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SORPRESAS

DIE
UNA

FUERA DE LO COMUN
LO QUE NADIE LE DICE A LA ESPOSA DE PASTOR
(::

Gloria llnds yt o m n
SORPRESAS DE
UNA VIDA FUERA
DE LO COMÚN
Lo que nadie
le dice a la
esposa de pastor

Gloria Lindsey Trotrnan


.SORPRESAS D·E
uNA.VIóA:fue·RA
DE LO COMÚN . . . - ...
~ ;· \'

Lo que nadie ·
Jedicealá ·
esposa dep..tor

Gloria Lindsey Trotman

Un agradecimiento especial por los fondos


de desarrollo a JUDITH A. THOMAS

ASOCIACIÓN CASA EDITORA SUDAMERICANA


Av. San Martín 4555, Bl604CDG Florida Oeste
Buenos Aires, Rep. Argentína
Título del original: What No One Te/ls the Pastor's Wife, General
Conference Ministerial Ass. Silver Springs, Maryland, E.U.A., 2009.

Dirección: Gabriela S. Pepe


Traducción: Doris Samojluk
Diseño del interior: Andrea Olmedo Nissen
Diseño de la tapa: CPB

IMPRESO EN LAARGENTINA
Printed in Argentina

Primera edición
MMXI-2,5M

Es propiedad. © 2009 General Conference Ministerial Ass.


© 2011 ACES, edición en castellano.
Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723.

······;-
ISBN 978-987-567-763-0

Trotman, Gloria Lindsey


Sorpresas de una vida fuera de lo común : Lo que nadie le dice a la esposa
de pastor 1Gloria Lindsey Trotman 1 Dirigido por Gabriela S. Pepe- 1• ed. -
Florida: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2011.
206 p. ; 21 x 14 cm.
Traducido por: Doris Samojluk

ISBN 978-987-567-763-0
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¡
1. Literatura piadosa. l. Pepe, Gabriela S .. dir. 11. Samojluk, Doris, trad. 111. - -
Título.

--~~~-~~2 'l . . -.
- ·-

Se terminó de imprimir el 23-de ma~zo.de 2011 en talleres propios (Av.


San Martín 4555, B 1604CDG Floridá Oeste, Buenos Aires).

Prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación (texto,


imágenes y diseño), su manipulación informática y transmisión ya sea
electrónica, mecánica, por fotocopia u otros medios, sin permiso previo
del editor.

-104745-
RECONOCIMIENTOS
Muchas personas me ayudaron a transformar
en realidad el sueño de este libro:

Jim Cresst, ex secretario ministerial de la Aso-


ciación General de la Iglesia Adventista del Sép-
timo Día, quien continuamente me dio aliento y
apoyo.
Sharon Cress, ex secretaria ministerial Aso-
ciada y coordinadora de Shepherdess de la
Asociación General de la Iglesia Adventista del
Séptimo Día; mi maravillosa amiga, cuya increí-
ble intuición y sensibilidad me mantuvieron en
actividad.
Peter J. Primer, ex secretario ministerial aso-
ciado de la Asociación General de la Iglesia Ad-
ventista del Séptimo Día, pues su confianza en mi
habilidad me ayudó a creer en mí misma.
Israel Leito, presidente de la División Intera-
mericana de la Asociación General de la Iglesia
Adventista del Séptimo Día, cuyo interés singu-
lar y apasionante en las familias pastorales y su
comprensión hacia las esposas de ministros son
insuparables.
Rae Lee Cooper, mi amigo; su tranquila con-
fianza y sinceridad me han impresionado a lo lar-
go de los años.
Las esposas de pastores jóvenes que confe-
saron temores compartidos sobre sus respon-
Sorpresas de una vida fuera de lo común

sabilidades pastorales; mujeres que me animaron a continuar


compartiendo el material de mis seminarios. Esposas de pas-
tores que voluntariamente enviaron sus experiencias para esta
publicación.
Shawna y Nelita, mi segunda y tercera hija respectivamente;
les agradezco su disposición a escuchar secciones de mi bo-
rrador cada tanto, y sus valiosos aportes.
Karen-Mae, nuestra maravillosa primogénita, a quien le
debo mucho por sus agudas habilidades editoriales y su com-
promiso de ayudarme en este proyecto.
Mi querida madre, quien me preparó para el ministerio de
ser una esposa de pastor mediante las virtudes que me inculcó.
Jansen, mi fiel esposo, mi principal animador y quien no so-
lamente me hizo percibir la gran cantidad de cosas que una
esposa de pastor debiera saber, sino también proveyó el título
de este libro.

Y por sobre todo, agradezco a Dios por llamarme e instruir-


me para ministrar a las esposas de los pastores. Su gracia, su
misericordia y su amor me han sustentado, y sus bendiciones
son innumerables.

6
A todas las esposas de pastores,
actuales y futuras
PRÓLOGO
¡Preguntas! Tenemos preguntas. No son pre-
guntas profundas o imponderables teológicos;
esas pueden ser dejadas a los teólogos. Nues-
tras preguntas son mucho más simples: ¿Quién?
¿Qué? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Cómo? ¿Por qué?

¿Quién hace las reglas?


¿Cuáles son las reglas?
¿Cuándo entran en vigencia?
¿Dónde están escritas?
¿Cómo llego a conocerlas?
¿Por qué nadie me lo contó?

¡Respuestas! Gloria Trotman tiene respuestas.


Su nuevo libro, Lo que nadie le dice a la esposa de
pastor, compartirá respuestas contigo.
Gloria, esposa de pastor experimentada y
líder ministerial, ha escrito su nuevo libro dedi-
cado a esposas pastorales y para futuras socias
pastorales que todavía no han pensado en formu-
lar muchas de las preguntas.
En estas páginas, descubrirás las reglas, mu-
chas de ellas no escritas pero aún así estrictamen-
te en vigencia, concernientes a lo que se espera
de la esposa pastoral: compañera en el matrimo-
nio y en el ministerio, amante, madre, gerente, y
(esta es realmente importante) cualquier otra cosa
que los miembros de iglesia quieran que hagas.
Sorpresas de una vida fuera de lo común

Las palabras sabias de Gloria te ayudarán a ganar el justo tí-


tulo de "primera dama de tu congregación". Pero, antes de que
te regocijes anticipadamente por este título elevado, recuerda
lo que los miembros quieren: tu serás la primera dama que
piensen en llamar cuando haya algún problema que resolver,
una comida que preparar, una visita que recibir, una clase que
enseñar o, incluso, un baño que limpiar.
No necesitas hacer todas estas cosas, pero debes saber que
se esperará que hagas todas estas cosas y otras más; y que las
hagas con gracia, aplomo y refinamiento, generalmente con un
aviso previo de solo diez minutos.
¿Por qué nadie te lo contó? ¿Por qué nadie te preparó? Bue-
no, ahora lo sabrás. Y estarás mejor preparada para los riesgos
y las recompensas de ser compañera del pastor.
Instamos a cada pastor, administrador, líder de campo, an-
ciano de iglesia local y miembro de junta de iglesia a leer y
aprender. ¡Estarás aprendiendo de una experta! Y cuando com-
prendas el alcance del terna y disfrutes con las respuestas di-
rectas y las verdades simples que Gloria comparte, entenderás
realmente Lo que nadie le dice a la esposa de pastor.

James A. y Sharon M. Cress


Asociación Ministerial, Asociación General de la
Iglesia Adventista del Séptimo Día

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ÍNDICE'

Introducción........................................................... 13
l. El ministerio puede ser perjudicial para
tu vida.................................................................... 17
2. ¿Quién es este extraño hombre con el
cual me casé?........................................................ 27
3. Días solitarios, noches largas ............................. 37
4. ¿Tienes que ser una mujer acróbata? ............... 43
5. La vida de devoción de la esposa de pastor.... 61
6. "Brilla, brilla, estrellita"........................................ 73
7. Tú eres la amante de tu esposo .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . 85
8. Relaciones, relaciones, relaciones .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . 103
9. ¡Tú puedes hacerlo! ............................................. 115
10. Estrés, estrés; estrés por todos lados ................ 123
11. Está bien reír ........................................................ 139
12. El cielo es tu limite ............................................... 151
13. PRECAUCIÓN: Lobos sueltos ............................. 161
14. Cuidando de ti misma ......................................... 173
15. ¿Qué haremos hoy? ............................................. 183
16. Cuando tu matrimonio está en problemas ....... 189
17. Élpuede ................................................................ 197
Obras citadas ....................................................... 203

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IN'TRODUCCIÓN
Recuerdo la segunda semana de nuestro
matrimonio tan claramente como si fuera ayer.
¡Habían sucedido tantas cosas! Todo parecía pa-
sar muy rápidamente. Primero, yo era una novia
eufórica, luego una esposa tímida. Pronto me
transformé en una recién llegada a otro país, una
ama de casa nerviosa y, por supuesto, la esposa
del pastor. Recuerdo haber sido arrebatada de
una "lujosa" luna de miel de dos días, para ser
arrojada a una serie de reuniones de evangeli-
zación. La fragancia de mi ramo de novia aún no
se había desvanecido y todavía podía sentir en
mi boca el sabor de nuestra torta de casamiento.
Era nueva, y disfrutaba con este sentimiento d
"novedad".
¡Entonces sucedió! La luna de miel había, lite-
ralmente, terminado y su lugar era ocupado aho-
ra por la realidad. Era el primer "día de lavado
de ropa" del señor y la señora Trotman. No podía
dar crédito a mis ojos mientras clasificaba una
interminable pila de prendas sucias. ¿De dónde
vino toda esta ropa? Seguramente, "lo hizo algún
enemigo". Me encogí ante el pensamiento de
lavar a mano cada prenda de ropa. Esta nueva
esposa no contaba con el lujo de un lavarropas,
y menos de una secadora, cuando se casó con el
joven aspirante al ministerio. Sin embargo, tuve
suerte de tener un esposo que me ayudó con el
Sorpresas de una vida fuera de lo común

lavado. Lo llamábamos "nuestra experiencia de vinculación".


