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Alternativas de Construccion Sostenible para
Alternativas de Construccion Sostenible para
ELECTIVA II
VILLAVICENCIO
2019
TABLA DE CONTENIDO
INTRODUCCION
El término de construcción sostenible abarca, no sólo los edificios propiamente dichos, sino
también cuenta el entorno y la manera cómo se integran para formar las ciudades. El
desarrollo urbano sostenible (urbanismo sostenible) tiene el objetivo de crear un entorno
urbano que no atente contra el medio ambiente, y que proporcione recursos urbanísticos
suficientes, no sólo en cuanto a las formas y la eficiencia energética y del agua, sino también
para su funcionalidad, como un lugar que sea mejor para vivir. La construcción, además de
ser indispensable para el desarrollo de la sociedad, es también uno de los principales
responsables de residuos, contaminación, transformación del entorno y uso inadecuado de
recursos naturales (energía, agua, etc.). Cada uno de los edificios y casas que habitamos
produce una huella ecológica sobre el planeta. Su construcción, operación y, eventualmente,
su demolición, consumen una gran cantidad de recursos y producen muchos residuos
contaminantes. “Se calcula que el sector residencial y de oficinas, a nivel mundial, consume
el 40% de energía, 30% de emisiones de carbono (CO2) que van a la atmósfera, 50% materias
primas, 40% de desperdicios y 20% de agua potable” (Consejo Colombiano de Construcción
Sostenible, 2012).
Además, existe gran variedad de sistemas sostenibles que pueden ser implementados en la
construcción de viviendas, pero es evidente la falta de conocimiento de estos y políticas
claramente definidas (normas) por parte de las entidades encargadas, que orienten y motiven
a las empresas del sector. Lo que se busca con este documento, entre otras cosas, es tener una
idea general sobre los conceptos relacionados con la construcción sostenible, la importancia
de definir la normativa correspondiente y la conveniencia de su pronta implementación por
parte de las empresas del sector, en nuestro país.
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
OBJETIVO GENERAL
-Definir criterios viables para la edificación de una casa en Bucaramagana a partir de las
políticas de la construcción sostenible en beneficio de la calidad de vida y del medio
ambiente.
OBJETIVOS ESPECIFICOS
- Describir los aportes y beneficios, tanto económicos como técnicos, que se obtienen con la
implementación de la construcción de vivienda sostenible.
El sistema constructivo son muros estructurales y los acabados son básicos como enchapes
en zonas húmedas, porcelanas sanitarias, puerta principal, estos con el fin de cumplir lo
parámetros básicos de habitabilidad. Sin ofrecer ningún aporte adicional, para mejorar la
calidad de vida de los habitantes, o las condiciones dela estructura familiar, el entorno o
nuevas tecnologías. Estos proyectos no contemplan en ninguna de sus etapas parámetros de
la sostenibilidad ambiental como, ahorro y reutilización de agua, uso eficiente y racional de
energía, aprovechamiento de las condiciones del ambiente, reutilización y reemplazo de
materiales y aprovechamiento de residuos o condiciones de las estructuras familiares actuales
para satisfacer su bienestar.
Gestión del ciclo de vida, tanto de las edificaciones como de los materiales y componentes
utilizados.
Reduce los costos operativos: Los costos operativos de una edificación se derivan
básicamente de la energía eléctrica, agua, y gas. Estos tres aspectos son significativamente
reducidos mediante la aplicación de prácticas sustentables, no solo reduciendo el impacto
ambiental, sino también el impacto a la economía de los ocupantes y operadores del edificio.
Comodidad visual y comodidad térmica: Gente, economía y planeta; son los principales
objetivos de la construcción sustentable. Debemos recordar que la sustentabilidad no se trata
solamente de cuidar al planeta, y para lograr un bienestar en las personas se trabaja en la
creación de entornos agradables, los cuales crean un ambiente positivo en la sociedad.
