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Epistemología y Filosofía Política en Gilbert Simondon

Individuación, Técnica, Sistemas Sociales


(Epistemology and Political Philosophy in Gilbert Simondon. Individuation, Technics, Social Systems)
Por Andrea Bardin
Brunel University London, London, UK – Centre international des études simondoniennes, MSH Paris-Nord
Volumen 19 de ‘Philosophy of Engineering and Technology’ (para más información de esta serie
http://www.springer.com/series/8657) – ISBN 978-94-017-9830-3 (Versión electrónica: ISBN 978-94-017-
9831-0) – © Springer Science+Business Media Dordrecht 2015(www.springer.com)
Traducido por Bernabé Ferreyra

Agradecimientos del autor


Estoy principalmente en deuda con el profesor Adone Brandalise, maestro incansable en la Universidad de
Padua. Muchos amigos y colegas entre Padua, París y Londres me han ayudado –directa o incidentalmente–
a gestionar los temas que este libro pretende entrelazar: Davide De Pretto, Bruno Karsenti, Enrico Manera,
Giovanni Menegalle, Giangiorgio Pasqualotto, Gaetano Rametta, Alberto Zanon. En particular, le debo mi
agradecimiento a Fabio Raimondi y Filippo Del Lucchese, cuya amistad sincera y directa me empujó a seguir,
y Nathaniel Boyd, cuya paciente e inteligente edición en tiempos turbulentos ha proporcionado una
contribución decisiva a la realización de este libro.
No puedo cuantificar la deuda intelectual que contraje en ocasiones de debates estructurados o charlas
informales con los que actualmente forman parte de la creciente red internacional de estudiosos de
Simondon, en particular, los miembros del Centre international des études simondoniennes, entre ellos mi
amigo Giovanni Carrozzini, siempre dispuesto a compartir con generosidad intelectual su conocimiento
increíblemente detallado de la vida y la obra de Simondon.
Este libro es en realidad el resultado de un ambiente 'metaestable' de amigos, colegas y estudiantes con
los que he vivido, aprendido, pensado, peleado y a veces escrito sobre ciencia, técnica, política e incluso
filosofía, durante el curso de la vida que pasamos juntos: Massimo Bardin, Michele Faoro, Roberto Galvanin,
Nicola Pagano, Sandro Pellarin, Barbara Plafoni, Filippo Ragazzo, Alessio Rizzo, Vittorio Saccardo, Mario
Spezzapria, Robin Targon, Diego Vicenzutto y mi inolvidable 'hermano' Federico Sbordoni. Por último,
agradezco a Mirella y Adriano por su confianza incondicional, Bianca y Davide por haber reinventado mi vida
y a Susanna por vivirla conmigo.
A ella –la rosa bianca che fi orisce/nelle prime nebbie– está dedicado este libro.

1
Parte I – Naturaleza y Conocimiento

Nulle part la confusion n’est aussi visible que dans les discussions sur l’individualité […] Concluons donc que
l’individualité n’est jamais parfaite, qu’il est souvent diffi cile, parfois impossible de dire ce qui est individu et
ce qui ne l’est pas, mais que la vie n’en manifeste pas moins une recherche de l’individualité et qu’elle tend à
constituer des systèmes naturels isolés, naturellement clos.
(Bergson, L’évolution créatrice)
The individuality of the body is that of a flame rather than that of a stone, of a form rather than of a bit of
substance.
(Wiener, The Human Use of Human Beings)

Gilbert Simondon ha sido conocido como un filósofo de la técnica desde que su obra Du mode d’existence
des objets techniques (‘Sobre el modo de existencia de los objetos técnicos’, desde ahora MEOT) se publicó
en 1958. Recientemente, tras la primer edición completa de su obra principal L'individuación à la lumière
des notions de forme et d'information (‘La Individuación a la luz de las nociones de forma e Información’,
desde ahora Individuación), el pensamiento de Simondon ha sido considerado por los estudiosos
interesados por la conexión entre la epistemología, la ontología y la filosofía política1. Teniendo en cuenta
todo el corpus de la obra de Simondon –el conjunto de sus obras publicadas, además de algunos
documentos inéditos– y haciendo uso sustancial de sus fuentes, este libro tiene como objetivo mostrar la
interconexión articulada entre su filosofía de la ciencia y la tecnología y su filosofía política. El libro consta de
tres secciones relativas a diferentes aspectos de su investigación: (1) la ontología y epistemología de la
individuación; (2) los sistemas biológicos y sociales; (3) la antropología, la técnica y la política.
La primera sección analiza el intento de Simondon de reconfigurar el aparato teórico de la filosofía según
algunos conceptos derivados –siguiendo los pasos de su maestro Merleau-Ponty– del pensamiento científico
y epistemológico, especialmente la física de los quanta, la termodinámica y la cibernética. La segunda
sección muestra el impacto de los conceptos biológicos en la teorización de la génesis y funcionamiento de
los sistemas sociales, y el papel singular que desempeñan las técnicas en la dinámica social. La principales
referencias filosóficas de Simondon en este campo son las teorías biológicas y sociales de Henri Bergson, la
filosofía de las ciencias y técnicas de la vida de George Canguilhem, la cibernética de la sociedad de Norbert
Wiener y la paleoantropología de Leroi-Gourhan. La tercera sección del libro se refiere a la relación más
amplia entre la epistemología francesa y la renovación conceptual que suscitó en el campo social y político.
Destaco las deudas de Simondon a la tradición sociológica francesa, empezando por Mauss y Durkheim, y la
forma en que planteó el problema político fuera de cualquier fe positivista en el poder del progreso
tecnológico y, al mismo tiempo, contra la regresión política inspirada en la postura anti-tecnológica de
Heidegger.
La visión de Simondon sobre la naturaleza compleja de los procesos sociales se deriva de su adopción del
paradigma de la física cuántica al estudio de los sistemas sociales. A pesar de que no siempre lo hace

1 En el momento se programaron dos tesis para un doctorado, que precedió a la entrada en la academia francesa.
Mientras MEOT, la tesis secundaria, dirigida por Georges Canguilhem, se publicó de inmediato en 1958, dando
reconocimiento a Simondon como un filósofo de la tecnología, la Individuación, la disertación de doctorado, dirigida por
Jean Hyppolite, se sometió a un proceso editorial bastante complicado. Los textos de Simondon se citarán de acuerdo a
la lista de abreviaturas.

2
explícito, una concepción de la naturaleza humana como un ‘trabajo en progreso’ está implícita en su
epistemología. De ahí que su filosofía permita una crítica de la imaginación moderna –tanto ideológica como
científica– de la contraposición entre individuo y sociedad, y puede ser una herramienta útil para cuestionar
la relación contemporánea entre la innovación tecnológica y la social en las sociedades complejas.

Capítulo 1 | Elementos para una Filosofía de la Individuación


En el título La individuación a la luz de las nociones de forma e Información, los conceptos de forma y de
información indican claramente una progresión teórica hacia el concepto de individuación: ‘forma’ e
‘información’ es una referencia directa a los marcos epistemológicos de la Gestalttheorie y la cibernética,
respectivamente, en relación a las que Simondon construye su propia tesis. Este capítulo presenta los
términos que constituyen la jerga de Simondon, mostrando la forma en que se derivan de y se relacionan
con diversos campos de la investigación científica, y explicar su función en la filosofía de Simondon. Las
nociones filosóficas de ‘individuo’ e ‘individuación’ son cruciales para su discurso; extendidas a todos los
ámbitos del ser, Simondon las propone como los fundamentos ontológicos para una aproximación filosófica
a lo que él llama un ‘proceso de individuación’ u ‘ontogénesis’.

