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La Arena

La arena es uno de los materiales para construcción más utilizados en el mundo. Se emplea como
componente para el hormigón y el cemento, así como para rellenar espacios, como huecos en las
paredes o en los entrepisos. Su extracción presenta pocas dificultades y se le puede hallar en
abundancia.

Una de las características principales de la arena es que puede comprimirse fácilmente, por lo que
resulta ideal para reforzar muros y para cimentar ciertos tipos de suelos. En el mismo sentido,
tiene la desventaja de que es muy pesado; por esta razón no se le utiliza con tanta frecuencia para
este propósito.

El uso más conocido de la arena en la industria de la construcción es, como mencionábamos, para
preparar la mezcla que produce el cemento de mortero u hormigón. Muchas veces, la calidad del
cemento depende en gran medida del tipo de arena que se agregue a la mezcla. La arena con
demasiadas impurezas tiene un impacto negativo en el resultado del hormigón, provocando que
éste tenga menos dureza o que afecte el tiempo de secado.

Las minas de arena son muy abundantes y se pueden explotar para obtener miles de toneladas de
arena. Esta clase de minas se encuentran a cielo abierto y es común verlas cuando se viaja por
carretera.

Cada tipo de arena se utiliza para una cosa diferente. Así encontramos, por ejemplo, lo siguiente:

Arena fina. Se suele mezclar con cemento para hacer mortero de enfoscado o revoco.

Arena gruesa o lavada. Se mezcla con cemento para obtener el denominado mortero de
albañilería.

Arena de miga. Se usa para unir materiales, aunque también para hacer mortero para soldados de
estructuras si se une al cemento.

La piedra

La piedra es un material de construcción utilizado desde hace millares de años. Por sus
características y cualidades, hoy día aún se sigue edificando utilizando distintos tipos de piedras.

Una piedra puede tener origen mineral o bien ser una roca. Los minerales son sustancias
homogéneas mientras que las rocas están formadas por acumulación de varios materiales.

Existen múltiples tipos de piedra para construcción pero, en general, todas se caracterizan por
prolongar la vida útil de cualquier construcción residencial.

Además de proporcionar un acabado rústico, la utilización de piedra para construcción


proporciona una serie de características que hacen de esta un excelente material.
Requieren poco mantenimiento y tienen una vida útil mucho mayor a la de otros elementos como
la madera o el adobe.

La piedra es un muy buen aislante contra el calor y es capaz de disminuir las oscilaciones de
temperatura en el interior de la vivienda.

En muchos casos es conveniente utilizar piedras que se encuentran en el mismo lugar donde se va
a edificar la casa, ya que una de sus desventajas es el transporte. La piedra para construcción es un
elemento pesado y, por lo tanto, difícil de transportar.

Tipos de piedra para construcción

Rocas ígneas

De entre los tipos de rocas, podemos destacar las rocas ígneas, formadas en el interior de la tierra
a través del enfriamiento de magma.

La diorita y el granito son dos ejemplos de rocas ígneas. Son visualmente muy parecidas y se
pueden utilizar tanto para elementos de interior (la encimera de la cocina, por ejemplo), como
para construcciones de exterior: adoquines, chimeneas, fachadas, etc.

El basalto es otro ejemplo de roca ígnea que se suele utilizar para el afirmado de las vías de tren
por su durabilidad y resistencia.

Las rocas sedimentarias

Este tipo de roca está compuesto por sedimentos de otras rocas, mediante la erosión y la
sedimentación. De entre las rocas sedimentarias, una de las más utilizadas en la construcción es la
caliza. Su baja abrasividad la hace fácil de cortar y, por lo tanto, adecuada para la fabricación de
mobiliario y acabados de construcción.

Las rocas metamórficas

Este tipo de roca se forma cuando una roca de tipo sedimentaria o ígnea es sometida a fuertes
cambios de presión y temperatura. Con estos cambios, las rocas se transforman y se crean nuevos
tipos de rocas.

De entre las rocas metamórficas, las más utilizadas como piedra para construcción son la pizarra,
el mármol y la cuarcita. La pizarra, con su estructura hojosa y plana, es una roca perfecta para
mampostería y recubrimientos. El mármol es una piedra fácil de pulir y una de sus principales
características es su brillo. Se utiliza para esculturas, acabados, ornamentos, fachadas, etc.

