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PRÁCTICA 4:

Inducción electromagnética y frenado


magnético.

Resumen:
En la siguiente práctica se estudian los fenómenos de inducción electromagnética provocados por el
pasaje de un imán por el interior a un medio conductor; en nuestro caso, un tubo de aluminio y un alambre
de cobre de forma solenoidal.

El pasaje del imán por el interior del tubo de aluminio provoca un cambio en el flujo magnético para
una sección dada del tubo. Esto produce corrientes en el tubo que generan un campo magnético opuesto al
del imán y de esta forma frenan la caída del mismo.

Por otra parte, si se hace la misma experiencia con un solenoide de alambre de cobre se produce el
mismo fenómeno pero esta vez el frenado es mucho menor (se espera que sea despreciable). La principal
diferencia con la anterior experiencia radica en que el movimiento se espera sea aproximado a una caída
libre y en la posibilidad de efectivamente medir la corriente inducida en el alambre.

Se logró calcular la aceleración gravitatoria con un error porcentual menor a 2%, la velocidad de caída
por el tubo de aluminio con gran precisión y la conductividad del aluminio con un error porcentual menor a
35%.

Joaquín Chadicov, Nahuel Barrios, Carlos Vega.


Introducción:
Ley de Faraday:
La ley de inducción electromagnética de Faraday fue el resultado de una serie de experimentos
realizados por Michael Faraday en 1831 que ponen en evidencia la relación que existe entre el campo
magnético y la fuerza electromotriz generada por dicho campo en un circuito cerrado. Esta ley es de gran
importancia para el funcionamiento de motores eléctricos, transformadores y generadores de corriente,
pero no solo eso, sino que además resulta ser un pilar esencial en la teoría del electromagnetismo de
Maxwell.

La ley de Faraday establece que la fuerza electromotriz (FEM) sobre un circuito cerrado es
proporcional a la variación con respecto al tiempo del flujo magnético sobre una superficie delimitada por
el circuito.

Una corriente eléctrica es un desplazamiento de partículas cargadas, en general electrones. Los


átomos tienen electrones que ya de por sí están en movimiento, y si se trata de átomos de un material
conductor, como puede ser un metal, los electrones más externos de los átomos se mueven prácticamente
libres. Las partículas de un material en equilibrio térmico tienen ya de por sí una energía cinética
proporcional a la temperatura del material, lo que quiere decir que el desplazamiento mencionado es en
realidad un promedio de las velocidades de los portadores de carga del material. Los electrones, al
desplazarse, chocan con los núcleos de los átomos del material, cediéndole energía al mismo. La fuerza
electromotriz (FEM) es la energía por unidad de carga que permite a los electrones seguir avanzando a
pesar de los choques.

Quiere decir entonces, que la FEM es un “potencial” (aunque no en el sentido matemático estricto)
para el campo eléctrico, es decir:

Esto ya es bastante revelador, ya que según la ley de Faraday, si es un anillo metálico, al acercarle o
alejarle un imán en la dirección del eje del anillo estamos variando el flujo magnético sobre el mismo y
entonces la integral anterior es no nula, lo que muestra que el campo eléctrico E es no conservativo cuando
hay conducción.

El flujo magnético se define como;

La ley de Faraday se escribe entonces de la siguiente manera:


Donde E es el campo eléctrico, B el magnético y simboliza el borde de la superficie S.

Aplicando el teorema de Stokes a la ecuación anterior obtenemos la ley de Faraday en su forma


diferencial:

Por argumentos de continuidad de y B resulta,

Que es una de las ecuaciones de Maxwell y uno de los axiomas para la teoría del electromagnetismo:

1)
2)
3)

4)

En esta práctica se tratará de comprobar (una vez más) la Ley de Faraday mediante experiencias cuyo
modelo teórico se describe a continuación.

