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Trata de Personas
Trata de Personas
I. ANTECEDENTES
Según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), cada año
unos 2 millones de personas son víctimas de la trata, de las cuales el 80% son mujeres
y niñas y 50% personas menores de edad. A esta cifra debe sumarse un número
indeterminado de personas que son víctimas de la trata dentro de sus propios países,
sin cruzar las fronteras internacionales y son sometidas a diversas formas de
explotación. La trata de personas es una de las modalidades de explotación; es una
violación a los derechos humanos y un delito en el que la víctima puede ser cualquier
persona, ya que involucra a niños, niñas, mujeres y hombres, que mediante el
sometimiento son llevados a la prostitución, al trabajo forzado, a matrimonios obligados,
a servidumbre, a la explotación sexual y a prácticas esclavistas de distinta naturaleza.
Es un delito conectado con otros delitos como el secuestro, las desapariciones, la
falsificación de documentos, la violencia y el abuso físico y sexual, la corrupción, el
tráfico y el abuso de drogas.
La trata de personas es uno de los delitos de mayor impacto humano y social. Es un fenómeno
que se presenta tanto a nivel nacional como internacional, que violenta la dignidad y los
derechos humanos, lo que ocasiona que el individuo víctima de este delito, limite su capacidad
de desarrollo, privándolo de las condiciones más elementales para la vida, dejando con ello una
secuela indeleble que deteriora, y en no pocas ocasiones, impide el desarrollo de capacidades
para vivir una vida digna.
Aunque es difícil obtener información fiable sobre las pautas y cifras de este fenómeno, ahora
entendemos mejor los motivos por los que se produce la trata. Algunas de las causas
identificadas son las desigualdades dentro de los países y entre ellos, el endurecimiento de las
políticas de inmigración y un aumento de la demanda de mano de obra barata y vulnerable.
Entre los muchos factores que aumentan la vulnerabilidad de las personas a la trata figuran la
pobreza, la violencia y la discriminación.
Tipificación del delito de Trata de Personas a través del Código Orgánico Integral Penal
El nuevo Código Orgánico Integral Penal (COIP) ecuatoriano, vigente desde el 10 de
agosto de 2014, abarca diversos fines de explotación de la Trata de Personas. Ello
representa un gran avance tanto en la tipificación del delito como en el reconocimiento
de su magnitud.
En el título IV, Infracciones en Particular, Capítulo primero titulado “graves violaciones a los
derechos humanos y delitos contra el derecho internacional humanitario”, se especifica en la
sección segunda la Trata de Personas:
6. La mendicidad.
7. Reclutamiento forzoso para conflictos armados o para el cometimiento de actos penados por
la ley.
Con el fin de lograr la solidaridad y la reconstitución del tejido social, se orientará a la creación
de adecuadas condiciones de prevención y control de la delincuencia; del crimen organizado;
del secuestro, DE LA TRATA DE PERSONAS; del contrabando; del coyoterismo; del
narcotráfico, tráfico de armas, tráfico de órganos y de cualquier otro tipo de delito; de la
violencia social; y, de la violación a los derechos humanos.
Este artículo nos explica que la trata de personas es un delito que esta estipula en la ley y que
por consiguiente tiene un castigo, ya que afecta al desarrollo de la sociedad y viola los derechos
humanos de las personas.
Las consecuencias de los delitos de trata de personas afectan no sólo al individuo que es
víctima, sino también a la familia y a la sociedad en general. Su costo social es también
importante, ya que victimiza principalmente a grupos vulnerables, pues prospera y se reproduce
en el abuso de las debilidades y deficiencias de aquellos que por su condición de género, edad,
ingreso, etnia, etc., ofrecen menos resistencia frente a la explotación de quien los someten.
La trata de personas con fines de explotación sexual comercial consiste en todos los actos
relacionados con la captación y transporte, generalmente de niñas, niños, adolescentes y
mujeres; a nivel nacional o transnacional, mediante el uso de engaños, coerción o fuerza y con
propósitos de explotación sexual. La explotación sexual de las niñas, niños, adolescentes y
mujeres principalmente, en situaciones como la prostitución, la pornografía y los matrimonios
forzados, medida por transacciones comerciales en donde los explotadores buscan obtener una
ganancia económica producto de la explotación de las víctimas. En este sentido, ser explotada/o
significa que alguien que no es la víctima lucra con la situación y extrae de ésta ganancias
económicas y/o materiales.
La trata de personas, como proceso delincuencial representa una actividad que utilizando
determinados medios como: amenaza, uso de la fuerza, coacción, rapto, fraude, engaño; tiene
como propósito o fin la explotación. Estos tres elementos, actividad/es, medios y propósito,
constituyen el proceso general de la trata de personas. No obstante, este proceso tendrá
peculiaridades según el contexto y momento en que se realice; además de que no debemos
olvidar la serie de procesos sociales, políticos, históricos y culturales que subyacen a la trata.
