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Cómo salvan los médicos a los

testigos de Jehová que no


quieren transfusiones de sangre
“Se me educó en una religión para la que las
transfusiones de sangre eran lo peor que
podías hacer”.
Por Elizabeth Brown
28 Febrero 2018, 2:00am
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PETER DAZELEY/GETTY
El CDC estima que 5 millones de estadounidenses reciben transfusiones de
sangre cada año. Algunos de ellos son testigos de Jehová, a pesar de los
estrictos preceptos de su religión que prohíben esta práctica. No obstante, la
mayoría de testigos de Jehová siguen dispuestos a mantener la creencia de
que las transfusiones de sangre son algo que no pueden ni plantearse,
incluso cuando es cuestión de vida o muerte.

“Nací y fui educada en una religión en la que las transfusiones de sangre eran
lo peor que podías hacer. ‘No aceptéis ninguna bajo ningún concepto,
aunque ello pueda suponer vuestra muerte’”, explica Linda Curtis, ex testigo
de Jehová y autora de Shunned: how I lost my religion and found
myself. “Sacarle sangre a otras personas para infundirla en nuestro cuerpo
cuando estamos enfermos se considera una gran falta de respeto a la vida”.

MIRA:
Curtis me explica que esta prohibición se basa en pasajes bíblicos, como el de
Hechos 15:29, que dice “que os abstengáis de sangre”; o el Levítico 17:10, en
el que se señala: "Si un hombre de Israel o de los forasteros que viven en
medio de ustedes come cualquier clase de sangre, aborreceré esta persona
que come sangre y lo exterminaré”.

El sitio web oficial de esta religión asegura que abstenerse de la sangre es


“tan importante como hacerlo de la inmoralidad sexual y la idolatría”.
Asimismo, también hace referencia a la santidad del sacrificio de sangre de
Jesucristo.

“Jesucristo tuvo que venir a la tierra para vivir como hombre una vida
perfecta, sin mácula ni pecado, y entregarla luego como un sacrificio con el
que se perdonaran todos los pecados de la humanidad”, señala Curtis. “Por
tanto, derramar tu propia sangre o tomar sangre de alguien se considera en
extremo irrespetuoso”.

Esta prohibición se basa en pasajes bíblicos, como el de


Hechos 15:29, que dice “que os abstengáis de sangre”

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Hay más de 8 millones de testigos de Jehová en todo el mundo, por lo que
médicos, enfermeras y otros profesionales de la sanidad han tenido que
desarrollar alternativas a las transfusiones de sangre para mantener a estos
pacientes con vida.

Los propios testigos han propuesto a la comunidad médica iniciativas como


los llamados comités de enlace con hospitales, encargados de
concienciar sobre la importancia de respetar los deseos de los pacientes
testigos de Jehová y de proponer estrategias basadas en pruebas que avalan
el uso de tratamientos sin sangre.

Estos son algunas de las técnicas médicas que emplean los profesionales con
pacientes testigos de Jehová que se niegan a recibir transfusiones pese a
necesitarlas urgentemente.
LEE:

Rescate celular

En los procedimientos quirúrgicos importantes, uno de los métodos más


usados para evitar las transfusiones es la técnica del rescate celular,
mediante el cual una máquina extrae sangre de la zona quirúrgica del
paciente y la almacena. Luego, otra máquina “limpia” la sangre y la vuelve a
introducir en el organismo del paciente si fuera necesario.

Una de las claves para hacer que estas prácticas sean aceptadas en pacientes
testigos de Jehová parece radicar en no interrumpir el circuito del flujo
de la sangre en su organismo.

Si se le explica al paciente que los tubos externos son como una extensión
temporal de su cuerpo y que en ningún momento se interrumpe el circuito,
se le puede intentar convencer de que, técnicamente, no se está
quebrantando ninguna norma.

Vasoconstricción

Varios médicos han recurrido a la vasoconstricción para evitar la pérdida de


sangre durante las intervenciones quirúrgicas. Sirviéndose de fármacos que
constriñen los vasos sanguíneos y reducen temporalmente el flujo sanguíneo,
los médicos pueden minimizar el riesgo de hemorragias importantes, para
las que una transfusión sería necesaria.

Leonard Grossman, cirujano plástico de Nueva York, afirma que ha operado


a muchos pacientes testigos de Jehová que se negaban a hacerse
transfusiones, incluso en casos en los que estos habían perdido mucha
sangre.