Mejor calidad del aire: Las edificaciones sustentables cuidan el bienestar del ser humano al
mejorar la calidad del aire interior mediante el control de aperturas al exterior del edificio,
permitiendo la ventilación natural, restricciones para áreas de fumadores, empleo de
materiales ecológicos, monitoreo de CO2, entre otras prácticas.
Análisis de ciclos de vida: Cuidar el medio ambiente implica reducir el uso de recursos
naturales, para esto es necesario analizar los ciclos de vida de los recursos y materiales para
que en vez de que sean una cadena con principio y fin, la cual nos obliga a la utilización de
nuevos recursos, se promueva el reúso y reciclaje de recursos y materiales, incrementando
así su vida útil.
Reducción del uso de energía: La reducción del uso de energía no consiste en disminuir las
comodidades, en cambio, se logra mediante prácticas como el modelado energético, diseño
de las instalaciones eléctricas, correcta elección de luminaria, cristales y equipo mecánico,
iluminación natural, empleo de energías renovables, y el control de estos aspectos mediante
el commissioning.
Ahorro del agua: Existen diversas maneras para reducir el consumo de agua de un edificio,
con la finalidad de reducir costos e incrementar su calidad con una consciencia ambiental.
La elección de accesorios de plomería eficientes, el reúso del agua, y recolección de agua
pluvial son algunas prácticas que pueden ser empleadas para lograr este fin.
Reducción de los residuos: Tanto en la etapa de construcción, como en la vida útil del
edificio, se cuida el impacto que este tiene al medio ambiente. Se 19 disminuyen los
volúmenes de material desechado, enviándolo a lugares donde será reciclado o reutilizado.
Diversos estudios evidencian que los costos adicionales iniciales que implican las
construcciones “verdes” se ven más que compensados durante su operación: hay menores
costos, un mayor valor del edificio y de su canon de arrendamiento, así como una mayor tasa
de ocupación, que redunda en un mayor retorno de la inversión (En Obra).
Construir edificios verdes se convierte en una oportunidad para los empresarios de esta
disciplina, para hacerse visibles en el ámbito de la bioconstrucción y constituye una
oportunidad para entrar en la red internacional de la construcción sostenible. Es también un
elemento que permite aumentar la competitividad de la empresa en el mercado.
Un proyecto de construcción sostenible puede costar entre 10% y 15% más que una
construcción tradicional, pero en la medida en que se desarrollan el mercado de proveedores,
materiales y profesionales capacitados se va reduciendo su costo.
para garantizar que arquitectos y constructores realmente están ofreciendo a sus clientes eco-
edificios, hay organizaciones que establecen los estándares de calidad ambiental.
actualmente, existen múltiples herramientas para la evaluación y certificación ambiental de
proyectos de construcción, las cuales proporcionan un marco para evaluar el nivel de
eficiencia de las edificaciones con base en parámetros de emplazamiento sostenible,
eficiencia en el uso de agua y energético, materiales y recursos, calidad ambiental,
innovación y diseño, tanto en la fase de diseño como en las fases de construcción, puesta en
marcha y utilización de la edificación.
LEED: la certificación liderazgo en energía y diseño medio ambiental, (leed por sus siglas
en inglés) es el sello desarrollado originalmente en 1993 por el concejo estadounidense de
construcción sostenible (united states green building council, usgbc). se enfoca en el
desempeño del edificio y tiene versiones para construcciones nuevas, edificios existentes,
operación y mantenimiento, interiores comerciales y envolvente y núcleo. también tiene una
versión para desarrollos de mayor escala denominada “neighborhood development”. hoy esta
certificación constituye una de las principales garantías ambientales que existen en el mundo.
