naturaleza, su a, EL FUNDAMENTO Mowiy it Ja formacién en Ja esfera vecina de una “colaboracién” que confirma conservarse como division técnica y dela formacién precisamente porque se la evacua ey el plano epistémico. 2, EL FUNDAMENTO FISICALISTA 1. EL PSICOANALISIS, QUIMICA DE LAS PULSIONES Nos remitimos, pues, al examen de las relaciones entre el psico- andlisis por una parte, la fisica y la quimica por otra, tales como se desptenden del discurso freudiano. ‘Podemos partir de un hecho masivo: el bautizo semfntico del saber freudiano como “psicoandlisis” se hace en analogia directa y explicita_con el modelo fisico-guimico. Este hecho conocido ro metaforizado debe interpretarse literalmente en una pérs- pectiva epistemolégica. Es en un texto de 1918 titulado Caminos de la terapia psico- analitica donde la analogia se despliega en una sistematicidad que permite preci: istemoaldgico. id FL WUNDAMENTO PLSICAL (gy ‘4 ralmente cit analogia: antes atin de las cong , esto supone a eqncepelse ee ‘ lo en que © nico Del mismo ae eles, el analista a su laboratorio personal (|, ica que 50n las mp No cs SINC UNA com misma 0 ios naturalcs. El andlisis ¢ jo artificial en segundo grado cuyo fin « unos complejos, artefactos cuya desconstruce|dy reobtener esos elementos de basc. Hy aracion es “pertinente” (berechtigt) y tiene estimulacién para “abrir nuevos caminog” los ojos de Freud. sefala acertadamente que es tomandy ahondando |a compare en la oe alg ite justificar que on ron patooattette* Ye cabria reconstituir “uns qué no reconstituir "lo que, reud responde crudamente provinto de sentido”, ele weebale px Parconn Aun) OULMICA de sus sualane jos"’* Pero eso permite pre andlisis priquico: lo que in caso general en ef psig ie, en isar la eepeoificidad del in Caso particular en la quimica ¢¢ no, Alli “se realiza autométicamer: forma inevitable, la psiconintesis’, sin que ¢l analista tenga ye intervenir, ¢ ontrariaments sl cuerpo, el psiquisma no espers apaciblemente, ya en pedazos, ser reconstituide de alguna ma nera. No es preciso reconstitulr slgo que se pareceria a una “per » Ast se clerra el comino # las “renovaciones” de la terapéulica analliica que arguyen todas la necesidad de alguna icosintesis. La confrontaci6n con la quimica confirma ta fide lidad indefectible de Freud al analitismo, « pesar de todos jos temores de inocular al enfermo “demasiado andlisis y no bastan- te sintesia”. Peta temética se prolongs ademés ia que en sus en Ia evocacién del analis- manipula sudtancias explosivas: “E) nalista —se bee Observaciones sobre el amor de trans, pe, = que con las {yorzas mas explosives y que 4 ar con la precaucion y 1a misma conciencha. ive lig Pere 1a analogla sirve aqui pars declarer inocente de |e soupecha de ser un aprendiz de brujo: prohibido # un quimico cu pensables M causa de su car es ni ma “Pero joudndo oe ha de sustancias explosives indis- peligroso?”* Bl p e 56 HL FUNDAMENTO vigigy Ly, ramos, rehacer los cuerpos que acabamos de destrulr: eyie de formacién sintéticn es lo que asignd a li Quimica gy roe _., st bien es elerto decir que el andlivis brindg y? punto de partida, no # sin embargo el ay ‘lag su meta y su destinos Ia Quimicn tambien og \ pom, “ dero Quimica su pues expone una problematic significayy, fundamentalmente clencia del andlisis, como si el angiy, inte “la meta y el destino” de la elencly uh I que funda ta analogia cy paicoraridlisis, Segin |y reud suscribiria mucho my Lavoisier, cspecificada, jy ( Al sOMet rimentos, ¢y hoy har separadames” lisa do push de eltas que abre su sintesis, decir que ir palskee i} isto de sentido, es Sell Helmholtz." or Jo tanto, refirlé lapel el |. Para él, todo sueede como si la QUimig “ERM OTAR WIATCOOUIMICAS e yas MEE tes, Be algo que no hemos olvidado ni negade un solo instante Nuestro punto de vista exclusive [i witigkell| ex sermejante al del quimico que reduce todas las constituciones de la materia {Konatitutloven | a lo fuerza de 1a atvacelén quimlea (ehemische Attraktion |. No impugoa por ello ta gravedad, pero deja al fisie j culdado de estimaria,”* mos que Jo que funda ta anilogia con la quimica es ta re yenentacion atomistic: las pulsiones, en calidad I ep (Kompor de la vide psiquica, son compa conatituyentes_ ditimos de la materia, Ademfs, ta ductible a la fuerza que s6 © cibe a su vex como afinidad qui- mica. Freud comparte con sus contempordneas ese postulade al cual Ludwig Blichner, en Fuerza y materia, best-seller clentificn publicado en 1855 (jque esté en su decimoprimers edicién ale mang en 1870 y en su vigésima en 19021), dio toda su