Modelo teórico:
En la primera experiencia dejamos caer un imán por el interior de un tubo de aluminio. Contamos con
un imán de forma aproximadamente cilíndrica, cuyos polos se encuentran en los centros de las tapas del
cilindro. Supondremos que los ejes del imán y del tubo coinciden durante la caída. En coordenadas
cilíndricas, con el eje z coincidiendo con el eje del tubo (y del imán), esto se expresa como;

Aplicando la forma diferencial de la ley de Faraday a un campo E obtenemos la siguiente expresión:

De donde deducimos que,


Además sabemos que , por el siguiente argumento:

Está claro que al no haber cargas libres fuera del aluminio no puede haber FEM inducida, es decir que el
campo eléctrico no circula. Podemos considerarnos, por ejemplo, una curva contenida en el tubo de
aluminio que solo tenga componente radial y vertical como se muestra en la figura:

N
N

Para el caso anterior, el campo magnético B es paralelo a la superficie determinada por la curva dibujada.
En general el campo B será paralelo a la superficie determinada por cualquier curva que solo tenga
componentes radiales y verticales. Pero siendo así, B·n=0 para todo versor n normal a dicha superficie y el
flujo magnético es cero en todo momento, por lo que su derivada temporal también será nula. Entonces,
por la ley de Faraday, deducimos que no hay FEM inducida en la curva, es decir que las componentes de E
paralelas a la curva (radial y vertical) son cero; .

El rotor de E se escribe entonces;

Teniendo en mente que el campo eléctrico solo tiene componente según , estamos ahora en
condiciones de calcular algún parámetro del experimento y calcularlo por el estipulado, en nuestro caso la
aceleración gravitatoria g y la conductividad del aluminio σ.

Las cargas en el imán se encuentran en equilibrio electrodinámico, pues si no fuera así habría
corrientes que solo podrían estar generadas por variaciones de flujo magnético, pero el campo magnético
sobre el imán cayendo a su velocidad terminal es constante; es el del mismo imán más uno generado por
las corrientes en el tubo, las cuales se mueven junto con el imán. Como cae a velocidad constante sabemos
que el campo producido por las corrientes también debe ser constante para que la fuerza neta sobre el
imán sea nula. La fuerza de Lorentz para cada carga del imán resulta entonces nula:

Pero el campo eléctrico de la ecuación anterior es ni más ni menos que el inducido por el propio imán. A su
vez, el aluminio es prácticamente un material óhmico (siempre que se encuentre en equilibrio térmico,
como se espera sea en nuestro caso), así que podemos expresar la densidad de corriente como sigue;
Entonces, la intensidad de la corriente que circula por una sección de alto dz del tubo es;

Donde δ es el espesor del tubo.

Sabiendo esto podemos calcular la fuerza que ejerce una sección del tubo de alto infinitesimal sobre el
imán:

Lo que resta ahora es resolver la integral que aparece en la ecuación anterior. Para ello
aproximaremos al imán como un dipolo magnético:

Donde mB es el momento magnético total del imán.

Como la longitud del tubo es mucho mayor que su radio R, la expresión para la fuerza resulta;

Materiales:
Tubo de aluminio – Radio R=1.5cm, espesor δ=2mm
Tubo de plástico
Alambre de cobre galvanizado
Imán de geometría cilíndrica – Masa m=1.4g
Sensor Hall
Amplificador de voltaje
Osciloscopio y PC

Procedimiento:
Se enrolla el alambre de cobre alrededor de cada uno de los tubos de forma de que quede bien
apretado y que cada vuelta quede lo más horizontal posible. Esto se hace para distintas secciones de los
tubos; en las secciones donde el alambre no se enrolla, se lo adhiere al tubo tal que quede lo más paralelo
al eje del mismo posible. Se miden luego las distancias a las que se encuentra cada uno de los bobinados de
alambre en el tubo, para cada tubo. Estas distancias (medidas al punto medio de cada bobinado) fueron:

Tubo de aluminio – z(cm) = 6.2, 16.4, 26.2, 36.0, 46.3, 56.1, 65.9
Tubo de plástico – z(cm) = 3.2, 13.3, 23.2, 33.1, 43.4

Luego se conectan los extremos del alambre de cobre de un tubo al amplificador de voltaje, y este
último al osciloscopio, el cual va conectado a un PC que recibe y guarda la señal.
Una vez armado el dispositivo y asegurándose de que el tubo a estudiar esté perfectamente vertical,
se suelta el imán desde el comienzo del tubo, tratando de que caiga con una de sus caras hacia abajo y se
recibe la señal de voltaje en el computador.
Para calcular el momento dipolar magnético mB del imán se tomaron medidas de intensidad de campo
magnético sobre el eje del imán a distintas distancias y se ajustó mB modelando el imán como un dipolo
magnético ideal. Las medidas de campo magnético de tomaron con un sensor Hall (o punta Hall), el cual
aprovecha el efecto Hall para dar un valor de campo magnético.
El efecto Hall se observa cuando se hace circular corriente a través de una placa metálica que se
encuentra sometida a un campo magnético. Supongamos la situación en la que la placa se encuentra
perpendicular a un campo magnético uniforme, como se muestra en la figura;
i

