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Apuntes para una intervención participativa y comunitaria

en contextos de diversidad cultural


Notes on a participatory anad community intervention
within the context of cultural diversity
Manuel BASAGOITI RODRÍGUEZ
Universidad Carlos III de Madrid
mbasagoi@polsoc.uc3m.es

Paloma BRU MARTÍN


Universidad Carlos III de Madrid
mbru@polsoc.uc3m.es

Recibido: 09/02/2012
Revisado: 29/02/2012
Aceptado: 03/04/2012
Disponible on line: 08/03/2012

Resumen
El fenómeno de las migraciones ha convertido la diversidad cultural en un rasgo fundamental de nuestras sociedades.
Sin embargo, esta nueva realidad, palpable en los cambios demográficos de muchas ciudades y en el aumento de nece-
sidades sociales, no se ha visto acompañada de políticas sociales ágiles y adecuadas. Así, la incorporación social de las
personas de origen extranjero a nuestro país no ha sido fácil y como consecuencia, su participación como ciudadanos
y ciudadanas tampoco.
Partiendo de una contextualización general sobre la evolución de los movimientos migratorios y el reflejo que tiene el
aumento de la diversidad cultural en nuestra sociedad en el enfoque de las políticas públicas de integración, en este ar-
tículo queremos apuntar (como versa el título) algunas reflexiones sobre la importancia de los contextos locales y de la
participación social en la incorporación de la población inmigrante y, a partir de experiencias de trabajo en diferentes
barrios de Madrid, proponer algunas pistas o líneas de trabajo para construir modelos de intervención participativa en
contextos de diversidad.
Palabras clave: integración social, participación social, ciudadanía, programas comunitarios, inmigración.

Abstract
The phenomenon of migration has made cultural diversity a fundamental feature of our societies. This new reality, ho-
wever, evident in the demographic changes in many cities and in the increase of social needs, has not been accompa-
nied by adequate and agile social policies. So, social integration of immigrants in our country has not been easy and,
consequently, neither has civic participation.
Based on a general contextualization of the evolution of migration and the reflection that increasing cultural diversity
in our society has on the public policy of integration, we note in this article (as suggested by the title) some reflections
on the importance of local contexts and social participation in the integration of immigrants and, based on work expe-
riences in different areas of Madrid, propose some clues or leads on work to build participatory intervention models in
diverse contexts.
Key words: social integration, social participation, citizenship, community work, immigration.

Referencia normalizada: Basagoiti Rodríguez, Manuel, y Bru Martín, Paloma (2012); «Apuntes para una intervención
participativa y comunitaria en contextos de diversidad cultural». Cuadernos de Trabajo Social, 25(2): 371-381.

Sumario: 1. Los procesos migratorios en España. Las razones de la emigración ayer y hoy. 2. Políticas públicas de
integración de los inmigrantes y gestión de la diversidad. 3. Intervención participativa y comunitaria con los inmi-
grantes. 4. Algunas conclusiones y propuestas. 5. Referencias bibliográficas.

Cuadernos de Trabajo Social 371 ISSN: 0214-0314


Vol. 25-2 (2012) 371-381 http://dx.doi.org/10.5209/rev_CUTS.2012.v25.n2.39622
Manuel Basagoiti Rodríguez y Paloma Bru Martín Apuntes para una intervención participativa y comunitaria...