extensién, Por lo demas, Bichner no hacia mas que resumir la concepelén de la pléyade de fisicos y de fisidlogos que postulaban mas o me nos explicitamente una equivalencla entre fuerza y materia, Dae mos como prueba las autoridades de que se vale en el florilegio Encontramos entre otros los nom bres de Moleschott, Du Bole Reymond, Hacekel, Cornelius Vik 8 Ter oI enn FISICARgy, ual en y permitan la perpetuacion de la vida individ Aas, la de nm determinante wimico es subyacente al deter; eta de lo sional, en espera de que el saber bstrato. Una wins - alisis. Freud ee contemplando porvenir verosimil: “7, yerosimilitud cuando reemplazamos |, particulares por fuerzas psiquicas partic, siquica no hace més psiquica brosa remanencia de | pero también del antigg : ino_detenerse_hasta_no @ Todo lo demas es prow ica no seria, en dltim hacia ese determinante. Notable rem mutatis mutandis, del origen toxicgg ~ mater sin vacilar, atin en 1925, en considerar Jo ‘Siofomes 0 éticos como “consecuencias téxicas directas de w Sexualchemismus),"* & a fy 3s convencionalmente_una_ sustancia vee s REFERENCIAS FISICOOUMICAS pas BE 59 repite hasta su ultimo balance, Manual del psicoandlisis, que iis fendmenos estudiados por la psicologia son en si mismos tan jneognoscibles como los de las otras ciencias, de la quimica 0 de ja fisica, por ejemplo. . ** Sabemos ahora que no se trata de yo ejemplo cualquiera, sino que remite a un verdadero modelo epistemoldgico. . z ‘Ademas, a partir de la constitucién de la metapsicologia, cen- tro de la identidad epistémica freudiana, la referencia a la fisica yala quimica se impone en el trabajo de constitucién. Lo vemos en el famoso texto introductorio de los ensayos de Metapsicolo- ja de 1915." Freud, insistiendo en el estatuto del concepto en sus relaciones con la experiencia, lanza un guifio solidario con el campo vecino de la fisica contemporanea: “Como lo muestra de manera brillante el ejemplo de la fisica, aun los ‘conceptos fundamentales’ que han sido fijados en definiciones ven su con- tenido constantemente modificado.” La misma declaracién se encuentra en “Psicoandlisis” y “teo- ria de la libido”, en 1923, donde, para apoyar la caracterizacién del psicoandlisis como “ciencia empirica”, la analogia se impone de nuevo: “Se conduce como la fisica o la quimica, de tal modo _que sus conceptos mas elevados no son esclarecidos, sus presupo- siciones son provisionales y espera una determinacién mas aguda de éstos del trabajo ulterior.” ** En un escrito de conceptos ica del_psico. plicidad Freud e EL FUNDAMENTO Figicy, Liiy, qeneatcolA pEL MODELO ristcoauimico epistemol6eica que condena toda ciencia de la naturaleza g ; F mitologia. Por otra parte, ese nuevo estatuto de la teorfa, qy ® haji, © sea Du Bois-Reymond, Briicke, Helmholtz y Ludwi 7 e n a su Vez Jas generaciones del Gltimo cunts eee ta a una mitologia, s¢ concibe como una especie de py ndador de la psicologfa cientifica a continuacién de oy rm Wundt, fu emparen! radigma comin al psicoanilisis yala fisica en particular, Cyg Freud habla de su teoria de la libido y la pautie’ como tna cae ee formado por Helmholtz." teorfa”, dice a menudo) ,'** haya pero esa linea renovada de fisidlogos se pone en estrecho qu con el desarrollo de la fisica. En esa Epoca se near « teoria (“algo asi como una ello una funcién epistemolégica nueva de la teory contacto person una evolucién legible paralelamente en la fisig d aje del médico-fisico, del cual algunos especimencs son Fechner, Helmholtz o Lotze. Todos Hegan a la fisica por la me- determinar con una analogia teng dicina pasando por la fisiologia: la psicologia pronto apareceré isis, la fisica sirve, pues, para esquema, Ja cuarta estacién en ese trayecto. Convendré recordar ese su modo de constituciOn. Es, po perfil para comprender el paso freudiano de la medicina at ‘as indicaciones insistentes de Frey psicologia, combinado con un interés permanente, por la fisica de su identidad. y un apego por la fisiologia anatémica, humus de formacién. Por Si ee indicat desde aliscataal ese trayecto, Freud reactualiza un circuito epistémico que se esta- resulta impor ? soep qué fisi eiawé quimiory blece en ese contexto anterior, produciendo tna practica mixta.’ consecuencias, : qué fisica, cate ‘sextl ee ace ggasi que lo que ae el campo solidaridad conexo de la fisica sea im lamenie experimen en ef cam- yee elec. Para ee bes @ fo de la fisiologia de donde sale la psicofisiclogia. Ahora bien, e808 on 1842 se face el acontecimiento capital: el descubrimiento | por Robert Mayer."