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SOBRE· RACIN-E

. ~ . -~ .

·por
ROLAND BARTHES
t rad~cción· y-pr~logo de ,
JAIME MORENO Vll,l..J\RREAL
siglo veintiuno édltores; s.a. de c.v.
CERRO DEL /l&.JA 2<8, DELEGACIÓN ccr,o,c.J,.><, ()(JlQ t,é,;co. D F.

siglo veintiuno de españa editores, s.a.


C/\LLE PlAZ/\ ,5. 28043 M/\OR<O. ESPANA

siglo veintiuno argentina editores


siglo veintiuno editores de colombla, s.a.
CAlLE 55 NÚM. 16-U, BOGOTÁ, O.E., COLOMBI/\

edición al cuidado de ma rtl soler


portada de germán moniafvo

primera edición· en espnnol, 1992 .


© siglo xx i editores. s.a. de c.v. ·
isbn 968-23-1799-1

primera edición en francés, 1963 .


~ édlllom du seull
tituló original: sur -rocfne

derechos reservados conforme a la. ley


impreso y hecho en méxlco
princcd ond made In mexlco
·tNDICE

LA POSTERlDAD DEL UBRO DE BARTHF..S. por JAIME MORE·


NO VILLARREAL 9

PRELIMINAR 43

l. EL HOMBRE RACINIANO 47
J. LA ESTRUCTURA 47
La Cám:ira, 47; Los fr<:~ c·srncios nlcriorcs: la mu,·rJl•. '" huid.i,
el :u:on1ccimicn10. 49: La horda , 51 : L,,s dos Eros . 53 :· 1...... 1urb,..
dún, 58; Ln " c,o:na" cró1ica. 60; Lo 1<'11chru."> 1·aci11ianu. 63; L.:,
n:lilción íunJ:imcntnl. 66; Tl'rnic:is de :ig~siún. 70, L., di,·isión,
78; Ef padre, 79: El c':imbio brusco. 82; La folia . 86; El "do¡:rna-
lism,," dd h<!ro.: r.ici11ia110, B7: l'.sho1.Us de· so!ucionc~. 90: El
Coníidcnle, 92; El miedo n los ~ignos. 95: Lo¡:os .,· Pra~is. 97

2: LAS OBRAS 100


Lo Tcbalda, 100; Andrúrna,·a. 109; Hri1;:\nicu , 118; Berenice.
125; Bay:izcio. 130; Mi1rid:i1,·,. 1.,(,: lli~s·nia . 140: Fdrn. 147;
Eslhcr, 154; A1alia. IS!\

II. DECIR A RACINE 165

III. ¿HISTORIA O LITERATURA? 174

(5)
46 PRWMINAR
' '

·honrado:por completo el principio ·a lusivo 'de la -obra litera-


n~
ria, compromete a desempeñar plenamente nuestro pa- .
pel afirmativo. Afirmemos pues.- sin reparos. cada· uno por :
,cuenta éle:sµ propia historia y de su propia libertad, la .verdad
histórica·o psic;ológica o psicoanalítica o poética de Racine; en-
sayemos sobre Racinc, en virtud de su propio silencio, todos
los -lenguajes que nuestro siglo nos sugiera; nuestra _respuesta
siempre ~será efúmra, y por lo mismo puede ser total; dogmáti-
cos y no. obstante ~ponsables, no tenemos que _ocultarnos

,:~én
tra$1_,wia ·"verdad" de Racine que nuestro tiem·p o serfa el

..
~esc~b_rir.
v[rtud de qué pc.e sunción ?) _en nos has-
. !l;que nuesti:a respuesta a Racme 1m¡:,hque,·_más allá
dfo J~_t'fus·rnismos. :t_Qd_o_«:Uenguaje.m .e diame e1 cual_nu~~- .
1
tr:o,mündo_se.habla.a.sLm_1~_mo y que es una parte esencial
dc(i(hi~t~i-ia queº se procur~ . .