LEED: (acrónimo de Leadership in Energy & Environmental Design) (U.S. Green Building
Concuil) es un sistema de certificación de edificios sostenibles, desarrollado por el Consejo
de la Construcción Verde de Estados Unidos (US Green Building 24 Council). Fue
inicialmente implantado en el año 1998, utilizándose en varios países desde entonces. Se
compone de un conjunto de normas sobre la utilización de estrategias encaminadas a la
sostenibilidad en edificios de todo tipo. Se basa en la incorporación en el proyecto de aspectos
relacionados con la eficiencia energética, el uso de energías alternativas, la mejora de la
calidad ambiental interior, la eficiencia del consumo de agua, el desarrollo sostenible de los
espacios libres de la parcela y la selección de materiales. Existen cuatro niveles de
certificación: certificado (LEED Certificate), plata (LEED Silver), oro (LEED Gold) y
platino (LEED Platinum). La certificación, de uso voluntario, tiene como objetivo avanzar
en la utilización de estrategias que permitan una mejora global en el impacto medioambiental
de la industria de la construcción.
Funcionamiento de LEED
Los créditos regionales son otra de las características de LEED a través del cual se reconoce
la importancia de las condiciones locales en la determinación de las mejores prácticas de
construcción y diseño ambientales. Los proyectos LEED podrán obtener “puntos de
bonificación” por la implementación de estrategias de construcción sustentable que aborden
problemas ambientales importantes que se enfrenten a una región especifica. A un proyecto
se le pueden otorgar hasta cuatro puntos adicionales, cada uno de los cuales será otorgado
por lograr hasta cuatro de los seis créditos de prioridad.
Sitios Sustentables (24 puntos): Definir correctos criterios de emplazamiento de los
proyectos, por la Revitalización de terrenos subutilizados o abandonados, la conectividad o
cercanía al transporte público, la protección o restauración del hábitat y el adecuado manejo
y control de aguas lluvias en el terreno seleccionado.
Eficiencia en el Uso del Agua (11 puntos): Incentiva a utilizar el recurso agua de la manera
más eficiente, a través de la disminución 0 del agua de riego, con la adecuada selección de
especies y la utilización de artefactos sanitarios de bajo consumo, por ejemplo.
Energía y Atmosfera (33 puntos): Debe cumplir con los requerimientos mínimos del
Standard ASHRAE 90.1-2007 para un uso eficiente de la energía Que utilizamos en nuestros
proyectos, para esto se debe demostrar un porcentaje de ahorro energético (que va desde el
12% al 48% o más) en Comparación a un caso base que cumple con el estándar. Además, se
debe asegurar en esta categoría un adecuado comportamiento de los sistemas del edificio a
largo plazo.
Materiales y Recursos (13 puntos): Describe los parámetros que un edificio sustentable
debe considerar en torno a la selección de sus materiales. Se premia en esta categoría que los
materiales utilizados sean regionales, reciclados, rápidamente renovables y/o certificados con
algún sello verde, entre otros requisitos.
Calidad del Ambiente Interior (19 puntos): Describe los parámetros necesarios para
proporcionar un adecuado ambiente interior en los edificios, una adecuada ventilación,
confort térmico y acústico, el control de contaminantes al ambiente y correctos niveles de
iluminación para los usuarios.
Existen diversos tipos de certificación LEED dirigidos hacia el uso que puede tener un
edificio verde. Dentro de la evaluación del proyecto, se define en primera instancia que
sistema de certificación se adecúa a ese proyecto específico. Dentro de los sistemas más
importantes encontramos:
LEED NC; LEED para Nuevas Construcciones: Está diseñado principalmente para nuevas
construcciones de oficinas comerciales, pero ha sido aplicado por los profesionales a otros
tipos de edificios. Todos los edificios comerciales según la definición de estándar de
construcción pueden optar a esta certificación. Encontramos; edificios de oficinas,
rascacielos de edificios residenciales, edificios gubernamentales, edificios institucionales
(museos, iglesias), instalaciones de esparcimiento, plantas de fabricación y laboratorios, entre
otros.
LEED EB; LEED para Edificios Existentes: Este sistema tiene por objetivo maximizar la
eficiencia operativa y reducir al mínimo los impactos ambientales de un edificio. LEED para
edificios existentes se ocupa de todo el edificio en términos de limpieza y mantenimiento,
los programas de reciclaje, programas de mantenimiento exterior, sistemas y actualizaciones.
