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COLEGIO ANDINO

DEUTSCHE SCHULE – BOGOTÁ

ENSAYO COMPARATIVO

NICOLÁS MANRIQUE LEMA

12ºA2

PROFESORA:

8 de diciembre de 2019

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La libertad es la facultad de las personas para elegir responsablemente su propia
forma de actuar dentro de una sociedad. Desde el origen de los tiempos la gente
ha luchado por este derecho y hemos llegado a un punto donde probablemente se
ha excedido y usurpado su uso y se ha utilizado con propósitos distintos a los que
se crearon en un principio. La libertad es aquello que permite a alguien decidir si
quiere hacer algo o no cuando no se oponga a las leyes ni a las buenas
costumbres, pero también lo hace responsable de sus actos en la medida en que
comprenda las consecuencias de ellos. Pues la libertad implica una clara
oposición por el bien y el mal. Al tener una definición tan larga con tantas
intenciones que se pueden malinterpretar, se ha llegado a muchos debates
últimamente para descubrir el verdadero propósito que la sociedad le ha dado a la
libertad. Mario Vargas Llosa, por ejemplo, en su ensayo “La Civilización del
Espectáculo” da un punto de vista que muestra como actualmente utilizan dicha
libertad en forma de excusa para obrar sin ningún sentido. Como por ejemplo, el
periodismo, ese periodismo escandaloso que según Vargas Llosa es un perverso
hijastro de la cultura de la libertad. El periodismo amarillista debería ser limitado en
ciertas medidas y/o situaciones, pues hay ocasiones en las que este mismo se
sale de las manos y exagera, esto puede afectar personas, empresas o marcas y
demás, pero también es cierto que le periodismo amarillista es libertad de
expresión, aunque no todos los casos.

En este contexto, se dice que el periodismo amarillista no solo representa


escándalo, va mucho más allá. Este periodismo representa libertad de expresión,
un derecho fundamental que no se puede prohibir. Las personas, tienen el
derecho de decir, difundir y expresar lo que piensan libremente, sin ningún tipo de
hostigamiento o censura. Una de las características principales de una sociedad
democrática es la libertad a manifestar sus pensamientos. En una sociedad, estas
libertades deben estar presentes en todo momento y de ella se derivan muchas
otras, como la libertad de prensa, que es el derecho de los medios de
comunicación de investigar, informar y difundir informaciones sin ningún tipo de
limitaciones. De esta forma, la gente y organizaciones deberían poder decidir

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cómo y dónde informarse para luego expresarse libremente ya sea con el objetivo
de notificar, alarmar o entretener.

A pesar de que el periodismo sea un derecho, en los últimos tiempos una de sus
ramas, el periodismo amarillista, ahora escandaloso, solo pretende alborotar a la
humanidad con el fin de crear un desorden en la población. Como Mario Vargas
Llosa muestra en su libro, “La gente abre un periódico, va al cine, enciende la
televisión o compra un libro para pasarla bien […] Sólo para distraerse, olvidarse
de las cosas serias, profundas, inquietantes y difíciles […] ¿Y hay algo más
divertido que espiar la intimidad del prójimo, sorprender a un ministro o un
parlamentario en calzoncillos, averiguar los descarríos sexuales de un juez,
comprobar el chapoteo en el lodo de quienes pasaban por respetables y
modélicos?” Han ocultado todas las consecuencias que conlleva esta idea y
simplemente la protegen con el argumento de que está hecha para entretener y
que la prensa sensacionalista no corrompe a nadie, pues ellos ya están
corrompidos, la prensa solo los expone. Sin embargo, Vargas Llosa nos hace
tomar conciencia, advirtiendo que por esta razón de “entretener” es que en el
mundo contemporáneo hay tan pocos dirigentes y estadistas ejemplares que
merezcan la admiración universal, como Nelson Mandela o Aung San Suu Kyi. Si
se busca difamar a una persona u organización lo más seguro es que se
encontrarán razones y pruebas para hacerlo, como pudo haber pasado con
Nelson Mandela si vivera en el actual mundo de la chismografía escandalosa. O,
también, como si le ocurrió al expresidente norteamericano Bill Clinton tras el
Escándalo Lewinsky. El escándalo saturó la cobertura de los medios de
comunicación de los más faranduleros asuntos de la política pública y fue utilizado
para enlodar la política Clinton. Este suceso logró cubrir todas las buenas
acciones de Clinton durante su presidencia, pues era considerado uno de los
mejores presidentes de Estados Unidos en la modernidad, con una de las mejores
economías que pudo vivir el país en muchos años. Casos como este dejan
pensando, es bueno que todo esto haya salido a la luz, pero ¿De qué sirve si lo
único que termina haciendo es un alboroto innecesario en una sociedad a la que
no le afectaba en lo absoluto dicha situación?

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Por último, otro de los grandes objetivos de la prensa sensacionalista, amarillista o
escandalosa, es herir, lastimar a todos los involucrados en su nueva noticia. Este
propósito se esconde bajo el argumento de ser libertad de expresión o entretener,
incluso de solo hacer un alboroto, pero hay casos donde su intención principal es
herir. A lo mejor no trata de herir, pero si por entretener y hacer más llevadera la
jornada del puntual empleado, del aburrido profesional y la cansada ama de casa,
tienen que salir victimas en su resultado, no debería permitirse de ninguna
manera. Según Vargas Llosa, “La prensa sensacionalista no corrompe a nadie;
nace corrompida por una cultura que, en vez de rechazar las groseras
intromisiones en la vida privada de las gentes, las reclama”, pero, si no se puede
poner de acuerdo a este grupo de fieles oyentes del periodismo amarillista para
ver que está mal y que no, debería bloquearse el problema de raíz, la misma
prensa. En uno de los países más desarrollados del mundo, Alemania, hasta la
libertad de expresión está limitada. En este país, cuando se hace testimonio de un
individuo o de toda una empresa, por ejemplo, no importa si es verdadero o falso
lo que se esté argumentando, si se comprueba que este testimonio se plantea de
tal forma que quiere dañar la imagen del acusado, se le impondrán cargos
judiciales al testigo por querer dañar al inculpado.

En conclusión, el periodismo se ha corrompido, ahora la gente solo se interesa por


el drama y el escándalo, el periodismo amarillista, que funciona como una cebolla.
En su primera capa se camufla con un derecho a la libertad de expresión que,
luego, se utiliza con el sustento de entretener, pero en realidad termina
alborotando y levantando a la sociedad que finalmente se encuentra con su real
objetivo de lastimar y herir a los involucrados en el testimonio. Por otro lado, hay
muchos que defienden a la prensa amarillista a toda costa. Estos individuos tienen
la idea de que la libertad de expresión es uno de los principios más importantes
para que nuestra sociedad funcione. Sin embargo, considero que una persona,
identidad u organización tiene el derecho a informarse y expresarse de la forma
que sea, sin ningún tipo de impedimento y con el objetivo que tenga, siempre y
cuando no tenga la necesidad de herir y perjudicar a terceros o incluso a
segundos mientras lo intenta.

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