R. ·B.
I. EL HOMBRE RACINIANO ,

L LA ESTRUCTURA ·

Hay tres Mc:ditár.ineos en Racine: el. antiguo, el judío y el


bizantino. Pt>ru desde el ·punto·de vista pqétko;.estos tres_.es-
pacios forman un solo'complejo.de .agua, de polvo y de ~eg9/_
l..oSg~déS ,parajes trági~-'SC>~_.t i~~:ár:i.dis:;~r,i?,JODa~t
cn;r~ ·!rLmai--.i d ·¿c~:i~rtq;\1óµ·d ~'.:lifsomb·r~tle.t~f~~t~
:Una definkiór1 .·a 9so!uta,:J?~tá' ".iSÍtar Grecia" hoy.',p!a·'.:Pªia::'
com.préii"!ier fa violencia de)a: pequ~nez:·y ele gu~ majierá_la'·
t ragedif faCÍriian.a;.~r :SU• naturaleza "coristref1idá~'~-~c::°:ajÜS·
ta a eso·s parajes que Radne jamás~había:visto::te"ba·s~ ~t1- :
trinto, -Trezenas, esas capitales de la t"raged.ia que.'son' aldeas::
Treierias, donde mue.re· Fedri( is"'.úna colirúi 1ánda,'·:CÓ'rtifi6'1
da·d~"pedrusécis.:El_sol prcx:liiéfi u'd:a¡,a.°íien2fá:'püriif2i~
di:spob"fa,da; Ja·vid~ se halla·a la sombr~( que'"i/s'a):i':v~i·~~~-
SO, secreto,· reladón y care~c.i_ a :-Ni .siquiera -fuera·,de.la casa .
hay uri sopló real de aire: es el matorral, el dcsierto/ Wl espa- .
cío sin ordenación, Elhábitat'raciniano tiene sólo uriáhwda,
ilusoria: el mar, las naves: en Ifigenia, un
pueblo.eÍ1.!ef'9: i:J.u~-:,
da prisionéro de la'. tragedia ·porque ·el: viento' no- ·sopla:'.f. __,
. · ' •;. .. .,.. . -i:~- :· ·! 1;';:..:.~··i:, , .,-:.· .·t~t • .:r-t-%

La" Cámara

Esta geografía sostiene una relación particular entre .Ja casa


y su exterior;entre el palacio raciriiano y su trasfondo. Aun-
que la escena _sea única, de acuerdo con la regla, puede decir-
se que hay tres lugares trágicos. En primer lugar está la
Cámara: vestigio del antro mítico, es el' sitio invisible y temi-1
ble donde el Poder está.emboscado: la cámara Nerón, el de
palacio de Asuero, el sanctasanctórum donde_·mora el Dios
judío; este antro a menudo tiene un sustituto: el destierro·.
del r~Y, destierro ~ e ~ t e '"PRrqÚe ~<f.se.': ~a~~}J~é~f~~i)t
rey vive o ha muerto (Amurates;··Mitrldates·/ reseo) .. CuM4-ºl1
[47) .
. 48.· EL HOMBRE. RACINIANO

lbs personajes· hablan .sobre ese lugar indefinido; lo hac~n


·con. respeto y terror; casi no se atreven a entrar en él,·y cru-
zan'por'delo.nte con angustia. -Esta Cámara es a la 'vez la resi-
déri!="i'a\ieJP09er y su esencia, pues el Poder no es más que
un secreto: su forma agota su función , la agota por ser invisi -
_ble: . en, Bayazeto los mudo_s y el negro Orcán son los que
;ii-aen lá·, 1. muerte, y con ·el silencio y la oscuridad prolongan
• • , 4

