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TEMA VI.

PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES RECTORES DEL JUICIO DE

AMPARO

SUMARIO: INTRODUCCIÓN. VI.1 PRINCIPIOS QUE RIGEN LA ACCIÓN DE


AMPARO. VI.1.1. INSTANCIA DE PARTE AGRAVIADA. VI.1.2. INTERÉS
JURÍDICO, EXISTENCIA DE AGRAVIO PERSONAL Y DIRECTO. VI.1.3. INTERÉS
LEGÍTIMO Y LOS DERECHOS COLECTIVOS O DIFUSOS. VI.1.4.
DEFINITIVIDAD. VI.2. PRINCIPIO QUE RIGE EL PROCEDIMIENTO DEL
AMPARO. VI.2.1. PRINCIPIO DE PROSECUCIÓN JUDICIAL. VI.3. PRINCIPIOS
QUE RIGEN LAS SENTENCIAS DE AMPARO. VI.3.1. RELATIVIDAD DE LAS
SENTENCIAS. 3.1.1. DESAPARICIÓN DEL PRINCIPIO DE RELATIVIDAD. 3.1.2.
PERMANENCIA DE LA RELATIVIDAD DE LAS SENTENCIAS. VI.3.2.
DECLARATORIA GENERAL DE INCONSTITUCIONALIDAD. VI.3.3. ESTRICTO
DERECHO. VI.3.4. SUPLENCIA DE LA QUEJA DEFICIENTE. VI.3.4. SUPLENCIA
DEL ERROR

Objetivo Particular. Al concluir este capítulo, el alumno comprenderá los principios


constitucionales que rigen el trámite del juicio de amparo.

INTRODUCCIÓN

En torno a los principios constitucionales que rigen el juicio de garantías, podemos decir

que son los fundamentos jurídico-constitucionales que rigen la acción, procedimiento y

sentencias del amparo y que se encuentran en el art. 107 constitucional, cuyo antecedente

es el artículo 102 de la Constitución Federal de 1857.

VI.1 PRINCIPIOS QUE RIGEN LA ACCIÓN DE AMPARO.

VI.1.1. INSTANCIA DE PARTE AGRAVIADA.

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Tiene su fundamento en el art. 1071 fr. I const. en relación al art. 6 de la Ley de Amparo.

Este principio consiste esencialmente en que el amparo se tiene que pedir, lo tiene que

promover aquel gobernado que reciente un daño, perjuicio en su esfera de derecho por la

ley o acto de autoridad. El Amparo NO ES DE OFICIO. Se trata de incitar al órgano de

control judicial.

Este principio se advierte del proyecto de la Constitución de Yucatán de 1840,

posteriormente pasa al Acta de Reformas del 47 de Otero y se eleva a rango constitucional

en el art. 102 de la Constitución de 1857.

VI.1.2. INTERÉS JURÍDICO, EXISTENCIA DE AGRAVIO PERSONAL Y

DIRECTO.

Tiene su fundamento en el art. 107 fr. I const. en relación a los artículos 5, fracción I y 6 de

la Ley de Amparo; esencialmente consiste en que todo aquel gobernado, ya sea persona

física, moral, de derecho privado, social y excepcionalmente de derecho público que

recientan un daño, un perjuicio, una afectación en su esfera de derechos por la norma o el

acto de autoridad en términos del art. 5, fracción I, en relación al 6 de la ley de la materia,

estarán legitimados para promover la demanda de amparo. Pero ese daño debe ser de

manera directa, personal, objetiva en la esfera de derechos del gobernado (quejoso), pues de

no ser así se incurrirá en la causal de improcedencia de la fr. XII del art. 61 de la Ley de
1
“Artículo 107. Las controversias de que habla el artículo 103 de esta Constitución, con excepción de
aquellas en materia electoral, se sujetarán a los procedimientos que determine la ley reglamentaria, de acuerdo
con las bases siguientes:
I. El juicio de amparo se seguirá siempre a instancia de parte agraviada, teniendo tal carácter quien aduce ser
titular de un derecho o de un interés legítimo individual o colectivo, siempre que alegue que el acto reclamado
viola los derechos reconocidos por esta Constitución y con ello se afecte su esfera jurídica, ya sea de manera
directa o en virtud de su especial situación frente al orden jurídico.
Tratándose de actos o resoluciones provenientes de tribunales judiciales, administrativos o del trabajo, el
quejoso deberá aducir ser titular de un derecho subjetivo que se afecte de manera personal y directa;”

2
Amparo y por tanto será sobreseído de acuerdo al art. 63, fracción V de la Ley de la

materia.

