Está en la página 1de 2

Pepo, el caballito que nació del corazón.

Pepo era muy pequeñito cuando perdió a sus papás. Como todo bebito
quería mor, cariño, acogida y todo lo demás.
¿Quién va a ser la mama de Pepo?, preguntaban todos preocupados.
¿Cómo puede un caballito tan pequeño e indefenso vivir sin familia,
sin cuidados?
Los animales de reunieron. Cada uno vino de un lado. Cada uno
pensando la manera de encontrar para Pepo una familia, una casa, un
amparo.
Vino entonces la cocodrila, que tampoco podía ser. Los caballos no
pueden vivir en el agua fría con peces para comer.
Luego vino la lombriz, llena de buenas intenciones. Pero vivir dentro
de la tierra cavando huecos sin fin, eso, los caballos, nones.
Vino entonces la pajarita que era dulce y dedicada. Lo difícil era llevar
a Pepo a vivir allá arriba con toda la nidada.
Saltando de rara en rama vino la mona traviesa. Pero todos se
quedaron pensando cómo Pepo podría colgarse de cabeza.
Y cuando el sol ya se ponía mamá loba vino a espiar, pero eso no daría
resultado Pepo era muy listo paro no sabía aullar.
Cuando ya era tarde se escuchó un ruido extraño. Era un cloc, cloc
afinado. Apareció un bicho grandote, ¡hay que ver de qué tamaño!
Ahí todos dijeron juntos: Mira, ellos son iguales les gusta comer heno,
tienen cascos en las patas, relinchan, trotan y cosas tales.
Cuando se dieron cuenta, los dos juntos ya estaban: mamá yegua y
Pepito, que nunca se vieron antes con
cariño se acariciaban.
Por esas y otras razones todo el
mundo comentaba: papá y mamá es
aquel que cría. También en el mundo
animal ser feliz es lo que cuenta.
La historia de este libro llena de amor
y emoción, va para quien como Pepo
no salió de la barriga, nació del
corazón.
Rossana Ramos, Sao Paulo.
Fuente: Lenguaje, el valor de educar 4°

También podría gustarte