¡Nadie me había dicho antes que la experiencia del matrimonio
multiplicaría la carga de ropa para lavar! El episodio del día de
lavado fue una de las cosas sobre las cuales no fui advertida. Y
hubo otras experiencias.
TUve que enfrentar por primera vez el recibir la visita de un
ministro veterano. Estudié y me preparé para la ocasión como
si estuviera por rendir un examen. El menú era simple, colo-
rido y nutritivo. La mesa estaba puesta correctamente. Había
música clásica suave de fondo. La comida estaba lista. Debo
compartir aquí que la noche previa había dormido en forma
intermitente. Por lo tanto, necesitaba tener, al menos, una co-
mida que impresionara.
Todo anduvo bien, y el pastor visitante se marchó a su casa,
feliz y bien alimentado. Yo me retiré a la cocina a limpiar, sin-
tiéndome muy orgullosa de mí misma. Luego, para mi horror,
¡descubrí un plato del menú esperando obedientemente en el
horno, intacto y sin haber sido tocado! Aprendí dos lecciones
importantes de esta experiencia culinaria: 1) siempre hacer
una lista cuando se planea invitar a alguien, y 2) todo lo que
pueda salir mal, saldrá mal. ¡La Ley de Murphy también se
cumple en el pastorado!
Durante nuestros primeros meses de matrimonio, rigurosa-
mente acompañé a mí esposo a realizar visitas a los miembros
de iglesia. Había una serie de razones para realizar las visitas,
que iban desde orar por los enfermos y moribundos hasta ani-
mar a los deprimidos o cuidar de los nuevos miembros. Cuando
los casos eran muy complejos o privados, no acompañaba a mi
esposo, y él solo iba con el instructor bíblico. Con frecuencia,
yo evaluaba mis propios motivos para acompañarlo en las visi-
tas. ¿Era porque me gustaba estar con gente o era un requisito
que trataba de cumplir? ¿Lo consideraba una parte esencial de
nuestro ministerio en equipo? ¿Cuánto gozo realmente inundaba
mi alma al ministrar de esta forma? Estas preguntas me persi-

14
Introducción

guieron por varios meses. Sin embargo, había dos cosas sobre
las cuales no tenía dudas: los queridos miembros de iglesia ge-
neralmente expresaban lo felices que estaban de verme, y yo
podía estar algunas horas extra con mi ocupado esposo.
Había otras ocasiones cuando la realidad se burlaba de mí.
Había escuchado de los ojos curiosos, pero ahora podía sen-
tirlos perforando mi espalda. Había leído acerca de la "pece-
ra pastoral'', pero ahora sentía la gélida temperatura mientras
vadeaba sus aguas. Nadie me había hablado específicamente
sobre ninguna de estas cosas.
Hace unos días, una amiga compartió conmigo una expe-
riencia interesante. Me reveló que, luego de unos pocos años
de matrimonio pastoral, se encontró con el ministro que había
oficiado en su casamiento. Ella le recordó que no habían recibi-
do consejería prematrimonial, ni tampoco consejos de super-
vivencia para el ministerio.
-¿Por qué -le preguntó mi amiga- no me contó acerca de
algunas de las situaciones que tiene que enfrentar la esposa de
un pastor?
-¡Oh! -contestó el pastor experimentado, muy suelto de
cuerpo-, no deseaba estropearle las cosas.
Las esposas de los pastores no son las únicas que necesitan
tener un vistazo previo del matrimonio, la familia y las respon-
sabilidades relacionadas con la carrera. La vida está repleta de
desafíos, demandas, desilusiones y dolor para todas las espo-
sas. La vida también está llena de bendiciones, recompensas,
milagros, sonrisas, abrazos y risas.
¿Por qué nadie nos cuenta estas cosas con anticipación? Qui-
zá porque muchas de nosotras también hemos sido tomadas por
sorpresa. ¿La verdad? Ninguna de nosotras ha pasado por este
camino antes. ¿Las buenas nuevas? ¡Todavía estamos pasando
por este camino y podemos compartir lo que nos sucede!

Gloria Lindsey Trotman

15
' • . •. ". • . . d·.
mlnlste,rto..pule., e.
·ser perjudiclal
.para tu vida

Para muchos de nosotros, nuestros primeros


recuerdos de la dama que estaba al lado del pas-
tor de nuestra iglesia son positivos. Ella era "her-
mosa", lo que es una descripción trillada de toda
esposa de pastor. Casi no puedo recordar una
presentación de una esposa de pastor que no in-
cluyera ese adjetivo. Todavía sonrío al recordar el
comentario de nuestra tercera hija, luego de que
fuera presentada, en nuestra iglesia, la esposa de
un pastor visitante. Ella me pedía la explicación
de una pregunta simple:
-Mami, ¿por qué siempre dicen eso? ¿Todas
las esposas de pastor son hermosas?
También recordamos haber notado que la es-
posa del pastor sonreía a menudo, exhibiendo
una dignidad tranquila, y escondía, parcialmente,
un porcentaje de su verdadero ser bajo un am-
plio sombrero de borde ancho. Algunas esposas
ocupaban el primer banco o el segundo, y pare-
cían prestar profunda atención al desarrollo del
culto -si su pequeña prole pastoral se lo permitía.

17
Sorpresas de una vida fuera de lo común

Otras esposas preferían ubicarse en el fondo, o incluso procu-


raban estar de incógnito, Mi percepción es que muchas de no-
sotras en algún momento hemos deseado tener la capacidad
de evaporarnos, al ser confrontadas por grandes desafios. No
es un deseo de desaparecer para siempre; es solo la necesi-
dad de salir brevemente de la vista pública.
El otro día, un gran cartel saludó mis ojos: "¡PRECAUCIÓN!
SUSTANCIAS PELIGROSAS. ¡NO SE ACERQUE A MENOS DE
DOS METROS!'' Reflexioné sobre las sustancias peligrosas que
están constantemente en la vida de la familia pastoral. Como
parece imposible mantener una distancia segura de ellas, nos
encontramos cortejando toxinas como una forma de vida. Exa-
minemos brevemente algunos de esos peligros.

Falta de identidad
Uno de nuestros primeros desafios es descubrir quiénes
somos realmente. Por supuesto, cada mujer necesita averiguar
esto por sí misma. Con frecuencia, las familias pastorales son
acosadas verbalmente por otras personas que buscan trans-
formarlas en lo que no son o no quieren ser. Esto es frustrante
y, a veces, doloroso. Cuando nos conocemos, y conocemos lo
que Dios espera de nosotras, no nos transformamos fácilmente
en víctimas de este peligro. Saber quiénes somos y estar có-
modas con la revelación de nosotras mismas es el primer paso
para mantener nuestra sanidad mental. No seremos arcilla de
modelar en las manos de nuestra congregación o comunidad.
En cambio, podemos mantenernos firmes y confiadas, y por lo
tanto disfrutar de una gran medida de felicidad.
¿Cómo podemos lograr eso? A veces, olvidamos que Dios
nos ha dado la solución en su Palabra. Conocemos nuestro ori-
gen: venimos de las manos amorosas de nuestro Creador. Tam-
bién sabemos a quién nos parecemos (o debemos parecer-
nos). Cuando alguien nos dice que nos asemejamos a alguna
persona famosa, nos sentimos halagadas. ¿A quién no le gusta

18
El ministerio puede ser perjudicial para tu vida

sentirse identificado con la fama y el éxito? Sabemos nuestro


origen. Todos fuimos creados "a su imagen, a imagen de Dios
lo creó; varón y hembra los creó" (Gén. 1:27). Somos objetos
únicos de la creación de Dios; hasta nuestros cabellos están
contados (Mat. 10:30).
El panorama mejora. Te invito a disfrutar de este texto con-
migo: "He aquí que en las palmas de las manos te tengo es-
culpida; delante de mí están siempre tus muros" (Isa. 49:16).
Mi Padre amante siempre me ha tenido delante de él. Estoy
esculpida en las palmas de sus manos. No soy una nota ga-
rrapateada ni un garabato ininteligible: soy un grabado en las
palmas de mi Señor. Esto representa la profundidad de nuestra
relación, una conexión permanente. Me emociono hasta las lá-
grimas al entender esto. Pero eso no es todo. Entonces, ¿quién
soy? Jesús murió por mí: soy una hija de Dios y un objeto de su
amor eterno.
Ahora que sé quién soy, no me permitiré a mí misma tortu-
rarme con sentimientos de inferioridad y de falta de identidad.

Expectativas
Lidiar cop las expectativas es otro de los problemas de la
esposa del pastor. Con frecuencia, esto puede ponernos en
una situación incómoda y, a veces, parecería que nos estamos
ahogando en un mar de expectativas. Están las expectativas
d~ nuestros cónyuges, de nuestros amigos y de nuestros hijos.
Pero, son más críticas las de nuestras congregaciones. Estas
expectativas parecen cercarnos y estrangularnos. He descu-
bierto que las expectativas pueden ser crueles y asfixiantes.
Poco crecimiento resulta de ellas, y nos hacen sentir frustración
y desilusión. Las expectativas pueden trabarnos y fomentar
nuestra falta de confianza, cuando percibimos que no estamos
logrando cumplir con ellas.
En un esfuerzo por lidiar con las expectativas, nos encontra-
mos dando vueltas en una y otra dirección. Es una experiencia

19
Sorpresas de una vida fuera de lo común

que nos marea y los resultados son infructuosos. Escuché la


historia de un pescador que estaba muy orgulloso de su mer-
cadería y, además, tenía la visión de un negocio lucrativo. Por
lo tanto, decidió poner un gran letrero afuera de su pequeña
choza. El letrero decía: "AQUÍ SE VENDE PESCADO FRESCO
TODOS LOS DIAS".
Llegó un vecino que pensó que el letrero tenía muchas
palabras.
-Todos saben que venderás pescado fresco -dijo el veci-
no-. No querrías publicitar pescado rancio. ¿Por qué no sacas
la palabra "fresco"?
Entonces, el vendedor cambió el letrero para que dijera:
"AQUÍ SE VENDE PESCADO TODOS LOS DÍAS".
Al día siguiente, algunos de los amigos del pescador se rie-
ron de su letrero.
-Por supuesto todos saben que tú vendes el pescado. Saca
la frase "se vende". Y respecto de la palabra "aquí", nadie
pensará que el pescado se vende en otro lado, así que no la
necesitas.
El pescador cambió el letrero para que dijera: "PESCADO
TODOS LOS DÍAS".
Al poco tiempo de esto, pasó por allí el hermano del pesca-
dor, que volvía de la universidad.
-Mi querido hermano, tu letrero es ambiguo. ¿Qué es lo que
quieres decir? ¿Hay un río cercano donde uno pueda pescar
todos los días? No lo creo. Lo que tú realmente quieres decir
es que tú vendes pescado todos los días; y todos saben eso.
Entonces, no necesitas la frase "todos los días".
Así, el pescador quitó la frase ''todos los días''. Y todo lo que
quedó del letrero fue una solitaria palabra: "PESCADO".
Al día siguiente, un joven de ojos vivaces vio el letrero.
-¿Pescado? -exclamó, mientras miraba el impreciso letre-
ro-. ¿Qué pescado? ¿Dónde?
No podemos permitirnos bailar al compás de las expecta-

