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El Anuncio Del Evangelio Entrte Los Griegos PDF
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5. EL ANUNCIO EL EVANGELIO ENTRE LOS GRIEGOS
2. Asia y Galacia
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5. EL ANUNCIO EL EVANGELIO ENTRE LOS GRIEGOS
He 16,6 nos presenta a Pablo, con sus colaboradores Silas y Timoteo, recorriendo
los territorios que hay desde Siria y Cilica hasta Tróade: “atraversaron Frigia y la región
de Galacia, pues el Espíritu Santo les impidió anunciar la palabra en Asia”. Más tarde,
cuando Pablo vaya a Éfeso desde Antioquia de Siria, el orden será inverso: “Recorrió
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5. EL ANUNCIO EL EVANGELIO ENTRE LOS GRIEGOS
nuevamente la región de Galacia y Frigia, alentando a todos los discípulos” (He 18,23).
Esto demuestra la existencia de grupos cristianos en Galacia y Frigia.
La Γαλατική χώρα, la “región
gálata”, de la que habla Lucas en los
LA PROVINCIA ROMANA DE GALACIA
Hechos de los Apóstoles, no puede
La provincia romana de Galacia, distinta de identificase con la provincia romana de
la “región de los gálatas” mencionada en Galacia, aunque forme parte de ella. Esta
Hechos de los Apóstoles, fue constituida por
Augusto en el 25 a.C., e incluía el reino de
“región gálata”, que el autor de los Hechos
Amintas, aliado de los romanos en los tiem- nunca designa con el nombre de “Galatia”,
pos de las guerras republicanas. Comprende debe identificarse con los territorios
la Galacia propiamente dicha, habitada por ocupados por los gálatas, a los que Pablo en
los gálatas, parte de Frigia, de Licaonia y de su carta llama Γαλάται (Ga 3,1).
Pisidia, y quizá también algunos territorios
de Panfilia. En el 6 a.C. la provincia es am- Los “gálatas” son descendientes de
pliada por Augusto, añadiéndole territorios las antiguas tribus celtas que habían
de Paflagonia y del Ponto Galacio, las re- emigrado y se habían ido estableciendo
giones que se asoman al mar Negro o Euxi- entre el Danubio y el Adriático. Después de
no. Hasta comienzos de los años 70 d.C. la una azarosa historia, los gálatas conservan
provincia romana de Galacia está goberna-
da por un “legatus” pretorio. Hacia finales
todavía sus características celtas a lo largo
del siglo I d.C. la provincia de Galacia in- de toda la época imperial, si es verdad que
cluye también a las regiones de Capadocia y en tiempos de Jerónimo, además del griego,
Armenia Menor, situadas más al oriente. común a otros pueblos de las regiones
orientales, siguen hablando la lengua celta1.
El argumento más convincente para identificar la Galacia donde Pablo anuncia el
evangelio y la “región gálata” de la que hablan los Hechos de los Apóstoles con la Galacia
celta del norte, distinta de la Galacia del sur, la provincia romana “Galatia”, es el apelativo
con que Pablo se dirige a los destinatarios de su carta: “¡Oh, insensatos gálatas, Γαλάται”
(Ga 3,1). Es poco probable que Pablo interpele a los habitantes de las ciudades de
Antioquia o Iconio, Listra y Derbe, que son frigios, pisidios o licaonios, con el apelativo de
Γαλάται, en el sentido genérico de pertenecientes a la provincia romana de Galacia.
Hacia el siglo III a.C., algunas de estas tribus habían emigrado hacia Macedonia y
Grecia, donde son derrotadas en Delfos en el 227 a.C. Empujadas hacia Asia Menor,
al final se establecen en las regiones centrales de Anatolia, en los territorios
delimitados y recorridos por los ríos Sangarius y Halys, actuales Sakarya y
Kizilirmac. Aquí son mantenidas bajo control por el rey de Pérgamo, en particular
por Atalo I, que entre el 240 y el 230 interviene en varias ocasiones para domeñar a
estas poblaciones dedicadas a la rapiña y las correrías por territorios limítrofes.
