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4 de Diciembre de 2003- 4 de Diciembre de 2018

“Barajar y dar de nuevo”


15 años de la Fundación Espiritual de la Argentina
Han transcurrido 15 años desde aquel Jueves 4 de Diciembre del año 2003 en el
que celebramos a media voz aunque con convicción, el nacimiento y la puesta en
vigencia de una declaración de intenciones denominada Fundación Espiritual de
la República Argentina.

Los hechos que dieron origen a aquella aventura poética son bien conocidos y han
sido suficientemente relatados ya por Ludovica Squirru en todos sus libros desde
entonces, y no considero volver sobre ellos aquí, aunque personalmente sí
quisiera aprovechar para agradecer y celebrar las circunstancias oportunas del
destino que me llamaron a protagonizar entre otros elegidos, la primera comisión
de elaboración de “aquello” que antes nadie se había atrevido a realizar - es
decir REFUNDAR un país. Así, en aquel 2003, año de la Cabra de Agua en el
horóscopo chino, Ludovica- mentora y guía del proyecto, nos invitaba a gestar
“otra partida” para la República Argentina; inspirándonos en los conocimientos
sobre el cielo y las estrellas de los antiguos babilónicos, en el testimonio de la
sabiduría milenaria china condensada en el I Ching, pasando por las trazas de
avanzada cultura de los legendarios horóscopos mayas y la hondura del saber de
los pueblos patagónicos y la tradición mapuche. También en las psicografías de
Benjamín Solari Parravicini.

La “Fundación Espiritual de la Argentina” pasó de ser un sueño inspirado e


inspirador a convertirse en un hecho real a través de un hecho simbólico dentro
de un campo- el astrológico. La confección de una nueva Carta Natal (4 de
Diciembre 2003- 17:00hs Córdoba- Argentina) que astrológicamente pudiera dar
cuenta de otro imaginario de nación en sintonía con otros deseos y nuevas
visiones, en definitiva se constituyó en una oportunidad de revisar el estigma de
la continuidad de un pasado que no ha cesado de crearnos a los argentinos esa
especie de “destino de argentinidad” que nos identifica tristemente y muchas
veces con “lo esencial de la vida argentina, eso de ser promesa”

José Ortega y Gasset en ocasión de su vuelta a la Argentina en 1928, a través de dos de


sus ensayos, “La Pampa… Promesas” y “El hombre a la defensiva” bucea en las
profundidades del alma argentina. En el primer ensayo, Ortega advierte que la Pampa
se mira comenzando por su confín (punto más lejano que se alcanza con la vista), por su
órgano de promesas y concluye que acaso lo esencial de la vida argentina es eso, ser
promesa. La Pampa promete, promete y promete, es pura abundancia que hace que

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nadie viva donde está sino en la lejanía, delante de sí mismo. Las ruedas de los molinos
mecánicos de la Pampa prometen y aspiran a ser ruedas de la fortuna. Pero cuando las
promesas no se cumplen, queda el hombre argentino atónito y mutilado. Así entonces,
el alma criolla se llena de promesas heridas y sufre de un descontento radical. El
criollo, remarca Ortega, no asiste a su vida efectiva, sino que se la pasa fuera de sí,
instalado en la otra, en la vida prometida, y es por eso que en el argentino predomina,
como acaso en ningún otro hombre, esa sensación de una vida evaporada sin que sea
advertida1. Así pues, la Pampa es “constante y omnímoda promesa,” concluye Ortega. Y
si, frente a la Pampa, “al hombre se le cargan los ojos de la embriaguez” del horizonte,
del mismo modo, en la vida argentina todo es “ser promesa” (638): quien allí llega “ve
ante todo lo de después” (639).

Sin embargo y porque no somos ingenuos ni extravagantes, advertimos entonces


que la oportunidad de darle a nuestra Argentina esa nueva CN , debía hacerse sin
desconocer los personajes ni los hechos, ni el contexto histórico que enmarcaron
el nacimiento de nuestra patria. Por el contrario, contar con una CN
confeccionada bajo el referente de la “espiritualidad” apuntaba a comprender
que existen sobrados factores en aquel nacimiento de 1816 que necesitaban ser
revisitados sensiblemente, asimilando aquellas experiencias fundantes a través
de un proceso regenerador de aquel destino en relación a los elementos, energías
y tendencias astrológicas del mapa natal.

