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5.

EL ANUNCIO EL EVANGELIO ENTRE LOS GRIEGOS

EL ANUNCIO DEL EVANGELIO


ENTRE LOS GRIEGOS
1. La reconstrucción de la actividad
misionera de Pablo

El impulso misionero tras el encuentro de Jerusalén

El encuentro de Pablo y Bernabé con las “columnas de la Iglesia” de Jerusalén


significa el reconocimiento del método misionero de Pablo, y de la llamada que Dios le ha
hecho para anunciar a su Hijo Jesús. Esto abre nuevas perspectivas para una labor
misionera de largo alcance, que llegue hasta los centros más importantes del imperio
romano.
Otro impulso a la expansión del evangelio entre los paganos viene dado por el
mismo incidente de Antioquia. En él, Pablo se ha visto enfrentado con Pedro, que se ha
dejado influir por los judeocristianos de Santiago. Pero la desilusión más dolorosa ha sido
la de Bernabé, que junto con los judeocristianos de Antioquia, sigue el ejemplo de Pedro.
Pablo se ha quedado en minoría sosteniendo la plena equiparación de los étnico-cristianos,
los cristianos que proceden del mundo pagano. Es posible que Pablo se diese cuenta de que
la Iglesia de Antioquia ya no es el ambiente adecuado para su labor. Por ello, proyecta la
organización de la misión de modo autónomo, sin depender de las Iglesias de Jerusalén y
Siria.

¿Cómo reconstruir el itinerario misionero de Pablo?

Valor y límites del epistolario


En primer lugar, tenemos la información diseminada por su epistolario considerado
auténtico. También los datos que pueden tomarse de las cartas escritas por discípulos de
Pablo a Iglesias que se sitúan dentro de la tradición del Apóstol. La información que
aportan es bastante precisa, pero se trata de informaciones ocasionales y de datos
fragmentarios. La biografía misionera que resulta del estudio de este material es bien
marcada y precisa, pero es discontinua y llena de lagunas.

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5. EL ANUNCIO EL EVANGELIO ENTRE LOS GRIEGOS

Valor y límites de Hechos de los Apóstoles


Para completar el cuadro de la misión de Pablo, no tenemos más remedio que echar
mano de los Hechos de los Apóstoles como segunda fuente de información. La obra lucana
tiene la ventaja de presentar un recorrido completo de los desplazamientos y la acción
de Pablo, al menos desde el punto de vista geográfico, y en algunos casos, también desde
el punto de vista cronológico. Pero hemos de tener en cuenta que este recorrido responde
sobre todo a un camino “ideal” que une Jerusalén con Roma, según el itinerario marcado
por el mismo Jesús en su Ascensión: “seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en
Samaría y hasta los confines de la tierra” (He 1,8). En este “cono de luz”, que focaliza el
camino de Jerusalén a “los confines de la tierra”, que es Roma, en donde Lucas deja a
Pablo al final de su libro, es inevitable que queden al margen muchos detalles de la
misión cristiana. Además, el autor de Hechos, cuando no dispone de información amplia y
precisa, sigue adelante o quema etapas rápidamente, concentrando en su trama narrativa el
tiempo y el espacio reales. Debemos admitir, además, que algunas de las escenas narradas
con ocasión de la misión evangelizadora de Pablo más que responder a acontecimientos
históricos, son escenas – murales al servicio de la finalidad historiográfica de la obra:
presentar un modelo de la misión cristiana entre judíos, entre paganos, ante embaucadores
de la idolatría o de la magia, ante las autoridades romanas, etc.
Tomaremos, pues, como punto de referencia las regiones y ciudades que, gracias a
la acción evangelizadora de Pablo, surgen grupos de cristianos. Se trata de las
comunidades a las que van dirigidas las cartas de Pablo, principalmente las consideradas
auténticas. Para dar cuerpo a esta reconstrucción, necesariamente parcial, echaremos mano
de la información proporcionada por Hechos de los Apóstoles, sobre todo de tipo
geográfico y cronológico, teniendo en cuenta las salvedades indicadas anteriormente.

2. Asia y Galacia

Una enfermedad, ocasión de evangelizar


Pablo no programa ninguna misión en Galacia. Se ve obligado a detenerse en el
territorio habitado por los gálatas debido a una enfermedad, como nos relata en la Carta a
los Gálatas, quizá la misma que en 2 Cor 12,7 interpreta como un “ángel de satanás”, una
“espina en la carne”:

Hermanos, os ruego que os hagáis como yo, porque yo también me he hecho


como vosotros. No me habéis ofendido en nada. Pero sabéis que, debido a
una enfermedad que tuve, os anuncié por primera vez el evangelio; y
aunque mi enfermedad fue para vosotros una prueba, no me despreciasteis
ni me rechazasteis, sino que me acogisteis como a un ángel de Dios, como a
Cristo Jesús
(Ga 4,12-14)

Pablo apela en su carta a la relación cordial y profunda establecida entre él y los


gálatas con ocasión de su primer encuentro. Se presentó entre ellos en las condiciones de

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5. EL ANUNCIO EL EVANGELIO ENTRE LOS GRIEGOS

un hombre enfermo y necesitado de cuidados. Los gálatas, en lugar de rechazarlo como


una persona sospechosa por estar afectado por una enfermedad, lo recibieron como un
enviado de Dios, como si fuera el mismo Jesucristo. Pablo puede dar testimonio de que lo
acogieron bien y lo cuidaron con generosidad y atención: “Doy fe de que, si hubiera sido
posible, hasta os hubierais arrancado los ojos para dármelos a mí” (Ga 4,15).
En este clima de experiencia de debilidad y al mismo tiempo de acogida generosa,
Pablo anuncia a los gálatas el evangelio de Jesucristo. Puede incluso escribir a los gálatas
que ha representado en vivo ante sus ojos a “Jesucristo crucificado” (Ga 4,15). En su
condición de enfermo, sin prestigio y sin fuerzas, Pablo es realmente la imagen viva de
Jesús crucificado que revela el amor del Padre en la impotencia de la muerte.
Debido a esta situación propicia que se ha creado, Pablo prolonga su actividad
evangelizadora entre las poblaciones de Galacia incluso después de haberse restablecido de
su enfermedad. De este modo han surgido distintos grupos de cristianos en las ciudades y
pueblos de la región; Pablo se dirige en su carta a todos ellos como “las Iglesias de
Galacia” (Ga 1,2). Pero, ¿dónde se encuentran estas Iglesias? ¿Quiénes son los gálatas a
los que Pablo envía su carta? ¿Cuándo ha realizado este viaje a Galacia?