1.1 El individuo como Sistema: Estructura y Funcionamiento

La centralidad del concepto de individuación funciona como contrapunto de la crítica de Simondon a los
conceptos tradicionales de la forma, la materia, la sustancia y causa2. La Individuación comienza con una
crítica de la distinción aristotélica entre materia y forma, y tiene como objetivo mostrar la insuficiencia del
aparato conceptual de la filosofía clásica en relación con los resultados del pensamiento científico del siglo
XX. Por esta razón, si bien es cierto que el término ‘individuo’ se extiende por todos los dominios que
podrían ser atribuidos al ‘ser’, también es cierto que Simondon se distancia de su asociación clásica a los
conceptos de ‘sustancia’ o ‘esencia’. Y sin embargo, lo primero que puede notarse es la extensión de su uso
a todos los diferentes ‘regímenes de individuación' que Simondon analiza: física, biológica, psíquica y
colectiva3. Una extensión que probablemente sugerido por la observación adicional de Canguilhem, su
directeur de thèse para MEOT, según el cual
Desde el punto de vista filosófico, sería una cuestión de un nuevo tipo de aristotelismo, con la
condición, por supuesto, que la psicobiología aristotélica y la moderna tecnología de transmisión no
sean confundidas. (Canguilhem 1943: 277-278)4
Debido a que ‘individuo’ es un término muy estratificado en la tradición filosófica, debe por lo tanto ser
cuidadosamente redefinido. Voy a empezar a partir de dos definiciones sucesivas y aparentemente
contradictorias proporcionadas por Simondon, con el fin de establecer las condiciones para su
compatibilidad. La definición primera aparece en Analyse des critères de l'individualité (‘Análisis de los

2 En cuanto a este tema ver Bardin (2015), donde parte de este capítulo se ha desarrollado.
3 Mientras la totalidad de los estudiosos Simondon dan por sentado que desde los cristales a mayores grados de
complejidad se puede hablar de individuos, esto es más problemático en relación con el mundo subatómico. Ver, por
ejemplo, la discusión con Aspe y Bontems, concluida por Stengers citando a Simondon: ‘No está claro si lo que llamamos
una masa crítica fisionable no es un individuo como tal’ (Stengers 2002: 318-19). Simondon es francamente ambiguo
sobre este tema, pero lo supongo coherente con su pensamiento de que no hay límites de orden de magnitud para la
individualidad: así con el fotón se puede tener ‘sintetizados en el mismo ser, y llevados en sí mismos, tanto una
magnitud estructural como una amorfa, un potencial puro’ (I 102, la cursiva es nuestra).
4 En su referencia rápida Canguilhem vincula a Ruyer (1954) y Simondon (IGPB), ambos implicados en un proyecto

similar de reelaboración y amplificación del concepto cibernético de información.

3
criterios de individualidad’), donde Simondon afirma que ‘no puede haber ciencia sino del individuo, esta
será la consecuencia epistemológica de nuestra investigación’ (AI 553); la segunda aparece en la
Individuación, donde Simondon afirma que ‘para ser rigurosos, no se debe hablar de individuo, sino más
bien de individuación’ (I 191). Está bastante claro que sólo una redefinición del concepto de ‘individuo’
podría dar sentido a las afirmaciones anteriores y permitir la construcción de una filosofía de los procesos de
individuación, aunque vale la pena subrayar inmediatamente que Simondon no pudo evitar un uso equívoco
del término ‘individuo’ en toda su obra principal.
Para formalizar la compleja situación del individuo, Simondon utiliza, sobre todo en los dos textos
programáticos, los términos ‘estructura’ y ‘operación’5. En cuanto a la estructura, el individuo siempre se
puede considerar un sistema 'desfasado'; Simondon toma prestado el término ‘fase’ de la física y la química
para indicar cómo diferentes procesos paralelos, divergentes o convergentes, se están llevando a cabo de
forma simultánea en un sistema. En cuanto a la operación, el individuo está necesariamente implicado en
procesos ‘transductivos’; el concepto de ‘transducción’ tiene orígenes tanto biológicos (contaminación)
como tecnológicos (amplificación), y se refiere a un modo de propagación –una secuencia no-determinista,
presentando brechas y discontinuidades. Por consiguiente, el individuo se define en relación tanto con una
espacialidad de cambio de fase y una temporalidad transductiva y, además, por la capacidad de producir
nuevas transformaciones sobre sí mismo y su propio entorno. En la jerga de Simondon, el individuo es más o
menos ‘metaestable': el término ‘metaestabilidad’, derivado de la termodinámica, define un sistema no
sobre la base de su ‘forma’ estable, sino en relación con la energía potencial implicada en su equilibrio
precario pero duradero.
Volveré analíticamente a cada uno de estos puntos, ya que los términos que Simondon deriva de las
ciencias naturales obligan a un esfuerzo considerable en el lector para reconfigurar su imaginación filosófica.
Lo que me gustaría hacer hincapié en este punto es cómo este ‘doble’ estatus del individuo –como
estructura y como proceso– hace hincapié en la crisis de la categoría de identidad. De hecho, el concepto de
‘sistema metaestable’ nos obliga a reconsiderar la noción de individuo en términos de individuación (es
decir, un sistema complejo y discontinuo de procesos) y niega toda posibilidad de referirse a cualquier
identidad de ser en sí mismo:
La relación de ser es infinitamente más rica que la identidad. La identidad, una relación pobre, es
la única relación del ser en sí mismo que uno puede concebir de acuerdo con una doctrina que
considera al ser como de solo una fase. (I 318)
La supuesta identidad del ser no es más que un caso límite puramente ficticio, a menudo traducido
filosóficamente con el término ‘individuo’, mientras que la operación filosófica real que Simondon intenta
implementar es precisamente la disyunción de los conceptos de individuo y de identidad. Así, el individuo
puede ser considerado como el término clave de la Individuación sólo si fue reevaluado radicalmente a la luz
de los descubrimientos de las ciencias naturales y, en particular, como explicaré, de la física cuántica. De
hecho, el concepto clásico de individuo es absorbido por Simondon en un nuevo concepto de individuo
desarrollado a la luz de la noción de ‘sistema metaestable’.
El individuo ‘estable’ se convierte en el caso límite imposible de un sistema perfectamente estático, el
nombre ficticio para un proceso completamente consumado de individuación, mientras que, en realidad,
uno es siempre simplemente testigo de procesos que privan a las personas de cualquier identidad fija, ya
que el ser es ‘más que unidad y más que identidad’ (I 26). Debido a este doble sentido, el uso del término
‘individuo’ mantiene su ambigüedad en todo el texto de la Individuación, donde se refiere principalmente a
la parte estructurada de un proceso, pero que también se utiliza con frecuencia para nombrar un sistema
que puede seguir individuándose.
Esta concepción del individuo conforma el horizonte de Simondon cuando todavía está apuntando a una
reformulación de las ciencias sociales, contrarrestando su epistemología, que permanece fundada en el

5Estos ‘textos programáticos’ se tendrán aquí muy en cuenta, tal como ha hecho Garelli (2004), y Barthélémy (2009) ha
sugerido. Mi tesis final en relación con las respectivas fechas de su producción resultará de los análisis realizados en este
capítulo.

