Está en la página 1de 4

UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR

FACULTAD DE COMUNICACIÓN SOCIAL

Nombre: Antonio Israel Marín Mejía


Curso: 7mo “D”

Bartleby, el escribiente

(ACTO PRIMERO)
(CUADRO PRIMERO)
(Oficina con cuatro cubículos, en el primer piso de un edificio)
ANTONIO.- Bartleby sigo sin entender el por qué no quieres realizar las tareas que te asigno…
Tu comportamiento es indígnate y si no cambias esa actitud, me veré en la
obligación de despedirte.
BARTLEBY.- Solo preferiría no hacerlo.
ANTONIO.- Esa no es una respuesta que justifique tus inconsistencias. ¿Quieres ser despedido?
BARTLEBY.- No quisiese que fuera así.
ANTONIO.- Estoy dispuesto a conversar con usted y si existe al tipo de problema sepa usted
que puede confiar en mí. ¿Es eso? ¿Tiene algún problema?
BARTLEBY.- Preferiría no hablar de eso.
ANTONIO.- (Con tono más fuerte y retirándose de su despacho)
¡Dios! Haga algo al respecto. Yo necesito gente capaz de realizar las actividades
que yo impongo. No está obligado a hacer algo que no quiera, pero si permanece
aquí está obligado a cumplir con sus responsabilidades.
(Antonio se dirige donde sus dos otros empleados: Nippers y Turkey)
ANTONIO.- (Silencioso)
Nippers, ¿Usted tiene alguna referencia de Bartleby?
NIPPERS.- (Volviéndose lentamente y sonriendo)
Pero si fue usted quien lo contrató.
ANTONIO.- (Ruborizado)
Tienes razón, puede ser mi error. Él, se acercó una mañana a mi oficina y me pidió
trabajo. Tiene buena presencia y sabe lo que hace entonces no dude en contratarlo.
Pero como ustedes han visto se niega a revisar los documentos junto con nosotros.
TURKEY.- (Despreocupado)
La solución usted ya sabe cuál es…
ANTONIO.- Sí, pero hay algo en él que me impide hacerlo.
(Antonio regresa a su escritorio hablando consigo mismo)
ANTONIO.- Tal vez sí debería despedirlo. Podría pensar que estoy bajo su mando y querrá
hacer lo que él quiera. Sin embargo, puedo ver en él una persona honesta, a quien
podría confiar documentos de vital importancia. Ya sé. Le daré el día libre, tal vez
se siente estresado. Aparte, tengo que reconocer que hace bien su trabajo.
(Antonio camina hacia el lugar de trabajo de Bartleby)
ANTONIO.- (Enérgicamente grita el nombre de Bartleby)
He resuelto darle el día libre. Resuelva su inconveniente y regrese mañana con
todas las ganas de trabajar.
BARTLEBY.- Preferiría no aceptar su propuesta.
ANTONIO.- ¡Qué! Bartleby, no me deja de sorprender. Bien, continúe realizando lo que está
haciendo.
(TELÓN)

(CUADRO SEGUNDO)
(Oficina con cuatro cubículos, en el primer piso de un edificio. Es la mañana de un domingo
y Antonio dispone entrar para dejar unos documentos)
ANTONIO.- ¿Por qué no abre esta puerta? Parece que de adentro la están sosteniendo.
BARTLEBY.- (Desde adentro se menciona)
Si… Estoy algo indispuesto para salir.
ANTONIO.- (Sorprendido)
Bartleby ¿Eres tú? (logra abrir la puerta) Pero qué haces aquí un domingo por
la mañana.
BARTLEBY.- (En silencio)
ANTONIO.- (Se asoma para ver qué podría estar escondiendo)
¿Bartleby has estado viviendo en la oficina todo este tiempo? ¿Por qué lo haces?
BARTLEBY.- (En silencio)
ANTONIO.- Vamos, dime algo. Yo podría ayudar.
BARTLEBY.- Preferiría no hablar acerca de eso.
ANTONIO.- Te dejaré permanecer este día aquí. Si el día de mañana no recibo una respuesta
que me convenza, lamentablemente tendré que pedirte que te marces. Te daré lo
que me corresponde darte, pero ya no contaré con tu presencia en este trabajo
¿Quieres ser despedido?
BARTLEBY.- No, no quisiese que fuese así.
ANTONIO.- Entonces muestra motivos para el no dejarte ir.
(TELÓN)

(CUADRO TERCERO)
(Oficina con cuatro cubículos, en el primer piso de un edificio. En la mañana entran todos los
empleados y su jefe)
ANTONIO.- Buenos días con todos.
NIPPERS.- Buen día
TURKEY.- ¿Cómo están?
BARTLEBY.- (Asienta la cabeza en respuesta al saludo, pero no menciona nada)
ANTONIO.- Bien, los necesito a todos en mi despacho. Vamos hacer una revisión colectiva
de los documentos que debemos tener listos para la semana entrante.
(Todos se dirigen al despacho, pero Bartleby permanece en su cubículo)
ANTONIO.- (Con tono de voz alta llama a Bartleby)
Bartleby por favor acércate para revisar los documentos.
BARTLEBY.- Preferiría no hacerlo.
ANTONIO.- (Pierde la paciencia)
Es imposible trabajar contigo, debo pedirte que te vayas. Estas despedido. Retira
tus cosas y vete lo más pronto posible.
(La revisión de los documentos se cancela, Antonio decide abandonar la oficina y decide
regresar en dos horas con la esperanza de no volver a ver a Bartleby)
ANTONIO.- Pero ¿Qué es esto? ¿Por qué no te has ido? Es la última vez que te veo aquí el
día de mañana no te quiero volver a verte aquí.

(QUINTO CUADRO)
(Bartleby no dejó de ir ningún día, lo que hizo que Antonio decida cambiar de oficina. Lo
hizo y después de varios días otro abogado fue a visitarlo con noticias de que Bartleby seguía
yendo al lugar. Nadie pudo mover a Bartleby de allí y fue necesario llamar a la policía para
que se lo levaran como vagabundo) (Lugar la cárcel)
ANTONIO.- Hola busco a un preso se llama Bartleby.
GUARDIA.- Ah… el callado. Está durmiendo debajo de ese arból.
ANTONIO.- (Se acerca)
Bartleby, ¿estás bien? En serio quisiera ayudarte de alguna forma.
BARTLEBY.- No es necesario.
(Antonio se queda parado frente a él por un tiempo, pero decide irse al ver que Bratleby
ignoraba su presencia)
Antonio no volvió a tener noticas de él, hasta que le llegó la noticia de que Bartleby había
fallecido después de ello supo que había un rumor de que Bartleby antes era amanuense de la
oficina de Cartas Muertas de Washington, sitio donde las seleccionaban para destruir por falta
de destinatario. Con mensajes de vida, estas cartas se apresuran a la muerte. “¡Oh Bartleby!
¡Oh humanidad!”

También podría gustarte