Está en la página 1de 6

World Health Organization-- CUÍDATE PLUS

https://www.who.int/es https://cuidateplus.marca.com/

Hora: 15:14 Fecha: 10/01/20

El 31 de diciembre de 2019 se comunicaron a la OMS varios casos de neumonía en Wuhan, una


ciudad situada en la provincia china de Hubei. Se trataba de un virus distinto a los conocidos, lo cual
resulta preocupante porque no sabemos de qué manera los nuevos virus pueden afectar a las
personas.

Una semana más tarde, el 7 de enero, las autoridades chinas confirmaron que habían identificado un
nuevo coronavirus, una familia de virus que causan el resfriado común y enfermedades como el
MERS y el SARS. Este nuevo virus se denominó, provisionalmente, 2019-nCoV.

Desde el momento en que fue informada del brote, la OMS ha estado trabajando con las autoridades
chinas y con expertos de todo el mundo para obtener más información sobre el virus, sus efectos
sobre las personas infectadas, su tratamiento y las medidas que pueden adoptar los países para
hacerle frente.

Habida cuenta de que los coronavirus suelen causar síntomas respiratorios, la OMS ha emitido
recomendaciones de protección personal contra la infección, así como para evitar el contagio de
otras personas.

Los coronavirus son una extensa familia de virus, algunos de los cuales puede ser causa de diversas
enfermedades humanas, que van desde el resfriado común hasta el SRAS (síndrome respiratorio
agudo severo). Los virus de esta familia también pueden causar varias enfermedades en los
animales.

Coronavirus causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV)


Esta cepa de coronavirus se identificó por primera vez en Arabia Saudita en 2012. Hasta ahora solo
se ha descrito un pequeño número de casos, y los datos sobre su transmisión, gravedad e impacto

clínico son muy reducidos.

Aunque no confirman la fuente animal del brote


Dos estudios apoyan que el murciélago está en el origen del coronavirus de Wuhan

El estudio genómico del coronavirus emergente comparte un 90% del ADN del virus causante del
SARS, en cuyo origen estaría el murciélago, lo que sugiere que este animal también se encuentre en
el origen de la nueva epidemia.
 En busca de una vacuna efectiva contra el nuevo coronavirus
A falta de confirmarse la fuente específica del coronavirus de Wuhan, dos estudios que acaban de
publicarse en Nature apoyan que el genoma de este nuevo patógeno está estrechamente vinculado
a los tipos de coronavirus causantes del SARS, el síndrome respiratorio agudo grave (SARS) que
resultó en epidemia en 2003 en el sudeste asiático. Los coronavirus se encuentran sobre todo en
mamíferos, como los murciélagos.

En una de las investigaciones que acaban de publicarse, llevada a cabo por virólogos en el epicentro
de este brote, se han analizado muestras de los primeros pacientes en referir la enfermedad por
el nuevo coronavirus. En concreto, se estudiaron a siete pacientes que en diciembre de 2019
presentaron la enfermedad respiratoria grave. Seis de ellos eran trabajadores del mercado de
pescados y mariscos de Wuhan. Los síntomas incluían fiebre, dificultad para respirar y neumonía.

El equipo de Zheng-Li Shi en el Instituto de Virología de Wuhan ha obtenido secuencias


genómicas completas de las muestras de cinco de esos enfermos, que resultaron idénticas en más
del 99,9%. Además, compartían un 79,5% de secuencia genómica con los coronavirus del SARS.
También han constatado que el coronavirus emergente es un 96% idéntico en su genoma con el
coronavirus de murciélago, lo que sugiere que estos animales sean la fuente del nuevo virus.

2019-nCoV
El nuevo coronavirus denominado 2019-nCoV comparte siete proteínas no estructurales con el
virus causante del SARS. No acaba aquí la coincidencia: el 2019-nCoV penetra en las células a
través de la misma ruta de que los coronavirus SARS, a través del receptor de células ACE2.

La investigación revela asimismo que los anticuerpos aislados de los pacientes infectados por el
nuevo virus pueden neutralizarlo, al menos presentan ese potencial. La investigación revela
asimismo que los anticuerpos aislados de los pacientes infectados por el nuevo virus pueden
neutralizarlo, al menos presentan ese potencial. Los anticuerpos producidos contra el coronavirus
del SARS (SRAS-CoV) obtenidos en caballo diluidos en bajas concentraciones en suero conseguían
neutralizarlo. No obstante, no tienen datos concluyentes sobre ese efecto en el nuevo coronavirus.

Finamente, han desarrollado una prueba que puede diferenciar al virus 2019-nCoV de todos los otros
coronavirus humanos. Si bien se detectó el coronavirus de Wuhan en las muestras orales que se
tomaron inicialmente en los pacientes, con el paso del tiempo (alrededor de diez días después) no
arrojaron un resultado viral positivo. Este hallazgo sugiere que la ruta de transmisión más probable
es a través de las vías respiratorias de las personas, aunque los autores señalan que puede haber
otras rutas de transmisión, y en ello está investigando.

