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Apuntes Politicas
Apuntes Politicas
1. Explique por qué plantea que hay nuevas y viejas razones para educar y la necesidad de
una crítica de las razones de educar.
Vivimos en una etapa de transformaciones en la educación. No podría ser de otra forma, si se
atiende a los profundos cambios en la vida social. El problema, son las direcciones, sentidos,
decisiones que se toman, las tareas que se proponen, los obstáculos que se encuentran. Se
plantean nuevas y viejas razones para educar. Se discute y se argumenta con ellas.
2. Por qué afirma que el campo de la filosofía de la educación es problemático?
El campo de la filosofía de la educación es hoy, por lo menos, problemático.
Hay una cierta representación negativa en torno al campo de la filosofía de la educación; los
mismos filósofos son los primeros responsables de esta representación. Se presenta al campo,
muchas veces, confundido con la exposición en una galería de opiniones y de ideas que
algunos filósofos tuvieron sobre la educación. Estas presentaciones se hacen
descontextualizando sus redes semánticas, sus campos interrogativos, sus condicionamientos
históricos.
Otras veces se intenta presentar la filosofía de la educación como la mera aplicación de
algunas categorías, acuñadas por los filósofos, a lo que se supone que subyace en los
problemas educativos; una concepción del hombre, de la verdad, del bien, de la sociedad y la
historia, de la autoridad, la disciplina, el poder.
3. Cullen ensaya una definición de filosofía de la educación: plantéela.
La filosofía de la educación se mueve desde dentro del movimiento reflexivo mismo de la
práctica educativa, de las ciencias de la educación y de la historia de la educación. Se trata de
un pensamiento crítico que cuestiona fundamentos y legitimaciones, desde el interior mismo
del campo educativo.
4. Explique qué quiere decir Cullen cuando afirma que la filosofía de la educación no está
buscando el nombre propio de la educación. (No es una esencia la cosa de educar)
No se trata de preguntarnos qué es la educación en lo esencial, sencillamente porque no
existen los nombres propios, es decir los que corresponden 'naturalmente' a las cosas.
Aceptamos como punto de partida el llamado mundo moderno, y no suponemos que la
filosofía de la educación sea algo así como una metafísica especial, preocupada por definir la
esencia de la educación. La cosa de educar no es una esencia o una idea arquetípica; es una
historia de complejas prácticas sociales.
5. Explique que tampoco es “la razón única de estas ciencias y de esta historia de la
educación” (La objetividad...la modernidad... la alusión a Eco...)
No se trata de buscar la razón única de estas ciencias y de esta historia de la educación. No se
trata de preguntarnos que es objetivamente la educación, sencillamente porque no existen
razones únicas ni la posibilidad de determinar a priori, desde una razón 'pura' o sujeto
trascendental, la objetividad de las prácticas sociales como si fueran meros fenómenos
naturales. Tampoco se trata de preguntarnos por las leyes del progreso en educación, desde
un espíritu transhistorico o sujeto absoluto, que se supone sabe el sentido final o la estructura
de las formas históricas de la educación.
Parafraseando a Eco y aludiendo a la crisis de la modernidad, podemos decir que
reflexionamos sabiendo que, modernamente, los objetos estaban con un sujeto racional único,
y nosotros en cambio tenemos los sujetos desfondados, escindidos y fragmentados.
Las reacciones premodernas a la crisis de la razón y del sujeto moderno (y su correspondiente
ideología neoconservadora) son buenos testigos de esta nostalgia, cada vez que lamentan la
perdida de la buena senda, la de las verdades esenciales, los valores absolutos y la correcta
concepción de la persona.
En realidad, el hecho de que tengamos los sujetos desfondados quiere decir que la
racionalidad es más plural que lo que creíamos, mas atravesada por el deseo y por el poder
que lo que nos habíamos ilusionado. Con las razones de educar, desfondados sus sujetos, se
inaugura en realidad el pensamiento crítico acerca de la educación. Y la cosa de la educación
no es tampoco un mero objeto de ciencia, neutralizado de toda valoración, un mero hecho sin
sentido y sin construcción del sujeto mismo que lo determina. La educación es un discurso, o
mejor expresado, una práctica social discursiva. Es decir, que en las razones de educar hay
conflicto de interpretaciones, lucha por la hegemonía, imposiciones ideológicas, construcción
de subjetividad y de realidad social.