* igualmente, mmédicorisico, del principio.de. -onservacion de la energia. En efecto, la fisiologia hallaba allf el punto i sobre el cual fundar su naciente de reducir cl proceso _ vital a un eslabonamiento mecénico de _ yéndolo en un principio energético Gnico. En st | Observaciones sobre las naturaleza inanimada, i cuantitativa entre el ¢ a gL FUNDAMENTO Fisic = gnenroola pEL MODELO Fisicoau{MIco 63 hacia 1860 se le reconoce @ Wundt el mérito de haber inaugy,, sta breve resefia es muy instructiva para comprender que el do la psicologia cientifica, eS por una parte porque la sostien, ermine de andlisis que sirve para bautizar el psicoandlisis freu- en hechos tomados de la electrofisiologia, pero por otra parte ,| giand 8° deriva de un tipo muy preciso de quimica analitica-orgé- en primer lugar porque, en sus Leeciones sobre el alma en | ica inspirada en 1 iebig. La psicologia se concibe como analitica hombre y e! el animal, se encuentra “por primera vez, la le gemejanza de la ciencia quimica refundada por Liebig. la conservacion de la fuerza extendida al campo psiquico Como se Ves hacia 1840 se establece un tipo de practica que Queda por situar en esta constelacién la intervencién de || proviene simultaneamente de la fisiologia, de la fisica y de la guimica. sta encontré su Miiller 0 su Mayer desde 1824: se tray quimica proce endo de intereses comunes y convergentes en una de Justus von Liebig que funda ese afio el prestigioso laborate| mattiz energet rio de Giessen. Hay que recordar que: “Cuando surge Liebig, || Ese tipo de quimica analitica tenia por fecundidad propia quimica no poseia una cétedra particular en la mayoria de las unj,| concebir ja investigacion cientifica como 1a interrogacién que versidades alemanas. »- EI cred en Giessen Un laboratorio en ¢| fusca Une sintaxis materializada en Ja naturaleza, lo cual Liebig que el estudiante aprendia no solamente la practica de la quimica,| expres claramente al principio de sus Cartas sobre la quimica sino ademas el odio a las incursiones en el campo de la abstra.| que je otorgaron @ Ja quimica sus titulos de nobleza cientificos cién.” * | en Alemania: 228 ‘La quimica estudia las propiedades de los cuer Liebig tiene, pues, la reputacién de haber inaugurado la en pos, 10s cambios que les hace experimentar el contacto de otros de la quimica experimental en Alemania, a ejemplo de la esc cuerpos. Todas las observaciones reunidas forman una lengua; francesa, clausurando por ende la era de la Naturphilosophie en| cada propiedad, cada cambio observado en un cuerpo, es una Ja esfera de la quimica, a semejanza de Gay-Lussac, Cuando palabra de esa lengua.” aab Se advierte que ‘el método analitico no muere en 1873, el mismo afio en que Freud comienza sus estudio: tiene pot resultado para Liebig descomponer de manera mecé- de medicina, ha revolucionado con sus trescientas dieciocho me nica, sino encontrar las articulaciones de Ja sintaxis fenomenal. morias toda la quimica en Alemania. Pero ademds contribuy6 @] Es tanto mas determinante sefialar este punto cuanto que desarrollo de la quimica orgénica, desembocando en el problem: | condiciona la comprensién. del lugar {ntimo del andlisis y de la capital de los procesos quimicos de la materia viva, Su éxito es, aprehensiOn del lenguaje de los fenédmenos que Freud aplicard, pectacular en el aislamiento del glucésido y del dcido tirico marc: por aprendizaje de ese modelo transmitido, en esa otra esfera que un momento fundamental en la ambicién de reconstituir lo vi| son los fendmenos inconscientes. Descomponer_¥ COM viente a partir de sus componentes quimicos. yuelven i ‘ast decirlo los dos moment de_un mis No es una casualidad si la memoria histérica de M: “ebig lo € re ‘ados entre sf, conservaci : layer sobre ment jebig lo expresa bien: “Compar k acion de la energia se publica en su revista, los Ann 90S i i i de forma, i ' pos presentan ciertas analogias o ciertas desemejanzas i ie Fleesied und Chemie. En efecto, Liebig esbozaba lo de propiedades, tan variadas como 1as palabras de la se da el Be tats ontoien mtencctio partir de 1840, abor- rica, tan diversas como Jas impresiones de nuestros sentidos. i acted an kind 10 interm: io por medio de la qué peer e zaeiode consistia en un anilisis de los Cee 22 Véase infra, segunda parte, cap. 3. Vemos cémo ese tipo de qui: dé los organismos, mediante la comparacidn de los &tomos| mica seus tendo rigurosamente analitica la vex un compuesto ingerido y los dtomos de | a vitales. tados. Desde esta perspectiva, se e los derivados exore | 221 En efecto, Tas Carly sobre } de un compuesto vegetal a un ame la posibilidad de pest ciones a industria, @ ogee a la de entes, animal sustraccion | de fmica: “Ojalé lograr®. primera carta, Tone ei 4 it | Ge que la quimlca, como clencit Lat sms poderoor® 2 fs un eee nigmes de l'univers, pp. 115-116. Fol 2 ee ae Erwin Nagele, 1896), en el capita Licbig, por William Vogt (Schleicher pee ). en el capftulo en que reconstituye el ambiente de !