La región de los gálatas


La cuestión se complica por el hecho de que con el nombre de “Galacia” se
conocen en el siglo I regiones distintas dentro de la actual Turquía o altiplano anatólico.
¿Se trata de la provincia romana de Galacia, o de las regiones en que se asentaron los
pobladores celtas llamados “gálatas”?

He 16,6 nos presenta a Pablo, con sus colaboradores Silas y Timoteo, recorriendo
los territorios que hay desde Siria y Cilica hasta Tróade: “atraversaron Frigia y la región
de Galacia, pues el Espíritu Santo les impidió anunciar la palabra en Asia”. Más tarde,
cuando Pablo vaya a Éfeso desde Antioquia de Siria, el orden será inverso: “Recorrió
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nuevamente la región de Galacia y Frigia, alentando a todos los discípulos” (He 18,23).
Esto demuestra la existencia de grupos cristianos en Galacia y Frigia.
La Γαλατική χώρα, la “región
gálata”, de la que habla Lucas en los
LA PROVINCIA ROMANA DE GALACIA
Hechos de los Apóstoles, no puede
La provincia romana de Galacia, distinta de identificase con la provincia romana de
la “región de los gálatas” mencionada en Galacia, aunque forme parte de ella. Esta
Hechos de los Apóstoles, fue constituida por
Augusto en el 25 a.C., e incluía el reino de
“región gálata”, que el autor de los Hechos
Amintas, aliado de los romanos en los tiem- nunca designa con el nombre de “Galatia”,
pos de las guerras republicanas. Comprende debe identificarse con los territorios
la Galacia propiamente dicha, habitada por ocupados por los gálatas, a los que Pablo en
los gálatas, parte de Frigia, de Licaonia y de su carta llama Γαλάται (Ga 3,1).
Pisidia, y quizá también algunos territorios
de Panfilia. En el 6 a.C. la provincia es am- Los “gálatas” son descendientes de
pliada por Augusto, añadiéndole territorios las antiguas tribus celtas que habían
de Paflagonia y del Ponto Galacio, las re- emigrado y se habían ido estableciendo
giones que se asoman al mar Negro o Euxi- entre el Danubio y el Adriático. Después de
no. Hasta comienzos de los años 70 d.C. la una azarosa historia, los gálatas conservan
provincia romana de Galacia está goberna-
da por un “legatus” pretorio. Hacia finales
todavía sus características celtas a lo largo
del siglo I d.C. la provincia de Galacia in- de toda la época imperial, si es verdad que
cluye también a las regiones de Capadocia y en tiempos de Jerónimo, además del griego,
Armenia Menor, situadas más al oriente. común a otros pueblos de las regiones
orientales, siguen hablando la lengua celta1.
El argumento más convincente para identificar la Galacia donde Pablo anuncia el
evangelio y la “región gálata” de la que hablan los Hechos de los Apóstoles con la Galacia
celta del norte, distinta de la Galacia del sur, la provincia romana “Galatia”, es el apelativo
con que Pablo se dirige a los destinatarios de su carta: “¡Oh, insensatos gálatas, Γαλάται”
(Ga 3,1). Es poco probable que Pablo interpele a los habitantes de las ciudades de
Antioquia o Iconio, Listra y Derbe, que son frigios, pisidios o licaonios, con el apelativo de
Γαλάται, en el sentido genérico de pertenecientes a la provincia romana de Galacia.

Hacia el siglo III a.C., algunas de estas tribus habían emigrado hacia Macedonia y
Grecia, donde son derrotadas en Delfos en el 227 a.C. Empujadas hacia Asia Menor,
al final se establecen en las regiones centrales de Anatolia, en los territorios
delimitados y recorridos por los ríos Sangarius y Halys, actuales Sakarya y
Kizilirmac. Aquí son mantenidas bajo control por el rey de Pérgamo, en particular
por Atalo I, que entre el 240 y el 230 interviene en varias ocasiones para domeñar a
estas poblaciones dedicadas a la rapiña y las correrías por territorios limítrofes.
Tras estas intervenciones del rey de Pérgamo, las tribus de los gálatas establecen una
organización que refleja su división tribal. La tribu de los tolistobogos ocupa los
territorios que rodean a las ciudades de Pesinunte y Gordio (Galacia occidental); la
tribu de los tectosagos se establece en torno a la ciudad de Ancira, la actual Ankara
(Galacia central); y, por último, la tercera tribu, la de los trocmos, ocupa los
territorios situados en la orilla izquierda oriental del río Halys, en torno a la ciudad de
Tavio (Galacia oriental). Cada una de las tribus se divide a su vez en cuatro cantones,
colocados bajo la responsabilidad de tetrarcas. El consejo de las tribus, formado por

1
JERÓNIMO, Comentario a Gál 2,3: en Galacia se habla todavía una lengua afín a la de Tréveris: PL 26,382,
In Epist. ad Galatas, praef., lib. II. La equivalencia entre el apelativo de celta (lengua autóctona) y el gallus
(lengua latina) está atestiguada por Julio César (De bello gallico, 1,1).
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5. EL ANUNCIO EL EVANGELIO ENTRE LOS GRIEGOS

trescientos hombres, se reúne en la localidad de Drynemetum para juzgar los casos de


homicidio.
Los enfrentamientos de los gálatas con el rey de Pérgamo continúan hasta la llegada
de los romanos. Después de la batalla de Magnesia entre Antíoco de Siria y Lucio
Cornelio Escipión en el 189 a.C., es enviado el cónsul Gneo Manlio Vulsón para
someter a los gálatas. En la guerra contra Mitrídates, los gálatas permanecen fieles a
Roma, y en tiempos de Sila y Pompeyo el tetrarca de los tolistobogos, Deyótaro,
derrota a Eumaco, el rey del Ponto, y reúne a las tribus bajo su dominio. Como aliado
y partidario de los romanos, obtiene del senado el título de rey. Marco Antonio, que
ha favorecido la organización de los gálatas en las tres repúblicas tribales, asigna
Galacia a Amintas, escribano y colaborador de Deyótaro. A la muerte de este último,
Amintas recibe un reino que, además de Galacia, incluye las regiones de Frigia,
Panfilia y Pisidia y que Octavio, después de la batalla de Accio, amplía con los
territorios de Isauria y la Cilicia Traqueia. Cuando en el 25 a.C. Amintas muere en la
campaña contra los omonados, gran parte de su reino se transforma en la provincia
romana de Galacia2