i
Una corriente que circula implica cargas que se mueven en el sentido de la corriente con una cierta
velocidad v. Estas cargas atraviesan el campo magnético B que les provoca una fuerza F = q (v x B)
perpendicular a la velocidad y al campo, es decir hacia uno de los lados de la placa (dependiendo del signo
de q). Esto produce una acumulación de portadores de carga en uno de los lados de la placa, y para que la
carga se conserve debe aparecer una carga opuesta del lado opuesto de la placa. El sistema se equilibra
cuando la fuerza magnética es igual a la atracción electrostática entre las cargas a los lados de la placa, es
decir;
Donde d es el ancho de la placa y VH es el potencial Hall que se mide en el sensor Hall. Si la intensidad se
mantiene constante este voltaje es proporcional al campo magnético.
Antes de usar un sensor Hall es necesario calibrarlo, es decir, encontrar el factor de proporcionalidad
vd entre VH y B. Esto se logra midiendo el potencial Hall para un campo conocido, como puede ser el
producido en el interior de un solenoide largo por la que corre una intensidad i conocida. Entonces el
campo magnético en el interior del solenoide es;

Resultados:
Para empezar vale la pena mencionar que se probó dejar caer el imán por el tubo metálico con el
dispositivo apagado y se observó, como era de esperarse, que el imán demora mucho más en caer de lo
que demoraría en una caída libre. Aún más, si se lo observa desde la parte superior del tubo resulta casi
evidente que la velocidad de caída es constante dentro del tubo. Esta observación, ya por si sola, nos indica
que efectivamente tiene que haber algún fenómeno de inducción electromagnética responsable de lo
observado. Dicho esto estamos en condiciones de hacer un análisis más cuantitativo del problema.
Al pasar por cada bobinado del tubo, el imán genera una corriente en el alambre de cobre que es
amplificada y recibida en el PC. Se graficaron estos datos para cada uno de los tubos y se obtuvo;
Como se puede observar en el primer gráfico (tubo de plástico), el pasaje del imán genera una
perturbación en el voltaje recibido, y dado que los bobinados están suficientemente espaciados no afectan
significativamente la caída del imán, es por esa razón que se observan picos de voltaje cada vez más
elevados y menos separados a medida que avanza el tiempo; el imán cae acelerado y el cambio en el flujo
magnético por cada bobinado resulta mayor.
En cambio, en el segundo gráfico (tubo de aluminio) se observan perturbaciones en el voltaje que
parecen equidistantes en el tiempo y de amplitud muy similar. Es de notar que el ruido recibido en este
caso es mucho mayor. No es claro el origen del ruido, pero podría deberse a oscilaciones del imán durante
la caída, lo que generaría corrientes parásitas fluyendo en direcciones fuera del plano horizontal. Dichas
corrientes producirían un campo magnético variable que induce una corriente de forma inesperada en las
espiras del bobinado, el cual va por fuera del tubo.

Se calculó el tiempo en el que el imán atraviesa cada uno de los bobinados para cada gráfico como la
media entre el momento en que se da el primer máximo (o mínimo) de la perturbación y el momento en
que se da el último para dicha perturbación. El imán cae con velocidad constante en el tubo de aluminio;

y con aceleración presuntamente constante en el segundo, la cual asumimos es g, la aceleración


gravitatoria;

Se realizó un ajuste lineal de la posición z en función del tiempo para el tubo de aluminio y un ajuste
cuadrático para el tubo de plástico. Los resultados fueron;
Esto fue posible gracias al comando “ginput” de Matlab que permite tomar las coordenadas de puntos
de un gráfico manualmente. Debido a lo artesanal de la labor el proceso se repitió 10 veces y se obtuvieron
por tanto 10 valores de g y v, y luego se promedio en dichos valores.
A continuación se comparan los gráficos de posición en función del tiempo para los valores medidos y
los correspondientes a los ajustes realizados.
Como se puede ver, la desviación de g con respecto a su valor estipulado de 9.82m/s 2 es chica, solo
un 1.9% de error porcentual, sin embargo el error obtenido no llega a cubrir este rango, lo cual es
bastante razonable ya que es de esperar que los bobinados del tubo tengan algún efecto en el movimiento
del imán, producir alguna fuerza de frenado que haga que el valor de aceleración obtenido sea menor que
g, tal y como sucedió.