La cuarcita, por último, es una roca dura y poco porosa, especialmente útil para soldaduras,
recubrimientos y mampostería.
En arquitectura, se considera la piedra a un material de construcción, que tradicionalmente ha
venido siendo utilizado como uno de los principales materiales empleados para la ejecución de los
distintos elementos que componen las edificaciones:

Cimentación

Muros de carga: constituidos por fábrica de piezas pétreas que según su disposición y labra, se
clasifican en:

- Sillares: piezas de material pétreo que se sacan de la cantera, labradas con paramentos planos y
a escuadra unos con otros, utilizándose en los muros de fábrica de piedra según distintos aparejos.
La cara del sillar que queda en un plano horizontal se denomina lecho, las que quedan en un plano
vertical, soga, que es la de mayor dimensión, y tizón, la de menor tamaño. La unión de los sillares
se realiza mediante argamasa, o simplemente mediante la colocación de las piezas «a hueso», es
decir, sin material de unión, consiguiendo la trabazón mediante el aparejo empleado.

- Sillarejo: piezas de piedra de menor tamaño que los sillares, procedentes también de cantera y
labrada asimismo con paramentos planos y a escuadra. El término de sillarejo se aplica
principalmente a las piedras que, a diferencia de los sillares, pueden manejarse con una sola
mano. Es frecuente el uso del término sillarejo para la disposición de las piezas en muros pétreos
de manera que existe diferente altura de pieza para cada hilada

- Mampostería. Toda piedra de cantera informe que no puede escuadrarse y se gasta en las
fábricas con puchada de mezcla y a rebote de porrillo. También se llama piedra de mampostería a
otra que no es de cantera y se saca de los ríos y se halla en la superficie de la tierra. Para la
formación de un mismo muro se pueden combinar sillares y mampuestos.

Arcos y bóvedas.

El cemento.

Formado a partir de una mezcla de caliza y arcilla calcinadas y molidas, el cemento es un


conglomerante hidráulico; es decir, una sustancia capaz de unir y dar cohesión al mezclarse con
agua. El cemento por si sólo no es aglomerante. Sin embargo, al mezclarse el cemento en polvo
con agua (hidratarse) se convierte en una masa pastosa y moldeable, que en pocas horas se fragua
(se seca) y se endurece, volviéndose impermeable y adquiriendo una consistencia pétrea. El
cemento es el componente principal de hormigones y morteros (ver más abajo en esta entrada);
materiales tecnológicos con los que no se debe confundir.

Derivados del cemento

El cemento por si sólo tiene el inconveniente de agrietarse con facilidad y de ser muy frágil (poco
resistente a verse sometido a golpes bruscos) por lo que en la actualidad se mezcla con otros
elementos (arena, grava....) formando nuevos materiales compuestos:
Mortero: mezcla de conglomerantes inorgánicos, áridos, agua y posibles aditivos que sirven para
pegar elementos de construcción (ladrillos, piedras, etc), para rellenar los espacios que quedan
entre los bloques y para el recubrimiento de paredes. Aunque existen morteros de otros
materiales, el más empleado en albañilería es el mortero de cemento: obtenido al mezclar el
cemento, que actúa como conglomerante con arena y agua.

Composición del hormigón

Hormigón o concreto: es un mortero de cemento especial al que se añade, además, grava o


piedras; por consiguiente es una mezcla de cemento en polvo, arena, agua y grava. Para poder
modificar algunas de sus características o comportamiento, se pueden añadir otros aditivos
(colorantes, aceleradores, retardadores de fraguado, fluidificantes, impermeabilizantes, fibras…).
El hormigón es de gran aplicación en el campo de la construcción, para la fabricación de cimientos,
forjados, pilares, encofrados... pudiéndolo encontrar en la estructura de edificios, puentes,
túneles..., etc. Incluso en aquellas edificaciones cuya estructura principal se realiza con otros
materiales (maderas, aceros...), su utilización es imprescindible para conformar la cimentación.

La principal característica estructural del hormigón es que resiste muy bien los esfuerzos de
compresión. Sin embargo, desafortunadamente, presenta poca resistencia frente a otros tipos de
esfuerzos (tracción, flexión, y cizalla ). Por este motivo para la fabricación de elementos sometidos
a este tipo de esfuerzos (por ejemplo, en las vigas) es habitual usarlo asociado a ciertas armaduras
de acero corrugado, recibiendo en este caso la denominación de hormigón armado.

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