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Joan Garriga El buen amor en la pareja Cuando uno y uno suman mas de dos Ediciones Destino Coleccién Imago Mundi Volumen 239 [No se pesmi la sepodaceién toto parca de ese bo, Nv imerperades unser wfoemdeco, su ania {cui fora por cigar eta Se cee, ‘mesn, por os:bpa, por pabacon wate metodo ne urge pleioy posse del ear a feaclon dels derechos envious pose tr cutartvade dette conta a propa [Geetel (Ak 2707 sguene Codigo Perl. Hirose a CEDKO (Cento Eup de Derechos Reprogtics) St rcelsfotocpir eran agin fsgmeno deca cea. unde cnacar dn CEDRO a at dels web wwwcoaicnla.com Dporilfonn ens 01 00 99.70/95 2720447 © Joan Gacriga Bacardi, 2013 © Ediciones Destino, Ax 2013 Diagonal, 62-664. 08034 Barcelons swormedestino.es srawplaneradelibrox.com Primera edicién: marzo de 2013 Deécina impresin: sepriembre de 2014 ISBN; 978-84.233.4625-7 Depésita legal 8. 2.521-2013 Impreso por Book Print Digital S.A. Impreso en Espaia - Printed in Spain pape wtilzado pra a imprsin de ete ibroe en por en Hote de oro yo clea como roel elie. {INDICE Introduccién , : 13 1. Vivirenelamor.....ee.e ee. 19 2. La buena noticia: nadie puede hacerte infeliz.... 23 3. La mala noticia: nadie puede hacerte feliz ...... 27 4, @Para qué, entonces, la pareja’. Tere nntgs 5. Enamoramiento, eleccién, compromiiso, entrega . 37 6, Sexualidad e igualdad . . : 4 7. Un espacio para el erecimiento..........00.4. 45 8. Las cinco condiciones para el bienestar dela pareja ...csseeveeee : 49 9. El equilibrio en el dar y el tomar ....... 57 10. La venganza amorosa . : 65 11. Bl poder que invita al poder. : 71 12. Hombres y mujeres aman por igual . 7 13. Una pareja, dos sistemas israel 14, Las Constelaciones Familiares son : la oportunidad de escuchar tu cancién. 89 15. Hijos de mamé e hijas de papa........ 97 16. La buena culpa . Rooted et rece 103) 17. El movimiento amoroso interrumpido......... 111 18, Tomar alos padres ....... 19. La pareja de tres: sexualidad, infidelidades y adicciones . ae 20. Cuando el amor no es suficiente (proezas existenciales en la pareja). 21, Elcoraz6n tiembla.......6.-+ ete a aieatte 22, La felicidad pequefia y la felicidad grande... 23, Candidatos al dolor..... 24, Puedo vivir sin ti.....6.60. 25, La buena ruptura. 26. Cerrar bien las relaciones. . . 27. Nuevas familias, nuevas dindmicas ..........+ 28. Los padres no se separan..... 26-0 0eee eee 29. Una nueva oportunidad. . 30, El amor en la madures.... 0.2660 00004 31. El buen amor: 32. Ni brujas ni caballeros: hombres y mujeres en busca del buen amor..... +++ Heres Epilogo: Un espacio para el misterio..... Berean Postrarse. ss... 22-05 peered 1s 121 129 135 139 143 147 155 161 165 169 173 179 185 191 195 203 A Beatriz, en su memoria «Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la bitsqueda de conocimiento y una insoportable piedad por el sufrimiento humano. He buscado el amor, primero, porque conduce al éxtasis, un €x- tasis tan grande que a menudo hubiera sacrifica- do el resto de mi existencia por unas horas de este 070. Lo he buscado, en segundo lugar, porque alivia Ia soledad, esa terrible soledad que en una conciencia trémula se asoma al borde del mundo para otear el frio ¢ insondable abismo sin vida. Lo he buscado, finalmente, porque en la unién del amor he visto, en una miniatura mistica, la vision auticipada del cielo que han imaginado santos y poetas. Esto era lo que buscaba y, aunque pudiera parecer demasiado bueno para esta vida humana, esto es lo que —al fin— he hallado.» BERTRAND RUSSELL, Autobiografia INTRODUCCION Como sucede a menudo en los asuntos cardinales de la vida y del amor, todo comenzé con un hecho azaroso y un tanto inesperado. Corria el aiio 2000 cuando me in- vitaron a impartir en Buenos Aires, mano a mano con la directora del Centro Bert Hellinger de Argentina, un ta- ller de parejas basado en las Constelaciones Familiares. A pesar de llevar muchos afios trabajando como tera- peuta y formador de terapeutas, no era un gran experto en parejas, Asf que al principio opuse resistencia, pero debié de ser demasiado tenue porque acabé dando el taller. Fue una experiencia interesante, profunda y con- movedora para las personas que asistieron, y también de gran valor para mi. A partir de ese momento empezé a correrse la voz de que yo entendia de parejas, y desde entonces he ido por distintos lugares del mundo impartiendo talleres en los que utilizo la técnica de las Constelaciones Familiares para