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TRABAJO PRACTICO: 2018

PAISAJES NATURALES
DE ARGENTINA
(recuperatorio)

MAGALI
BULHOES
GEOGRAFIA ARGENTINA
TRABAJO PRACTICO: PAISAJES NATURALES DE ARGENTINA (recuperatorio)

Dos grandes ambientes, seco y húmedo, dominan el territorio argentino. La Argentina seca, la
mayor parte del país, corresponde a la extremidad meridional de la diagonal árida sudamericana
de De Martonne. La integran las mesetas (puneña y patagónica), montañas jóvenes y macizos
antiguos, sus piedemontes y bolsones, desde los páramos de altura a los bosques secos pasando
por las estepas. En este extenso ámbito, la selva hidrófila, subtropical de montaña, constituye una
excepción. La Argentina húmeda es discontinua y menos extensa. La integran dos unidades que
flanquean la diagonal árida por el noreste y sureste. La primera es el dominio de la llanura, con
excepción de la meseta volcánica misionera. La segunda es la franja estrecha de los Andes
australes y la isla de Tierra del Fuego. En cada ambiente, de acuerdo con los caracteres
dominantes, se perciben diversos paisajes naturales que responden a la combinación particular de
los elementos del sistema. Al dividir entre Argentina seca y húmeda, el criterio que tiene el autor
es el pluviométrico o precipitaciones.

Argentina seca

LA PUNA: La palabra Puna en quechua, significa tierra alta o pampa elevada

Cuando hablamos de la puna argentina nos estamos refiriendo a una región de altiplanicie en el
Noroeste Argentino, ubicada al norte del paralelo 27º 00’, que ronda los 3.800 y 4.000 metros
sobre el nivel del mar, levantada a gran altura por la orogenia del terciario. En la región se pueden
ver diferentes cordones montañosos de estructura antigua de vertientientes suaves y formaciones
de origen eruptivo, que se desplazan en un sentido de Norte a Sur, con picos que llegan a alcanzar

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los 6.000 metros. Entre los cordones montañosos más conocidos podemos mencionarte la
Cordillera Oriental, las Sierras Subandinas y la Cordillera Principal.

El clima de la Puna es muy variado, podemos diferenciarlo en tres grandes áreas: árida, semiárida
y desértica. En el lugar no existen grandes precipitaciones, y la mayoría de ellas se concentran
durante el verano (llegando a alcanzar, en el mejor de los casos los 350 mm). Esto se debe a la
influencia de las corrientes de aire y los centros de presión: La extensa área depresionaria del NO
constituye un hecho singular de la termodinámica. En determinadas épocas del año, a causa del
fuerte recalentamiento del suelo en un relieve accidentado, las presiones son inferiores a las
ecuatoriales (enero), por lo cual la depresión aspira aire cálido y húmedo amazónico. Su acción
alcanza hasta los 35° de latitud sur y determina estados de buen tiempo, calmos y despejados.
Solamente al decaer el sistema aumenta la nubosidad y las posibilidades de precipitaciones. Las
unidades climáticas en la puna son, según el autor: Sin invierno térmico, de montañas y bolsones,
tipo Catamarca: La unidad es poco uniforme. Existen diferencias considerables entre el N y S de la
misma. Los datos de Catamarca ilustran la extremidad S de la unidad y ponen de manifiesto la
existencia de temperaturas muy altas (media anual, 20,2°, máxima absoluta, 47,2° y mínima
absoluta, -9,0°). La evapotranspiración potencial es la más alta del país (1.041 mm) y como las
precipitaciones son escasas (361 mm) el déficit anual de agua es de 680 mm. Con cuatro
estaciones, de montaña y bolsones, tipo Chilecito: Las temperaturas son menos elevadas que en
la unidad anterior (media anual, 17,2°; máxima absoluta, 42,6°y mínima absoluta, -9,0°). Las
escasas precipitaciones (195 mm) y el elevado índice de evapotranspiración potencial (826 mm)
son las causantes de un déficit anual de 631 mm. Sin verano térmico, de alta meseta, tipo La
Quiaca (Jujuy): En La Quiaca las temperaturas son muy bajas (media, 9,4°; máxima absoluta, 28,3°
y mínima absoluta, -15,1°), a causa de la altura. Las precipitaciones (326 mm) están muy
concentradas en el verano (diciembre a enero). También a causa de la altura, el contenido de agua
de la atmósfera es escaso, y, junto con los vientos, eleva la evapotranspiración potencial (588
mm). Como consecuencia, el déficit anual (262 mm) abarca un largo período que va de abril a
diciembre.

A la diversidad de aspectos ya señalados se le pueden agregar las diferencias entre Puna seca,
caracterizada por lagunas extensas instaladas en cuencas alargadas. La red hidrográfica es más
extensa en esta parte puneña; Puna de transición, comparte características de la seca y la salada.
Por un lado, el relieve formado por cuencas alargadas, las precipitaciones alcanzan los 200mm
anuales aprox y la red hidrográfica esta regularmente desarrollada.se asemeja a la salada por la
proliferación de salares, el arreismo y las formas volcánicas; y la Puna salada que se distingue por
la gran extensión que alcanzan los salares.

Los recursos hídricos de la Puna Argentina son muy pocos y el uso de los mismos es deficiente,
por lo cual deben ser usados en casos puntuales. La vegetación es escasa y cuando la hay es de un
tamaño muy pequeño. Dentro de los arbustales podremos encontrar especies como las tolas,
cangias, chijuas.

El tipo de clima, sumado con la poca cantidad de vegetación y la escasa agua provoca que la fauna
de la región tampoco sea poco abundante. Esto provocó la extinción de muchas especies, y
también provocó que muchos de los habitantes de la Puna emigraran hacia otros sectores en
búsqueda de mejor calidad de vida. El hombre se ha instalado desde la época precolombina en

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esta región, dedicándose principalmente a la cría de camélidos autóctonos (llamas y vicuñas) con
pastoreo trashumante en campos abiertos. Pequeños cultivos en terrazas al pie de las sierras
constituyen, aún hoy, sus fuentes de alimentos vegetales, principalmente maíz, papa y girasol.

LOS ANDES SECOS: “Andes” proviene del quechua anti, que significa “cresta elevada”, o “este”

se trata de la cordillera principal o cordillera del limite (argentino-chilena), la cordillera frontal y la


precordillera. Los Andes áridos (27° a 37°) constituyen un grandioso conjunto de cumbres
elevadas, las mayores de América y aun de muchas partes del mundo. El Aconcagua tiene 6.960 m
sobre el nivel del mar. Los cordones longitudinales se encuentran aislados, y en parte ramificados
en macizos, separados por valles de rumbo norte-sud y este-oeste. Los sedimentos mesozoicos
fueron plegados por un empuje desde el oeste. Donde las ondas chocaron con la rígida cordillera
frontal los pliegues se hicieron estrechos y alcanzaron la mayor altura. Caracterizan a estos Andes
cumbres empinadas y crestas agudas a las cuales se suman los picos esculpidos en potentes masas
eruptivas. Sin embargo, tales cumbres no han podido borrar las amplias formas redondeadas de
los pliegues sobre los cuales se yerguen. Los movimientos epirogénicos del cuaternario les dieron
el porte final y la sucesión de climas el modelado glaciar que alterna con las formas áridas. A la
glaciación cuaternaria, de escasa potencia, se deben las cumbres piramidales (matterhorn), los

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circos glaciares, los nichos de nivación, los valles en auge, las morenas, terrazas fluvioglaciares y
algunas que otras cuencas lacustres reducidas. No parecen haber sufrido más de dos glaciaciones,
sino una sola con dos empujes, de los cuales el primero fue más potente. Bajo el clima árido
postglacial, los hielos se redujeron y se elevaron a grandes alturas (más de 3.800 m), y sólo
alimentan una red de drenaje relativamente pobre, ajustada a la estructura (valles longitudinales y
transversales). Bajo un clima árido y frío, sin cubierta vegetal o muy escasa, los procesos
periglaciares, debidos al congelamiento y descongelamiento periódico o diario, sobre rocas
desnudas, han generado las grandes acumulaciones de materiales (taludes de escombros,
vertientes de reptación, conos de deyección, coladas de barro, suelos estructurales, etc.) que en
parte ocultan el modelado glaciar preexistente. Las estructuras de las cadenas se ponen de
manifiesto en sus caracteres geomorfológicos. La cordillera frontal y precordillera son macizos
antiguos con todas las formas propias de una montaña de bloques cortadas en sedimentos
paleozoicos de plegamiento hercínico. La cordillera principal es un plegamiento joven del borde
continental del geosinclinal andino. La principal y la frontal llevan la impronta de actividades
volcánicas que construyeron los inmensos volcanes andinos. En las dos cadenas perduran formas
simples, suaves, monótonas, pero la occidental es más áspera. Los picos empinados y las crestas
rocosas corresponden a las grandes cumbres, especialmente las labradas en las masas eruptivas.
Los valles principales, longitudinales, se orientan de acuerdo con los ejes orográficos. Los
transversales descienden de los flancos orientales de la cordillera Principal, no disectada, razón
por la cual los pasos andinos se encuentran a niveles superiores a los 3.500 metros sobre el nivel
del mar. En cambio, la cordillera frontal está profundamente disectada por valles transversales
estrechos de paredes abruptas, rocas desnudas de variados colores, que dan imponencia y belleza
al paisaje.Se encuentran bajo la unidad climática Sin verano térmico y precipitaciones nivales
escasas de los Andes áridos, tipo Puente del Inca (Mendoza): Es el clima de las más altas
montañas de Argentina, y Puente del Inca es solo un ejemplo de sus múltiples variedades. Las
temperaturas son muy bajas (media anual, 7,4°, máxima absoluta, 29,8° y mínima absoluta, -
19,1°). Las precipitaciones (303 mm) son muy escasas, pero la evapotranspiración, aunque
aumentada por la sequedad del aire de altura y los frecuentes y violentos vientos, es muy baja. En
consecuencia, el déficit de agua es de 325 mm, correspondiente a los meses que van de diciembre
a abril. En los restantes las precipitaciones superan las necesidades de la evapotranspiración
potencial en 102 mm. La manifestación más evidente de este clima seco y frío es la desnudez del
paisaje. Escasea la cubierta vegetal a causa principalmente de la falta de suelos.