De tal manera que el quejoso no debe entender el perjuicio en el aspecto meramente

patrimonial como lo señalan los arts. 2108 y 2109 del Código Civil 2 porque el amparo

pretende tutelar valores superiores como: la vida, libertad y desde luego el patrimonio de

las personas.

Cabe mencionar que originalmente la jurisprudencia de la SCJN había dejado al arbitrio, en

manos de los quejosos el determinar cuándo resentía un agravio por la ley o el acto de

autoridad, ya que la propia jurisprudencia señalaba que si el quejoso promovía demanda de

amparo, era porque resentía un daño, un perjuicio en su esfera de derechos; sin embargo

más tarde la Corte dio un viraje y modifica aquel criterio; actualmente la jurisprudencia

establece que el hecho de que el quejoso promueva la demanda, no implica más que una

excitativa de justicia, lo que no lo releva de demostrar su interés jurídico, así como

acreditar que reciente un daño, un perjuicio de manera directa y personal en su esfera de

derechos.

El quejoso tiene la obligación de demostrar su interés jurídico, así como que reciente un

daño, un perjuicio en su esfera de derechos.

El interés jurídico es el derecho legítimo tutelado por la norma del cual el quejoso es

titular, lo que es el derecho subjetivo, facultad para exigir a otro el cumplimiento de una

obligación; pero además de demostrar ese interés jurídico, tiene que acreditar que reciente
2
“Artículo 2108.- Se entiende por daño la pérdida o menoscabo sufrido en el patrimonio por la falta de
cumplimiento de una obligación.”
“Artículo 2109.- Se reputa perjuicio la privación de cualquiera ganancia lícita, que debiera haberse obtenido
con el cumplimiento de la obligación.”

3
un daño, un perjuicio de manera directa, personal en su esfera de derechos, por la norma

general, acto u omisión de la autoridad; de no demostrarse dicho interés, como ya se dijo, el

quejoso incurrirá en la causal de improcedencia del artículo 61, fracción XII de la ley

reglamentaria y a la postre será sobreseído como lo establece el artículo 63, fracción V de la

misma ley.

VI.1.3. INTERÉS LEGÍTIMO Y LOS DERECHOS COLECTIVOS O DIFUSOS.

El interés legítimo es una innovación de la reforma al artículo 107 3, fracción I

constitucional, publicada en el Diario Oficial de la Federación de 6 de junio de 2011, al

juicio de amparo, para salvaguardar los derechos humanos de la tercera generación, los

llamados derechos colectivos o difusos también conocidos como de solidaridad, por

ejemplo los derechos de consumidores, de medio ambiente, derecho del agua. Los cuales no

requieren que el quejoso sea titular de un derecho tutelado por la normas tampoco que yo

resienta un daño de manera directa y personal, de conformidad con el art. 5 LA.

El interés legítimo es una posición intermedia en la teoría del derecho subjetivo entre el

interés jurídico y el interés simple en el que no se requiere que el quejoso sea titular de un

derecho subjetivo, que resienta un daño o perjuicio de manera directa, personal, y se ve

afectado en virtud de su especial situación frente al orden jurídico.

Interés simple: no se requiere una tutela jurídica, no se requiere ser titular, ni tampoco

resentir un perjuicio de manera directa y personal, corrobora lo anterior la jurisprudencia:

3
“Artículo 107. Las controversias de que habla el artículo 103 de esta Constitución, con excepción de
aquellas en materia electoral, se sujetarán a los procedimientos que determine la ley reglamentaria, de acuerdo
con las bases siguientes:
I. El juicio de amparo se seguirá siempre a instancia de parte agraviada, teniendo tal carácter quien aduce ser
titular de un derecho o de un interés legítimo individual o colectivo, siempre que alegue que el acto reclamado
viola los derechos reconocidos por esta Constitución y con ello se afecte su esfera jurídica, ya sea de manera
directa o en virtud de su especial situación frente al orden jurídico.
Tratándose de actos o resoluciones provenientes de tribunales judiciales, administrativos o del trabajo, el
quejoso deberá aducir ser titular de un derecho subjetivo que se afecte de manera personal y directa;”