Tras estas intervenciones del rey de Pérgamo, las tribus de los gálatas establecen una
organización que refleja su división tribal. La tribu de los tolistobogos ocupa los
territorios que rodean a las ciudades de Pesinunte y Gordio (Galacia occidental); la
tribu de los tectosagos se establece en torno a la ciudad de Ancira, la actual Ankara
(Galacia central); y, por último, la tercera tribu, la de los trocmos, ocupa los
territorios situados en la orilla izquierda oriental del río Halys, en torno a la ciudad de
Tavio (Galacia oriental). Cada una de las tribus se divide a su vez en cuatro cantones,
colocados bajo la responsabilidad de tetrarcas. El consejo de las tribus, formado por
1
JERÓNIMO, Comentario a Gál 2,3: en Galacia se habla todavía una lengua afín a la de Tréveris: PL 26,382,
In Epist. ad Galatas, praef., lib. II. La equivalencia entre el apelativo de celta (lengua autóctona) y el gallus
(lengua latina) está atestiguada por Julio César (De bello gallico, 1,1).
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5. EL ANUNCIO EL EVANGELIO ENTRE LOS GRIEGOS
DE GALACIA A TROADE
El viaje desde Siria hasta los confines noroccidentales de Asia Menor ocupa varios
meses, incluida la estancia en Galacia, debido a la enfermedad de Pablo y a su
posterior actividad misionera en esa región. Desde Antioquía de Siria hasta Tróade,
Pablo y Silvano han recorrido casi dos mil kilómetros, subiendo desde Tarso, al nivel
del mar, hasta los más de mil metros de las Puertas de Cilicia. Desde aquí, avanzando
por la via Augusta, han atravesado la meseta anatólica, con una altura media de unos
mil metros, por un terreno más accidentado en las zonas de Licaonia, Pisidia y la
Frigia oriental. Luego, en compañía de Timoteo se han adentrado por las llanuras
aluviales de la Galacia central, rodeadas de cadenas montañosas que alcanzan los dos
mil metros. Durante los últimos quinientos kilómetros de este largo viaje a través de
la Anatolia central los tres misioneros han seguido la via que une Ancira y Pesinunte
con las costas de Asia Menor en el Egeo, atravesando Misia y pasando por centros
como Dorylaeum y Cotiaeum, a lo largo del curso de un afluente del río Sangarius.
En Tróade, ciudad portuaria del mar Egeo, Pablo programa su viaje a Macedonia.
El autor de Hechos sitúa aquí el suelo premonitorio de Pablo: "Durante la noche, Pablo
tuvo una visión: un macedonio, puesto en pie, le suplicaba: 'Ven a Macedonia y
ayúdanos'. Inmediatamente después de la visión intentamos pasar a Macedonia,
persuadidos de que Dios nos había llamado para evangelizarlos" (He 16,9-10).
DE TRÓADE A FILIPOS
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Datos tomados de R.FABRIS, Pablo. El apóstol de las gentes. 223-224. Cf. DIÓN CASIO, Hist. 53,26,3;
ESTRABÓN, Geogr.. 12,5,1.
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5. EL ANUNCIO EL EVANGELIO ENTRE LOS GRIEGOS
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5. EL ANUNCIO EL EVANGELIO ENTRE LOS GRIEGOS
La ciudad que encuentra Pablo, casi un siglo después, es esta colonia romana de
Filipos, ciudad de primera importancia, que forma parte del primer distrito en que se divide
la provincia romana de Macedonia. En las calles de la ciudad y en el ágora o forum
romano, que se extiende junto a la via Egnatia3, a los pies de la ciudad alta, se pueden
encontrar ciudadanos y funcionarios que hablan latín, indígenas tracios, comerciantes
griegos y asiáticos, judíos y africanos. La
inquietud religiosa de este mundo cosmopolita ha
dejado su huella en las inscripciones votivas y en
los bajorrrelieves de los nichos excavados en las
rocas, en las laderas de la acrópolis.