Se puede aplicar tanto a los edificios existentes que buscan la certificación LEED por primera
vez y a proyectos previamente certificados bajo LEED para nueva construcción.
LEED for Homes; LEED para Viviendas: Este sistema promueve el diseño y construcción
de alto rendimiento verde para viviendas. Una casa verde usa menos energía, agua y recursos
naturales, genera menos residuos, y es más saludable y confortable para los ocupantes. Los
beneficios de una casa certificada LEED incluyen una reducción de las emisiones de gases
de invernadero y una menor exposición a los hongos, moho y otras toxinas en el interior.
LEED ND; LEED para Desarrollo de Barrios: Integra los principios de crecimiento
inteligente, el urbanismo y el edificio verde en el primer sistema nacional de diseño del
vecindario, que debe cumplir con los más altos estándares de respeto por el medio ambiente.
LEED SC; LEED para Colegios: Integra los principios de diseño inteligente que debiera
tener una institución educacional.
1. La zona de obras (su elección acertada para que no atente contra el medio ambiente)
3. El ahorro de energía
4. El uso de materiales
La herramienta básica para la identificación del estado y de las necesidades generales de una
obra que pretende ser sostenible es el Análisis de Ciclo de Vida. Según el arquitecto e
investigador colombiano Javier Barona, especialista en construcciones sostenibles, “el
estudio del Análisis de Ciclo de Vida (ACV) ha sido acepto por toda la comunidad
internacional como la única base legítima sobre la cual comparar materiales, tecnologías,
componentes y servicios utilizados o prestados”.
Aprovechar los recursos naturales que afectan directamente sobre el edificio ‐ como sol,
viento, vegetación, humedad, temperatura, para obtener, confort lumínico, térmico y acústico
naturales y promover un ahorro en energía con la instalación de sistemas de refrigeración y
calefacción dimensionados llevándose en consideración los sistemas naturales desarrollados
como estrategias en el proyecto.
Iluminación Natural
Clima regional
Control de iluminación
Vegetación
Proyecto Paisajístico
Eficiencia energética
Proyecto Arquitectónico
Protecciones solares
Proyecto de Eléctrica
Utilizar sistemas y dispositivos que permitan controle y reducción del consumo de energía
Especificar lámparas con eficiencia que esté en conformidad con la actividad desarrollada
en cada sitio
Especificar en proyecto equipos de aire acondicionado certificados sin uso de gases CFC u
HCFC u sistemas de climatización natural, cumpliendo a las normas del CTE y que tengan
programa de mantenimiento preventivo
Reducir y controlar el consumo del agua suministrado por la concesionaria u obtenido junto
las fuentes naturales (pozos, pozos artesianos, nacientes, otros); no contaminar el agua y
cuerpos receptores; aprovechar las fuentes disponibles; tratar aguas grises y negras y
reaprovecharlas en el edificio; reducir necesidad de tratamiento de efluentes por el poder
público; aprovechar parte del agua pluvial disponible.
Crear área para disposición de los residuos generados por los propios habitantes/usuarios;
reducir generación de residuos; reducir emisión de residuos orgánicos para procesamiento
por el Poder Público o concesionarias; incentivar el reciclaje de residuos secos o húmedos.
Crear un ambiente interior saludable a los seres vivos; identificar poluientes internos en el
edificio (agua, aire, temperatura, humedad, materiales); evitar o controlar su entrada y
actuación nociva sobre la salud y bienestar de los individuos.
Conforto térmico‐acústico
Materiales sostenibles
Para la selección de materiales, que debe hacerse durante el proceso de diseño, es importante
tener en cuenta los diversos factores y variables que se presentan a continuación. Estos
parámetros son requeridos en los sistemas de certificación de edificaciones, algunos
indirectamente y otros explícitamente. Los certificadores de productos y materiales
propenden porque se utilicen aquellos que tengan bajo impacto durante el proceso de
producción, aún si esto no está explícitamente solicitado en los sistemas de certificación.