4
“INTERÉS LEGÍTIMO. ALCANCE DE ESTE CONCEPTO EN EL JUICIO DE
AMPARO. La redacción de la fracción I del artículo 107 de la Constitución
Federal, dispone qué debe entenderse por parte agraviada para efectos del juicio
de amparo, y señala que tendrá tal carácter quien al acudir a este medio de control
cumpla con las siguientes condiciones: 1) aduzca ser titular de un derecho o de un
interés legítimo individual o colectivo; 2) alegue que el acto reclamado viola los
derechos reconocidos por la propia Constitución; 3) demuestre una afectación a su
esfera jurídica de manera directa o en virtud de su especial situación frente al
orden jurídico; y 4) tratándose de actos o resoluciones provenientes de tribunales
judiciales, administrativos o del trabajo, aduzca la titularidad de un derecho
subjetivo que se afecte de manera personal y directa. Ahora, para explicar el
alcance del concepto “interés legítimo individual o colectivo” ante todo, debe
señalarse que tanto el jurídico como el legítimo suponen que existe una tutela
jurídica del interés en que se apoya la pretensión del promovente, a diferencia del
interés simple que no cuenta con esa tutela, en tanto que la ley o acto que reclama
no le causa agravio jurídico, aunque le cause alguno de diversa naturaleza como
puede ser, por ejemplo, uno meramente económico. Por otra parte, debe entenderse
que al referirse el precepto constitucional a la afectación de un derecho, hace
alusión a un derecho subjetivo del que es titular el agraviado, lo cual se confirma
con la idea de que en materia de actos de tribunales necesariamente se requiere
que cuente con un derecho subjetivo, es decir, tenga interés jurídico. Sentado lo
anterior, el interés legítimo no supone la existencia de un derecho subjetivo, aunque
sí que la necesaria tutela jurídica corresponda a su “especial situación frente al
orden jurídico”, lo que implica que esa especial situación no supone ni un derecho
subjetivo ni la ausencia de tutela jurídica, sino la de alguna norma que establezca
un interés difuso en beneficio de una colectividad, identificada e identificable, lo
que supone la demostración de que el quejoso pertenece a ella.”4

Interés jurídico -----> INTERÉS LEGÍTIMO <-----Interés simple

Haciendo hincapié que el amparo es improcedente cuando no demostramos nuestro interés

jurídico o legítimo, de conformidad con el artículo 61, fracción XII de la Ley de Amparo,

ya la postre será sobreseído como lo establece el artículo 63, fracción V del mismo

ordenamiento legal.

VI.1.4. DEFINITIVIDAD.

Tiene su fundamento constitucional en las frs. III y IV del art. 107 constitucional y su

fundamento legal en las frs. XVIII, XIX y XX del art. 61 de la Ley de Amparo.
4
Semanario Judicial de la Federación. Quinta Época. Tomo CII. Tercera Sala. p. 1346.

5
Este principio consiste en que antes de promover el amparo, el quejoso está obligado a

agotar los recursos o medios de defensa que le concede la ley que rige el acto reclamado.

De lo contrario se incurrirá en las causales de improcedencia de las frs. XVIII (ante

tribunales administrativos o del trabajo), XIX (ante tribunales ordinarios) y XX (ante la

administración pública federal) del art. 61 de la Ley Reglamentaria y el amparo será

sobreseído de acuerdo a la Fr. V del art. 63, en la práctica, en la vida diaria debido a la

inobservancia de dicho principio, multiplicidad de asuntos se pierden.

Cabe mencionar que este principio de definitividad no es absoluto, tiene excepciones:

 Cuando se está ante actos de imposible reparación que refiere el artículo 15

de la Ley de Amparo (privación de la vida, ataques a la libertad personal fuera de

procedimiento, deportación, proscripción o destierro y actos que prohíbe el art. 22

const., así como desaparición forzada de personas, incorporación forzosa al

ejército, armada o fuerza aérea), ante estos actos no se está obligado a agotar

ningún recurso previamente a promover el amparo por la gravedad y naturaleza

de dichos actos.

 Cuando se trate de violaciones directas a los arts. 16, 19 y 20 const. en

materia penal. El Art.16 se refiere a los requisitos de la orden de aprehensión, el

art. 19 a los elementos de fondo y forma de los autos de formal prisión, hoy de

vinculación al proceso, y el art. 20 relativo al proceso penal acusatorio y oral, a

las garantías del acusado.

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 En asuntos en materia jurisdiccional en el sentido jurisprudencial amplio

(civil, administrativo, mercantil, laboral), cuando se trata de personas extrañas al

juicio; considerando como tal, al quejoso que no es parte en el juicio en que

emanó el acto reclamado o, que habiéndolo sido, no fue emplazado, no fue

llamado a juicio, o cuando no se fue emplazado a juicio.

