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escapa a su consideración. Según Quetelet, «la regularidad o la ley
fundamental se concreta en la convergencia de los resultados en torno a una
media. El término medio aparece así como el producto de causas regulares
liberado de la influencia de las causas accidentales que se destruyen
mutuamente en el conjunto de las observaciones; en la serie de un número
indefinido de hechos sólo subsisten las relaciones constantes y necesarias,
determinadas por la naturaleza de las cosas». Esa media estadística posee un
carácter activo y normativo, pues se impone a los hombres en su modo se
pensar y de actuar, en gran parte por vía inconsciente. En Alemania, siguieron
a Quetelet E. Engel y A. Wagner, y encontró su opositor en el filósofo H. Lotze.
En 1864 apareció el escrito de A. Wagner Die Gesetzmiissigkeit in den
scheinbar willkürlichen menschlichen Handlungen vom Standpunkte der
Statistik, en el que partiendo de los planteamientos de Quetelet, se hacían ya
serias objeciones a sus conclusiones.
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opinión colectiva, que es esencialmente fluctuante... En todo caso los cálculos
de probabilidades no son válidos en Sociología, sino en el interior de cuadros
reales netamente delimitados». A juicio de Gurvitch, el concepto de tipo social
cualitativo y discontinuo ha eliminado en S. al concepto de ley (La vocación
actual de la sociología, 1, México 1953).
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b) Necesidad. Se entiende por necesidad física la de aquellas
proposiciones que no tienen ninguna excepción, en tanto que la necesidad
moral -propia de las proposiciones sociológicas- admite la posibilidad de
excepciones, a causa de la complejidad de la naturaleza humana y del libre
albedrío (v. LIBERTAD), razón por la cual algunos autores prefieren hablar de
tendencias mejor que de leyes. Aunque esta simple distinción disipa el absurdo
problema de la contradicción entre leyes sociológicas y libertad humana,
conviene añadir que la S., por ocuparse del hombre en concreto, y no en
cuanto tal, en su esencia universal, no formula proposiciones que se refieran a
la libertad de naturaleza, sino a la libertad de ejercicio. Por tanto, no afirma ni
niega nada sobre la naturaleza libre del hombre, sino únicamente sobre los
condicionantes dentro de los que dicha libertad se ejercita en los distintos
ámbitos de la vida social. Este tema ha sido tratado con gran originalidad y
acierto por Gurvitch en su libro Déterminismes sociaux et liberté humaine,
París 1955. La S. actual, si bien no siempre emplea la expresión leyes
sociológicas, ha recogido la enseñanza de las polémicas precedentes,
sustituyendo las falsas leyes de validez universal por tipologías, o, si se quiere,
leyes tipológicas, y las leyes fatalmente necesarias por leyes de probabilidad
o de tendencia. Partiendo del carácter análogo de los conceptos empleados
por las ciencias sociales, las tipologías articulan en tipos los singulares
englobados en cada concepto y modulan sus proposiciones sobre la base de
los atributos comunes y de los específicos de cada tipo, pudiendo referirse
tanto a estructuras y funciones, como a procesos; lo cual significa que las
tipologías pueden aplicarse tanto a los estudios sincrónicos como a los
diacrónicos. Por su parte, las leyes causales, abandonando sus pretensiones
anteriores, establecen probabilidades o tendencias hacia ciertos efectos, en
función de circunstancias determinadas, de modo que cuanto más se
especifiquen éstas tanto mayor será la probabilidad y más nítida la tendencia,
y viceversa. Las tipologías y las leyes de probabilidad y de tendencia perfilan
el campo actual de las leyes sociológicas, al tiempo que permiten incluir a la
S. en «un grupo de disciplinas que tienen por objeto las actividades del hombre
y por finalidad la búsqueda de leyes, éstas en su carácter de relaciones
funcionales susceptibles de verdad o de falsedad en cuanto a su adecuación
a lo real» (Piaget).
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BIBL.: G. DE GREEF, Las leyes sociológicas, Barcelona 1904; G. GURVITCH,
La vocación actual de la sociología, I, México 1953; Q. GIBSON, La lógica de
la investigación social, Madrid 1964; R. BOUDON, P. LAZARSFELD,
Metodología de las ciencias sociales, Barcelona 1973; A. RYAN, Metodología
de las ciencias sociales, Madrid 1973.
E. MARTÍN LÓPEZ.
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