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Valentina Salazar Arias – 1037672190

Yamile Eugenia ríos Sánchez


Cultura y lenguaje
UN CAMINO DE ESPERANZA
Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes de que te pongas viejo y digas:
«La vida ya no es agradable». Acuérdate de él antes de que la luz del sol, de la luna y de
las estrellas se vuelva tenue a tus ojos viejos, y las nubes negras oscurezcan para siempre
tu cielo. Acuérdate de él antes de que tus piernas —guardianas de tu casa— empiecen a
temblar, y tus hombros —los guerreros fuertes— se encorven. Acuérdate de él antes de
que tus dientes —esos pocos sirvientes que te quedan— dejen de moler, y tus pupilas —
las que miran por las ventanas— ya no vean con claridad. Acuérdate de él antes de que la
puerta de las oportunidades de la vida se cierre y disminuya el sonido de la actividad
diaria. Acuérdate de él antes de que tengas miedo de caerte y te preocupes de los peligros
de la calle; antes de que el cabello se te ponga blanco como un almendro en flor y arrastres
los pies sin energía como un saltamontes moribundo, y la alcaparra ya no estimule el
deseo sexual. Acuérdate de él antes de que te falte poco para llegar a la tumba —tu hogar
eterno— donde los que lamentan tu muerte llorarán en tu entierro;
(Eclesiastés 12:1-7)