1. Los procesos migratorios en España. Las no se redistribuyen, deslocalización de las em-


razones de la emigración ayer y hoy presas y privatización de los bienes y servicios
A lo largo de su historia, España se ha visto públicos que ponen los recursos en manos de
afectada por diferentes procesos migratorios, multinacionales extranjeras, incertidumbres so-
de españoles hacia otros países y de personas bre el futuro y el desarrollo de dichos países,
de fuera hacia nuestro país. Haciendo un breve violencia institucionalizada, etc.) y elementos
repaso por la memoria histórica de la migra- de atracción hacia otros estados o continentes
ción española, desde el inicio de la Guerra ci- (mayor desarrollo y estabilidad política, eco-
vil hasta nuestros días, podemos destacar las nómica, jurídica y social, demanda de mano de
siguientes tendencias en los flujos migratorios: obra poco cualificada, imagen de riqueza y pros-
peridad, existencia de familiares y compatrio-
1.1. De dentro afuera tas en otros países, etc.).
— La emigración hacia América Latina. A Este «efecto llamada» se ha visto frenado
partir del año 1936 y durante la posguerra y la desde el año 2008 con motivo de la crisis. Se
dictadura franquista el flujo de exiliados espa- reduce drásticamente la llegada de población
ñoles se dirigió fundamentalmente a México. inmigrante por el aumento del desempleo en
— La emigración hacia Europa: Entre 1950 España y Europa y se inician movimientos de
a 1970, en plena dictadura franquista, los flu- retorno a los países de origen de los inmigran-
jos de emigrantes económicos se dirigieron a tes, forzados por el incremento de expulsiones
Alemania, Francia y Suiza. de inmigrantes en situación irregular e impul-
— La migración interior del campo a la sados, en menor medida, por el refuerzo de po-
ciudad. También en las décadas de los 1950 a líticas de apoyo al retorno.
1970 el llamado éxodo rural movilizó a gran- Podemos considerar el proyecto migratorio
des contingentes de agricultores del interior y como una «trayectoria vital» llena de altibajos,
sur peninsular hacia las grandes ciudades espa- con avances y retrocesos, en la que inciden mul-
ñolas, Madrid, Barcelona y Bilbao. tiplicidad de factores comunes y específicos, y
— España, de nuevo país de emigrantes. donde la fuerza individual y las condiciones del
Desde 2010, a consecuencia de la crisis y el cre- entorno tienen una influencia determinante.
cimiento del desempleo juvenil, se ha incre- La llegada al país de acogida es una prime-
mentado el volumen de españoles que deciden ra fase que comporta una crisis importante. Al
salir de nuestro país a trabajar y residir en otros surgir de una separación de la tierra, de la fa-
lugares. milia, etc. implica un alto coste emocional y psi-
cológico y necesita de mayores apoyos exter-
1.2. De afuera adentro nos. Esta ruptura dolorosa va acompañada de
Desde finales de los años 1970 y durante el conflicto, desarraigo, desorientación, necesidad
primer lustro del siglo XXI, Madrid, al igual de ingresos, vulnerabilidad social, etc., pero
que el resto de comunidades autónomas expe- también de nuevas expectativas y relaciones, mu-
rimentó la llegada de población de otros paí- chas veces posibilitadas por profesionales y
ses. En estos procesos migratorios globales po- centros de acogida.
demos distinguir dos etapas, una moderada que El asentamiento y la decisión de quedarse
podríamos encuadrar entre 1975 y 1995 y una es un segundo momento en el que se produce la
intensa de 1995 a la actualidad. En la primera adaptación al nuevo contexto sociocultural, y
etapa los flujos provienen fundamentalmente suele coincidir con la consolidación de redes
de África, Asia y finalmente Latinoamérica. Pos- propias de apoyo, el inicio de procesos de regu-
teriormente se intensifican desde Latinoaméri- larización, se abre el objetivo de la reagrupa-
ca y Europa del Este. ción familiar, se busca información de recursos
En estos y otros procesos migratorios se com- que se ajusten a sus necesidades y respondan a
binan elementos expulsores de los países de sus expectativas (ayudas, formación, acompa-
origen (crisis económica, corrupción o persecu- ñamiento, etc.)
ción política, guerra, desastres medioambien- La consolidación de esta trayectoria se pro-
tales, altos índices de desigualdad y pobreza en duce con la mejora de las condiciones de traba-
entornos de riqueza en recursos naturales que jo, el acceso a recursos, prestaciones sociales y

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derechos laborales (en el caso de los inmigran- políticas públicas y desvelan, cada vez con ma-
tes económicos) y la posibilidad real de un de- yor crudeza, las desigualdades sociales. Mu-
sarrollo y promoción personal, profesional y chos de los síntomas de estas desigualdades los
social. Este momento tiene efectos favorables encontramos en ciudades y distritos. En estos
tanto para el inmigrante y su entorno en Espa- años hemos visto aumentar la población de nues-
ña como para su familia de origen (aumenta su tros barrios y las situaciones de vulnerabilidad,
capacidad de retornar bienes). Este momento pero los recursos públicos apenas han aumen-
es en el que se puede encontrar una mayor par- tado y muchos de ellos han sido suprimidos: en
ticipación por parte de las personas inmigran- Madrid, los Centros de Apoyo Social a Inmi-
tes. La resolución de los problemas y conflic- grantes, el Observatorio de las Migraciones, el
tos de la llegada y el asentamiento en nuestro servicio de Mediación Social Intercultural, etc.,
país implican seguridad y una mayor disposi- víctimas de los recortes sociales (programas de
ción a participar en los entornos más cercanos. integración desarrollados por muchas Ongs) o
Finalmente, tras la consolidación se comien- privatizados. Las políticas de integración y pro-
zan a dar pasos hacia la integración, aunque pa- tección social, fomento del empleo, promoción de
ra que esta sea plena es necesaria la incorpo- la educación y la sanidad pública y de calidad,
ración a la sociedad receptora en igualdad de etc. se enfrentan a vientos muy poco favorables.
condiciones, derechos, obligaciones y oportuni- El reto de la diversidad, si podemos llamar-
dades que los ciudadanos autóctonos, la preser- lo así, se encuentra actualmente en el centro
vación de la cultura de origen y la aceptación mismo del debate político, social y económico.
por parte de la mayoría social de los cambios Se plantea como gestión de la diversidad, cuan-
normativos, institucionales e ideológicos nece- do aún falta por descubrir qué se esconde detrás
sarios para que lo anterior sea posible, condi- de estas palabras. Diversidad sí, pero gestión,
ciones que se ven frenadas por el contexto polí- ¿cómo? En España no existe un modelo cohe-
tico europeo actual. rente que haya sabido abordar estas cuestiones.
No obstante, en esta nueva etapa, el imagi-
nario social de parte de la población inmigran- El crecimiento vertiginoso de la llegada de
te interioriza esta integración en acciones que inmigrantes, la existencia de un proceso cre-
implican «la decisión de quedarse» y hacer vi- ciente interno de debate sobre los derechos de
da en España, como la reagrupación familiar, pluralidad nacional y regional, la puesta en mar-
los nuevos matrimonios mixtos, tener más hi- cha de muchas acciones pero sin coordinar y sin
jos, solicitar la nueva nacionalidad, etc. Una se- una coherencia global: iniciativas regionales y
locales, planes de inmigración, observatorios re-
gunda y tercera generaciones de familias inmi-
gionales, etc. pero cada una desde una lógica di-
grantes van teniendo cada vez más presencia y ferente (…). Son algunas razones que han ido
asientan aún más su estatuto de nuevos vecinos dando como resultado un entramado normativo
y vecinas. Por ello, es en estas últimas etapas poco integrado y poco coordinado que se mue-
cuando los procesos de participación ciudada- ve entre modelos que fomentan una integración
na y trabajo comunitario encuentran un con- de la población inmigrante a partir de una actua-
texto más favorable. ción más institucional, hasta modelos que con-
fían más en la autorregulación de los merca-
2. Políticas públicas de integración de los dos (de empleo, de vivienda, matrimoniales...)
inmigrantes y gestión de la diversidad (VV.AA., 2008).
En España, los múltiples procesos de regulari-
zación a los que nos hemos enfrentado desde el Este debate parece seguir enquistado entre
año 1985 (1985, 1991, 1996, 2001, 2003 y 2005) dos modelos de referencia: el multiculturalista
revelan un modelo inestable y desordenado, que anglosajón y el asimilacionista francés. Nin-
ha traído consecuencias visibles en el asenta- guno de los dos modelos ha favorecido la par-
miento de la población inmigrante no sólo a es- ticipación plena de la población inmigrante en
cala nacional, sino también en nuestras ciuda- nuestras sociedades; el primero, siendo un gran
des y nuestros barrios. defensor de la igualdad de derechos y oportu-
Vivimos tiempos en los que las dinámicas nidades y del respeto a la diferencia cultural,
sociales se adelantan permanentemente a las no se ha mostrado eficaz en la gestión de la in-

