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Para estudiar un tejido, tal y como era en el momento de la muerte del organismo, es
necesario extraerlo y fijarlo con distintas sustancias, como la formalina (solución acuosa
de formaldehído), de lo contrario y en particular el tejido cerebral, entrará en el proceso
de autolisis (autodisolución), convirtiéndose en un tejido blando, deforme y con poca
densidad, dando oportunidad a la expansión de bacterias y mohos.
Una vez que se ha perfundido el organismo, se si, se extrae el encéfalo del cráneo y se
coloca en un recipiente que contiene el fijador.
Tras haber cortado el tejido, las secciones se montan sobre portaobjetos, y entonces
pueden teñirse sumergiendo el portaobjetos en diversas soluciones químicas.
Finalmente, las secciones teñidas se cubren con una pequeña cantidad de líquido
transparente, conocido como medio de preparación, y se coloca una lámina de cristal
(portaobjetos) sobre ellas. El medio de preparación se emplea para mantener fijo el
portaobjetos.
b. Tinción
Si se observa al microscopio una sección de tejido cerebral sin teñir, se podrán ver los
contornos de algunas masas celulares grandes y los fascículos de fibras más
destacados. Sin embargo, no se podrán observar los detalles más finos. Por esta razón,
el estudio de la neuroanatomía microscópica requiere de tinciones histológicas
específicas.
A finales del siglo XIX, Franz Nissl, neurólogo alemán, descubrió un tinte, llamado azul
de metileno, para teñir somas celulares del tejido cerebral. La sustancia de Nissl,
formado por el ARN, ADN y proteínas asociadas y dispersas por el núcleo células y por
el citoplasma celular, capta el tinte.
De este modo, al teñir los somas celulares es posible identificar masas nucleares en el
tejido encefálico extraído.
Además del azul de metileno, se emplea también el tinte violeta de cresilo para teñir
somas celulares.
Es importante destacar que con estos tinte, sólo se tiñen los somas de las células, pero
no las fibras, como las dendritas o los axones. Pero además, esta técnica no tiñe
selectivamente y únicamente los cuerpos de neuronas, sino de todas las células
cerebrales, lo que incluye a las células de la glía. Le corresponde al investigador,
estando frente al microscopio, determinar cuál es cuál, en función de su tamaño, forma
y localización (Pinel, 2007).
Camilo Golgi (1883), desarrolló el método de impregnación argéntica que sirve para
observar la morfología neuronal completa (no sólo los somas o cuerpos). La
impregnación con sales de plata, ocurrida a través del citoplasma de la célula, muestra
los cuerpos neuronales y sus prolongaciones como siluetas negras sobre un fondo
pardo amarillento o rojo parduzco.
c. Observación en microscopio
Para observar mejor las secciones de los tejidos que han sido teñidos, se recomienda el
uso de un microscopio electrónico, que permita la reproducción de la imagen
tridimensional detallada.
Es muy importante que tengas en cuenta que estos métodos se emplean para observar
la anatomía y disposición de células en matrices de tejido cerebral; pero también para
preparar y observar prácticamente cualquier tejido un organismo y que se emplean
junto con otras técnicas.
Bien... por fin hemos concluido, ¿estás preparado para las últimas interrogantes de la
lección?
ANTES DE FINALIZAR
Bueno... pues has concluido tu lección, espero que haya sido de tu agrado.
Sin embargo, seguramente te preguntarás ¿y esto qué relación tiene con la psicología?, o
¿de qué me servirá?
Bien, pues resulta que todo lo que hoy conocemos acerca de la relación entre cerebro y
comportamiento se debe, en parte, a los métodos neurobiológicos; a través del uso de los
métodos histológicos Ramón y Cajal, Golgi y muchos otros hicieron los grandes
descubrimientos relacionados con las estructuras anatómicas que constituyen nuestro
cerebro, el asiento de todas las funciones cognitivas, emocionales y comportamentales que
podemos llevar a cabo. Y por si fuera poco, estos continúan siendo ampliamente usados por
distintas disciplinas científicas que conforman las neurociencias.
Seguramente podrás haberte dado cuenta que los métodos neurobiológicos permiten el
estudio de nuestro objeto, la relación entre el sistema nervioso y el comportamiento en dos
grandes niveles principalmente: el molecular y el celular. Por lo tanto, estos métodos son
empleados por la neurofarmacología, la neuroanatomía microscópica, la neurofisiología, la
neurobiología molecular y por la neuroquímica, principalmente, todas ellas enlistadas como
parte de las neurociencias.
Ahora conoces cuáles son los métodos que estas disciplinas utilizan en su quehacer diario
para aportar conocimiento que redunda en mejores intervenciones ante los distintos
trastornos, deterioros y daños que comprometen al sistema nervioso central y su
funcionamiento.
Quiero terminar con una frase extraordinaria del propio Santiago Ramón Y Cajal:
"No basta examinar hay que contemplar, impregnemos de emoción y simpatía las cosas
observadas, hagámoslas nuestras, tanto por el corazón como por la inteligencia, sólo así nos
entregarán su secreto".
Referencias