En lo personal, consciente de la trascendencia de integrar y resignificar aquellos


factores en lugar de desestimarlos y tirarlos por la borda, a sabiendas de la
posibilidad de repetir en este proyecto la consabida “institución nacional de la
grieta” del “yo versus ellos” o lo que sería lo mismo la disputa de si “la CN
Espiritual de 2003 o la CN denostada de 1816”; me enfoqué en recibir inspiración
para plasmar este espíritu instituyente de una Argentina capaz de renacer
renovada en su integridad y menos evaporada en su promesa de ser, que Ludovica
nos había instado a crear.

Surgió así la orientación para definir hacia dónde apuntar el diseño astrológico,
en pos de proveer de refuerzos de energía vital a nuestra identidad nacional,
para encarnar una consciencia consistentemente fundada, que de alguna manera
nos diera elementos para elegir un rumbo propio y auténtico de hijos crecidos de
nuestra patria, constituidos en torno a las ciertas identificaciones con nuestros
ancestros y mandatos, pero animados por nuestra singularidad emancipatoria.
Buscaba en el mapa espiritual de 2003, factores que reflejaran este paso de ser
hijos de la CN de 1816 para convertirnos en adultos responsables de nuestras
decisiones, auténticos herederos con título propio de la CN de 2003. Algo así

1Martínez Sáez N. “Entre halagos y críticas, los argentinos según Ortega y Gasset”
martinezsaeznicolas@gmail.com

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como leemos en los versos de la escena primera del Fausto de Goethe “Lo que has
heredado de tus padres, adquiérelo para poseerlo”.

A propósito de ello, los gráficos de las Cartas Natales de 1816 y 2003 se muestran
a continuación para intentar meditar en ambas juntas, con la intención de crear
definitivamente esa “Gestalt gestaltung- es decir ese “ser siendo”, donde lejos
de suponer una cómoda lectura en armonía, su análisis conjunto nos implique la
renuncia a la satisfacción del descarte de una de ellas en favor de la otra, como
así también obligue a la articulación de las tendencias y aspectos contradictorios
y refractarios entre ambas. También con la determinación de crear ese poder
transgeneracional de constituirnos en lo que deseamos, en consciencia de que
todo lo que fue, es y está, viene con su porqué y que debemos comprenderlo
definitivamente en la aceptación de lo poco que sabemos sobre los motivos
trascendentes y las vicisitudes de los lazos de todo lo creado, incluida nuestra
existencia.

(Aquí tendrían que incluir las 2 Cartas Natales 1816 y 2003)

Respecto del análisis astrológico de las CNs y especialmente el de la Carta


Espiritual de la Argentina de 2003, creemos que ello merece otro espacio que
excedería en mucho el de estas páginas, aunque sin dudas nos entusiasma la
perspectiva de concretar algún tipo de encuentro dedicado a la aventura de
horoscopear en lo que allí proponemos; siempre animados por el afán de
aprender a producir renovadas maneras de ser y hacer juntos. (Como se advierte
en la CN de 2003, las características del Sol y Mercurio en Sagitario en Casa VIII,
y las presencias y aspectos de Júpiter en Virgo en la Casa V y Saturno en Casa III,
en Cáncer regidos por la Luna en Aries, aspectando desde Casa XII al Ascendente
en Tauro; como así también la presencia de Urano, desde su posición en Acuario y
en Casa X; se encuentran propiciando estas posibilidades emergentes que
comienzan a estar disponibles para quienes puedan aventurarse a recibir y
participar de nuevas formas de relacionarnos y aprender a generar eso de
“poder juntos”.

Barajar y dar de nuevo- Fundación Espiritual de la Argentina versión 2018

Sucintamente, en los párrafos anteriores he intentado dar cuenta de los


fundamentos y el recorrido motivacional de la Fundación Espiritual de la
Argentina, como también así de sus primeros pasos.

Hoy, tal vez porque pasados los años, yo misma esté siendo capaz de resignificar
aquel ímpetu fundacional de 2003 con la madurez de lo vivido personal y

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socialmente; lo cual me habilita en alguna medida, a evaluar nuestra iniciativa
con mayor sentido crítico.