Sus características hidrográficas corresponden a Ríos alimentados por el agua de la fusión de los
glaciares, con caudales máximos durante el verano; Tienen sus fuentes de alimentación en los
glaciares de las altas cumbres de los Andes áridos y en el elevado bloque de la Puna. Si se
exceptúan algunos ríos, como el Colorado, son endorreicos. El aporte de las nieves de los niveles
bajos es escaso y el agua procede, en su mayor parte, de los glaciares. El régimen es regulado por
la marcha de las temperaturas. Debido a las grandes pendientes y la falta de vegetación, los ríos
son torrenciales y las aguas turbias por la gran cantidad de materiales sólidos que transportan. Los
mayores caudales se registran durante el verano, especialmente en enero. En invierno, en cambio,
los fríos paralizan la fusión de los de los, especialmente en agosto, y los caudales descienden al
mínimo, como el río Mendoza.

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Toda la vegetación es arbustiva o herbácea y no existen árboles. Es muy rica en endemismos de


muy diversas familias, predominando los de las compuestas y leguminosas. Géneros exclusivos son
Werneria, Nototriche, Barneoudia, Hexaptera, Pycnophyllum, Oxychloe, Andesia, Malesherbia,
etcétera. Las plantas más comunes son las compuestas, gramíneas y leguminosas.

LAS SIERRAS PAMPEANAS:

Los macizos antiguos argentinos, denominados sierras pampeanas, constituyen el borde de un


continente roto por violentos procesos diastróficos cuyos contactos e interpretación con otras
unidades geomorfológicas tornan a veces difícil la precisión de sus límites. La semejanza del
proceso de elaboración con el resto de los macizos antiguos permite abreviar su descripción.
Sobre el antiguo basamento cristalino se depositaron los sedimentos plegados en el paleozoico. El
macizo así elaborado fue reducido a peniplanicie durante un largo proceso parcialmente
interrumpido que permitió períodos de sedimentación. La orogenia terciaria partió el macizo
antiguo en distintos bloques, según fallas longitudinales y transversales. A lo largo de las primeras
se produjeron basculamientos con inclinaciones al éste, generalmente, cuyos abruptos miran al
oeste. Sobre las antiguas peniplanicies emergen, a veces, antiguos batolitos graníticos y volcanes
andesíticos de la serie eruptiva terciaria formada por lavas surgidas de fallas, algunas de ellas de
orientación NO-SE. Los movimientos del cuaternario produjeron los últimos ascensos y dieron el
porte final a las montañas Mientras unos bloques se levantaron, otros se hundieron formando
cuencas sedimentarias (bolsones) que aislaron a las distintas unidades cristalinas (gneis, micacitas,
con batolitos graníticos). La uniformidad del relieve de todo el conjunto, consecuencia de un estilo
tectónico único, ha sido quebrada por los diversos sistemas de erosión climática del pasado y del
presente. En general, en todo el ambiente de las sierras se advierte la existencia de períodos
climáticos húmedos y secos que han elaborado en el piedemonte cuatro o cinco niveles de erosión

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alterados a veces por movimientos tectónicos recientes (neotectónica). Por lo menos tres de estos
niveles, al igual que en el piedemonte andino fueron elaborados bajo climas áridos y de grandes
intemperies (pedimentos de las sierras y glacis cordilleranos), mientras los restantes (terrazas) se
deben a la acción de los cursos de agua en épocas de abundantes caudales Factores altitudinales y
de exposición a las distintas masas de aire húmedo que actúan sobre el país han dado lugar a
diferentes formas del modelado que caracterizan a las montañas septentrionales, especialmente.
Las más altas cumbres fueron alcanzadas por los hielos del período glaciar del cuaternario, los
cuales dejaron en ellas formas semejantes a las andinas: circos glaciares, valles en auge, morenas,
etc. En otros sectores fueron los procesos periglaciares que dejaron sus huellas. En este caso
pueden observarse, en las montañas del norte, amplios valles colmados de materiales
fluvioglaciares y extensas coladas de solifluxión. Dentro de las unidades climáticas, las sierras
pampeanas se encuentran en el tipo Sin invierno térmico, de la llanura, tipo Santiago del Estero:
La temperatura media anual (20,6°) y máxima absoluta (45,2°) son muy altas; pero la mínima
(10,0°) es considerablemente baja. La evapotranspiración potencial es muy elevada (957 mm) y
como las precipitaciones son escasas (549 mm), el déficit anual alcanza a los 408 mm y en ningún
mes son satisfechas las necesidades de agua. La característica hidrográfica de este paisaje natural
corresponde a Ríos que se alimentan de las lluvias del verano y tienen sus máximos caudales en
esta estación; Dentro de una extensa área en la cual alternan montañas medias, bolsones y
planicies, con precipitaciones variables (300 a 800 mm), se alimentan de las lluvias que alcanzan el
máximo en verano, especialmente enero y febrero. La época de menores precipitaciones
corresponde al invierno y final del otoño. En general, los caudales son bajos desde abril o marzo a
setiembre u octubre. Todos los ríos están sujetos a fuerte evaporación, la cual da lugar a un
balance hídrico deficiente, además de infiltraciones en suelos muy permeables. Gran parte de las
precipitaciones se producen en las montañas por lo cual tienen un escurrimiento muy rápido o se
infiltran en las altiplanicies donde las aguas circulan lentamente y contribuyen a sostener magros
caudales invernales. Desde el punto de vista de la vegetación, las sierras pampeanas,
correspondientes a la provincia chaqueña y la provincia del monte, son muy complejas. Las
combinaciones geomorfológicas, edafológicas y climatológicas explican la variedad de especies y la
distribución de numerosos cuadros fitogeográficos. En primer lugar, es necesario distinguir los
ambientes de los bolsones de los de las sierras. Los primeros se diferencian por el carácter xerófilo
de la vegetación rala que cubre parcialmente los suelos arenosos y guijarrosos. Individualiza al
monte, formación muy extensa y variada, el chañar, la jarilla, la brea, la tusca, el espinillo,
mientras que el bosque chaqueño tiene como representantes más típicos al quebracho colorado
santiagueño, el quebracho blanco, el guayacán, el palo borracho, además de grandes cactáceas.
Las gramíneas reverdecen y empinan sus penachos blancos en los ambientes húmedos a lo largo
de algunos cursos de agua. En los suelos salinos solamente hay vegetación halófila representada
por el jume y cactáceas, y en los campos arenosos las pasamófilas. En los salares mismos, la
vegetación desaparece. El monte penetra en la montaña como bosque serrano. En las laderas, con
variantes según exposición al este u oeste, crecen los algarrobos, los molles, mistoles, tala y
piquillín; también los cardones gigantes. El bosque serrano adquiere particular exuberancia en las
quebradas húmedas, recorridas por cursos de agua, formando verdaderos bosques galerías, de
tipo casi subtropical, compuestos por el manzano de campo, tala, molle, algarrobo y el coco. En
algunos sitios, por la humedad de los árboles, crece una vegetación casi higrófila, compuesta de
musgos, bromeliáceas, hierbas tiernas y helechos delicados como los culantrillos. Entre las rocas

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puede encontrarse la bromeliácea Puya spatahcea. El manto, de vegetación dibuja, entre los
trapecios del frente de montaña, la cuenca de recepción y el canal de descarga de los torrentes;
pero se detiene, después del piso del tabaquillo, para ceder paso a las Stipas, en el sector de
surgencias y de las penillanuras.