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tegración, dando lugar a espacios relacionales en materia de inmigración y protección interna-


en los que la coexistencia prima sobre la con- cional, apuesta por lograr un marco de convi-
vivencia, surgiendo incluso guetos que segre- vencia de identidades y culturas.
gan a los diferentes grupos sociales; el segun-
do, al apostar por una integración cuyo eje Su desarrollo, a través de Planes de Integra-
principal es la asimilación de la cultura y las nor- ción para población inmigrante, permitiría: «el
mas del país de acogida, ha traído como conse- paso de un nivel satisfactorio de coexistencia
cuencia la desconfianza, el desarraigo y la acul- (multiculturalismo) —una coincidencia en tiem-
turación de muchas personas extranjeras, que po y espacio de carácter pacífico— a un nivel
sienten que están bajo permanente sospecha. óptimo de convivencia, la cual supone la inter-
Por otro lado, la actual crisis económica da acción y relación armoniosas (interculturalis-
alas a planteamientos políticos (y sociales) más mo)». En este sentido, en el texto del I y II Plan
segregacionistas y xenófobos, que endurecen Estratégico de Ciudadanía e Integración (2006-
los controles fronterizos, dificultan la reunifi- 2010 y 2011-2014), se plantean tres principios
cación familiar, restringen el acceso a los ser- políticos que orientarán todas las actuaciones:
vicios básicos, aumentan la represión de los in- el principio de igualdad y no discriminación,
migrantes, etc. que implica la equiparación de derechos y obli-
gaciones de la población inmigrante a la autóc-
El humo de hace casi tres años de los cam- tona, dentro del marco de los valores constitu-
pamentos gitanos que ardieron en Italia nos pu- cionales básicos; en el principio de ciudadanía,
so sobre aviso de lo que se avecinaba. Desde en- que implica el reconocimiento de la plena par-
tonces, elección tras elección, los xenófobos han ticipación cívica, social, económica, cultural y
ido ganando fuerza en nuevos países (Suecia, política de los ciudadanos y ciudadanas inmi-
Finlandia, Reino Unido, Hungría) y consolidán- grantes; y por último, el principio de intercultu-
dose donde ya tenían presencia importante (Ita- ralidad, como mecanismo de interacción entre
lia, Francia, Dinamarca) (Torreblanca, 2011). las personas de distintos orígenes y culturas,
dentro de la valoración y el respeto de la diver-
Este proceso también afecta a España, puer- sidad cultural.
ta de entrada de la inmigración africana, que se Paradójicamente, esta declaración de bue-
ve presionada para seguir estas directrices. En nas intenciones choca con la pervivencia de ins-
nuestro país, en las últimas décadas se han ido tituciones como los Centros de Internamiento
definiendo diferentes políticas de regulación para inmigrantes (CIES), denunciados en dife-
de los flujos migratorios, desde el control de rentes ocasiones por las organizaciones de de-
fronteras contra la inmigración irregular al es- fensa de los derechos humanos, y con la reali-
tablecimiento de cuotas para cubrir empleos en dad de la aplicación de estos planes en lo local,
España con gente de fuera (cubiertos en su ma- ya que la diversidad de voluntades políticas exis-
yoría con inmigrantes irregulares que ya esta- tentes en las diferentes comunidades autóno-
ban en España), acuerdos bilaterales con algu- mas hace que la implantación de estos princi-
nos países como Marruecos, Colombia, Ecuador, pios sea más bien escasa, imperando aún los
Rumania, República Dominicana, Polonia, Bo- programas de integración y convivencia di-
livia, etc. Sin embargo, la idoneidad de muchas señados desde lógicas marcadamente asimila-
de estas medidas es bastante discutible y su doras.
eficacia limitada. Frente a esta realidad, la re- La integración es entre otras cosas un pro-
forma de la Ley Orgánica 4/2000, de 11 de ceso de equiparación de derechos, y cualquier
enero, sobre derechos y libertades de los ex- violación de los mismos conlleva situaciones
tranjeros y su integración social, recogida en el de vulnerabilidad e injusticia social que fractu-
objetivo 4 de la Ley Orgánica 2/2009, de 11 de ran la cohesión social. La limitación de dere-
diciembre, plantea: chos de los ciudadanos extranjeros comporta
un efecto perverso en las relaciones de convi-
Reforzar la integración como uno de los ejes vencia entre la población de origen extranjera
centrales de la política de inmigración que, te- y la autóctona, en los contextos micro locales
niendo en cuenta el acervo de la Unión Europea de interacción social y en los equipamientos de