 En materia administrativa se trata de actos que provengan de autoridades

distintas de los tribunales, judiciales, administrativos, agrarios o del trabajo, de la

Administración Pública. En esta materia, cuando dichos actos sean revisables de

oficio, o proceda contra ellos algún recurso o medio de defensa, también se deben

agotar los recursos que la propia ley exija, sin embargo existen las siguientes

excepciones:

* Cuando la ley que rige el acto en materia administrativa, no contempla

recurso o medio de defensa alguno tendiente a revocar, modificar o nulificar

el acto reclamado.

*Puede ser que la ley que rige el acto conceda recursos, sin embargo si éstos

establecen mayores requisitos que los que exige la Ley de Amparo para la

suspensión definitiva de los actos reclamados o establece plazo mayor para

obtener la suspensión provisional, entonces tampoco se está obligado al

principio de definitividad. Independientemente de que el acto en sí mismo

considerado, sea suspendible o ejecutable.

*Tampoco opera este principio cuando el acto no esté fundado, ya que sería

antijurídico, inequitativo que si el acto de autoridad no está fundado se le

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exigiera al quejoso que agotara los recursos o medios de defensa, al no saber

que ordenamiento legal se le está aplicando.

*Cuando el recurso lo establece el reglamento y la ley respectiva no

contempla su existencia. El reglamento no puede ir más allá de la ley que

está reglamentando.

*Cuando las autoridades responsables en su informe justificado, funda y

motivan el acto reclamado, ya que por jurisprudencia firme está prohibido

que las responsables perfeccionen los actos reclamados al rendir dicho

informe; ante lo cual, el quejoso puede ampliar su demanda, y en su caso,

promover nuevo amparo si ya fue celebrada la audiencia constitucional.

*Tampoco estamos obligados a este principio en el amparo contra normas

de carácter general (Amparo contra leyes) ya que será optativo para el

quejoso agotar o no el recurso que establezca la ley que impugnará de

inconstitucionalidad.

 Cuando se trata de violaciones directas a la Constitución tampoco opera este

principio, pues lo que se pretende es mantener el principio de supremacía

constitucional, amén de que la tutela más efectiva de la Norma Fundamental

se logra con el amparo, no con los recursos ordinarios que señale la ley;

corrobora lo anterior la jurisprudencia bajo el rubro:

“RECURSOS ORDINARIOS. CUANDO NO HAY QUE AGOTARLOS (VIOLACIONES


DIRECTAS DE LA CONSTITUCION). La tesis de este tribunal que sostiene que los
particulares no están obligados a agotar recursos ordinarios cuando aleguen en su
demanda de amparo violaciones directas de sus garantías y derechos constitucionales, y no
violaciones de legalidad que sólo indirectamente violan la Constitución Federal, se basa,
en primer lugar, en que el juicio de amparo tiene como objeto directo la protección de los
derechos constitucionales de los gobernados, mientras que los recursos ordinarios tiene
como objeto principal el examen de cuestiones de legalidad; en segundo lugar, en que la

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protección de las garantías constitucionales es un valor jurídico tan alto, que si el quejoso
opta por no agotar los recursos, por estimar que así logra una protección más eficiente
(por la reducción del tiempo y de los gastos de litigio, con la consecuente reducción del
daño o perjuicio que puede resentir con la demora implícita en el agotar recursos, o por
razones semejantes), no se debe hacer de la creación de recursos ordinarios un sistema
procesal que, en vez de facilitar, entorpezca la defensa de los derechos constitucionales,
convirtiendo el camino procesal de su defensa en un laberinto o en un campo minado,
donde las autoridades puedan con relativa frecuencia hacer saltar la defensa de los
derechos de los ciudadanos; y, en tercer lugar, en que no se ve que las autoridades
responsables administrativas puedan tener un interés legalmente protegido en entorpecer la
defensa de los derechos constitucionales de los gobernados, buscando hacerlo engorrosa
en vez de expedita, ni en obtener éxitos procesales por rigorismos jurídicos y no por la
correcta fundamentación y motivación de sus actos, siendo de notarse que en el juicio de
amparo tiene oportunidad amplia para defender esos actos. Y esa tesis, en opinión de este
tribunal, no viola la jurisprudencia de la Suprema Corte sobre la necesidad de agotar
recursos ordinarios antes de acudir al amparo, porque esta jurisprudencia es de carácter
general y abstracto, por lo que puede matizarse al aplicarla a situaciones muy específicas y
concretas no previstas expresamente en esa jurisprudencia. Y como la misma no se refiere
en forma concreta y específica al caso de violaciones directas a preceptos constitucionales,
no resulta violada al matizar su aplicación en estos casos.” Semanario Judicial de la
Federación. Tomo 90, Sexta Parte. Tribunales Colegiados de Circuito, p. 169. Primer
Tribunal Colegiada en Materia Administrativa del Primer Circuito.