En suma, una extensa unidad de variadas formas físicas y biológicas que condicionan una
multiplicidad de ambientes donde predomina la aridez, y una multitud de oasis de piedemonte,
muy humildes, alternan con quebradas y valles de singular belleza con cierta opulencia turísticas.
La franja central, más favorecida por las lluvias, dispone de numerosas represas y diques; abundan
los oasis agrícolas de diversas dimensiones entre los que se destacan: Andalgalá, Catamarca,
Chilecito y Arauco. Los cultivos son de gran rendimiento especialmente hortalizas, frutales, olivos y
vid. El monte proporciona maderas y leña y en las zonas no cultivables se practica la ganadería
extensiva. Es importante también la explotación minera, sobresaliendo los distritos de Famatina y
Andalgalá. La tercera franja es la más favorecida por las precipitaciones por lo que dispone de ríos
más caudalosos en los que se ubican diques de mayores dimensiones (San Roque, Cruz del Eje, Río
Tercero). Las planicies de piedesierra, que se confunden con la Pampa alta, disponen de mayores
precipitaciones, pero dependen de las sierras que las proveen del agua necesaria para sus cultivos.
En esta zona de contacto surgieron las poblaciones más importantes donde se practica la
agricultura intensiva, la ganadería auxiliada con praderas artificiales, la explotación minera y
presenta un gran desarrollo la actividad industrial y turística.

LAS MESETAS, TEMPLADAS A FRÍAS, VENTOSAS Y ESTEPARIAS DISECTADAS POR RÍOS


ALÓCTONOS Y VALLES SECOS.

una meseta es una planicie que tiene una altura mayor a cuatrocientos metros por sobre el nivel
del mar. estas se forman principalmente por dos tipos de procesos: el accionar de las placas
tectónicas y la erosión. En efecto, puede decirse que las mesetas son extensiones de terreno que
alguna vez fueron montañas que con el paso del tiempo y la erosión propia de los vientos y los ríos
fueron siendo erosionadas hasta conformar una superficie relativamente plana a una altura
considerable sobre el nivel del mar.

Un valle es una depresión de la superficie terrestre que se encuentra entre dos vertientes o
pendientes y que pudo ser excavada por el curso de agua en un terreno sedimentario, o bien por
movimientos de las placas tectónicas. Tiene forma alargada e inclinada hacia algún cuerpo de agua
(mar, lago o cuenca endorreica) cuando por esas aguas atraviesa un río se habla de valle fluvial, y
cuando lo hace el hielo derretido de un glaciar, se trata de un valle glaciar.

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Patagonia, la «tierra maldita» para el inglés Darwin. Las mesetas son planicies a diversas altitudes
que descienden en escalones desde el piede-monte de la cordillera (2.000.a 1.500 m s/nm) hasta
el Atlántico. Terminan, generalmente, en acantilados a veces de 100 m de altura, recortados en
golfos de erosión y en salientes o puntas debidas a núcleos de rocas antiguas. Constituyen un
paisaje tabular, reforzado por los grandes mantos basálticos sobrepuestos a superficies planas
dando verdaderas mesas, disectado por los cursos de agua. Una gran extensión lleva encima una
cubierta de glacis retransportada compuesta de rodados, gravas, arenas libres o cementadas,
conocidas como rodados patagónicos o rodados tehuelches. Los Patagónides, mezcla de montañas
plegadas en sedimentos mesozoicos y planicies en bloques antiguos, constituyen un hecho
singular en el ámbito de las mesetas cuya monotonía quiebran. Son de modestas alturas (1.000 a
1.600 m). Las depresiones («bajos») y las cubetas cerradas parecen de origen tectónico
luego rellenado por material acarreado por las aguas y finalmente despojado de los elementos
finos por el viento, acentuando la depresión. Un origen semejante puede tener las cubetas
cerradas, de formas y dimensiones variadas, poca profundidad, pendientes suaves o escarpadas,
de las mesetas. El tipo de clima en este paisaje es de tipo Sin verano y escasas precipitaciones, de
la Patagonia, tipo Colonia Sarmiento (Chubut): La temperatura media es baja (11,0°) y la mínima
absoluta (—18,9°) ya es muy baja, pero la máxima absoluta es alta (38,3°). Las precipitaciones son
inferiores a las de las otras unidades de la región (142 mm), al igual que la evapotranspiración
potencial (651 mm) y el déficit, durante ocho meses (setiembre a abril), es de 509 mm. Domina el
aire heterogéneo del Pacífico, sensiblemente modificado por la montaña. Es frío y seco, en
general, y no existe el verano térmico. El porcentaje de nubes es bajo, los cielos claros y el foehn
de altura es frecuente. En el centro de las mesetas, Colonia Sarmiento es buen ejemplo del clima.
La temperatura media es sólo de 11o, la máxima absoluta de 38o y la mínima absoluta de 20° bajo
cero. Las precipitaciones son muy escasas en todos los meses del año y el máximo corresponde al
invierno (mayo-agosto). El total es de 142 mm. Los vientos del O son casi permanentes (450%o).

Bajo tales condiciones climáticas no se forman cursos de agua. Pero cruzan las mesetas ríos
alóctonos que, por sus dimensiones, volumen de agua que arrastran y belleza, constituyen motivo
de asombro. Se alimentan en las cuencas montañosas y están regulados por lagos de diversos

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tamaños, algunos de los cuales son realmente enormes. Sortean difícilmente el relieve de
piedemonte; luego atraviesan las anchas mesetas sin recibir casi aportes fluviales. Sus valles
anchos y profundos están parcialmente ocupados por lechos ordinarios estrechos, por los cuales
fluyen aguas claras decantadas en los lagos. Terminan, finalmente, en estuarios afectados
diariamente por las mareas que alcanzan alturas considerables. No todos se vuelcan hacia el
Atlántico; algunos lo hacen en el Pacífico.

A los cambios geomorfológicos y climáticos van unidos los edáficos y fitogeográficos. Las plantas
se encuentran adaptadas a condiciones muy severas. Se trata de arbustos enanos con aparatos
subterráneos, ramas cortas y apretadas, áfilas o con hojas pequeñas, coriáceas o espinosas, casi
siempre revestidas de resina o pelos lanosos. En conjunto forman matas homogéneas más o
menos densas, que alcanzan, según las especies, alturas de 2 a 3 cm hasta cerca de un metro. Es el
dominio de la estepa. Las asociaciones vegetales, vinculadas a los suelos y la topografía, más
conocidas son las siguientes: 1) arbustivas, asociadas a los suelos pedregosos y arenosos. En las
cimas y crestas de los cerros la vegetación herbácea es rala (estepa semidesértica); en los
barrancos secos, mejor defendidos del viento y con más humedad, las hierbas se entremezclan
con arbustos, presentando un aspecto semejante al monte. Los valles, donde pequeños cursos de
agua forman pantanos, están cubiertos por densas praderas de gramíneas y ciperáceas (vegas) o
poligonáceas (lengua de vaca, Rumex
crispas). A veces existen charcos y lagunas con plantas acuáticas. Ensuelos bajos y salados
crece una vegetación halófila, de plantas carnosas generalmente con hojascrasas o muy reducidas.
La extremidad norte de la región es una mezcla de Patagonia y pampa, estepa y monte, bajo el
dominio del aire subtropical atlántico del NE, es decir una unidad de transición entre dos
ambientes naturales distintos Los procesos morfoclimáticos de la pampa se superponen a los de la
Patagonia. El paisaje comienza a tomar estilo pampeano. Pero su escasa extensión y
transformación paulatina no incide en la idea geográfica de conjunto de la región Adquieren
desarrollo los depósitos eólicos y se forman médanos, como no lo hacen en el resto de la región a
causa de la violencia de los vientos. Las costas también responden al cambio de estilo. Maduras,
adaptadas a la lesión del mar, pero playas y con estuarios, son monótonas, bajas, bordeadas por
médanos vivos fijos o semifijos. Detrás de éstas se encuentran terrenos bajos, en parte guadalosos
o con lagunas, esteros y arroyos, que a veces inundan los campos, Menudean las playas arenosas,
a veces anchas, otras acantiladas e interrumpidas por valles fluviales. No faltan los bancos e islas
anegadizas rodeadas de pantanos y cangrejales, entrelazados por tortuosos canales.
Climáticamente pertenece al dominio del aire subtropical marítimo del NE del país, sensible-
mente transformado por la distancia a la fuente y el centro de acción o anticiclón subtropical
Atlántico. Posee cuatro estaciones térmicas y participa de los caracteres climáticos de la mitad
septentrional del país, vientos del NO y precipitaciones de otoño y primavera o verano. Las
temperaturas absolutas oscilan entre 43° y 11° bajo cero; la extremidad NO de la región es
más cálida en verano y más fría en invierno que la del este, y más seca. En el régimen de los
vientos se manifiesta muy bien el carácter transicional del clima. Predominan los del N, pero
también son muy frecuentes los del S y NO. El monte primero y el espinal después, sustituyen a la
estepa. El pasaje es paulatino, a través de 150 km. Se mezclan elementos de dos formaciones. La
flora se empobrece notablemente, pero la vegetación se enriquece. A causa del clima más frío y
seco que en los distritos septentrionales del monte carece de árboles y se mezcla con especies

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Subandinas. La flora se reduce a elementos esenciales a los cuales se suman otros más xerófilos y
menos exigentes en calor.
LA ARGENTINA HUMEDA

MESETA SUBTROPICAL MISIONERA, TIERRA COLORADA Y SELVA VERDE.