3.De Galacia a Filipos

DE GALACIA A TROADE
El viaje desde Siria hasta los confines noroccidentales de Asia Menor ocupa varios
meses, incluida la estancia en Galacia, debido a la enfermedad de Pablo y a su
posterior actividad misionera en esa región. Desde Antioquía de Siria hasta Tróade,
Pablo y Silvano han recorrido casi dos mil kilómetros, subiendo desde Tarso, al nivel
del mar, hasta los más de mil metros de las Puertas de Cilicia. Desde aquí, avanzando
por la via Augusta, han atravesado la meseta anatólica, con una altura media de unos
mil metros, por un terreno más accidentado en las zonas de Licaonia, Pisidia y la
Frigia oriental. Luego, en compañía de Timoteo se han adentrado por las llanuras
aluviales de la Galacia central, rodeadas de cadenas montañosas que alcanzan los dos
mil metros. Durante los últimos quinientos kilómetros de este largo viaje a través de
la Anatolia central los tres misioneros han seguido la via que une Ancira y Pesinunte
con las costas de Asia Menor en el Egeo, atravesando Misia y pasando por centros
como Dorylaeum y Cotiaeum, a lo largo del curso de un afluente del río Sangarius.

En Tróade, ciudad portuaria del mar Egeo, Pablo programa su viaje a Macedonia.
El autor de Hechos sitúa aquí el suelo premonitorio de Pablo: "Durante la noche, Pablo
tuvo una visión: un macedonio, puesto en pie, le suplicaba: 'Ven a Macedonia y
ayúdanos'. Inmediatamente después de la visión intentamos pasar a Macedonia,
persuadidos de que Dios nos había llamado para evangelizarlos" (He 16,9-10).

DE TRÓADE A FILIPOS

2
Datos tomados de R.FABRIS, Pablo. El apóstol de las gentes. 223-224. Cf. DIÓN CASIO, Hist. 53,26,3;
ESTRABÓN, Geogr.. 12,5,1.
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5. EL ANUNCIO EL EVANGELIO ENTRE LOS GRIEGOS

"Zarpamos de Tróade y fuimos derechos a Samotracia; al día siguiente a


Neápolis, y de allí a Filipos, ciudad del primer distrito de Macedonia, colonia romana"
(He 16,11-12).

El viaje de Tróade a Neápolis pasando por Samnotracia, de cerca de 230


kilómetros, en dos días, es casi un record, si se tiene en cuenta que la velocidad media de
las naves de carga era de 3 ó 4 nudos -unos 6 kilómetros-. Las pequeñas embarcaciones
costeras podían atravesar las corrientes y
vientos favorables.
LA VIA EGNATIA
La via Egnatia, construida hacia el FILIPOS
130 a.C. une Roma con la costa adriática y
con Oriente. Toma el nombre de la homó- Pablo se detiene en Filipos, que como
nima ciudad situada en la costa de la Pu- colonia romana que es, reproduce en formato
glia, a la que llega la vía desde Roma hasta
Brindisi. Desde Durazo, en la costa adriáti-
reducido el modelo de la capital del Imperio.
ca, una ramoficación de la via baja hasta
Apolonia, y desde allí, siguiendo la costa,
FILIPOS, COLONIA ROMANA
llega hasta Corinto. La via Egnatia, en
cambio, atraviesa los Balcanes y llega a Filipos toma el nombre de su fundador,
Heraclea. Luego continúa hasta Edesa y Filipo II de Macedonia, quien en el 356 a.C., tras
Pela y sale a la costa egea por Tesalónica. vencer y someter a los tracios, asienta en ella a
Desde allí continúa hacia oriente y llega a la colonos macedonios, embelleciéndola y
ciudad de Filipos. Prosiguiendo a lo largo de dotándola de un teatro. La riqueza de la zona se
la costa de Tracia, llega hasta el Helesponto debe a la presencia de las minas de oro y plata de
y Bizancio. Al recorrer la via Egnatia, Pablo los montes circundantes, en particular del
se encuentra pues en el camino que lleva a Pangeo. Al agotarse los recursos mineros de esta
Roma. región, Filipos pierde importancia. Cuando el
cónsul romano Lucio Emilio Pablo, conocido
como el Macedonio, derrota en la batalla de
Pidna, el año 168 a.C. a Perseo, el último rey de
Macedonia, Filipos es ya una aldea sin
importancia.
Filipos vuelve a renacer en
una verdadera refundación romana en el año 42
a.C., cuando Marco Antonio y Octavio vencen la
resistencia de Casio y Bruto, los asesinos de
César. En la llanura, que ha sido escenario de las
dos batallas, en los márgenes de una zona
pantanosa, se funda una colonia de veteranos. La
colonia se agranda cuando en el año 31 a.C.
Octavio vence en Accio, en la costa del
Adriático, a Marco Antonio, a pesar de contar
éste con las fuerzas navales de Cleopatra.
Octavio Augusto envía a Filipos nuevos
veteranos, así como a muchos de los partidarios
de Marco Antonio, despojados de sus bienes.
Con el título de Colonia Augusta Julia victrix
Philippensium, la ciudad de Filipos tiene
también el privilegio del Ius italicum, que la
exime de varios impuestos el tributum capitis y
el tributum soli, y le confiere autonomía
administrativa.

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5. EL ANUNCIO EL EVANGELIO ENTRE LOS GRIEGOS

La ciudad que encuentra Pablo, casi un siglo después, es esta colonia romana de
Filipos, ciudad de primera importancia, que forma parte del primer distrito en que se divide
la provincia romana de Macedonia. En las calles de la ciudad y en el ágora o forum
romano, que se extiende junto a la via Egnatia3, a los pies de la ciudad alta, se pueden
encontrar ciudadanos y funcionarios que hablan latín, indígenas tracios, comerciantes
griegos y asiáticos, judíos y africanos. La
inquietud religiosa de este mundo cosmopolita ha
dejado su huella en las inscripciones votivas y en
los bajorrrelieves de los nichos excavados en las
rocas, en las laderas de la acrópolis.

