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MAESTRIA EN EDUCACIÓN PRIMARIA COMUNITARIA VOCACIONAL

(2da versión virtual – I/2018)

TEXTO ACADEMICO

Módulo: 14 Áreas de Saberes y Conocimientos del Campo Cosmos y


Pensamiento

Unidad temática 1:

Análisis de las cosmovisiones de los pueblos indígena


originario campesino y afrobolivianos del Estado
Plurinacional de Bolivia

Bolivia 2019

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Introducción

El documento que usted tiene entre manos, tiene el propósito de analizar


y reflexionar sobre el concepto Cosmovisión, muy conocido en el ámbito
educativo, aunque no siempre con la pertenecía requerida. Abordamos
esta travesía procurando comprender desde las propias nacionalidades
señaladas en el contenido mínimo y en un marco de la globalidad
cognitiva.

Contenido mínimo 1: Análisis de las cosmovisiones de los pueblos indígena


originario campesino y afrobolivianos del Estado Plurinacional de Bolivia

1.1. El giro decolonial de una cosmovisión monocultural hacia la


diversidad cosmovisiva

A tiempo de iniciar este análisis reflexivo, es oportuno preguntarnos: ¿Cuál


es el papel de la educación en Bolivia?

Esta es una especie de pregunta del millón, desde niños nos hemos
planteado esta interrogante, incluso cuando llegamos a los claustros
universitarios. Desde una postura formal e institucional, son las normas las
que nos permitirán dilucidar este tema; en este marco se encuentra la
Ley 070 Avelino Siñani – Elizardo Pérez (2012), que desde hace una
década ha generado cambios sustanciales en la estructura educativa.
La mencionada Ley en su “Artículo 4. (Fines de la educación)”, nos
plantea varios desafíos, los mismos que los citamos a continuación:

“1. Contribuir a la consolidación de la educación descolonizada, para


garantizar un Estado Plurinacional y una sociedad del Vivir Bien con
justicia social, productiva y soberana”.

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Este numeral es bastante pretencioso, puesto que incluye un concepto
de características radicales como es la descolonización de la educación.
Por otro lado incluye también otro concepto de fondo como es el Vivir
bien, como nuevo horizonte de vida, en lugar o superando la vieja visión
de progreso y desarrollo de características extractivistas; en
consecuencia, resulta bastante atractiva si tomamos en cuenta el rumbo
por el que ha transitado la educación en Bolivia.

Otro parágrafo que habla sobre el papel de la educación desde la


nueva Ley educativa es el siguiente:

“2. Formar integral y equitativamente a mujeres y hombres, en función de


sus necesidades, particularidades y expectativas, mediante el desarrollo
armónico de todas sus potencialidades y capacidades, valorando y
respetando sus diferencias y semejanzas, así como garantizando el
ejercicio pleno de los derechos fundamentales de todas las personas y
colectividades, y los derechos de la Madre Tierra en todos los ámbitos de
la educación”.

En este acápite surge un elemento muy novedoso con respecto a las


pretensiones de ir más allá de un interés antropocentrista o sociocentrista
que reinaba en la anterior Constitución Política del Estado, poniendo los
derechos de la naturaleza o madre tierra al igual que los derechos
humanos. Este tema se considera un gran avance, cuando el planeta
entero apunta hacia un colapso global, al parecer inevitable.

Finalmente, otro parágrafo del mismo Artículo 3 de la Ley, menciona otro


concepto nuevo como es la intraculturalidad, es decir la valoración

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intrínseca de cada individuo o comunidad étnico-cultural de las 36
nacionalidades que integran el Estado Plurinacional de Bolivia, estos por
supuesto en interacción horizontal con otros pueblos como es la
interculturalidad y sus respectivas lenguas originarias:

“4. Fortalecer el desarrollo de la intraculturalidad, interculturalidad y el


plurilingüismo en la formación y la realización plena de las bolivianas y
bolivianos, para una sociedad del Vivir Bien. Contribuyendo a la
consolidación y fortalecimiento de la identidad cultural de las naciones
y pueblos indígena originario campesinos, comunidades interculturales y
afrobolivianas, a partir de las ciencias, técnicas, artes y tecnologías
propias, en complementariedad con los conocimientos universales”

Esta rápida mirada normativa, nos permite avizorar una primera


aproximación conclusiva, siendo que, el papel de la educación en
Bolivia, cobra mayor nitidez con respecto a la reproducción de las
identidades locales en término culturales, que es lo que la educación en
última instancia debe tener como rol en cualquier sociedad. Es decir, la
producción y reproducción de la pluriculturalidad y la pluriversidad
cosmovisiva.