4
concepto de individuo. De hecho, a pesar de la pretensión de las ciencias sociales para asumir el estudio de
las estructuras y de los procesos, según Simondon no pueden evitar concebir estos procesos fuera de su
interacción con individuos fijos, estructurados y estables. Son en fin ciencias que se ocupan de los individuos
en relación con otros individuos o con los procesos que van más allá de ellos, y no pueden considerar a los
individuos en sí mismos como los procesos y como estructuras relacionales.
Por el contrario, la ‘teoría de la individuación’ de Simondon busca superar el estancamiento conceptual
que, en primer lugar, concibe a las interacciones como sólo produciéndose entre individuos y, en segundo
lugar, que reduce a los individuos a los procesos de los cuales emergen. Según Simondon, hay dos
reduccionismos complementarios promulgados por la psicología y la sociología: la psicología reduce al
individuo a constituyente fundamental de los procesos sociales, mientras que, simétricamente, la sociología
elimina cualquier nivel de la realidad de ellos asumiendo que los individuos son parte del todo social al que
pertenecen, es decir, un ‘individuo’ de mayor escala por el que son completamente determinados (I 295-96).
El problema epistemológico al que Simondon se enfrenta podría formularse aquí en los siguientes términos:
¿Cuáles son las condiciones de posibilidad para una ciencia del individuo, concebido como una identidad que
no está enteramente auto-orientada ni estrictamente hetero-referencial? O: ¿qué aparato conceptual
puede fundamentar una ciencia de los procesos de individuación que constituyen sistemas metaestables?
En opinión de Simondon, una concepción del individuo como sistema metaestable implica una revisión
completa de la metodología de las ciencias sociales, y una tarea comparable a la que las ciencias naturales
parecían estar logrando a través del cuestionamiento del estatus ontológico de su objeto:
¿Podemos hacer lo mismo en las ciencias sociales? ¿Podríamos encontrar una ciencia social [la
Science humaine] respetando, por supuesto, múltiples posibilidades de aplicación, pero teniendo
por lo menos una axiomática común aplicable a las diferentes áreas? (FIP 533)
Así concebida, una ciencia del individuo es, de hecho, una ciencia de la individuación, de las relaciones y
procesos sistémicos, que requiere un método extendido sobre cada dominio de individuación, a fin de
permitir el análisis tanto de las estructuras y los procesos que componen un sistema, integrando los
aspectos sincrónicos y diacrónicos.
Retomando las palabras de Simondon de nuevo, se puede concluir que, dado que ‘no puede haber una
ciencia sino del individuo’ y que el individuo es una estructura de procesos simultáneos, una ciencia del
individuo implica necesariamente una filosofía de la individuación de los sistemas que Simondon define
como 'metaestable'.

1.2 Metaestabilidad, (no) Identidad y (no) Causalidad

Aunque Simondon declara abiertamente su deuda hacia Norbert Wiener 6, el término ‘metaestabilidad’
también se refiere a la física y la química. En cualquier caso, ese concepto define una condición de equilibrio
en sistemas complejos, la estabilidad de lo que puede ser fácilmente roto por la llegada de una pequeña
cantidad de energía o información y que, por el contrario, necesita un apoyo energético regular para
contrarrestar su tendencia a la entropía. Lo que es importante, según Simondon, es que un ‘sistema
metaestable’ puede ser ‘estructuralmente definido’ por una distribución no homogénea de la energía
potencial, ya que no tiene otra «sustancia» que las relaciones diferenciales que lo constituyen. La suposición
de que ‘toda relación verdadera tiene el rango de ser’ (I, 28-29) conlleva importantes consecuencias tanto en
el nivel epistemológico como el ontológico. No sólo cualquier tipo de conocimiento en cualquier nivel –

6‘Con la industria del siglo XX, la sociedad entra en una nueva fase evolutiva o, según la expresión de Norbert Wiener,
‘metaestable’‘ (RPE). Como explicaré en el Capítulo 2, Wiener, uno de los padres de la cibernética, es una de las
principales referencias (polémicas) de Simondon para la crítica al concepto de información.

5
desde la percepción hasta el concepto– es esencialmente un sistema de relaciones7, sino que,
indudablemente, también los objetos del conocimiento lo son:
El objeto físico es un haz [faisceau] de las relaciones diferenciales, y su percepción como un ser
individuado depende de comprender la coherencia de un haz de tales relaciones. (I 239)
Es importante notar cómo ‘captar’ [saisir] no se limita a hacer referencia aquí a la construcción de un
orden, una imagen mental, una forma –como ocurre con la intuición en la Gestalttheorie– mientras que el
objeto físico tendría de forma independiente su propia existencia estable: en su lugar, para Simondon,
‘captar’ significa más bien producir una relación (es decir, ser), precisamente comenzando con el encuentro
de un sistema-sujeto y un sistema-objeto.
Dentro de tal sistema metaestable lleno de potencialidades, el acto de la percepción, por tanto, forma
parte de un proceso complejo de conocimiento que, como puede serlo la ‘imagen mental’ y cualquier otro
proceso, es lógico y ontológico8. Así, las estructura ‘lógica’ y ‘ontológica’ de un sistema no son más que casos
límite de la estructura diferencial real (que se podría llamar ‘mixta’, si la palabra no presupusiera la
anterioridad de los casos límite a la estructura). Lo que realmente existe es un sistema en el que el proceso
de conocimiento, su sujeto y su objeto, adquieren su estructura parcialmente estable. Lo ‘real’ es lo que
resiste cualquier simplificación imaginaria y constituye la base del conocimiento científico, produciendo su
objeto tanto como su sujeto, en perfecta coherencia con el modelo de escala cuántica, en la que la
observación experimental es, de hecho, una reconfiguración de un nuevo sistema complejo en el que se
incluyen y eventualmente definen tanto el sujeto-instrumento como el objeto9.
Como ya se ha señalado, en los textos programáticos Simondon toma constantemente los conceptos de
‘estructura’ y ‘operación’ (este último significando ‘proceso’) para definir este tipo de sistemas, es decir, el
ser como relación. En Allagmatique [Allagmática] el término ‘estructura’ delimita el campo de 'un conjunto
sistematizado de formas particulares de conocimiento: la astronomía, la química, la biología’, que Simondon
llama ‘teoría de las estructuras’ (A 559). Según Simondon las ciencias de estructura no pueden considerar las
estructuras como sistemas metaestables, productos parciales y provisionales de las 'operaciones' que las
constituyen. Así, una ‘teoría de las estructuras’ es por definición incapaz de explicar la operación ‘que hace
aparecer una nueva estructura o que la modifica’ (A 559), y por lo tanto de entender el devenir de un
sistema. Sin embargo, cualquier intento de tratar el problema de las operaciones por separado termina en
resultados particularmente complicados, ya que lo que Simondon llama ‘operación’ es –en consonancia
evidente con una matriz bergsoniana– un proceso real, inaccesible como tal al conocimiento objetivo.
En el apartado dedicado a la Théorie de l'acte analogique [Teoría del acto analógico] Simondon presenta
dos ‘intuiciones básicas’ que deben funcionar como paradigmas para la explicación de la operación: la
cristalización y la modulación. La hipótesis de Simondon es que cada cristalización es de hecho una
modulación invertida y viceversa (A 566). Esta oposición simétrica entre los dos tipos de procesos –que en
realidad plantea muchos problemas hermenéuticos– es sin embargo un buen punto de partida para cruzar
dos temas fundamentales y complementarios que atraviesan la Individuación: los temas de la causalidad no
determinista y de la identidad no sustancial.
En primer lugar, en ambos paradigmas de la operación, la relación causa-efecto no puede reducirse a una
relación determinista. El proceso de cristalización, el crecimiento del cristal, aunque presentan una
secuencia mecánica, comienza con un encuentro aleatorio del sistema con la singularidad de un germen
cristalino10: un encuentro que no se puede reducir estrictamente a la secuencia que dispara, y por lo tanto