EL NACIMIENTO DE LA
COMUNIDAD DE FILIPOS
El relato de He 16,12-40 narra los primeros contactos de Pablo, Silvano y Timoteo
con un grupo de mujeres que se reúnen para orar a orillas del río Gangites. Allí contactan
con Lidia, una vendedora de púrpura de Tiatira, que acoge la predicación de los misioneros
y se bautiza. La casa de Lidia acoge el evangelio. El relato continúa con la expulsión de un
espíritu de una muchacha, lo que provoca la ira de sus amos, que ven reducida la
posibilidad de obtener beneficios económicos a costa del espíritu de la muchacha. Pablo y
Silas son entregados a los magistrados, los azotan y los meten en la cárcel. Pablo alude a su
ciudadanía romana, y los dejan libres.

UNA RELACION ENTRAÑABLE


En la correspondencia con Filipos, Pablo se dirige a ellos en tono cálido y
afectuoso: "Por tanto, hermanos míos queridísimos, mi alegría y mi corona, manteneos
firmes en el Señor, queridos míos" (Flp 4,1). Exhorta a Evodia y Síntique; recuerda el
papel que éstas desempeñaron al anunciarse por primera vez el evangelio y reconoce lo
que siguen haciendo por la animación de la comunidad. Pablo, que se encuentra en la
cárcel, es consciente de que ha sido ayudado y sostenido desde el comienzo de su misión
en Macedonia por esta Iglesia. En la nota de agradecimiento por las ayudas que los
filipenses le han hecho llegar a través de Epafrodito, escribe Pablo: "Sabéis muy bien
vosotros, filipenses, que al principio de la predicación del evangelio, cuando partí de
Macedonia, ninguna Iglesia tuvo conmigo cuenta de "haber" y "debe", a no ser vosotros
solos; pues ya en Tesalónica me enviasteis una y otra vez con qué atender a mi necesidad"
(Flp 4,15-16)

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Para consultar información sobre la “Via Egnatia” y otras vías romanas, ver www.viadomitia.org.
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5. EL ANUNCIO EL EVANGELIO ENTRE LOS GRIEGOS

EL "COMBATE" DE PABLO EN FILIPOS


Esta vinculación profunda entre Pablo y esa comunidad ha ido madurando en
medio de las pruebas y los sufrimientos que Pablo y el grupo de misioneros ha tenido que
afrontar en Filipos. De esta experiencia Lucas hace una reconstrucción de carácter
dramático, en la escena de la flagelación ante los magistrados y el encarcelamiento en He
16.

A todo ello se refiere Pablo en su correspondencia auténtica:

Flp 1,7.30: "Todos vosotros participáis de este privilegio mío de estar preso y
poder defender y consolidar el evangelio" "A vosotros se os ha concedido
la gracia, no sólo de creer en Cristo, sino también de padecer con él,
sosteniendo el mismo combate en el que me habéis visto empeñado y que,
como sabéis, continúo sosteniendo".

1 Tes 2,2: "A pesar de los sufrimientos y ultrajes que, como sabéis, padecimos en
Filipos, os anunciamos llenos de confianza en nuestro Dios su evangelio en
medio de muchas dificultades"

Pablo no da detalles de en qué consistió este "combate". ¿Problemas con las


autoridades romanas, alborotadas por los recelos de la parte de la población pagana? Por el
testimonio de 1 Ts 2,2, podemos suponer que los problemas no terminaron en la forma tan
feliz en que relata He 16. Pablo tuvo que salir de Filipos de forma precipitada, y sólo
encontró sosiego en Tesalónica. Por ello resulta admirable que los pocos cristianos que
quedaron en la ciudad tras la breve y bruscamente interrumpida visita de Pablo, en poco
tiempo hubieran formado, a pesar de las dificultades en que vivieron, una comunidad
autónoma, que se mantiene fiel y con la que Pablo mantuvo una entrañable relación.

4. De Filipos a Tesalónica

Según el relato de Hechos de los Apóstoles, Pablo y Silas recorren los 150 kilómetros que
separan Filipos de Tesalónica en al menos una semana, siguiendo el recorrido de la Via
Egnatia.
TESALÓNICA EN EL ESPACIO Y EN EL TIEMPO

La ciudad de Tesalónica, fundada en 316-315 a.C. por el general Casandro, unifica y


sustituye los asentamientos levantados en la localidad denominada Therme. Toma su
nombre de la mujer de Casandro, hermanastra de Alejandro, Thessaonikê, en
recuerdo de la victoria sobre los tesalios.
La ciudad se levanta en la desembocadura de la llanura formada por los ríos
Aliákmonas, Galikós y Axíos, que van a parar al golfo Termaico. A ella llegan
también las carreteras procedentes del Adritiáco, como la vida Egnatia, y las que

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5. EL ANUNCIO EL EVANGELIO ENTRE LOS GRIEGOS

vienen de los Balcanes. Por eso Tesalónica se convierte en el puerto principal de


Macedonia, en sustitución del obstruido de Pela.
Con la conquista romana en el 146 a.C. es elegida como capital de la gran provincia
macedonia dividida en cuatro distritos.
En 58 a.C. Cicerón estuvo exiliado en Tesalónica. En el 300 d.C. el emperador
Galerio la elige como residencia imperial. En el 380 d.C. Teodosio proclama en ella
el edicto por el que se hace oficial el símbolo de Nicea. En el 390 d.C., la masacre de
los ciudadanos rebeldes de Tesalónica por parte de Teodosio le ocasionó a éste la
excomunión temporal.
En la edad media pasó a manos de los distintos poderes que se disputaban la zona
balcánica: sarracenos, cruzados, bizantinos, reyes de Epiro y Nicaea. En 1387 cayó en
poder de los turcos, y continuó así hasta 1912. Tesalónica acogió gran parte de la
población judía expulsada de España en 1492. En Tesalónica nació Kemal Atatürk, el
padre de la Turquía moderna.
Durante la Segunda Guerra Mundial Tesalónica sufrió grandes daños, y su numerosa
población judía (sobre 50.000) fue casi exterminada por los nazis.