Materiales locales
Para que los materiales sean considerados como “locales” se debe tener en cuenta que la
extracción de materias primas y los procesos de producción, cuando los hay, sean realizados
a distancias cortas del sitio de construcción. Para la certificación de un proyecto bajo el
sistema LEED, se consideran materiales locales los extraídos y procesados dentro de un radio
de 500 millas del sitio de la construcción (USGBC, 2009: 379). Sin embargo, en la zona
central de Colombia un radio de 500 millas (804.67 km) abarca la mayoría del territorio
nacional. Con la difícil topografía montañosa y las condiciones de las vías intermunicipales
y carreteras, será necesario revisar esta distancia (para el país), ya que esto implica una mayor
contaminación por transporte terrestre que en condiciones topográficas menos exigentes, con
vías amplias de varios carriles, como las de los países industrializados. Otros sistemas de
certificación, como el inglés BREEAM (Building Research Establishment’s Environmental
Assessment Method) también hacen énfasis en la utilización de materiales locales cuyo
objetivo es minimizar al máximo y en la medida de lo posible las emisiones de CO2 causadas
y/o energía utilizada en el transporte de materiales desde el sitio de producción hasta el lugar
de la obra (BREEAM, 2008). Es evidente que en muchos casos es necesario utilizar
materiales de otros lugares. En los casos en que se utilicen, es conveniente evaluar otros
aspectos de sostenibilidad que mitiguen los efectos negativos del transporte. No se trata, en
ningún caso, de una medida proteccionista de industrias locales.
Materiales renovables
Los materiales renovables son aquellos que son producidos con materias primas cultivables
y/o de crianza animal, como madera, fibras vegetales, cueros y fibras animales. Para la
utilización de materiales renovables se debe tener en cuenta la producción, de tal manera que
se garantice la continuidad de la renovación, evitando el agotamiento de la tierra y/o los
recursos hídricos. El ciclo de producción o el tiempo de cultivo es un factor importante de la
renovación. La madera, el caucho natural, la guadua, el corcho y otros productos vegetales
son renovables y son frecuentemente utilizados directamente como materiales de
construcción o como materias primas para productos procesados para la construcción. La
utilización no controlada de estos recursos puede conducir a la deforestación y por ende no
es aceptable ni considerable como uso de materiales renovables. Para evitar este tipo de
actividades surgió el Forest Stwardship Council-FSC, que certifica a nivel internacional los
productos de madera cuando estos se procesan con maderas de bosques cultivados para su
explotación y se garantiza que no hay deforestación. En Colombia existe representación de
la FSC, y algunas empresas del sector maderero cuentan con el sello de certificación FSC.
Algunas poseen Certificación por la Unidad de Manejo Forestal, mientras que otras cuentan
con Certificación de unidad de manejo, Certificación de cadena de 106 Construcciones
sostenibles: materiales, certificaciones y LCA custodia, y Certificado de cadena de custodia
para la transformación primaria de los productos maderables (www.fsc-colombia.org).
Reciclaje de materiales
Materiales reutilizables
Materiales durables
Una vida útil prolongada, representa uno de los aspectos importantes para lograr
construcciones sostenibles. Esto depende, en gran medida, de la durabilidad de los materiales.