# er. Db } i EL FUNDAMENTO F 6 NTO FISICAL(sy, } ; z que sus Propic| dades se modifican también segin los diversos arreglos que: yy fren. En la lengua particular que Jos cuerpos nos hablan, enon, tramos, como en cualquier otra lengua, unos articulos, unos sos, todas las inflexiones de los sustantivos y de los verbos; en, contramos incluso un gran ndmero de sindnimos. .. Conocemn| el significado de sus propiedades, Sea de las palabras hablada| por la nal ‘a leer esas palabras, utilizamos cl alfaty to que hemos aprendido.”” ** pe | Consecuencia importante: el andlisis quimico no es una pure! simple puesta en piezas separadas, sino wn proceso dinémigg, adn: “El quimico interroga un mineral y el miner) hierro, cromo, silicio, aluminio, 0, ¥ manera, que contiene cicrta palabra de los fenémenos quimicos; eso &S el andlisis qui. mico.” #4 Esto equivale @ decir claramente que descomponer 6 1 Ja actualizacion de una lengua que habria quedado com muerta sin el acto de di scion. Freud, impregnado esa concepeién de la investigacién quimica, se acordard de ell ente y le sacard provecho cuando lo importante seri una lengua, la quimica del inconsciente. Es en ese sentido como el andlisis puede reivindicar su cst de ciencia aplicada. Ciencia, pues: “para saber interrogar h quimico debe haberse familiarizado intimamenk quimico; todas sus deducciones, todos sus results por experimentos, por fenémenos. Cada uno & sun pens ito. vuelto sensible por un fe a lengua de los fendmenc: combinaciones de donde derivan unt “Ha descifrado Ja palabra lapislézuli fendémend, cuerpos no sélo difieren por SU naturaleza, sino FisicoauiMico pavootA DEL MODELO 65 on nico de obtencién de los fenémenos a partir de su propio len- sie que pasaré jgualmente bien en la racionalidad freudiana.**# ctualidad persistente, en el tiempo de los inicios de Fr C ean querella que habia dividido a los “‘nativistas” y a mnie ics”. prueba que Jo que estuvo en juego en la psicofisiologia Jos afios 1840 sigue siendo vivaz. Un testimonio de ello toma- de Ja vida de aquella época nos lo brinda una confesién de Koller, colega de Freud,” evocando el periodo que nos interesa: efstas Ldivergencias de opiniones] representaban dos _grandes ascuelas filosdficas: Ja de los Empiticos.. ._y la de los Nativis- tas)» ESas dos escuelas filosdficas se enfrentaban en el terreno / | § ais Sts fisioldgica. El gran Helmholtz cra el jefe de los em- cos, y Hering, mucho menos conocido, representaba a los nativistas.”” = En efecto, se trataba de determinar si cl conocimiento del jo se obtenfa de manera jnnata o resultaba de la experien- cia, Ese problema habfa sido planteado de manera contempordnea al renacimiento de la fisiologia. En sus primeros trabajos acerca de la energia especifica de los nervios, Johannes Miiller habia planteado el problema, inclinéndose hacia una Ja percepcién que otorgaba valor constitutivo en la representaci6n 1861-64, Hering da al nativismo, en sus ‘gy forma més profunda y més Hering quien, como nos dice virtiera en su asistente en Praga. De hecho, Martha una mencién 4 jones 66 BL FUNDAMENTO VisteaLysy, trabajado, por su parte, con Hering, quien lo habia introducidg , la Academia de Ciencias de Viena. Pero es probable que Freud se inclinara mucho més a favo, de Helmholtz, su “{dolo”, y no podia jgnorar que Hering repre sentaba la escuela opucst. Todo el esfuerzo de Helmholtz, e, ular en su Optica fisioldgica, era reconstituir In genesis doi espacio, en particular en su forma visual, por la experiencia, sip recurrir a una teorfa innatista y nativista. El objeto de toda sy teoria de los signos y de Ia inervaci6n es encontrar en la expe. riencia el origen de la nocién de espacio. ei Una vez mas, Freud hereda problemas que persistirdin durap. te mucho tiempo en su reflexién. Hasta en sus tiltimas reflexio. nes sobre el aparato psiquico, podemos encontrar la huella de esy que cl nativismo y el empirismo habian inscrito sobre 4 de la ién. ! ay ae vesditons + hecho de suscribir a ese cientificismo fisicalista implica una tesis esencial: la del determinismo, que : nunca al a ’ una tesis trivial durante todo el siglo xix. ‘contexto que nos interesa como algo que ja formacién de Freud, como