EL NACIMIENTO DE LA
COMUNIDAD DE FILIPOS
El relato de He 16,12-40 narra los primeros contactos de Pablo, Silvano y Timoteo
con un grupo de mujeres que se reúnen para orar a orillas del río Gangites. Allí contactan
con Lidia, una vendedora de púrpura de Tiatira, que acoge la predicación de los misioneros
y se bautiza. La casa de Lidia acoge el evangelio. El relato continúa con la expulsión de un
espíritu de una muchacha, lo que provoca la ira de sus amos, que ven reducida la
posibilidad de obtener beneficios económicos a costa del espíritu de la muchacha. Pablo y
Silas son entregados a los magistrados, los azotan y los meten en la cárcel. Pablo alude a su
ciudadanía romana, y los dejan libres.
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Para consultar información sobre la “Via Egnatia” y otras vías romanas, ver www.viadomitia.org.
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5. EL ANUNCIO EL EVANGELIO ENTRE LOS GRIEGOS
Flp 1,7.30: "Todos vosotros participáis de este privilegio mío de estar preso y
poder defender y consolidar el evangelio" "A vosotros se os ha concedido
la gracia, no sólo de creer en Cristo, sino también de padecer con él,
sosteniendo el mismo combate en el que me habéis visto empeñado y que,
como sabéis, continúo sosteniendo".
1 Tes 2,2: "A pesar de los sufrimientos y ultrajes que, como sabéis, padecimos en
Filipos, os anunciamos llenos de confianza en nuestro Dios su evangelio en
medio de muchas dificultades"
4. De Filipos a Tesalónica
Según el relato de Hechos de los Apóstoles, Pablo y Silas recorren los 150 kilómetros que
separan Filipos de Tesalónica en al menos una semana, siguiendo el recorrido de la Via
Egnatia.
TESALÓNICA EN EL ESPACIO Y EN EL TIEMPO
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5. EL ANUNCIO EL EVANGELIO ENTRE LOS GRIEGOS
ACOGIDA DE PABLO
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“Ya sabéis cuál fue nuestro proceder con vosotros para vuestro bien” (1 Tes 1,5) “Vosotros mismos sabéis,
hermanos, que nuestra entrada en vuestra ciudad no fue en vano” (1 Tes 2,1) “Porque bien os acordáis,
hermanos, de nuestros trabajos y fatigas” (2,9). “Porque ellos mismos publican el éxito que tuvo nuestra
entrada entre vosotros” (1,9) “Habiendo sido antes maltratados y afrentados, como sabéis, en Filipos,
puesta en nuestro Dios la confianza, nos atrevimos a anunciaros el evangelio de Dios en medio de mucha
tribulación” (2,2).
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5. EL ANUNCIO EL EVANGELIO ENTRE LOS GRIEGOS
también nuestras propias vidas. ¡A tal punto llegaba nuestro amor por
vosotros!
Recordad, hermanos, nuestras penas y fatigas; recordad cómo trabajamos
día y noche para no ser gravosos a ninguno de vosotros mientras os
anunciábamos el evangelio de Dios. Vosotros sois testigos, y Dios lo es
también, de que nuestra conducta fue limpia, justa e irreprochable con
vosotros los creyentes. Sabéis que tuvimos con cada uno de vosotros la
misma relación que un padre tiene con sus hijos, exhortándoos, animándoos
y urgiéndoos a llevar una vida digna de Dios, que os ha llamado a su reino y
a su gloria.
(1 Tes 2,5-12)
CIRCUNSTANCIAS DE LA COMUNIDAD
Los de Tesalónica, recuerda Pablo, acogieron el evangelio, “no como palabra de
hombre, sino como Palabra de Dios” (1 Tes 2,13; cf. 1,9), de tal forma que aquella
comunidad se ha convertido en modelo para las comunidades de Macedonia y Acaya:
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5. EL ANUNCIO EL EVANGELIO ENTRE LOS GRIEGOS
BEREA
Partiendo de Tesalónica por la vía Egnatia en dirección noroeste se llega, al cabo de
treinta kilómetros, a Pela. Aquí se deja la vía romana y se continúa en dirección
suroeste, durante otros cuarenta kilómetros, hasta llegar a Berea. La ciudad de Berea,
que debe su nombre a su fundador Pérez, es en la época romana la capital del tercer
distrito de la provincia de Macedonia. Su importancia va creciendo con el declive
progresivo de Pela. Favorecida por la administración romana, Berea recibe el nombre
de Neokoria y Metrópolis. En cuanto sede del koinon, “asamblea” de los macedonios,
se convierte en el centro del culto imperial y en la segunda ciudad después de
Tesalónica. En ella residen funcionarios y administradores romanos, ricos
comerciantes y terratenientes.
