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PACK DE DINASTÍA
Tempestades y mareas
Por Annie VanderMeer Mitsoda
Las suaves olas de color verde azulado parecían burlarse de ella, y aunque el cielo
estaba totalmente despejado, Asahina Maeko se sentía como si una nube gris colgara
sobre ella. La shugenja suspiró profundamente y miró por la borda del Pato Leal, que
navegaba lentamente desde la Costa Solitaria para regresar a la Ciudad del Viento
Frío. Por muy aburrido que haya sido este viaje, reflexionó, no tengo ningún deseo de
volver a casa. El plácido mar y el cielo claro no barruntaban las misteriosas tormentas
que la habían conducido hasta allí, y lo único que haría sería regresar fracasada al lado
de su señor.
Lo que no se esperaba era lo aburrido que resultaría el viaje en el Pato Leal, llamado
así por un insulso cuento infantil sobre las mascota favorita de un joven emperador.
Los marineros la ignoraban, e incluso el yojimbo que le habían encomendado se
mantenía distante. La joven había declarado abiertamente que esperaba sufrir ataques
continuos hasta llegar a su destino, y su embarcación iba cargada de barriles de brea.
Sin embargo, llegaron al concurrido puerto sin incidentes.
El gesto de la joven shugenja provocó una gran ráfaga de viento que se estrelló contra
la tormenta. Las oscuras nubes se disiparon, y se produjo un instante de calma tras el
cual Maeko logró entender por completo lo que había tras ellas: un barco se
aproximaba a ellos, aparejado con velas negras y la proa repleta de marineros
fuertemente armados, todos ellos ataviados con fajas de color verde azulado.