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Banco de Mexico
Banco de Mexico
Las finalidades sustantivas del Banco de México son proveer a la economía del
país de moneda nacional, instrumentar la política monetaria con el objetivo
prioritario de procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional;
promover el sano desarrollo del sistema financiero; y propiciar el buen
funcionamiento de los sistemas de pago.
La estabilidad de precios
Una de las funciones principales de la Junta de Gobierno del Banco de México es
la de formular la política monetaria del país. El criterio rector en la conducción de
la política monetaria que instrumenta el Banco de México es el de procurar la
estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional. En otras palabras, cuidar
que el valor de la moneda no se vea erosionado por aumentos sostenidos de
los precios.
La inflación y sus males
La inflación se refiere a un aumento sostenido y generalizado de los precios de los
bienes y servicios. Este fenómeno se produce cuando la demanda o gasto
agregado de las familias y las empresas tanto nacionales como de extranjeros
excede a la capacidad del aparato productivo nacional para generar bienes y
servicios.
En los últimos 10 años, las acciones de política monetaria del Banco de México
han logrado que la inflación sea relativamente baja y estable. Sin embargo, este
no siempre fue así. En ocasiones la inflación puede salirse de control. Baste
recordar que de 1970 a 2000, México experimentó tasas de inflación y tasas de
interés altas y fluctuantes. Hacia finales de 1987 la inflación alcanzó niveles de
hasta 150% y las tasas de interés se elevaron hasta 180%. Estos episodios
de inflación alta y fluctuante estuvieron asociados con las crisis económicas y
financieras que el país padeció con una periodicidad casi sexenal entre 1970 y
mediados de la década de los noventas. A lo largo de dicho periodo, el desempeño
económico de México ha dejado mucho que desear en términos de crecimiento
económico, creación de empleos permanentes y bien remunerados, distribución
del ingreso y elevación de la calidad de vida y bienestar de la población.
La lucha contra la inflación no es obsesión ni es un capricho. La experiencia de
México y de otros países ha demostrado que una inflación elevada se asocia, en
el mejor de los casos, con un desempeño ineficiente de la economía. Y un mal
desempeño económico tiene una clara dimensión social; un mal desempeño
económico significa menos oportunidades de empleo, significa aumento de
la pobreza, significa agravar la distribución del ingreso.
La razón principal es la incertidumbre que se genera por un entorno de
inestabilidad. En un contexto de inflación, no todos los precios se ajustan al mismo
ritmo. Unos aumentan más rápido que otros debido a las prácticas de fijación de
precios. Esto crea distorsiones serias en la eficiente asignación de los recursos
productivos entre sus posibles usos. Además, la inflación tiende a ser más volátil
cuando es elevada. En estas circunstancias, las tasas de interés tienden a
elevarse tanto en términos reales como nominales. Esto es así porque los
ahorradores o los oferentes de fondos prestables exigen una prima para cubrirse
ante la eventualidad de que inflación resulte más alta que la esperada. Aún es
estos casos, debido a las diferentes percepciones que los participantes de
los mercados financieros tienen sobre la inflación futura en un entorno de
inestabilidad, la variabilidad de la inflación puede ocasionar una redistribución de
la riqueza entre los ahorradores, los inversionistas y los intermediarios financieros.
Por otra parte, una de las manifestaciones más frecuentes en los mercados
financieros del entorno de incertidumbre que está asociado con inflación alta y
volátil es que se dificulta la planeación estratégica a largo plazo y resulta difícil
distinguir las inversiones rentables a largo plazo de otras con carácter
especulativo. Los plazos de inversión y ahorro se acortan y se limita el acceso
al crédito a tasas de interés fijas a largo plazo.
Otro de los costos más evidentes de la inflación es que típicamente
los salarios tienden a rezagarse respecto de los precios, lo que reduce el poder de
compra de los salarios. Peor aún, la inflación actúa como un impuesto
regresivo porque típicamente afecta a las personas de menores recursos, entre
ellos los pensionados, ya que éstos tienen un menor acceso al sistema
financiero y, por lo tanto, menores oportunidades para proteger el poder
adquisitivo de sus ahorros.
De ahí la importancia del trabajo autónomo del Banco de México con el que en
estos años se ha reducido la inflación sobre bases firmes, sin controles de precios
y sin predeterminar el tipo de cambio.
Un entorno de inflación baja, estable y predecible contribuye en gran medida a
crear un clima propicio para el ahorro de largo plazo, la inversión productiva, el
aumento de la capacidad productiva, la creación de empleos de calidad y favorece
una distribución más equitativa del ingreso y de la riqueza.
La política monetaria
La política monetaria que instrumenta el Banco de México básicamente tiene que
ver con las tasas de interés. El objetivo inmediato del banco central es influir sobre
el nivel de las tasas de interés en moneda nacional con el fin último de procurar un
entorno de inflación baja, estable y predecible.