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proximidad (barrio, escuela, centro de salud, formales, etc.— que tienen como objetivo el
Servicios Sociales, etc.). Evitar la competencia desarrollo y la mejora de la calidad de vida a tra-
entre la población inmigrante y la española por vés de la participación de todos los agentes so-
unos recursos cada vez más limitados, obliga a ciales presentes en el territorio. Algunos ejem-
reforzar los servicios básicos como son la sani- plos los podemos encontrar en Carabanchel,
dad, la educación y la protección social, para Tetuán, Villaverde y Usera, Vallecas, etc.
evitar que éstos pierdan calidad para todos. Se entiende que las posibilidades de convi-
En esta labor, el Tercer Sector también tie- vencia como el desarrollo de relaciones veci-
ne que desempeñar un papel importante. Des- nales entre diferentes grupos —autóctonos y ex-
de la aparición de las primeras organizaciones tranjeros— en las que rige el respeto mutuo y
de atención a población inmigrante en 1985 has- el diálogo en igualdad, son difíciles, pero lo son
ta la actualidad ha crecido y no ha dejado de aún más según la actitud que manifiesten y man-
desarrollar iniciativas sociales, en plataformas tengan los propios vecinos ante la misma. En
y redes que buscaban una respuesta a esa com- este sentido creemos que las entidades sociales
plejidad, casa vez mayor, de los problemas socia- de arraigo territorial y los profesionales y secto-
les. En estos años ha asumido funciones claves res funcionalmente activos de la Administración
en lo que se refiere a la gestión de la diversidad, con presencia activa en el territorio (trabaja-
la convivencia y la integración de personas in- dores sociales comunitarios, educadores, me-
migrantes: en la detección de sus necesidades, diadores, dinamizadores, etc.) tienen una tarea
facilitada por su cercanía y proximidad a estos importante y la responsabilidad de fomentar
colectivos; en la provisión de servicios sociales espacios donde el diálogo sea posible y donde
que no cubre la Administración (apoyo al em- se pueda construir un modelo común de convi-
pleo, emergencia y supervivencia, cobertura de vencia.
necesidades sociales, como vivienda, educación, La participación ciudadana constituye el
empleo, etc., o gestiones administrativas, eco- motor del desarrollo local comunitario, y en-
nómicas, etc.); en el fomento del asociacionis- tendemos que esta estrategia de acción colecti-
mo y la participación social; en la orientación va organizada puede muy bien articularse a tra-
específica a las poblaciones más vulnerables; vés de las entidades sociales con arraigo en la
en la promoción de valores de solidaridad y la comunidad y capacidad de caminar «de la ma-
reivindicación sobre derechos sociales, etc. no» con otros agentes institucionales, sociales,
grupos y organizaciones que también contribu-
3. Intervención participativa y comunitaria yen a «hacer barrio y ciudad», como las parro-
con los inmigrantes quias, las AMPAS, las ONG, las asociaciones
culturales, deportivas, de ayuda mutua, ecolo-
3.1. Procesos de participación de los inmi- gistas y las coordinadoras y plataformas). La
grantes participación no puede ejercerse de la forma in-
En la Comunidad de Madrid podemos diferen- dividualista, atomizada y aislada en que se ha-
ciar dos tipos de procesos que aspiran a otorgar llan muchas entidades sociales en los barrios y
un mayor protagonismo a las personas de ori- distritos de Madrid, porque le resta eficacia e
gen extranjero que residen en ella. impacto a la acción.
Existen por un lado procesos institucionali- Estas iniciativas de la ciudadanía organizada
zados —o instituidos formalmente «de arriba y las entidades sociales abordan los problemas
abajo»— como son las Mesas de Convivencia locales desde la diversidad cultural y social, avan-
del Ayuntamiento de Madrid, el Foro Madrid zando de forma colectiva hacia modelos de des-
de Diálogo y Convivencia, los Planes de Con- arrollo territorial y comunitario con las bases
vivencia distritales o los Centros de Participa- de la participación ciudadana y del trabajo en
ción e Integración de la Comunidad de Madrid red. Ese nuevo paradigma relacional que se ba-
(CEPI). Estos instrumentos conviven con los sa en la cooperación requiere iniciativa políti-
procesos participativos y las redes locales comu- ca, innovación social y consenso ciudadano, y
nitarias, iniciativas constituidas «de abajo arri- plantea en definitiva el reto de superar el des-
ba», desde el tejido social local —asociaciones, encuentro secular entre el sistema institucional
sectores funcionalmente proactivos, grupos in- y las entidades ciudadanas.

