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10 libros clásicos que hoy son

más actuales que nunca


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Decimos que un libro es un clásico cuando su valor cultural se


mantiene intacto, cuando no se acrecienta, con el paso del
tiempo. Son esas obras que, las leamos cuando las leamos, nos
explican algo más sobre nuestra naturaleza humana, nos elevan a
través de sus ideas y su lenguaje y nos transforman para siempre.
Sin embargo, entre ellas hay también algunas que, leídas en el
momento actual, adquieren un significado más poderoso, por lo
que nos cuentan de nuestra sociedad o nuestro comportamiento.
Son esos clásicos que, si no fuese por cuestiones de estilo o por
referencias a la época en la que fueron publicados, podrían
haberse publicado hoy mismo.

Hay situaciones sociales que, por mucho que avancemos, se


siguen perpetuando, si no en la forma al menos en el fondo. Si
leemos ahora La letra escarlata, podemos echarnos las manos a
la cabeza por la manera en la que se señala y discrimina
públicamente a una mujer, pero muchas de esas actitudes, como
la manera en la que se juzgan ciertas decisiones o actitudes,
todavía guardan demasiados paralelismos con situaciones
actuales. De la misma forma, en una época en la que las
etiquetas sobre la sexualidad se van desdibujando, El Orlando de
Virginia Woolf ya nos presentaba en 1928 una historia que
reflexionaba sobre los roles de género y la homosexualidad.
A lo largo de sus más de cien ensayos, Michel De Montaigne
reflexionó sobre los temas más diversos, desde lo más
trascendental a lo, en apariencia, tremendamente mundano. Tanto
en un caso como en otro, en sus páginas podemos encontrar
pensamientos tan lúcidos que no son solo aplicables a nuestros
días, sino más pertinentes que nunca. En una época en la que
hablamos de fake news, por ejemplo, una frase como “el lenguaje
falso es, en efecto, mucho menos sociable que el silencio” nos
explica muchas cosas.
En otras ocasiones, podemos trasladar situaciones sobre las que
grandes autores han escrito en el pasado y vernos reflejadas en
ellas para constatar que el tiempo no cambia ciertas cosas. El
desconcierto vital del protagonista de Hambre, solo y sin pasado
en la gran ciudad, es algo con lo que muchos y muchas se
pueden sentir identificados hoy en día. El desasosiego y la apatía
que transmite El extranjero de Camus es tan vigente en su época
como entonces, mientras que la angustia existencial y el miedo al
futuro que se desprende de El árbol de la ciencia sigue presente
en nuestros días. ¿Y quién no ha utilizado el adjetivo kafkiano
para referirse a una situación desconcertante, absurda y
angustiosa, como las que nos relata en El proceso?
El retrato de la sociedad de una determinada época puede, en
otras grandes obras, reflejar situaciones que vivimos en nuestros
días con una claridad que a veces resulta escalofriante. El retrato
de Madrid en Luces de bohemia, así como el enfrentamiento a la
cultura oficial y los poderes fácticos de Max Estrella son
fácilmente reconocibles en la actualidad. De la misma forma, la
fábula de George Orwell sobre la corrupción que conlleva el
poder, y de la manipulación de las masas, en Rebelión en la
granja se ha convertido en un libro cuya vigencia parece infinita.
Estantería

La letra escarlata
Nathaniel Hawthorne
Orlando
Virginia Woolf

Los ensayos
Michel de Montaigne

Hambre
Knut Hamsun
El extranjero
Albert Camus

Luces de Bohemia
Ramón del Vale-Inclan

El pobre Goriot
Balzac, Honoré de
El proceso
Franz Kafka

El árbol de la ciencia
Pío Baroja

Rebelión en la granja
George Orwell

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