La Meseta misionera se encuentra en el noreste de la provincia de Misiones. Esta provincia


comprende una parte de la cuenca del Paraná, que está ampliamente expuesta en Brasil, Paraguay
y Uruguay. Se localiza entre el Alto Río Paraná y el Paraguay al oeste, el Río Iguazú (y tributarios) y
el Brasil al norte, el Río Uruguay (y afluentes) y el río Brasil al este y sureste, y la provincia de
Corrientes de Argentina al suroeste.

La Meseta misionera es la continuación del macizo de Brasilia. Está constituida por capas sucesivas
de basalto de origen Cretácico y por areniscas cuarcíferas. Estas últimas son resultado de la acción
de agentes erosivos, principalmente de origen fluvial. Debido a la acción erosiva de los ríos, la
meseta no es completamente plana. Su relieve es más bien ondulado, o abovedado. En
consecuencia, presenta una máxima elevación de 800 m sobre el nivel del mar, en el noreste entre
San Pedro y Bernardo de Irigoyen y una pendiente que baja hacia el cauce de los ríos Paraná y
Uruguay. Otra característica de este relieve ondulado es la presencia de formaciones elevadas
denominadas sierras. Entre ellas se destacan la del Imán, Santa Victoria y la de Misiones. Pueden
hallarse también con mucha frecuencia afloramientos rocosos (rocas no cubiertas por un suelo u
otras rocas) los cuales producen saltos en los ríos y arroyos. El clima de la Meseta misionera es del
tipo subtropical, no tiene estación seca. Los vientos predominantes son los del nordeste, sudeste y

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este. la Meseta misionera es una de las zonas húmedas del país. En lo que se refiere al régimen
estacional, no se dan grandes cambios en el transcurso del año.

El llamativo color de los suelos y su contraste con el verde de la selva son los rasgos que más
definen el paisaje misionero. La selva, cuya riqueza florística es única en Argentina, ocupa las
cuatro quintas partes de la unidad natural misionera correspondientes, por otro lado, a la de más
precipitaciones, en el NE. En la porción restante se prolonga en galería a lo largo de ríos y arroyos.
En los espacios intermedios, hasta el NE de la vecina provincia de Corrientes, dominan las hierbas
con árboles formando sábanas o parques. Se distinguen cinco estratos, entretejidos por lianas y
con epífitas. El superior, formado por los grandes árboles (30 m) de amplias copas de hojas
menudas, como el lapacho negro timbó, cedro misionero, etc. Le siguen por debajo, árboles de
talla menor (10 a 20 m) en formación cerrada de tallos delgados pero erectos, como el petiribí, la
palmera pindó etc. Entretejidos por enredaderas. Más abajo está ubicado el piso de los árboles
cuyas alturas oscilan entre 3 y 10 m, tales la yerba mate o palo yerba, a veces helechos
arborescentes como el chachi. En el nivel inferior crece un estrato arbustivo, con ortigas gigantes y
cañaverales, a veces de gran altura, con bambusáceas, tacuarembó o tacuara mansa, tacuapé,
yeteró, etc. y una graminácea giganta, tacuaruzú, que suele alcanzar hasta 30 m de altura. En
último término, en ambientes umbríos, a ras del suelo, el estrato herbáceo de helechos begonias.
No faltan los hongos, musgos y líquenes. Además, proliferan trepadoras de flores multicolores,
epífitas tales como la caraguatá, güembé, clavel del aire y las orquídeas. Pero la selva, desde hace
más de un siglo, va siendo objeto de la acción del hombre ya sea por la madera como por la
necesidad de abrir claros para practicar otras actividades, comenzando con la agricultura. La
reposición de árboles con especies maderables no logra cubrir los claros. Toda la historia de
Misiones está signada por la selva.

LOS ESTEROS CORRENTINOS.

Se conoce como “estero” a las enormes zonas pantanosas que se generan por anegación o por
inundación.

Los esteros constituyen el rasgo dominante de la provincia de Corrientes. Se trata de una planicie
baja y escasa pendiente, anegadiza, sembrada de esteros (pantanos) y lagunas, orientadas de NE

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TRABAJO PRACTICO: PAISAJES NATURALES DE ARGENTINA (recuperatorio)

a.SO, entre lomas de arena, bajas, pero hasta de cien kilómetros de largo. Las cuencas fueron
excavadas por las aguas en una altiplanicie arenosa levantada por movimiento epirogénico. Hoy
están colmadas por las precipitaciones que oscilan entre 1.100 y 1.600 mm anuales. Elementos
esenciales del paisaje, los esteros suelen tener, a veces, grandes extensiones, como el Ibera, de
20.000 km2. Son más profundos, pero menos numerosos, en las estaciones lluviosas, por cuanto
entran, por derrame, en coalescencia más de uno de ellos. Se encuentran dentro de la unidad
climática denominada por Capitanelli como Sin invierno térmico y con precipitaciones máximas
en primavera y otoño (Corrientes) :Las temperaturas son muy altas (media anual, 20,0°; máxima
absoluta, 43,0°). La mínima absoluta (-4,5°) es la más alta del país. Como consecuencia del régimen
térmico, la evapotranspiración potencial6 es también muy elevada (990 mm). Pero las
precipitaciones son muy abundantes (1371 mm) por lo cual el déficit de agua es muy escaso (13
mm) y el período al cual corresponde es breve (mitad de febrero). En la mayor parte del año (abril
a noviembre) las precipitaciones no sólo satisfacen las exigencias de la evapotranspiración
potencial, sino que todavía hay un excedente de agua (394mm).

Las aguas profundas, que llegan hasta cuatro y cinco metros, se muestran como órbitas
despejadas (“canchas”) algunas de las cuales tienen los fondos arenosos libres; pero, en general,
habita en ellas una vegetación sumergida sólo visible en épocas de bajante. Extensas colonias de
camalotes flotan en las aguas con profundidad de dos a tres metros y no es raro encontrar en ellas
enormes y hermosas hojas de Victoria regia Frecuentemente las plantas acuáticas entrelazan
raíces y tallos en tan grandes extensiones, que parecen praderas flotantes (“embalsados”) y
retienen los detritos arenosos e incrementan por floculación su masa compacta junto con el
depósito de las partes muertas de las plantas. En la mayoría de los esteros, con menos de dos
metros de profundidad, se desarrollan pajonales donde se apretujan totoras. En las lagunas y
esteros penetran lenguas de tierra no inundables, pero de poca altura sobre las aguas ('rincones')
y originadas por antiguos bancos de arena consolidados por la vegetación herbácea, de tal manera
que permiten la instalación de árboles. También son numerosas las islas dispersas que levantan su
relieve semejante a un lomo levemente emergido, alrededor de un metro, sobre la superficie
palustre. Ombúes, ceibos y talas dominan en su centro tacuarales en sus alrededores y cortaderas
en las proximidades de las playas. Los juncales se afirman en los cienos periféricos y sólidos
embalsados, debajo de los cuales circulan las aguas, permiten caminar sobre ellos en los bordes de
la tierra firme.

LOMADAS ENTRERRIANAS.

Una loma, lomada o cuchilla es una elevación del terreno de poca altura, normalmente de forma
redondeada, que viene a ser el primer grado después de la llanura. Son colinas onduladas de baja
altura (que no superan los 500 metros).

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TRABAJO PRACTICO: PAISAJES NATURALES DE ARGENTINA (recuperatorio)

La meseta correntina se levanta al sur de los esteros. Se trata de una formación dura de meláfiros
y sedimentos del cretácico superior y del terciario con cerros de areniscas resistentes aislados. Con
pendientes al este, oeste y sur, se prolonga en este sentido por Entre Ríos y se bifurca en lomas
("cuchillas") separadas por valles que llevan una frondosa red hidrográfica. Se levantan, a veces,
100 metros sobre el nivel del mar, con solo una altura relativa de diez metros. Un perfil
transversal en el sentido de los paralelos pone de relieve una provincia de ondulaciones suaves
(lomas chatas y valles anchos) cuyas grandes líneas fueron dadas por movimientos tectónicos.
Pero el modelado actual del paisaje es obra, principalmente, de las aguas. Bajo un régimen de
precipitaciones que, desde el paralelo 31° al sur es de 900 mm anuales, bajo un clima templado
(18°a 20°) y muy húmedo, los suelos son muy variados, pero, en general, espesos y negros. Se
encuentra bajo el dominio climático denominado Sin invierno térmico y con precipitaciones
máximas en primavera y otoño, tipo Paso de los Libres (Entre Ríos) Las temperaturas son muy
altas (media anual, 20,0°; máxima absoluta, 43,0°). La mínima absoluta (-4,5°) es la más alta del
país. Como consecuencia del régimen térmico, la evapotranspiración potencial6 es también muy
elevada (990 mm). Pero las precipitaciones son muy abundantes (1371 mm) por lo cual el déficit
de agua es muy escaso (13 mm) y el período al cual corresponde es breve (mitad de febrero). En la
mayor parte del año (abril a noviembre) las precipitaciones no sólo satisfacen las exigencias de la
evapotranspiración potencial, sino que todavía hay un excedente de agua (394mm).