En particular, en el año 2000 el Banco de México decidió adoptar lo que se conoce
como un esquema de “objetivos de inflación” para la formulación de su política
monetaria. Actualmente, el Banco de México persigue de manera permanente un
objetivo de largo que consiste en que la inflación anual se ubique en alrededor de
3%, con un intervalo de variabilidad de +/-1%. En otras palabras, que se mantenga
entre 2 y 4%.
Para procurar que la inflación se mantenga en una trayectoria congruente con
dicho objetivo de 3%, el Banco realiza operaciones de mercado abierto en el
mercado interbancario adoptando como objetivo operacional una “tasa de interés
objetivo” para la tasa de interés a un día en dicho mercado. El mercado
interbancario a un día comprende las operaciones que los bancos comerciales
realizan cuando se prestan dinero entre ellos a plazos de un día.
Con el fin de que la política monetaria sea lo más efectiva posible y para que sus
modificaciones de política monetaria sean lo más predecibles posibles, el Banco
de México establece al inicio de cada año un calendario de anuncios
predeterminados sobre la tasa de interés objetivo. Actualmente, el Banco de
México fija su objetivo para la tasa de interés 8 veces al año en los meses de
enero a diciembre de acuerdo al calendario antes mencionado. Las decisiones
de política monetaria persiguen como propósito que la inflación muestre una
trayectoria congruente con el objetivo de inflación de 3%.
Por otra parte, a partir del último trimestre de 2008 el Banco de México publica sus
pronósticos de inflación para los siguientes cuatro trimestres con el fin de dar
mayor efectividad a la política monetaria. Cuando el Banco anuncia su tasa de
interés objetivo, esto actúa como una señal a los participantes de los mercados
financieros sobre la posible trayectoria de las tasas de interés en el futuro. Esto
conduce a movimientos en otras tasas de interés de corto plazo y a cambios en
los precios de los activos como los bonos públicos y privados, y las tasas de
interés aplicables a las tarjetas de crédito, autofinanciamientos, créditos
hipotecarios, financiamiento a empresas, etc. Esto da lugar a una serie de eventos
que afectan al gasto de consumo de las familias, las ventas, la inversión,
la producción, el empleo, los salarios, las expectativas de inflación, y
eventualmente, los precios al consumidor.
La economía tiene un límite a la cantidad de bienes y servicios que puede producir
u ofrecer de manera sostenida en el largo plazo. Al Banco de México le preocupa
que la demanda o gasto agregados sean excesivos o demasiado débiles en
relación al potencial productivo de la economía. Cuando la demanda agregada es
mayor que el nivel de producción sostenible, surgen presiones para que
la inflación comience a elevarse. Cuando el banco percibe que esto está
sucediendo, trata de reducir la expansión de la demanda agregada mediante un
aumento de su objetivo operacional para la tasa de interés.
La política monetaria no es una tarea fácil. En primer término, son muchas las
variables que inciden sobre los precios. En segundo lugar, la política
monetaria opera con rezagos que son inciertos y variables. En tercer lugar, el
conocimiento de como las acciones de política monetaria se transmiten a
los precios es imperfecto. Finalmente, toma tiempo para dichas acciones tengan
un efecto sobre la inflación. Esto tiene como implicación que el banco central tiene
que ser muy cauteloso en su diagnóstico sobre las presiones inflacionarias
presentes y futuras, tratando de anticiparse a los hechos, con el fin de realmente
estar en posibilidad de anclar el ritmo de crecimiento de los precios y las
expectativas de inflación en un nivel bajo, estable y predecible. El reto para el
Banco de México es consolidar la estabilidad de precios que tanto trabajo ha
costado alcanzar. Esta es la única forma en que el Banco de México puede
ganarse la confianza del público de que no reaparecerán brotes de inflación más
adelante.
Política monetaria, crecimiento y empleo
Hay quienes no parecen estar conscientes de los alcances y limitaciones de
la política monetaria y parecen estar dispuestos a tolerar la inflación, con la
expectativa de que la política monetaria puede ser un medio para promover el
crecimineto económico a largo plazo.
El progreso económico y social depende de cómo se organiza la sociedad para
generar riqueza. En un sentido amplio, la capacidad para crear riqueza depende,
fundamentalmente, de factores como la fortaleza de las instituciones, el respeto
al estado de derecho, los contratos y a los derechos de propiedad,
la productividad y la competitividad de las empresas, las ideas y la acumulación
del conocimiento, la creatividad y la innovación, la capacitación y
la inversión en capital humano y en investigación y desarrollo para generar y
adoptar tecnologías de punta, la visión de largo plazo en los negocios, etc.