7 Simondon afirma por ejemplo que la sensación (I 258, 313) y el concepto (I 245) tienen una naturaleza relacional y
diferenciada. Pero, más notablemente, se puede hacer referencia a la traducción al francés del término ‘cibernética’
como una ‘ciencia de las relaciones’ propuesto por J. Loeb en su prefacio a De Broglie (1951: 1).
8 Acerca de la concepción peculiar del ‘ciclo de la imagen’ mostrada en el curso IMIN de Simondon, véase la sección. 9.1.
9 El pensamiento de Simondon sobre este tema es fuertemente deudor de Gaston Bachelard, como ha subrayado

claramente Barthélémy (2009: 230-33).


10 Así Simondon afirma que ‘en un estudio muy notable de M.P. Auger, se dice que un germen cristalino se puede

sustituir en algunos casos por los encuentros casuales, es decir, mediante una correlación casual entre moléculas’ (FIP

6
no es determinable dentro del propio sistema. Por otro lado, el proceso de modulación consiste en un
acoplamiento [couplage] de dos sistemas diferentes. Tal proceso puede ser considerado determinable sólo
en el nivel del (macro)sistema obtenido, donde, de hecho, no habría ninguna aparición de un nuevo sistema,
sino simplemente el ensamblaje de dos subsistemas.
Hay que evitar a toda costa cualquier interpretación de las relaciones entre los sistemas de escalas
diferentes como una especie de juego de cajas chinas que culmine en una Naturaleza-Todo concebida como
un sistema que incluye todos los sistemas, ya que esto es exactamente lo que niega explícitamente
Simondon al discutir contra la ‘ontología eleática’ de Kurt Goldstein11 y al afirmar su propia teoría de los
sistemas como metaestables, de cambio de fase y ‘en estado de disparidad’12, por lo tanto incompletos y no
del todo determinados. De acuerdo con Simondon, la 'Naturaleza' concebida como un macro-individuo sería
el universo silencioso y perfectamente estable –muerto– de máxima entropía; por el contrario, nos
preocupan exclusivamente los sistemas ‘no totalizados’:
Los sistemas no pueden ser totalizados, ya que el hecho de considerarlos la suma de sus
elementos estropea la conciencia de lo que en realidad los hace sistemas: separación relativa de los
conjuntos que contienen, estructura analógica, disparidad en general, y actividad relacional de
información. (I 234, n. 1)13
Mi hipótesis es que los paradigmas de la modulación y la cristalización trabajan como dos maneras
diferentes de comprender y describir los mismos procesos en diferentes niveles, delineando así una
representación diferente del individuo en función del nivel en el que se considera 14.
En la cristalización el individuo se entiende como una parte de un proceso que va desde el encuentro
entre un individuo simple (el germen cristalino) y un medio lleno de potenciales (la solución sobresaturada)
produciendo un sistema parcialmente individuado. En términos de Simondon, tal encuentro es el disparador
[amorce] de cambio de fase del sistema en un individuo complejo (el cristal) y un entorno privado de los
potenciales (la solución de baja concentración). Por el contrario, en la modulación el propio individuo se
entiende como un sistema metaestable, el resultado de un acoplamiento de sistemas y procesos
inicialmente independientes, como en los ejemplos de Simondon del moldeado de un ladrillo o del cambio
de frecuencia de osciladores acoplados15.
El intento fallido de mantener a las dos partes en un solo marco conceptual, ha empujado probablemente
Simondon –entre los textos programáticos y la Individuación– hacia la unificación de los paradigmas de la
cristalización y la modulación, gracias a lo que él llama la ‘operación transductiva’, ‘proceso transductivo’ o,
más simplemente, ‘transducción’ (un concepto que, de hecho, no aparece en los textos anteriores). En la

550). Hoy distinguimos mejor entre los procesos en que el primer cristal se introduce desde el exterior, aquellos en los
que ya está presente en el sistema, y de aquellos en los que emerge de un ensamblaje aleatorio de moléculas.
11 En la Individuación Simondon ataca lo que él llama ‘la ontología de Parménides’ de Kurt Goldstein (I 229). El libro de

Goldstein La Estructura del Organismo (en el original alemán: Der Aufbau des Organismus, 1934) es un enfoque
gestáltico del organismo a través de un estudio conjunto de la biología, la psiquiatría y la medicina, que tuvo gran
relevancia para toda una generación de filósofos franceses durante y después de la Segunda Guerra Mundial.
12 Las expresiones 'desfazaje' [déphasé] y ‘en el estado de disparidad’ [en état de disparation] tienen significados

diferentes aunque estrictamente correlacionados: ambos se refieren a estados de sistema relacionados con los
procesos. El ‘desfazaje’ se refiere a la presencia real de diferentes fases dentro del mismo sistema, y explica mejor el
sistema como el resultado de un proceso de individuación a través del ‘cambio de fase’ [déphasage] y la posterior
inclusión de las fases de desarrollo anteriores dentro del sistema resultante. La ‘disparation’ de los potenciales de un
sistema más bien subraya que un sistema es realmente capaz de más individuaciones debido a sus tensiones internas.
En resumen, una cierta dosis de disparidad es una condición previa necesaria para el cambio de fase, mientras que el
cambio de fase puede o no determinar una disparidad de potenciales (para una definición más precisa de los conceptos
de ‘disparation’ y ‘fase’, véase respectivamente las Secciones 2.3 y 3.1).
13 Ver también MEOT 61-65, donde Simondon propone la misma concepción de las relaciones entre los ‘subconjuntos’

del objeto técnico, concebidos como ‘el teatro de una serie de relaciones de causalidad recíproca’.
14 Como Simondon mismo admitirán: ‘de hecho, la acción del germen estructural en un campo estructurable, en un

estado metaestable que contiene energía potencial, es una modulación’ (FIP 548).
15 Sobre el peculiar ejemplo de los osciladores, véase la Sección. 2.2