El paisaje contiene un monte de algarrobos, ñandubay, talas (Celtis tala) Acacia (cavenia), etc. que
alcanza entre cinco y seis metros de altura y abundantes enredaderas abrazadas a los troncos
como en la llamada selva de Montiel. Grupos casi puros de yatay (Cocos yatay) se disponen hacia
la galería uruguaya, como en el hermoso palmar de Colón y palmeras caranday se acumulan a lo
largo del Paraná.

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TRABAJO PRACTICO: PAISAJES NATURALES DE ARGENTINA (recuperatorio)

DELTA DEL PARANA.

Un delta fluvial, es un territorio triangular que se forma en la desembocadura de un río a través de


los sedimentos que deposita la corriente. El delta está compuesto por brazos fluviales que separan
las islas formadas por los sedimentos que transporta el propio río.

EL Delta interno, ha sido construido por el río homónimo en la porción libre de mareas, entre
bordes abarrancados que coinciden con fallas geológicas. Las islas, separadas por numerosos ríos y
canales, tienen sus bordes levantados ("albardones") por limos depositados por las aguas en
momentos de crecientes, junto con troncos, ramas y camalotes que contribuyen a la construcción
de islas. Convertidas en palanganas por los procesos señalados, se inundan periódicamente, y el
desagüe, por canales artificiales, es difícil. En su interior se enseñorea el pajonal. Con un clima más
cálido que el correspondiente a su latitud, a causa de las tibias aguas que le aporta el Paraná, cada
«isla comprende una corona arbórea de cultivo (sauces llorones, frutales y álamos de Italia) en
cuya masa, ubicada sobre los albardones, se destacan pocos ombúes y ceibos como testigos del
monte preexistente. Cada isla, en parte, es un cuenco repleto de lodo donde medran juncos y
carrizos por los bordes seguidlos por los tallos erectos de las achiras y, hacia el centro, por bancos
de habitantes acuáticos inmovilizados en los fangos putrefactos de la maciega. Extensas espadañas
y pajonales bordean las costas y compactas espesuras de juncos se afirman en los bajos fondos.
También dentro de la unidad climática de tipo Sin invierno térmico y con precipitaciones máximas
en primavera y otoño, donde Las temperaturas son muy altas (media anual, 20,0°; máxima
absoluta, 43,0°). La mínima absoluta (-4,5°) es la más alta del país. Como consecuencia del régimen
térmico, la evapotranspiración potencial6 es también muy elevada (990 mm). Pero las
precipitaciones son muy abundantes (1371 mm) por lo cual el déficit de agua es muy escaso (13
mm) y el período al cual corresponde es breve (mitad de febrero). En la mayor parte del año (abril
a noviembre) las precipitaciones no sólo satisfacen las exigencias de la evapotranspiración
potencial, sino que todavía hay un excedente de agua (394mm).

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TRABAJO PRACTICO: PAISAJES NATURALES DE ARGENTINA (recuperatorio)

Los grandes ríos complejos: Paraná y Paraguay: Dada la inmensidad de la cuenca, la enorme
extensión latitudinal, dos grandes ríos reúnen las aguas que aportan afluentes de regímenes
diferentes: el Paraná y el Paraguay. El Paraná, de acuerdo con los datos correspondientes a
Corrientes, alcanza a máximos caudales en el mes de octubre a causa de las crecidas del Iguazú
provocadas por las lluvias subtropicales. Luego las aguas se estacionan, pero en el mes ele febrero,
por las precipitaciones tropicales, tienen un segundo máximo que es el principal del año. A partir
de este máximo las aguas descienden rápidamente hasta mayo y se estacionan en junio pues la
disminución debida a la falta de lluvias tropicales es contrarrestada por el aumento de las
subtropicales. Finalmente, las aguas descienden hasta agosto para recomenzar el ciclo en
setiembre (Fig-P5). El Paraguay tiene parte de su cuenca sometida a las precipitaciones tropicales
y parte a las subtropicales. Entre ambas se interpone el Gran Pantanal, un inmenso pantano que
regula el escurrimiento de las aguas. El máximo de lluvias en Corumbá corresponde a enero,
mientras que las alturas hidrométricas en Asunción alcanzan el más alto nivel en junio. El río crece
lentamente entre enero y junio y luego decrece hasta setiembre, permaneciendo durante cuatro
meses con las aguas bajas.

EL chaco, llanura cálida y boscosa muy modificada por la actividad humana.

Se conoce como llanura o planicie al área geográfica plana o cuya ondulación es inferior a los 150
metros de altura sobre el nivel del mar. La llanura suele ser un territorio extenso y, tal como lo
dice su nombre, llano, es decir, sin relieves, depresiones o altitudes que lo desnivelen.

La llanura es la gran cuenca sedimentaria argentina. Su extensión (más de un millón de km2) y


horizontalidad constituye un hecho singular de la geomorfología. Suavemente ondulada, su mayor
parte se encuentra cubierta por espeso manto de sedimentos loéssicos (loes y limos loesoides). De
éstos han derivado los suelos más o menos grises del bosque alto del norte de la llanura. En

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TRABAJO PRACTICO: PAISAJES NATURALES DE ARGENTINA (recuperatorio)

general, es una llanura construida por sedimentación en una inmensa cuenca tectónica muy
nivelada, especialmente por sedimentos continentales. Los pilares de esta inmensa fosa tectónica
son los bloques del antiguo macizo. La escasez de pendiente, unida a suelos poco permeables, la
falta de una red de drenaje bien jerarquizada, no obstante, la existencia de ríos como el Paraná, y
la vegetación que sirve de contención al escurrimiento, explican la existencia de aguas estancadas
en los sectores más lluviosos del este. La zona más beneficiada por las precipitaciones es la
próxima al Paraná, donde llueven más de 1.000 mm al año mientras que en el extremo occidental,
ya en la provincia de Salta, por ejemplo, no se registran más de 500 mm. El Chaco es caluroso, los
veranos son francamente tórridos y las temperaturas, como las lluvias, disminuyen de norte a sur.
debido a la continentalidad y a los regímenes eólicos estacionales (especialmente las corrientes de
viento procedentes de la Antártida) existen grandes variaciones térmicas según el ritmo día/noche
y según las estaciones. De este modo en la zona de las Salinas ubicadas hacia el límite suroeste del
Gran Chaco durante los veranos (especialmente durante enero) las temperaturas superan los
44ºC, mientras que en las cercanías de Asunción no es nada raro que durante algunas noches
de julio (invierno) las temperaturas bajen casi hasta llegar al 0ºC, y en Santa Cruz de la Sierra baje
notablemente la temperatura (también hacia julio), a casi 10ºC pese a ser ya una zona muy al
norte del trópico de Capricornio. Según las unidades climáticas de Capitanelli, este paisaje se
encuentra bajo tres tipos de dominios: Sin invierno térmico y con precipitaciones máximas en
primavera y otoño; Las temperaturas son muy altas (media anual, 20,0°; máxima absoluta, 43,0°).
La mínima absoluta (-4,5°) es la más alta del país. Como consecuencia del régimen térmico, la
evapotranspiración potencial6 es también muy elevada (990 mm). Pero las precipitaciones son
muy abundantes (1371 mm) por lo cual el déficit de agua es muy escaso (13 mm) y el período al
cual corresponde es breve (mitad de febrero). En la mayor parte del año (abril a noviembre) las
precipitaciones no sólo satisfacen las exigencias de la evapotranspiración potencial, sino que
todavía hay un excedente de agua (394mm). Sin invierno térmico y con precipitaciones máximas
en verano: Las temperaturas siguen siendo muy altas (media anual, 19,2°; máxima absoluta,
42,8°), aunque la mínima absoluta (—5,6°) es inferior a la de la unidad anterior. Este es un rasgo
que se acentúa no solamente con la latitud y la altitud, Sino también con la distancia al mar. La
evapotranspiración potencial ha descendido un poco (950 mm), pero las precipitaciones totales
sólo alcanzan a 858 mm. De aquí que el déficit anual de agua sea más alto (101 mm) y el período
durante el cual las lluvias no satisfacen las necesidades de agua sea largo (setiembre a febrero).
Sin invierno térmico, de la llanura: La temperatura media anual (20,6°) y máxima absoluta (45,2°)
son muy altas; pero la mínima (10,0°) es considerablemente baja. La evapotranspiración potencial
es muy elevada (957 mm) y como las precipitaciones son escasas (549 mm), el déficit anual alcanza
a los 408 mm y en ningún mes son satisfechas las necesidades de agua.