La vinculación del nuevo coronavirus con el tipo causante del SARS también se ha confirmado en
un segundo trabajo de otro grupo de científicos de la Universidad de Fudan en Shanghai. Estos
científicos coordinados por Yong-Zhen Zhang se han centrado en otro trabajador del mercado de 41
años que fue ingresado en un hospital en Wuhan el 26 de diciembre de 2019. Al entrar
experimentaba síntomas como fiebre, opresión en el pecho y tos. Los médicos le administraron
una combinación de antibióticos, antivirales y glucocorticoide; sin embargo, el paciente desarrolló
insuficiencia respiratoria y su condición no mejoró después de tres días de tratamiento.
Secuenciación genómica
Los autores realizaron la secuenciación genómica en una muestra de secreción pulmonar (lavado
bronco alveolar) del paciente. Así, identificaron al nuevo virus y descubrieron que su genoma
compartía el 89,1% de nucleótidos con los coronavirus del SARS hallados en murciélagos.

Los científicos recuerdan que no es posible concluir a partir del análisis de un solo paciente que este
coronavirus sea la causa del brote actual. Sin embargo, estos hallazgos han sido corroborados por
investigaciones independientes en más pacientes.

Tratamiento y prevención

Ocho ciudades chinas afectadas, más de 304 muertos, 1.400 personas graves, 9.700 infectados,
¿qué es este virus que mantiene confinadas a más de 40 millones de personas? ¿Cómo se ha
originado? Un virus que, por cierto, ya se ha extendido fuera de la China continental, y a países
como Hong Kong, Taiwán, Macao, Corea del Sur, Vietnam, Tailandia, Japón, Singapur, Camboya,
Nepal, Finlandia, India y Sri Lanka, Emiratos Árabes Unidos, Australia, Estados Unidos, Canadá,
Alemania, Francia y, recientemente, España.

El coronavirus, bautizado popularmente como ‘virus de Wuhan’ en referencia a la ciudad donde


surgió y donde se están registrando la mayoría de casos el 2019-nCoV, recuerda a infecciones como
el síndrome respiratorio por coronavirus de Oriente Medio (MERS) o el síndrome agudo respiratorio
grave (SARS), que en 2003 se llevó por delante a más de 800 personas en todo el mundo. Este tipo
de epidemias suelen estar provocadas por virus de animales que mutan y acaban
transmitiéndose a otros seres vivos.

Según una investigación china efectuada con urgencia, el virus podría estar causado por una
serpiente. Tras comparar el germen con otros coronavirus conocidos, han confirmado que el virus es
la mezcla de uno originario de los murciélagos pero mezclado con otro de origen desconocido. Y esa
recombinación de ARN es la que ha ido a parar a las serpientes, tal y como explica el estudio
publicado en el ‘Journal of Medical Virology’.

Con algunas dudas e imprecisiones médicas (ya que la Organización Mundial de la Salud –OMS–
admite que «no se sabe lo suficiente sobre 2019-nCoV como para sacar conclusiones definitivas
sobre cómo se transmite, las características clínicas de la enfermedad o el grado en que se ha
propagado»), puede decirse que el coronavirus se contagia principalmente a través del contacto
con animales infectados o por contacto estrecho con las secreciones respiratorias que se
generan con la tos o el estornudo de una persona enferma. Por otra parte, la Comisión Nacional de
Salud china acaba de descubrir que el contacto físico es otra vía de propagación.
Los expertos han encontrado similitudes con otras cepas de coronavirus que pueden presentarse de
diversas formas, desde el resfriado común hasta la neumonía aguda. Estos son algunos de los
síntomas más frecuentes entre los pacientes infectados hasta la fecha: Fiebre. Tos. Dificultades
para respirar. Dolor de garganta. Dolor de cabeza. Dolores musculares. Fatiga. Congestión
nasal. En casos más graves, que generalmente ocurren en personas ancianas o que padecen
alguna otra enfermedad la infección también puede causar: Neumonía. Síndrome respiratorio agudo
severo. Insuficiencia renal.

En cuanto a su tratamiento hay que decir que, por el momento, no existe una cura para el
coronavirus; pero los médicos chinos trabajan a contrarreloj para desarrollar una vacuna tomando
como referencia las experiencias pasadas. El Shanghai East Hospital de la Universidad de Tongji
(China) ya ha anunciado la aprobación con urgencia de un proyecto para producir una cura conjunta
entre este centro médico y el laboratorio Stermirna Therapeutics, pero el proceso de producción de
fármacos es más complejo de lo que parece. El director ejecutivo de la compañía, Li Hangwen, ha
asegurado que se necesitarán 40 días como máximo para fabricar las primeras muestras, que
estarán basadas en la nueva generación tecnológica de ARN mensajero (ARNm) y algunos
procedimientos preliminares. El ciclo de producción de las vacunas puede durar hasta cinco o
seis meses, mientras que la vacuna de ARNm tiene la ventaja de un proceso de desarrollo y
producción más corto.

No obstante, la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH) ha


compartido algunas medidas de prevención que, en este caso, son muy similares a las de la
gripe: evitar el contacto cercano con personas afectadas por infecciones respiratorias; lavarse
las manos de forma frecuente, especialmente antes y después del contacto directo con personas
enfermas y sus entornos; mantener una distancia de un metro entre personas (aproximadamente);
cubrirse la boca y la nariz con el antebrazo o pañuelos desechables al toser o estornudar y lavarse
las manos después.

También podría gustarte