La resistencia a la abrasión, al agua, al viento y a la radiación solar, entre otros, son
características que hacen que los materiales sean durables. Hay materiales como la piedra y
el ladrillo que han demostrado su durabilidad en construcciones como los acueductos
romanos y las murallas de Cartagena entre muchos otros ejemplos alrededor del mundo. Es
necesario tener en cuenta que no todos los tipos de piedra o ladrillo tienen la misma
durabilidad. El NIST (National Institute of Standards and Technology) construyó en 1948 un
muro con diferentes tipos de piedra originarias de los Estados Unidos y Europa para medir
cuales tienen mayor resistencia a los agentes ambientales y por ende mayor durabilidad. Las
areniscas por ser deleznables tienen menor durabilidad que los granitos naturales. El muro
está aún en estudio y los resultados serán publicados en el futuro (NIST, 2011). Los metales
como el cobre, el aluminio o el acero son sometidos a pruebas y los ejemplos de
construcciones hechas con metal son más recientes que las construcciones en piedra. Se
encuentran ejemplos de cubiertas en cobre y plomo de varios siglos en algunas catedrales
medioevales y palacios europeos. Construcciones en acero como la Torre Eiffel y el puente
sobre el río Magdalena para la vía férrea que comunica a Girardot con Flandes, demuestran
que este material puede durar más de cien años. Los materiales modernos como polímeros y
plásticos, o los materiales de última generación como polímeros renovables son sometidos
actualmente a pruebas de laboratorio en Estados Unidos, por el National Institute of
Standards and Technology-NIST para determinar características como resistencias
mecánicas, resistencia a agentes externos (lluvia, radiación solar, fuego, etc.) y a partir de
estos estudios se determinará la posible durabilidad de estos materiales. Los avances
tecnológicos, el crecimiento de las ciudades, la presión económica sobre el valor de la tierra
y nuevas tendencias arquitectónicas son algunos de los factores que conducen a que
edificaciones de buena factura y en buen estado de conservación se consideren obsoletas y
sea “necesario” demolerlas. Excepcionalmente, el deterioro de algunas construcciones es tan
elevado que su recuperación puede resultar más onerosa que la construcción de un nuevo
edificio, y se presentan casos extremos en los que es indispensable la demolición de una
edificación porque presenta un alto riesgo de colapsar, pero la mayoría de los edificios que
se demuelen estarían en condiciones de seguir siendo utilizados debido a que han sido
construidos con materiales durables. Materiales de fácil mantenimiento Todos los edificios
necesitan mantenimiento sin importar con qué materiales estén construidos. Este
mantenimiento consiste básicamente en aseo, reparaciones menores y reposición de
elementos que por el uso continuo y las condiciones climáticas presenten deterioro. Esto
implica costos energéticos, consumo de agua, generación de residuos y en algunos casos
contaminación de cuerpos de agua o del subsuelo.
Para minimizar el impacto ambiental durante la vida útil del edificio es de gran importancia
prever, desde la fase de diseño, cómo va a ser el mantenimiento del edificio durante su
operación. Algunos ejemplos son: materiales resistentes a los rayos UV como concreto,
piedra o ladrillo en fachadas, en lugar de pintura; protecciones contra la corrosión en
materiales metálicos a la vista; pisos de tráfico pesado fáciles de limpiar como porcelanato o
cerámica, o fáciles de pulir como la madera. Se recomiendan en general materiales de
acabado que no requieran del uso de grandes cantidades de agua para su mantenimiento, es
decir, los que cuentan con superficies que no retienen polvo, humedad o mugre. Y se deben
evitar los materiales de acabado que exigen productos químicos para su limpieza (pues
generan residuos contaminantes) o equipos para su mantenimiento (puesto que consumen
energía). Al diseñar cubiertas verdes se deben plantar especies nativas o adaptadas, que no
requieran de riego excesivo, o cuidados especiales, para su mantenimiento. Los materiales
rápidamente renovables como la guadua (Guadua angustifolia), el kenaf (Hibiscus
cannabinus) usado en España (Greenvision ambiente, s.f.), y la madera (Ministerio de
Educación de Chile y UNESCO, 2006), requieren de tratamientos iniciales
(INDUGUADUA, 2005) y mantenimiento periódico mayor al de una construcción en ladrillo
o piedra. Si bien es cierto que existen construcciones de madera de más de cien años como
la iglesia de San Luis en San Andrés Islas, Colombia, “construida en Mobile (Alabama, USA)
y desarmada para su traslado a la isla, en donde fue erigida en 1986” (Sánchez, 2004: 39),
los productos de origen vegetal requieren de cuidados especiales, y como en todas las
construcciones, de un correcto proceso constructivo que garantice el adecuado
comportamiento de los materiales.