20
El ministerio puede ser perjudicial para tu vida

tivas de los demás. Tenemos que procesar nuestros talentos y


nuestras convicciones, y dejar que la sabiduría divina nos dirija.
Con frecuencia, las expectativas de la gente sobre sus hi-
jos son injustas y poco realistas. ¿No quisiéramos, muchas de
nosotras, escudar a nuestros pequeños de las lenguas insen-
sibles y los comentarios faltos de tacto? ¿Podría alguien, por
favor, aceptar que los niños son niños, aún cuando sean hijos
de un pastor?
Yo pensé que estaba preparada para la llegada de nuestra
primera bebé, Karen-Mae. Había leído todo lo que había podi-
do encontrar sobre la preparación para el parto y los primeros
años de nuestro retoño. Primero, descubri que el parto estaba
diseñado para recordarme el relato bíblico sobre la caída del
hombre y la sentencia de parto doloroso que fue pronunciada
sobre la mujer: "Multiplicaré en gran manera los dolores en tus
preñeces; con dolor darás a luz los hijos" (Gén. 3: 16).
Más tarde, aprendí que los padres, exhaustos y somnolien-
tos, renunciaban a su comodidad por un bebé que llora a las
dos de la madrugada. También descubrí que era muy fácil sen-
tirse impotente e inadecuada en presencia de un bebé que gri-
ta porque tiene cólicos. En medio de mis esfuerzos inútiles para
confortar a la pequeña Karen-Mae, muchas veces me disolví
en lágrimas. De alguna manera, esto me hacía sentir bien a mí
(no a mi bebé). Es un alivio saber que cualquier persona en el
mundo pasa una sola vez en su vida por la experiencia de tener
su ''primer bebé''.
También descubrí que me ofendían las miradas curiosas de
los "santos" de la iglesia mientras atendía a la bebé pastoral.
Un día, mi bebé estaba inquieta, irritada. Había llorado varias
veces durante la hora del culto divino. Por ese motivo, tuve que
hacer varios viajes fuera de la nave del templo, para evitar mo-
lestar durante el culto. Luego, mientras estaba con mi esposo
saludando a los miembros y las visitas, pude escuchar a una
querida hermana diciéndole a mi hija, de tres meses:

21
Sorpresas de una vida fuera de lo común

-Debes recordar que eres una hija de pastor. Tienes que


aprender a comportarte.
Mi cabeza comenzó a girar y se me secó la garganta. Miles
de respuestas "apropiadas" vinieron a mi mente y pugnaron
por ser expresadas. Sin embargo, guardé la compostura. ¿Por
qué nadie me contó antes sobre estas cosas?
Para que nuestros hijos puedan emerger sanos y salvos, ne-
cesitamos tomar tiempo para entender sus desafios. Al involu-
crarlos en la testificación creativa, podemos ayudarlos a encon-
trar gozo en servir a Jesús. También debemos escudarlos de
los problemas del ministerio. Es necesario encontrar medios
para que ellos puedan divertirse y disfrutar de su niñez. Cons-
truye recuerdos felices del tiempo que pasan en familia.
Entrenando a nuestros hijos para ser cristianos y apoyándo-
los regularmente, podemos ayudarlos a sobrevivir a los torren-
tes de expectativas. Necesitan nuestras oraciones. Ora por un
"muro de protección" a su alrededor. Hazte tiempo para ellos.
Empápalos con amor incondicional.

Estrés financiero
Se hacen muchas referencias a la importancia de la habili-
dad gimnástica para realizar maniobras financieras en la familia
pastoral. Yo tuve que tomar un curso intensivo de administra-
ción del dinero. Este "entrenamiento sobre la marcha" debió
ser rápido y exitoso. No había margen para errores. Una espo-
sa de pastor debe ser una maga financiera pues debe hacer
milagros con el dinero: vestirse bien a sí misma y a su familia,
y verse bien; alimentar bien a su familia y a los miembros de
iglesia; ser una benefactora; ¡y orar desesperadamente al Se-
ñor para que la mantenga a flote!
Todo cristiano necesita practicar administración del dine-
ro. Puede ser necesario realizar seminarios de administración
financiera o incluso visitar a un asesor financiero para recibir
ayuda. Como mayordomos cristianos, necesitamos prestar

22
El ministerio puede ser perjudicial para tu vida

atención al manejo de nuestras finanzas. Hay muchas formas en


las que nuestras familias se pueden unir para recortar gastos.
Podemos ahorrar en el uso del agua y la electricidad. El uso
de cupones de descuento y ofertas especiales puede ayudar a
cualquier esposa a estirar el dinero.
Es cierto que el salario del pastor, por lo general, no iguala
al de otros profesionales con calificaciones académicas simila-
res. Sin embargo, se espera que mantenga ciertas caracteris-
ticas de estilo de vida de un embajador de Cristo. A través de
todo esto, hay un par de problemas que la pareja pastoral debe
evitar. No debemos pedir ayuda financiera a los miembros de
nuestra iglesia; recibir préstamos de los miembros de nuestra
congregación es inaceptable.
Pero, tenemos un Salvador amante que nunca deja de pro-
veer para nosotros. Cuando le damos a Dios su parte de nues-
tros ingresos, él bendice el resto de nuestro dinero. He tenido
muchas experiencias en las que el dinero se estiró milagrosa-
mente, y que me recuerdan constantemente que Dios puede
cuidar de nosotros aun antes de que se lo pidamos.

Comprometerse demasiado
"Estoy tan cansada todo el tiempo. Simplemente, parece
que no puedo cumplir con todos mis compromisos". Este era
el comentario de una joven esposa de pastor.
Le pregunté cómo era su programa de actividades. Era un
torbellino de responsabilidades: estaba a cargo de la división
de niños de su iglesia; era la pianista y la directora del coro de
niños; también era contadora en una gran compañía. A su vez,
tenia tres niños pequeños y su esposo pastoreaba una congre-
gación grande. Esta joven mujer estaba en el camino seguro
hacia un agotamiento o, incluso, un colapso nervioso. Necesi-
taba evaluar sus actividades y concentrarse en las prioridades.
A menudo, los sentimientos de culpa obligan a una esposa
de pastor a comprometerse por demás. Este no es el deseo de

23
Sorpresas de una vida fuera de lo común

nuestro Padre. Hay períodos, en la vida de una mujer, en los


cuales no podrá ser tan activa en la iglesia como le gustaría. Es
dificil para una esposa de pastor con niños pequeños o bebés
colaborar de la misma manera que una mujer cuyos hijos son
mayores y menos dependientes de ella. Somos injustas con no-
sotras mismas y con nuestra familia cuando permitimos que los
miembros de iglesia determinen nuestra carga de responsabi-
lidades. Nosotras conocemos cuánto podemos rendir y cuáles
son nuestras capacidades físicas y mentales. Por lo tanto, para
colaborar, debemos elegir áreas en las cuales no sacrifique-
mos a nuestras familias y nuestra propia salud.
Notemos las sabias palabras de Dorothy Kelley Patternon, en
su libro Manual para esposas de ministros. 1
''Como esposa de ministro, tratar de moldear tu vida para
satisfacer las expectativas de los miembros de la iglesia te lle-
vará al desastre y a la desilusión por la via rápida. No se supone
que te ocupes en bailar para los gaiteros ... más vale, tu tarea es
un compromiso sincero y genuino con las responsabilidades
que Dios te ha dado. El resto del guión se irá desarrollando de
acuerdo con el plan de Dios para ti".
Confiemos en que Dios nos dirija en las áreas de servicio y
también que nos dé sabiduría para fijar prioridades.

Sobrecarga emocional
Como parejas pastorales, estamos inundados con los proble-
mas de nuestros miembros de iglesia. Las múltiples sesiones de
consejería, los comités, las reuniones de junta de iglesia, los fu-
nerales, las enfermedades terminales de uno o dos miembros
de iglesia, en adición a nuestros propios desafíos, pueden agotar
nuestros recUIBos emocionales. Es fácil interiorizar el estrés y

A fin de lograr una mejor comprensión cuando se cita una obra, hemos consig-
1

nado la traducción del título aunque no se encuentre publicada en castellano. Para


consultar los títulos originales y otros datos, será necesario remitirse a la sección
"Obras citadas".- Nota de la editora

24
El ministerio puede ser perjudicial para tu vida

las tensiones de nuestra iglesia local. Aunque dificil, es necesa-


rio dejar de lado esos problemas y revitalizar nuestras energías
para continuar nuestro servicio a la humanidad. La madre joven
que ha perdido un embarazo, el adolescente que fue descubier-
to usando drogas, la adolescente embarazada, la familia abusiva,
la pareja con problemas de fertilidad, el padre que perdió su
empleo: estos son eventos que sobrecargan emocionalmente
a la pareja pastoral. Aquí es cuando pueden ayudar mucho un
programa de ejercicios, unas vacaciones o, simplemente, decidir
tomarse un tiempo aparte de esos problemas. Lee un libro diver-
tido o toma una sesión de masajes. Debemos encontrar formas
de despojarnos de nuestro atuendo de protectoras por un rato,
para poder restaurar nuestra energía a fin de seguir sirviendo.

Estrategias de afrontamiento
¿Cómo lidiar con los peligros del ministerio? Hay un aumen-
to del número de esposas de pastores que son candidatas a la
depresión por tener una combinación de factores que llevan a
esta condición. La carga del pastorado es un importante factor
que contribuye. Las mujeres que se sienten abrumadas, cansa-
das, llorosas o débiles necesitan ver a un médico. Si alguna pre-
fiere retraerse de la compañía de otras personas la mayor parte
del tiempo, pierde interés en su arreglo personal o se vuelve
distraida, es recomendable visitar al médico. A veces, lo que
otras consideran insignificante o trivial puede parecer un factor
enorme y amenazante a los ojos de una, y ese es el momento
de ver a un facultativo; debemos cuidar nuestra salud.
Es una buena idea identificar nuestros estresores 2 . ¿Qué nos
está causando nerviosismo o ansiedad, que los músculos de
nuestro estómago se tensan? ¿Qué nos está quitando nuestra

2
Se llama estresor o factor estresante a los agentes nocivos que producen es-
trés: cualquier suceso, situación, persona, objeto o estimulo (interno o externo)
que, directa o indirectamente, funciona como desestabilizador del equilibrio del
individuo.-Nola de la editora.

25
Sorpresas de una vida fuera de lo común

energía: los problemas o las personas? Debe haber una forma


de liberarnos de nuestras cargas. Puedes dejar tus problemas
para más adelante, salir con una amiga o dos, y encontrar algo
de lo cual reírte.
Finalmente, al aumentar tu intimidad con Dios, experimen-
tarás una visión renovada de tu ministerio. Pasa tiempo en paz
con él. Mantén sesiones regulares de oración con tu cónyuge.
También, alaba a Dios a menudo. Me gusta la recomendación
del salmista: "Siete veces al día te alabo" (Sal. 119:164). Esto
significa que nosotras, como el salmista, debemos alabar a
Dios a lo largo del día. La alabanza ahuyenta los agentes del
infierno y la oscuridad.
Quizá nadie le contó a la nueva esposa de pastor sobre los
peligros de la profesión. Sin embargo, podemos estar seguras
de la promesa de la Palabra de Dios: "Estando persuadido de
esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfec-
cionará hasta el día de Jesucristo" (Fil. 1:6).