la inercia terrible del Poder oculto. 1 . . ,


La Cámara se halla contigua al segundo lugar trágico, la An-
tccáma'ra, espacio eterno de todas las sujeciones, pues ahf es
donde se espera. La Antecarnara;(la escena propiamente dicha}
es -un .medio de trasmisión; participa a la vez del interior y del
jeit'e/íor/ del .Poder y del Aconteci~ento,_de lo .oculto y de
¡fi_aJf~~ei:i\~atrápa4a en_tr~ "e l mundo, _lugar de l~ acción, y la
?tá#í~~"Jugar del sílericio,[Ja ~tecámara es el esp_ac.i..o__g~l
el
' iéí{'g~fa)f'.e5:ahf donde hom~retragico,perdicf; ;ntre la lc-
i
} t_ra_y,;! ·sentido de las cosas, dice sus razo_n es. La escena trá-
i gici)16."es, por lo tanto, propiamente secreta;2 es más bien
\ _un}ugar_ c:_iego, ansioso pasaje del secreto a la efusión, del te-
i x:n:~r¡iiip:iediato _al _temor proferido:.es trampa presentida, y
,:pq_~e.~~)a_posición,que .en ella !>C asigna al personaje trágico
·· siempre es. de .una movilidad extrema (en la trag~dia griega,
el coro es el que espera, el que se mueve en el espacio circu-
lar, u orquesta, situado ante el Palacio).
Entre la Cámara y la Antecámara hay un objeto trágico
que·, amenazante, expresa a la vez la contigüidad y el ·inter-
,cám_bfo;_:el roce del . cazador con su presa: es l~ ta. Ahí
:se." p_énñánece en vela, ahí se tiembla; franquearla es una ten-
\ tadón ·y una trasgresión: todo el poder de Agripina está en
juego a la puerta de Nerón . La Puerta tiene un sustituto acti-
'I.Cl., '-~<\~~"-\.<l.Cl. <:.~~<!._~ ~..\. \:'Q.<!.~-..: '\_l.l.k-..:~ ~s..~\.~t la. ~R~~<:.t.ma.~a.
o paralizar al personaje que ah! se encuentra: es el Velo (Bri-
tániéo,.._Esthcr, AtaUa); el Velo (o el Muro que oye) no es una

i':}~íJ;¡i'f~~Íón de .111 Cámaro renl se expresa bien en estos versos de Es-


'iher.._"Au fond de leur palais leur majestl terrible I affect,: a leurs sujecs de
se rendre invisible: I ez ./a ·mort est le pri.x de toul audacieui I qui .sans érre
appelt. se prisente a [eurs yeux"[J, 3) [Al fondo de su palnc!o su· majestad te·
rrible / finge ante sus súbditos volverse invisible;./ y l:i. muerte es el precio
para todo audaz/ que. sin ser llamado se presenta nnte sus ojos).
2 Sobre In clausura del lugar raciniano, véase Bemard Dort, Huis Clos
racin ien, Cnhlers Rcnnud-Barrnult, vm.
LA ESTRUCTURA "49

~teria-.i?e~e destinada al ocultamiento, sino ~rpad~sími_


Dolo ·di! la -~1rada enmascar?da, de suerte que a A~tccáma~
ra ~s:·u n lugar-objefo' ºtoffilmente cercado por .un espació-
sujetó¡;Ja escena raciniana es, asf, espectáculo poi- partida
doble, á los ojos de lo invisible y a los ojos del espectador (el
lugar que mejor expresa esta contradicción trágica es~el se~
rrallo de Bayazcto). . · · · --'· -
. El tercer lugar trágico es el Exterior. De la Antccániafa-al
Exterior no.hay transición alguna; están pegados una a otro
de un modo tan inmediato como la Antecámara j, la Cámara.
Esta contigüidad se expresa poéticamente por la naturaleza
lineal, por así decirlo, del recinto trágico: los ,nuros deLPalá-
cio se sumerg~.n en el mar, las es:3-linata~_,v~-a-~~-~~-~~s .
naves que estan a punto de part.tr, las murallas ,son.~l,,al· ..
y;
eón abiérfo sobre el propio combate si ·hay vías sec~tás, ·
éstas no -forman ya parte de la tragedia, ya son escape, As:,
la línea que separa a la "tragedia de su negación es tenue, casi
abstracta; se trata de un Umite en el sentido ritual-del ténni- .
no: l.a tragedia es a la vez prisión y protección contra ,~)m·
puro, ·contra t_odo !9 que no es"ella misma.

