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Florestán.
Solo un partido se ha dado cuenta que perdió las elecciones el pasado uno de julio: el
PRI, cuyo dirigente René Juárez renunció al cargo no obstante las voces que le pedían
que no lo hiciera y se fue el lunes con una fuerte crítica a lo que recibió y cómo lo
operaron: lejos y a espaldas de las bases.
Los demás como que no se han enterado de que el viejo sistema de partidos desapareció
aquel mismo domingo al surgir una nueva realidad: Morena con Andrés Manuel López
Obrador.
En el PAN, tras el fracaso de su frente con PRD y MC, se vive una lucha frontal por su
dirección cuando no han hecho un análisis ni se han atrevido a mirarse hacia dentro. Un
partido no solo derrotado, si no roto y dividido y, lo peor, enfrentado.
Y así, como si no les hubiera pasado nada, surgen protagonismos que lo quieren
presidir: Ernesto Ruffo, Jorge Luis Preciado, Marko Cortés, el bloque de seis
gobernadores e integrantes del grupo Anaya, sin que éste haya hecho una sola
declaración desde la derrota en las elecciones presidenciales. Solo Miguel Márquez
que, pudiendo, dijo no.
El PAN debe hacer una revisión del error histórico de eliminar figuras, anular su
proceso de selección de candidatos y aliarse a la izquierda, todo para satisfacer una
ambición personal, la de Anaya, que al final resultó un fracaso desastroso.
En el PRD tampoco entienden que se convirtió en una franquicia, que por primera vez
en su historia estuvo por debajo del tres por ciento de la presidencial mientras que en las
legislativas alcanzó un paupérrimo cinco por ciento que le da una minibancada. Pero
fue su decisión aliarse a la derecha y ahí están las consecuencias.
El Verde salvó el pellejo porque en la mitad del país fue solo, y aliado en la presidencial
apenas rozó 1.85 por ciento. Seguirá como siempre, de franquicia útil.
Del PES y PANAL solo agregar que ya se van a pesar de sus intentos para que los
tribunales les den lo que no les dieron los votos: el registro perdido en las urnas.
Y de Morena solo agregar que el reto es pasar de ser un gran movimiento, a un partido
político.
Lo que registro es que no se han dado cuenta de la nueva realidad: la desaparición del
viejo sistema de partidos.
RETALES