VI.2. PRINCIPIO QUE RIGE EL PROCEDIMIENTO DEL AMPARO.

VI.2.1. PRINCIPIO DE PROSECUCIÓN JUDICIAL.

El principio de Prosecución Judicial. Tiene su fundamento en el art. 107 párrafo 1º en

relación al artículo 2º de la Ley de Amparo, al expresar que las controversias que señala el

artículo 103 constitucional se sujetarán a los procedimientos que determine la ley

reglamentaria; principio que se reitera en el artículo 2º de dicha ley, al señalar que el

amparo se tramitará en la vía indirecta o directa, de acuerdo a las formas o procedimientos

que determinad dicha ley; además, refiere que se aplicarán supletoriamente el Código

Federal de Procedimientos Civiles, y en su caso a los principios generales del derecho.

En esencia, este principio consiste en que el amparo se seguirá mediante un procedimiento

formal, a través de los procesos y formas que establezca la Constitución y la Ley de

Amparo, se aplica supletoriamente el Código Federal de Procedimientos Civiles.

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Este Principio, lo encontramos desde el amparo de Rejón en el proyecto de la Constitución

de Yucatán de 1841, y pasa al Acta de Reformas de Otero de 1847, y es elevado a rango

constitucional en el art. 102 de la Constitución de 1857.

VI.3. PRINCIPIOS QUE RIGEN LAS SENTENCIAS DE AMPARO.

VI.3.1. RELATIVIDAD DE LAS SENTENCIAS.

El principio de Relatividad también conocido como Fórmula Otero. Tiene su fundamento

en el art. 107 fr. II constitucional y el art. 73 de la Ley de Amparo. Dicho principio consiste

en que los fallos, las sentencias de amparo son de alcances particulares, es decir solamente

vinculan a las partes en el proceso jurídico constitucional respectivo. No son de alcances

generales, no son oponibles a todo mundo (erga omnes). Surge desde el Acta de Reformas

de 1847, en su artículo 255, cuyo principal creador fue Don Mariano Otero.

Este principio ha sido polémico hasta nuestros días, ya que por una lado debido a los

efectos particulares de las sentencias, el quejoso tiene la obligación al redactar la demanda

de amparo de precisar a todas y cada una de las autoridades responsables que tengan

participación en los actos reclamados, porque si omite alguna autoridad ésta no quedará

vinculada en la sentencia al no ser parte, porque no fue mencionada en la demanda y por

tanto puede ejecutar los actos reclamados.

La polémica se ha centrado más en el amparo contra leyes porque debido a este principio el

hecho de que se le conceda el amparo al quejoso y se declare inconstitucional la ley

impugnada, no significa que la ley salga del mundo jurídico, se derogue, ya que la norma

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“Artículo 25. Los tribunales de la Federacion ampararán á cualquier habitante de la República, en el
ejercicio y conservacion de los derechos que le concedan esta Constitución y las leyes constitucionales, contra
todo ataque de los poderes legislativo y ejecutivo, ya de la Federacion, ya de los Estados, limitándose dichos
tribunales a impartir su proteccion en el caso particular sobre el que verse el proceso, sin hacer ninguna
declaracion general respecto de la ley ó del acto que lo motivare.”

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declarada inconstitucional debido a este principio solo se le dejará de aplicar al que la

impugnó en amparo y tuvo la protección de la justicia federal, en tanto que al resto de la

población que encuadra en el supuesto de la norma se le seguirá aplicando la misma, ya sea

porque no la impugnó en amparo o si lo hizo le fue negado o sobreseído.

La norma declarada inconstitucional con la sentencia de amparo no se deroga, no pierde su

vigencia ni su fuerza material, sólo beneficia, se le deja de aplicar al amparista que tuvo la

protección de la justicia federal.

3.1.1. DESAPARICIÓN DEL PRINCIPIO DE RELATIVIDAD

Los argumentos de quienes opinaron que este principio debía desaparecer del amparo

contra normas, entre otros, son los siguientes:

1.- Las condiciones político, sociales y económicas en las que vivió Otero son totalmente

diferentes a las que vivimos en la actualidad.