un Leitmo. evocar una vez més el testimonio direo activo en esos problemas; expresdndos: propésito de las juchas de escuelas en como trasfondo ita en yamayanvintsnse EPISTEMOLOGION DE FREUD 6 saber Y cerca de medio siglo antes de que Freud cree Ja herra- aint heuristica del psicoandlisis, Este es precisamente el primer ro de cste primer enfoque descriptive de las posiciones freu- ianas? Freud esté notablemente vinculado a antiguos modelos cpistémicos- sto 8¢ debe por una parte a la notable longevidad de esos elos a través de sus representantes; creadores en los aflos 1840, 800 las autoridades de los aiios 70 y mueren consagrados en los afios 90. Pero por otra parte esa perennidad ya ha sido de o puesta en tela de juicio por la evolucién normal de la ictica: €8 notable que Freud, educado en ese medio protegido, sea particularmente impermeable a lo que no deriva de esos re- ferentes. De tal modo que conviene concluir, de esos dos puntos de vista que son la cuestién de los métodos y el contenido cientifico, que los referentes f{rcudianos tienen un cardcter notablemente Te Ve aferrado a ellos, opon rturb 3 ‘or tanto a modelo Sree frei cido estos dos capitulos, que, a ee a arrprenrrble ad - o. capeia oa Ate owl a | ee oe Poe tc © 0) aes G Epa pu ROISREYMOND 3. EL FUNDAMENTO AGNOSTICISTA fuera de fp spefctica cfecveecentte en: quanssraliay ; A : uy aalalivo:, afios 1880. erge Freud en los Q Tiswni A Greta oh bo shirgi q ts GENEALOGIA DEL AGNOSTICISMO FREUDIAN EUDIANO: FRE pu BOIS-REYMOND Ss ERED ambicién que debemos pensar con Freud: el psic Tal es, pues, 1a S coandlisis, ci natural, estudia una esfera determinada de fe | En esa _efervescencia epistemolégica, un hombi - némenos, gees inconscientes. Pero resulta que frente a apel_de abanderado: el fisidlogo Emile Du si sestere el ina aserci6n aparentemente opuesta: el | T370, con motivo de su nombramiento como er de maa 4 Faculta nte, no es sino la “cosa en | ‘de Berlin, consagracién de una bri ies para aplicarla a “su | nuncia el discurso que serviré ee baa sion de fe a los cientificismos de su tiempo. Se a ningdn investigador, en Ja Alemania del ultimo cuarto de sigh, ignora los discursos de Du Bois-Reymond al menos en canes con recordar aqui que, desde La interpreta | SUS ideas principales y todos los integran en su practica ¢ cién de los suefios, Freud no ha dejado de afirmar la analogia, | ¥ 91° grado, Pero sin duda alguna el mas célebre es ese aa ice que “su naturaleza intima nos es tan desconocida pronunciado el 14 de agosto de 1872 en el Congreso de los na turalistas de Leipzig, que acabé por ser designado por la palabra objeto del psicoandlisis, el inconsci¢ sf”, Freud utiliza aqui la expresion kantiana asunto”, Ya analizamos en otra parte, a propésito de la relacién | del psicoandlisis de la filosofia, esa identificacion obstinada del | jnconsciente con Ia cosa en si r ge aunt egteron 7 ZNO vera, eno he | inconsciente, la autoridad kantiana?* {No pre} 4° Jo concluye: “Ignorabimus!” “* i fildsofos de ocasién si En_ese_texto, Du Bois-Reymond_ des { ida, a los resuelto que se-apoya en la teoria pero especificandola para sacarén con entusiasmo pe “inconsciente obtiene al yuxte qu . Rien: « nk conocimiento. de la incognoscible? Al enunciar este silogismo, es patente cc pardn de mos el meollo de la paradoja de la rateaciogfa freudiana. eat campo de expansion resolverla, si exhumamos el modelo his: bien, e Freud adopta al mismo tiempo que su practica. Si u er irmar la cientific: te y sin contradiccién afi y profi i EL FUNDAMENTO AGNOSTICysy, 5 UU HOL-REYMOND 7 pow? nm de todo lo que se practica entre ellos. Asi, el campo queda cerry, | doe investigable @ gusto, investigable porque cerrado. Al; } a la ciencia de la naturaleza’." La define i afios més tarde, Du Bois-Reymond podia declarar con raz6n; ae habia renunciado por fin a Jas creel oe ee «onorabimus que remataba mis investigaciones se ha | perp escne® de alma” para orientarse hacla el estudio noting ie de palabra simbélica para fe filosoffe natural” mete oe relaciones fisioldgicas. momento preciso en que el joven Sigmund Freud hacia sy Pero e80 equivale @ renunclar a fundar un saber del alma apren en esa filosofia natural, teniendo como maestro al ex | sustancia. El sapearctsme es, pucs, el postulado forzoso de la colega de Du Bois-Reymond, el viejo Briicke, compafiero de sus psicologia ens medida en que pretende yolverse una clencla. Se e Sales resenta incluso como un imperative pata la psicologta: “sl ae En 1880, Du Bois-Reymond reanuda su campafia agnosticista res convertirte en una ciencia