7
Individuación Simondon definitivamente abandona el supuesto de que la modulación y la cristalización
pueden describir dos tipos diferentes de procesos, y más bien utiliza las dos nociones para describir aspectos
diferentes y concurrentes de los mismos procesos en diferentes niveles. Los que afirman que, en el
paradigma de la Individuación, la cristalización agota el significado de la transducción citando el párrafo
L’individuation comme genèse des formes cristallines à partir d’un état amorphe, haría terminar en una
dificultad al intentar justificar la siguiente declaración: ‘la individuación es una modulación’ (I 220). De
hecho, en la Individuación el concepto de individuación parece catalizar todas las aporías que se muestran
en el pensamiento de Simondon sobre las relaciones cambiantes entre la estructura y el funcionamiento y la
posibilidad de una ciencia de tales transformaciones. Esto explicaría por qué el término ‘individuo’ oscila
aporéticamente en el texto entre lo que refiere al individuo como un sistema metaestable y el individuo
como la estructura estable que resulta de y desencadena (‘al mismo tiempo resultado y agente’, I 191) más
procesos de diferentes órdenes de magnitud.
El intento de Simondon para proporcionar un paradigma unificado para la comprensión de la individuación
perdurará al menos hasta el Coloquio de Royaumont (1962)16. Pero, antes de pasar a discutir ese texto, voy a
analizar primero el modo ‘transductivo’ de propagación y configuración de las estructuras estables,
asumiendo que Simondon básicamente mantiene una perspectiva coherente de la naturaleza de los
procesos implicados. De acuerdo con esta perspectiva, el hecho de que la relación causa-efecto no es
reducible a cualquier fórmula determinista (es decir, a la concepción mecánica de la naturaleza que se
remonta a principios del imaginario moderno), tiene consecuencias dramáticas para la crítica filosófica del
substancialismo. Por lo tanto, voy a suponer que –tanto en los textos programáticos y en la Individuación–
Simondon apunta a una reformulación de los conceptos estrictamente conectados de causa e individuo:
Al final de este doble estudio [relativo a los conceptos de modulación y cristalización], se
enriquecerá la noción filosófica de causalidad y se definirá la noción de individuo. (A 566)

1.3 Transducción, Singularidad, Campo

En la Individuación –de acuerdo con el inspirador paradigma metodológico de la física cuántica


(Barthélémy 2005: 46; 2008: 66)– el proceso de transducción es definido por una discontinuidad
fundamental y por reiterados cambios del orden de magnitud. Sobre este tema vale la pena recordar cómo
la deuda de Simondon al físico Louis De Broglie, aunque no siempre es evidente, es constante y decisivo en
todo este texto17. A pesar de referirse a la microfísica, el descubrimiento del ‘principio de indeterminación’18
plantea problemas filosóficos en relación no sólo con el estado teórico de la física determinista clásica, sino
también el estado de todas las ciencias relacionadas con objetos de una magnitud diferente en el que,
aunque invisibles y no descritos explícitamente, estos factores siguen produciendo efectos: ‘su relevancia
[microfísica] no se limita al dominio de de las ciencias físicas, sino que se aplica a las ciencias que estudian la
vida, los seres humanos y las sociedades humanas’ (De Broglie 1947: 225)19.
Esto indica la dirección de la búsqueda de Simondon de ‘un fundamento de la individuación en sus
diferentes niveles’ (I 35). Como ya se ha explicado, el concepto de transducción tiene como objetivo
describir los procesos de desestructuración/reestructuración de un ‘sistema metaestable’, que amplifican

16 Voy a discutir más a fondo la cuestión al tratar el concepto de ‘pre-individual’ en el Cap. 3.


17 Esto es muy claro si se tiene en cuenta que, entre las únicas 20 referencias bibliográficas en la Individuación, tres son
de De Broglie. Según E. Balibar, con el fin de criticar a la concepción clásica de individuo, Simondon hizo explícita la
postura filosófica implícita de De Broglie en relación con la dualidad onda-partícula contra el ‘principio de
complementariedad’ de Bohr (Balibar 1995).
18 Aun cuando la traducción actual al inglés es ‘principio de incertidumbre’, el término original utilizado por Heisenberg

era Unbestimmtheit, que también puede significar ‘indeterminación’. Voy a utilizar el segundo término, ya que expresa
mejor una falta ontológica de determinación en lugar de una incertidumbre epistemológica del conocimiento.
19 Sobre la relevancia filosófica de la microfísica de principios del siglo XX, véase, en particular Cap. 7 sobre Les

révélations de la microphysique, y Cap. 11 sobre Hasard et contingence en physique quantique.

8
progresivamente el origen singular del propio proceso, es decir, el encuentro entre esa estructura singular y
ese campo de potenciales. De hecho, el uso de Simondon de los términos ‘singular’ o ‘singularidad’ es muy
restringido, que se refiere exclusivamente a los individuos estructurados cuando son el ‘germen’ o el
resultado de un proceso desencadenado a partir de un encuentro aleatorio. Sin embargo, en un sentido más
amplio se podría afirmar legítimamente que, en la medida en que tal ‘singularidad’ puede ser origen tanto
como resultado de un proceso transductivo, el proceso en sí mismo puede considerarse singular. En este
sentido me siento en consonancia con la filosofía de Simondon al definir como ‘singular’ a cualquier proceso
transductivo20.
Así, el concepto de transducción sirve a la lectura de Simondon del problema de la ontogénesis en
términos de procesos de individuación que no pueden reducirse a cualquiera de los términos que
constituyen la antinomia determinismo/contingencia. Según él, el proceso de individuación debe ser
explicado por referencia a las condiciones estructurales determinadas y condiciones aleatorias e
indeterminados, haciendo de la hipótesis de una ‘teoría de las singularidades’ la base posible de una teoría
‘transductiva’ unificada:
Es posible, en última instancia, suponer que la teoría de la singularidad puede atribuirse no al
marco de una física determinista ni al marco de una física indeterminista. Las dos se considerarían
casos particulares de una nueva representación de lo real que podría llamarse la teoría del tiempo
transductivo o teoría de las fases del ser. Este modo totalmente innovador del pensamiento –que
concibe el determinismo y el indeterminismo como meros casos-límite– se puede aplicar a
diferentes dominios de la realidad más allá del aquel de las partículas elementales. (I 144)
Por lo tanto, cada sistema puede ser concebido como un ‘centro de actividad transductiva’, no dominado
por ninguna necesidad superior (‘las operaciones cuánticas parecen demostrar que esta operación funciona
por pasos y no de forma continua’, I 143), ni caracterizado por cualquier esencia sustancial (‘la sustancia ya
no es el modelo de ser’ I 32).
From this perspective, as a main model for a unifi ed theory of ‘being as relation’, Simondon often refers
to the notion of ‘fi eld’, ‘a gift from social sciences to the sciences of nature’ (FIP 538). The fact that, as
Gestalttheorie claims, the psychic and 18 On the philosophical relevance of early twentieth century
microphysics, see in particular Chap.
Desde esta perspectiva, como modelo principal para una teoría unificada del ‘ser como relación’,
Simondon a menudo se refiere a la noción de ‘campo’, ‘un regalo de las ciencias sociales a las ciencias de la
naturaleza’ (FIP 538)21. El hecho de que, como afirma la Gestalttheorie, los campos psíquicos y físicos sean
isomorfos, explicaría de hecho cómo es posible descubrir en los dos las mismas formas de organización, y
cómo la noción de campo puede extenderse de forma programática a las ciencias sociales. Sin embargo,
esta concepción corre el riesgo de reducir el sistema a una red compleja de causas y efectos que, al final,
fracasa en socavar el determinismo22.