En Berea se encuentra una comunidad judía. Los judíos de Berea tienen sentimientos
más nobles que los de Tesalónica. La misión cristiana se ve facilitada en este
contexto, porque los judíos acogen con gran entusiasmo el evangelio, y se muestran
dispuestos a examinar todos los días las Escrituras. Pero este comienzo feliz se ve
bruscamente interrumpido por la llegada de los judíos de Tesalónica. Así, los
cristianos de Berea se ven obligados a organiza la partida de Pablo. Se quedan en
Berea Silas y Timoteo. Pablo, acompañado por algunos cristianos de Berea, continúa
su camino por vía marítima hasta Atenas.
Jerusalén y Atenas
Jerusalén y Atenas son ciudades emblemáticas de dos mundos religiosos y culturales.
Pablo parte idealmente de Jerusalén, donde ha aprendido a buscar a Dios a través de la
práctica de la ley, y en su recorrido como proclamador del evangelio a los paganos, llega a
Atenas, la ciudad de Pericles y Platón, donde el centro de interés está en la búsqueda del
ser humano, medida de todas las cosas.
Ya el helenismo había propiciado el encuentro entre estos dos mundos: el oriente,
de donde proviene la religión judía, y el occidente helénico. La diáspora de los judíos por
territorios griegos, y la presencia de griegos en Israel, la tierra histórica del pueblo judío,
había favorecido el conocimiento mutuo. Pero a pesar de todo, sigue habiendo una
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5. EL ANUNCIO EL EVANGELIO ENTRE LOS GRIEGOS
diversidad entre estos dos mundos culturales, y sobre todo en su forma de vivir y expresar
su experiencia religiosa:
- Para la Biblia, Dios es el “santo” y el Señor inaccesible. El creyente, por tanto,
es “siervo” fiel que escucha la palabra de Dios y la pone en práctica.
- El hombre griego está inmerso en el mundo de lo divino, oye la inspiración
divina en su interior, pero siempre la somete a la criba crítica de la razón.
La reconstrucción lucana de la misión de Pablo en Atenas es una especie de
escenario ideal en el que se sitúa el encuentro entre el evangelio y las preguntas religiosas
de la cultura griega:
- ¿Es posible el encuentro entre estos dos mundos?
Pero en la plaza mayor, llamada ágora, se encuentra con la gente que encuentra,
como hacía Sócrates. Entre los que se encuentran en el ágora hay "algunos filósofos
epicúreos y estoicos"
Epicuro, el fundador del epicureísmo, había nacido en Atenas en el 270 a.C..
Sus discípulos y seguidores siguen reuniéndose en Atenas en las propiedades de su
fundador, llevando una vid austera y apartada. Pero para la opinión pública, Epicuro
se convierte en el representante del hedonismo, porque afirma que el placer es
"principio y fin de la vida feliz"6. El control de los deseos y de las pasiones es
necesario para evitar el dolor y conseguir la ataraxía, la "imperturbabilidad", es decir,
la liberación de toda inquietud. La concepción rígidamente materialista de Epicuro lo
lleva a negar, no sólo la supervivencia del alma humana, sino también cualquier
5
Cf. PLUTARCO, Questiones conviviales, 4,6,1; inscripciones encontradas en Atenas atestiguan la
presencia de judíos.
6
EPICURO, Carta a Menecco, 128.
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5. EL ANUNCIO EL EVANGELIO ENTRE LOS GRIEGOS
Los nuevos interlocutores se interesan por lo que Pablo dice, quieren saber más. Lo
conducen al Aerópago para que allí hable con más claridad.
