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EVALUACIÓN DEL AUTISMO

El criterio de diagnóstico para niños autistas se basa principalmente en una serie de


comportamientos excesivos y otros comportamientos deficientes que tienen raíz neurológica.
Cuando se evalúa a un niño es importante que cada conducta sea considerada
individualmente.

Para el profesional es muy importante recopilar una extensa información de las conductas del
niño/a con diferentes personas y en diversos contextos integrando las diversas fuentes de
datos de manera comprensiva y clarificando las posibles discrepancias.

La medición tanto psicológica como pedagógica de las personas con autismo, es una tarea
muy compleja y a la vez sujeta a error. Sin embargo, medir la conducta de estas personas es
indispensable. Por eso se hace necesario el uso de métodos de medida confiables y válidos
que permitan una adecuada evaluación y tengan como resultado un apropiado planteamiento
terapéutico que favorezca el buen desarrollo adaptativo y la calidad de vida de la persona con
autismo.
Muchos autores opinan que es un síndrome difícil de diagnosticar por la complicada
indentificación de sus características por lo que será abordada desde dos enfoques distintos
pero que se complementan por lo que el enriquecimiento es muy productivo.

Algunas fuentes de información:


1. Los test-escalas en sesiones clínicas
2. Las entrevistas e información de padres y docentes que atienden al alumno/a
3. La observación en lugares naturales(casa, escuela) y /o observaciones estructuradas de la
interacción con padres y evaluados que se han diseñado previamente.

Principios generales del modelo de evaluación:

1. A las personas con autismo de les pueden aplicar pruebas


2. Principio de normalización: uso de medios y medidas lo más culturalmente normativos
para poder establecer y posibilitar conductas lo más culturalmente normativas posibles.
3. La evaluación del autismo debe investigar y analizar las características del
comportamiento individual en interacción con el ambiente en que se desenvuelve.
4. El fin último de la evaluación será describir en forma empírica las características del niño
con autismo con el fin de posteriormente llevar a cabo la intervención.
5. Se evalúa también para después poder llevar un seguimiento y verificar si la persona ha
respondido a la intervención.
6. Sugiere lo que pueden hacer las personas con autismo en este momento y lo que podrán
hacer tras la intervención.
7. La evaluación puede ser de carácter mutaxial: tener en cuenta si la persona presenta algun
asociado de retraso mental, trstornos neurológicos…
8. Se asumen como ciertos muchos mitos del autismo, entre ellos: un niño con autismo no es
cariñoso, un niño con autismo siempre se autoestimula y autolesiona. Un niño con
autismo no habla, no responde preguntas. Aproximadamente el 70 por ciento de los niños
con autismo tienen alguna forma de lenguaje. Por tanto, es necesario estar atento a la
variedad de manifestaciones del autismo: espectro autista o continuo autista.

EVALUACIÓN EN EL AULA
Lo ideal es la evaluación en conjunto por parte del profesor, orientador , psicólogo y otros
para elaborar un cuadro completo de los trastornos funcionales, de los problemas
conductuales y de las capacidades de las personas con autismo.
Las observaciones del maestro son fundamentales para todo ello además que enriquecen al
maestro como profesional de la enseñanza. Este debe usar la evaluación continua y constante.

En conclusión podemos decir que es posible y necesaria la evaluación de las personas con
autismo. La evaluación realizada por el educador tiene como finalidad comprender y conocer
a la persona con este síndrome mientras que la evaluación del equipo tiene un carácter más
interpretativo, buscan las causas que determinan la forma de actuar del niño autista.

Toda evaluación debe ser global, cuidadosa y detallada ya que las personas con autismo
presentan carencia de uniformidad en su rendimiento. A pesar de todo lo mencionado, todavía
queda mucho que investigar en cuanto a la evaluación de la persona con autismo.

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