Es la región de los suelos sedimentarios palustres (de color gris) y también fluviales mezclados con
eólicos. Se trata de arcillas plásticas, arcillas arenosas, arenas arcillosas y también puras. No faltan
los médanos, especialmente a lo largo del río Paraná, ocupando amplios espacios y adoptando
formas muy particulares. Estos suelos sostienen formaciones vegetales que van de las sabanas
inundables y pantanos salitrosos al sur y este a los bosques orientales y estepas occidentales. En el
norte, hasta el Río Bermejo, el bosque, o selva formoseña como se acostumbra a llamarla, siempre
verde, es denso, enmarañado, variado, con hierbas, malezas y trepadoras. No tiene la exuberancia
del misionero y presenta claros en los suelos salinos o anegadizos. Se destacan, como más
conspicuos, el timbó, la tipa colorada, el biraró colorado, el palo blanco, el laurel, cebil, lapacho y

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TRABAJO PRACTICO: PAISAJES NATURALES DE ARGENTINA (recuperatorio)

quebracho colorado. Además, palmeras yatay, Pindo y la palma blanca, Al sur del Bermejo, en
tierras menos húmedas, reina el bosque chaqueño, más xerófilo. La disminución de especies
revela la existencia de condiciones climáticas menos favorables. Falta la maraña propia del bosque
húmedo. Su límite sur está dado, aproximadamente, por el paralelo 30° y el meridiano 64°. Tal
cual lo ha descripto Daus, se trata de una formación arbórea de talla mediana (12 a 15 m) con
claros denominados abras. Cuando estos claros no corresponden a esteros poseen una vegetación
herbácea propia de la estepa arbolada. Se empobrece, junto con las precipitaciones, de NE a SO y
en algunos sectores de su extremidad austral predomina la estepa y el bosque forma isletas
configurando el parque natural. Con la sequedad se incorporan al paisaje cactáceas de gran
tamaño. Entre los árboles se destacan el quebracho colorado, chaqueño y santiagueño, palo santo,
guayacán, timbó blanco, laurel amarillo, biraró, palo borracho, etc. En los espacios abiertos se
encuentran matorrales formados por el chaguar o caraguatá y palmeras. Finalmente, el parque
santafesino, compuesto por manojos de árboles de reducida extensión en medio de la planicie
herbácea, las isletas. Se componen, principalmente, de chañares, arbustos xerófilos y palmeras
caranday. Entre los 30 y 32° de latitud sur el Chaco cede lugar a la pampa, aunque los caracteres
esenciales de uno y otro se entrecruzan en esa ancha franja, a ambos lados del río Salado.

La principal riqueza de la región es la producción agrícola, sobresaliendo el algodón entre otros


cultivos como maíz, sorgo granífero, hortalizas y frutales. En el Norte de la provincia de Formosa
han adquirido gran importancia las plantaciones de bananeros, así como los plantíos de caña de
azúcar en el Norte de Santa Fe.

LA PAMPA, LLANURA SIN ARBOLES, MUY MODIFICADA POR LA ACTIVIDAD HUMANA.

Esta dilatada llanura limita al Norte con la región mesopotámica y la llanura chaqueña, por el
Oeste con las sierras pampeanas y la región de Cuyo y por el Sur con la Patagonia extrandina; el
océano Atlántico y el río de la Plata forman su límite oriental. Sobre rocas cristalinas del macizo
de Brasilia se asienta una gruesa capa formada por polvo llevado por el viento desde las regiones

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TRABAJO PRACTICO: PAISAJES NATURALES DE ARGENTINA (recuperatorio)

montañosas del oeste que constituye el loess pampeano, así como sedimentos marinos producto
de las transgresiones marinas cenozoicas, cubiertos finalmente por una capa humífera de
extraordinaria fertilidad. La llanura endorreica central, mal drenada, suavemente ondulada o
completamente ondulada, es cruzada, o se agotan dentro de ella, por muy escasos ríos, en su
mayoría alóctonos. Algunos afloramientos rocosos adquieren relieve y rompen la monotonía de la
llanura. Tales las sierras de Olavarría y Tandil, por ejemplo. Dentro de un área central deprimida
proliferan las cuencas lacustres, pozos, pantanos, juncales y esteros, etc. Hacia el oeste de esta
depresión, en el piedemonte serrano, la llanura cobra altura, los cauces se tornan profundos y
estrechos y cubiertos por aluviones gruesos. La llanura arreica occidental carece de drenaje
superficial. Las cuencas lacustres son escasas y poco extensas. Es una planicie muy ondulada por
médanos, a veces suelos arenosos. La planicie posee una suave pendiente hacia el Este-Sudeste y
su horizontalidad sólo está interrumpida por los relieves incluidos de los sistemas de Ventania y
Tandilia en la Pampa oriental o húmeda y el de Mahuides en la occidental o seca. El paisaje de la
Pampa oriental presenta distintos aspectos que permiten dividirla en tres subregiones: ondulada,
deprimida y alta. La pampa ondulada es una angosta franja que se extiende desde el río Carcarañá
en Santa Fe hasta Punta Indio en Buenos Aires. Debe su nombre a las ondulaciones del suelo en el
que los ríos tributarios del Paraná y de la Plata, han excavado valles amplios y poco profundos por
los que se deslizan describiendo meandros. El frente fluvial sobre los grandes colectores está
caracterizado por una barranca casi continua, de gran importancia antropogeografíca. El clima es
de tipo Con cuatro estaciones y precipitaciones máximas en verano, tipo Victo rica (La Pampa):
La temperatura media anual es superior al tipo anterior (15,6°). Posee, además, una máxima
absoluta superior a Paso de los Libres (44,0°) y una mínima absoluta baja (-11,6°). Esta gran
amplitud térmica es característica de los tipos continentales. La evapotranspiración potencial es
alta (814 mm) y las precipitaciones escasas (517 mm). En consecuencia, el déficit es elevado (297
mm) y en todos los meses las lluvias son inferiores a las necesidades de agua. En cuanto a la
hidrografía, esta llanura posee Ríos que se alimentan de las lluvias del verano y tienen sus
máximos caudales en esta estación; Dentro de una extensa área en la cual alternan montañas
medias, bolsones y planicies, con precipitaciones variables (300 a 800 mm), se alimentan de las
lluvias que alcanzan el máximo en verano, especialmente enero y febrero. La época de menores
precipitaciones corresponde al invierno y final del otoño. En general, los caudales son bajos desde
abril o marzo a setiembre u octubre. Todos los ríos están sujetos a fuerte evaporación, la cual da
lugar a un balance hídrico deficiente, además de infiltraciones en suelos muy permeables. Gran
parte de las precipitaciones se producen en las montañas por lo cual tienen un escurrimiento muy
rápido o se infiltran en las altiplanicies donde las aguas circulan lentamente y contribuyen a
sostener magros caudales invernales.

Toda la provincia se caracteriza por el predominio de las gramíneas y compuestas, por su pobreza
en endemismos y por la riqueza en especies exóticas que en ella se han naturalizado.
Fisonómicamente son praderas o estepas graminosas sin árboles autóctonos. Los pastos más
comunes pertenecen a los géneros Stipa, Piptochaetium, Arístida, Melica, etcétera. Se distinguen
cuatro distritos: uruguayense, pampeano oriental, occidental y austral, este último con las sierras
de Tandil y la Ventana, que contrariamente al resto tiene numerosas especies endémicas.

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TRABAJO PRACTICO: PAISAJES NATURALES DE ARGENTINA (recuperatorio)

El clima y el suelo favorecen la actividad agrícola y ganadera, criándose especialmente ganado


vacuno lechero y practicándose la avicultura y la apicultura. Ésta es la zona maicera por excelencia,
además de trigo, maíz y girasol existen extensas plantaciones de frutales (zonas de San Pedro y
San Nicolás) y cultivos de huerta y flores en gran escala, destinados especialmente al consumo de
Buenos Aires y Rosario. El triángulo agrario cuyos vértices ocupan Rosario, Venado Tuerto y
Pergamino, es uno de los espacios cultivados más productivos de la Argentina. Los suelos del valle
del Salado y de otras zonas bajas son inadecuados para la agricultura, predominando los
establecimientos dedicados a la cría de vacunos. En las tierras altas los trigales alternan con los
alfalfares y potreros con avena, cebada y centeno destinados al engorde o invernada de los
animales. El área del trigo no alcanza actualmente los rendimientos de otros tiempos, como
consecuencia del fenómeno de erosión de suelos que afecta a la zona marginal, lindante con la
pampa seca. Los recursos de que dispone esta área son múltiples: a la ganadería (ovinos y
vacunos) y agricultura (cereales, oleaginosas y en Balcarce papas en gran escala), se suma la
minería con la explotación de canteras de granito y piedra caliza. La práctica inadecuada de la
agricultura en períodos húmedos originó la voladura de los suelos al sobrevenir la sequía,
inutilizándose los campos. La actividad propia del área es la pastoril, que no crea ciudades, por lo
que los núcleos poblacionales son escasos y de reducidas dimensiones.

SELVA HIDROFILA SUBTROPICAL DE MONTAÑA.

