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Derecho a la Vida

El derecho a la vida es un derecho universal, es decir que le corresponde


a todo ser humano. Es un derecho necesario para poder concretizar todos
los demás derechos universales. El derecho a la vida significa tener la
oportunidad de vivir nuestra propia vida. Si no hay vida, no tiene sentido
que existan los demás derechos fundamentales.
Para los niños el derecho a la vida es la oportunidad de vivir su infancia y
poder crecer, desarrollarse y llegar a la edad adulta.
El derecho a la vida de los niños está compuesto por dos derechos
fundamentales: el derecho inherente a la vida y el derecho a la
supervivencia y al desarrollo.

DERECHO A RECIBIR AMOR


El niño, para el pleno desarrollo de su personalidad, necesita amor y
comprensión. Siempre que sea posible, deberá crecer al amparo y bajo la
responsabilidad de sus padres y, en todo caso, en un ambiente de afecto y
de seguridad moral y material; salvo circunstancias excepcionales, no
deberá separarse al niño de corta edad de su madre. La sociedad y las
autoridades públicas tendrán la obligación de cuidar especialmente a los
niños sin familia o que carezcan de medios adecuados de
subsistencia. Para el mantenimiento de los hijos de familias numerosas
conviene conceder subsidios estatales o de otra índole.

Derecho a tener un nombre


El niño gozará de una protección especial y dispondrá de oportunidades
y servicios, dispensado todo ello por la ley y por otros medios, para que
pueda desarrollarse física, mental, moral, espiritual y socialmente en
forma saludable y normal, así como en condiciones de libertad y
dignidad. Al promulgar leyes con este fin, la consideración fundamental a
que se atenderá será el interés superior del niño.

Derecho a la asistencia médica


La salud y la asistencia médica es un derecho de todas las
personas. Los Estados deben garantizar a toda persona, sin
importar su creencia, raza o nivel social, el derecho de acceso a
servicios para el tratamiento de las enfermedades y la
rehabilitación. Para ello, deben prestar la asistencia médica y la
atención sanitaria que sean necesarias. Esto no trata solamente
de prestar servicios de salud, sino también de abordar los
factores que la afectan, es decir, las más amplias cuestiones
económicas, sociales, culturales, ambientales, educativas, recreativas, entre otras. El derecho humanos
universal a la asistencia medica también se considera como el derecho a la protección de la salud, este lo
podemos conseguir en el artículo cuarto de la Constitución General de la República. Tiene por una parte, una
connotación programática, que a la vez también, considera garantía individual. Tomando en cuenta lo dicho
anteriormente es necesario aclarar que los errores médicos, por negligencia o impericia causados en la
prestación de servicios de atención médica en instituciones públicas, no son actos violatorios del derecho a la
salud. Para entender verdaderamente este derecho, se debe saber lo que dispone la legislación sanitaria en
cuanto a las finalidades que deben cumplir los servicios de salud y los servicios de atención médica.

Derecho de los niños a la educación

Todos los niños tienen derecho a una educación. La


educación no consiste únicamente en aprender a
leer y escribir, sino que constituye la base del
desarrollo personal. Para que el engranaje de una
sociedad funcione, sus miembros tienen que
tener una educación básica que les permita
desarrollarse como individuos para poder convivir
en sociedad.

A pesar de la importancia de la educación, hay millones de niños en todo el mundo que no pueden acceder a
ella. Por eso resaltamos este Derecho de los niños a la educación, al acceso a la educación sin
discriminación de ningún tipo y a una educación gratuita para niños y niñas. Porque todos los niños tienen
derecho a aprender y porque la educación será su mejor herramienta para construirse una vida digna.

Derecho al vestuario:
El derecho a vestir adecuadamente, derecho a la
ropa o derecho al vestido está reconocido como un derecho
humano en diferentes instrumentos internacionales. El
derecho a la ropa, junto con el derecho a la alimentación y
el derecho a la vivienda, son partes del derecho a un nivel
de vida adecuado como se reconoce en el artículo
11 del Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales (PIDESC). El derecho al vestido está
igualmente reconocido en el artículo 25 de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos.

