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Función del Acero en el Hormigón Armado

Se define como hormigón armado, al material resultante de la unión del hormigón o


concreto (mezcla proporcional de cemento Pórtland, o cualquier otro cemento
hidráulico, con arena, grava y agua limpia, con o sin aditivos, que al fraguar y
endurecer adquiere resistencia) y las armaduras o barras de acero de refuerzo,
combinados de tal forma que constituyan un elemento sólido, monolítico y único desde
el punto de vista de sus características físicas, para aprovechar así las cualidades
individuales que presentan ambos materiales.

El hormigón por sí solo, asegura una gran resistencia a las solicitaciones de


compresión, pero muy escasa o frágil a los esfuerzos de tracción, por lo que no es
conveniente su uso para estructuras sometidas a estas exigencias. Sin embargo, si
son debidamente instaladas barras de acero de refuerzo en las zonas apropiadas, se
habrá cumplido con tal requerimiento, obteniéndose un elemento capaz de resistir
esfuerzos o tensiones combinadas. En consecuencia, podemos decir que, en general,
las compresiones son resistidas por el hormigón, y las tracciones por flexión, corte,
torsión o normales, por el acero.

La función del refuerzo en un elemento de concreto armado es la de soportar los


esfuerzos de tracción que se generan durante la aplicación de cargas.

En efecto, el concreto colapsaría ante la ausencia de refuerzo porque al aplicar cargas


sobre una viga o una loza, este elemento tiene la tendencia a doblarse; En la parte de
arriba de la viga, el concreto sufrirá esfuerzos de compresión, mientras que en la parte
de abajo sufrirá esfuerzos de tracción (como si se estuviese halando para cada lado);
Resulta que el concreto no soporta esfuerzos de tracción, por lo cual el refuerzo de
acero cumple dicha labor. El acero si puede soportar esfuerzos de compresión y
esfuerzos de tracción.
RECOMENDACIONES TÉCNICAS GENERALES

Los hierros a aplicarse en construcción deben ser sometidos a pruebas y ensayos


mecánicos de tensión, elongación y doblado, así como a análisis químico.

Las barras de acero para el hormigón armado deben estar libres de óxido y materiales
extraños al momento de ser usados en la obra. Ya que, de ser usados así, el hormigón
no se adherirá correctamente y además el oxidamiento puede continuar y provocar
fallas.

El almacenamiento del hierro deber de tal forma que se evite daños y


contaminación tales como el doblado, la herrumbre, los aceites y grasas, el barro y
cualquier otra substancia en las barras y tubos que pueda afectar su uso posterior.

El hierro debe proteger contra la herrumbre en las construcciones, ya sea con pintura
al aceite, revestimientos metálicos de fábrica, o con revestimiento de hormigón (como
en las columnas, vigas, paredes y losas). En el caso de los recubrimientos
con pinturas, éstas deben renovarse periódicamente.

Deben, por último, respetarse los coeficientes de trabajo del hierro. En muchos
manuales y también en las especificaciones de los fabricantes se encuentran tablas
de datos acerca de ello, por lo que se recomienda al lector consultarlos con frecuencia.
CONCLUSIONES
El hierro es un material que convertido por la tecnología siderúrgica en piezas, que
son diseñadas de acuerdo a las funciones que deben cumplir, y debido a sus
cualidades (como por ejemplo, su resistencia al esfuerzo y ductilidad), permiten
solucionar muchos problemas y requerimientos constructivos fácilmente. Entre éstos
últimos, se puede mencionar salvar una gran luz entre elementos verticales, reforzar
una pared, cubrir un espacio, construir una estructura independiente, o conformar casi
cualquier forma surgida del ingenio del diseñador, edificador, ingeniero o arquitecto.
Las ventajas del hierro puede ser aprovechadas al máximo, y sus desventajas -como
el oxidamiento-, pueden ser solventadas fácilmente. Por ello, como decía al comienzo
de este trabajo, el hierro entre los metales es el más importante desde el punto de
vista constructivo.

EJEMPLO:

REFUERZOS DE PILARES DE HORMIGÓN ARMADO

En ocasiones puede ser necesario proceder al refuerzo de pilares en un edificio. Esto puede
estar motivado por distintas causas, como, por ejemplo:

 Un fallo en los materiales con los que han sido ejecutados (baja resistencia del hormigón)
que conducen a bajas no aceptables en su seguridad.
 Aumento de las cargas que soportan (cambio de uso).
 Modificación de las cargas que soportan (reformas estructurales).
 Un siniestro con afectación local de la estructura (incendio en una parte de un edificio).
 Fallos de replanteo (alineación) o en la sección de un pilar detectados con la estructura
avanzada.

Entre las posibles actuaciones a considerar está la técnica que aquí se recoge.

En función de la situación ante la que se esté, responsabilidad de los elementos implicados y


alcance del escenario, puede ser necesario desde una simple anotación en el libro de
órdenes, a unos ensayos de información, un análisis de seguridad del elemento seguido de
un informe, un estudio del preexistente acompañado de un análisis estructural, y un proyecto
de ejecución. Necesidades que el/los técnicos a quien/es competa las decisiones deberán
plantear.

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