La región de la selva higrófila subtropical de montaña es una unidad natural muy compleja. Se
trata de un conjunto de cordones montañosos subparalelos de altura variable, separados entre sí
a veces por valles anchos y en otras ocasiones cortados transversalmente por valles angostos
(clusas). Solamente la extremidad austral, la más alta, presenta continuidad y están ubicadas sobre
el basamento de sedimentos loéssicos resultado de la fractura y posterior hundimiento del macizo
de Brasilia. Esas montañas son productoras de lluvias por excitación orográfica de las masas del
aire cálido y húmedo subtropical que desde el noreste movilizan los anticiclones subtropicales del
Atlántico sur, por una parte, y por las masas ecuatoriales que las embisten desde el norte cuando
el noroeste argentino se tropicaliza en los meses cumbres del verano por otra. Pero las
precipitaciones varían mucho con la altura, la exposición y la disposición de los cordones

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TRABAJO PRACTICO: PAISAJES NATURALES DE ARGENTINA (recuperatorio)

montañosos. Las cadenas orientales, más bajas que las occidentales, interceptan sólo parte de la
humedad. Las nubes que pasan por encima de ellas humedecen, y precipitan sobre la vertiente
oriental del segundo o tercer cordón, que sigue hacia el oeste. Los valles, según la orientación y la
extensión, también tienen cuotas variables de precipitaciones. La distribución de la temperatura
cambia con la latitud en forma poco sensible, pese a que la región está montada sobre el trópico
de Capricornio. Contrariamente, las variaciones térmicas son muy pronunciadas con la altura. En
consecuencia, hay una gran diversidad de climas locales que repercute en los suelos; ambos
factores lo hacen en la vegetación. En términos generales, el clima es caluroso y las precipitaciones
abundantes, pero muy concentradas en el verano. Los suelos, detríticos, espesos, en su mayor
parte de color rojizo como las rocas madres, de origen especialmente eluvial, cubren todos los
terrenos. Surcos de erosión, conos de deyección y formas de acumulación en las cuencas
completan el cuadro geomorfológico y edafológico. En esos ambientes, la selva, exuberante y
magnífica, intercambia especies con la vegetación del bosque seco chaqueño occidental y la flora
de las montañas secas, que la flanquean por el oeste. Desde el este el bosque chaqueño se
prolonga particularmente por los valles; en el oeste desciende de las cumbres. En los valles, sobre
todo los estrechos —con mayor humedad— la vegetación adquiere el máximo desarrollo y
esplendor. Se ven los grandes árboles entretejidos por lianas, enredaderas, helechos y plantas
trepadoras. Desde estos sitios de singular belleza se empobrece hacia la base o las cumbres de las
montañas, de acuerdo con la disminución de las precipitaciones o la temperatura, según sea el
caso. En sentido este oeste se distinguen tres pisos de formaciones vegetales: la del cebil, la del
laurel y la del aliso. De acuerdo con los caracteres físicos señalados, hay variedad de climas locales
y, en consecuencia, una complicada repartición de las tres asociaciones vestales mencionadas.
Forman franjas más o menos anchas pudiendo faltar para montaña la inferior o la superior, según
la altitud de la misma. Otras veces la composición es la más típica; en ocasiones está complicada o
mezclada con especies de la zona vecina, etcétera. En suma, como dice Haumann18, la selva
subtropical no es un conjunto macizo, homogéneo, sino una franja irregular, a veces ramificada, a
veces discontinua. Oscila entre 30 y 80 km de ancho y alcanza los 650 km de largo. La zona del
cebil se desarrolla en llanuras y valles cuya altitud no supera los 1.000 m. Las precipitaciones no
alcanzan a los 1.000 mm anuales, y se concentran en los calurosos veranos. La primavera es
húmeda; los inviernos suaves y muy secos, con algunas heladas. Es una zona de transición entre la
provincia fitogeográfica chaqueña y la franja del laurel y de la tipa. La vegetación natural ha sido
muy modificada. Es probable que el aspecto de «parque», y la pradera, sea formaciones artificiales
debidas al desmonte o a la acción del ganado. Caracteriza a la franja el cebil. No faltan especies
chaqueñas tales como las de Ruprechtia (biraró, sachas manzana, duraznillo), urunday, etc. Son
propios de la zona algunos arbustos hermosos como la begoniácea que abunda a orillas de los
arroyos, el garrache, varias Solanum y grandes compuestas. Aunque escasas, no faltan las lianas.
La zona del laurel y de la tipa se desarrolla en las vertientes orientales de las montañas, hasta
1.200 m de altura en el sur y 1.500 en el norte, bajo un clima caluroso con lluvias muy abundantes.
Por su belleza puede competir con la selva misionera. Tiene todas las características de las selvas
tropicales, como se las describió en Misiones: complicada estratificación de los árboles, arbustos y
plantas herbáceas, lianas y plantas epífitas. Los árboles mayores, que raras veces pasan los 25 m
de altura, son el laurel tucumano, la tipa, el cedro, el lapacho, etcétera. La zona del aliso y de los
prados de altura, sigue a un proceso de degradación de la selva higrófila, la cual en su parte
superior se va empobreciendo, a medida que con la altura disminuye la temperatura, mientras van

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TRABAJO PRACTICO: PAISAJES NATURALES DE ARGENTINA (recuperatorio)

apareciendo nuevos elementos. La más notable es la bambusáceas caña tacuara, de 4 a 5 m de


altitud. Pero pronto quedan atrás todas las especies que requieren mayor calor y aparece el
bosque templado, menos denso y alto, con pocas epífitas, casi sin lianas y muy pobre en especies
arbóreas. El elemento dominante, casi único, es el aliso, un árbol no muy alto ni corpulento de
hojas caducas que forma bosquecillos bastante espesos los cuales llegan hasta los 1.100 a 2.500 m
sobre el nivel del mar, en las pendientes más abruptas y expuestas a los vientos. Con él conviven
pocas especies arbóreas y son escasas las enredaderas mientras sobre el suelo numerosas
especies herbáceas. Hacia el límite superior aparece otro singular de la formación, la rosácea
quinoa, árbol pequeño con frecuencia torcido y achaparrado por efecto de los vientos. En cuanto a
los prados, si bien alcanzan alturas mayores que los bosques (hasta 3.500 m), alternan con ellos en
los pisos bajos, donde, no pueden prosperar los árboles por causa de los vientos violentos o donde
los suelos no son buenos para las hierbas. Más arriba de la zona del aliso y los prados domina el
páramo o desierto de montaña, (la puna). En suma, una zona compleja, pero de una gran belleza
natural, con multiplicidad de verdes sobre el rojizo de los suelos.

LOS ANDES HUMEDOS: PLEGAMIENTO JOVEN MODELADO POR LOS HIELOS Y CON BOSQUE
HUMEDO.

Los Andes húmedos constituyen, sin lugar a dudas, la unidad paisajística más bella de Argentina.
Sus bosques siempre verdes encierran lagos y cubren faldas de montañas sobre las cuales
sobresalen cumbres nevadas. Son más bajos que los Andes secos. El término medio altitudinal es
de 2.500 m sobre el nivel del mar, pero con cumbres como las del Fitz Roy es de 3.375 m, el
Tronador de 3.554 m y el San Valentín de 4.058 m. Desde su extremidad norte a los 39° de latitud
sur, las nieves se presentan cada vez a menor altura, a la vez que aumentan el número y extensión
de los cuerpos de hielo. se caracterizan por la frecuencia de infinitas crestas aserradas, surcos,

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TRABAJO PRACTICO: PAISAJES NATURALES DE ARGENTINA (recuperatorio)

quebradas, abruptos y picos esbeltos de cumbres nevadas. Proliferan aquí los valles de brecha
(clusa) y de capturas de escasa altitud. Las nieves perennes descienden a los 1.100 m y los
glaciares se multiplican y alcanzan altitudes de 370 m. Relictos del período glaciar, dos campos de
hielo sobre los cuales se levantan desnudos nunatacks, de 200 y 400 km de largo por 20 y 50 de
ancho, se extienden entre los 46° y 52° de latitud. Situados en gran parte en territorio chileno,
hacia Argentina bajan en forma de lenguas glaciares de valle para quebrarse en los lagos y generar
témpanos. Del intenso glaciarismo dan testimonio los circos, valle en auge, rocas aborregadas,
varves espesos, bloques erráticos, morenas, etc. Tampoco parece seguro el esquema de las cuatro
glaciaciones. El clima húmedo (más de.2.000 mm. de precipitaciones) y una vegetación arbórea
muy rica (bosque cerrado y selva) patentizan el cambio climático que distingue estos Andes de los
áridos. Pero el rasgo fundamental, junto a un drenaje abundante, lo constituye la multitud de
lagos extensos que ocupan valles transversales y rematan en anfiteatros moreníticos.

Prevalecen las unidades climáticas Sin verano térmico, con abundantes precipitaciones nivales y
pluviales, de los Andes húmedos, tipo San Carlos de Bariloche (Río Negro): Las temperaturas son
muy bajas (media anual, 8,3°; máxima absoluta, 35,5° y mínima absoluta, -16,7°). Las
precipitaciones son de las más abundantes en el país (1.034 mm). A causa de la escasa
evapotranspiración potencial (588 mm) de mayo a agosto se registra un exceso de agua (537 mm),
valor máximo en Argentina, pero de enero a marzo falta agua para satisfacer las exigencias de la
evapotranspiración potencial (91 mm). Sin verano térmico, de la Patagonia, tipo Río Gallegos
(Santa Cruz): Las temperaturas son muy bajas (media anual, 6,9°; máxima absoluta, 32,7° y
mínima absoluta, -16,0°). Las precipitaciones (240 mm) son inferiores a las necesidades de agua
desde octubre a abril, pero el total del déficit es sólo de 337 mm.