Características térmicas
Los diseños de sistemas pasivos con los que se pretende lograr el confort térmico de los
ambientes interiores de una construcción sin el uso de equipos eléctricos, mecánicos o
cualquier otro sistema activo, dependen principalmente de que el diseño arquitectónico
responda a las condiciones de clima del sitio en el que se va a construir la edificación, y en
gran medida, de las propiedades térmicas de los materiales utilizados. En climas cálidos se
debe buscar la protección de la radiación solar y la ventilación, que además de contribuir a
la reducción de temperatura es necesaria para la renovación de aire interior; en climas fríos
es fundamental el aprovechamiento de la radiación solar para aumentar la temperatura de los
espacios, y el control de la ventilación es crítico porque se debe lograr la renovación del aire
sin causar pérdidas fuertes de temperatura. Estudios del comportamiento térmico de los
materiales han determinado los coeficientes de transmisión térmica de los mismos, que
dependen de variables como las dimensiones, forma y combinaciones de dos o más
materiales. Al formar compuestos como por ejemplo: lámina de acero + poliuretano
expandido + lámina de acero o panel de fibro cemento + panel de fibra de vidrio + panel de
yeso, entre muchas otras combinaciones, y de acuerdo con las características de cada
material, se obtiene un comportamiento térmico y desempeño diferente (Pressman, 2007: 124
a 127). El vidrio es un ejemplo de material con un alto coeficiente de transmisión térmica (y
por tanto baja capacidad de aislamiento térmico), pero es posible incrementar su capacidad
de aislamiento térmico utilizando vidrios dobles, o triples, con espacios de aire entre ellos o
con vacío entre los vidrios (Pressman, 2007: 194 a 197). En el mercado, especialmente el
norteamericano, se identifican los productos aislantes con diferentes factores. El factor “R”
representa la resistencia térmica3 del material. A mayor valor R mayor resistencia térmica y
por ende mayor capacidad de aislamiento térmico. El factor R es igual a 1/K. El valor “U” es
la tasa de pérdida de calor a través de un material, y se calcula con la fórmula: watts/m2
kelvin (Irish Energy Center, s.d.). El valor “K” representa la conductividad térmica4 de un
material y es inversamente proporcional a R. Los metales en general, tienen baja capacidad
de aislamiento térmico, mientras que materiales livianos, como el poliuretano, tienen alta
capacidad de aislamiento térmico. Tomando como ejemplo una lámina de aluminio de una
pulgada de espesor (25.4 mm) se observa que tiene un factor K de 1428 y un factor R de
0.0007 (Pressman, 2007: 1003-1005; Pressman, 1998: 748). La capacidad de retener o de
transmitir el calor entre espacios, o desde el interior hacia el exterior y viceversa de las
envolventes (pisos, muros y cubiertas), se define con la elección correcta de los materiales
que las componen, desde el diseño arquitectónico. En la medida en que esto se logra, la
implementación de sistemas activos para enfriar o calentar los espacios habitables
(dependiendo de las condiciones climáticas) no será necesaria, o se reducirán los consumos
por este tipo de equipos, reduciendo el impacto ambiental durante la vida útil del edificio. En
circunstancias específicas es necesario recurrir al apoyo de sistemas activos (ventilación
mecánica, calefacción, aire acondicionado) para lograr espacios con la temperatura y
humedad adecuadas. En estos casos, para lograr la mayor eficiencia y reducir los consumos
de energía de los equipos, es fundamental considerar no sólo la capacidad de aislamiento
térmico de los materiales, sino también la hermeticidad de los espacios (evitando pérdidas de
calor), que se logra mediante el correcto empate y ensamblaje de los elementos de las
envolventes. La inercia térmica es la propiedad de los materiales de retener el calor y retardar
su transmisión de un lado al otro del material (en un muro, por ejemplo). Usualmente la
inercia térmica contribuye a mantener temperaturas más o menos constantes en espacios
interiores, es decir, con fluctuaciones reducidas.
METODOLOGIA