1.1.1. El contenido monocultural y “universal” del Estado Republicano

Si hacemos otra vertiginosa retrospectiva, nos daremos cuenta que la


educación boliviana, generalmente ha cumplido la labor de aplicador
de conocimientos exógenos, en detrimento de las realidades locales,
guiados por paradigmas que no se correspondían con la realidad
boliviana.

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Pero, ¿qué es un paradigma?

Inicialmente, vale la pena precisar qué entendemos por paradigma.


Existe la tendencia generalizada de concebir al paradigma como el
modo en el que vemos el mundo. Los paradigmas contienen reglas y
regulaciones que por un lado, establecen o definen fronteras, por otro
lado, dicen cómo comportarse dentro de esas fronteras. Se suele
entender como una forma de percibir y comprender el mundo, que un
grupo de científicos adopta en última instancia.

Así, Thomas Kuhn (1971) en su obra la estructura de las revoluciones


científicas, al referirse al concepto paradigma afirma que, es una red de
creencias teóricas y metodológicas, valores, ideas, técnicas y
procedimientos compartidos por una comunidad científica para
solucionar problemas; señala además que, es una concepción general
del objeto de estudio de una ciencia, de los problemas que deben
estudiarse, del método que debe emplearse en la investigación y de las
formas de explicar, interpretar o comprender, según el caso, los
resultados obtenidos por la investigación.

Para Egon G. Guba e Yvonna S. Lincoln, autores más contemporáneos,


un paradigma puede ser considerado como “un conjunto de creencias
básicas (o metafísica) que trata los principios primeros o últimos.
Representa una visión del mundo que define, para aquel que lo sustenta,
la naturaleza del mundo, el lugar del individuo en él y la gam a de posibles
relaciones” (1994, p.5).

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Consecuentemente, un paradigma al actuar como un modelo o
referente que incluye leyes, teorías, e instrumentos aplicados a una
realidad; al tener un presupuesto de creencias, principios y visión de
mundo, deviene en una especie de formalización de una cosmovisión
con características geopolíticas concretas vinculadas a una realidad
histórico-cultural específica; entonces estará llamada a encarar los
problemas de ese contexto ecológico-humano en particular y no así, la
totalidad universal o planetaria.

En términos paradigmáticos, para el positivismo y post-positivismo, que


han tenido un fuerte influjo en la educación regular boliviana y todavía
están intactas en el sistema universitario, desde René Descartes, el mundo
es considerado como una maquinaria inerte, un conjunto de objetos
inanimados; empieza con la separación del hombre con respecto a la
naturaleza, denominando a esta experiencia como independencia. Sin
embargo, la desvinculación del ser humano de la naturaleza, ahora se
puede entender como el acto de separación del hijo con respecto de su
madre progenitora. Entendida así, el humano enajenado tiene la libertad
de negarla, atentarla y hasta vejarla a la que le dio vida, así nos
demuestra la actual situación ambiental que vivimos.

En este paradigma del pensamiento prima el racionalismo, es decir,


privilegia la razón por encima de las otras dimensiones del proceso
cognitivo. En este propósito separa la cabeza del cuerpo y además
reduce su accionar al hemisferio cerebral izquierdo y de manera
aristotélica bivalente de falso-verdadero; es decir, enaltece el lado
memorístico, mecánico e insensible del cerebro, en detrimento del

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hemisferio derecho, que es el lado creativo y sensible del proceso
cognitivo.