ayudar a solucionar todo tipo de problemas, pero muy éspecialmente los amorosos, tratando tanto con parejas como con personas individuales, casadas, solte- ras o en cualquier otra situaci6n. : No me considero un gurii ni un modelo en este cam- po. De hecho, desde el primer taller, he vivido este tiempo como un camino de aprendizaje personal, como un acto de entrega a otros pero a la vez de crecimiento en mi propio camino afectivo. Como la mayoria, he amado y 14 EL. BUEN AMOR EN LA PAREJA amo, me he casado, me he separado, he suftido, he vi- sitado la alegria y el dolor, he cometido errores y proba- blemente logrado algiin acierto. He tenido varias parejas de larga duracién, dos hijos, dos divorcios y otras rela- ciones que han dejado en mi su huella con diferente in- tensidad. En realidad, a veces sospecho con humor que la Gran Sabidurfa me ha puesto a dar talleres de parejas para ver si aprendo lo necesario... Y es que seguramente sea cierto que uno ensefia con gusto sobre aquello que atin necesita procesar y aprender, y convengamos que el tema de la pareja y sus misterios es infinito, En cualquier caso, no se trata de contar mi historia, sino de compartir lo que he aprendido en los talleres que imparto, pues este libro se sustenta en la experiencia de la década larga que llevo trabajando con personas y con parejas acerca de sus asuntos de pareja y sus Constelaciones. ‘Aunque éste no es un libro de Constelaciones, quiz4 convenga explicar brevemente en qué consisten. Es difi- cil hacerlo de forma resumida, pero diré que se trata de un trabajo terapéutico desarrollado por el psicoterapeu- ta alemén Bert Hellinger que aborda los problemas de relacién —v de cualquier otro tipo— con un enfoque sistémico, es decir, teniendo en cuenta todo el sistema familiar de la persona y toda su red de vinculos (o los de cada miembro de la pareja, cuando el trabajo es de a dos). Es una experiencia que remueve, que agita inte- riormente y nos hace contactar con las sutilezas y los movimientos profundos del alma. Y que asimismo reve- la los vinculos, las dindmicas y realidades que estan ac- tuando sobre la persona desde la sombra. Es una técnica que permite ver de forma rapida cémo cada uno estrac- tura sus vinculos, y cémo estos vinculos nos permiten caminar con fuerza hacia la vida o nos lo impiden, cmo nos abren puertas o nos las cierran, cémo nos conducen myrRODUCCION 15 hacia la dicha o hacia la desdicha, cémo nos sanan o nos enferman, cmo nos crean problemas o nos los re~ suelven. Y cémo nuestros vinculos amorosos con nuestros anteriores, especialmente con nuestros padres, sostienen nuestros vinculos amorosos con nuestros posteriores, en tuna suerte de geometria precisa de las relaciones humanas. ‘Mis adelante mostraré algunos ejemplos ilustrativos de situaciones que he vivido en mis talleres, y estoy segu- ro de que con ello se entender mejor qué son las Cons- telaciones y cOmo pueden ayudar a comprender y mejo- rar la relaci6n de pareja. Pero para quien no conozca el funcionamiento de las Constelaciones Familiares, convie~ ne sefialar que son una representacién de nuestra familia, 0 de los otros sistemas relevantes a los que pertenecemos, ya sea la empresa, las relaciones de amistad u otras. Para ello se eligen, de entre los participantes, a varias personas que representarén al padre, la madre, la pareja o la expa- reja, los hijos nacidos, los que no llegaron a nacer, los abuelos, el jefe... Segiin cusl sea el problema que se plan- tee o los objetivos que se quicran lograr. A continuacién, las personas escogidas se posicionan en el espacio, dando expresigu a nuestra imagen interior del sistema, a como. funciona y a las relaciones entre sus miembros. Una vez hecho esto, se desarrolla la Constelacién de manera tal que se logean clarficar las dinamicas problematicas del entorno en cuestién, y cémo hacerlas funcionales y sol- ventes. Bl cliente interioriza asi imagenes y movimientos emocionales que, a modo de solucién, acaba trasladando a la realidad de su propia vida. Aunque habitualmente son més poderosas y efectivas en grupo, las Constelacio- nes también se pueden hacer de forma individual a través de instrumentos de ‘representacién que permiten com- prender Ja estructura de nuestros vinculos y sus conse- cuencias, haciendo cambios cuando es necesario. 