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LA FILOSOFIA
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Meonto,1992
CnrÍruro I
Reconstruir los fundamentos
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su propia y rica contribución a la educación. Si la filosofía está encon-
trando ahora un lugar respetado en las escuelas primarias y secundarias,
es porque algunos sagaces educadores han descubierto que los niños dis-
frutan con ella, -v que eso contribuye significativamente alamejora de su
educación, incluso en el área de las <habilidades básicas>>, como la lectu-
ra y las matemáticas.
Qu:r;ás en ninguna parte es mejor recibida la filosofia que en la edu-
cación infantil, que hasta ahora ha sido un campo de oportunidades per-
didas. A pesar de ello, las habilidades de razonamiento que la tilosofía
proporciona se encuentran bastante a gusto en la escuela y en el institu-
to. Todas las asignaturas parecen más fáciles de aprender cuando su en-
señanza está llena del espíritu abierto y crítico y el rigor característico de
la tilosofía , Y , además, en todos los cursos se está enseñando filosofía
como una disciplina autónoffi&, de forma que los alumnos y los profeso-
res nunca dejan de verla como un modelo creativo, aunque disciplinado,
de investigación intelectual.
Por supuesto, todo esto desafia la opinión convencional. <<La taxono-l
mía de los objetivos educativosn, DUy en boga, ha establecido una espeJ
cie de pirámide de funciones cognitivas, cuya ignominiosa base estaríaf
formada por el recuerdo de hechos confusos y cuya excelsa cúspide esta{
ría formada por las habitidades ,analíticas y evaluativas. Según esto, errl
muy fácil que los profesores, pedagogos y los que desarrollan los plane{
de estudios, llegaran a la conclusión de que la educación debíapartirne.l
cesariamente del nivel más bajo hasta llegar a las funciones más altasJ
Esta inferencia ha sido especialmente perjudicial, y, es evidente que
progreso educativo dependerá,.de aquí en adelante, de nuestra habili 4
dad para invertir tan dañina pirámide, así.como para introducir habili
des analíticas en cada nivel del currículum.
'Esto no signifim dq ningún rnodo que üa educasión reflexiva en
que,ila ülosofía se ha comprometido, codo con codo como un igual jun
a otras disciplinas, surja de la nada y no pueda mencionar ningún,ant
dente o ninguna traücién. Sólo hay que releera ivlorvrarcNr y a LocKE,
Rlcn^*py tvlanle EpcnwoRTIr, a Cor*nmce ya I. A. Rlcuaru¡s, o a
y BnuNER, para"comprender QBe, ¿uaque €n bruto, una poderosa
,r*iente de o¡rinión estaba luchando por nacer.
Hay'que reconocer que la contribución de Drwry"empequeñece a
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de todos los demás; lo mismo que sü prestigio en filosoffade.laeduea-
ción. Sin dudafue Bewer quien, en los tiempos modernos, prenió que la
educación'tendría que ser redefinida como el fomento dela capacidbd de
pensar, en vez db'ser un& transrnisión de conocimientos; que no po&ía
haber ningrrua, diferensia entre e[ método que el profesorado sigue de
hecho en su enseñanza, y el método porel que se espera que enseñe; que
la lógica de una disciplin& no debe confundirse con la secuenciade des-
cubrimientos que constituirían su conocimiento; que se estimula mejor
la reflexión,delr alumno mediante su experiencia vital, Qüe con trn texto
disecado'y organizado formalmente; que el razonamiento se agudiza y
perfecciona con la discusión ordenada, mejor que con ninguna ot¡a cosa
y que las habilidades de razonarniento son esenciales para leer y escribir
bien; y que la alternativa aladoctrinamiento de los alumnos en los valo-
res es ayudarles a reflexionar eficazmente sobre los valores que conti-
nuamente se les están presentandq. Rechazando tanto el romanticismo
como a sus oponentes, DnwEy comprendió que el niño no <<es un angeli-
to>> ni es <(urr b¿irbaro en cienres>>, sino un' ser con tantas promesas de
creatividad, que nos exige que comprendarnos la totalidad de la civiliza-
ción, para poder entender el significado y el milagro del desarrollo de la
conducta infantil.
Desde Dnwnv hay sólo un corto paso a la afirmación de JrnoME Bnu-
NER de que la herencia cultural de la humanidad puede enseñarse con'
total integridad en cada curso, o & la insistencia de MIcHAEL OmnsHorr
en que todas las disciplinas, tanto las científicas como las humanísticas,
son lenguajes que hay que aprender, lenguajes cuya interacción y mutua
animación constituye .<la conversación de la humanidaó; a las aporta-
ciones de WrrrcENsrEIN y RvrE sobre el pensamiento, y a BusER y su con-
cepto del diálogo. Otro corto paso y vemos los libros de texto sustituidos
por novelas filosóficas y manuales de apoyo para el profesorado (¡cómo
habría disfrutado con ello WrrrcENSTErN !), llenos casi totalmente de cues-
tiones filosóficas.
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mismo del suelo tirando del cuello de su camisa>>. Las escuelas no tienel
más remedio que dirigrse a las escuelias universitarias y a la universidad,l
es decir, a profesionalesmás avanzados de las disciplinas. Probablemen-l
te, el paso inicial debería traer consigo una reüsión de los curricula. Hu-i
bría que sustituir los áridos textos didácticos por materiales (no ttrc"ru-l
riamente novelas) que demostraran e hicieran comprender qué significa{
pensar en una disciplina. Y la asignatura debería presentarse a los alum-i
nos como algo que se acoge con alegría, como algo que uno mismo debe
descubrir y apropiarse, Do como algo ajeno e intimidatorio. Habría que
sacar a la luz y cultivar en cada materia las habilidades de razonamiento
específicas de dicha materia. Y el aula debería dedicarse a razonar, in-
vestigar, autoevaluarse, hasta convertirse en una comunidad que explo-
ra los temas sin dejar de corregirse a sí misma, en la que los maestrosl
sean expertos tanto en fomentar la reflexión como en implicarse en ella. i
Las páginas que siguen examinan el panorama que se abre ante noso-r
tros: lo que puede avaw¿ar la educación con ta inclusión de la filosofia ent
el curriculum. Algunas páginas'estáD dedicadas a defender esa unión, yf
en tal mso es indispensable justificarla. Y, sin embargo, a la larga, nol
serán las justificaciones teóricas las que hagan de la filosofia un compoJ
nente esencial del currículum de la escuela elemental, sino el hecho dE
que a los niños les guste, y los maestros y los responsables educativos lal
respeten. La filosofía ocupará su justo lugar en el corazÍn del currícu-f
lum sólo cuando haya demostrado a los educadores que,ése es su sitio.f
Esto es algo que este libro no puede hacer:por sí solo, porQue es aquíi
donde la teoría debe ponerse al sen¡icio de ,la práctica. I
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