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Tierra.

El universo material entero exclusivo de los seres humanos y sus productos.

Toda cosa física (que no sea los seres humanos) la que no es resultado de
esfuerzo humano se encuentra dentro de la definición económica de tierra. Este
concepto incluye no solamente el superficie seca de la tierra, pero también todo
material, fuerza y oportunidad natural. Los arboles en un bosque virgen son tierra;
en un bosque cultivado son riqueza.

De hecho, los beneficios sociales y económicos dependen directamente de dónde


tiene lugar la repercusión ambiental. Por una parte, si el valle fluvial no está
poblado y el río desemboca en el océano sin ser casi usado por los hombres, los
beneficios de la reducción de la erosión serán probablemente muy reducidos
desde el punto de vista de los valores económicos y sociales. Casi seguramente el
gobernador no estará interesado a menos que se demuestre que existen otros
beneficios sociales/económicos originados por la plantación de árboles. Por otro
lado, si el río desemboca en una represa que proporciona energía hidroeléctrica y
agua potable y para el riego para varios miles de personas en el territorio del
gobernador, la reducción de la erosión podría disminuir la sedimentación y la
pérdida de capacidad de la represa y, por lo tanto, evitar la pérdidas de la represa
que tienen impactos sociales y económicos directos. En este caso, los beneficios
sociales y económicos originados por la reforestación para la reducción de la
sedimentación podrían ser considerables, aunque los impactos ambientales
(reducción de la erosión) sean los mismos que en el caso anterior.

Tierra en economía, es el concepto que abarca a todos los recursos naturales


cuyo suministro está inherentemente fijado (es decir, no varía respondiendo a las
variaciones de sus precios en el mercado).

En ese conjunto se incluyen las tierras propiamente dichas o localización


geográfica (concepto que excluye las mejoras debidas a las infraestructuras y el
capital natural, que puede ser degradado por las acciones humanas), los
depósitos minerales, e incluso las localizaciones en órbita geoestacionaria y una
parte del espectro electromagnético. En economía clásica se la considera uno de
los tres factores de producción, siendo los otros el capital y el trabajo; la
remuneración derivada de la propiedad o el control de los recursos naturales se
suele denominar renta o renta de la tierra.

La Preocupación con la Tierra de Henry George

Uno de las características centrales de este curso es su insistencia firme de que la


tierra es un factor distinto de la producción la cual tiene que ser considerada
separada de los otros dos factores, el capital y el trabajo. Esto no es un punto
enfatizado en estudios económicos contemporáneos. ¿Por qué? ¿Puede ser que
la tierra sí era el factor económico más importante hace tantos décadas, pero que
la complejidad y tecnología de economías modernas les ha liberado de la
dependencia en la tierra o la naturaleza?
Nada que ver. La tierra no se ha cambiado en ninguna manera esencial desde que
escribió George sobre ella. La tierra es "limitadora", lo que quiere decir que algo
de ella se necesita para toda producción y para toda vida y actividad humana de
cualquier tipo. Es cierto que existen técnicas que ahorran tierras permitiendo
ocurrir producción con muy poca tierra, pero nunca sin ella. También existen
técnicas que ahorran el trabajo - y de las dos, las técnicas que ahorran el trabajo
parece ser adelantándose a las que ahorran la tierra.

En ciudades, ciertas actividades requieren menos tierra por cápita, pero más por el
valor, porque los precios de tierras de la ciudad son centenares, a veces miles
veces más altos que el precio de tierras rurales, comparándolas por la misma
medida de área. George estima las tierras de las ciudades como nuestros
recursos naturales más valiosos.

Maira Alejandra Rios Gualtero

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