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LITERATURA 103

OCTAVIO PAZ*
Pasado en claro
(Fragmentos)

Oídos con el alma, Un charco es mi memoria.


pasos mentales más que sombras, Lodoso espejo: ¿dónde estuve?
sombras del pensamiento más que pasos, Sin piedad y sin cólera mis ojos
por el camino de ecos me miran a los ojos
que la memoria inventa y borra: desde las aguas turbias de ese charco
sin caminar caminan que convocan ahora mis palabras.
sobre este ahora, puente No veo con los ojos: las palabras son mis ojos.
tendido entre una letra y otra. Vivimos entre nombres;
Como llovizna sobre brasas lo que no tiene nombre todavía
dentro de mí los pasos pasan no existe: Adán de lodo,
hacia lugares que se vuelven aire. no un muñeco de barro, una metáfora.
Nombres: en una pausa Ver al mundo es deletrearlo.
desaparecen, entre dos palabras. Espejo de palabras: ¿dónde estuve?
El sol camina sobre los escombros Mis palabras me miran desde el charco
de lo que digo, el sol arrasa los parajes de mi memoria. Brillan,
confusamente apenas entre enramadas de reflejos,
amaneciendo en esta página, nubes varadas y burbujas,
el sol abre mi frente, sobre un fondo del ocre al brasilado,
balcón al voladero las sílabas de agua.
dentro de mí. Ondulación de sombras, visos, ecos,
No escritura de signos: de rumores.
Mis ojos tienen sed. El charco es senequista:
el agua, aunque potable, no se bebe: se lee.
Al sol del altiplano se evaporan los charcos.
Queda un polvo desleal
Y unos cuantos vestigios intestados.
¿Dónde estuve?

* Nació en la ciudad de México en 1914, falleció en el mismo Distrito Federal en 1998. Su primer libro fue editado en 1933, con
el título de Luna silvestre. Prolífico escritor, poeta y ensayista, es uno de los más grandes literatos mexicanos. Durante 1941
y1942 se publicaron Entre la piedra y la flor, y A la orilla del mundo. En la década de los años cuarenta se editó su obra Libertad
bajo palabra. Le siguieron: El laberinto de la soledad (1950), Semillas para un himno, la obra de teatro La hija de Rappaccini
(ambas de 1954), El arco y la lira (1956), Las peras del olmo (1957), La estación violenta, que recogió: Piedra de Sol (1958),
Salamandra (1962), Cuadrivio (1965), Puertas al campo (1966), Corriente alterna y Claude Lévi-Strauss o El nuevo festín de
Esopo (1967), Posdata, Marcel Duchamp o El castillo de la pureza y Ladera Este (1968), Posdata y Conjunciones y disyunciones
(1970), Los signos en rotación y Renga (1971) El signo y el garabato (1973). En 1974 publicó Los hijos del limo, El mono
gramático y Versiones y diversiones, que reunió sus traducciones. En 1975 publicó Pasado en claro. Poemas y El ogro filantrópico
(1979). En el lapso de 1982 a 1990 fueron editadas: Sombras de obras, Hombres en su siglo, Pasión crítica, Tiempo nublado,
Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe, Árbol adentro y México en la obra de Octavio Paz. Fundador de diversas
revistas, entre ellas Taller y Vuelta, también dirigió la revista Plural. Entre los más importantes premios con que fue distinguido
su talento se encuentran: el Premio Cervantes (España), El Premio Ollin Yolitztli (México), el T. S. Eliot (EE UU), así como el
Premio Nóbel de literatura.
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Mis palabras, jilguera, perra, hormiga, jabalina,


Al hablar de la casa, se agrietan. carta de amor con faltas de lenguaje,
Cuartos y cuartos, habitados mi madre: pan que yo cortaba
sólo por sus fantasmas, con su propio cuchillo cada día.
sólo por el rencor de los mayores Los fresnos me enseñaron,
habitados. Familias, bajo la lluvia, la paciencia,
criaderos de alacranes: a cantar cara al viento vehemente.
como a los perros dan con la pitanza Virgen Somnílocua, mi tía
vidrio molido, nos alimentan con sus odios me enseñó a ver con los ojos cerrados,
y la ambición dudosa de ser alguien. ver hacia dentro y a través del muro.
También me dieron pan, me dieron tiempo, Mi abuelo a sonreír en la caída
claros en los recodos de los días, Y a repetir en los desastres: al hecho, pecho.
remansos para estar solo conmigo. (Esto que digo es tierra
Niño entre adultos taciturnos sobre tu nombre derramada: blanda te sea.)
y sus terribles niñerías, Del vómito a la sed,
niño por los pasillos de altas puertas, atado al potro del alcohol,
habitaciones con retratos, mi padre iba y venía entre las llamas.
crepusculares cofradías de los ausentes, Por los durmientes y los rieles
niño sobreviviente de una estación de moscas y de polvo
de los espejos sin memoria una tarde juntamos sus pedazos.
y su pueblo de viento: Yo nunca pude hablar con él.
el tiempo y sus encarnaciones Lo encuentro ahora en sueños,
resuelto en simulacros de reflejos. esa borrosa patria de los muertos.
En mi casa los muertos eran más que los vivos. Hablamos siempre de otras cosas.
Mi madre, niña de mil años, Mientras la casa se desmoronaba
madre del mundo, huérfana de mí, yo crecía. Fui (soy) yerba, maleza
abnegada, feroz, obtusa, providente, entre escombros anónimos.

Estoy en donde estuve:


voy detrás del murmullo,
pasos dentro de mí, oídos con los ojos,
el murmullo es mental, yo soy mis pasos,
oigo las voces que yo pienso,
las voces que me piensan al pensarlas.
Soy la sombra que arrojan mis palabras.

México y Cambridge, Mass., del 8 de


septiembre al 27 de diciembre de 1974.

JULIO / AGOSTO 2004

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