26
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"Los declaro marido y mujer". ¿Cuántas no-


vias pastorales realmente escuchan y entienden
este pronunciamiento del pastor oficiante? El
nuevo esposo es un hombre. Es un hombre crea-
do por Dios con todos los derechos, privilegios
y peculiaridades que le son propios. Alguien ha
dicho que luego de cada boda viene un matri-
monio. En este matrimonio, entran un hombre
y una mujer. Así, los participantes en un matri-
monio pastoral son primeramente un hombre y
una mujer, luego son un pastor y su esposa. "Y
Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a la
imagen de Dios. Hombre y mujer los creó" (Gén.
1:27, NVI). Este texto se aplica también a lapa-
reja pastoral. Por lo tanto, Dios creó al "hombre y
mujer'', no al pastor y su esposa.
A menos que nos permitamos entrar en con-
tacto con quiénes somos por creación, nos mo-
veremos en una cámara plástica llena de esta-
tuillas y reflejos. Esto nos roba la habilidad de
afrontar la realidad de la vida. Por un lado, nues-

27
Sorpresas de una vida fuera de lo co~n ..

tros esposos deben entender que somos mujeres con com-


portamientos, necesidades y sensibilidades femeninas. Por
otro lado, nosotras, las esposas, necesitarnos admitir la "virili-
dad" de nuestros esposos: sus percepciones clínicas, sus for-
talezas y sus vulnerabilidades.
A menudo los hombres y las mujeres enfrentamos el desa-
fio de entendernos mutuamente. Se podrían eliminar muchas
fricciones del matrimonio si los sexos opuestos se entendieran
mejor entre sí. Se disfrutaría una mayor armonía marital si el
esposo y la esposa tuvieran la voluntad e hicieran el esfuerzo
de estudiarse el uno al otro.

Diferencias físicas
Una de las diferencias fisicas entre varones y mujeres es en
el área de la fortaleza fisica. Generalmente, los hombres tienen
más músculos y más fortaleza fisica. Sin embargo, las mujeres
tendemos a vivir más que los hombres. La piel de las mujeres
es generalmente más suave, mientras que la piel de la mayo-
ría de los hombres es más dura. Aunque las mujeres podemos
alardear de sobrevivir al dolor atroz del parto, existen contro-
vertidas afirmaciones de que los hombres tienen un umbral de
dolor más alto. En otras palabras, mientras las mujeres gritamos
o, incluso, nos desmayamos ante el dolor intenso, los hombres
pueden manejarse mejor en situaciones similares. Todavía nos
preguntamos si el orgullo masculino es un factor poderoso que
contribuye a la supervivencia del hombre ante el dolor severo.

Diferencias mentales y emocionales


La linea de demarcación entre las capacidades mentales de
los hombres y las mujeres parece cada vez más difusa. Gene-
ralmente, las mujeres tenemos una mejor habilidad verbal, pero
los hombres tienden a destacarse en las habilidades espacia-
les. Notamos, sin embargo, que más mujeres están mostrando

28
¿Quién es este extraño hombre con el cual me casé?

habilidades espaciales y más hombres están destacándose en


las áreas verbales. De hecho, mientras las mujeres, en general,
tenemos una habilidad verbal más aguda, más hombres son
instructores en lenguas. Comúnmente, las mujeres hablamos
más que los hombres. Cuando los hombres hablan, se expre-
san en forma más concisa, por lo tanto, usan casi la mitad de las
palabras que usamos las mujeres.
Son marcadas las cliferencias emocionales. Las mujeres so-
mos intuitivas, sentimentales y expresivas. También somos un
rompecabezas para nuestros hombres, por la forma que expre-
samos nuestras emociones. Lloramos cuando estamos felices
y derramamos torrentes de lágrimas cuando estamos tristes.
Mi esposo ha estado animándome a distinguir las ocasiones
en las que quiero llorar o quiero bailar. Yo lloro en las bodas,
las graduaciones y los funerales. Lloro en las despedidas y en
los encuentros. La belleza de la música o el arte me ciega de
lágrimas. ¡Qué manojo de contradicciones somos las mujeres!
Los hombres son fácticos, reservados y; generalmente, me-
nos expresivos. Esto es difícil de entender para nosotras. Las
mujeres somos muy sensibles respecto de nuestros cuerpos y
de nuestros logros profesionales. Buscamos apoyo y tendemos
a sufrir de baja autoestima. Los esposos deberían tener esto en
cuenta. Y aunque, con frecuencia, los hombres presentan una
apariencia más confiada, también tienen egos frágiles. Las es-
posas deberíamos estar al tanto de esto, y así evitar herir los
egos de nuestro cónyuge.

Diferencias al abordar el romance


El romanticismo y las expresiones de amor son una parte
integral de la constitución de las mujeres. A veces, los hombres
están demasiado ocupados y son demasiados fácticos para ser
románticos. Quizá no sea una idea tan mala que los comercios
nos bombardeen con recordatorios del Día de los Enamorados.
Hace unos años, un joven me comentó que había comprado,

29
Sorpresas de una vida fuera de lo común

recientemente, el auto familiar. Por lo tanto, su joven esposa no


deberla esperar nada para el Día de los Enamorados. ''Quiero
decir, ni siquiera una tarjeta", clarificó.
Este comentario me dejó asombrada. Temo que no com-
prendió para nada lo importante del asunto. ¿Qué relación tenía
la compra de un auto hacía dos meses antes con una tarjeta del
Día de los Enamorados? Este hombre estaba seguro de que es-
taba demostrando su amor al comprar un auto nuevo. Yo pensa-
ba diferente. Sentí que, en el corazón de una mujer, una simple
tarjeta expresando amor puede ser "más valiosa que muchos"
autos. Por ello, me atreví a sugerir que le comprara a su esposa
una tarjeta pequeña. De hecho, le dije que sería una buena idea
que le comprara una tarjeta sin motivo especial o en una fecha
sin importancia, como costumbre.
Pocos meses después, me encontré con el joven esposo.
-¿Se acuerda -me dijo- de esa breve conversación que tu-
vimos sobre el Día de los Enamorados? Bien, debería haber
visto cuán feliz estaba mi esposa cuando recibió las rosas que
le llevé.
-Estoy tan orgullosa de ti -le respondí. Y me sentí muy feliz
por su esposa.
Así somos las mujeres. Somos sentimentales. Somos román-
ticas declaradas. Las flores, la luz de las velas y los chocola-
tes continuarán siendo significativos para una mujer. Las de-
claraciones frecuentes de amor siempre serán bienvenidas a
los oídos femeninos. Nosotras, las mujeres, continuaremos sin
perdonar a nuestros cónyuges cuando se olviden de nuestro
cumpleaños y de los aniversarios. También nos gusta que nos
sostengan, nos abracen, nos mimen y nos besen. Una mujer es
una criatura romántica.

Las expectativas de ella


A veces, la esposa de un pastor tiende a olvidarse de que
está casada con un hombre; el hecho de estar casada con un

30
¿Quién es este extraño hombre con el cual me casé?

pastor está siempre presente en sus pensamientos. Esta per-


cepción puede disipar desilusiones y también, a menudo, de-
sastres si ella se degrada a sí misma, de su posición de compa-
ñera, a la posición de miembro de iglesia. Esto significa que se
encadena a sí misma a las expectativas típicas de un miembro
de iglesia. Su objetividad se reduce debido a su tendencia a
ver a su cónyuge con la clásica visión de los miembros de igle-
sia, que ven en el pastor a una especie de dios. Esto también
significa que su esposo no puede equivocarse. De esa manera,
¿cómo puede una esposa ser de ayuda para su esposo? ¿Al-
guien le dijo a la esposa del pastor que ella está casada, antes
que nada, con un hombre?
Las expectativas que una esposa de pastor tiene de su es-
poso son, básicamente, las mismas que las otras esposas de
hombres que no son pastores. Espera que supla sus necesida-
des fisicas, sociales y económicas. Además de esto, sin embar-
go, ella ansía que supla sus necesidades espirituales. Cuando
la esposa de un pastor presenta sus problemas a su esposo,
espera una respuesta del tipo "oremos al respecto". Esto, pro-
bablemente, no suceda con tanta frecuencia como ella soñó. Es
más probable que el esposo ofrezca una solución rápida, que
discuta el problema con ella de manera concisa, que le quite
importancia o que, quizá, simplemente sugiera que ella ore al
respecto ... ¡ella sola! Esto la desilusiona, porque se espera que
los pastores oren con las personas que tienen problemas, aun-
que esas personas sean sus esposas. Ellos oran por los miem-
bros de iglesia y con ellos, ¿verdad? ¿Por qué debería ser dife-
rente cuando se trata de su esposa? Una cantidad de esposas
de pastores se han preguntado sobre este tema.

Las necesidades de él
Las expectativas que un pastor tiene de su esposa son, en
general, similares a las que otros hombres tienen de sus cón-
yuges. Con frecuencia, los hombres se quejan de que sus es-

31
Sorpresas de una vida fuera de lo común

posas no los entienden. Estos hombres argumentan que un


mayor entendimiento de ellas producirá una mayor satisfacción
marital. Sin embargo, los hombres, usualmente, prefieren sufrir
en silencio; rara vez expresan sus sentimientos. ¿Cuándo fue
la última vez que escuchaste quejarse a un hombre diciendo:
''¡Aquí no me comprenden!''? Quizá nunca; pero, si una mujer
se siente descuidada o poco apreciada, lo escucharemos en
tonos claros y fluidos. No obstante, los hombres quieren sentir-
se amados y apreciados. Es bueno que nosotras les digamos lo
especiales que son para nosotras.
Un hombre necesita que su ego sea reafirmado o mantenido
intacto. Los esposos agradecen a las esposas que velan por sus
egos. Hay una serie de cosas que pueden herir el ego de un
hombre. Una forma de herirlo es minimizar la importancia de
su trabajo, en su papel de proveedor. A los hombres les gustan
las mujeres que entienden cuán importante son sus trabajos
para ellos. Cuando las personas subestiman la habilidad de un
hombre y lo humillan, sobre todo en público, él queda devas-
tado. A los hombres les gusta el respeto, así como también que
se los haga sentir importantes y competentes.
A los hombres les gustan las mujeres que se ocupan de sus
hogares. Mantener un hogar cómodo, limpio y bello es un gran
desafio para las esposas, especialmente para aquellas que traba-
jan fuera del hogar. Si le añadimos a esto un par de rllños peque-
ños, el sueño puede convertirse, con facilidad, en una pesadilla.
Las esposas necesitan encontrar atajos y formas de que ellos las
ayuden en las tareas domésticas. Es una buena idea animar al
esposo a colaborar en el hogar. Se debe enseñar a los rllños a
ayudar haciendo tareas apropiadas para su edad. Confeccionar
horarios y listas de tareas puede servir para organizar las tareas
domésticas y aliviar la tensión del ama de casa.
Los hombres también necesitan del apoyo emocional y es-
piritual de sus esposas. A ellos les gusta que los escuchemos
cuando se atreven a hablar. Una mujer sabia aprovechará esa