Los ambientes religiosos son innegablemente los sitios menos frecuentados por los
jóvenes, ya que la mayoría de estos, están demasiado ocupados pensando en cómo sosegar
la plenitud de la juventud, y satisfacer el deseo de opulencia propia, relegando los
verdaderos aspectos relevantes. Cuando se tiene la oportunidad de asistir a un lugar
sagrado, se puede apreciar contextos totalmente diferentes a los vividos, personas que
están pasando por momentos, que impensablemente se suponen como propios, que no se
toman como una realidad innata, peregrinos con motivaciones, preocupaciones, quimeras
y metas totalmente disímiles a las establecidas por ellos, proporcionando así una
apreciación más cercana a la verdad ineludible de la vida a las poblaciones más jóvenes,
que no tienen claro los aspectos que realmente tienen importancia, esto se debe a que en
la etapa infantil, adolecente o juvenil, la mayoría están bajo el cuidado de los padres, los
cuales alejan toda preocupación y peligro de las mentes de sus hijos, o están viviendo una
época plena como lo es la juventud, donde se está rodeado de multitud de amigos, de
ambientes universitarios, la belleza prevalece en los rostros, las arrugas son inexistentes,
la vitalidad está al límite, la soltería se manifiesta en su máxima expresión, la concepción
de hogar se percibe a futuro y la salud no es el principal inconveniente.
Un camino de esperanza hace alusión a los lugares religiosos como el santuario de
guarne, que gracias a las personas que lo frecuentan, el estado que se puede atisbar de
estas, el ambiente que se puede percibir, y los testimonios que se pueden escuchar,
generan un entendimiento en los jóvenes sobre lo realmente vital, los desasosiegos que
se aproximan con el paso de los años y el avistamiento de la senectud. Estos sitios pueden
promover en los peregrinos el renacer de una ilusión, el recobro de una esperanza, el
concepto fidedigno de la vida, la trascendencia de los actos, la relevancia de la familia, la
autenticidad de la existencia y muchos más aspectos, que se pueden sopesar
contemplando el entorno y anteponiéndose como ejemplo con los demás, para así poder
comprender el contexto propio y ajeno, un futuro factible y un final ineludible.
Generalmente los seres humanos no contemplan la acepción de la existencia ni el
verdadero contenido de la vida y lo que realmente es imprescindible, la etapa de la vida
en que se evidencian estos hechos, son mayormente en la juventud, antes de concebir una
idea de familia y conmiseración o antes de adquirir la sensación de amar a una persona
más de lo que se ama a si mismo, dando la vida por este, como es el claro ejemplo de los
hijos, por consiguiente, se vive con la noción de la vida más insustancial, hasta que llega
el momento de reflexionar sobre estos aspectos y darse cuenta que el mundo no gira
alrededor de sí mismo.
Existen lugares que inciden a la reflexión, que incentivan los pensamientos insondables
sobre la existencia, sobre la realidad que se está viviendo y la que se está ignorando y uno
de los lugares que más contribuye a la cavilación de las razones por las que se está
experimentando o no algo, son los entornos religiosos, como el santuario de Maria
santificadora en guarne que incentiva a las personas sin importar la edad, pero en
específico a la población joven, a pensar en el verdadero significado de la vida y a
plantearse preguntas como “porque a mí y no a ellos” o “porque a ellos y no a mi” donde
la mayoría de personas asisten para meditar y analizar las necesidades, los problemas, las
adversidades y hasta las carestías, para pedirle a una deidad solución a estas dificultades,
también acuden a este lugar para gratificar a su divinidad, en este caso, La Virgen Maria,
por el “cumplimiento” o contribución de alguna promesa.
El santuario de Maria santificadora en Guarne, es visitado por cientos de personas
semanalmente, especialmente los fines de semana y algo que se puede notar a simple
vista, es que los peregrinos, en general son personas adultas, en un periodo lejano a la
adolescencia o juventud, la presencia de individuos rozagantes y joviales es escasa; los
visitantes más frecuentes son ancianos y familias, conformadas en su mayoría por los
padres e hijos relativamente pequeños, en una rango de edad que va desde los más
pequeños bebes, hasta niños de unos diez a trece años, se atisba una gran cantidad de
adultos con una apariencia débil y enferma, con un semblante funesto, acompañados de
familiares en un ambiente taciturno y melancólico.
Se puede discernir con mucha facilidad el estado de ánimo de los presentes, ya que la
paralingüística flemática que prevalece en los peregrinos propicia uno de los silencios
más inquietantes y pacíficos, empleando un volumen de voz bajo, que enfatiza los actos
no verbales y parece realzar todas las expresiones y movimientos que se efectúan. Los
gestos ilustradores son apacibles, atenuando toda conversación, las personas tratan de
gesticular lo menos posible y hacer del silencio un aspecto más cómodo; el lenguaje
kinésico varía según las personas; los padres en compañía de sus hijos, disponen de
expresiones ufanas, y gestos más elocuentes, una paralingüística más efusiva, respecto a
las familias que se encuentran en compañía de algún enfermo, que presentan factores
kinésicos más atribulados y pasivos, miradas más abstraídas y una paralingüística más
sigilosa y apacible. Con respecto a los aspectos kinésicos que se puede analizar de las
personas enfermas, presentan expresiones corporales sutiles y sigilosas, con una
disposición de lasitud, miradas intimas hacia sus allegados e insustanciales y fatigadas
para el entorno que los rodea, sonrisas de baja intensidad y con poca emotividad, el
contacto corporal con sus acompañantes se da con afinidad de protección y refugio, que
replica por apoyo. Las personas más jóvenes en compañía de sus hijos, enseñan sonrisas
de alta intensidad que manifiesta el orgulloso de estar rodeados de un entorno familiar,
evidencian posturas más autoritarias y rígidas, pero a su vez afectuosas, con una conducta
ocular de supervisión hacia los pequeños, custodiando cada movimiento realizados por
ellos. Por su parte los niños más pequeños, se denotan de manera más jovial, su
comportamiento y sus expresiones faciales son más optimistas y alegres, a diferencia de
algunos niños relativamente más grandes que se expresan con disgusto y desprecio,
demostrando que no quieren estar en ese lugar, resaltando la insensibilidad que pueden
tener algunos jóvenes. Hablando en términos generales, los presentes demarcan una
distancia publica y social, con expresiones tenues y calmadas, en disposición a la
meditación.
Uno de los actos más frecuentes en los visitantes es la señal de la cruz, emblema por
excelencia de las religiones cristianas, y la posición sobre sus rodillas, que realizan antes
de subir por el sendero que conduce al santuario en la cima de la montaña, se disponen
en esta posición, para así poder recorrer todo el camino de rodillas, esta acción no verbal
de origen fisiológico, se las impone sus creencias, ya que, por medio de esta conducta, se
cree que la petición realizada, será más fácilmente cumplida.
Este santuario es el perfecto lugar para cavilar sobre el verdadero significado de la vida y
sus elementos realmente importantes, en ambientes religiosos como este, los que
predominan son personas con un largo recorrido vivido, con experiencias tanto buenas
como malas, con una familia establecida, que han visto partir a sus seres queridos o apunto
de fenecer y saben cómo es la sensación perdida, el avistamiento de un final, que han
superado las adversidades y tienen claro cuáles son los asuntos indudablemente relevantes
y van a ofrecer sus suplicas para la conservación de estos componentes, que hacen que la
vida tenga un sentido e impulso de ímpetu, como lo son las quimeras del futuro, la
concepción de familia, la noción de la muerte, el sentido de responsabilidad y la
predilección a una persona que no sea el “yo mismo”; estas personas asisten a estos
lugares con la comprensión de lo que realmente los hace feliz y lo que quieren preservar,
clamando por ello, por la confortación de sus almas, el bien de sus familias, el futuro de
sus hijos, la salud de sus consortes, el descanso de los fallecidos, la recuperación de los
enfermos y muchos más aspectos que da la conclusión de que la vida no es tan trivial y
superficial como muchos la viven, y que ven la autenticidad de esta, cuando ya es
demasiado tarde, cuando ya se ha desaprovechado el tiempo, cuando ya han vivido de
una manera fútil, cuando los familiares más amados están en el péndulo de la muerte o
cuando si mismo se está en esas circunstancias.
Para las poblaciones más jóvenes, asistir a este santuario es una gran oportunidad de
reflexión, de ver la realidad y percatar el contexto de los demás peregrinos, la tristeza que
abunda en las expresiones de algunos asistentes, o la felicidad que es expresada por otros,
todo esto se da en ciertos escenarios, ya sea de enfermedad o de confortabilidad familiar,
para así poder asimilar lo que les puede esperar en el futuro, como lo es la conformación
de una familia, la vejez, la enfermedad o la inexcusable muerte y apartar los ideales de
una vida materialista, de una vejez lejana que nunca llegara, o la muerte que solo perjudica
“al vecino” que al fin y al cabo, a todos menoscaba y todos terminaran en esta etapa.

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