6. En el punto número 5 hace una especie de recapitulación y concluye: “...sí nos interesa...”
plantee la idea y explíquela.
Aceptando que la educación no tiene una razón única que defina su 'objetividad', sí nos
interesa analizar críticamente si presencia dispersa en las prácticas sociales, con la esperanza
de encontrar su poder productivo de subjetividad social, que nos permita comprendernos,
presuponiendo que a esa presencia dispersa la determinan razones de educar que legitiman
razones sociales, políticas, económicas, culturales, y que llegados ahí solo cabe la crítica y la
resistencia.
7. Explique por qué para Cullen, la educación no es “una mera cuestión de socialización”...
(Desarrollo y cultura).
No nos podemos situar, al menos inocente o impunemente, en presuponer que la educación
se asemeja a un movimiento natural, a un cambio, a un paso de la potencia al acto, a una mera
cuestión de desarrollo. Pero tampoco podemos situarnos en la presuposición de que la
educación se asimila a la operación cultural, a un intercambio de sentidos, a un paso de lo real
a lo simbólico, a una mera cuestión de socialización.
8. Fundamente a partir de Cullen por qué pensar las razones de educar, supone situarnos en
el medio de debate. (Punto 11 y 12)
La educación deja de ser mero desarrollo y mera socialización cuando aparece el pensamiento
crítico. El pensamiento crítico no solo destrona las 'esencias' sino que también limita el alcance
de los objetos. Obliga a privilegiar en el estudio de la educación, los procesos mediadores de
las relaciones entre desarrollo y socialización, que desencadenan las intenciones de enseñar,
es decir, de transmitir determinados conocimientos. Que entre el desarrollo 'natural' y la
socialización 'cultural' medien saberes enseñados, es el gran tema de la educación y el que
funda una crítica de las razones de educar.
Las razones de educar, son en realidad, razones para justificar una práctica social, una acción
humana. El esfuerzo por autonomizar el discurso y la reflexión sobre la acción humana, en
relación con los fenómenos naturales o los meros objetos teóricos, enriquece la posibilidad de
pensar la educación como un campo propio de la filosofía practica.
La educación no solo tiene que ver con la historicidad y la discursividad, sino abiertamente con
la normatividad, es decir, con la ética y la política. Entonces, la mediación del conocimiento
enseñado, entre desarrollo y socialización, es ella misma objeto de crítica; ¿cómo se legitima el
conocimiento que educa?
Introducción
Vivimos una etapa de transformaciones en la educación. Se plantean nuevas y viejas razones
para educar. Se discute y se argumenta con ellas.
Hay una cierta representación negativa en torno al campo de la filosofía de la educación. Se
presenta el campo muchas veces confundido con la exposición, en una galería de opiniones y
de ideas de algunos filósofos tuvieron sobre la educación.
Sostenemos que la filosofía de la educación se mueve más bien, desde dentro del movimiento
reflexivo mismo de la práctica educativa, de las ciencias de la educación y de la historia de la
educación.
La cosa de educar no es una esencia o una idea arquetípica. Es una historia de complejas
prácticas sociales.
La filosofía de la educación podía abandonar sus pretensiones metafísicas y entrar como
positivismo en el seguro camino de la ciencia. Aceptamos también como un punto de partida,
llamada crisis de la modernidad misma u nos colocamos en el medio del debate ante las
posibles alternativas de “posmodernidad”
Con las razones de educar, desfondados sus sujetos, se inaugura el pensamiento crítico acerca
de la educación.
La educación es un discurso, o mejor expresado una práctica social discursiva. Es decir que en
las razones de educar hay conflicto de interpretación, lucha por la hegemonía, imposiciones
ideológicas, construcción de subjetividad y realidad social.
La filosofía analítica alcanza para criticar el positivismo, pero es insuficiente para instaurar una
crítica de las razones de educar.
Nos interesa colaborar con la producción de una crítica de las razones de educar presentes en
las formas de vida y las mismas prácticas educativas.
La propuesta es situarnos en medio del debate, trayendo a la conversación algunas formas de
preguntarnos por la educación que reconstruyen algunos caminos para pensar sus razones.