LEE:
“Lo que he hecho durante los últimos 22 años ha sido aplicar anestesia
tumescente a esos pacientes. Este tipo de anestesia es básicamente una
mezcla muy diluida de lidocaína y una pequeña cantidad de adrenalina para
favorecer la vasoconstricción”, explica Grossman.

“También presto mucha atención a los detalles, asegurándome de que no


quedan vasos sangrantes descuidados o sin tratar al final de la intervención.
Hasta ahora he tenido mucha suerte y ninguno de mis pacientes ha perdido
más de un par de cucharadas de sangre”.

Eritropoyetina

Otros médicos utilizan un fármaco llamado eritropoyetina, que estimula la


producción de células sanguíneas en pacientes que necesitan una transfusión
sanguínea por anemia.

Michael Mencias, director médico del Metropolitan Jewish Health System de


Brooklyn, recuerda un caso concreto con una paciente testigo de Jehová que
tenía cáncer y necesitaba una transfusión urgentemente. Para respetar sus
creencias religiosas, Mencias y su equipo buscaron una alternativa.

LEE:

“Se trataba de una situación complicada en la que era necesaria una


transfusión inmediata, pero ella se negaba”, recuerda. “La solución
alternativa fue administrarle fluidos intravenosos e inyectarle eritropoyetina
para estimular el recuento sanguíneo, pero eso era lo máximo que podíamos
hacer.

Al principio funcionó, pero hacen falta unos días para que el fármaco
estimule el aumento de células sanguíneas. En cambio, una trasfusión habría
tenido un efecto inmediato. La salud de la paciente fue empeorando y cada
vez era más difícil mantener el recuento celular, pero ella se mantuvo firme
en sus creencias y nosotros la respetamos”.

Fracciones sanguíneas

Si bien aceptar transfusiones completas es impensable para los testigos de


Jehová, su fe se muestra más laxa con los “productos” derivados de la sangre,
como el plasma, las plaquetas y los glóbulos blancos y rojos.

El número del 15 de junio de 2000 de La Atalaya aborda la cuestión de


si las fracciones sanguíneas son aceptables teniendo en cuenta que no
pueden considerarse “sangre íntegra”. La respuesta de la organización se
reduce básicamente a esto: “No podemos decirlo. La Biblia no da detalles al
respecto, por lo que cada cristiano debe tomar una decisión consciente ante
Dios”.

LEE:

Secreto

“El paciente pedía no recibir visitas ni llamadas telefónicas”, señala Allison


Squires, profesora de la facultad de Enfermería del Rory College (NYU). “No
querían que ningún miembro de su comunidad religiosa viera lo que estaban
haciendo”.

Squire estuvo diez años trabajando como enfermera en un hospital con


pacientes testigos de Jehová con enfermedades vasculares que a veces
requerían trasfusiones de sangre. Squire no recuerda ni un solo caso en su
unidad en el que un testigo de Jehová rechazara recibir una trasfusión,
aunque enfatiza que todos ellos se mostraban muy insistentes en que nadie
aparte del equipo de trasfusiones se enterara de su decisión.

Intervenciones jurídicas
Por lo que respecta a los menores en situaciones de emergencia médica, a
veces las alternativas a las trasfusiones de sangre no son una opción. Jay
Requarth es un cirujano cardiotorácico jubilado que durante su residencia
tuvo un caso de una testigo de Jehová de 15 años. La vida de la joven
dependía de una trasfusión de sangre, que el equipo de urgencias procedió a
administrarle.

“Cuando llegó la familia”, recuerda Requarth, “corrieron a donde estaba la


paciente y rompieron la bolsa de sangre. Obviamente, se trataba de un
asunto muy importante para la familia y los cuidadores, pero en estos casos
la justicia se pone de parte de los médicos. En aquel caso, avisamos al
abogado del hospital, que nos dio luz verde para hacer la trasfusión, y la
policía se llevó de allí a la familia.

Curtis cree que en este caso no excomulgarían a la joven, pero que la


trasfusión debió de suponer una gran tragedia para la familia. “Aunque fuera
un hecho muy triste, nadie de la comunidad ni Dios mismo podría culparla
por ello”.

*Se ha contactado con representantes de los testigos de Jehová para que


aportaran sus opinión en este artículo, pero se han negado a hablar.

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