El Aerópago toma su nombre del lugar, colina de Ares, donde antiguamente
se reunía el consejo de los arcontes, los ex-arcontes y los demás miembros elegidos
con tareas de magistratura para los delitos de sangre, incendios voluntarios y otros
hechos referidos a la esfera religiosa. El consejo de la época romana está formado por
31 miembros elegidos por el procónsul y se reúne en la stoà Basileos. El autor de los
Hechos de los Apóstoles está al corriente del papel que desempeña el Aerópago en
Atenas y para hacer hablar a Pablo no cree que haya tribuna más prestigiosa que la de
este organismo, que oscila entre senado de la ciudad y tribunal supremo8
"Atenienses, por todo veo que sois muy religiosos" (deisidaimonésteroi). Esta
expresión, traducida por "muy religiosos", significa literalmente "muy temerosos de las
divinidades", lo cual es ambiguo, porque puede entenderse también como "muy
supersticiosos".
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F. JOSEFO, Contr. Ap., 2,180, emite un juicio crítico sobre los filósofos que "tratan con sus discursos
acerca de Dios para despojarlo de su providencia hacia los hombres"; cf. Ant., 10,11, 278-279; en los textos
rabínicos el término apikoros, de "epicúreo", es sinónimo de "incrédulo".
8
En la colina de Ares, que se eleva unos cien metros frente al lado oeste de la acrópolis, se conservan
restos de una exedra -donde se reunía el antiguo consejo-, y en la cima, la base de un altar dedicado quizá a
Atenea Aréia. Se sube hasta allí a través de una escalera tallada en la roca. A los pies de la pequeña colina
rocosa, en el lado derecho de la escalera, hay una placa de bronce en la que está grabado con caracteres
griegos antiguos el texto del discurso de Pablo (He 17,22-31).
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5. EL ANUNCIO EL EVANGELIO ENTRE LOS GRIEGOS
"El Dios que ha hecho el mundo y todo lo que hay en él, siendo señor del cielo y de
la tierra, no habita en templos construidos por la mano del hombre. Ni es servido por
manos humanas, como si necesitase algo él, que da a todos la vida, el aliento y todas las
cosas" (He 17,24-25). Expresiones análogas, aunque fuera del horizonte de la creación del
universo por parte de Dios, se encuentran también en pensadores y escritores griegos y
latinos, como Platón, Plutarco, Eurípides o Séneca10
"De un solo hombre ha hecho todo el género humano para que habite toda la
superficie de la tierra, determinando los tiempos y los límites de su morada, para que
buscasen a Dios, y a ver si a tientas lo podían encontrar; aunque no está lejos de cada uno
de nosotros, ya que en él vivimos, nos movemos y existimos, como alguno de vuestros
poetas ha dicho también: 'Porque somos de su linaje'" (He 17,26-28). La cita está tomada
de un paisano de Pablo, el poeta ARATO, que vivió en Macedonia en la segunda mitad del
siglo III a.C.. pero era originario de la ciudad de Soli, en Cilicia11. Esta fórmula, con la que
se expresa la inmersión total del ser humano en el ámbito divino, está a mitad de
camino entre el torbellino de la corriente panteísta y la conciencia bíblica de la relación
con el Dios creador12. Con estas palabras sobre la búsqueda de Dios, que es posible por la
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Se dice que esta inscripción figuraría incluso en la "guía turística" de Pausanias, que visitó la ciudad unos
130 años después que Pablo. En realidd, PAUSANIAS, Guía de Grecia, 1,14, habla de la dedicación de
altares a divinidades anónimas o desconocidas; FILOSTRATO, Vida de Apolonio de Tiana, 6,3, hace decir a
su protagonista: "Es más prudente ser reverente con todas las divinidades, como se hace en Atenas, donde
incluso se consagran altares a los dioses desconocidos, ágnoston daimónon"; en el mismo sentido hay que
interpretar los otros testimonios antiguos sobre el culto a divinidades anónimas; cf. DIOGENES LAERCIO,
Vidas de los filósofos, 1,1,10.
10
PLATON, Timeo, 34B: "[Dios] no necesita nada"; PLUTARCO, Moralia, 2,1034b: "Dios no habita en
los templos"; EURIPIDES, Los Heraclidas, 1343-1345: "Si Dios es realmente Dios, no tiene necesiodad de
nada"; SENECA, Epistulae, 95,47: "Dios no reclama siervos. ¿Para qué? El es quien provee al género
humano y está disponible para todos en cualquier parte?.