32
¿Quién es este extraño hombre con el cual me casé?

rara oportunidad. No dudes en hacerle saber a tu esposo que


estás orando por él. Ofrécete también a orar con él. En la ora-
ción hay un poder que no puede expresarse con palabras.
Conversa sobre tus metas con tu esposo. Reafirma su éxito y
comprométete a ser su apoyo. Al mismo tiempo, trata de descu-
brir tus propios talentos y disfruta de la seguridad de tus propias
habilidades. Recuérdale con frecuencia que estás feliz de ser su
esposa. Esto es de lo que se trata la sociedad matrimonial.
Ten cuidado con estar de mal humor, regañar y criticar
constantemente. Los hombres lo odian. Ni el rey Salomón podía
tolerarlo. Él expresa una fuerte preferencia por vivir en un rin-
cón del tejado o incluso en el desierto, en lugar de vivir en una
mansión con una mujer peleadora, conflictiva y enojada (Prov.
19:13; 21:19; 25:24). Parece que él también tuvo su cuota de
regaños, porque dice, claramente: "Gotera continua en tiempo
de lluvia y la mujer rencillosa son semejantes" (Prov. 27:15). El
rey Salomón es, a las claras, un experto en comportamiento fe-
menino. Con mil mujeres en su vida a la vez, ¿cómo no estar
informado? (l Rey 11: l-3).
La madre o esposa define el carácter del hogar. ¡Qué res-
ponsabilidad! Las cargas pesadas, las demandas financieras y
el descanso insuficiente contribuyen a inflamar los ánimos y
lo desagradable. Entonces, ¿cómo puede una mujer mantener
su dulzura y un humor estable? Encomienda tu carga al Señor.
Pide al Señor que te dé su paz y el consuelo del Espíritu Santo.
¡Funciona!
No podemos dejar de mencionar que a un hombre le gusta
una esposa en la que pueda confiar. Los hombres no expre-
san fácilmente sus emociones y, cuando lo hacen, las mujeres
deben ser comprensivas y discretas. Si la esposa se comporta
como un reportero y expone los sentimientos de sus esposos
a otras personas, él se cerrará y nunca volverá a confiar en ella
nuevamente. Debemos considerar como sagrados los temores,
las esperanzas y los sueños de nuestros esposos.

33
Sorpresas de una vida fuera de lo común

No debemos pasar por alto las necesidades sexuales de


los hombres. En el libro Lo que él necesita, lo que ella nece-
sita1 (p. 182-184), Willard Harley registra los resultados de un
estudio que realizó, entre algunos participantes masculinos y
femeninos, respecto de la jerarquía de sus necesidades. Los
resultados fueron asombrosos. Veamos cómo jerarquizaron los
hombres sus cinco necesidades más importantes, en orden de-
creciente de importancia:

• Satisfacción sexual.
• Compañia recreativa.
• Una esposa atractiva.
• Apoyo doméstico.
• Admiración.

En la encuesta, las mujeres tuvieron prioridades diferentes.


Observa las cinco necesidades más importantes:

• Afecto.
• Conversación.
• Honestidad y franqueza.
• Apoyo financiero.
• Compromiso/responsabilidad por la familia.

No podemos dejar de notar que mientras la satisfacción


sexual está a la cabeza de la lista de las cinco necesidades
más críticas de los hombres, no aparece en la lista de las cinco
necesidades más importantes de las mujeres. Quizás este es
un buen punto para recordarnos que los pastores también son
hombres.
En el principio, Dios nos hizo diferentes, ''varón y hembra los
creó" (Gén. 1:27). Es necesario entender nuestras diferencias y
las necesidades especiales que tienen que ver con nuestro gé-
nero. Nuestras diferencias de género influyen en nuestras nece-

34
¿Quién es este extraño hombre con el cual me casé?

sidades. Una comprensión de las necesidades de cada género


lleva a la tolerancia, la paciencia, la tranquilidad de espíritu y la
armorúa marital.
Es inútil y frustrante tratar de cambiarse el uno al otro. Que
el cambio comience por nosotras. Necesitamos el coraje de
examinarnos, y ver qué tipo de personas somos. Pide a Dios
que te dé un espíritu de introspección. Como el salmista, que
nuestra oración sea: "Examíname, oh Dios, y conoce mi cora-
zón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí
camino de perversidad, y guíame en el camino eterno". (Sal.
139:23,24). Entonces, estemos dispuestos a apreciar nuestras
diferencias. Que cada esposa celebre la singularidad del hom-
bre con quién se casó.
Esta es una lista que mi esposo y yo compilamos hace un
tiempo, basada en las respuestas de los participantes de nues-
tros seminarios:

Lo que los esposos quieren que sus esposas sepan sobre


los hombres:
Ellos necesitan ...
• ... que sus esposas sean las constructoras de sus egos.
• ... sentirse amados, apreciados y aceptados.
• ... sentirse importantes, competentes y dignos.
• ... sentir que están a cargo de sus hogares.
• ... esposas que los complementen, no que compitan
con ellos.
• ... esposas que estén orgullosas de su feminidad.
• ... esposas que se mantengan deseables y atractivas.
• ... esposas que cuiden de sus hogares.
• ... esposas que entiendan que el trabajo de sus esposos
son importantes para ellos.
• ... esposas que satisfagan las necesidades sexuales de
sus esposos.

35
Sorpresas de una vida fuera de lo común

• ... apoyo emocional y espiritual de sus esposas.


• ... esposas que hagan un esfuerzo por poner freno a su
malhumor.
• ... esposas en las que puedan confiar.
• ... esposas que los respeten y los hagan sentir especiales.
• ... esposas que estén felices de estar casadas con ellos.

36
Dí.as solitarios,
noches largas
'.• .~

Una joven esposa de pastor, buscando empa-


tía, comentó con otra esposa de pastor más ex-
perimentada que se sentía sola.
"¡Sola! ¿Por qué una hija de Dios habría de sen-
tirse sola? Yo no soy de las que se sienten solas.
Supongo que tengo demasiadas cosas para ha-
cer, y además tengo un Amigo maravilloso: Jesús'',
contestó la Hermana Soy-Prácticamente-Perfecta.
No creo que estas declaraciones fueran de
mucha ayuda para la joven esposa de pastor. Sin
embargo, no seamos muy duras con esta querida
hermana. Quizá sus primeros días de ministerio
estaban tan lejos, en su pasado histórico que no
podía recordar sentimientos de ese tipo. Quizá no
era el tipo de persona que se mimaba teniendo
amigos y con la atención de otros. Podría haber
sido una de esas personas que aman la soledad
y a quienes no les afecta el no estar acompaña-
das. Por la razón que fuere, ella y la soledad no
eran socias. Sin embargo, no hay muchas muje-
res como ella.

37
Sorpresas de una vida fuera de lo común

Otra esposa de pastor trató de explicarle a su esposo que


lo extrañaba mucho cuando él estaba fuera de la ciudad. Él no
intentó siquiera tratar de entender sus sentimientos. Estaba a
la defensiva y hasta insensible. Su respuesta fue: "¿Qué quie-
res que haga? ¿Quieres que haga mi trabajo desde casa?" Su
actitud parecía sugerir que esta pobre mujer era una esposa
irrazonable, quejosa, poco cooperativa, y que no le importaba
en absoluto el "llamado al servicio" de su esposo. Si él solo
hubiera sido suficientemente paciente y bondadoso como para
escuchar a su esposa y hubiera tratado de solucionar las cosas
junto con ella, esta mujer no habría experimentado el dolor que
soportó. Lo que este pastor no entendía era que estaba posi-
bilitando que su cónyuge odíara el ministerio. A veces, todo lo
que una mujer necesita es ser escuchada. En el pastorado, esto
puede ser un lujo.
Muchas esposas ministeriales se quejan de soledad. No ne-
cesariamente son amantes de las fiestas, y tampoco pretenden
entretenimiento o atención todo el tiempo. Pero sí experimen-
tan soledad. Una se pregunta cómo es esto posible, cuando las
esposas de pastor están tan a menudo en el centro de la ac-
ción. Hace mucho tiempo, el rey David también experimentó
soledad. Su soledad lo llevó a un estado de insomnio. ''Velo, y
soy como el pájaro solitario sobre el tejado" (Sal. 102:7). ¡Qué
imagen tan vívida!; describe la adversidad de muchas esposas
de pastores. Estamos por completo a la vista de un mundo de ·
personas y, sin embargo, estamos solas.
Hay razones definidas para la soledad. Un motivo típico es
mudarse a un nuevo lugar. A la mmayoría de las personas no
les gusta mudarse. La esposa de pastor pasa su vida mudán-
dose de un lugar a otro. A veces, antes de que pueda afian-
zar relaciones en un distrito, ya se recibe otro llamado para
mudarse. Está la otra cara de la moneda. La familia pastoral
puede establecer amistades sólidas que, luego, se ven ame-
nazadas por la transferencia a otro distrito. Algunas personas

38
Días solitarios, noches largas

son más lentas para hacer nuevas relaciones. Si la esposa del


pastor no se destaca por tener facilidad para el trato social,
pero le gustan las relaciones sociales, su nueva vida puede
verse teñida por la soledad.
Los maridos que viajan también pueden ser un factor contri-
buyente a la soledad en la vida de la esposa de pastor. Muchas
esposas han expresado su temor de tener esposos que viajen
mucho. La mayoría de estas esposas no logra dormir profunda-
mente cuando sus esposos viajan. Otras tienen miedo, y otras,
simplemente no pueden seguir una rutina normal cuando sus
esposos están afuera. Puedo sentir empatía por ellas porque
recuerdo la época en la que mi esposo comenzó a viajar. Por
alguna razón inexplicable, el sueño me eludía y, cuando final-
mente lograba un sueño intermitente, ¡faltaba poco para el
amanecer! Entonces un día, el Señor me mostró dos textos:
"En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque solo tú,
Jehová, me haces vivir confiado" (Sal. 4:8). "Yo me acosté y dor-
mí, y desperté, porque Jehová me sustentaba" (Sal. 3:5). Estos
textos fueron la solución para mi insomnio. Noche tras noche,
me sentía acompañada en los brazos de mi amoroso Señor, y
dormí como un bebé por varias noches. Cuando las dificulta-
des para dormir volvían, me aferraba a estos textos.

