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RESUMEN
ABSTRACT
This paper deals with the close disciplinary relations between the linguistic and the historic
studies which can be seen in the works of the Venezuelan philologist Ángel Rosenblat.
Moreover, from his point of view it was not possible but to understand that the facing of
HISTORIAS Y LENGUAS
temporáneo. Amado Alonso, entre otros muchos, se levantará como defensor inte-
ligente de la estilística como vía para el conocimiento de la lengua coloquial y de la
lengua artística3. Historias y lenguas se entenderían como legado patrimonial de los
pueblos. Historia hecha a través de las palabras, palabras que nos hablan de las
edades de la cultura y de los recorridos de los hombres. Afectos y repulsiones, triun-
fos y fracasos de la vida de los hombres que la lengua ha reflejado en exactitud. De
esta manera, la lingüística histórica que Diez había creado iría a resolverse en simple
método. Junto a esta lingüística histórica, y gracias a la fuerza que la presencia de la
historia estaba ofreciendo al trabajo lingüístico, se estaría produciendo la necesidad
de presentar los resultados del trabajo lingüístico en su consideración histórica:
1
ARELLANO, Fernando (1979): Historia de la lingüística, Caracas: Universidad Católica
Andrés Bello/ Institutos Humanísticos de Investigación, I: 225.
2
IORDAN, Iorgu (1967): Lingüística románica. Evolución, corrientes, métodos, Madrid: Edi-
ciones Alcalá.
3
PÉREZ, Francisco Javier (1998): «Retratos de lingüistas: Rosenblat en Amado Alonso y
Leo Spitzer», Actualidades (CELARG) 8: 187-193.
4
Fundación Polar (1997): Diccionario de Historia de Venezuela, Caracas: Fundación Polar,
III:
1006. Se consignan aquí datos puntuales sobre su bio-bibliografía.
5
ROSENBLAT, A. (1987-1989): Buenas y malas palabras, en Biblioteca Ángel Rosenblat, Cara-
cas: Monte Ávila Editores, I y II (Estudios sobre el habla de Venezuela. Buenas y malas palabras).
6
ROSENBLAT, A. (1949): «Sentido mágico de la palabra», Revista Nacional de Cultura 72: 15-30.
7
ROSENBLAT, A. (1971): La lengua del «Quijote», Madrid: Editorial Gredos.
8
ROSENBLAT, A. (1958): Ortega y Gasset: Lengua y estilo, Caracas: Universidad Central de
FRANCISCO JAVIER PÉREZ 256
13
ROSENBLAT, A. (1977): Los conquistadores y su lengua, Caracas: Universidad Central de
Venezuela/ Ediciones de la Biblioteca.
14
Ibid., 50.
15
Ibid., 89.
16
Ibid., 70. Estaba convencido de la significación cualitativa de la hidalguía del conquista-
dores en la formación del español americano, restándole valor al elemento cuantitativo: «Haya sido
mayor o menor la proporción de hidalgos en los contingentes conquistadores y pobladores del siglo
XVI, su importancia es de todos modos incuestionable. Conviene, pues, ver qué era el hidalgo y qué
aportaba, social, cultural y lingüísticamente, a la vida hispanoamericana de la época» (p. 57).
17
ROSENBLAT, A. (1956): El nombre de Venezuela, Caracas: Universidad Central de Venezue-
la/ Facultad de Humanidades y Educación/ Instituto de Investigaciones Históricas. En esta misma
línea, ha investigado tempranamente El nombre de la Argentina (1940).
18
Ibid., 51.
19
Ibid., 51-52.
20
ROSENBLAT, A. (1951): «Las ideas ortográficas de Bello», en BELLO, A. (1951): Obras
Completas, Caracas: Ministerio de Educación, V («Estudios gramaticales»): IX-CXXXVIII. Además, ha
dedicado otros textos al estudio de la obra lingüística de Bello: El pensamiento gramatical de Bello
(1965) y Andrés Bello a los cien años de su muerte (1966). El método Origen e historia será, también,
puesto a prueba en otros estudios: «Origen e historia del Che argentino» (1962).
21
ROSENBLAT, A. (1974): «Presentación», en HILDEBRANDT, Martha (1974): La lengua de
Bolívar. I. Léxico, Caracas: Oficina Central de Información, 9. Aunque la primera edición la llevó a
cabo la Universidad Central de Venezuela, cito por la edición especial mencionada, realizada con mo-
tivo del Sesquicentenario de las Batallas de Junín y Ayacucho y del Congreso Anfictiónico de Panamá.