11
La cita de Arato está tomada de su poema didascálico de contenido astronómico titulado Phaenómena, 5.
La expresión forma parte también del repertorio de citas utilizadas por el filósofo ecléctico judeohelenista
Aristóbulo; expresiones análogas se encuentran en el Himno a Zeus, 5, del estoico Cleantes, del siglo III a.C.,
y en los discursos de DION DE PRUSA, Orationes, 12,32; 30,26.
12
Los salmos y los profetas hablan de la relación vital con Dios que está siempre cerca del que lo busca:
Sal 139; 145,18; Jr 23,23-24; 29,13-14; los filósofos y los pensadores griegos ponen el acento en la afinidad e
intimidad del mundo y del ser humano con Dios: PLATON, Timeo, 10,37c; SENECA, Epistulae, 41,1; Dión
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5. EL ANUNCIO EL EVANGELIO ENTRE LOS GRIEGOS
afinidad del ser humano con el creador del mundo y el Señor del universo, el discurso
de Pablo ante el Areópago alcanza su punto álgido. Hay un terreno común en el que
establecer un diálogo fecundo entre la búsqueda humana de Dios y su revelación histórica.
Pero el encuentro sólo es posible si el ser humano no se deja desviar por las
imágenes, que son sucedáneo de la realidad de Dios. De ahí la llamada final de Pablo a la
conversión, como corresponde al esquema de la predicación cristiana primitiva. Pablo
propone a los griegos que pasen de los ídolos muertos al Dios vivo y verdadero. La
invitación de Pablo se apoya en el hecho de que Dios ha constituido como protagonista de
su juicio universal a un hombre al que ha acreditado por la resurrección de entre los
muertos. Pero la reacción no se hace esperar: "Al oír hablar de la resurrección de los
muertos, unos se burlaban y otros dijeron: 'Te oiremos sobre esto otra vez'" (He 17,32). El
público se muestra reacio a la propuesta evangélica porque no se atreve a cruzar el umbral
de la búsqueda de Dios, que en la resurrección de Jesucristo desafía el escándalo de la
muerte humana.
Pablo sale de la reunión del Areópago con una invitación cortés por parte de sus
oyentes a "aplazar" la reunión para otro día. Pero Pablo no volverá a Atenas. Deja allí unos
cuantos creyentes aislados, pero no una comunidad cristiana.
de Prusa sobre todo, en el discurso conocido como Olímpico, subraya el hecho de que todos los hombres
tienen noción de Dios "porque no viven por su cuenta, lejos o fuera de la divinidad, sino que están como
implantados en ella; o mejor, han crecido junto a ella"(o.c., 12,28).
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G. BORNKAMM, Pablo de Tarso, 108.
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5. EL ANUNCIO EL EVANGELIO ENTRE LOS GRIEGOS
maravilla que representa el hecho de que el hombre sea acogido por Dios, y de la filiación
divina por razón de Cristo"14. "Pablo fracasó con el evangelio en la mano, el mismo
evangelio que allí, como en todas partes, había proclamado: el mensaje de la culpa y la
gracia, de la indignación de Dios y de la salvación que se nos abre de par en par con la cruz
de Cristo"15
No hay razones para suponer en Pablo una oposición entre la razón y la cruz. En la
mismísima carta a los Romanos, el testamento paulino por excelencia, allí mismo donde
Lutero creyó encontrar la esencia de la doctrina de la salvación por la gracia, encontramos
un Pablo que confía en las fuerzas de la razón natural, y en términos parecidos al discurso
de He 17: "Lo que se puede conocer de Dios, lo tienen claro ante sus ojos, por cuanto Dios
se lo ha revelado. Y es que lo invisible de Dios, su eterno poder y su divinidad, se ha hecho
visible desde la creación del mundo, a través de las cosas creadas" (Rm 2,19-20). El error
consiste en que, habiendo conocido a Dios, no lo han glorificado, y han caído en la
idolatría. Incluso llevan la ley inscrita en su corazón (cf. Rm 2,14-15).
14
Id.
15
G. BORNKAMM, Pablo de Tarso, 109.
16
R. FABRIS., Pablo, el apóstol de las gentes, 260.
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