Cuando todo parece ir mal


¿Se han dado cuenta de que, cuando nuestros maridos están
afuera, todo tipo de situaciones parecen meterse subrepticia-
mente en nuestras vidas para asustarnos, frustrarnos o confun-
dirnos? El otro día, hice una lista de las cosas que a menudo
salen mal cuando el esposo-pastor está de viaje:

• Uno o dos de los chicos se enferman.


• Es necesario llevar al perro con urgencia al veterinario.
• Hay que arreglar alguna cañería.
• Se descompone ellavarropas.

39
Sorpresas de una vida fuera de lo común

• El director de la escuela necesita hablar con nosotros de


inmediato.
• Nuestro hijo tiene apendicitis.
• El auto tiene problemas.
• La niñera renuncia.
• El teléfono se descompone.
• Llega un huracán peligroso a la ciudad.
• Se cometen algunos robos en el vecindario.
• Nos quedamos encerradas fuera de la casa, por accidente.

Por supuesto, hay muchas otras cosas que podrían agre-


garse a esta lista. Una esposa de pastor me preguntó hace
algunos meses: "¿Por qué una casa normal, sin mayores inci-
dentes, se convierte en el centro de la acción, del caos y, por
poco, del desastre cuando el pastor se va de la ciudad?".
Yo no tenía la respuesta. Siempre me hice a mí misma esa
pregunta. ¿Por qué todo parece andar sobre ruedas cuando
Jansen está en casa pero, desde el momento en que se va, cam-
bia totalmente el ritmo, pasando de una música rítmica a una
especie de rockpesado? Pero sé una cosa: estas experiencias
han aumentado mi dependencia de Dios. Siempre puedo decir
que, a través de todo, mi Padre celestial me cuida.
La falta de compañía adulta también puede provocar so-
ledad. Si una mamá tiene como única compañía un grupo de
preescolares, lo más probable es que anhele estar con al-
guien de una edad más madura, con quien compartir sus pen-
samientos. Imagínate tener que limitar tu conversación a res-
ponder a los pedidos de emparedados de manteca de maní
y mermelada; o a frases como "Mami, dile a Timmy que deje
de pegarme''; o el típico pedido de historias de los niños pe-
queños ... Entonces, mamá tiene que encontrar el libro favorito
del niño y leer por millonésima vez ese relato especial. Esa
es la rutina diaria de mamá. Para cuando el cónyuge, adulto
y exhausto, vuelve al hogar de su recorrido pastoral, por lo

40
Días solitarios, noches largas

general, es demasiado tarde para mantener una conversación


que tenga sentido.
"Bien, ¿qué tal hacer algunos amigos?", sugiere alguien.
¡Buena idea! Con frecuencia, la timidez nos priva de la expe-
riencia preciosa de la amistad. Dios hizo un mundo lleno de
gente. Debe de haber alguien, allí afuera, que puede ser una
amiga para nosotras. Solo necesitamos ser lo suficientemente
valientes como para iniciar una amistad. Es una cura excelente
para la soledad.
Aquí hay algunas maneras de ganarle a la soledad:

l. Trata de encontrar formas de mantenerte ocupada. Elige


algún proyecto y trabaja en él. Fíjate una fecha límite, que
sea realista. La sensación de realización que sigue a esto
es indescriptible.
2. Haz algo por alguien. Poner el foco de la atención fuera de
nosotras mismas es una maravillosa manera de combatir la
soledad.
3. Desarrolla una habilidad. Siempre hay lugar para el mejo-
ramiento personal.
4. Habla sobre tus sentimientos de soledad con tu cónyuge.
No lo hagas en tono de queja; solo comparte tus sentimien-
tos con él. Hazle saber que entiendes las demandas de su
trabajo y que no le estás pidiendo que descuide sus res-
ponsabilidades; simplemente, quieres que él sepa cuánto lo
extrañas cuando está lejos. Quizá, también quieras decirle
que, para ti, es en verdad importante que él al menos reco-
nozca que tú eres la mejor jueza de tus propios sentimientos.
Pídele sugerencias para ayudarte a vencer tu soledad.
5. Haz amigos. Permite que las personas vean que eres ami-
gable. Hay personas, en tu congregación, para quienes
puedes llegar a ser una amiga querida. A su vez, los en-
fermos, los ancianos y los que están postrados necesitan
amistad. Valorarán mucho una visita tuya.

41
Sorpresas de una vida fuera de lo común

6. Trabaja aun en otro proyecto más. Puedes añadir algo so-


bre decoración o costura. Prueba una nueva receta. Apren-
de un nuevo canto. Cultiva un jardín.
7. No te dejes intimidar por la gente. Ten confianza al interac-
tuar con ellos.
8. Desarrolla una actitud de alabanza. El espíritu de alabanza
enciende una chispa en tus ojos y un brillo en tu rostro. Lle-
garás a ser magnética.
9. Aprende a apreciar y a disfrutar de tu propia compañía.
10. Habla a Dios sobre tu soledad. Él te creó como un ser so-
cial. Repite varias de sus preciosas promesas. Te llenarán
de fuerza y esperanza.

Necesitamos diferenciar entre estar sola y sentirse sola. Sen-


tirse sola es doloroso y, a veces, es producido por nuestra pro-
pia actitud. Sentirse sola puede llevar a la autocompasión y a la
incomodidad personal.
Estar sola es un regalo, que puede ser de gran beneficio
para nosotras. Gracias al hecho de que estamos solas pode-
mos descubrir quiénes somos. Gracias a estar solas podemos
conectarnos con Dios. Gracias a estar solas podemos refres-
carnos y renovarnos para mejorar nuestra propia vida y servir
a otros. ¡La buena noticia es que sentirse sola no es incurable! Y
la noticia más sensacional es que nunca estás sola porque Dios
siempre honra su promesa: "no te dejaré, ni te desampararé"
(Jos. 1:5).

42
¿Tienes que ser una
nKJjér acróbab1?
1 • .,._.,, .:

La mayoría de nosotros nos hemos queda-


do paralizados mirando a las estrellas de cine
que con destreza realizan increíbles acrobacias.
Nos preguntamos cómo pueden esos actores
ser tan ágiles y talentosos. Un joven elegante
salta desde un edificio elevado a un automóvil
en movimiento. Una mujer refinada y de aspecto
poco atlético realiza, varias veces, un salto mor-
tal en el aire, girando y retorciéndose, y luego
cae ruidosamente en una piscina. Nos hipnoti-
zan frente a la pantalla del televisor. En virtud de
la madurez y la experiencia, o incluso gracias a
un recorrido por Hollywood, nos damos cuenta
de la existencia y la función de los dobles de
riesgo.
Los dobles de riesgo, tanto hombres como
mujeres, forman una parte importante de las
producciones de muchas películas. A veces,
casi el cincuenta por ciento de los actores de
un filme son acróbatas dobles de riesgo. Una
escena de una película puede comenzar con la

43
Sorpresas de una vida fuera de lo común

estrella de cine a punto de saltar. Las cámaras se detienen un


momento y se filma a un acróbata realizando el salto. Luego, las
cámaras se detienen nuevamente, y el actor reanuda el salto a
solo un metro del suelo, para que su cara se vea en la pantalla.
Algunas veces, se usan muñecos para realizar las proezas más
riesgos as e increíbles. Y los espectadores quedan impresiona-
dos con la "habilidad acrobática" de los actores de cine.
La esposa del pastor con frecuencia es considerada una
mujer acróbata. Alice J. Taylor lo expresa de esta manera: "Se
espera mucho de ella: la salud de una amazona y la dedicación
de una Florencia Nightingale, la paciencia de Job y el celo de
una Carrie Nation, los pensamientos pacificadores de Ghandi y
el espíritu combativo de un guerrero, el encanto de una debu-
tante y la inteligencia de una Phi Beta Kappa. Además de esto,
debe vivir su vida en una pecera con un pececito dorado, cons-
ciente de que es su exclusiva responsabilidad que el pececito
se comporte" (Cómo ser esposa de,ministro y disfrutarlo, p. 14).

El erudito en Teología
El teléfono sonó por nonagésima novena vez esa mañana.
Contesté en forma rápida y profesional, con la esperanza de
que quien llamaba notara la urgencia en mi voz y me ahorrara
unos cuantos detalles. Era casi mediodía, y ni siquiera había
cruzado por mi mente la preparación del almuerzo. ¡Qué ma-
ñana había tenido! Me estaba repartiendo entre atender múl-
tiples llamados y cuidar a mi tercer hijo, un recién llegado de
tres meses. Finalmente, había logrado acostar al bebé para una
corta siesta, y tenía planes para ese corto período de gracia.
-Hola -respondió la persona del otro lado de la linea-. ¿Está
el pastor en casa?
-Lo lamento, pero no se encuentra. Si usted quiere, puede
dejar su nombre y el motivo de su llamado.
-En realidad, tengo una pregunta bíblica para él pero, como
usted es la esposa del pastor, seguramente debe saber la res-

44
¿Tienes qua ser una mujer acróbata?

puesta. Vea, nuestro grupo de estudio de la Biblia estuvo deba-


tiendo este texto y necesitamos algo de orientación.
-Qué bien -respondí, tratando de no sonar tan apurada-.
Estoy preparada para tomar nota del versículo y su número te-
lefónico, y me aseguraré de darle su mensaje a mi esposo tan
pronto como regrese.
-Bueno -continuó la voz del otro lado de la linea-, esperaba
que usted pudiera ayudarme.
-No podré ayudarla tan bien como el pastor. Con todo gusto
lo intentaría, pero este no es un buen momento. Verá, el bebé ...
-Pensé que las esposas de pastor conocían sus Biblias -fue
el comentario cáustico.
Ay, me parece que esta mujer acróbata fue una amarga des-
ilusión para su feligrés.
Hay ocasiones en las que las esposas de los pastores pue-
den dar respuestas juiciosas a preguntas bíblicas. Sí, estudia-
mos nuestras Biblias y, generalmente, podemos realizar comen-
tarios inteligentes. Cada mujer cristiana debería sumergirse en
el estudio de la Palabra de Dios. Las esposas de pastores no
pretendemos tener tanta instrucción como nuestros esposos; lo
cual está muy bien también, porque no tenemos el monopolio
del conocimiento. Cuando no sabemos algo, no necesitamos
sentir que estamos rindiendo por debajo de nuestras posibili-
dades. No deberíamos sentirnos avergonzadas de admitir que
no entendemos tan bien ciertos temas. Sin embargo, debemos
estar dispuestas a investigar y a continuar aprendiendo.