de In naturaleza digna de eve oe con motivo de la conmemoraciGn de Leibniz en la Academia de re, renuncia ala ambickén _(metafisicn) de conseimtento del Ciencias de Berlin, pero esta vez Jos dos enigmas se han dividido aly a oo. “ F cocaad en una serie parabdlica de sicte figuras.” Ademés, especifica su’ ta ae se cientifiea, incluyendo al pslcoandlisis, esc agnosticismo segin Ta escala de esos problemas. Considera lor chard 1a advertencia de Lange: iAdmitamos, pucs, audazmente oe “fe 1a materia, el origen del movi icologta sin alma!” Incluso hard de ella una ferviente pro- como traseendentes ¢ insolubles; fesion de fe. Solo que, simulténeamente, fundaré su saber en Ja Jdera dificiles pero solubles, 0 or sombra de lo incognoseible, que obsesiona al saber cientifico narente de la naturaleza, la aparicion como “a fantasma, a Ja vez ajeno y familiar, Lo cual explica la . ildino, ek probleme-de oscilacién entre el rechazo del enigma y \a preocupacion del pro- del lenguaje. Queda el enigma Ctico- pare f el cual suspende su juicio. As! Por tanto, s¢ comprende que cuando Freud identifica el ine ‘balizaba el po en que los sabios deter. consciente con la cosa en sf, reconoce la figura de lo ble que heredé al mismo tiempo que la suntuosa Naturwissenschaft, Pues su castillo tiene su fantasma, ¥ no hace mds que yolverlo a bautizar: “inconsciente” menos cosa en sf que la antigua, que no com de explicacién, sino ituye el reverso de unién de la pro! de Du que podian hacer : su practica los co tenicn- i de tomar en eae tp | enfoque fisiolégico. Por ahh que desplazaba el enigma considerarla como n. Tal era el | EL FUNDAMENTO AGNostic, STA 2 fo adil 0S afios-coyuntura: aah Universidad “Celebridad de ln pore: Realiz6 célebres estudin alt gimnot© y la raya eléctricos de Sudamérica, y habia sigy sobre i Universidad de Berlin; el discurso que pronuncig motivo de su nom! iento, Ignorabimus, esbozando los |. con - niento humano en una perspectiva muy kantiana ‘ ; era un elisico. Creo que lo sigue siendo. Sostenia la causalidag, io entre otras cosas que, si fuese posible conocer la ma. afirmand ‘san las cosas y las fuerzas, sc podria pre. jsi6n matemiitica.” ° viejo Koller yibra atin en el momento de entusiasmo que sintieron él y sus amigos, entre los cua- : , a principios de Jos afios 1870, al escuchar ese cantico del. ismo y del determinismo que entonaba entonces ¢| jlustre Du Bois-Reymond, investido de la doble autoridad cien. tifica y académica, para unos “jévenes animados de altas preten- ” y “sofiando con un ae futuro académico”’. funcional es heredado por sus émulos, supuesto, que invente esa actitud, OS, Se Op0: s en doctrinas. También es dl de los ismos. En ese viraje evn pu DS REYMOND rt qraicion de los naturalistas para con el moni ive: a De hecho, a medida que su reflexién ieee ioe ‘acini previenen contra las consecuencias que advierten en su préctica. suele verlos defenderse contra “‘el materialismo burdo” a ria inferirse de sus trabajos y deshacerse de é1 incluso coup una tentacién imputable a un “pecado de juventud”. En 1869 todavia, durante cierto congreso cientifico celebrado en Inns- pruck, Vogt se opone violentamente a la postura espiritualista de Mayer. El] mismo que habia otorgado su principio al energetismo solfa emitir Ja idea de que “las verdades cientificas son a la reli- i6n cristiana Jo que los rios son al mar”.”* Pero lo que ccupa | cada vez més el primer plano es un dualismo mitigado acompa- | fado de un agnosticismo, que se volveré lo necesario del pensa- | miento de la intelliguentsia cientifica —reduciendo el maonismo | a una actitud especulativa. a Desde el punto de vista doctrinal, Freud interviene en el mo- mento en que se debilita ese movimiento: la Naturphilosophie dejé atrés su mejor €poca, el materialismo se embota 0 se especi- fica en monismo, para ceder su lugar a un agnosticismo vigilante. Sélo que Freud no puede contentarse con esa garantia agnos- ticista: tiene que integrar en procedimiento de conocimiento ¢s- pecifico y codificado el estudio de esos procesos inconscientes que, en la medida en que se traslucen en los fenémenos, consti- ‘una transobjetividad. No podria posicional de objetividad en primer psicologia mas. Lo que se requiere, rrespondencia con Filiess una iH Ilevaria el trasfondo de lo consciente’ la ‘r EL FUNDAMENTO AGNosTi¢, Wy, Pero para nuestro propdsito que consiste en situarla p exhumar su origen, nos basta con haber asignado su func’ Ademis, tenemos que delimitar esquematicamente su cis histdrico. Esto resulta de entrada problemitico, en la medida e e de ese modo tocamos el meollo de la originalidad freutte, s) Asi, lo que Freud llama su ‘hijo ideal”, su “hijo problema”,4 x ‘tiene en principio mas padre que €| mismo. Pero en los dispos, Yivos discursivos mediante los cuales codifica esa empresa, dehy forzosamente ser tributario de las herramientas tedricas dispo. nibles. Si bien ¢s efectivamente Su hijo, no podria inventar |g modalidades por las cuales, 61 mismo hijo del saber de su tiem. po, lo engendra. Por tanto, tenemos ahora que volvernos al mo. mento en que ese engendramiento por fin se Meva a cabo, ep 1915. 