En suma y desde un punto de vista crítico, el conocimiento fundado en


la visión de mundo (cosmovisión) de la civilización europea –
norteamericana, como son el positivismo y post-positivismo, ha justificado
la producción sostenida del desarrollo antropocéntrico - sociocéntrico
sustentado en su basamento científico, cuyo objetivo mayor es en última
instancia el generar un consumismo de insatisfacción permanente en la
sociedad y por lo tanto la reproducción incesante de la mercancía para
que se reproduzca el capital. El propio ser humano es convertido en
mercancía, por eso se convierte en capital social.

Consecuentemente, se puede comprender el fundamento del anterior


Estado Republicano, que se asienta en una cosmovisión eurocéntrica
monocultural y con pretensiones universales. En los centros educativos se
ha implantado una sola visión de cultura, historia, educación, política,
economía y espiritualidad, bajo paradigmas positivistas impuestas, a
partir de las instituciones también eurocentradas (escuela, iglesia
cuarteles, medios de comunicación, normales, universidades), nos han
conducido al enclaustramiento a través de la fetichización de la ciencia
moderna desde los principios del siglo XX; que desemboca en la
comprensión cosificante, fragmentaria y antropocéntrica de la realidad.
De modo tal que vemos:

Al mundo o la realidad desintegrada, o sea al ‘hombre’ desintegrado de


su medio [sujeto-objeto], b) una visión antropocéntrica [del sujeto que
investiga] y del objeto [realidades reducidas a cosas u objetos sin vida]

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que es investigado; además, c) una visión logocéntrica [de racionalidad
científica] y d) la fragmentación del mundo [especialización en áreas y
disciplinas]” (Ministerio de Educación, 2015, p.15).

Además de aquellas características, el conocimiento llamado


“moderno” presuponen la anulación del pasado como criterio válido
para proyectar el futuro; es androgénico, porque subalterniza y niega la
gran capacidad sensitiva de las mujeres. Por ende, las ciencias y
sabidurías que desarrollaron los pueblos y naciones milenarias son vistas -
por el paradigma positivista eurocéntrico- como caducos, arcaicos,
ortodoxos y ya superados.

Las universidades públicas y privadas hasta el presente, en su gran


mayoría han sido parte de la reproducción del paradigma de
pensamiento e investigación eurocéntrica positivista y postpositivista,
moderna, occidental; en menoscabo de las ciencias y sabidurías de la
vida de los pueblos indígena originario campesino y afrobolivianos. Los
desafíos históricos en el ámbito de la educación, aún no se han plasmado
en la realidad actual. Toda la historia de la educación en nuestros
territorios, ha sido la imitación de modelos exógenos eurocentrados, que
se sustentan en un tipo de cosmovisión.

1.1.2. El contenido pluricultural y pluriversal del Estado Plurinacional

Entre 1931-1939 se distingue el hito más visible en la que se apuesta por


la liberación de nuestros pueblos y naciones mediante la educación; por
ello que, en los sectores altiplánicos Aymaras se crean escuelas
clandestinas. Y surge la escuela Ayllu de Warisata, con carácter

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productivo y liberador; como un paradigma de una escuela para la vida,
articulando la educación y el trabajo.

Este modelo de educación se exporta hacia el mundo, aunque en Bolivia,


se había destruido la emergencia de las escuelas indígenas. En 1952 se
revierte el sentido de la educación para los campesinos como mejor
instrumento de integración y dominación de acuerdo al interés de las
oligarquías mestizas aposentados en el Estado Boliviano. Con el fulgor del
indianismo de Fausto Reinaga y otros, entre los años 1960 y
1970, se abre otro sendero de reivindicaciones en busca del poder, tierra
y libertad. Toda la germinación de ideas indianistas se han convertido en
bases fertilizantes para el viraje y consolidación de los procesos que
vivimos en el presente. En la década de 1990, desde el Estado surge
discursos y políticas de una Educación Intercultural Bilingüe (EIB), con la
Reforma Educativa Ley Nº 1565, bajo el patrocinio de entidades
internacionales (financiamiento del Banco Mundial y otros), con
consultores extranjeros, se diseñan instrumentos de implementación,
(PDEM, PEN, PEI, PER).