EL DICCIONARIO HISTÓRICO
Y SU HISTORIA DICCIONARIOLÓGICA
22
PÉREZ, Francisco Javier (1997): Estudios de lexicografía venezolana, Caracas: Ediciones La
Casa de Bello, 114.
23
HILDEBRANDT, Martha (1987): «Mi recuerdo de Ángel Rosenblat», Boletín de la Acade-
mia Venezolana de la Lengua 160: 43: «Porque yo también me permití, con respeto y cariño, aconse-
jarlo algunas veces. Sobre todo en cuanto a empezar a redactar y publicar el Diccionario de
venezolanismos, cuyo insaciable fichero seguía interminablemente alimentando. No quiero imaginar-
me su expresión al ver que en el primer tomo publicado en 1983 (y recibido por mí después de su
muerte), él sólo figura como supervisor y coordinador de la papeletización de la obra en que dejó los
treinta años más plenos de su vida». GRASES, Pedro (1989): «Ángel Rosenblat, maestro (1902-1984)»,
Obras, Caracas-Barcelona-México: Editorial Seix Barral, 18 (Ensayos y reflexiones III): 316: «Se produ-
jo el hecho afortunado de ir Mariano Picón Salas como ministro de Venezuela al Sur. Decidió con-
tratar a Ángel Rosenblat para que se trasladase a Venezuela y se encargase de llevar a cabo lo que
ahora se ha realizado, en parte, que es el Diccionario de Venezolanismos». Otras aproximaciones críti-
cas a la obra lingüística de Rosenblat podrían, también, perfilar más su imagen: 1) SPERATTI PIÑERO,
FRANCISCO JAVIER PÉREZ 260
Emma Susana (1957): «Ángel Rosenblat, Buenas y malas palabras en el castellano de Venezuela», Nue-
va Revista de Filología Hispánica 11: 397-401; 2) ALONSO, María Rosa (1958): «Ángel Rosenblat y el
español de Venezuela», Cultura Universitaria 64: 74-78; 3) MOLHO, Maurice (1964): «Buenas y malas
palabras en el castellano de Venezuela de Ángel Rosenblat», Bulletin Hispanique 66: 213-233; 4) SANOJA
HERNÁNDEZ, Jesús (1977): «Veinte años de Buenas y malas palabras», Papel Literario (El Nacional),
Caracas, 16-1-1977, 2-3; 5) FERNÁNDEZ, Fernando (1984): «El pensamiento lingüístico de Ángel
Rosenblat, en Buenas y malas palabras», Actas del VI Encuentro Nacional de Lingüística, Mérida: Uni-
versidad de Los Andes, 17-24; 6) JIMÉNEZ, Maritza (1984): «Ángel Rosenblat: La lengua cambia, las
gramáticas quedan», El Universal, Caracas, 16-12-1984; 7) TEJERA, María Josefina (1988): «Rosenblat
y una historia de diccionario», Cultura Universitaria. Revista de la Dirección de Cultura de la Univer-
sidad Central de Venezuela 109: 43-46; 8) PÉREZ, Francisco Javier (1992): «Cinco siglos de lexicogra-
fía del español en Venezuela», Montalbán 24: 152-153; 9) YARZA, Pálmenes (1995): «Ángel Rosenblat»,
Al paso del tiempo. Figuras relevantes de la cultura en Venezuela, Caracas: José Agustín Catalá/ Edicio-
nes Centauro, 275-282; 10) PÉREZ, Francisco Javier (1998): «Un país de la A a la Z», Imagen 31-1;
11) PÉREZ, Francisco Javier (2000): «Para caracterizar a Ángel Rosenblat, lingüista historiador», Voz
y escritura. Revista de Estudios Literarios, Mérida-Venezuela, 10: 109-125; 12) MÁRQUEZ RODRÍGUEZ,
Alexis (2001): «El castellano en Venezuela. Nebrija, Bello, Rosenblat», Academia Abierta. Revista de
Extensión Socio-Cultural (Academia Venezolana de la Lengua, Correspondiente de la Real Española)
4: 5-10. Con motivo del L aniversario del Instituto de Filología «Andrés Bello» (IFAB) de la Univer-
sidad Central de Venezuela, el Boletín de Lingüística de esa institución dedicó el número doble 12-
13, correspondiente a enero-diciembre de 1997, a la memoria del fundador del IFAB. De los traba-
jos reunidos, los siguientes evalúan la obra de Rosenblat: 1) Juan Miguel Lope Blanch: «El estudio de
la lengua y los institutos de filología»; 2) Josefina Falcón de Ovalles: «Don Ángel Rosenblat en doble
perspectiva»; 3) Gabriela Kizer: «Con la tierra en la lengua»; 4) Enrique Obediente: «Actualidad de
los planteamientos fonológicos de Ángel Rosenblat»; 5) Luis Quiroga Torrealba: «El tema gramatical
en la obra de Ángel Rosenblat»; y 6) Fernando Fernández: «El pensamiento lingüístico de Ángel
Rosenblat en Buenas y malas palabras» (11-66).
