La hortalizas en su mayoría son cultivos de consumo en crudo, como lo es el

repollo, por tanto se debe acudir a una solución de control de plagas que no afecte
a los consumidores. El control químico no es la alternativa más viable. Estos
cultivos tienen un ciclo corto, la parte aprovechable siempre está expuesta y es
una planta de fácil deterioro que debe aprovecharse tan pronto se coseche. Los
insectos que pueden presentarse en la zona pueden afectar la producción si no
se acude a un programa MIP que incluya prácticas de control biológico con el fin
de disminuir las densidades poblacionales de estas plagas.

Los agricultores prefieren utilizar insecticidas de síntesis química para

controlar las diferentes plagas, ya que tienen un efecto to knock-down
inmediato y se encuentran fácilmente en el comercio local. En general, estos
insecticidas son altamente tóxicos para la salud humana y el medio ambiente,
como también son de alto costo y el agricultor se ve muy afectado en la parte
económica ya que debe invertir mucho para la adquisición de estos. El abuso de
este tipo de insecticidas en la producción de hortalizas plantea riesgos asociados
con fenómenos de resistencia de las plagas.

Por tanto la utilización de invernaderos es una gran opción para el agricultor para
obtener sus alimentos, ya que estos invernaderos ofrecen un ambiente favorable
para la producción de frutas. Pero al mismo tiempo crea un hábitat favorable para
insectos. A diferencia de cultivos a campo abierto, las plagas de hortalizas en
invernaderos no sufren las vicisitudes de las inclemencias del tiempo,
depredadores naturales o parásitos. Consecuentemente si estas plagas no se
controlan, pueden reproducirse rápidamente y causar grandes daños en la
producción.

El cultivo de hortalizas resulta exigente en cuanto a temperatura y humedad

relativa se refiere, ya que para inducir determinados estados fenológicos necesita
de temperaturas y humedades relativas concretas. Por ello resulta interesante la
aplicación de invernaderos para su producción, sobre todo desde el punto de vista
de acortamiento del ciclo, precocidad del cultivo, la posibilidad de cultivar en
periodos en los que la que la climatología de la zona no lo permite y el control
eficiente de las plagas.

Según (Kenneth Sorensen) entre las principales plagas de hortalizas en

invernadero se encuentran los áfidos, la mosca blanca de invernadero, los
minadores de la hoja, los trips y la araña roja.

Y por tanto un programa apropiadamente planeado y manejado va a lograr

prevenir las poblaciones dañinas de los insectos, manteniendo sus niveles de
daño económico bajo control, y así permitir que el agricultor obtenga una buena
producción la cual genere ganancias y le dé una satisfacción de saber que su
producción es realmente rentable.

Dentro de este programa se debe tener en cuenta algunas consideraciones

importantes como: Sanidad de las plántulas a utilizar, trasplantes libres de
insectos, ventilas protegidas con mallas, inspección diaria al cultivo.

El uso de control biológico es aconsejable. Las trampas amarillas adhesivas

ayudan a mantener poblaciones de mosca blanca y áfidos bajo control,
monitoreando el movimiento y desarrollo, en coordinado uso de enemigos
naturales tales como avispas parasitas. . (Kenneth Sorensen)

También sería recomendable el uso de catarinitas, u otros depredadores para

combatir áfidos al igual que insecticidas naturales para controlar y manejar plagas
en los invernaderos. Inspecciones con frecuencias de las plantas y plagas, al igual
que un sistema de registro. . (Kenneth Sorensen)

Otro detalle sería el manejo ambiental, el cual puede influir en el desarrollo de

plagas en invernadero. Una temperatura adecuada sería sobre los 15°C y 29°C la
cual va a retardar el desarrollo de plagas, dando ventaja a los parásitos. (Kenneth
Sorensen)

Bibliografia

Kenneth Sorensen. Departamento de Entomología de la Universidad Estatal de

Carolina del Norte. https://www.hortalizas.com>proteccion-de –cultivos>identifica-
y-controla-plagas-en-tu-invernadero.