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3.2. Los entornos de acogida. Relevancia de otros países parece poner en grave peligro este
lo local y barrial fondo de sostenimiento social, al que contribu-
La llegada de inmigrantes ha ido creciendo yeron a mantener a flote muchos de los extran-
exponencial hasta el año 2009, ha pasado de ci- jeros que ahora son considerados innecesarios
fras de algo más de 50.000 extranjeros empadro- y en muchos casos expulsados de nuestro país.
nados en 1996 en el Municipio de Madrid a Como ya hemos señalado, los barrios a los
574.869 en 2009, año en el que se ha puesto de que se incorporan las personas inmigrantes tie-
manifiesto una tendencia inversa hacia su decre- nen características de vulnerabilidad urbana y
cimiento: en enero de 2012 la presencia de inmi- social, pero también son espacios en los que es
grantes había descendido a 502.932 personas. posible establecer relaciones sociales comuni-
Los barrios a los que se han ido incorporan- tarias, que cumplen un papel afectivo, de pro-
do han sido aquellos con el precio de la vivien- tección y apoyo o información fundamental y
da más barato (por su escasa habitabilidad, le- se convierten en un marco multicultural y po-
janía, aislamiento, etc.) y en muchas ocasiones tencial para el desarrollo de la convivencia en
donde se acumulan más problemas urbanos y la diferencia. Así, los entornos microlocales (ca-
sociales. Así, los nuevos vecinos se iban asen- lle, barrio, distrito, pueblo) constituyen un ni-
tando en contextos donde deben cohabitar con vel de actuación factible, donde pueden tomar
sectores poblacionales muy diferentes entre sí, forma: la promoción de redes sociales comuni-
pero que comparten factores comunes de des- tarias, la concertación entre diferentes tipos de
favorecimiento y vulnerabilidad: desempleo o agentes sociales y la promoción de la partici-
empleo precario, bajo nivel educativo y forma- pación activa y comprometida.
tivo, dependencia de prestaciones sociales, vi- La interacción social próxima, «cara a ca-
vienda precaria, escasez de equipamientos, de ra», facilita el compromiso emocional con el
espacios de ocio y al aire libre, situaciones de «otro» (el vecino, trabajador como nosotros, y
desestructuración familiar, violencia domésti- también padre, hermano, hijo); con quien se
ca y otras patologías, etc. comparten experiencias comunes de carencias
La llegada de la inmigración ha tenido sin y necesidades, y también ayuda a comprender
duda efectos positivos en Madrid. Ha supuesto que es más lo que nos une que lo que nos sepa-
una fuerte revitalización de estos barrios en di- ra o diferencia. En esta interacción va creciendo
ferentes aspectos y dimensiones de desarrollo, el sentido de identidad comunitaria, que contri-
pues las familias, sean de origen autóctono o fo- buye a la mejora y la calidez de nuestras rela-
ráneo, constituyen una unidad de producción, ciones con los otros, sean vecinos, miembros
consumo y reproducción social, con todo lo que de una misma comunidad, conciudadanos o cre-
ello conlleva de impulso y crecimiento econó- yentes de una misma religión. El sentimiento
mico, social, cultural, etc. Cabe apuntar hasta el de identidad es fuente de orgullo y alegría, fuer-
año 2008 el crecimiento sostenido del PIB, el za y confianza. Pero la identidad también pue-
superávit en la Seguridad Social, el aumento de de ser fuente de conflicto, cuando este senti-
las tasas de natalidad, el rejuvenecimiento po- miento de pertenencia «fuerte» se construye en
blacional, etc. Por otro lado, el aumento de po- oposición a la de otros grupos sociales; es la
blación provocado por la inmigración implica identidad excluyente o auto-excluyente que con-
un uso más intensivo de servicios y recursos pú- forma una suerte de solidaridad interna y una
blicos, por sí mismos ya bastante insuficientes. distancia o divergencia insalvable de los otros
Este aspecto, unido a lo que muchos llaman una grupos.
crisis del Estado del Bienestar, da argumentos a Los problemas de convivencia no pueden
discursos de marcado corte racista y xenófobo, abordarse únicamente con parámetros de con-
para situar a los inmigrantes en el disparadero flicto de identidad cultural, sino como proble-
en la carrera por la búsqueda de culpables de es- mas de integración que tienen en su raíz situa-
ta crisis. ciones carenciales que afectan al bienestar de
Desde el año 2008 hasta la actualidad, en el individuos, familias y barrios que conviven y
contexto de la crisis económica, la contención compiten por los mismos bienes. Y tales con-
a la llegada de población inmigrante y el au- flictos han de resolverse a través de la partici-
mento de población española que emigra hacia pación ciudadana, entendida como «acción co-