La Ley 1565 no ha sido elaborada con la visión liberadora, sino para


integrar, encubrir a la cultura nacional boliviana. De este modo, este
modelo de educación fue cuestionado estructuralmente en los inicios del
presente siglo XXI.

Desde los años 2000, a la cabeza de nuestras lideresas y líderes indígena


originario campesinos, se re-edita las luchas de resistencias
anticoloniales, los cuales germinaron los actuales procesos de apuesta
por la liberación de nuestros pueblos y naciones. Desde el año 2006 hasta

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el presente, emergieron normas relativas a la transformación colonial del
Estado, de la educación para dar un viraje con respecto al colonialismo,
colonialidad cognitiva y sus estructuras institucionales, para que permitan
la reproducción de la vida entre todos los seres visibles - no visibles del
cosmos (PACHA) desde las propias cosmovisiones. Sin embargo, salir de
ese colonialismo mental significa pasar a la revitalización de
capacidades cognitivas creativas, sensitivas y multidimensionales
(despertar el lóbulo cerebral derecho de la sensibilidad del ser). Esto
implica partir de otras formas de comprensión de la realidad.

Paralelamente Desde fines del siglo anterior (XX) vienen emergiendo con
mucha fuerza nuevos horizontes epistémico paradigmáticos y que tienen
su directa incidencia en la educación. Ya hizo noticia el paradigma
complejo de Edgar Morin, el paradigma cuántico que conlleva la
educación cuántica, la pedagogía del sentipensar, así como las
corrientes transdisciplinares, entre otros; recientemente el paradigma
indígena descolonizador desde África y Australia.

La emergencia de estos últimos paradigmas, desde diferentes latitudes


del mundo, que constituyen la ciencia del futuro; no hacen otra cosa que
dar la razón a los pueblos originarios y su cosmovisión, al descubrir el
mundo subatómico -en el caso de la física cuántica en 1927- echando
por tierra la visión de un mundo maquina materialista, sólo cuantificable
y medible del positivismo y postpositivismo. Y más bien reconfigurando
una realidad visible y no visible, que los pueblos indígena originarios ya
conocían desde hace cientos de años.

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1.2. El sentido contextual de las cosmovisiones indígena originario
campesino y afrobolivianos

Está claro que no existe una cosmovisión universal, por lo tanto tampoco
existe un conocimiento o ciencia universal; la visión de mundo o
cosmovisión obedece a un contexto histórico cultural y ecosistémico que
tiene que ver con experiencias civilizatorias concretas; por lo tanto no
puede haber una cultura universal como nos han hecho creer con la
educación que promovía el Estado Republicano, del que aún no
terminamos de salir, porque la colonialidad del ser y saber están muy
arraigadas en nuestra subjetividad y lamentablemente eso es lo que
transmitimos a nuestros estudiantes, en nuestra condición de educadores

1.2.1. Significación y trascendencia de las cosmovisiones de los pueblos

La cosmovisión es un concepto muy utilizado en los últimos años, en los


diferentes ámbitos de la existencia, no sólo de los habitantes del Estado
Plurinacional de Bolivia sino de todos los países emergentes con
respecto a la búsqueda de su verdadera identidad, es decir de retorno
a su propio horizonte de vida; es más, la cosmovisión es una categoría
que empieza a sonar muy fuerte en los claustros universitarios del llamado
primer mundo.

La cosmovisión es la elaboración humana que recupera l as maneras de


ver, sentir y percibir la totalidad de la realidad, esto es los seres
humanos, el conjunto de la naturaleza y el cosmos. Todas las culturas
del mundo tienen su particular cosmovisión, por lo tanto las nuestras
ubicadas en esta parte del planeta y en este continente también las
tienen. (Zenteno, 2009, p.84; citando al Centro Cultural Originario
Kawsay).