20 Como ya se ha explicado, el concepto de transducción tiene un significado tanto tecnológico como biológico. En
ambos casos se refiere a un proceso de amplificación de información que Simondon concibe como dotado de ‘un cierto
grado de indeterminación’ (MEOT 143).
21 Así Simondon continúa explicando que la noción de campo ‘establece una reciprocidad de estatus ontológico y la

modalidad operatoria entre el todo y el elemento’. En efecto, dentro de un campo –ya sea eléctrico, electromagnético,
gravitatorio, o de cualquier otro tipo– el elemento tiene un doble estatus y una doble función: (1) en tanto recibe la
influencia del campo, se somete a las fuerzas del campo; está situado en un punto determinado del gradiente que
representa el campo; (2) interviene activamente en el campo, mediante la modificación de sus fuerzas y la distribución
del gradiente; uno no puede definir el gradiente del campo omitiendo la definición de lo que aparece en sus puntos (FIP
538). Al subrayar la importancia de ese ‘regalo’, Simondon hace referencia de forma implícita la psicología ‘topológica’
de Kurt Lewin, derivada de la noción física de campo: ‘se llama campo a una totalidad de hechos coexistentes que se
conciben como mutuamente interdependientes (Einstein 1933). La psicología tiene que ver el espacio de la vida,
incluyendo las personas y su entorno, como un campo’ (Lewin 1946: 792. Ver también Lewin 1935). Sobre la deuda de
Simondon hacia Lewin y su crítica, ver particularmente las secciones 5.1 y 6.2.
22 En su curso IPM, Simondon caracteriza la ‘era determinista’ como la que postula que el orden de la naturaleza es

‘uniforme, es necesario, universal y analítico’, es decir, eterno, determinista, general y reductible a componentes

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Pero es aquí, precisamente, donde el concepto de transducción muestra su fuerza, autorizando a
Simondon pensar la individuación como –podría decirse– una relación parcialmente aleatoria. En conclusión
–en contra de la concepción moderna y determinista de la naturaleza, a través y más allá de la concepción
holística de ‘campo’ elaborado por la Gestalttheorie– Simondon entiende al ‘ser como relación’, a través de
la física cuántica, en términos de un haz de procesos transductivos, cuya calculabilidad nunca es completa, y
cuya aleatoriedad nunca es absoluta:
En conclusión, se puede adelantar una hipótesis análoga a la de los quanta en física y a la de la
relatividad de los niveles de energía potencial [...] De acuerdo con esta hipótesis, sería posible
considerar todas las relaciones verdaderas como teniendo rango de ser, y como el desarrollándose
dentro de una nueva individuación [...] Esta es la concepción del ser en el que se basa este estudio:
la unidad del ser no es la identidad de un estado estable en el que ninguna transformación es
posible; el ser es definido por una unidad transductiva, es decir, puede cambiar de fase en relación
consigo mismo, superar su propio centro. (I 28-31)
Así, para cualquier proceso hay dos condiciones determinadas de Estado (es decir, los posibles efectos y
las imposibles), y los márgenes de indeterminación con exclusión de cualquier uniforme, lineal y continua
relación entre causas y efectos. Si los procesos tienden a tener una dirección debido a su irreversibilidad, sin
embargo, los procesos reales nunca pueden ser deducidas a partir del estado inicial del sistema 23. Y esto,
para Simondon, funciona en cualquier escala de cualquier tipo posible de ciencia. Esta perspectiva excluye
una ciencia exhaustivamente predictiva. Esta, por el contrario, exige una ciencia 'doble', que se ocupe por un
lado de las condiciones de las tendencias estructurales y de estado y, por otra, de la ontogénesis de las
operaciones singulares de individuación. Simondon se refiere continuamente en los textos programáticos y
en la Individuación a una ciencia cuyo peculiar nombre es ‘allagmática’ [allagmatique]24.

1.4 Allagmática, Topología y Cronología

Simondon se inicia desde el supuesto bergsoniano de que las ciencias objetivas son ciencias de
estructuras, incapaces como tales de captar los procesos transductivos. Y sin embargo, afirma que es posible
una teoría de las operaciones que define como allagmática, del griego allagè (cambio) y mathema
(conocimiento). En Allagmatique Simondon desafía directamente la cuestión, no sin incurrir en el riesgo
potencial de inconsistencia ilustrado patentemente con el contraste entre las siguientes citas:
Allagmática es la teoría de las operaciones. Es, en el plano de las ciencias, simétrica a la teoría de
las estructuras, el conjunto sistematizado de los campos determinados del conocimiento: la
astronomía, la física, la química, la biología. (A 559)
La Teoría Allagmática es el estudio del ser individualizado. Organiza y define la relación entre la
teoría de las operaciones (cibernética aplicada) y la teoría de las estructuras (la ciencia determinista
y analítica). (A 565)
Por una parte la allagmática se concibe como una teoría de las operaciones complementarias a las
ciencias de estructuras; en el otro se concibe como el estudio del individuo a través de la conexión entre las
ciencias ‘analíticas’ de las estructuras y las ciencias ‘analógicas’ de las operaciones. La contradicción patente
podría ser fácilmente atribuida a la naturaleza esquemática y provisional de los escritos metodológicos, pero

elementales. Según él, la ‘edad determinista’ comenzó a colapsar a finales del siglo XIX, atacado primero por la biología
evolutiva, y luego por los supuestos holísticos basados en la teoría de campos de Maxwell, más tarde integrados por la
Gestalttheorie, Goldstein y Merleau-Ponty (IPM 288- 90). Sin embargo, para Simondon la validez de la ‘postulado de
isomorfismo’ debe encontrarse más bien en procesos morfogenéticos (es decir, los procesos de individuación), ya que el
holismo de la ‘forma’ no escapa en sí mismo de un horizonte determinista (IPM 298).
23 Esto correspondería a la definición clásica de Laplace del determinismo: ‘Debemos entonces considerar el estado

presente del universo como el efecto de su estado anterior y como causa del que le sigue’ (Laplace 1814: 4).
24 El término se repite en I 48-50; 61-62; 82; 111; 127; 228; 238; 328; NC 506; 523-24; A 558-59.