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lectivamente organizada bajo principios de so- disponibilidades, intereses, inquietudes, capaci-


lidaridad y bienestar común». dades, potencialidades, que tienen necesariamen-
En nuestro punto de vista, la construcción te que ser acoplados al proceso participativo. Así,
de identidades comunitarias y la participación en la intervención comunitaria y participativa
social están íntimamente relacionadas. De acuer- en contextos de diversidad cultural debemos
do con García Roca (2004), la participación tener en cuenta cuatro aspectos clave:
responde a una doble dinámica: ser parte (que- En primer lugar, avanzar hacia un conoci-
dar vinculado) y tomar parte (elegir la perte- miento conjunto de la realidad local. Es decir,
nencia); sin vinculación no hay participación analizamos las necesidades y los problemas de
social, pero sin opción personal tampoco hay forma colectiva y participativa, avanzando ha-
participación humana. La doble dinámica de la cia un diagnóstico integral comunitario en el
participación —involuntaria y voluntaria— quie- que se reconozcan todos los colectivos presen-
re subrayar que la vida humana no está hecha tes en el territorio. En este camino debemos ten-
sólo de asociaciones a las que pertenecemos der puentes entre la sociedad emisora y la so-
involuntariamente (familia, nación, clase, par- ciedad receptora, acercándonos a la realidad
tidos políticos...) y que habitualmente here- compleja que hay detrás de cualquier proceso mi-
damos (aunque incluso en estos casos queda gratorio. No se trata sólo de un viaje con el ob-
evidentemente la posibilidad de aceptarlos o jetivo de encontrar un empleo, sino de una apues-
desvincularnos); sino que existe la posibilidad ta vital que concierne a todo un núcleo familiar
de establecer asociaciones y, de este modo, la y, por lo tanto, llena de dolor (por lo que se ha
participación preserva y aumenta la libertad fren- dejado atrás) y de esperanza (por las mejoras
te al determinismo, recupera la voluntad frente que se espera encontrar).
a lo forzoso de lo dado, reivindica la innova- En segundo lugar, desarrollamos acciones
ción frente al mecanicismo. conjuntas que sirvan para consolidar la partici-
pación, dar visibilidad al propio trabajo comu-
3.3. ¿Cómo desarrollamos procesos de par- nitario y sensibilizar a otros grupos sobre la im-
ticipación comunitaria? portancia de este tipo de procesos. Para ello,
Nuestra propuesta metodológica contempla la creamos redes en el territorio en las que pue-
construcción colectiva de espacios comunita- dan participar toda la diversidad de grupos so-
rios en los que sea posible la confluencia de los ciales, tanto formales como informales.
diferentes grupos sociales formales e informa- En tercer lugar, debemos actuar siempre en
les y agentes técnicos e institucionales en un clave de proceso, arbitrando actuaciones que
mismo proceso de intercambio, debate y ac- respeten los ritmos de los distintos grupos y
ción social. Este tipo de procesos comunitarios agentes sociales e institucionales. Así, es im-
debe estar encaminado a la transformación y me- portante desarrollar acciones a corto plazo (reu-
jora de las condiciones económicas, sociales y niones, debates, acciones informativas y de co-
culturales del conjunto de la comunidad local, municación, trabajo de calle, etc.), a medio plazo
partiendo de las necesidades y problemáticas co- (organización de acciones de tipo lúdico, for-
munes a toda la población y específicas de ca- mativo, de sensibilización, intervención en pro-
da grupo, asentando lazos identitarios que con- blemas específicos, etc.) y a largo plazo (plani-
templen lo que tenemos de común y lo que nos ficación comunitaria, proyectos de intervención
diferencia. Buscamos alcanzar, de forma colec- en red, iniciativas de creación de empleo o eco-
tiva, objetivos comunes de mejora y cohesión nomía social, conexión con experiencias de otros
social, al formar parte todos de una misma co- territorios, etc.).
munidad y tomar parte en un mismo proceso En cuarto lugar, todas estas iniciativas de-
de cambio social. ben tener la diversidad como eje vertebrador y
Para posibilitar la participación de todos los transversal de todo el proceso. Así, contempla-
grupos y permitir la creación de oportunidades remos la interculturalidad en todas sus etapas.
para su inclusión social, debemos tener en cuen- Un elemento clave es el empoderamiento y
ta sus atributos diferenciales. Las mujeres, los acompañamiento de la población, a través de
mayores, los niños, los jóvenes, los inmigran- información y formación en la participación y
tes de diferentes procedencias, etc., presentan la auto-organización.

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3.4. ¿De dónde partimos? — La población extranjera también se sien-