Las circunstancias de la evangelización de Tesalónica


según la Primera carta a los Tesalonicenses

ACOGIDA DE PABLO

En la primera carta a los Tesalonicenses Pablo se refiere a los comienzos de esa


comunidad con una densidad que no tiene comparación con ninguna otra comunidad. Con
el ya conocido “sabéis”, Pablo destaca la común experiencia vivida. El término “entrada”
que Pablo utiliza sólo en 1 Tes, parece hacer referencia a la acogida inesperada que el
evangelio tuvo en esa ciudad, a pesar de venir de que Pablo y Silas vienen de Filipos
huyendo de las dificultades que han encontrado allí4 El éxito había sonreído a los
misioneros en Tesalónica.
Quizá el número de cristianos era reducido, pero en tal situación era consolador y
reconfortante. Pablo recuerda su comportamiento entre los tesalonicenses, su
dedicación a todos y cada uno en particular, como un padre y una madre, su preocupación
por no ser gravoso, y ganarse el pan con su propio trabajo.

Dios es testigo, y vosotros lo sabéis, de que nunca nos movieron la


adulación o la avaricia; tampoco hemos buscado glorias humanas, ni de
vosotros ni de nadie. Y aunque podríamos haber dejado sentir nuestra
autoridad como apóstoles de Cristo, nos comportamos afablemente con
vosotros, como una madre que cuida de sus hijos con amor. Tanto os
queríamos que ansiábamos entregaros, no sólo el evangelio de Dios, sino

4
“Ya sabéis cuál fue nuestro proceder con vosotros para vuestro bien” (1 Tes 1,5) “Vosotros mismos sabéis,
hermanos, que nuestra entrada en vuestra ciudad no fue en vano” (1 Tes 2,1) “Porque bien os acordáis,
hermanos, de nuestros trabajos y fatigas” (2,9). “Porque ellos mismos publican el éxito que tuvo nuestra
entrada entre vosotros” (1,9) “Habiendo sido antes maltratados y afrentados, como sabéis, en Filipos,
puesta en nuestro Dios la confianza, nos atrevimos a anunciaros el evangelio de Dios en medio de mucha
tribulación” (2,2).
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5. EL ANUNCIO EL EVANGELIO ENTRE LOS GRIEGOS

también nuestras propias vidas. ¡A tal punto llegaba nuestro amor por
vosotros!
Recordad, hermanos, nuestras penas y fatigas; recordad cómo trabajamos
día y noche para no ser gravosos a ninguno de vosotros mientras os
anunciábamos el evangelio de Dios. Vosotros sois testigos, y Dios lo es
también, de que nuestra conducta fue limpia, justa e irreprochable con
vosotros los creyentes. Sabéis que tuvimos con cada uno de vosotros la
misma relación que un padre tiene con sus hijos, exhortándoos, animándoos
y urgiéndoos a llevar una vida digna de Dios, que os ha llamado a su reino y
a su gloria.
(1 Tes 2,5-12)

CIRCUNSTANCIAS DE LA COMUNIDAD
Los de Tesalónica, recuerda Pablo, acogieron el evangelio, “no como palabra de
hombre, sino como Palabra de Dios” (1 Tes 2,13; cf. 1,9), de tal forma que aquella
comunidad se ha convertido en modelo para las comunidades de Macedonia y Acaya:

Seguisteis nuestro ejemplo y el del Señor, recibiendo la palabra en medio de


grandes tribulaciones, pero con el gozo que viene del Espíritu Santo. De esta
manera habéis llegado a ser modelo para todos los creyentes de Macedonia
y de Acaya. Y no sólo en Macedonia y Acaya habéis hecho resonar la
palabra del Señor, sino que por todas partes se ha extendido la fama de
vuestra fe, de suerte que nada tenemos que añadir de nuestra parte.
(1 Tes 1,7-8)

De esta carta podemos obtener información sobre el origen étnico-cultural de


estos primeros convertidos. Proceden en su mayoría de ambiente pagano, pues Pablo les
recuerda:
... cómo os convertisteis a Dios, abandonando los ídolos para servir al Dios
vivo y verdadero, y para vivir con la esperanza de que su Hijo Jesús, a quien
resucitó de entre los muertos, se manifieste desde el cielo y nos libere de la
ira que se acerca.
(1 Tes 1,9-10)
En la carta se refiere también a las dificultades sufridas de parte de los
conciudadanos, y del conflicto con la comunidad judía de Tesalónica:
También vosotros os habéis hecho imitadores de las iglesias de Dios que
están en Judea y pertenecen a Cristo Jesús, pues habéis padecido por parte
de vuestros propios conciudadanos lo mismo que ellos por parte de los
judíos, que dieron muerte a Jesús, el Señor, y a los profetas. Esos mismos
judíos nos persiguen a nosotros, desagradan a Dios y son enemigos de todos
los hombres, por cuanto tratan de impedir que proclamemos el evangelio a
los paganos a fin de que se salven.
(1 Tes 2,14-16)

Por último, tenemos también información sobre la organización eclesial. Hay


algunos encargados de guiar y animar a los otros cristianos:
Os rogamos, hermanos, que tengáis consideración con quienes trabajan
entre vosotros y os atienden y amonestan en el nombre del Señor.
Corresponded a sus trabajos con amor siempre creciente.
(1 Tes 5,12-13)

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5. EL ANUNCIO EL EVANGELIO ENTRE LOS GRIEGOS

LA SALIDA DE PABLO DE TESALÓNICA


No disponemos de buena información sobre la duración y el final de la estancia de
los misioneros. He 17,2 nos habla de “tres sábados”, pero sin duda esto representa un
plazo demasiado corto. La simple posibilidad de ganar dinero suficiente ejercitando la
profesión requiere meses.
Según He 17 la estancia termina con un tumulto, no contra Pablo, sino contra
Jasón, un judío que ha aceptado la fe cristiana, a quien acusan de hospedar a unos
sediciosos que no aceptan al césar por rey (cf. He 17,5-7).
Según el relato lucano, Pablo y Silas no son expulsados de Tesalónica, pero las
circunstancias hacen recomendable una salida de la ciudad. En su carta hablará de
“muchas tribulaciones” (1 Tes 2,2). Los hermanos organizan una salida hacia Berea,
distante unos 75 kilómetros.