Muchos lagos se nutren de la fusión de los hielos, las nieves y de lluvias. Abundan los ríos
afluentes y los emisarios que integran colectores tributarios del Atlántico o del Pacífico.
Gigantescos glaciares componen el denominado campo de hielo continental patagónico, de 400
km de largo por 50 a 80 km de ancho, situado entre los paralelos 49° y 51°. Emiten lenguas de
hielo que alcanzan lagos Cuyas cuencas son obras de procesos glaciares. Las cuencas lacustres,
alargadas, ramificadas, son muy extensas y profundas. El Nahuel Huapi, por ejemplo, tiene más de
500 km2 y 430 m de profundidad. Lo más singular de estas montañas, vistas desde los Andes secos
o las mesetas patagónicas, es el bosque siempre verde, en un ambiente frío y húmedo. Es que las
precipitaciones superan los 2.000 mm; llegan hasta los 6.000 mm, con una gran frecuencia durante
el año. Por otro lado, las temperaturas son bajas: en el mes de enero oscilan entre 16° y 14° en el
norte, y los 12° y 10° en el sur y en invierno van de los 4° a los 2o como término medio; en virtud
de esto, el balance hídrico es positivo gran parte del año, con un pequeño déficit en un corto
período cálido del verano. En consecuencia, se trata de un bosque higrófilo siempre verde según
se dijo, con árboles que alcanzan los 25 m de altura en la extremidad norte de la unidad (provincia
de Neuquén) y los 60 m en la del sur (provincia de Santa Cruz) Este bosque cubre las laderas de las
montañas casi hasta el borde inferior do las nieves permanentes. Su composición varía con la
latitud y con la altura y se divide en tres partes: hasta los 43° de lat. Sur, en una faja de unos 40 km
de ancho, con precipitaciones de hasta 3.000 mm producidas en 200 días, nubosa, con alta
humedad relativa y fuertes vendavales, los árboles dominantes son: roble, coihué, raulí y lingue.
Esta cubierta vegetal alterna con bosques puros o pinares de pehuén o pino del Neuquén. Los
alerces crecen hasta los 1.000 m. A partir de los 44°, el bosque se empobrece en especies, son más

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TRABAJO PRACTICO: PAISAJES NATURALES DE ARGENTINA (recuperatorio)

abundantes las turberas y numerosos glaciares de valles se abren paso a través de los bosques,
cargados de morenas laterales mezcladas con despojos de la vegetación. Densos e intrincados son
los estratos arbustivos con abundantes espacios turbosos que se salvan mediante caminos de
troncos y pequeños pero numerosos torrentes bajo las sombras constantes se despeñan bajo
túneles de plantas jugosas o se deslizan bordeados de gruesos colchones de musgos totalmente
embebidos. La selva crece entre una capa de árboles derribados por los fortísimos vientos y
acumulados con frecuencia en caóticas barricadas impenetrables. En esos ambientes sombríos y
húmedos se exhiben enormes helechos, prosperan hongos y líquenes, parásitas y epifitas trepan
por las arboladuras en un clima donde la vida activa de la vegetación no se detiene, pues el
régimen marino corrige las amplitudes propias de la latitud. Los árboles dominantes son el guindo,
el canelo y la lenga, de hojas caducas verde azuladas que en el verano toman un color rojo. El
canelo de hojas grandes coriáceas se reúne en grupos salteados que se distinguen por el agradable
aroma difundido entre ellos en los días de sol.

TIERRA DEL FUEGO: ANDES BOSCOSOS Y PLANICIES ESTEPARIAS EN LA ISLA MODELADA POR LOS
HIELOS.

Desde el meridiano 68° 36' 38", hacia el este, entre el canal de Beagle y el Atlántico sur, la Isla de
Tierra del Fuego es argentina. Apañe de la insularidad, sin duda, los rasgos físicos de primer orden
los constituyen la cordillera de los Andes -aquí orientada de oeste a este- y las planicies del norte,
ambas modeladas por los hielos pleistocénicos. Los Andes fueguinos, aparte del cambio de rumbo,
se distinguen por la intensificación de los caracteres propios de los Andes húmedos. Las rocas
están más disectadas por la erosión y las montañas tienen alturas modestas (1.000 m). Las nieves
descienden a 900 m. y los inmensos glaciares, a veces imponentes, llegan hasta el Beagle, donde

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TRABAJO PRACTICO: PAISAJES NATURALES DE ARGENTINA (recuperatorio)

liberan sus témpanos. Los andes fueguinos se encuentran dentro de la unidad climática de
características Con invierno todo el año, de Tierra del Fuego, tipo Ushuaia: Las temperaturas son
muy bajas (media anual, 5,6°; máxima absoluta, 26,5° y mínima absoluta, -19,6°). Las
precipitaciones (547 mm), de acuerdo con las temperaturas, son suficientes para satisfacer las
necesidades de la evapotranspiración potencial (505 mm) y aún queda un excedente de 42 mm
que se distribuye en los meses de julio y agosto. No existe déficit en ningún mes.

Los Andes, de no más de 1.500 m de altura sobre el nivel del mar, alternan con canales y lagos,
cuyos cauces y cuencas fueron labrados por los hielos. Tales el Canal de Beagle y el lago Cami,
siendo éste el mayor de la isla. De la potente glaciación que afectó a la isla son testimonios
diferentes formas de erosión y acumulación (circos, bermas, morenas, etc.); sólo quedan
pequeños restos de hielo, especialmente en la vertiente sur de la cordillera, El ex tenso
piedemonte septentrional, cuyos depósitos fluvioglaciares se extienden hasta el valle del Río
Grande, es una unidad complicada. Disectada por los cursos de agua, está salpicada de colinas
moreníticas entre las cuales alternan verdes praderas con el rojo de los turbales de spagnwn. Las
diferencias morfológicas de esta vertiente, respecto de la meridional, van acompañadas de las
climáticas y edafológicas y, consecuentemente, fitogeográficas. El clima de los Andes es frío,
especialmente en las largas noches de invierno, y húmedo. El tiempo, dominado por las
depresiones subpolares, es ventoso y variable, con nieblas, lloviznas y nevadas, particularmente en
los niveles superiores de la montaña. Sobre suelos ácidos, con variados índices de podzolización, el
bosque tiene tonalidades cambiantes según la estación. Siempre de aspecto frío y solemne, en
otoño «es más llamativo, por el contraste que ejerce el follaje morado de las langas o el amarillo
dorado de los ñires, frente a las rocas oscuras y el blanco purísimo de la nieve». El bosque
caducifolio de langas y ñires, se opone a la franja siempre verde del bosque lluvioso de canelos,
maitenes (leña dura) y coihues del Sur. En el límite de la vegetación (600 a 800 m) de altura,
flexionados bajo el peso de la nieve invernal, protegen los bosques inferiores de aludes y
deslizamientos. El calafate abunda en diversos ambientes; en los sotobosques de los lengales
crecen mata negra, chaura, parrilla y otras herbáceas y gramíneas. En los suelos empapados y
turbosos prosperan el pangue magallánico, el junco, el Senecio y los cojines de musgos y helechos.
Por su parte, la tundra de altura, musgos y líquenes anuncia el desierto níveo. Pero el bosque
languidece en parte por causas naturales y en parte por descuido o mal uso. Grandes extensiones
están cubiertas por los troncos y ramajes pelados de los árboles muertos por causa de aludes o
ahogados por las aguas de deshielos o elevaciones del nivel del agua subterránea. Inmensas
extensiones de consecuciones de ñire de hojas caducas, están totalmente quemadas por el
incendio de colchones de hojas secas. A todo ello hay que agregar la explotación de los bosques
con fines de aplicación práctica o comercialización de la madera. En la vertiente septentrional, al
bosque siempre verde y caducifolio le siguen los arbustos (calafate). Finalmente aparecen los
turbales rojizos, alternando con las praderas. La extremidad norte es una planicie modelada por
los hielos del pleistoceno, con colinas moreníticas y depresiones que alojan numerosos lagos. En el
ambiente periglaciar actual, los deshielos primaverales anegan la planicie y numerosos cauces de
agua divagan entre las colinas, más todavía en verano, cuando la fusión colmata lagos, que se
derraman mientras el drenaje se vuelve anárquico. Las turberas están segadas por los depósitos
eólicos en este clima frío y seco, con vegetación esteparia en campos pastosos y con arbustos. En
suma, la extensa planicie del norte es ya una forma de transición hacia la Patagonia austral, más
seca y más ventosa.

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TRABAJO PRACTICO: PAISAJES NATURALES DE ARGENTINA (recuperatorio)

ANEXO.
MAPAS:
 FORMACIONES
GEOMORFOLOGICAS

 UNIDADES CLIMATICAS Y
FACTORES

 PROVINCIAS
FITOGEOGRAFICAS

 PAISAJES NATURALES

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TRABAJO PRACTICO: PAISAJES NATURALES DE ARGENTINA (recuperatorio)

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