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Demagogia historia

En la historia de las doctrinas políticas se considera que fue Aristóteles quien individualizó
y definió por primera vez la demagogia, definiéndola como la «forma corrupta o
degenerada de la Democracia» que lleva a la institución de un gobierno tiránico de las
clases inferiores o, más a menudo, de muchos o de unos que gobiernan en nombre del
pueblo.1

Aristóteles sostenía que cuando en los gobiernos populares la ley es subordinada al


capricho de los muchos, definidos por él como los "pobres", surgen los demagogos que
halagan a los ciudadanos, dan máxima importancia a sus sentimientos y orientan la acción
política en función de los mismos. Aristóteles define por lo tanto, al demagogo como
“adulador del pueblo”.

La demagogia según Platón y Aristóteles, puede producir (como crisis extrema de la


República), la instauración de un régimen autoritario oligárquico o tiránico, que más
frecuentemente nace de la práctica demagógica que ha eliminado así a toda oposición. En
estas condiciones, los demagogos, arrogándose el derecho de interpretar los intereses de las
masas como intérpretes de toda la nación, confiscan todo el poder y la representación del
pueblo e instauran una tiranía o dictadura personal. En sentido contrario y paradójicamente,
muy habitualmente, las dictaduras se han instalado sosteniendo que lo hacían para terminar
con la demagogia.

Aristóteles escribe que cuando un gobierno persigue el interés general de su población es


virtuoso pero si persigue el de un solo individuo o unos cuantos se desvirtúa. Aristóteles
define a la demagogia como la corrupción de la república. En este sentido una República
debe velar por el interés de todos incluyendo pobres y ricos, por lo que la demagogia como
el predominio del interés de los pobres con exclusión de los ricos constituye una
aberración.1

Aristóteles se oponía a la República como forma de gobierno ideal, ya que consideraba


como la tendencia inevitable a que el pueblo ya no caiga en la demagogia como poder.
Polibio denominó esta desvirtuación como ὀχλοκρατία [o.xlo.kra'ti.a], término que se
mantiene hasta hoy en el español como oclocracia.

De esta forma también se considera como demagogia esa oratoria que permite atraer hacia
los intereses propios las decisiones de los demás utilizando falacias o argumentos
aparentemente válidos que, sin embargo, tras un análisis de las circunstancias, pueden
resultar inválidos o simplistas.

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