Los tres espacios exteriores: la muerte,


la -huida, el acontecimiento

El Exterior es, en efecto, el dominio de la no-tragedia; contie-


ne tres espacios: el de la muerte, el de la huida, el _del A_coiite·
cimiento. La_-muerte física jamás pefteilece al espacioº;'t};ági:
co: se dice que es por recato;3 pero 10· que el recato separa
en la muerte carnal es un elemento ajeno a la tragedia, una
"impureza", el espesor de una realidad escandalosa puesto
que ya no compete más al orden del" lenguaje, que es el único
orden de la tragedia: en la tragedf~ nunca se muere pÓrquc
siempre se habla. Y a la inversa, salir-de escena es:·· ¡;~-.el
héroe, de una u otra manera, morir: los ¡sal de aqulrqui?dÍri-
ge Roxana a Bayazeto son sentencias de muerte; y ese irilpul-
so es el modelo de toda una serie de salidas en las que basta
al verdugo despedir o alejar a su víctima para hacerla morir,

3 Alalida se da muer~e en escena, pero erpira fuera de escena. Nada' Ilus-


tra mejor la disyunción entre el gesto y la realidad.
50 EL HOMBRE RAClNlANO

como si el solo contacto del aire exterior debiera disolverla


.o fulminarla: cuántas víctimas racinianas mueren así al dejar
de estar protegidas por ese lugar trágico que, no obstante,
como ellas núsmas expresan, las hacía sufrir mortalmente
(Británico, Bayazeto, Hipólito). La imagen esencial de esa

.
hér.bes --
muerte exterior en la que la víctima se agota lentamente fue-
ra) del aire . trágico, es . el Oriente bereniciano, donde los
,-;¡,···. son llamados
~ i,nanera más
• ..interminablemente
.. ..
.. .
a la no-tragedia. .De
general, trasplantado fuera del espacio trá-
gico; elhombre raciniano se aburre: recorre todo espacio
real como una sucesión de cadenas (Ores tes, Antioco, Hipó li-
to): aquí, el aburrimiento es
desde luego un sustituto de la
muerte: todas las conductas que suspenden el lenguaje ha-
.cen cesar la vida..
' ' :.f~r{segundo espacio "exterior'es el de la huida: pero la hui-
da'ftiirnca se 'ñombra 'sino por la casta inferior de los allega-
dos; los confidentes y los comparsas (Acomates, Zarés) nun-
ca dejan de recomendar al héroe la huida en una de esas
innumerables naves que cruzan ante toda tragedia raciniana
para hacerle ver cuán próxima y fácil es su negación4 (sólo
hay una nave-prisión en Racine, aquella en la que la cautiva
Erifila se enamora de su raptor). El Exterior es por lo.demás
un espacio ritualmente reservado, es decir consignado y
asigi:;iado a todo el personal no-trágico, a la manera de un
gueto invertido, porque aquí el tabú es la amplitud del espa-
cio, mientras que la estrechez es un privilegio: ahí va y de ahí
vicne·esa multitud de confidentes, criados, mensajeros, ma·
tronas y guardias encargados de nutrir la tragedia de acon-
t<:9j~)entos: ~ entradas y salidas son tareas;· no· signos rµ
actos. En ese cónclave infinito (e infinitamente estéril) que
es ié>da tragedia, son los oficiosos secretarios los que preser-
van al héroe del contacto profano con lo real; le ahorran, por
así decirlo, la cocina trivial del hacer, y sólo le trasmiten el
acontecimiento aderezado, reducido al estado de causa pura.
Es;Ja tercera función del espacio exterior: mantener el .acto

4 "Nns vaisseaux sont tous préts et le venl nous appelle ... "[And. m, lJ;
. - Des vaisseaux dans Ostie annés en diligence , . , " [Ber. J, 3]; "Déji; sur un
vaisseau dans le pon préparé . . , " [Bay. m, 2J [Nuestras naves dispuestas. el·
viento nos llama .. . // Las naves en Ostia, armadas celosamente ... // Ya en
una 1_1.n-e en el puerto preparada . . . }.
L'I ESTRUCTURA . . 1 51

en una suerte de cuarentena a la que sólo puede pen~trar una


población neutra, encargada de depura'r los acontecimientos,
de extraer de cada uno de ellos la esencia trágicaJ y de no
traer a escena más que fragmentos de exterior put1 ificados