Han pasado 15 años desde aquellos fervorosos días primeros y escribo en Buenos
Aires, en el contexto de esta Argentina de 2018- la del mundial de futbol de Rusia
y su lema “One Life- Live it up ´cause we got One Life, ´cause u don´t get it
twice”, las corridas bancarias, el retorno del FMI, la devaluación del peso, los
aumentos de precios, los “nuevos” precios cuidados y los eclipses del eje
Cáncer/Capricornio. También la del trágico desenlace de la figura pública
conocida como Pity Álvarez quien confiesa haber matado “como cualquier animal
hubiera hecho”, alegando la fatídica frase “era él o yo” y no puedo evitar
estremecerme.

Así habla la Argentina hoy y algo no deja de sonar a sino – como la constancia
monótona de una continuidad que parece afirmar la sentencia de Ortega “el
argentino se la pasa fuera de sí, instalado en la vida prometida, y es por eso que en el
argentino predomina, como acaso en ningún otro hombre, esa sensación de una vida
evaporada sin que sea advertida”.

Hoy, me pregunto hasta dónde también la Fundación Espiritual no suena a


promesa… ante la evidencia de lo que recurrente nos muestra la realidad, en
todo lo que nos avergüenza de nosotros mismos y nos degrada…?

Me pregunto también cómo legitimar lo “espiritual” de la refundación que


intentamos? ¿Estaremos en condiciones de abrazar el deseo de esta otra
identidad espiritual “integrada” desde una subjetividad madura, tanto a nivel
personal como social? ¿Qué postura tomaremos y qué podríamos hacer para
expandir esta consciencia?

Y sigo pensando: nuestro país registra un largo recorrido de vaivenes en cuanto a


abrirse y cerrarse al mundo y a los “otros y lo otro”- lo diferente. Aunque el
fallido mito del “crisol” no ha logrado plasmar sus propósitos de integración de
razas, aun así no ha detenido su producción en el tiempo de “nuevos otros” o
“nuevos excluidos” internos o externos, en su proyecto de consolidación de una
identidad nacional. Me pregunto si este pasado argentino no ha sido la manera
que la argentinidad tuvo de cumplir su destino astral y si la narrativa del “crisol
de razas” no terminó de verdad “FUNDIENDONOS” al calor de las disputas y los
dilemas que no hemos podido terminar de desentrañar en el eje de las Casas IV y
X, en Cáncer y Capricornio. ¿Será por eso que tantas veces me resonó el slogan
“Refundarnos para no refundirnos”?

Y pienso en esta configuración de la CN del 9 de Julio de 1816 y en el sentido que


de ordinario se le da: disputa y enfrentamiento entre el gobierno- los

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gobernantes y el pueblo de la nación. Los poderes nacionales valoran lo
extranjero y denostan lo propio, por el Ascendente en Libra. Concuerdo con estas
proposiciones en general.

Sin embargo deseo sumar otra línea interpretativa que remite nuevamente a las
intuiciones de Ortega y Gasset, aquel extranjero que desde la lejana cercanía, se
empecinó en poder comprender la psicología del argentino, concibiendo a la
psicología como ciencia del espíritu, que incluye asimismo la pregunta sobre la
identidad psicológica de los pueblos. En “El hombre a la defensiva”, ensayo a
modo de continuación de “La Pampa… Promesas”, en el que decide no utilizar el
paisaje de La Pampa como imagen del recorrido hacia el alma nacional, sino que
lo hace reflexionando previamente por la idea que tiene del Estado argentino
para luego, a partir de allí a pensar en la identidad vernácula.