Más aún, la estabilidad de precios es una condición necesaria, más no suficiente,
para el progreso económico y social. La expansión monetaria, por sí sola, no
puede generar mayor riqueza y empleos. En el mejor de los casos, puede generar
una expansión efímera de la producción, y que más temprano que tarde, puede
desembocar en inflación y los costos asociados con este fenómeno. Por esta
razón, la preponderancia del la estabilidad de precios como objetivo principal en la
instrumentación de la política monetaria se sustenta en la firme convicción de que
ésta es la mejor contribución que un banco central puede hacer al desarrollo
económico y el bienestar social del país.
Estabilidad financiera
Otra de las finalidades del Banco de México es la de promover el sano desarrollo
del sistema financiero y propiciar el buen funcionamiento de los sistemas de pago.
El Banco de México es el eje del sistema financiero del país. A la vez que
un sistema financiero sano es la columna vertebral de una economía de mercado.
La estabilidad financiera es una condición indispensable para el sano desarrollo
del sistema financiero y el crecimiento económico del país. El Banco de México
toma acciones para promover un sistema financiero competitivo que canalice
eficientemente el ahorro de la sociedad hacia la inversión productiva.
El Banco, junto con otras autoridades financieras, también contribuye a la
seguridad y sano desarrollo del sistema financiero. El Banco de México regula a
las instituciones financieras del país con el propósito de garantizar que mantengan
niveles apropiados de liquidez, capitalización y solvencia y que administren
adecuadamente sus riesgos, con el fin de proteger los ahorros del público.
Un soporte fundamental para el desarrollo del sistema financiero es el buen
funcionamiento de la infraestructura conocida como los sistemas de pago.
Cotidianamente se llevan a cabo millones de transacciones u operaciones
financieras entre individuos, empresas e intermediarios financieros. Todas estas
transacciones conforman lo que se conoce como los sistemas de pago.
El mercado de valores (bonos), el mercado bursátil (acciones), el mercado de
divisas, las compañías de seguros, afianzadoras, bancos y otras instituciones o
intermediarios financieros son las redes o elementos que conforman el sistema
financiero mexicano. Diariamente, las instituciones financieras del país
intercambian entre ellas cheques y pagos electrónicos.
En su carácter de banco central, el Banco de México también presta dinero a los
intermediaros financieros en situaciones de tensión financiera, con el fin de que los
sistemas de pago funcionen ordenadamente sin alteraciones bruscas que
pudieran poner en riesgo la liquidez o solvencia de los intermediarios y la
confianza del público en el sistema financiero.
La idea es que las instituciones financieras tengan fondos suficientes para saldar
sus cuentas. Esto evita que un problema de contagio se disemine a todo
el sistema financiero, fenómeno al que se le conoce como riesgo sistémico. A
medida que los mercados financieros se globalizan, el reto de mantener la
estabilidad financiera ha adquirido mayor importancia.
Los sistemas de pago en México consisten de dos subsistemas muy importantes:
(i) el Sistema de Pagos de Alto Valor (SPAV) y (ii) e sistema de compensación
interbancaria.
El SPAV es supervisado y administrado por la Banco de México. Este sistema es
utilizado por los principales intermediarios financieros, los cuales mantienen
cuentas corrientes en el Banco de México. En dichas cuentas se registran los
depósitos y retiros asociados con las operaciones de alto valor.
El Banco de México regula los sistemas de pago para las transacciones
con cheque, tarjeta de débito, tarjeta de crédito y las transferencias electrónicas a
fin de que sean seguros y expeditos. El Banco ha creado el SPEI para que en el
portal de su banco, hogares y empresas puedan realizar transferencias
electrónicas seguras y rápidas, a bajo costo. Asimismo, el Banco de México
calcula y publica el CAT (Costo Anual Total) para que los usuarios de los servicios
financieros puedan comparar el costo de los diversos productos y servicios que les
ofrecen los bancos y otros intermediarios financieros. Recientemente, ha
establecido restricciones sobre las comisiones que los bancos pueden cobrar a
sus clientes a fin de promover la sana competencia entre las instituciones de
crédito del país y para proteger los intereses de los usuarios de servicios
financieros.
Actualmente el presidente Enrique Peña Nieto, propone una reforma financiera
que otorgue un poder a la Comisión Nacional Bancaria de Valores, para que ésta
se encargue de registrar un límite, en cuanto a las aportaciones de bonos
gubernamentales, con el fin de que el capital que se esté obteniendo de dichas
operaciones tengan como destino el aumento de crédito, dando a conocer cuál es
la competencia existente, lo cual sirve de motivación a los bancos pequeños, para
que sepan que aun existe la posibilidad de crecimiento.
Así mismo se está encargando de crear diversas cuestiones, entre las que se
encuentra