bajo el nombre de noticias, dignificados bajo el nomqre de re-
latos (batallas, suicidios, retornos, homicidios, festiµes, pro-
digios). Porque frente a ·ese orden de puro·lenguajej ¡µeies:la
tragedia, el acto es ;Ja .impun:za' triisina. · · .
· Por lo demás, nada demuestra mejor la disparidad'.fisita:
de los dos espacios, el interno y el externo, que un¡·curioso
fenómeno de distorsión temporal que Racine trazó.tjmy bien
en· Bayazeto: entre el tiempo exterior y el tiempo endlaustra-
do, está el tiempo del mensaje, de modo que nunca $abemos
con certeza sí el acontecimiento comunicado esJgúa.tal.
acontecimiento producido: el acontecimierito'·exterio.r t:en·;
síntesis, nunca está terminado, n~ca logra' su· t~sformá~.
ción en pura causa: encerrado en la Antecámara, recibiendo
del exterior únicamente el alimento que le trae el corifidente,
el héroe vive en una incertidumbre irremediable: ei¡.aconte-
cimiento le hace falta : hay siempre un tiel:l:lpo sob17a11te, el
tie:npo mismo del espacio: este problema tan einsieiniano
produce la mayor parte de las 'acciones trágicas.S '. En:suma:;-.
la topografía raciniana es convergente: todo concud-e al iu-
gar trágico, pero todo en él se enrisca. El lugar trágico es un
lugar estupefacto, preso entre dos temores, entre dos fantas-
mas: el de la extensión y el de la profundidad.

La.horda

He aquí una primera definición del héroe trágico: e~ el que


1

5 " Mais, comm e vous savcz. malgré ma diligence, I wt long chei 1i11 sépa-
'.c el fe _camp el By zarice;.I mate ofls1ac/es di-.:ers ~11 'onl meme ''.'ª ye_rsé, / e_r
¡e p u1s 1g11orer tour ce qui s'cst passé" [Bay. I. 1]; ·• Ce comba/ do1t; 'dll•on, fi·
xer nos desti nés; / et·méme;'si d'Osmin-je compti les· joumie'sj:[é~ iel--én' a. :
déja ré.glé. l'évé nemenc. l et le Sulcan triómphe ou fuit en ce moment" [Bay.
h 2) [Pero, como sabes, a pesar de m i diligencia, / largo camino Áepara el
campamento y Bizancio; / mil obstácul~s .diversos se me han atrah sado, /
y puedo ignorar todo lo que me ha pasado./! Se dice que este combate fijará
nuestros destinos; / y aun, si de Osmln cuento fas jornadas, / el Ciblo ya ha
zanjado el suceso / y el Sultán triunfa o huye en este ins.tante]. 1 . ·
52 El. HOMBRE RACINIANO