La autenticidad, plantea Ortega, tiene lugar cuando las formas (las Instituciones-
el Estado- Casa X) están en inmediata correlación con la vida (la vida cotidiana-
el pueblo- Casa IV). Sin embargo, en los argentinos dicha correlación no se
produce debido a que el hombre está siempre a la defensiva, hipótesis central de
su ensayo. Así, para el autor, la Argentina presenta un fuerte Estado contrario a
la espontaneidad social y cuya consecuencia es un desequilibrio con la realidad
social.2 Ortega y Gasset va a basarse en la historia de la relación de los
españoles con los argentinos, quienes al compartir idioma, crearon una pronta
invitación a una deslizante “intimidad” (Casa VIII). Afirmara Ortega que la
velocidad de ese movimiento hacia la intimidad entre el argentino y el español,
sirvió únicamente para crear un violento choque y hacerse daño. Esto explicaría
este estrato más externo de la estructura psicológica que Ortega ha llamado
“hombre a la defensiva”, quien preocupado en defender su propia persona,
frente al prestigio que cree ostenta el extranjero, muestra su posición social o
sus cargos como si fueran externos a él- del otro, es decir que sin poder vivirlos
como propios, los exhibe. Dicha preocupación exagerada por la posición social
puede explicarse, desde la mirada orteguiana, a partir de la historia inmigratoria
de nuestro país y la consecuente competencia por el ascenso social.

Observamos que el eje Cáncer- Capricornio en relación a sus Casas


correspondientes en la configuración de la CN de 1816 se da invertido: la Luna,

2 Ostrovsky A. ** Moya L. *** La mirada del extranjero. Reflexiones de José Ortega y Gasset sobre
la psicología de los varones y las mujeres argentinas* Universidad Nacional de Mar del Plata,
Buenos Aires, Argentina www.redalyc.org/pdf/647/64739325028.pdf

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regente natural de Cáncer se encuentra en Capricornio debilitando su dignidad
energética esencial aunque conserva manifestándose en su propio domicilio Casa
IV. Mientras tanto el Sol que se encuentra en Cáncer en la Casa X, heredando las
características de linaje masculino ya que allí representa a los hombres de la
familia como cuidadores de las raíces y la memoria defensiva- lunar de la
tradición; llevando a interpretar a nuestras figuras de autoridad (Sol en Casa X) y
siguiendo a Ortega, a mostrar su posición social o sus cargos sin poder hacerse
cargo de ellos y sin poder vivirlos como propios y a los “comunes” del pueblo
(Luna en Casa IV) a sentirse de algún modo desconfiados de su protección y
vulnerables en su integridad. Como vemos, persiste el dilema entre las casas 4 y
10, de no poder distinguir quién es quién y de no saber diferenciar lo propio de lo
ajeno, lo interno de lo externo y la fortaleza de la debilidad; exhibiendo con
nitidez el despliegue de estos “mecanismos defensivos” que no permiten
componer finalmente una integrada consciencia de la herencia y el proyecto de
futuro libre de acechanzas.

“La palabra, el gesto, no se producen como naciendo directamente de un fondo vital


Íntimo, sino como fabricado expresamente para el uso externo” (Ortega y Gasset,
1929/1962b, p. 25).

Como vemos, la interpretación tan sólo del eje IV/ X de la CN del 9 de Julio de
1816, nos lleva a una extensa y profunda reflexión respecto de quienes fuimos,
quienes somos y qué bases deseamos sentar para un proyecto de futuro como
auténtica tierra de unidad, inclusión y prosperidad. En este punto es donde creo
que ambas cartas natales (1816 y 2003) unen sus potencias y se articulan, dando
lugar a algo más que una mera comparación interpretativa o a un dilemático
rechazo de una en favor de la otra.

Llegará el momento, si todo sale bien en que podamos dejar atrás armaduras e
imposturas, esas que tan a menudo percibimos en las estructuras y figuras que
encarnan el poder, y tal vez podamos superar la falla en el gesto de confianza
que tanto anhelamos como pueblo y que si “barajamos de nuevo” en la
Argentina, nos hará como pueblo ser dignos de ser y a nuestros gobernantes,
reales dignatarios de nuevos votos.

Ta vez en la madurez de estos 15 años, nos pueda ir quedando en claro que no


habrá esperanza, ni vida ni mundo posible sino en una “total consciencia de
inclusión”, de aprender a hacerlo juntas y juntos o “juntes”, a través de
prácticas reales y ejercicio pleno de otras formas de convivencia solidarias y
pacíficas, entonadas con este anhelo de porvenir que pareciera anunciarse ya
hoy, sobre todo en las jóvenes generaciones- en las improntas de tantísimas
mujeres y hombres del mundo que no cesan de mostrarnos que otras formas de

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hacer la vida son posibles. Nuevas subjetividades, otros modos de existencia.
Autenticidad.