5.De Tesalónica a Atenas

BEREA
Partiendo de Tesalónica por la vía Egnatia en dirección noroeste se llega, al cabo de
treinta kilómetros, a Pela. Aquí se deja la vía romana y se continúa en dirección
suroeste, durante otros cuarenta kilómetros, hasta llegar a Berea. La ciudad de Berea,
que debe su nombre a su fundador Pérez, es en la época romana la capital del tercer
distrito de la provincia de Macedonia. Su importancia va creciendo con el declive
progresivo de Pela. Favorecida por la administración romana, Berea recibe el nombre
de Neokoria y Metrópolis. En cuanto sede del koinon, “asamblea” de los macedonios,
se convierte en el centro del culto imperial y en la segunda ciudad después de
Tesalónica. En ella residen funcionarios y administradores romanos, ricos
comerciantes y terratenientes.
En Berea se encuentra una comunidad judía. Los judíos de Berea tienen sentimientos
más nobles que los de Tesalónica. La misión cristiana se ve facilitada en este
contexto, porque los judíos acogen con gran entusiasmo el evangelio, y se muestran
dispuestos a examinar todos los días las Escrituras. Pero este comienzo feliz se ve
bruscamente interrumpido por la llegada de los judíos de Tesalónica. Así, los
cristianos de Berea se ven obligados a organiza la partida de Pablo. Se quedan en
Berea Silas y Timoteo. Pablo, acompañado por algunos cristianos de Berea, continúa
su camino por vía marítima hasta Atenas.

Jerusalén y Atenas
Jerusalén y Atenas son ciudades emblemáticas de dos mundos religiosos y culturales.
Pablo parte idealmente de Jerusalén, donde ha aprendido a buscar a Dios a través de la
práctica de la ley, y en su recorrido como proclamador del evangelio a los paganos, llega a
Atenas, la ciudad de Pericles y Platón, donde el centro de interés está en la búsqueda del
ser humano, medida de todas las cosas.
Ya el helenismo había propiciado el encuentro entre estos dos mundos: el oriente,
de donde proviene la religión judía, y el occidente helénico. La diáspora de los judíos por
territorios griegos, y la presencia de griegos en Israel, la tierra histórica del pueblo judío,
había favorecido el conocimiento mutuo. Pero a pesar de todo, sigue habiendo una

11
5. EL ANUNCIO EL EVANGELIO ENTRE LOS GRIEGOS

diversidad entre estos dos mundos culturales, y sobre todo en su forma de vivir y expresar
su experiencia religiosa:
- Para la Biblia, Dios es el “santo” y el Señor inaccesible. El creyente, por tanto,
es “siervo” fiel que escucha la palabra de Dios y la pone en práctica.
- El hombre griego está inmerso en el mundo de lo divino, oye la inspiración
divina en su interior, pero siempre la somete a la criba crítica de la razón.
La reconstrucción lucana de la misión de Pablo en Atenas es una especie de
escenario ideal en el que se sitúa el encuentro entre el evangelio y las preguntas religiosas
de la cultura griega:
- ¿Es posible el encuentro entre estos dos mundos?

La misión de Pablo en Atenas


Después de despedirse de sus amigos de Berea, Pablo se queda solo en Atenas, a la
espera de que lleguen Timoteo y Silas. Esta presencia de Pablo en Atenas está confirmada
por lo que él mismo escribe a la Iglesia de Tesalónica (1 Tes 3,1-2).

La ciudad que ve Pablo no es ya la ciudad grande y famosa de la época clásica, la


ciudad de Sócrates, Platón y Pericles. Después de las vicisitudes de las guerras
republicanas, en las que la ciudad se pone con frecuencia de parte de los perdedores,
la Atenas de la época imperial está reducida a una ciudad de provincias, cuya
población gira en torno a los cinco mil habitantes. Pero sigue ejerciendo, sin
embargo, atracción sobre los literatos, los poetas y artistas, que no dejan de visitarla,
proyectando en ella el recuerdo del pasado. Atenas, por tanto, que en la
administración romana goza del estatuto de “ciudad aliada y libre”, sigue siendo un
centro de atracción para los cultivadores de las artes y las letras.

JUDÍOS, EPICÚREOS Y ESTOICOS


Según el relato de He 17, Pablo se encuentra en la sinagoga con judíos y
"temerosos de Dios". La presencia de judíos en Atenas está atestiguada desde el siglo II
a.C.5

Pero en la plaza mayor, llamada ágora, se encuentra con la gente que encuentra,
como hacía Sócrates. Entre los que se encuentran en el ágora hay "algunos filósofos
epicúreos y estoicos"
Epicuro, el fundador del epicureísmo, había nacido en Atenas en el 270 a.C..
Sus discípulos y seguidores siguen reuniéndose en Atenas en las propiedades de su
fundador, llevando una vid austera y apartada. Pero para la opinión pública, Epicuro
se convierte en el representante del hedonismo, porque afirma que el placer es
"principio y fin de la vida feliz"6. El control de los deseos y de las pasiones es
necesario para evitar el dolor y conseguir la ataraxía, la "imperturbabilidad", es decir,
la liberación de toda inquietud. La concepción rígidamente materialista de Epicuro lo
lleva a negar, no sólo la supervivencia del alma humana, sino también cualquier

5
Cf. PLUTARCO, Questiones conviviales, 4,6,1; inscripciones encontradas en Atenas atestiguan la
presencia de judíos.
6
EPICURO, Carta a Menecco, 128.
12
5. EL ANUNCIO EL EVANGELIO ENTRE LOS GRIEGOS

intervención de causas externas al mundo, incluido el influjo de los dioses. Se


comprenden así pues la sospecha y suspicacia que despiertan las posiciones de
Epicuro7
De mejor fama entre la opinión pública goza el estoicismo, fundado por Zenón de
Citio en el siglo IV a.C. Varios de los maestros del estoicismo de la época imperial
son originarios de Tarso. La escuela filosófica toma su nombre del luga en que se
reúnen el maestro y sus discípulos en Atenas, alrededor de la stoà Poikíle. Se trata de
una filosofía de carácter práctico, que se resume en el principio: "Vive según la
naturaleza, homologouménos physei zên". La vida feliz consiste en adecuarse al
logos-Dios, que rige todas las cosas y se refleja en la razón humana. El lógos se
manifiesta como einarmene, "fatum-necesidad", y prónoia, "providencia divina". Por
eso, el sabio que vive de acuerdo con su razón y se conforma al lógos universal, no
sólo es un hombre virtuoso, sino que además es libre y feliz. De hecho, el dolor y la
muerte, que no se pueden evitar, no hacen mella en la condición virtuosa del sabio.
Una forma mitigada del estoicismo hace que sea practicable y se difunda bastante
entre las personas cultas y los hombres de Estado de la época imperial.