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creo que vale la pena profundizar con el fin de darle sentido y hablar de las dos interpretaciones posibles
que despierta.
En la Individuación –donde la cuestión metodológica de una ‘teoría de las operaciones’ regresa
regularmente– Simondon ataca ciertos enfoques que proponen una formalización topológica de los
procesos que reduzcan las dimensiones temporales a coordenadas espaciales. Estos enfoques pueden ser
solamente parcialmente identificados con la topología dinámica de Kurt Lewin y la topología diferencial de
René Thom25. Sin embargo, Simondon ataca directamente lo que él llama topología:
Lo que le falta a una topología es la consideración de los potenciales. Precisamente porque no
son estructuras, los potenciales no pueden ser representados como elementos gráficos de la
situación. (I 238)
Simondon critica constantemente este punto de vista en los párrafos finales del análisis de cada ‘dominio’
de la Individuación: al final de la individuación física, en Topologie, chronologie et ordre de grandeur de
l’individuation physique; al final de la individuación biológica, en Topologie et ontogenèse; y al final de la
individuación psíquica y colectiva, en la que plantea los problemas de tiempo y de la emoción,
respectivamente26. Él termina cada ‘movimiento’ con un intento similar para sintetizar el tipo de relación
que las ‘estructuras’ y las ‘operaciones’ forman dentro del dominio que se trate –respectivamente,
dedicados a la individuación física, biológica o psíquica-colectiva–, se formule como una ‘relación entre la
cronología y la topología’ o como una ‘zona central de operaciones’.
Me limitaré aquí al párrafo Topologie, chronologie et ordre de grandeur de l'individuatión physique (I 148-
53), ya que es –como el conjunto de la individuación física– paradigmático, y porque me referiré a las otras
partes cuando trate los temas de la individuación biológica y psíquica-colectiva. Para Simondon, topología y
cronología –tales como estructura y funcionamiento, discontinuo y continuo, materia y energía– son
características complementarias de todos los sistemas y al mismo tiempo formas complementarias de
entender la individuación de los sistemas. El individuo físico es un ‘conjunto crono-topológico, cuyo devenir
complejo está hecho de las posteriores crisis de individuación’ (I 149)27, y la topología y la cronología están
directamente relacionadas con los ‘casos límite’ del conocimiento, que son propiamente el determinismo y
el indeterminismo: ‘el determinismo y el indeterminismo no son más que casos límite, ya que hay un devenir
de los sistemas: este devenir es el de su individuación’ (I 148).
El problema es a la vez ontológico y epistemológico, y la solución se encuentra, según Simondon, en una
ciencia de los procesos discontinuos, en el que las nociones complementarias relacionadas con la oposición
entre la estructura y el funcionamiento revelan inevitablemente sus limitaciones heurísticas:

25 En Lewin ver supra n. 20. El trabajo de René Thom sobre topología diferencial data de principios de 1950, pero
Simondon solamente asistió a su seminario durante la década de 1980, posiblemente con la esperanza de hallar en su
teoría de los sistemas lingüísticos y biológicos el poder universalizante que había atribuido previamente a la cibernética.
Thom criticó a Simondon, alegando que –debido a un conocimiento inexacto de topología– había fracasado en
desarrollar un análisis adecuado de la ‘materia de conocimiento transductivo’, y posteriormente no pudo proporcionar
una teoría de la significación satisfactoria (Thom 1994: 105). Por el contrario, Jean Petitot encuentra la morfodinámica y
la semiofísica de Thom entre las anticipaciones científicas más sorprendentes de Simondon (Petitot 2004: 104-6). Por
desgracia, en su ensayo Thom –que declaró irónicamente que había leído IGPB sin entenderlo– ni siquiera habla de la
tercera parte de la Individuación, donde Simondon proporciona, como mostraré, una teoría de las significaciones que
podría ser realmente relacionada con la semiótica de Thom (por ejemplo Thom 1968). Sin embargo, si es cierto que la
topología de Thom es ‘un estructuralismo incluyendo la dinámica’ que ‘se desarrolla, de hecho, en un neo-mecanicismo’
(Petitot 1975: 146), entonces la crítica de Simondon del determinismo podría extenderse fácilmente a ella.
26 Vale la pena señalar que, en la tesis original de Simondon los ‘macro-dominios’ de individuación son sólo dos, ya que

la parte psíquico-colectiva forma parte de la individuación ‘au niveau des êtres vivants’. Pero esto no frustra mi
argumento, porque es cierto que las descripciones de la individuación en cada dominio y subdominio siguen el mismo
patrón. Para una explicación detallada de las diferentes estructuras de la tesis original y su versión publicada, ver la nota
29.
27 ‘El ser físico individuado no es completamente simultáneo a sí mismo; su topología y la cronología están separados

por una cierta distancia’ (I 149).

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Desde este punto de vista, parece posible entender por qué las representaciones opuestas de
continuidad y discontinuidad, de materia y energía, de estructura y funcionamiento, sólo pueden
ser utilizadas como parejas complementarias. Esto es debido a que estas nociones definen las
características opuestas y extremas de las diferentes realidades en las que tiene lugar la
individuación. Pero la operación de individuación es el centro activo de esta relación. (I 150-151)
En conclusión, esto explica la exclusión de Simondon de la posibilidad de una ciencia puramente
topológica, así como de una ciencia ‘pura’ de las operaciones de individuación; como ambos conciernen a
casos límite, ellas se abstraen del proceso real y por lo tanto son incapaces de dar una explicación adecuada
de las mismas. Así, en la Individuación la allagmática aparece como una ‘teoría de la metaestabilidad’, es
decir, de ‘los procesos de intercambio entre configuraciones espaciales y secuencias temporales’ (I 238), y ya
no sólo como una ciencia de operaciones.
Pero los dos tipos diferentes de conocimiento –de estructuras o de operaciones– no pueden considerarse
simétricos. En la Individuación, la contradicción que opuso una teoría allagmática de las operaciones a una
teoría allagmática de los ‘intercambios’ entre estructura y funcionamiento, parece estar finalmente
superada. Y sin embargo, desafiando el tema de la individuación, Simondon presenta una teoría que, a pesar
de tratar tanto la estructura y funcionamiento, no puede considerar estrictamente equivalentes o simétricos
los dos ‘lados’ de su objeto, sea porque las ciencias de las estructuras ya existen, mientras que, por el
contrario, las ciencias de operaciones no. Al final, el ‘lado’ operativo parece seguir siendo el prevalente de la
allagmática, si nos limitamos al texto de la Individuación:
En los fundamentos de la ontogénesis de los individuos físicos, hay una teoría general de los
intercambios y los cambios de estado, lo que se podría llamar allagmática. (I 328)
Volvamos entonces a la doble hipótesis formulada anteriormente con el fin de leerla a la luz de la
Individuación, es decir, de una filosofía en la que las estructuras siempre se conciben en relación con su
ontogénesis. De acuerdo con lo que Simondon escribe en Allagmatique, si una teoría de las operaciones no
puede referirse directamente a los dominios objetivos, como lo hacen las ciencias de las estructuras, debe
ocuparse de lo que tales ciencias dejan abierto como ‘lagunas’ dentro y entre ellas. De esta manera el propio
Simondon establece que una ciencia de las operaciones ‘sólo se puede lograr si la ciencia de las estructuras
experimenta, desde dentro, los límites de su propio dominio’ (A 560 a 561). Por lo tanto, la posibilidad
misma de una allagmática depende del requisito de una ‘teoría sistémica de las estructuras’ (A 561).
En resumen, la tesis de Simondon puede expresarse de la siguiente manera: (1) han habido, desde el siglo
XVII, ciencias que estudian las estructuras; (2) a partir de ello, ahora es posible la construcción de las ciencias
que estudian los procesos ontogenéticos mediante la vinculación de los dominios epistemológicos de los
que se ocupan esas ciencias (de lo contrario, se correría el riesgo de aceptar una representación inadecuada
de los procesos de los cuales emergen las estructuras); (3) tal vez será posible construir una ciencia de las
operaciones, pero sólo después de que se produzca un sistema de las ciencias de las estructuras. Simondon
deja la conclusión en el aire al cuestionar la naturaleza de una ‘teoría de las operaciones’ fundamental:
¿debe definir y clasificar ‘las grandes categorías de operaciones, los diferentes tipos de los dinamismos
transformadores que descubren los estudios objetivos’, o debería más bien definir
un tipo fundamental de la operación, de la que todas las operaciones particulares derivarían
como casos más simples. Estos diferentes grados de simplicidad definirían entonces una jerarquía,
un riguroso principio de clasificación. (A 559)
Es posible argumentar que, por el cruce de la física cuántica con otros diferentes campos de la
investigación científica, Simondon buscaba un paradigma de la ‘clase fundamental de la operación’ que
pudiera destituir definitivamente el substancialismo ‘hilemórfico’ 28 del trono de la totalidad de la metafísica
occidental, desde Aristóteles hasta la ciencia moderna. En ese sentido, la Individuación puede ser
interpretada como un intento de extender –a través de las nociones de metaestabilidad y transducción– tal
poder revolucionario a todos los ámbitos del ser; sin embargo, la implementación de un modelo