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Lastimosamente, producto de la colonialidad cognitiva y el hecho de
que una sólo cultura se ha atribuido el rol hegemónico de ver, percibir y
sentir el mundo; los lentes que llevamos puestos para interpretar el mundo
se han convertido en eurocéntricos y por los tanto ajenos y hasta
atentatorios a nuestra propia realidad. Cuando miramos el mundo
circundante, no vemos éste de manera objetivo, sino más bien,
proyectamos los prejuicios que llevamos en nuestra estructura subjetiva o
de personalidad, en términos de conceptos y categorías para interpretar
la realidad; esto significaría que, no vemos la realidad tal como es, sino,
mediado por los conocimientos eurocéntricos traducidos en conceptos
internalizados en nosotros desde muy temprana edad.

Cuando hablamos de cosmovisión, generalmente éste desemboca en


una comprensión culturalista y hasta folklórica, precisamente por los
prejuicios euro-centrados que cargamos en nuestra conciencia;
acostumbrados a entender la naturaleza de lo cotidiano de manera
lineal y ascendente, como si la lógica histórico-cultural de todas las
vertientes civilizatorias, fueran homogéneas y hasta máquinas que se
mueven de un solo modo. En contracorriente a este modo de pensar,
con la ayuda de la física cuántica, el pensamiento complejo y otros
emergentes, ahora se sabe que, cada cultura ha construido su horizonte
de vida de forma particular y concreta; unas de manera cíclica, otras de
manera circular y una que se pregona de ser universal, de manera lineal.

Si vemos el mundo de manera lineal como estamos acostumbrados,


lógicamente nuestra raigambre histórico-cultural: andino-amazónico-
oriental-chaqueño, se verá como un lastre, como algo que hay que

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superar, para alcanzar el tan ansiado progreso y desarrollo lineal, cual si
fuéramos caballos cocheros, sin mirar atrás. El gran desafío es salir de esta
forma de concebir el tiempo (lineal) y comprender que la vida fáctica
en la cosmovisión y cosmovivencia de los pueblos indígena originario
campesino y afrobolivianos no tiene preeminencia de lo lineal.

Dentro de la cosmovisión de los pueblos indígena originario campesinos


y afrobolivianos, un concepto madre cobracentralidad, este es el de
comunidad/comunitariedad. A la llegada de Europa y el capitalismo al
Abya Yala, el continente estaba poblado por naciones y pueblos con un
profundo raigambre relacional - comunitario; esto quiere decir que no
existían las relaciones sociales modernas, de personas aisladas,
egocéntricas, ególatras, egoístas y enfrentadas entre si; ni mucho menos
enfrentados a la naturaleza y lo que es peor, concebir a ésta como
mercancía. “El paradigma de la cultura de la vida emerge de la visión
de que todo está unido e integrado y que existe una interdependencia
entre todo y todos” (Huanacuni, 2010, p.19).

En la filosofía andina de Joseff Estermann denominada por el mismo


como Pachasofía Andina, se debe tener presente que en el universo o
pacha “Todo tiene vida, nada es simplemente materia inerte” (2012,
p.7), desmitificando aquellas visiones mecanicistas que ven al mundo
como una máquina gigantesca con leyes mecánicas; tendencias de
filósofos europeos modernos como Descartes y otros. Estermann señala
que “Pacha es más bien un organismo vivo en el que todas las partes
están relacionadas entre sí, en constante interdependencia e
intercambio” (Ídem). En consecuencia, la cosmovisión originaria permite

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ver sentir y proyectar un mundo intersubjetivo, es decir, un mundo de
sujetos vivos no solo humanos, interrelacionados e interdependientes.

En la visión de mundo, de los pueblos indígena originario campesino y


afrobolivianos, toda la diversidad existencial está interconectada,
interrelacionado, nada está al margen de la vida, todo está tejido en una
especie de red. La armonía y equilibrio de las partes con el todo es vital
para la comunidad de parientes, no solo humanos, sino todo ser visible y
no visible. Esta realidad ontológica pervive en la actualidad, el problema
es que hemos sido incapacitados por el eurocentrismo para ver esta
realidad multidimensional.