Los nuevos interlocutores se interesan por lo que Pablo dice, quieren saber más. Lo
conducen al Aerópago para que allí hable con más claridad.
El Aerópago toma su nombre del lugar, colina de Ares, donde antiguamente
se reunía el consejo de los arcontes, los ex-arcontes y los demás miembros elegidos
con tareas de magistratura para los delitos de sangre, incendios voluntarios y otros
hechos referidos a la esfera religiosa. El consejo de la época romana está formado por
31 miembros elegidos por el procónsul y se reúne en la stoà Basileos. El autor de los
Hechos de los Apóstoles está al corriente del papel que desempeña el Aerópago en
Atenas y para hacer hablar a Pablo no cree que haya tribuna más prestigiosa que la de
este organismo, que oscila entre senado de la ciudad y tribunal supremo8

El discurso de Pablo en el Areópago


"Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo..." (He 17,22). La escena
imaginada por Lucas es la del rétor griego que, puesto en pie, hace un signo con la mano
para llamar la atención de los oyentes y tomar la palabra.

"Atenienses, por todo veo que sois muy religiosos" (deisidaimonésteroi). Esta
expresión, traducida por "muy religiosos", significa literalmente "muy temerosos de las
divinidades", lo cual es ambiguo, porque puede entenderse también como "muy
supersticiosos".

7
F. JOSEFO, Contr. Ap., 2,180, emite un juicio crítico sobre los filósofos que "tratan con sus discursos
acerca de Dios para despojarlo de su providencia hacia los hombres"; cf. Ant., 10,11, 278-279; en los textos
rabínicos el término apikoros, de "epicúreo", es sinónimo de "incrédulo".
8
En la colina de Ares, que se eleva unos cien metros frente al lado oeste de la acrópolis, se conservan
restos de una exedra -donde se reunía el antiguo consejo-, y en la cima, la base de un altar dedicado quizá a
Atenea Aréia. Se sube hasta allí a través de una escalera tallada en la roca. A los pies de la pequeña colina
rocosa, en el lado derecho de la escalera, hay una placa de bronce en la que está grabado con caracteres
griegos antiguos el texto del discurso de Pablo (He 17,22-31).
13
5. EL ANUNCIO EL EVANGELIO ENTRE LOS GRIEGOS

"Al recorrer vuestra ciudad y contemplar vuestros monumentos sagrados, me he


encontrado incluso un altar con esta inscripción: 'Al Dios desconocido'. Pues bien, lo que
veneráis sin conocerlo, eso es lo que yo vengo a anunciar" (He 17,23)9. Con su expresión
"agnóstos theós", "dios desconocido", Pablo se refiere al conjunto del culto idolátrico, que
desde su perspectiva monoteísta considera "desconocimiento" de Dios. Pablo toma sus
argumentos de la tradición bíblica, que se corresponde con la crítica que hacen los
filósofos del culto popular a los dioses. La mencionada inscripción de altar "al dios
desconocido" podría incluso estar inspirada en una expresión de Isaías: "En ti hay un Dios
escondido, el Dios de Israel, el salvador" (Is 45,15); en el contexto de Isaías se alternan la
crítica al culto idolátrico y la presentación del Dios creador del universo y único Señor de
la historia.

"El Dios que ha hecho el mundo y todo lo que hay en él, siendo señor del cielo y de
la tierra, no habita en templos construidos por la mano del hombre. Ni es servido por
manos humanas, como si necesitase algo él, que da a todos la vida, el aliento y todas las
cosas" (He 17,24-25). Expresiones análogas, aunque fuera del horizonte de la creación del
universo por parte de Dios, se encuentran también en pensadores y escritores griegos y
latinos, como Platón, Plutarco, Eurípides o Séneca10

"De un solo hombre ha hecho todo el género humano para que habite toda la
superficie de la tierra, determinando los tiempos y los límites de su morada, para que
buscasen a Dios, y a ver si a tientas lo podían encontrar; aunque no está lejos de cada uno
de nosotros, ya que en él vivimos, nos movemos y existimos, como alguno de vuestros
poetas ha dicho también: 'Porque somos de su linaje'" (He 17,26-28). La cita está tomada
de un paisano de Pablo, el poeta ARATO, que vivió en Macedonia en la segunda mitad del
siglo III a.C.. pero era originario de la ciudad de Soli, en Cilicia11. Esta fórmula, con la que
se expresa la inmersión total del ser humano en el ámbito divino, está a mitad de
camino entre el torbellino de la corriente panteísta y la conciencia bíblica de la relación
con el Dios creador12. Con estas palabras sobre la búsqueda de Dios, que es posible por la

9
Se dice que esta inscripción figuraría incluso en la "guía turística" de Pausanias, que visitó la ciudad unos
130 años después que Pablo. En realidd, PAUSANIAS, Guía de Grecia, 1,14, habla de la dedicación de
altares a divinidades anónimas o desconocidas; FILOSTRATO, Vida de Apolonio de Tiana, 6,3, hace decir a
su protagonista: "Es más prudente ser reverente con todas las divinidades, como se hace en Atenas, donde
incluso se consagran altares a los dioses desconocidos, ágnoston daimónon"; en el mismo sentido hay que
interpretar los otros testimonios antiguos sobre el culto a divinidades anónimas; cf. DIOGENES LAERCIO,
Vidas de los filósofos, 1,1,10.
10
PLATON, Timeo, 34B: "[Dios] no necesita nada"; PLUTARCO, Moralia, 2,1034b: "Dios no habita en
los templos"; EURIPIDES, Los Heraclidas, 1343-1345: "Si Dios es realmente Dios, no tiene necesiodad de
nada"; SENECA, Epistulae, 95,47: "Dios no reclama siervos. ¿Para qué? El es quien provee al género
humano y está disponible para todos en cualquier parte?.
11
La cita de Arato está tomada de su poema didascálico de contenido astronómico titulado Phaenómena, 5.
La expresión forma parte también del repertorio de citas utilizadas por el filósofo ecléctico judeohelenista
Aristóbulo; expresiones análogas se encuentran en el Himno a Zeus, 5, del estoico Cleantes, del siglo III a.C.,
y en los discursos de DION DE PRUSA, Orationes, 12,32; 30,26.
12
Los salmos y los profetas hablan de la relación vital con Dios que está siempre cerca del que lo busca:
Sal 139; 145,18; Jr 23,23-24; 29,13-14; los filósofos y los pensadores griegos ponen el acento en la afinidad e
intimidad del mundo y del ser humano con Dios: PLATON, Timeo, 10,37c; SENECA, Epistulae, 41,1; Dión
14
5. EL ANUNCIO EL EVANGELIO ENTRE LOS GRIEGOS

afinidad del ser humano con el creador del mundo y el Señor del universo, el discurso
de Pablo ante el Areópago alcanza su punto álgido. Hay un terreno común en el que
establecer un diálogo fecundo entre la búsqueda humana de Dios y su revelación histórica.