La mujer de los cinco talentos


No solo se espera de nosotras que sepamos todo, sino tam-
bién que podamos hacer de todo. ¿Quizás esto nos convierta
en candidatas para algún tipo de premio? Tenemos que orga-
nizar banquetes, planear casamientos, producir programas,
dar clases bíblicas, tocar el piano o el órgano de la iglesia, y
preparar comidas para el grupo de voluntarios que hacen una

45
Sorpresas de una vida fuera de lo común

limpieza general de la iglesia. Más que nada, debemos tener


la habilidad de llenar cualquier hueco de la programación de
la iglesia. A esta lista hay que añadirle una casa inmaculada y
servicio a los miembros de iglesia las 24 horas. ¿Existe alguna
mujer en este planeta que pueda cumplir con esta lista impre-
sionante de pretensiones?
No debemos permitirnos el sentirnos frustradas por estas
expectativas. No es necesario tener cinco talentos. Conocemos
nuestros talentos y nuestras limitaciones, y debemos balancear
nuestras prioridades. Sin embargo, es justo creer que, como
primeras damas de nuestra iglesia, debemos ser entendidas
en los principales aspectos de la vida social, y tener un gusto
refinado en la vestimenta, en la forma de hablar y en la práctica
de los comportamientos adecuados. No vamos a saber todo lo
que sea posible saber, pero podemos estudiar las reglas de eti-
queta y las costumbres para agasajar. Leyendo, concurriendo
a seminarios y exponiéndonos a comportamientos sociales co-
rrectos, aumentarán nuestra confianza y nuestra competencia.
Al mejorar como líderes, también podremos enseñar a otros.

La lectora de mentes
¿Alguna vez te encontraste con alguien que estaba disgus-
tada contigo por razones que tú desconocías? Esta es una si-
tuación bastante delicada. Quizá, tú dijiste algo que a la otra
persona no le gustó y, por supuesto, tú no tenías ni idea. La per-
sona estaba enojada, y continuó enojada contigo porque no te
disculpaste. Tú no te disculpaste porque no eras consciente del
daño que habías causado. Por lo tanto, te encontraste con una
cara fría y sombría, y solo eso te dio la pista de que había algún
problema.
Quizá no viste a alguien mientras manejabas por una calle
concurrida o, en el supermercado, mientras hacías tus compras
apresuradamente. Hasta puede ser que hayas mirado en direc-
ción a la persona, pero no la viste realmente. Esa es una ofensa

46
¿Tienes qua ser una mujer acróbata?

grave. Esa persona alberga la herida, y se supone que tú debes


saberlo. ¿Lectora de mentes? Qué triste.
En realidad, no podernos hacer mucho acerca de las perso-
nas ultrasensibles, y no debernos permitirles que hagan nues-
tras vidas miserables. Encontraremos personas dificiles cada
tanto. El apóstol Pablo nos preparó para esto: "Si es posible, en
cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hom-
bres" (Rorn. 12: 18). Estar en paz con "todos los hombres" pue-
de no ser posible siempre. Algunas personas disfrutan con la
discordia y la desunión; hasta podrían confrontarnos enojadas.
Sin embargo, no debernos igualar su conducta. Posiblemente,
no podamos cambiar sus pensamientos hacia nosotras, pero
podernos comportarnos en forma respetable y demandar que
se nos trate con respeto. No podernos permitirnos ser atrapa-
das en el mal humor y las explosiones de la otra persona. De-
bernos tratar de mantenernos calmadas y por sobre la situa-
ción. Podría ser necesario que cortésmente nos retiráramos de
la escena encendida, si sentirnos que la situación se está salien-
do de control. Luego, olvida la confrontación, perdona y sigue
adelante. "Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos,
perdonándoos unos a otros, corno Dios también os perdonó a
vosotros en Cristo" (Efe. 4:32).

El tiempo: amigo o enemigo


El otro día, una de mis amigas dijo que desearía que el día
tuviera cuarenta horas. ¿Para qué apretujar el trabajo de toda
una semana en un día? Sentí lástima por ella; me pregunté si
realmente le gustaría trabajar tanto. Bueno, todas las personas
somos diferentes. Algunas de nosotras desearíamos tener más
tiempo para poder terminar nuestras tareas. Otros se tornan
fielmente siete horas para dormir, con la esperanza de que ten-
drán suficiente tiempo para cumplir con sus deberes. También
hay algunos mortales "obsesionados", que sienten que es in-
moral descansar o relajarse. Muchas de nosotras no podernos

47
Sorpresas de una vida fuera de lo común

darnos el lujo de tener tiempo libre. ¿Qué podemos hacer para


evitar que el tiempo se convierta en un enemigo?
Hay disponibles muchos libros y seminarios sobre el mane-
jo del tiempo. Como esposas de pastores, a veces nos mete-
mos en problemas con nuestros esposos cuando contribuimos
a que lleguen tarde a sus citas. En realidad, no debemos ser
una causa de tardanza para nuestros esposos. Se trata de reali-
zar un compromiso de estar a tiempo. Yo he podido sobrevivir a
múltiples compromisos con un "1 O" en puntualidad. Mi esposo
nunca pudo acusarme de haberlo hecho llegar tarde. Aquí hay
algunos secretos para el éxito:

l. Empieza temprano. Averigua la hora de la cita y también la


hora estimada para salir de casa. Cuenta hacia atrás, para
tener una idea precisa de cuándo debieras comenzar a
alistarte. Puedes necesitar dos o más horas para estar lista
para un evento o, quizá, no necesites tanto tiempo. Cuanto
más formal sea la ocasión, más tiempo de preparación ne-
cesitarás. Planea de antemano la ropa que vas a usar. Ge-
neralmente, esto lleva más tiempo que vestirte.
2. Comunicale a tu esposo tus expectativas cuando van a salir
juntos. Quizá necesites que te ayude a preparar a los niños
cuando son pequeños. Es mejor hacerle saber que necesi-
tas que realice algunas proezas mágicas, para que ambos
puedan salir al evento con espíritus agradables. Con fre-
cuencia, la pobre esposa tiene que realizar múltiples tareas
ella sola, y además, arreglar a la familia para salir a tiem-
po. Esto la vuelve descontenta y siente lástima de sí misma.
Aquí es donde la comunicación es de extrema importancia.
Delega responsabilidades. De algunas mujeres se espera
que preparen la comida, den de comer a los niños y al es-
poso, limpien la cocina, y alisten a la familia para salir. Esto
es muy estresante. Decide qué debe ser hecho antes de
salir y qué quedará para más tarde. También es una buena

48
¿Tienes que ser una mujer acróbata?

idea decirle que apreciarías que te avisara con anticipa-


ción si van a salir juntos. Esto ayudará en tu planificación.
3. Es un mayor desafio estar a tiempo cuando tenemos be-
bés o niños pequeños. Sin embargo, hay algunas cosas que
podemos hacer con anticipación. Siempre ten el bolso del
bebé listo. Al volver a casa de un evento, enseguida saca la
ropa que hay que lavar y lo que hay que tirar a la basura.
Repón los pañales y deja listo el bolso con todo (salvo la
leche) para el próximo viaje. Ten un bolso siempre listo con
crayones, libros para colorear, juguetes y una muda extra
de ropa, y evitarás las carreras de último momento para
juntar estas cosas.
4. Haz el compromiso de que tu esposo y tú ganarán la repu-
tación de ser puntuales; es lo que se espera de los profe-
sionales. La gente deja de respetar a quienes no respetan
el tiempo de los demás. Los embajadores de Cristo no de-
berían ser menos responsables en el uso del tiempo que
pertenece al Señor.

Ahora, ¿qué podemos decir sobre el tiempo para nosotras


mismas? Muchas damas se quejan de que no pueden darse el
lujo de tener tiempo para ellas. Esto, a veces, es cierto y muy
triste. Conseguir un poco de tiempo para sí misma es una ha-
zaña cuando una madre tiene niños pequeños. A menudo, las
mujeres dicen: "No puedo darme el lujo de ese tipo de tiem-.
po".Yo digo: "No puedes darte el lujo de no encontrar ese tipo
de tiempo". El tiempo para nosotras es tan importante que te-
nemos que planearlo. Esto puede sonar idealista, pero trata de
hacer el esfuerzo y verás cómo las cosas funcionan. Empieza
por apuntar a pequeños períodos de tiempo. Puedes encon-
trar un ratito al comienzo del día. Un espacio devocional, aun
cuando sean solo unos minutos, te ayudará a comenzar bien el
día. O quizá, puedas elegir tomar un poco de tiempo personal,
tarde en la noche.

49
Sorpresas de una vida fuera de lo común

Es frustrante planear tener tiempo para ti al comienzo del


dia, antes de que los niños se despierten, y que luego el bebé
se despierte veinte minutos antes de lo acostumbrado. El punto
es que muchas cosas contribuyen a robarnos el tiempo desti-
nado a nosotras mismas. Por lo menos, podemos hacer un plan.
Si trabajas fuera de casa, quizá puedas usar una parte de tu
hora de almuerzo para hacer algo para ti misma. Si no necesi-
tas toda una hora para almorzar, puedas pasar quince minutos
leyendo un libro que te guste. Las mamás que se quedan en sus
casas tienen un desafio mayor para asignarse tiempo a sí mis-
mas, especialmente cuando tienen bebés o niños pequeños.
Empieza con una lista de las tareas que debes realizar. Pre-
párate por la noche, antes de acostarte, pero no hagas una lista
muy larga para un solo dia. Deja espacios vacíos: uno de esos
ratos puede ser tiempo para ti. Fíjate qué cosas pueden dis-
traerte de tu plan. Quizás una conversación telefónica se exten-
dió más de lo necesario. Quizá pasaste mucho tiempo frente
al televisor y ahora debes correr para preparar la comida o
limpiar la casa. Es útil tener un cronograma para las tareas do-
mésticas: dia de lavado, dia de compras, día de limpieza, y así
sucesivamente. Pero, tampoco seas una esclava de tu cronogra-
ma. Tu cronograma es una guía, no es la ley de Media y Persia.
La flexibilidad siempre es una buena alternativa.
Entonces, ¿qué harás con el tiempo para ti misma? Quizá
puedas pasar algunos minutos leyendo un libro, haciendo ejer-
cicio, desarrollando alguna habilidad, arreglando tu cabello o
disfrutando de un baño de burbujas. El punto es que, aunque
sean solo unos minutos fugaces, hacer algo para ti debería con-
vertirse en un hábito. Esto te recordará que eres importante y
que mereces tratarte bien a ti misma. ''Pero mi bebé no duer-
me siestas largas, y si lo hace, tengo que ponerme al día con
las tareas mientras puedo". Esto es muy cierto. Bueno, ¿por qué
no poner al bebé en su corralito, y sentarse ahí mismo y leer
una porción de un capítulo de un libro interesante? Entrénate a

so
¿Tienes que ser una mujer acróbata?

ti misma para encontrar pequeñas porciones de tiempo para ti.


