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Semana 14
Semana 14
“Creo que una persona que está apegada a sus riquezas, que vive preocupada por sus
riquezas, es en realidad muy pobre. Sin embargo, si esa persona pone su dinero al servicio de
los demás, entonces se vuelve rica, muy rica”.
Santa Teresa de Calcuta
1
¿Qué dice el Evangelio respecto al mandamiento “no robarás” y no “codiciarás
los bienes ajenos”? El Evangelio con que inicia esta clase no trata de una parábola,
sino de un hecho histórico de la vida de Jesús. La pregunta del joven rico manifiesta,
sin duda alguna, el anhelo natural de plenitud que todo ser humano tiene en su
corazón; al joven algo le falta, su vida estaba incompleta, aun cuando tenía muchos
bienes materiales. El joven cumplía todos los mandamientos, tal como lo señala el
texto, pero le falta el mandamiento principal: amarás al Señor con todo tu corazón...
amarás al prójimo como a ti mismo. Las riquezas del joven eran materiales y no era
verdaderamente libre y feliz, al dejar que estos bienes materiales lo definieran en
su valor como persona y no en el ser, en primer lugar, hijo de Dios.
2
ordenar los bienes de este mundo a Dios y a la caridad fraterna3. En concreto, el
séptimo mandamiento prohíbe el robo, es decir, la usurpación del bien ajeno contra
la voluntad razonable de su dueño; y toda forma de tomar o retener injustamente el
bien ajeno, aunque no esté penalizado por la ley civil.
3
¿Qué nos dice el sexto mandamiento? Hoy en día la palabra “adulterio” puede
parecer de otras épocas o ligada a otras culturas. Sin embargo, estos mandamientos
protegen uno de los bienes más grandes que tiene el ser humano: el amor y la
sexualidad humana. ¿A quién no le duele enterarse de que su pololo o polola le ha
sido infiel? Y si eso sucede en el matrimonio, aún mayor dolor. La traición siempre
es dolorosa, pero cuando se relaciona con el amor, aún es más profunda, porque
toca lo más íntimo del ser humano.
8 Ex 20, 17
9 Cuando hablamos de sexualidad, no nos referimos sólo al acto sexual. La sexualidad abraza todos los
aspectos de nuestra persona, en la unidad de cuerpo y de alma; particularmente a la afectividad, a la
capacidad de amar y de procrear y, de manera más general, a la capacidad que tenemos de relacionarnos con
los demás (Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2332 y 2336). La sexualidad humana también fue uno de
los temas que se abordó en el curso de Antropología.
10 Conviene profundizar un poco más en qué es la castidad, porque hoy en día ya no suena mucho esa
palabra o se tiene una comprensión muy reducida de ella. La castidad significa la integración de la
sexualidad en la persona, y por ello en la unidad interior del hombre en su ser corporal y espiritual. La
persona casta mantiene la integridad de las fuerzas de vida y de amor depositadas en ella. Esta integridad
asegura la unidad de la persona. No tolera ni la doble vida ni el doble lenguaje (Cf. Catecismo de la Iglesia
n. 2337).
11 Cfr. Gn 1, 27.
12 Gn 2, 24; Cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2335.
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La fidelidad mutua es uno de los compromisos de ese amor conyugal. ¡Cuánto
dolor cuando uno de los cónyuges ha descubierto que el otro le ha sido infiel! Se
siente traicionado en lo más profundo. La infidelidad dentro del matrimonio es lo
que se llama adulterio. Por otro lado, el compromiso matrimonial implica un “hasta
que la muerte nos separe”. Esto es también propio de la naturaleza del amor, que
no tiene límites temporales. Por ello, el divorcio daña la naturaleza de este amor
conyugal y el vínculo matrimonial, la promesa de amor mutua de los esposos. Este
mandamiento nos invita a ser fieles a la promesa de amor realizada, pues es
Dios mismo que ha unido dos vidas para hacerlas una sola carne. Nadie podría decir
que en la familia todo es “color de rosa”, obviamente habrá problemas, sin embargo,
quien ha tomado el peso al compromiso que ha asumido junto a su cónyuge,
comprende que el valor que dan al matrimonio se manifieste en el cuidado que
ponen en su relación mutua.
¿Qué nos quiere decir el noveno mandamiento? Este mandamiento nos invita
también a vivir el pudor. ¿Qué es el pudor? Nos ayuda preservar la intimidad de la
persona, y ordena todos nuestros actos en conformidad con la dignidad de las
personas y con la relación que existe entre ellas: las miradas y los gestos, los
vestidos, los silencios. Así el pudor de los sentimientos y el pudor del cuerpo
inspiran una manera de vivir que quiere proteger el misterio de las personas y de
su amor13.