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Propongo como solución al problema planteado un Robot de brazo

articulado con pinzas blandas sensorizadas que recoge objetos de una


cinta transportadora e identifica de qué están hechos a partir del tacto.
Una de las partes más complejas de escalar del proceso de reciclado es
la separación de materiales. Las plantas que se dedican a esta labor no
pueden confiar completamente en los consumidores para que hagan este
trabajo. De ahí que se necesiten trabajadores para separar los diferentes
materiales. Sin esta separación no hay reciclaje.
Hoy en día, es posible reciclar un alto porcentaje de los residuos que
generamos. Mientras que afloran los programas para promover la
transformación de residuos electrónicos. Sin embargo, sigue siendo el
plástico lo que más conversaciones y debates genera. Y también genera
muchos residuos, claro.
Acelerar el proceso de separación es fundamental aquí, pues solo así se
podrá incrementar el ritmo de reciclaje. Pero esto es costoso, requiere
más espacio y más trabajadores. A menos que se automatice, que es lo
que busca el Robot de brazo articulado con pinzas, usa sensores
capacitivos en sus dos pinzas para detectar el tamaño y la rigidez de los
materiales que maneja. Esto le permite distinguir entre diferentes objetos
de metal, plástico y papel. En una simulación de instalación de planta de
reciclaje, con los objetos que pasan en una cinta transportadora, el robot
clasifica correctamente 27 objetos con un 85 % de precisión.

Estos robots, que trabajan el doble de rápido que un humano, podrían


realizar un mejor trabajo de clasificación de residuos al tiempo que
reducen los riesgos sanitarios que diariamente enfrentan los trabajadores
de estas instalaciones

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