2. EN LAS FUENTES DE LA METAPSICOLOGIA FREUDIANA? ERNST MACH Para quien quiere aprehender la naturaleza y cl sentido de la meta y sus cimientos epistemoldgicos, Ja pagina de ge neralidades metodoldgicas que introduce el primer ensayo de Me. , “Pulsiones y “os de — presenta un y sefialado desde hace ya tiempo. Freud, que suck adentrarse de inmediato en el trabajo de soneeenscln epistem oa se toma esta vez el tiempo de formular, en una introduc = su plataforma epistemoldgica. Aqui y allé en sv expondré sus herramientas heurfsticas, pero en este texto * reducen las proposiciones esenciales que constituyen el capitel a freudiano. se trata aqui? {De generalidades emitidas, de , como prefacio al trabajo de construccién de objeto, o bien Ee por acne o método? En vez de especular acerca del sentido que dar a este tipo de discurso, en que la racio- freudiana parece a la vez tomar cue / rpo y dile rirse, nos proponemos recurrir al origen positivo de ese discurs0 En efecto, hay aqui reiteracién i por Freud, se dalidades a de un tipo de discurso eid pre que: exhumar (pues ya ha sido olvidado), en la medida 8 puede — algo nuevo acerca de la identidad epistémict ™ Carta del 12 de * diciembre de 1896, cf. Jones, 1. 1, p. 325. asst mackl 75 rf discurso epistemolégico que se forja en la segunda mitad ial siglo XIX a principios del lo xx, un tedrico desempefia un y determinante: 8 trata de Ernst Mach (1838-1916). rey gran problema que Mach se dedic 2 a resolver es encontrar ft punto de vista de continuidad de la fisica a la psicologia, La jectura de los Prolegdmenos de Kant y el estudio. de Herbart y de echiner 8 lo que permite que ese proyecto tedrico se formule; la educcion del universo @ un complejo de sensaciones. que posibi- {ita Un continuismo psicofisico. Mach reanuda ¥ especifica ese pt oyecto en una serie de libros, de sus Jecciones de psicofisica (1863); La historia y la rate del principio de la conservacidn del trabajo (1872), La mecdnica su evolucion (1883), Los principios de la teorla del calor (1896), ¥ sobre todo El andlisis de las sensaciones y la relacion entre 10 fisico y lo psiquico (1886) . A principios de este siglo Mach s¢ presenta como uno de los yalores establecidos de la ciencia alemana. En tanto que desapa- rece, en los filtimos afios del xix, la gran generacion de los fisié- logos ¥ {isicos del siglo _—Fechner (1887), Briicke (1892), Helm- holtz (1894), Du Bois-Reymond (1896) — Mach representa una _ corriente cientificista triunfante. En sus Lecciones de ciencla po- pular (Popularwissenschaftliche Vorlesungert), difunde en wn dis- curso semivulgarizado Jos principios de ese movimiento. Ahora bien, en la generacién de los jovenes psiquiatras de fi- nales de siglo, este ideal cientifico ¢s reconocido ¥ asimilado. Cuando en 1894 Breuer ¢# elegido miembro corresponsal de 1a Academia de Ciencias de Viena, tiene por padrino, ademas de Exner y Hering, al propio Mach.” No es una casualidad si Freud ev hacia esa poe te 08 Def. sonajes en terminos de ‘dentificacién; en. efecto. si cientifico encuentra en ¢ ene cor Helmholtz’, Bo 18 tabstdarstellung deciarark ‘dolatria’’ por Helin login ide Eanst Briicke donde por ren ef taborutsr tisfaccién, asf com> ® " AMENTO AGNOS 1% mL FUND) AGNOST IOI, Praga." Pero Mach desempefia un papel especifico en esa family cientificista; se vuelve su tedrico. Traduce en epistemologia |, prictica de esos sabios. ( Se adivina la seduccién que podré ejercer on Ja nueva gene racién de psiquiatras austrincos, a la vez como partidario de yy fisicalismo del psiquismo y fildsofo de ¢s4 practica medité las su teoria del sistema, ne re Se ches un autor recomendado para Freud, suje to de esa practica: contrariamente & Jos fildsofos, no pesa sobry | taba, su lectura ¢s incluso natural, como espcjo de iy 19 Das Unheimliche pruchy —por cuanto presenta uo aspecto anecddticy | | del Andlisis de las sensaciones, el mis “filosd | id de Mach de aquellos afios (G. W., x11, 262), ién de los elementos de w weir una sintesis de filosofia