Está en la página 1de 4

Querido amor bonito:

Te pienso, te siento y sobre todo te creo. Sé que algún día leerás estas
líneas y si resuenan en tu cabeza y si vibran en tu corazón podremos
tomarnos de la mano y convertirnos en equipo.

Hoy soy muy feliz con mi vida, me siento plena, me siento sana, me siento
amorosa y justo así quiero encontrarte, cuando nuestras almas y corazones
estén en sintonía. Así que sábete que no te necesito para nada, pero que te
quiero para todo.

Sé que el amor no es ese encuentro con fuegos artificiales en los cuales


solemos confundirnos, he aprendido que el amor se construye a través de
hechos más que de palabras, a través de compartir las risas y los
momentos difíciles, a través de hablar y hablar y hablar hasta conocer el
último detalle de nosotros, pero sin dejar a un lado nuestra privacidad y que
nunca dejemos de ser un misterio. Y es que quiero conocerte, pero también
reconocerte cada día cuando abra los ojos y te vea, o cuando cierre los ojos
y te piense.

No quiero que seamos una relación seria, quiero que seamos una relación
sana, una relación leal, quiero una relación de risas, que las únicas lágrimas
que salgan de mis ojos sean porque no podemos parar de reír, y que si un
día lloramos o nos enojamos porque no hemos podido entendernos
podamos hablarlo hasta comprendernos, porque sé que nunca seremos
perfectos, pero no quiero que nos vayamos nunca a la cama enojados.
Tampoco quiero que nos dejemos ir cuando estemos tristes, no importa si
fue por algo que nos dijimos o que hicimos o si fue por algo más, porque
nuestros abrazos serán lo único que nos haga sanar y porque un “lo siento”
a tiempo sanará los raspones del corazón antes de convertirse en heridas.

No quiero que tengamos una vida para siempre, pero quiero enamorarnos y
conquistarnos cada día y no importando cual fuere nuestro destino, quiero
que seamos compañeros de vida. El camino no se elige, la compañía sí.
¿Quieres ser mi copiloto?

No quiero que me arregles o me compongas porque no estoy rota, tampoco


quiero que seas mi terapeuta, ya tengo una y es muy buena, quiero que
simplemente estés ahí, sólo para hacerme sentir que me cuidas y que me
sostienes en caso de que lo necesite, porque suelo ser fuerte, pero a veces
voy a necesitarte, porque la fuerza se toma de los abrazos de amor. Y yo
también quiero estar para ti, algunas veces con mis múltiples teorías, mis
consejos, mis remedios caseros para arreglar todo, mis chistes, otras más
con mi silencio, pero sobre todo con amor para que nunca pero nunca
dudes que estoy ahí cuidándote, apapachándote, sonriéndote y que mi
dosis de abrazos es infinita. Quiero que nuestros brazos sean el lugar a
donde acudamos cuando algo nos hace mal o nos pone chipil y que seamos
siempre esa primera persona a la que le contemos las buenas noticias así
sea que nos ascendieron en el trabajo, que estamos viendo un paisaje
increíble o que nos mandemos un meme que nos hizo reír.

No te pido que me entiendas, a veces ni yo misma lo hago, sólo quiero que


me comprendas, porque que así soy yo, tan loca como lista, tan de corazón
de pollo como fuerte, tan soñadora como firme, tan chistosa como seria, tan
tierna como sexy, tan de pijama de franela como con ese vestido escotado
que tanto te pone, tan empoderada como miedosa. , que un día podré
ponerme una espada y un escudo y luchar contra quien sea y al otro día
necesitaré tus brazos porque me dio sentimiento una película o algo que
dijiste. Y no quiero entenderte, quiero conocerte y quererte de buenas o de
malas, triste o contento, así tal cual como le decía Mark Darcy a Bridget
Jones: “I like you, just as you are”.

Quiero domingos metidos en la cama viendo series en la televisión que


jamás veremos, porque estaremos durmiendo, comiendo pizza o teniendo
sexo. Porque estaremos abrazándonos, porque estaré enredada entre tus
piernas, porque estarás con el brazo dormido de tanto sostener mi cabeza,
porque nos dolerán músculos que no sabíamos que existían de tanto reír y
de tanto hacer el amor bajo las sábanas, sobre las sábanas y sobre el sillón
y sólo nos meteremos a la ducha porque es el único lugar que nos faltaba
para hacerlo.

Pero también quiero pasar momentos sin ti, porque extrañarnos nos hace
bien, porque no quiero echar de menos tus mensajes diciéndome que me
quieres o contándome el nuevo chisme de tus amigos o lo emocionado que
estás preparándote para tu próxima carrera, o del último juguete que te
compraste, o cuando llevaste a tu perro al bosque, o lo mucho que disfrutas
estar con tu familia. Quiero pasar tiempo sin ti porque me gusta escribir a
solas, frente a un parque, porque así me llega la inspiración, quiero estar
sola para construir nuevas aventuras que contarte y me sigas viendo con
esos ojos de sorpresa que sueles verme cuando te cuento algo nuevo.
Quiero pasar tiempo sin ti porque mi familia y amigos también son
importantes y de paso quiero contarles de ti.