Existen varias organizaciones que buscan prevenir la trata de personas tantos organismos
internacionales y nacionales ya que este tema es muy preocupante para el desarrollo social,
destacaremos a continuación ciertos tratados, leyes y convenciones para la erradicación de la
trata de personas:
a) Prevenir y combatir la trata de personas, prestando especial atención a las mujeres y los
niños;
b) Proteger y ayudar a las víctimas de dicha trata, respetando plenamente sus derechos
humanos; y
c) Promover la cooperación entre los Estados Parte para lograr esos fines.
La Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) constituye el instrumento internacional
más importante en materia de protección de los derechos de las niñas y niños. Esta Convención
fue aprobada el 20 de noviembre de 1989 en la ONU y ratificada por México el 21 de
septiembre de 1990.
Sin embargo, la realidad nacional y mundial indica que cada vez hay más niñas y niños tratados,
explotados y en riesgo.
IV. AMENAZAS
La vulnerabilidad que las niñas, niños y adolescentes tienen por su edad se acentúa y aumenta
la cadena de las vulnerabilidades cuando se suman otros factores que propician la
discriminación. En este orden de ideas, podemos señalar, entre otras, la raza, color, sexo,
idioma, religión, nacionalidad, etc. A ello, debemos agregar otros estados como el nivel
adquisitivo, dado que la pobreza aumenta notablemente la cadena de las vulnerabilidades en
niños, niñas y adolescentes; también el riesgo familiar y, por ende, social, que se acrecienta en
los casos de desarraigo o desestructuración, o el estado de salud física o mental.
Para poder prevenir todos estos tipos de delitos debe existir una serie de instancias que protejan
los derechos de los niños, niñas y adolescentes, quienes son las personas más afectadas con
este tipo de crímenes.
Sin lugar a dudas, la interconexión entre la niñez y adolescencia con la trata de seres humanos
guarda una íntima conexión, dado que la trata, considerada ésta como una forma de violencia
extrema y que atenta a prácticamente todos los derechos humanos, obtiene mayor impacto y
consecuencias más perjudiciales en la niñez y adolescencia, dada la variable de la edad.
Las y los tratantes encuentran en estos grupos una mayor facilidad para poder someterlas a
procesos de victimización que incluyen el secuestro, explotación y violencia en cualquiera de
sus formas.
Derivado del análisis de la trata y su incidencia en niños, niñas y adolescentes se observa que
el enamoramiento es la forma más usual de someter a jóvenes a situación de privación de
libertad, puesto que factores de índole social como la baja autoestima, el desarraigo familiar,
la pobreza, etcétera, hacen que quienes se enamoran con mayor facilidad de los tratantes sean
mujeres jóvenes y, en menor proporción, hombres jóvenes.
También, los nuevos métodos de enganche como el internet, redes sociales, chats, etcétera,
permiten incidir en niñas y mujeres jóvenes. La fragilidad o vulnerabilidad que se encuentran
muchas de ellas hacen que puedan ser objeto s fáciles para de caer en las redes de trata y
prostitución forzada.
ALTERNATIVAS DE SOLUCIÓN
Es una realidad que la prevención es la baza de mayor resorte para educar bajo los principios
que permitan el pleno reconocimiento de los derechos humanos. Ello, debe incluir la educación
en todos los órdenes de la vida civil y, sobre manera, en las familias, cualquiera que sea su
constitución; en el entorno laboral y la que se ejerce a través de los medios de comunicación.
Además, es necesario educar de acuerdo con aspectos que rechacen la violencia y generen una
cultura de paz, entendida ésta como la equidad entre seres humanos en donde no hay ventajas
de uno sobre otro evitando con ello la presencia de violencia o algún conflicto bélico entre la
sociedad.
En síntesis, es necesario llevar a cabo acciones y medidas preventivas, de atención y sanción
que permitan erradicar la trata de personas y la prostitución forzada y, sobre manera, la que se
proyecta y ejecuta contra niños, niñas y adolescentes, como lo es la venta de seres humanos, la
experimentación biomédica, el tráfico de órganos, la corrupción infantil, la explotación sexual
y comercial, entre otros muchos.
Todavía más, se hace necesario incorporar en el imaginario social que las niñas, niños y
adolescentes ya no son objeto de derechos, sino que, por el contario, y bajo los enfoques y
medidas que sean necesarias, son sujetos de los mismos y que la actual concepción de la
infancia establece como prioridad su interés superior.
BIBLIOGRAFIA