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Introducción Pensamiento
Introducción Pensamiento
Introducción
2.1.Solución neoclásica
2.2.Solución keynesiana
En la lucha contra la depresión, el economista británico Keynes y su Teoría general de la
ocupación, el interés y el dinero tuvo una importancia vital. Para Keynes no hay una
lógica económica, sino dos: la microeconomía y la macroeconomía. A partir de ahí,
Keynes elaboraba un modelo económico en el que la depresión económica se combatiría
con déficit en el presupuesto. A su vez, en tiempos de prosperidad se alcanzarían
superávits para no incrementar la producción y la especulación. Estas ideas
“neomercantilistas” circulaban en la época y Keynes les dio coherencia y rigor técnico.
Japón fue de los primeros países donde las medidas de Keynes se aplicaron y supuso un
crecimiento de la economía, aunque gracias también a su política nacionalista y
expansionista a costa de países vecinos. En Alemania, los gastos militares y las obras
públicas tuvieron un papel estratégico para sacar de la depresión al país. Estos gastos se
pudieron realizar gracias al creciente autoritarismo de Hitler tras llegar al poder, por el
cual creo un estado militarizado, represivo y con un control en todas las áreas del estado.
Este aumento del intervencionismo estatal, aunque sin el cariz totalitario de Alemania,
también ocurrió en los países democráticos.
Casi cien años después, muchos políticos y economistas siguen viendo en Keynes a su
ideólogo de cabecera. Sus teorías, llevadas a la práctica en todo el mundo occidental y
capitalista, han sido las que hicieron a estos países conocer cotas de bienestar jamás
alcanzadas. Hoy el estado de bienestar está desmontándose para ajustarlo a la realidad
económica y social actual, pero no es el sistema el culpable. Esta crisis no es una crisis
del sistema, sino una crisis de personas en el sistema.
El modelo se agota políticamente hacia finales de los años setenta, por diferentes causas:
1º) económicas: debido a la caída de la tasa de beneficio. Los procesos de acumulación
rápida de capital, de las décadas anteriores, se vieron reducidos ante la incapacidad del
estado para poder mantener e impulsar la producción de un mercado nacional, cada vez
más condicionado por la globalización, y que requiere un mayor volumen de recursos
para poder incidir en el mismo;
2º) sociales: derivadas de la nueva situación demográfica que se produce por la caída de
la natalidad y el incremento de la esperanza de vida, lo que ha supuesto un envejecimiento
de la población con la siguiente repercusión en el incremento de los gastos de protección
social y de carácter asistencial;
3º) organizativas: como consecuencia del final del taylorismo, como proceso y forma de
organización del trabajo, a causa de la influencia que las nuevas tecnologías tuvieron en
el sistema productivo y distributivo, y su repercusión en la estructura ocupacional;
4º) políticas: debido a la crisis financiera del estado, que no dispone de los recursos
suficientes para hacer frente a las exigencias del mundo empresarial, que demanda una
política económica que garantice beneficios, y a las demandas ciudadanas que reclaman
una ampliación de las coberturas de bienestar, especialmente en los momentos regresivos
del ciclo económico, a fin de disminuir sus efectos en los niveles de protección y calidad
de vida.
6. Conclusiones
7. Bibliografía