de i “error (Erkennitnis nd quisiéramos establecerlo, itifica, Ay 4, sin reducirla a un " ie la perspective clentificista comdn, sing una verdadera jdn, hasta bo literalidad, No cabe dude que de alli es de ncn UNA’ no dewpreciable de su pequeho caph ico Que evocdbamod al principio, Hi n af notable, de la genealogia freudiana, rque a importacion de un modelo eplstemolégica, ates por las recurrencias literales, nos parece portadora de clave histérica para Ja puesta en situaclén del proyecto fred: en otras palabras, para una lectura ingenua de la repeti- , Freud habla aqui como disclpulo.de Mach, cuando entra en meralidades epistemologicas, L.Como comprender esta filia hecho pintoresco de ta historia de las , ni elevarla de inmediato al rango de sentido tedrico deter 7 {Qué nos dice sobre ¢l estatuto del suber poicoans a? Para averiguarlo, quisiéramos primero mostrar con precision de repeticiOn, que se traduce para verdadero de Mach con el de f t nte clucidar esta repeticion, na tanto para ™ s ha 7 EL FUNDAMENTO AGnc 8 °sTlcip, y por la filosofia; pero naturalmente sdlo pude recorterlas oo), ‘aficionado. Concuerdo con Schuppe: el pais de lo trascenden, me estd vedado, y ademas declaro abiertamente que sus habitge tes no pueden excitar de ningtin modo mi curiosidad cient Por tanto, resulta facil apreciar el abismo que me separa de ime chos filésofos. Ya lo he dicho explicitamente: 10 Soy mds que z sabio y no soy en absoluto un fildsofo. Si pese a ello se tne jy considerado a veces como tal, y de una manera un tanto ¢ trepitosa, no Soy responsable de ello. Pero, por supuesto, no quis, ro, como sabio, supeditarme ciegamente a la direccion de un fig. sofo particular. . cae Unos afios mas tarde, en 1912, Ferenczi empleard, como py. tavoz de Freud, esos mismos términos para rechazar, contra Py, nam, que “los psicoanalistas someten, © en todo caso adapta sus conocimientos recientemente adquiridos a una perspectiy, filosdfica determinada’’.** Encontraremos en Freud, en esos mismos términos, esa con. cepeién topoldgica del saber. Existen regiones cientificas, delim: tadas segin las clases de fenédmenos inyestigados, manteniend buenas relaciones diplomaticas, pero en el respeto de sus fronte ras respectivas. Ademés, esa topologia se extiende a la filosofie Jo cual equivale a denegarle sus pretensiones a legislar sobre d conjunto: ésta es llamada a la autonomia de sus fronteras. En Psicoandlisis y teoria de la libido,” el psicoanilisis se ce racteriza como “‘ciencia empirica”. Pero cs en el articulo de 1915) publicado en Ia revista Scientia,® en el que Freud se propor definir el interés que el psicoandlisis puede representar para ‘otras regiones del saber, donde esta concepcién topoldgica es mi clara; el universo del saber est4 estructurado en provincias qu reciben cada una el estatuto de Spezialwissenschaft y que estal ae una especie de relaciones de interacciones o de intereses re res has eka cada una de las regiones cot hilidad a casi monddica, vinculada a la irreduct- objetos respectivos. ; * Op. cit,, pp. 89. Wilhelm Schuppe sostiene una teoria de le see humano, 1870; Légica, 1878). s, Payot, t. 1, 226. Para situar esta phil panst MACH = En esa topografia, hay un lugar ({vacio?) para unas “tierrs dentro” asimilables a una no man's land, alguna Rk oe ei : que es yiza ninguna parte, lugar de la atopia, o utopia, lo que Mach jlama en términos muy freudianos “el pais de lo trascendente”. separado por un “abismo” de las regiones cientificas. Hay en Mach, exactamente como en Freud, ese doble estatuto de la fi- Josofia como pais peligroso y como pais de extrafamiento turis- tico, Unas veces se la descifra como un lugar donde uno puede rderse —lo cual explica el rechazo a dar el salto mortale en el abismo especulativo—, otras s como el lugar de un anodi- no paseo especulativo donde nada serio esté en juego, por cuan- to tiene uno la seguridad, al finalizar las vacaciones, de volver asu casa, a su jardin cientifico. Cuando Mach dice que el pais de lo trascendente le esté yedado, Freud hablaré de “‘incapacidad constitutiva”™ para la abstraccién filosdfica, que justifica el rechazo del viaje especu- Jativo. Asi, lo primero que encuentra el metodélogo y psicélogo de Jas ciencias es la cuestién de la ciencia y de la filosofia.** Tomando en cuenta lo anterior, la filosofia se concibe a la vez como pais de lo trascendente y tipo de Spezialwissenschajt. Desde el primer punto de vista tiende a la Weltanschauung, en la__ medida en que “el fildsofo trata de orientarss

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