La educación deja de ser mero desarrollo y mera socialización, precisamente cuando aparece
el pensamiento crítico. Este no solo destrona las esencias, sino que también limita el alcance
de los objetos. Y entonces obliga a privilegiar, en el estudio de la educación, los procesos
mediadores de las relaciones entre desarrollo y socialización, que desencadenan las
intenciones de enseñar, es decir de transmitir determinados conocimientos. Que entre el
desarrollo natural y la socialización cultural medien saberes enseñados es el gran tema de la
educación y el que funda una crítica de las razones de educar.
Las razones de educar son en realidad, razones para justificar una práctica social, una acción
humana.
La educación no solo tiene que ver con la historicidad y la con la discursividad, sino
abiertamente con la normatividad, es decir con la ética y la política. Y entonces la mediación
del conocimiento enseñado entre desarrollo y socialización es ella misma objeto de crítica.
Capitulo 1
La misma noción de currículo tiene una variedad de acepciones y conforma un verdadero
campo teórico problemático.
En la transformación del sistema educativo argentino, en consonancia con la nueva ley federal
de educación, 24195 de 1993, se supone la vigencia de varios currículos. Pero se supone, para
asegurar la unidad del sistema, que se compartirá una concepción de diseño curricular, con
bases comunes, con componentes referidos a las mismas cuestiones, con definiciones de
criterios de organización de los contenidos que mantengan pautas comunes.
El problema de los fundamentos se platea a partir de la pretensión normativa del currículo. La
función de currículo, se trata de un conjunto de prescripciones para el trabajo y la
comunicación docentes. Entonces la cuestión de los fundamentos del currículo es un problema
de legitimación de las prescripciones sobre la enseñanza que lo definen.
Los fundadores del currículo son los criterios que legitiman sus prescripciones sobre la
enseñanza.
Un primer criterio de legitimación tiene que ver con la coherencia normativa. Una prescripción
curricular que contradijera estas normas mayores convertiría al currículo que la contiene en un
currículo mal fundado o simplemente infundado. Se trata del fundamento pedagógico-político
y por lo mismo ético y social de cualquier currículo.
Un segundo criterio de legitimación tiene que ver con la consistencia racional de las
prescripciones curriculares sobre la enseñanza, tanto en lo que se refiere a los procedimientos
de construcción y elaboración como a las argumentaciones que permiten comprenderlas,
explicarlas, justificarlas. Este criterio supone poner en juego una comprensión de las relaciones
de la educación con el conocimiento, se trata del fundamento pedagógico-epistemológico y
por lo mismo critico y publico de cualquier currículo.
Un tercer criterio de legitimación tiene que ver con la prudencia razonable de las
prescripciones curriculares sobre la enseñanza, lo cual permitirá su aplicación y eventualmente
su transformación. Este criterio define con claridad los alcances de las prescripciones
curriculares.
La contextualización, la innovación, la evaluación permanecen dependen de la razonabilidad
de las prescripciones. En realidad, se trata del fundamento pedagógico-profesional y por lo
mismo didáctico e institucional de cualquier currículo.
Las afirmaciones
Puede haber contenidos que atraviesan otros contenidos de diferentes áreas o disciplinas y de
alguna o de todas. Son codisciplinares. Hay contenidos que pueden ser transversales, porque
por su índole procedimental y/o actitudinal no pueden quedar encerrados en una sola lógica
disciplinar.
La relación de la educación con el conocimiento determina que la escuela sea el lugar de la
enseñanza y del aprendizaje. Las relaciones de la educación con el conocimiento son relaciones
políticas, epistemológicas y de profesionalidad docente.
Capitulo 2
Podríamos hablar de resignificación social de la escuela como un deseo de mantener vivo algo
que se sabemos esta muerto o esta muriéndose.
Si hablar de resignificación social, refiere a una realidad y a un proceso histórico determinado,
que se inscribe en voluntades políticas y por lo mismo en una verdadera lucha por la
hegemonía social.
La escuela no es templo, sino escuela del saber y los conocimientos. Es el lugar mismo donde el
saber y los conocimientos se hacen escuela, es decir procesos de enseñanza y aprendizaje.
La escuela como espacio público da a los conocimientos y a los saberes, universalidad,
comunicabilidad y como tal, tiene significación social.
Afirmamos que el aprendizaje del saber y de los conocimientos se hacen aprendizaje. El
aprendizaje democratiza los procesos de apropiación y producción e los saberes y
conocimientos.