1.2.2. Prospectiva promisoria de las cosmovisiones de los pueblos

Siendo que, el hombre y la mujer de los pueblos indígena originario


campesino y afrobolivianos, son conscientes de que existe una
comunidad de sujetos no solo humanos, sino una comunidad de seres
visibles y no visibles y la preeminencia telúrica de lo sagrado; es decir,
pueden ver la realidad más completa o compleja que el hombre
moderno. Esto lo coloca como un miembro más en la red de la vida u
orden cósmico, marcado por la reciprocidad intersubjetiva con el mundo
no visible pero existente. Dicho orden determina la forma de las
relaciones entre las personas, con el entorno ecológico y el mundo
espiritual.

La cosmovisión de los pueblos indígenas se basa en que el universo es un


todo, es una integralidad, cada uno de los elementos que lo conforman
tiene una razón de ser, están interrelacionados y son complementarios.
De esta complementariedad surge el principio de equilibrio y armonía,

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así como el valor de la convivencia comunitaria (entendiendo lo
comunitario, como el espacio y el tiempo en que interactúan todos los
elementos del universo y no únicamente la convivencia entre humanos
(EIGPP, 2008, p.71).

Entonces, esta maneras de ver, sentir, percibir y vivir la totalidad de la


realidad, que le da sentido al mundo, entendido como cosmovisión, para
los pueblos indígena originario campesinos y afrobolivianos; es el que ha
guiado la existencia de sus habitantes. En todo caso, sería la guía de una
coexistencia comunitaria con sujetos diversos, visibles y no visibles; en una
realidad multidimensional, de la que la modernidad solo nos permite ver
una dimensión, aquella vinculada únicamente al interés humano, o
aquella conocida como antropocentrismo/sociocentrismo.

Siendo que, el mito del desarrollo y progreso extractivista sustentados en


la cosmovisión eurocéntrica, ha conducido a la humanidad a un suicidio
colectivo, los resultados son el cambio climático que solo es una de las
características de la crisis civilizatoria que ya se vive, con el serio peligro
de una catástrofe planetaria. Es ante esta situación que se hace
necesario mirar y mirarnos en nuestro propio espejo cosmovisional, no
para adoptar una especie de anquilosamiento cultural o etnocéntrico,
sino, para aportar a la salvación del planeta y para ello, el primer paso
es ENTENDER nuestra propia COSMOVISIÓN y/o de nuestra comunidad
educativa. Las ciencias de punta provenientes del seno mismo de Europa
y EE.UU. como la física cuántica y el pensamiento complejo, van por el
mismo sendero que los pueblos originario, desde que descubrieran el
mundo subatómico en 1927; ellos a través del Teorema de Belt y el
principio holográfico se dieron cuenta que todo está ligado con todo.

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Referencias bibliográficas

Escuela Intercultural de Gobierno y Políticas Públicas, EIGPP. (2008).


Módulo de Espiritualidad, Conocimientos e Historia de los Pueblos
Indígenas de Abya Yala. La Paz: Fondo Indígena

Estermann, Josef. (2012). Cruz y Coca. Hacia la Descolonización de


Religión y Teología. La Paz.

GACETA OFICIAL (2012). Ley de la Educación Nº 070 “Avelino Siñani


Elizardo Pérez”, La Paz.

GUBA, E. G. y LINCOLN Y. S. (1994). “Paradigmas que compiten en la


investigación cualitativa”. Handbook of Qualitative Research. Eds.
Norman, Denzin y Yvonna, Lincoln. Thousand Oaks: Ca. Sage,

Huanacuni, Fernando (2010), Buen vivir/Vivir bien: Filosofía, políticas,


estrategias y experiencias regionales andinas. La Paz: Coordinadora
Andina de Organizaciones Indígenas.

Kuhn, T. S. (1971). La estructura de las revoluciones científicas. Mexico:


Fondo de Cultura Económica.

MINISTERIO DE EDUCACIÓN. (2015). El Modelo Educativo


Sociocomunitario Productivo. La Paz: Estado Plurinacional de Bolivia.

Zenteno, Hugo. (2009). Acercamiento a la visión cósmica del mundo


Andino. Revista Punto Cero, Volumen 14 (18), (pp. 83-89).

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