Está en la página 1de 2

Decadencia Del régimen porfirista y los movimientos sociales

Durante el porfiriato, la vida política y social no se mostraba tan perfecta como la vida
económica, existían grupos inconformes con la figura del presidente, así como de las
injusticias que se cometían, sobre todo en los estados más alejados de la capital, como la
esclavitud en las haciendas, las industrias y los comercios, a la que eran sometidos muchos
trabajadores. Aunado a ello, las reelecciones interminables de Díaz y su vejez hicieron que
los jóvenes políticos y entusiastas comenzaran a reunirse clandestinamente para organizar
su destitución; lo anterior llevó a que hubiera varias revueltas sociales que encaminaron a
un declive de popularidad del presidente, y que posteriormente desembocaron en el inicio
de la revolución de 1910.

Huelga de Cananea
En 1906, los problemas obreros volvierona agitar al país. Los mineros de la Cananea
Consolidated Copper Company secundaron las resolucioneleslilaguapas de Partido Liberal
Mexicano y exigieron a la empresa tanto garantía de un salario mínimo como la de la
jornada de trabajo. El movimiento se postuló con claros tintes nacionalistas que el gobierno
no supo enfrentar. La cercanía de la frontera hizo que el gobierno de Sonora y la empresa
solicitaron la colaboración de estadounidenses armados para proteger sus instalaciones. El
conflicto desembocó en violencia y muerte; los dirigentes del movimiento fueron enviados a
la cárcel de San Juan de Ulúa. eliza
Cananea
Apenas terminado este caso surgió otro incidente grave: la creciente pauperización de los
obreros textiles de la región de Puebla, Tlaxcala y Veracruz, y el intento de aplicar un nuevo
reglamento laboral, ocasionaron una huelga de los trabajadores de Río Blanco a finales de
1906. El gobierno trato de mediar, pero las empresas se mostraron intransigentes, de esta
manera el conflicto termino con la matanza de obreros y el fusilamiento de sus líderes.

Creelman
== A algunos inconformes con el régimen fue la entrevista que el periodista James
Creelman le hizo a Porfirio Díaz en 1908 para el Pearson´s Magazine, reproducida en
español por el periódico El imparcial. En ella Porfirio Díaz hacía un balance su gobierno y
declaraba su fe en la democracia. También reconocía que su paz había sido forzada, pero
sostenía que había preparado al pueblo para ejercer una democracia en las siguientes
elecciones. Con esta declaración, la entrevista se interpretó como un permiso para actuar y
opinar políticamente. Después de esta entrevista Porfirio Díaz creyó que cambiaría la forma
en que lo veía el mundo; se decía de él que era un tirano, un dictador, pero no fue así, esos
mismos calificativos seguían rondando y el presidente nunca se creyó realmente eso de
abandonar el gobierno.
Francisco I. Madero, llamando “La sucesión presidencial” en 1910; los partidos políticos
no tardaron en presentarse y en hacer una oposición más fuerte para las elecciones de
1910. Surgió el Partido Liberal Mexicano, con su líder Ricardo Flores Magón, y el partido de
los reyistas, como eran conocidos los seguidores de Bernardo Reyes. En Puebla los
hermanos Serdán eran miembros de un partido llamado Paz y Progreso, y así como éste,
en otros estados hubo diversos grupos, que al final se unieron en un solo ideal: el
movimiento encabezado por Madero.
Partidos y clubes
Uno de los partidos que surgieron contra el régimen del presidente Díaz fue el Partido
Liberal Mexicano, de cual era seguidor Francisco I. Madero, y junto a él, un grupo de
periodistas, científicos y maestros; este partido fue organizado por liberales inconformes,
siendo los más destacados de ellos los hermanos Flores Magón, Juan Sarabia y Antonio
Díaz. Por formar un grupo opositor, y dadas las circunstancias del país, algunos de ellos
decidieron radicar en Estados Unidos, donde editaban el periódico Regeneración, dirigido
contra el régimen de Díaz.

Otro fue El Partido Nacionalista Democrático, creado en torno de la figura de Bernardo


Reyes, y que tuvo como dirigente a Samuel Espinosa de los Monteros.

El club Antirreeleccionista de la Ciudad de México también adquirió importancia, sobre


todo después de la publicación del libro de Francisco I. Madero y de las ideas vertidas por
varios de sus militantes, entre ellos Luis Cabrera, José Vasconcelos y Emilio y Francisco
Vázquez Gómez.

Para el año de 1906, el Partido Liberal Mexicano formuló un programa, con lo cual pidió
mejoras en ciertos sectores de la población, sobre todo los que trabajaban en las fábricas y
las haciendas. Este programa además incluía la prohibición del trabajo infantil y una
indemnización para los obreros que se accidentaran.

También podría gustarte