Quiero pasar días en que estemos solos, sin celular, sin llamadas,
cocinándonos algo rico, contándonos cosas que jamás nos habíamos dicho,
recordando la primera vez que nos vimos y que ni siquiera nos caíamos
bien, que nos escuchemos siempre no importa si es la cosa más boba o la
cosa más seria, porque todo se trata de conocernos. Pero no sólo se trata
de estar solos, quiero que vayamos a fiestas, a bares, a cantinas y nos
divirtamos como adolescentes y sentirme orgullosa de que tomes mi mano
frente a nuestros amigos o verte del otro lado del bar y que encuentres mi
mirada y pueda coquetearte y mandarte un beso aunque llevemos años
durmiendo juntos. Quiero darte un beso en el cuello tiernamente mientras
platicas con tus amigos, antes de susurrarte algo caliente al oído para que
cuando lleguemos a casa, un poco locos, un poco aturdidos de la fiesta,
quizás con algunas copas, tengamos sexo como si fuera la primera vez y
amanecer con un caminito de ropa por la casa, muertos de risa por la noche
de anoche.

Quiero que tengamos sexo como locos, que experimentemos, pero también
quiero hacer el amor contigo y que dejemos los caparazones debajo de la
cama, porque sólo así tocaremos el cielo.

Quiero que estemos comprometidos pero libres, porque el desapego es el


amor más bonito, porque tendremos la libertad de escogernos cada día, aún
cuando haya una chica que te coquetee en esa cantina que tanto les gusta
ir a ti y a tus amigos en sus noches de solteros, o cuando ese chico guapo
del trabajo le de like a la foto que subí al Instagram y me diga que le gusto.
Porque pudiendo elegir a cualquier otro aún así nos seguiremos escogiendo
porque serán nuestros abrazos los únicos que sabrán cómo reiniciarnos,
cómo sanarnos y porque sabremos que nuestro amor no tiene dudas pero
tampoco ataduras, porque dicen por ahí que hay que construir amor en los
cimientos de la libertad. El amor se da con los brazos abiertos y también con
los brazos abiertos se suelta en caso de vuelo. o en caso de dejarnos de
elegir.

Quiero que me mandes flores a la oficina sin motivo alguno, sólo porque sí,
porque ese día te despertaste con ganas de sorprenderme y quiero
escribirte una nota romántica en Facebook porque me inspiras a escribir
bonito. Porque quiero que seamos esos novios cursis a veces aunque odies
que nos tomemos selfies.

Quiero que coleccionemos sellos en nuestros pasaportes y que podamos


recorrer el mundo viendo todo con ojos de niños, que tomemos millones de
fotos para recordar, que me tomes fotos desprevenida, sólo porque te gusto,
que nos comamos el mundo pero también que comamos por todo el mundo
y que lleguemos de nuestros viajes con una pancita de felicidad. Y te
seguiré eligiendo con esa pancita y aunque me cantes todo desafinado
saliendo de la ducha en boxers, porque te veré con ojos de amor y sé que
me dirás lo guapa que me veo en mi pijama de ositos mientras no me quiero
levantar de la cama, porque ambos sabemos que la imperfección y los
errores es lo que nos hace únicos. Quiero que nos amemos cuando menos
lo merezcamos pero cuando más lo necesitemos, que nos quedemos juntos
en la luz y en la sombra.

No quiero que me guste lo mismo que a ti, no quiero ser esa que finge que
le gusta un deporte sólo porque a ti te gusta, pero puedo acompañarte a
entrenar mientras leo un libro, puedo echarte porras, puedo disfrutar de lo
que te hace feliz. Tampoco quiero que te guste lo mismo que a mi, pero
ojalá me acompañes a ver las chick flicks que me apetezcan, aunque te
duermas en el cine y que me abraces en la escena en que suelto una
lágrima, aunque que me hagas una mueca diciéndome que sólo es una peli.
No quiero que leas a los mismos autores, quiero que completes mi
biblioteca. Y tampoco quiero que nos guste la misma música porque así
complementaremos nuestra lista de Spotify y haremos una lista para cuando
viajemos en carretera y cantemos a todo pulmón y tendremos boletos de
todos los conciertos, de cumbia, de metal o del pop tour. Sólo quiero que
nos gustemos tú y yo. El secreto de una relación no es el tipo de música
que escuchen sino que ambos lleven el mismo ritmo.

No quiero que me des nada que no tengas, ni nada que yo no pueda darte,
no quiero que me complementes porque estoy completa, no quiero que
arreglemos lo que no rompimos, quiero que aprendamos el uno del otro,
que aprendamos a sanar nuestras carencias por separado, pero también
juntos siendo honestos y a luchar con nuestros fantasmas sin lastimarnos y
que cuando estemos enamorados nuestros niños internos también se
enamoren.

No es enamorarse del amor, no es enamorarse de ilusiones, es enamorarse


de uno mismo para que el amor bonito nos alcance. El amor se da entre dos
personas, no entre una persona y sus expectativas así que no quiero que
pienses que con esta carta te estoy idealizando, porque los ídolos se caen,
porque las expectativas duelen, porque el enamoramiento no es igual al
amor, y yo quiero enamorarme de lo verdadero, de lo libre, de lo que me de
paz, porque no quiero que me hagas sentir mariposas, quiero que me hagas
sentir tranquila.

Querido amor bonito: Encuéntrame cuando te encuentres y hablemos de ti.

También podría gustarte