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Rae Ii
Rae Ii
Surge entonces una pregunta frecuente al momento de realizar una revisión pedagógica,
¿cómo programar un curso? Lo primero que hemos de tener en cuenta para responder a
esta pregunta sería lo relacionado con los estudiantes y sus características, seguidamente
de preguntas afines por la escuela y la manera de trabajar los temas y subtemas incluidos.
Estas tres preguntas son las privilegiadas por un docente al momento de construir un curso,
pero ¿Dónde quedan la secuenciación de los contenidos, el sentido y la finalidad de la
educación o los criterios y características de la evaluación? Consideremos lo anterior como
un segundo problema del quehacer pedagógico.
Según Coll un currículo se define a partir de la manera particular como sean resuelta por
los pedagogos cuatro preguntas: ¿Qué enseñar?, ¿Cuándo enseñar?, ¿cómo enseñar? y
¿Qué, cómo y cuándo evaluar? Estas mismas preguntas podrían delimitar propiamente un
modelo pedagógico. A su vez cada una de estas preguntas posee un nivel de generalidad
diferente, pero todas se relacionan.
La pregunta ¿para qué enseñamos? Atañe el sentido y la finalidad de la educación. La
selección, el carácter y la jerarquía de los temas, se relacionan con la pregunta ¿qué
enseñar? la estructura y secuenciación de los contenidos son abordados al resolver el
interrogante sobre ¿Cuándo enseñar?, y la pregunta por el ¿cómo enseñar? atañe al
problema metodológico vinculado con la relación y el papel del maestro, el estudiante y el
saber. Finalmente, la evaluación debe responder por el cumplimiento parcial o total de lso
propósitos e intenciones educativas, por el diagnóstico de procesos y pos las consecuencias
que de ello deriven. De acuerdo a lo anterior, un currículo es la caracterización de los
propósitos, los contenidos, la secuenciación, el método y la evaluación
Los contenidos su vez, plasman de manera relativamente clara los propósitos y las
intenciones educativas. En la selección de los contenidos se debe tomar postura ante su
carácter específico.
La pregunta sobre cuando enseñar esto o aquello, debería estar resuelta en el currículo y
por lo tanto, salvo en alguna necesidad, el maestro ha de ceñirse a lo estipulado por el
documento. Existen diferentes maneras de organizar y secuenciar los contenidos, tales
como la secuenciación cronológica, la secuencia instruccional, entre otra. Pero es necesario
tener en cuenta que la secuencia dependerá del tipo de contenido a trabajar. Se podría decir,
que la secuencia ayuda en el cumplimiento de las finalidades propuestas y no puede ser
entendida como un elemento independiente del currículo.
Las estrategias metodológicas y las maneras de trabajar en clase constituyen parte esencial
en el desarrollo pedagógico. Todo lo mencionado anteriormente debe crear las condiciones
propicias para una metodología en la cual prime el carácter positivo y transmitivo de la
enseñanza, para ello el alumno debe convertirse en el centro, el eje sobre el cual gire el
proceso educativo.
Finalmente, la evaluación es la que nos lleva a formular juicios de valor acerca del
fenómeno educativo, comparando con unos criterios establecidos previamente de acuerdo
a unos fines trazados. Además, la evaluación permite realizar una toma de decisiones y su
calidad dependerá de que los fines que se propone cuenten con unos criterios y unos
instrumentos adecuados que garanticen que el diagnóstico conduzca a seleccionar la mejor
elección.