2.- La relatividad de la sentencia atenta contra el principio de supremacía de la

Constitución, es decir leyes que ya fueron declaradas inconstitucionales inclusive por

jurisprudencia firme, se sigan aplicando. También eso propicia una desigualdad jurídica

ante la ley ya que algunos gobernados se les desaplica la norma y a otros no; y resulta

aberrante que se tenga que ir en demanda de amparo, con los gastos que implica al

gobernado y al propio Estado para obtener una mera declaración judicial de una ley que ya

fue declarada inconstitucional en el amparo contra normas.

3.- Por lo que debía darse una declaración general de inconstitucionalidad.

3.1.2. PERMANENCIA DE LA RELATIVIDAD DE LAS SENTENCIAS

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Los argumentos a favor de la relatividad, entre otros, son los siguientes:

1.- Debido a este principio de la relatividad, es que el amparo ha sobrevivido hasta nuestros

días, porque al ser las sentencias de alcances particulares, se han evitado intromisiones

competenciales, entre los poderes públicos, entre las autoridades, inclusive la subordinación

hacia el órgano judicial de control de la constitucionalidad.

2.- De otorgarse alcances generales a las sentencias de amparo, el Poder Judicial de la

Federación, su titular la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se estaría arrogando

facultades legislativas, porque estará derogando leyes, facultad que sólo le compete al

Poder Legislativo, de conformidad con el artículo 72 constitucional, inciso f); por lo que

debe prevalecer la relatividad en el amparo contra leyes y respecto de los actos de autoridad

que no tengan el carácter de normas generales.

VI.3.2. DECLARATORIA GENERAL DE INCONSTITUCIONALIDAD.

En la reforma constitucional de 6 de junio de 2011, específicamente a la fracción II del


artículo 107 se contempla como novedad la declaratoria general de inconstitucionalidad en
los amparos en revisión contra normas generales, en los que se establezca jurisprudencia
por reiteración, otorgando a la Suprema Corte la facultad de emitir dicha declaratoria en las
sentencias de amparo que versen sobre normas generales. En principio es loable que al
emitirse aquella se beneficie a todos los destinatarios de la norma con la declaración de
inconstitucionalidad del ordenamiento general respectivo, y no sólo al que promovió el
amparo y obtuvo la protección de la justicia federal declarando inconstitucional la ley; sin
embargo, dicha declaratoria resulta sumamente técnica y compleja que harán difícil su
pronunciamiento por nuestro Alto Tribunal, como se desprende de la lectura de los párrafos
segundo a cuarto de la fracción II del artículo 107 constitucional, que expresa:

“Artículo 107.- …

II. …

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Cuando en los juicios de amparo indirecto en revisión se resuelva la
inconstitucionalidad de una norma general por segunda ocasión consecutiva, la
Suprema Corte de Justicia de la Nación lo informará a la autoridad emisora
correspondiente.

Cuando los órganos del Poder Judicial de la Federación establezcan jurisprudencia


por reiteración en la cual se determine la inconstitucionalidad de una norma general,
la Suprema Corte de Justicia de la Nación lo notificará a la autoridad emisora.
Transcurrido el plazo de 90 días naturales sin que se supere el problema de
inconstitucionalidad, la Suprema Corte de Justicia de la Nación emitirá, siempre que
fuere aprobada por una mayoría de cuando menos ocho votos, la declaratoria general
de inconstitucionalidad, en la cual se fijarán sus alcances y condiciones en los términos
de la ley reglamentaria.

Lo dispuesto en los dos párrafos anteriores no será aplicable a normas generales en


materia tributaria.

…”

De la lectura de este precepto, se advierte que la relatividad de las sentencias o fórmula de


Otero seguirá prevaleciendo no tan sólo respecto de aquellos actos de autoridad que no
tengan el carácter de normas generales, sino que también en leyes fiscales, ya que por
mandato expreso del párrafo cuarto de la fracción II del artículo 107 aludido, la declaratoria
general no será aplicable en normas tributarias; incluso, en leyes declaradas
inconstitucionales en que no se haya establecido jurisprudencia por reiteración que
determine su inconstitucionalidad, más aún habiéndose establecido, no se logre la mayoría
de cuando menos ocho votos, de los 11 Ministros que integran el Pleno para emitir la
referida declaratoria general de inconstitucionalidad, número demasiado elevado que
representa un gran obstáculo para que se dé la declaratoria aludida; de tal manera que
mientras no se expida dicha declaratoria seguirá prevaleciendo la relatividad de las
sentencias aún en el amparo contra normas, lo que corrobora el artículo 78 de la ley
reglamentaria, al señalar en su parte conducente:

Artículo 78. …
Si se declara la inconstitucionalidad de la norma general impugnada, los efectos se
extenderán a todas aquellas normas y actos cuya validez dependa de la propia norma
invalidada. Dichos efectos se traducirán en la inaplicación únicamente respecto del
quejoso.
…”

Amén, de que no expresa sus alcances y efectos, ya que debió mencionarlos; por lo que
hace a los alcances generales, debió señalar que la declaratoria será oponible a todos los

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poderes públicos y a cualquier autoridad administrativa y jurisdiccional. En cuanto a los
efectos, debió precisar si la declaratoria tiene efectos totales, expulsa, saca del mundo
jurídico la norma en su totalidad, la abrogará; y si fuere de efectos parciales, se derogará en
la parte declarada inconstitucional; también debió establecer que la citada declaratoria se
enviaría al Congreso de la Unión, a las Legislaturas de los Estados o a la Asamblea
Legislativa del Distrito Federal, para que de acuerdo con lo establecido con el artículo 72
constitucional inciso f) y los correlativos de las Constituciones de los Estados y Estatuto de
Gobierno del Distrito Federal, procediera a abrogar, derogar, y expedir la nueva norma; y
en caso de Reglamentos enviárselo a los Ejecutivos Federales, locales y del Distrito
Federal, respectivamente, para que de acuerdo a las facultades que le confiere el 89,
fracción I de la Constitución Federal, y los correlativos de las Constituciones de los Estados
y Estatuto de Gobierno del Distrito Federal procedieran a expedir el nuevo reglamento.

VI.3.3. ESTRICTO DERECHO.

Tiene su fundamento en el art. 107 Fr. II párrafo quinto, con relación al 79 de la Ley de

Amparo interpretados a contrario sensu.

Consiste en que el Tribunal de Amparo debe ceñirse a los aspectos de inconstitucionalidad

que le hizo valer el quejoso en los conceptos de violación 6 de la demanda. El juzgador

debido a este principio rigorista al dictar la sentencia, no debe abordar aquellos vicios de

inconstitucionalidad que no planteó el quejoso.

Este principio opera en los amparos que versen sobre materias que la doctrina denomina de

“estricto derecho”, es decir, en materias civil, administrativa, mercantil, fiscal, incluso en

materia laboral cuando el quejoso sea el patrón, y más aún cuando se trate de los

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La columna vertebral de la demanda de amparo son los conceptos de violación de la demanda.

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propietarios de tierras que no tengan la calidad de campesinos, están obligados a promover

un amparo administrativo.

Por eso algunos autores dicen que este principio es denegatorio de una sana impartición de

justicia constitucional. Es victimario de la justicia, porque más que lograr una recta

impartición de justicia constitucional, premia al más fuerte, al más diestro, el que tiene los

medios para consultar a un equipo de abogados especialistas de la materia.

VI.3.4. SUPLENCIA DE LA QUEJA DEFICIENTE.

Tiene su fundamento constitucional en el art. 107 fr. II párrafo quinto y el art. 79 de la Ley

de Amparo.

En este principio a diferencia del anterior el Tribunal de Amparo (el juzgador) si debe suplir

la queja deficiente abordando los aspectos, los vicios de inconstitucionalidad que no le

planteó o no le supo hacer valer el quejoso.

Pero esta suplencia no debe darse de manera absoluta e indiscriminada, solamente opera en

los casos e hipótesis que señala el art. 107 constitucional y el 79 de la ley de la materia, tan

es así que esta suplencia no opera en amparos ni en recursos improcedentes,

extemporáneos; tampoco opera a favor de las autoridades responsables. La suplencia no

subsana la falta de personalidad del quejoso; en concreto la suplencia opera en las hipótesis

que señala el artículo 79, en donde se impone la obligación a los tribunales de amparo a

suplir la queja no tan solo en los conceptos de violación de la demanda, sino que además en

los agravios que se expresen al intentar los recursos que nos da la Ley de Amparo, revisión,

queja, reclamación y de inconformidad.

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El art. 79 establece que opera la suplencia de la queja en las siguientes hipótesis:

1.- En cualquier materia cuando el acto reclamado se funde en normas que sean

consideradas inconstitucionales por la jurisprudencia de la Corte y de los Plenos de

Circuito, operando aún en las materias llamadas de estricto derecho.

2.- A favor de los menores e incapaces, en actos que afecten el orden y desarrollo de la

familia, somos de la opinión que esta suplencia debe darse en todas las materias que

participen dichos sujetos.