Por último se calculó la conductividad del aluminio según la ecuación vista en el Modelo teórico;

Pero para ello es necesario calcular el momento magnético mB del imán antes. Esto se logró usando un
sensor Hall (o punta Hall), con el cual se midió el campo magnético producido por el imán sobre el eje del
mismo a distintas distancias. Modelando al imán como un dipolo magnético podemos conocer el momento
magnético usando el comando “fminsearch” de Matlab para la ecuación,

El resultado obtenido fue:

Y la gráfica de B sobre el eje z del imán en función de la distancia z se muestra a continuación.


Como se puede apreciar de la gráfica, si bien la curva obtenida ajusta los datos de forma razonable,
existe una desviación con las medidas considerable, que probablemente responda a haber modelado el
imán como un dipolo magnético, modelo que resulta algo pobre para un objeto del tamaño del imán
estudiado (aprox. 1cm de diámetro).
Ahora si estamos en condiciones de calcular la conductividad σ del aluminio. El resultado obtenido fue:

Cuando el valor estipulado para la conductividad del aluminio a una temperatura de 20oC (temperatura
similar a la del laboratorio) es de 3.78 × 107Ω-1m-1, es decir que la desviación en error porcentual es de
34.9%.

Conclusiones:
Como ya se mencionó anteriormente, se obtuvo un valor para la aceleración gravitatoria de
(9.61±0.09)m/s2 con una desviación respecto al valor estipulado de 1.9%. Es interesante observar que aún
sumando el error en la medida no se llega al valor estipulado (9.70m/s2 y 9.82 m/s2 respectivamente).
Esto claramente es debido a que la interacción de los bobinados en el tubo con el imán generan una fuerza
de frenado que no es despreciable como se llegó a creer en un principio. Tal vez reduciendo el número de
vueltas de los bobinados se podría despreciar dicha fuerza, pero la corriente inducida sería también muy
pequeña y podría ser significativo el ruido en la señal. Otra opción es considerar la fuerza que le produce
cada bobina al imán y estimar el retardo en la caída.
No se podría haber pedido más respecto al resultado de la velocidad terminal en el tubo de aluminio.
Se midió una velocidad de (0.19±0.01)m/s constante que ajusta los datos con gran precisión como se
puede ver en el gráfico de posición vs tiempo para el tubo de aluminio. Esto no es menor, es una
confirmación importante de que el modelo empleado es muy aproximado y es a su vez una clara
consecuencia de la ley de Faraday.
En cuanto al resultado de la conductividad del aluminio, se obtuvo un valor de σ=2.46x107Ω-1m-1 , que
es del mismo orden de magnitud que el valor estipulado (3.78 × 107Ω-1m-1), y tiene una desviación
porcentual con este último de 34.9%. No es un error pequeño, pero hay que tener en cuenta que el valor
de σ varía con la temperatura, la cual no fue medida en su momento, pero más aún depende del
momento dipolar magnético, el cual se obtuvo modelando al imán como un dipolo magnético ideal, y a
pesar de que se obtuvo un valor que ajusta razonablemente este modelo, el cálculo del momento para
cada valor de distancia e intensidad de campo magnético mostraba que el modelo es en realidad
inadecuado para el imán usado, ya que se obtuvieron valores de momento muy distintos para distintos
pares distancia-campo, que además eran decrecientes con la distancia, cuando según la ecuación debería
permanecer constante. No solo el modelo del dipolo podría estar fallando, sino también la geometría
imperfecta del imán.
También hay que tener en cuenta que la barra está formada por otros materiales además de aluminio,
que además podrían estar distribuidos no uniformemente a lo largo del tubo. Este podría ser un factor muy
significativo a la hora de calcular la conductividad del tubo.
En fin, si bien el valor de conductividad obtenido no estuvo dentro de lo esperado, los resultados
muestran una gran concordancia con las suposiciones más importantes hechas en esta práctica, y en
particular es otra confirmación de la ley de Faraday.

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