En la CN espiritual del 4 de Diciembre de 2003, leemos que la Argentina


representada por el Sol en conjunción a Plutón en Casa VIII, nutriéndose de la
materia fértil de la entraña profunda de la tierra Tauro de su Ascendente y del
nervio espiritual del Centauro, tendrá la oportunidad de elevarse con su flecha
hacia las alturas político- filosóficas señaladas por Sagitario, hacia una confianza
madurada en la intimidad de otros vínculos, con nuevos valores y autonomía en
las formas sociales que elija para brillar en el concierto de las naciones del
planeta. Parravicini la intuyó purificada en el final de los finales, samaritana de
la Tierra; señalada a contener los destinos de las generaciones venideras, esas
que desde Latinoamérica crecerán, en términos de Vasconcelos, como la Raza
Cósmica.

Pampa Argentina, cuna del mañana

Como se apreciará, los pensamientos expresados no tienen mucho que ver con un
desarrollo racional. La lógica de este recorrido, como decía Leibnitz, es una
especie de “corriente que cuando creíamos haber llegado a puerto, nos
encontramos de nuevo en alta mar”.

Finalmente, con la Fundación Espiritual tal vez estemos tratando de descubrir


entre nosotros, aquí y ahora, eso que nos faculte a producir nuestra existencia
como obra de arte, con reglas éticas y estéticas que constituyan un modo
“espiritualmente fundado” de ser, como estilo de vida. A esto llamó Nietzsche la
actividad artística de la voluntad de poder. ¿Será entonces en una “artística de la
amistad planetaria” donde se funde la Argentina Espiritual como cuna del
mañana?

Podríamos seguir y seguir en nuestro derrotero, añadiendo nuevas dimensiones


para intentar hacer hablar a la Fundación Espiritual de la Argentina. Sin
embargo, somos conscientes de que ésta no es una obra acabada y como en la
vida, nos restan felizmente todavía otras conversaciones, otros encuentros,
muchos caminos por andar. También propuestas, otros actos y nuevos gestos- el
porvenir.

Cierro estas líneas, sí con una certeza y es la de la inspiración renovada en la


Fundación Espiritual; y vuelvo a Borges y con él vislumbro un porvenir en el que
ya no será preciso temer “esa sensación ajena y defendida de una vida
evaporada o eso de ser promesa en lo esencial de la argentinidad” de la que nos
advertía Ortega- el extranjero. Sueño que pasado, presente y futuro serán

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instantes que tu rostro, querida Argentina habrá dejado y dejará en los espejos
de ese diverso cristal de esa memoria- el Universo y que el destello de cuánto
hayamos hecho brillar el lustre de tu metal precioso, será real en el eterno
retorno de la memoria ya que no habrá entonces, más penas ni olvido.

Ojalá que así sea.

El porvenir es tan irrevocable

como el rígido ayer. No hay una cosa

que no sea una letra silenciosa

de la eterna escritura indescifrable

cuyo libro es el tiempo.

Quien se aleja

de su casa ya ha vuelto.

Nuestra vida

es la senda futura y recorrida.

Nada nos dice adiós. Nada nos deja.

No te rindas. La ergástula es oscura,

la firme trama es de incesante hierro,

pero en algún recodo de tu encierro

puede haber un descuido, una hendidura.

El camino es fatal como la flecha

pero en las grietas está Dios, que acecha.

“Para una versión del I Ching”

Jorge Luis Borges

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Ana Tarántola es Psicóloga Social y docente. Estudio la carrera de Gestión de Organizaciones de la


Sociedad Civil en UNSAM. Se dedica al desarrollo de Proyectos de Intervención psicosocial en los
distintos ámbitos de gestión de la vida cotidiana- sector público, privado y de la sociedad civil. Se
especializa en la gestión de conflictos en grupalidades y equipos de trabajo en situaciones de
numerosidad social. Realiza Mentoría de Proyectos Creativos- Artísticos y Culturales, Producción
Artística, Entrenamientos- Capacitaciones- Coordinación grupal y desarrollo personal.

Apasionada por la astrología y por todo aquello que favorezca el desarrollo de la consciencia, la
concordia y el cuidado y la belleza de todo lo que existe. Tigre de Agua Sagitario

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