está encerrado, el qU!;! no puede salir sin morir: SU lím ite es


.s"t.Í/ pi.iyiÍegio,, eL.cautiverio:es,su :dÍ.stindón. Exceptuado el
'giupq doméstico; del~i11dcrp1fr~d8jiéarnente por misma li-su
bertad, ¿qué queda en elhigái- trágico?: una cas"ta tanto más
gloriosa cuanto más inmóvil. ¿De dónde procedé?
Algunos autores 6 han afirmado que en los tiempos más_
remotos de nuestra histo1;a los hombres vivían en hordas
sálvajes; cada horda se hallaba subyugada por el ma.cho más
vigoroso,_.que pose!a indistintamente .mujeres. hijos y bie-
nes. Los h.ijos estaban desposeldos de todo. la fuerza del pa•
dre les impedia obten'e.r las mujeres, hermanas o madre!-,
que .codiciaban. Si por desgracia provocaban los celos del
padre; eran sin' piec:lad)nuertos.o castrad9s o expulsados.
Así, dicen .estcis:a.utores, los hijé:is:terinínaron por asociarse ·
para matar_á.l;.padre Y. tom.a r su lugar. Muerto el, padre, la
discordia estalló entre los hijos, quienes se disputaron ávi-
damente la herencia, y po sería sino después de un largo pe-
riodo de luchas fraticidas que llegaron a·establecer entre ellos
una alianza razonabfe: cada uno renunciaba a desear a la ma-
dre y a las hermanas: el tabti del incesto se habia :nstitu.ido.
Esta historia, incluso -si no es más que una ficción, es todo
el teatro de Racine. Si hiciéramos de las once tragedias una
·sola ,_tragedia_esencíal, si emplazáramos en una especie de
constelación ejemplar a ésa tribu de cincuenta personajes
trágicos que habita la tragedia raciniana, encontraríamos en
ella las figuras y las acciones de'la horda primitiva: el padre,
propietario incondicional de la vida de los hijos (Arnurates ,
Mitrfdates, Agarnenón, Teseo, Mardoqueo, Joad,' incluso Agri-
pi_na);J las: mujeres, a la vez ·madres, hermanas y amantes,
:si~mpre . deseadas, rara vez obtenidas (Andrórnaca, Junia ,
Atalida, Mónima); los hermanos, enemigos siempre porque
disputan entre sí la herencia de un padre que no está muerto
y regresa pa ra castigarlos (Etéoclcs y Polinices, Nerón y Bri-
tánico, ~arnaces y Xifarés); finalmente, el hijo desganado
hasta la muerte entre el terror al padre y la necesidad· de
destruirlo (Pirro, Nerón, Tito, Farnaces, Atalía). El incesto,
la rivalidad ent.re hermanos, la liquidación del padre, la sub-

o Darwin y Atkinson, retomados por Freud (Moi'se et le mono théisme,


p. 124).
LA ESTRUCTURA . 53
versión de los hijos, éstas son las· acciones fundame\í'tales·
del teatro raciniano. - ·
Nó sabemós exactamente qué es lo cjue se represeniw.!quL
Siguiendo la hipótesis de Darwin, ¿se trata de un antiquísi-
mo fondo folclórico, un ·estado casi asocial de la humani-
dad? Siguiendo la hipótesis de Freud, ¿es la primigenia his-
toria d·e la psique, reproducida en la infancia de cada uno de
nosotros? Poi: mi parte, solamente constato que el tea&o ra- .
ciniano no halla su coherencia más que en ·correlaéí~ con
esta fábula antigua, situada muy atrás a principios de"Ya'his-
toria o de la psique humaña:7 la pureza de la .lengua, lá gra-
cia del alejandrino,Ja precisión de la "psicología", el confor-
mismo met?ffsico son aquf recubrimientos muy -delgados: la
pátina arcaica está ahf, en el ambiente." Esa acción·o·r igm.aria
no es interpretada 'p<:ir persona;e·s en el sentido modérii"'ó del
término; Racine, obedeciendo ·a sú tiempo, los llariiab,rfcon
mucha más exa'c titud, actores; sé trata, en el fondo; dífmás-
caras, de figuras que reciben sus diferencias, no de su estado
civil. sino del Jugar que ocupan e_n la c:onfiguraci6n general
que los mantiene confinados; unas veces es la función lo que
los distingue (por ejemplo, el padre se opone al hijo),iotras
veces es su grado de emancipación re~pecto de la figu~ás
regresiva ·de su linaje (Pirro representa a un hijo másifilhan-
cipado que Nerón, Famaces que Xifarés, Tito que Aritfoco;
Hcnnione representa trná fidelidad menos dócil que la de
Andrómaca). Por eso el discurso raciniano libera grandes
masas de lenguaje indiviso, como si a · través de hablas dife-
rentes se expresara una sola y misma persona; respecto de
esta habla profunda, el recorte purísimo del verbo radluano
funciona corno un auténtico. llamado; el lenguaje es aqÍft"afo-
rístico, no realista; está destinado expr_e samente a ser dt'ado.

Los dos Eros

La unidad de la tragedia no es pues el individuo sino la figura,

7 "Rncinc no nos pinta ni hombre to! cual es, sino un poco por Jebajo' y
fuera de si. en el momento en que los demás miembros de la familia, los mé-
dicos y los tribunales comenzarían en efecto a estar inquietos, si no se tratara
de teatro" _(Ch. Mauron, L 'i11conscic111 dans l'otuvrc et la vit d,/Rad~. cit.)

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