3.- También opera en materia penal, a favor del inculpado o sentenciado, y a favor de la

víctima u ofendido en que tenga el carácter de quejoso o adherente.

4.- En materia agraria a favor de la clase campesina en lo colectivo, es decir, en su estado

ejidal o comunal, así como a favor de los ejidatarios o comuneros en lo particular.

Aquí se da la suplencia de la queja más amplia que en derecho proceda, porque aquí el

tribunal de amparo se convierten juez y parte a favor de la clase campesina, y tiene la

obligación de suplir la queja en las exposiciones, comparecencias y alegados, así como en

los recursos que interpongan.

5.- Opera en materia de laboral, a favor del trabajador, independientemente de que la

relación entre empleador o empleado sea de carácter laboral o administrativo.

6.- También opera en otras materias siempre y cuando se advierta que hubo una violación

evidente de la ley, que haya dejado sin defensa al quejoso. En este caso la suplencia sólo

operará en lo que se refiere a la controversia en el amparo, sin poder afectar situaciones

procesales resueltas en el procedimiento en el que se dictó la resolución reclamada.

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Como se observa, esta hipótesis es contradictoria y confusa, echa por tierra la suplencia que

nos ocupa de este artículo, al establecer que opera la suplencia en otras materias, siempre y

cuando el tribunal de amparo advierta que hubo una violación manifiesta de la ley que haya

dejado sin defensa al quejoso.

¿A qué otras materias se quiso referir el legislador? Si las únicas que permiten la suplencia

son las que preceden en las fracciones anteriores, en la que las leyes que rigen las materias

correspondientes, así como la práctica judicial y la jurisprudencia admiten dicha suplencia;

parece que se refiere también a las de estricto derecho lo que resulta una contradicción; y al

dejar al arbitrio del tribunal suplir la queja y si advierte que el asunto versa sobre materias

de estricto derecho, no suplirá nada.

7.- Opera aún cualquier materia cuando se trate de aquellos quejosos que por sus

condiciones de pobreza o marginación estén en desigualdad social, para lograr una

adecuada defensa en el juicio de Amparo.

8.- Haciendo notar que la suplencia tendrá lugar aún ante la ausencia de conceptos de

violación o de agravios del quejoso o recurrente respectivamente, excepto en la hipótesis de

la fracción VI.

Cabe mencionar que la referida suplencia por violaciones procesales o de forma tendrá

lugar, cuando el tribunal de amparo advierta que en el acto reclamado no existen vicios de

fondo.

En torno a esta suplencia de la queja en la doctrina se han dado diversas corrientes tanto a

favor como en contra, entre otras mencionamos las siguientes:

a. La que considera que la suplencia debe darse no tan solo en los conceptos de

violación, sino en todos los hechos y en toda la demanda de amparo, es más


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debe desaparecer el principio de estricto derecho por ser victimario de la

justicia.

b. Otra corriente que refiere que la suplencia solo debe darse en los conceptos

de violación y en los casos a que alude el art. 79 de la Ley de Amparo y debe

seguir prevaleciendo el principio de estricto derecho porque de no ser así se

llegaría a un subjetivismo judicial, incluso a la apatía, negligencia e indolencia

de los litigantes (quejosos)

VI.3.4. LA SUPLENCIA DEL ERROR

Finalmente hay una figura denominada la Suplencia del Error que no se debe

confundir con la Suplencia de la Queja, ya que la Suplencia del Error no es principio

rector constitucional del amparo porque no lo contempla el art. 107, y su finalidad

solamente será que el tribunal de amparo proceda a corregir la cita de los preceptos

que equivocadamente haya señalado el quejoso en la demanda para resolver la

cuestión efectivamente planteada, sin alterar ni modificar los hechos de conformidad

con el art. 76 de la Ley de Amparo.

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RESUMEN DE LA UNIDAD

AUTOEVALUACIÓN:
1.- El amparo, para su procedencia y trámite se rige por los principios y bases se señala el
artículo 107 constitucional.

F( ) V( )

2.- Los principios que rigen la acción de amparo son el de oficiosidad e inmediatez.

F( ) V( )

3.- Los principios de existencia de agravio directo y definitividad son principios que rige
la acción de amparo.

F( ) V( )

4.- El principio de definitividad consiste en que el quejoso está obligado a agotar los
medios de defensa y recursos que otorga la ley que rige el acto reclamado antes de
intentar el amparo.

F( ) V( )

5.- La relatividad de las sentencias o fórmula de otero es un principio que rige las
sentencias de amparo.

19
F( ) V( )

20

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