24
ROSENBLAT, A. (1989): «El habla de Caracas en los últimos treinta años (1935-1965)»,
Biblioteca Ángel Rosenblat, Caracas: Monte Ávila Editores, II (Estudios sobre el habla de Venezuela.
Buenas y malas palabras). Este estudio podría entenderse como la contraparte lingüística de los ensa-
yos de sentido histórico testimonial que Mariano Picón Salas (1901-1965) había escrito para la
comprensión de la Caracas en transformación de modernidad: «Caracas en cuatro tiempos (1945-
1957)», Biblioteca Mariano Picón-Salas, Caracas: Monte Ávila Editores, 1988; II (Suma de Venezue-
la): 228-263.
25
Ibid., 277.
2. LA HERENCIA INDÍGENA
voz que sigue aún resonando entre nosotros. Y esa voz, conducida por las amplias
alas de nuestra literatura, se oye hoy a través de mares y continentes»26.
26
ROSENBLAT, A. «La influencia indígena», Biblioteca Ángel Rosenblat, ob. cit., II: 276.
5. CORRECCIÓN Y ENRIQUECIMIENTO
27
ROSENBLAT, A.: «El habla de Caracas en los últimos treinta años [1935-1965]», Biblioteca
Ángel Rosenblat, ob. cit., II: 278 y 279.
6. LA PRESENCIA EXTRANJERA
7. LA VIDA POLÍTICA
Este campo es el que ofrece una imagen patente de lo que debe entenderse
en la relación entre lengua e historia. Desarrollado en varios textos, es visto desde la
peculiaridad expresiva de un político (el vocabulario de Rómulo Betancourt en «El
habla de Caracas en los últimos treinta años [1935-1965]»), hasta el análisis de un
grupo de unidades terminológicas, de espíritu neológico, acuñadas hacia 1958 que
28
ROSENBLAT, A.: «El habla de Caracas en los últimos treinta años [1935-1965]», Biblioteca
Ángel Rosenblat, ob. cit., II: 278 y 279.
29
Ibid., II: 285.
LENGUAS E HISTORIAS
30
ROSENBLAT, A.: Buenas y malas palabras, ob. cit., II: 205-207. Para la decodificación del
significado de las voces referidas en los textos citados remito, una vez revisado el texto de Rosenblat,
a Rocío Núñez y Francisco Javier Pérez: Diccionario del habla actual de Venezuela. Caracas, Universi-
dad Católica Andrés Bello, 1994.
31
Ibid., I: XIX-XX («Palabras preliminares»). En La primera visión de América la perspectiva
del estudio es siempre la de afianzar la interpenetración de las mentalidades americanas y europeas,
en donde cada una va participando de la otra hasta constituir las dos modalidades de un mismo
proceso: «Así, los nombres de las cosas y de los lugares y la visión misma del conquistador de América
representan una proyección de la mentalidad europea. Los descubridores y pobladores hicieron en-
trar la realidad americana en los moldes de las palabras, los nombres y las creencias de Europa. Es
decir, la acomodaron a su propia arquitectura mental. Sobre el mundo americano proyectaron no
sólo la realidad tangible de su mundo europeo, sino también su tradición literaria, mitológica y
religiosa» (ob. cit., p. 45); «América es en cierto sentido un mundo nuevo, enteramente nuevo e
irreductible. En otro sentido es también una nueva Europa» (Ibid., p. 46).
32
PÉREZ, Francisco Javier (1998): «Ángel Rosenblat: El hombre que amó a Venezuela por
sus palabras», Papel Literario (El Nacional) (Caracas, 9 de agosto de 1998) (Serie 50 imprescindibles,
29/50). También en: SANOJA HERNÁNDEZ, Jesús (compilador y curador) (2002): 50 imprescindibles,
Caracas: Fundación para la Cultura Urbana, 323-328.