El conocimiento de la realidad es, como decía- te rechazada y excluida del conjunto social.
mos, un obligado punto de partida para el de- — La visibilidad del cambio en el barrio, es-
sarrollo comunitario. Conocer aquellos aspec- pecialmente relevante en el uso de los espacios
tos que le preocupan más a la comunidad es, sin y recursos públicos, generan confusión y mie-
duda, el inicio para cualquier intervención lo- do, sobre todo entre la población de edad más
cal. Tomando como ejemplo barrios del sur de avanzada.
Madrid, en los que la presencia de población
de origen extranjero es alta (San Cristóbal de c) Asentamiento de la vulnerabilidad
los Ángeles, Pradolongo, Las Margaritas, San Muchos de estos barrios se han visto tradicional-
Fermín, Cuatro Caminos, etc.), podemos men- mente afectados por aspectos como:
cionar algunos aspectos que, de forma recu- — Altas cifras del desempleo respecto a
rrente, han suscitado debate y preocupación en otros barrios y mayor impacto entre jóvenes y
la comunidad y que van a influir de forma de- mujeres.
cisiva en nuestra actuación: — Falta de inversión pública y abandono ins-
titucional.
a) Sentimientos de arraigo e identidad de — Percepción de la población de un au-
barrio contradictorio mento de la inseguridad y del empeoramiento
— El rápido crecimiento de la población del barrio.
inmigrante despierta un cierto temor a la pér- — Competencia por los recursos entre los
dida de la identidad cultural tradicional com- diferentes grupos.
partida. — Entre la población inmigrante, sentimien-
— El cambio demográfico de los barrios to de exclusión al sentirse rechazada por la po-
también trae consigo modificaciones en las ac- blación española.
tividades comerciales y de servicios. — La percepción de fragilidad o vulne-
— La nueva población aporta enriqueci- rabilidad social de la comunidad crece y ha-
miento, renovación demográfica y oportunidad ce necesaria la intervención para prevenir y
de desarrollo para el barrio, tomando cuerpo la atajar posibles emergentes procesos de gueti-
identidad en los espacios convivenciales. zación.
— La visibilización de la importancia de la — Percepción de la existencia de una pér-
apropiación y el uso de los espacios, recupera- dida de calidad educativa que se atribuye a la
dos muchas veces por los nuevos vecinos, y de presencia de la población inmigrante y falta de
la ausencia de lugares y oportunidades de en- agilidad del sistema educativo para adaptarse a
cuentro y relación en el barrio y la urgente ne- esta nueva realidad.
cesidad de construir alternativas para el ocio
compartido. d) Obstáculos para la participación
La participación de las personas de origen ex-
b) Problemas de convivencia intercultural tranjero es, a todas luces, deficitaria. Algunas ra-
— Entre los antiguos vecinos que llevan mu- zones para ello son:
cho tiempo en el barrio y los nuevos vecinos,
especialmente con población africana y de Eu- — Limitación de sus derechos de ciudada-
ropa del Este. En algunos barrios este fenóme- nía (civiles, políticos, económicos y sociales), co-
no ha ido acompañado por el traslado de la po- mo la imposibilidad del voto. Esta discrimina-
blación española hacia otros barrios, en otros ción política es una importante barrera para
de nuevas iniciativas de apoyo a la integración que los inmigrantes desarrollen un sentimiento
de los nuevos vecinos. Este hecho asienta la de pertenencia y arraigo a nuestra sociedad.
idea de ver la diversidad y la convivencia como — La participación de los inmigrantes en
un problema. los órganos de participación municipal (Con-
— Surgen conflictos relacionales por: ha- sejos territoriales, sectoriales...) es excepcional
cinamiento en las viviendas, precariedad labo- y las iniciativas que se han intentado poner en
ral, competencia por recursos escasos y lucha marcha en este sentido en los distritos (mesas
por los espacios, etc. de diálogo) han fracasado.

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— Escasa disponibilidad de tiempo, debi- lo local en cuestiones de interés común: dere-


do a la propia emergencia que genera otras prio- chos humanos, empleo, salud, parques para sus
ridades (empleo, familia). hijos, etc. Las estrategias de acción en el ámbi-
— Desconocimiento de los canales y for- to comunitario deben dirigirse al aumento de la
mas de participación y de la tradición partici- cohesión social como clave para promover la
pativa asentada en los barrios. construcción paulatina de una identidad inter-
— La percepción de actitudes de rechazo cultural (identidad de identidades), que se cons-
(en lenguaje, negación de la relación, defini- truya de manera dinámica por la interacción de
ción como «el otro», sentimiento de escasa va- unos individuos con los otros y con los grupos
loración, prejuicios, etc.) genera desconfianza con quienes tejen las relaciones sociales, eco-
(repliegue en la necesidad individual, búsque- nómicas, políticas.
da del propio grupo, refuerzo de la propia
identidad, etc.) y también resistencia a la inte- 3.5. Aspectos que podemos aprovechar pa-
gración a la cultura de acogida (en los dos po- ra fomentar la participación y la conviven-
los de la relación). cia intercultural
— El miedo a la pérdida de la identidad se — La emergencia de cierto asociacionis-
da en los dos polos de la relación (por parte de mo y de las redes sociales concienciadas y sen-
la población española y extranjera), lo que es sibilizadas. En algunos barrios podemos ver
una clara barrera a la participación. una participación emergente de grupos juveni-
— Las diferencias culturales, religiosas y de les o culturales que implica una interacción con
sistema de valores también generan recelos y con- el entorno local: grupos de rap, graffiti, skaters,
flictos, que habitualmente derivan en el asenta- en los centros educativos, asociaciones, etc.
miento de prejuicios y estereotipos entre grupos. — La cultura en los distritos con un alto ín-
— La baja participación no sólo es una rea- dice de diversidad es una oportunidad impor-
lidad que afecta a la población extranjera, ya tante de representación de la convivencia y del
que en buena parte de la población encontra- encuentro. Desbordar la organización de meras
mos muy arraigado el hábito de pensar que los actividades lúdicas y de ocio, mediante otros
problemas se deben a agentes externos y que elementos de organización colectiva y con la
otros los deben solucionar. diversidad como elemento presente desde que
— El refuerzo del individualismo es una se propone el diseño de las actividades.
tendencia generalizada que se oculta en oca- — Los conflictos manifiestos, en los que lo
siones bajo procesos de identidad colectiva ne- fundamental es identificar las razones que los
gativa ( definición del otro como culpable, la- provocan, las relaciones que los hacen surgir y
drón o delincuente). las que se establecen a partir de su estallido (qué
— Las asociaciones de inmigrantes son po- alianzas genera, qué rupturas provoca y qué ac-
cas, débiles y con escaso reconocimiento insti- titudes de apoyo, de indiferencia o de rechazo
tucional como interlocutores ante las adminis- emergen del mismo). Estas explicaciones pue-
traciones. Por otro lado, existe una limitada den evidenciar el germen de nuevas formas de
vinculación entre el asociacionismo de inmigran- agrupación y organización social.
tes (más sectorial, de corte cultural o político) y — Los temas sentidos y focos de interés
los procesos de desarrollo local (territorial), sal- común. En la convivencia cotidiana podemos
vo en ocasiones por motivaciones religiosas (pa- buscar cuáles son las inquietudes compartidas
rroquias, mezquitas), económicas (comercios) y (creando comisiones, mesas, plataformas, etc.).
culturales (preservación identidad y tradiciones). En este marco será más fácil favorecer los lide-
— La percepción por parte de la población razgos positivos y desbordar los negativos apro-
española de que los inmigrantes se mueven en vechando la acción colectiva.
redes endogámicas y encapsuladas refuerza la — La presencia, directa o indirecta, de los
desconfianza y no facilita la construcción de es- nuevos vecinos en todos los espacios de parti-
pacios mixtos de participación. cipación de los barrios, que se puede integrar
en la gestión de las asociaciones locales y en
Uno de los retos para la dinamización de la todas las actuaciones del fomento de la convi-
participación es la conexión de lo sectorial con vencia y la interculturalidad.