El derecho de los niños a tener nombre y


nacionalidad:
Desde su nacimiento, un niño tiene derecho a
adquirir una nacionalidad.
Según las circunstancias en que se adquiera la nacionalidad puede ser de dos tipos:
- Nacionalidad originaria o de sangre: el niño adquiere la nacionalidad de sus padres desde el momento de
su nacimiento.
- Nacionalidad por residencia: aunque sus padres posean otra nacionalidad, el niño adquiere la
nacionalidad del territorio en el que nace.
La nacionalidad se obtiene al registrarse en el Registro Civil. Es un elemento muy importante, ya que, en
primer lugar, supone el vínculo entre la persona y la ciudadanía, y en segundo lugar, constituye la pertenencia
de una persona a una nación. En definitiva, establece la calidad de una persona en razón del nexo político y
jurídico que la une a la población constitutiva de un Estado.

El derecho de los niños a la alimentación


Según la Declaración de los Derechos del niño,
todos los niños deben tener garantizada
una alimentación suficiente, accesible, duradera y
en condiciones saludables. Sabemos que no está
cumpliendo este derecho que resulta esencial para
el desarrollo físico e intelectual de los niños.
La alimentación es vital para cualquier niño o adulto.
Eso es algo que debemos hacer entender a
nuestros hijos, así como educarlos en la solidaridad. Que nuestros niños sean más conscientes de que la
alimentación no está garantizada para todos puede hacer que cambien a mejor su relación con la comida.
Este derecho a la alimentación se encuentra en el principio 4 de los Derechos del niño, junto con otros
derechos fundamentales como el de la vivienda, el recreo y los servicios médicos adecuados. Y si antes este
derecho se vulneraba únicamente en los países más desfavorecidos, hoy en día vemos cómo también nos
está afectando más cerca.

Derecho a una vivienda:

Toda persona tiene derecho a la vivienda. Una vivienda adecuada,


como parte de un nivel de vida adecuado, es fundamental para el
disfrute de todos los derechos económicos, sociales y culturales.
No debe entenderse como limitada solamente a una vivienda
básica. En lugar de ello, los Estados deben promover los entornos
nacionales apropiados para hacer realidad este derecho
(incluyendo hacer frente a las amenazas inmediatas a la vivienda),
el desarrollo de políticas y prácticas para responder a las
necesidades de vivienda a largo plazo por los cambios
poblacionales, y la regulación de la provisión de vivienda por parte
del sector privado.

Derecho a una Recreación:

El Estado debe tomar en cuenta que el juego, la recreación y


el deporte, además de ser un derecho, son maneras
eficaces de acercarse a los menores de edad marginados,
discriminados, huérfanos, a los que tienen limitaciones
mentales o físicas, a los que viven o trabajan en la calle, a
los que son victimas de explotación sexual.

Según la publicación de UNICEF “Deporte, Recreación y


Juego” , el deporte, la recreación y el juego fortalecen el
organismo y evitan las enfermedades, preparan a los niños y niñas desde temprana edad para su futuro
aprendizaje, reducen los síntomas del estrés y la depresión; además mejoran la autoestima, previenen el
tabaquismo y el consumo de drogas ilícitas y reducen la delincuencia.

Derecho a una protección:

Todos los niños y niñas tienen derecho a vivir en un contexto seguro y protegido que preserve su bienestar.
Todo niño o niña tiene derecho a ser protegido de cualquier forma de maltrato, discriminación y explotación.

Para UNICEF, “protección de la infancia” se refiere a las labores de prevención y respuesta a la violencia, la
explotación y el abuso contra niños y niñas, como por ejemplo la explotación sexual, la trata, el trabajo infantil
y prácticas tradicionales perniciosas como la mutilación/ excisión genital de la mujer y el matrimonio
adolescente. Los programas de protección de la infancia de UNICEF también están dirigidos a los niños y
niñas especialmente vulnerables a esos abusos, como los que no reciben la supervisión de sus progenitores,
han transgredido las leyes o viven en conflictos armados.

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