16 EL BUEN AMOR EN LA PAREJA Este libro no habla de lo que hay que hacer o de lo que no hay que hacer. No habla de modelos ideales de relacién, sino de relaciones diversas, con sus propias pautas y estilos de navegacién. Pero, para que resulte titi, también habla de aquellas cuestiones que habitual- mente hacen que las cosas funcionen o se estropeen en una relacién de pareja, y de los ingredientes que facili tan o dificultan construir una buena relacién de pareja y mantenerla. En este sentido, da pistas para que cada uno encuentre su propia férmula, su modelo y su manera. Vivimos un momento de apertura, a la vez que de desconcierto, sobre cémo pueden o deben ser las rela- ciones de parejas y, en este sentido, lo que planteo, como se ird viendo a lo largo del libro, se sittia en una perspec tiva de libertad y de respeto, de hacer y dejar hacer. Las personas no tenemos por qué comulgar con dogmatis- mos de ningtin tipo, ni debemos sentirnos culpables por no hacerlo, Hay demasiada gente que sufre por no enca- jar en un esquema de supuesta normalidad. » Hace unos afios escribf: «lmaginemos un mundo don- de, por ejemplo, la vejez, la enfermedad, la timidez, Ia muerte, €] sufrimiento inevitable, estuvieran bien vistos y formaran parte respetable del vivir en la misma medi- da que sus contrarios, la juventud, la salud, la expresivi- dad, la vitalidad y el gozo inevitable. Demasiadas perso- nas sufren atin la presién de no encajar con lo que convenimos en valorar como bueno, pero gquién es ca- paz de afirmar que una cosa es mejor que otra, que una vida, por ejemplo, es mejor que otra?». La vida es, afor- tunadamente, muy amplia y variada, y cada uno tiene sus predisposiciones y su singularidad. Hay personas que estan hechas para vivir con la misma pareja toda la vidas otras, para tener diez amantes al mismo tiempo, y otras, para ser monjes o monjas. Unas se orientan hacia INTRODUCCION 17 personas del mismo sexo, y otras hacia personas de dis- tinto sexo, Cada uno debe respetar su original forma de ser, incluso su propia neurosis o tendencia condiciona- da, aunque trabaje para modificarla, y no tratar por to- dos los medios de encajar en un modelo ideal de rela- cién de pareja. Lo importante es la aceptacién amorosa de uno mismo y de la propia singularidad. Y cada cual puede encontrar regocijo en respetar su propia natura~ leza y ser feliz siguiéndola. En cierta ocasién conoci a un monje benedictino que me cont6 que habfa sentido la vocacién religiosa desde muy joven. Durante afios, visi- t6 a varios psicélogos para encontrar el trauma que ha- cfa que quisiera ser monje. Pero, después de cierto tiem- po y numerosas visitas al divan, seguia desedndolo, ast que ingres6 en un monasterio. Y alli sigue, viviendo com- placido su vida monacal y comunitaria. Hoy, ya no hay un tinico modelo, sino libertad para inventar el propio modelo. No hay modelos, sino anhe- los: todos tenemos el anhelo (y la necesidad) de amar y ser amados, de gozar de una estabilidad afectiva, de sen- timnos vinculados, de pertenecer y, a ser posible, de dar vida o de servirla o cuidarla de alguna manera. Pero este anhelo se puede desarrollar tanto a través de un matri- monio para toda la vida como de un living apart to- gether (estar juntos pero vivir cada uno en su casa). En realidad, después de siglos con un modelo claro basado en el binomio hombre/mujer como unidad sentimental y socioeconémica, estamos reinventando la relacién de pareja. Hoy, lo més habitual es que una persona sea «monégama secuencial», es decir, que a lo largo de su Vida tenga varias parejas estables, de la misma forma que también es frecuente pasar varias temporadas sin pareja estable, Todo ello conlleva tanta libertad como estrés ¢ incertidumbre en los vinculos. 18 EL BUEN AMOR EN LA PAREJA La cultura, que establece cauces y formas para la unién amorosa a los que tratamos de amoldarnos, coexis- te con la natura, y no debemos olvidar que venimos de hordas némadas de cazadores-recolectores de mas 0 menos ciento cincuenta miembros, en las que los lazos sexuales y familiares gozaban de una gran libertad de formas que contrastan vivamente con los actuales mo- delos del amor, tan individual, patriarcal, posesivo y pa- trimonialista. No es mi objetivo ahondar en una visién antropolégica de la pareja, sino tan sdlo sefialar el con- flicto que en muchas personas se produce entre mente € instinto, civilizaci6n y predisposicién, cultura y natura, y las consignientes acrobacias mentales y sociales que tratamos de realizar para complacer los requerimientos de ambos. Mi experiencia me dice que en las relaciones de pa- reja no hay buenos y malos, culpables