28 Acerca de la crítica de Simondon a la noción aristotélica de ‘hilemorfismo’, ver Secc. 2.1.

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fundamental siempre se mantuvo abierto y problemático. La obra de Simondon, de hecho, se caracteriza
por la experimentación persistente de invención conceptual, una ‘operación’ filosófica siempre destinada a
ser fundada en las investigaciones técnicas y científicas de su tiempo:
Tal representación del ser necesita una reforma conceptual que depende de un revisión radical
de algunos esquemas básicos, algún paradigma nuevo que sustituiría el esquema hilemórfico
impuesto por la cultura [...] Hemos tratado de derivar un paradigma de las ciencias físicas. (I 319)
Por lo tanto, el carácter genuinamente filosófica de la Individuación radica en el intento de habilitar
diferentes ‘esquemas’ –modulación, cristalización, fase, metaestabilidad, transducción, y muchas otras
herramientas conceptuales– para el análisis de los diferentes dominios del ser, de sus condiciones
estructurales y el estado de funcionamiento: herramientas para definir los límites entre los diferentes
dominios con el fin de hacer un problema de ellos, en lugar de arreglarlos. Los conceptos de Simondon, de
hecho, no definen ‘dominios’ separados –la materia, los seres vivos, la psique, la sociedad– atravesados por
individuos o cualquier tipo de sustancias de las cuales los individuos se componen. Por el contrario, indican
‘fases’, procesos, cuya composición dinámica constituyen modifican continuamente la configuración de los
individuos, como es el caso dentro de un campo magnético o gravitatorio, en el que diferentes fuerzas y
procesos constituyen un espacio irregular e inestable, lleno de potencialidades, que puede modificar o
modificarse por lo que sea –materia o energía– que se convierta en parte de ella. No hay garantía
ontológica, entonces, de un dominio estable y seguro, y ninguna ciencia capaz de definir los procesos
específicos que caracterizan a un dominio es posible sin una investigación previa de la ontogénesis singular y
el funcionamiento de las diferentes estructuras que lo constituyen.
Queda claro entonces que la filosofía de la individuación de Simondon se basa en el análisis crítico de los
resultados de las ciencias ‘estructurales’, con el objetivo de criticar más que para confirmar la supuesta
‘identidad’ de sus objetos, reactivando así la hipótesis ontogenética con el fin de descubrir las tensiones
reales que hacen metaestable cada estructura, es decir, un individuo sometido a una individuación. Esto
explica el camino seguido por su análisis: las dos secciones originales de la Individuación muestran el
proceso de individuación a través de tres apartados diferentes (física, biológica, psíquica y colectiva); y cada
una de ellas concluye –como ya se ha dicho– con la demostración de la insuficiencia de cualquier definición
estructural y topológica del individuo que no considere adecuadamente el problema del tiempo 29.
El mismo patrón nos lleva a la misma pregunta: ¿es posible el conocimiento de las ‘operaciones’? La
respuesta debería ser: sí, pero sólo como un superávit de conocimiento que caracteriza siempre la
ontogénesis de la estructura en relación con la estructura en sí. Es preciso entonces que las ciencias de las
estructuras sean conducidas para revelar la singularidad irreductible de las estructuras que las que se
ocupan. Una vez que el individuo se entiende como una estructura de este tipo, uno puede eventualmente
dar sentido a la declaración de Simondon mencionada anteriormente:
De acuerdo con la doctrina que voy a presentar [...] solo puede haber ciencia del individuo, esto
sería la consecuencia epistemológica de esta investigación. (AI 553)
Podemos finalmente elegir entre las dos definiciones diferentes de allagmática que Simondon presenta en
Allagmatique y en la Individuación. La primera (‘allagmática es la teoría de las operaciones’) parece ser
provisional: correcta, ya que lo que las ciencias de estructuras no tienen en cuenta son precisamente los
factores aleatorios de la ontogénesis, pero insuficiente porque deja a la imaginación una teoría ‘pura’ de las
operaciones. En cambio, una ‘ciencia del individuo’, concebida como una ciencia de los procesos de
individuación, es una teoría de los umbrales y las transiciones entre las estructuras, el conocimiento de lo
que presupone una ciencia de las estructuras, pero, necesariamente, en la dirección de una ciencia de la

29 La individuación se dividió originalmente en dos secciones, la primera tratando L’individuation au niveau physique, la
segunda L’individuation au niveau des êtres vivants. La segunda sección tiene tres subsecciones, dedicadas
respectivamente a la Information et ontogenèse: l’individuation vitale, L’individuation psychique y Fondements du
transindividuel. A partir de aquí voy a hablar de las dos secciones (y las subsecciones relativas) al referirme a la partición
original, y a las tres partes al referirme a la tripartición comúnmente aceptada (física, biológica, psíquico-colectiva). La
tesis original de Simondon se puede consultar en los Archives de Georges Canguilhem (Canguilhem GC: 40.2.1).

13
ontogénesis de estas estructuras. Por estas razones nos vemos obligados a elegir la definición de allagmática
que Simondon ofrece en la conclusión de la Individuación: ‘una teoría general de los intercambios y
modificaciones de los estados’ (I 328).
Como es evidente, mi reconstrucción teórica implica una anterioridad hipotética de los textos
programáticos en relación con la Individuación. Aunque sin datar, en mi hipótesis se expresa la necesidad de
Simondon de una visión de conjunto sobre el proyecto de la Individuación antes o durante su elaboración30.
Su conclusión teórica es que las condiciones epistemológicas para la posibilidad de una 'teoría de
operaciones' reside en la amplificación del enfoque allagmático a cada campo del conocimiento, a través de
los paradigmas mencionados de la cristalización y la modulación:
Todavía tenemos que aclarar cómo el acto de cristalización y la modulación se entrelazan en el
devenir de los sistemas físicos, biológicos, psicológicos y sociales. Esta será la función de la hipótesis
allagmática sobre la naturaleza del devenir. (A 566)
De acuerdo con su proyecto anterior, en la Individuación Simondon ha conducido su búsqueda de una
clave universal que –sobre la base de una nueva concepción del individuo y la causalidad– traduciría toda
esta serie de metamorfosis paradigmáticas en lo que él consideraba en ese momento la herramienta
metodológica más precisa e innovadora: el concepto de información.

Referencias

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30Podría haber una revisión posterior de sus resultados, en vista de la ‘teoría general de las ciencias sociales’ que
Simondon expone en su conferencia en la Société Philosophique en 1960. Sin embargo, en este caso la ausencia del
concepto de ‘operación transductiva’, central en la conferencia de Simondon (FIP 531), casi no podía explicarse.

14
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