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— Finalmente, la participación festiva, co- la coordinación, el trabajo en red y el trabajo


mo medio y como fin en sí misma, puede ser en equipo desde la innovación, la creatividad,
el germen de nuevas formas de colaboración y la comunicación y la cooperación, etc.
organización ciudadana. En los espacios públi- Muchos de los barrios donde se asientan re-
cos de los barrios —en plazas, calles, parques, únen características de vulnerabilidad social uni-
equipamientos culturales, etc.— se expresan usos das a la presencia de conflictos sociales y los lla-
e identidades sociales y culturales diferentes, pe- mados procesos de participación no terminan de
ro también se pueden desplegar acciones con- dar el salto de una participación meramente pre-
juntas —de grupos informales (de jóvenes, músi- sencial a una comunitaria. Los diferentes gru-
cos, artistas, etc.) y de organizaciones sociales pos, y especialmente las personas inmigrantes no
(asociaciones de padres, de vecinos, de inmi- participan en la toma de decisiones de las orga-
grantes, juveniles, de tercera edad, etc.)— que nizaciones locales, sino que son meros especta-
hacen visibles y entretejen nuevas relaciones dores de la participación, es decir, estamos ante
sociales de convivencia. dinámicas en muchas ocasiones asistencialistas,
que conciben la participación como un servicio
4. Algunas conclusiones y propuestas más en busca de usuarios.
Ante la falta de una política de integración cla- Por todo ello, la promoción de estos proce-
ra y definida y de medidas de acompañamien- sos de participación y desarrollo comunitario
to a los procesos migratorios, las asociaciones, debe asentarse en una mayor profundización en
colectivos y sectores funcionalmente proacti- estrategias de promoción de la diversidad en
vos de los barrios están construyendo modelos un sentido amplio:
de paz social «de abajo arriba», en contextos — En la acción, combinando la reivindica-
de complejidad y diversidad cultural creciente. ción con la gestión, la acción en lo local y en
Gran parte del Tercer Sector, sectores fun- lo global, promoviendo iniciativas locales que
cionales y figuras socioeducativas de los ba- surjan desde otros grupos informales, apoyán-
rrios ha empezado a incorporar la perspectiva dolas, etc.
intercultural en sus actuaciones y a aglutinar, — En la convivencia, fomentando el acerca-
junto a las propuestas habituales, las demandas miento entre grupos sociales y culturas diferentes.
de la población inmigrante. A través de la pro- — En la comunicación, sensibilizando a tra-
moción de espacios y oportunidades de encuen- vés de mensajes que transmitan lo positivo de
tro y relación, en la fiesta y en el juego, como la inmigración, del mestizaje, etc.
elementos primarios de «socialidad» —este — En las concertación social, integrándo-
concepto denota el proceso por el que una so- se en plataformas o redes de actuación territo-
ciedad se integra y funciona como tal; esto es, riales y de dimensión más amplia (regionales,
se hace «coherente» y «sólida» o solidaria— es estatales, mundiales, etc.).
donde se despliegan los vínculos comunitarios — En la participación, promoviendo asam-
que hacen posible que vecinos y grupos de di- bleas y espacios de participación que represen-
ferente condición —edad, género, etnia— se ten la diversidad cultural y social de los ba-
encuentren y convivan. rrios, como puerta hacia la renovación interna
Se trata de establecer alianzas estratégicas de las Asociaciones.
entre los sectores más dinámicos de la socie- — En la reivindicación, denunciando y vi-
dad civil (colectivos autóctonos y de inmigran- sibilizando las consecuencias del mal diseño y
tes, movimientos sociales, etc.) para impulsar aplicación de las políticas en la ciudadanía.
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