e inocentes, justos y pecadores. Lo que hay son buenas y malas relacione: relaciones que nos enriquecen y relaciones que nos em- pobrecen. Hay dicha y desdicha. Hay buen amor y mal amor. ¥ es que el amor no basta para asegurar el bienes- rar: have falta el buen amor El buen amor se reconoce porque en él somos exactamente como somos y dejamos que el otro sea exactamente como es, porque se orienta hacia el presente y hacia lo que est por venir en lugar de atarnos al pasado, y sobre todo porque produce bien- estar y realizacién. No quisiera terminar sin decir que éste es un libro sencillo que trata asuntos complejos y hondos, invisibles a veces a los ojos de la mente y solamente intuidos por los ojos del corazén, cuya pretensién es aportar un poco de luz para que muchas personas —con o sin pareja— encuentren, si cabe, una mayor dosis de bienestar en sus asuntos afectivos. Ojalé logre algo de lo que pretende. VIVIR EN EL AMOR Alo largo de nuestra vida, las cuerdas que més intensa- mente vibran en el interior de las personas son, sin duda, las del amor y el desamor, las del apego y la pérdida, las de los movimientos expansivos del corazén y sus contra- rios de retraccién. Bailando al son de sus compases ex- perimentamos plenitud 0 vacio, enorme dicha 0 el hielo de la desazén y la destemplanza. Asi somos: mamiferos, esto es, necesitados y gregarios. Un anhelo no siempre completamente satisfecho y persistente en los seres humanos ¢s vivir en el amor con un otro significativo, 0, mejor, con muchos otros signifi cativos, De nifius, nuestros padres, hermanos, tfos, abue- los y demés parientes; de adultos, nuestra pareja y nues- tros hijos, sobre todo. También, por supuesto, otros familiares, amigos, socios, maestros, alumnos, amantes, compafieros en ciertos tramos del camino... Es imposi- ble imaginar un castigo mayor para un ser humano que el de Ia soledad y el desamor. Schopenhauer afirmaba que la mayor crueldad y el mayor castigo concebibles para el hombre seria ser invisible e inmortal al mismo tiempo. Suena terrible e inhumano. Necesitamos ahuyentar «la trémula soledady y vivir en comunidades significativas, asi que estamos siempre dispuestos a invertirnos en el milagro del encuentro real 20 EL BUEN AMOR EN LA PAREJA con otro ser humano, en ese chispazo de vida en el que el otro se ilumina y nosotros con él, en el que por mo- mentos lo tenemos plenamente y de este modo también nos tenemos plenamente a nosotros, en el que ef inter- cambio verdadero entre dar y tomar se logra, en el que, por fin y con suerte, nuestro corazén se abre y sentimos la experiencia de ser uno, de la genuina intimidad y de convertirnos en destino el uno para el otro. Asi acontece a veces en la pareja, y se experimenta como felicidad. Buscamos la unidad, perdida en algtin lugar de nues- tra mente cuando, siendo todavia nifios, empezamos a trocear la realidad en pedazos de pensamiento y le im- pusimos nombres, apartandonos del ser puro y esencial que fuimos y al que seguimos afiorando, Y la buscamos, con acierto o desacierto, en el otro. Anhelamos reencon- trar el silencio interior al reposar sin mas en nuestra presencia real y en la del otro. Miramos constantemente los ojos del hermano eterno para asir la plenitud de la vida, como explica el relato de Stefan Zwveig del mismo nombre, Io que significa que en el encuentro verdadero y amoroso con el otro logramos reconocernos profun- damente a nosotros mismos: si yo te mire a ti y veo que también eres yo, algo en lo esencial se calma. Ast que un ingrediente de la felicidad terrenal que seguramente po- demos experimentar en esta vida viene a través de sen- timos unidos y de lograr unas relaciones ricas, fértiles, hermanadas, cooperativas y amorosas. Seamos sinceros: seguramente, ningtin 4mbito de la vida esta tan lleno de expectativas y promesas como el Ambito del amor en la pareja (si exceptuamos, quiz4, otros grandes falsos griales como son la riqueza, el po- der o el afan de notoriedad), y es probable que sea por- que le atribuimos la potencialidad de hacernos regresar al paraiso perdido de la unidad original con los padres, VIVIR EN EL AMOR ar © de levarnos a la tierra prometida, llena de abundan- cia, en la que nuestros temores se diluiran y nuestra so- ledad existencial se tornaré menos frfa y abismal, o in- cluso desaparecera. Y, sin duida, la pareja nos da algo de lo anterior, pero gpuede hacernos felices o desdichados?

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