Pero el encuentro sólo es posible si el ser humano no se deja desviar por las
imágenes, que son sucedáneo de la realidad de Dios. De ahí la llamada final de Pablo a la
conversión, como corresponde al esquema de la predicación cristiana primitiva. Pablo
propone a los griegos que pasen de los ídolos muertos al Dios vivo y verdadero. La
invitación de Pablo se apoya en el hecho de que Dios ha constituido como protagonista de
su juicio universal a un hombre al que ha acreditado por la resurrección de entre los
muertos. Pero la reacción no se hace esperar: "Al oír hablar de la resurrección de los
muertos, unos se burlaban y otros dijeron: 'Te oiremos sobre esto otra vez'" (He 17,32). El
público se muestra reacio a la propuesta evangélica porque no se atreve a cruzar el umbral
de la búsqueda de Dios, que en la resurrección de Jesucristo desafía el escándalo de la
muerte humana.

Pablo sale de la reunión del Areópago con una invitación cortés por parte de sus
oyentes a "aplazar" la reunión para otro día. Pero Pablo no volverá a Atenas. Deja allí unos
cuantos creyentes aislados, pero no una comunidad cristiana.

¿UN PABLO DEFRAUDADO?


Con frecuencia se ha dicho que Pablo, a la vista de la reacción del público, se dio
cuenta de que su intento de presentar el evangelio en un discurso docto corría el riesgo de
vaciar de contenido la cruz de Cristo. Por eso, después de la experiencia de Atenas, al
llegar a Corinto, decide presentar el "testimonio de Dios" sin los revestimientos de la
sabiduría humana. Rememorando su primera misión entre los habitantes de Corinto, Pablo
dice que se presentó en medio de ellos "débil y temblando de miedo. Y mi palabra y mi
predicación no se basaban en la elocuencia persuasiva de la sabiduría, sino en la
demostración del poder del Espíritu, para que vuestra fe no se fundase en la sabiduría
humana, sino en el poder de Dios" (1 Cor 2,3-5).

BORNKAMM destaca la radical oposición entre la línea argumentativa del


discurso en el Areópago y la presentación que el Pablo de las cartas hace del evangelio. El
discurso representa un tipo de argumentación propio de la época postapostólica, e incluso
de los apologetas del siglo II, pero su línea argumentativa está totalmente ausente el Pablo.
Incluso dice que "en el discurso de He 17 el contenido específicamente cristiano del
mensaje está ya en franca retirada"13. "Se habla aquí de una manera enteramente distinta
del parentesco natural del hombre con Dios, y no, como en los escritos paulinos, de la

de Prusa sobre todo, en el discurso conocido como Olímpico, subraya el hecho de que todos los hombres
tienen noción de Dios "porque no viven por su cuenta, lejos o fuera de la divinidad, sino que están como
implantados en ella; o mejor, han crecido junto a ella"(o.c., 12,28).
13
G. BORNKAMM, Pablo de Tarso, 108.
15
5. EL ANUNCIO EL EVANGELIO ENTRE LOS GRIEGOS

maravilla que representa el hecho de que el hombre sea acogido por Dios, y de la filiación
divina por razón de Cristo"14. "Pablo fracasó con el evangelio en la mano, el mismo
evangelio que allí, como en todas partes, había proclamado: el mensaje de la culpa y la
gracia, de la indignación de Dios y de la salvación que se nos abre de par en par con la cruz
de Cristo"15

Según R.FABRIS, "esta superposición del relato lucano de los Hechos y el


testimonio de Pablo en la primera Carta a los corintios da una imagen distorsionada de la
realidad. Pablo en efecto no hace en su carta ninguna referencia a la experiencia de Atenas,
y Lucas, por su parte, en el relato de la misión de Pablo en Corinto no habla para nada de
cambio alguno de metodología provocado por una desilusión anterior en Atenas. Ambos
testimonios, el de Lucas y el de Pablo, son autónomos y responden a dos perspectivas
distintas. Cualquier intento de ensamblarlas es una operación incorrecta desde el punto de
vista historiográfico, aunque sea tentador para el aficionado a los relatos psicológicos"16.

No cabe, por tanto, reconstruir un hipotético cambio de estrategia de Pablo con


respecto al diálogo con la cultura griega, a partir de una confrontación entre el relato de He
17 y el epistolario paulino. Pero tampoco debemos ver en el Pablo de las cartas una
oposición al mundo griego, como cree ver BORNKAMM. El Pablo de Bornkamm es, a
pesar de todo, un Pablo visto desde ojos luteranos, que desconfía de las fuerzas de la razón
natural, inclinada siempre a la soberbia y al rechazo de Dios, y que se entrega con los ojos
cerrados únicamente a la salvación que viene por la cruz.

No hay razones para suponer en Pablo una oposición entre la razón y la cruz. En la
mismísima carta a los Romanos, el testamento paulino por excelencia, allí mismo donde
Lutero creyó encontrar la esencia de la doctrina de la salvación por la gracia, encontramos
un Pablo que confía en las fuerzas de la razón natural, y en términos parecidos al discurso
de He 17: "Lo que se puede conocer de Dios, lo tienen claro ante sus ojos, por cuanto Dios
se lo ha revelado. Y es que lo invisible de Dios, su eterno poder y su divinidad, se ha hecho
visible desde la creación del mundo, a través de las cosas creadas" (Rm 2,19-20). El error
consiste en que, habiendo conocido a Dios, no lo han glorificado, y han caído en la
idolatría. Incluso llevan la ley inscrita en su corazón (cf. Rm 2,14-15).

De la misma argumentación de 1 Cor no se puede deducir una oposición total al


mundo de la racionalidad griega. Cristo crucificado, que es "escándalo para los judíos y
locura para los griegos" (1 Cor 1,23), puede ser acogido tanto por griegos y por judíos, y es
"fuerza de Dios y sabiduría de Dios" . Hay una "lógica", un "logos tou staurou", en la cruz.

14
Id.
15
G. BORNKAMM, Pablo de Tarso, 109.
16
R. FABRIS., Pablo, el apóstol de las gentes, 260.
16

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