Esto prevendrá el agotamiento.
Mi palabra favorita es ''delegar''. Casi cada miembro de la
familia puede ayudar con algo. Que las tareas sean apropiadas
para cada edad. ¡No estoy sugiriendo que todos los demás rea-
licen todo el trabajo mientras tú no haces nada en absoluto! Si
cada persona tiene una tarea, el peso de mantener una casa se
aligera. Así, todos pueden estar felices . .Algunos niños de dos
años disfrutan poniendo la ropa en el cesto de la ropa sucia.
Tú y tu niño de cuatro años pueden poner la mesa y levantar-
la juntos luego de la comida. Ths hijos más pequeños también
pueden ayudar quitando el polvo de los muebles.
Estudia tu "reloj corporal". Algunos de nosotros somos per-
sonas matutinas, por lo que podemos planear hacer nuestras
tareas más pesadas en la mañana. Si tú eres una persona noc-
turna, planea tus tareas más pesadas para que se adecuen a tus
arranques vespertinos de energía.
Y aquí va otro consejo para a las madres que trabajan fuera
de la casa. Puedes ahorrar el tiempo y el estrés de encontrar
qué vestir para ir a trabajar si planeas con anticipación lo que
usarás. Decide qué usarás para ir a trabajar durante un mes
(si no usas uniforme). A menudo, decidir qué vestir toma más
tiempo que la actividad de vestirse en sí misma. Ordena tu ropa
por categorías. Guarda las faldas y los pantalones en el mismo
lugar. Cuelga los trajes juntos. Cuelga los conjuntos en el mis-
mo lugar. Guarda los colores similares cerca. Luego, escribe
diferentes combinaciones para diferentes días de la semana. Te
sorprenderá cuán libre de estrés será estar lista para trabajar.
Encontrarás que, gracias a tu planificación, parecerá que tienes
un guardarropa más grande.
En su libro Organización inteligente, Sandra Felton compar-
te un consejo útil respecto de utilizar pequeños períodos de
tiempo. ''Usa los minutos libres'', aconseja. ''Cuando tengas uno
o dos minutos, haz una pequeña parte de algo. Quita el polvo

51
Sorpresas de una vida fuera de lo común

a algún mueble, recoge algo y guárdalo, archiva algún papel,


reemplaza alguna bombilla de luz. Estas son cosas que pueden
realizarse en un periquete[ ... ) Haz de este hábito una parte de
tu programa general y la casa se mantendrá en orden''.
Emilie Bames también apoya la sabiduría de hacer cosas en
''pequeñas porciones de tiempo''. Aquí hay una lista de sus ideas:

Lo que puede hacerse en cinco minutos:


• Pedir un turno médico.
• Confeccionar la lista de invitados para una fiesta.
• Enviar un correo electrónico.
• Escribir una nota o carta breve.
• Regar las plantas del interior de la casa.
• Arreglar un cajón de la cómoda.
• Pasa, el plumero a la sala.

Lo que puede hacerse en diez minutos:


• Elegir una tarjeta de cumpleaños.
• Clasificar la correspondencia del día.
• Clasificar tu escritorio.
• Hacer un ejercicio corto.
• Hacer un pedido por catálogo o por Internet.
• Reorganizar el frízer.

Lo que puede hacerse en treinta minutos:


• Trasplantar una planta.
• Leer rápidamente un informe.
• Trabajar en alguna manualidad.
• Confeccionar una lista de lo que hay que empacar en un
futuro viaje de vacaciones.
• Arreglar con otros padres quién llevará los niños a la es-
cuela. (Creativo organizador hogareño de Emilie, p. 185.)

52
¿Tienes que ser una mujer acróbata?

No te sientas intimidada por el tiempo. "El tiempo puede


ser tu amigo si aprendes a hacerlo funcionar como un amigo",
exhorta Emilie Barnes (p. 184). La clave es la planificación.

Algunos consejos sobre organización


Algunos deseamos tener mejores habilidades de organi-
zación. Algunas personas parecieran tener casas inmaculadas
todo el tiempo. Estaba visitando a una amiga, y estaba muy
impresionada por lo pulcro de su casa. Le pregunté cómo lo
lograba a pesar de su horario tan ocupado. "Reglas", fue su
respuesta. "Tengo reglas para todos". Muchas de nosotras
tenemos reglas para nuestra familia, pero nos cansamos de
hacerlas cumplir. O bien nos mantenemos firmes en su cum-
plimiento o nos morimos haciendo todo nosotras. No tenemos
que actuar como generales del ejército. Podemos ser agra-
dables y celebrar los beneficios de una casa limpia gracias a
que cada miembro de la familia cumplió las reglas para man-
tener la casa ordenada.
Algunas personas renuncian a tener una casa ordena-
da porque tienen niños. ¡Gran error! Podemos enseñarles a
nuestros niños los hábitos de orden desde una edad tempra-
na para que, cuando sean mayores, el orden no sea extraño
para ellos. Imagina a un adolescente teniendo que desapren-
der malos hábitos. Al enseñar y reafirmar con paciencia há-
bitos de limpieza y orden en nuestros niños desde una edad
temprana, podemos evitar batallas constantes con nuestros
adolescentes tratando de que mantengan sus habitaciones
ordenadas.
Sandra Felton sugiere el plan CEC para organizarse y man-
tenerse organizada. Verás que son consejos muy útiles para no-
sotras. Esto es lo que ella sugiere:
Consolidar. Agrupa cosas similares. "Consolidar significa
reunir cosas o agruparlas ... Reúne todas y cada una de tus per-
tenencias en grupos de características similares".

53
Sorpresas de una vida fuera de lo común

Envasar. "Una vez que veas cuántos ítems tienes de cada


grupo, estarás lista para ponerlos en diferentes envases, tales
como cajas, cestas o lo que tenga sentido dentro de lo que tie-
nes y el lugar que tienes".
Condensar. Deshazte de las ''pertenencias excesivas''.
A menudo, nos sorprende cuántas cosas podemos acumular.
"Luego de haber clasificado las cosas en grupos vemos cuánta
duplicación tenemos y, entonces, nos damos cuenta: 'Tengo de-
masiadas cosas' ''. (Orgam'zación inteligente: Estrategias simples
para lograr el orden en tu casa, pp. 35-43)
Felton también comparte la idea de "perezosa inteligente".
Ser una "perezosa inteligente" es la política de no gastar ener-
gía innecesaria. "Organízate para no tener que trabajar tanto.
No dejes que los problemas se desarrollen [... ] Sé perezosa
inteligente. Arregla tu vida para el éxito''.
Embarcarse en un plan para estar organizada involucra
eliminar la acumulación innecesaria de cosas. La acumula-
ción innecesaria de cosas es sofocante. Es una buena idea
realizar regularmente campañas de ''desacumulación''. He
descubierto que odio tanto la acumulación de cosas inne-
cesarias que mi esposo se pone nervioso cuando me ve
haciendo limpieza. Los catálogos comerciales, los volantes
de publicidad y la correspondencia con ofrecimientos co-
merciales sin importancia llegan al tacho de basura en tiem-
po récord. No tiene sentido guardar estas cosas hasta tener
tiempo para estudiarlas: ponlas en el tacho de la basura rápi-
damente. Se siente bien. Al recorrer nuestras pertenencias,
encontramos que hay abundancia de cosas: el vestido que
esperábamos usar cuando perdiéramos peso, la cartera y
los zapatos que no combinan con nada de lo que tenemos,
algunos pequeños electrodomésticos que nuestro esposo
pensaba arreglar hace una década, juegos de sábanas cuya
medida no va con ninguna de las camas que tenemos, y así
sucesivamente.

54
¿Tienes que ser una mujer acróbata?

Los expertos aconsejan que formemos tres grupos: cosas


que debemos descartar (y hagárnoslo enseguida), cosas que
están en buena condición para regalar y cosas que vamos a
guardar porque las usamos en la actualidad. No caigas en la
trampa de revisar la pila de cosas que planeabas descartar o
donar por las dudas que califiquen para guardarlas. Si no has
usado un electrodoméstico o utensilio en más o menos un año,
y ha estado enterrado en una esquina remota de tu casa o tu
garaje, necesitas encontrarle otro hogar.
Haz de la organización una ciencia, y serás recompensada.
Una casa organizada es una casa con un nivel menor de estrés.
Podrás lograr tus propias estrategias para organizar tu vida.
Luego, comparte tus ideas. Tus amigas te lo agradecerán.
Hay muchos libros y sitios de Internet que dan información
útil acerca de organizarse y mantenerse así.
Uno de mis libros favoritos es Creativo organizador domésti-
co de Emilie, de Emilie Barnes. Con frecuencia, me ha servicio
como manual de supervivencia. Aquí hay un par de sus ''Reglas
selectas de la organización" (p. 23):

l. Usa un solo cuaderno para realizar notas y consignar infor-


mación escrita básica:
• Escribe cinco áreas de tu vida que necesitas poner en
orden; concéntrate en esas áreas.
• Aísla estas cinco áreas básicas. Debes aprender a con-
centrarte en la parte, y no en el total.
2. Divide los problemas dificiles en tareas cortas.
• Cuando veas un área problemática como una helade-
ra desordenada, no mires al desorden en general; más
vale, comienza con una parte del total. Limpia un estan-
te o un cajón a la vez.
• Si el total es muy grande para hacerlo en un día, toma
dos o tres días para completar la tarea. Te sentirás muy
aliviada y orgullosa cuando termines.

SS
Sorpresas de una vida fuera de Jo común

Depresión de las mañanas escolares


Es fácil que nuestras casas parezcan campos de batalla
luego de que los niños se hayan ido a la escuela. Si la mamá
trabaja fuera de la casa, entonces el caos se multiplica. Mamá:
aqui hay una idea para ti. Anima a tus hijos a que dejen listas
sus mochilas la noche anterior. Si los niños son muy peque-
ños, puede que debas hacerlo tú por ellos. Coloquen las mo-
chilas cerca de la puerta. Esto ayuda a reducir, por la mañana,
la desesperada carrera en busca de cuadernos, lapiceras, lá-
pices y libros de texto.
En lugar de agotarte repitiendo órdenes y recordando a
los niños sus rutinas cada día, confecciona una lista atractiva y
colócala en el baño o en la puerta del ropero. Haz una lista de
cada cosa que los niños deben hacer, en el orden en el cual
deben realizarlas. Los niños solo deben mirar sus listas, y se
mantienen en carrera. Nadie correrá el peligro de olvidarse
de lavarse los dientes, peinarse o dejar la merienda en la he-
ladera. Hasta los niños de jardín de infantes que no saben leer
pueden seguir la lista. Yo hice una de dibujos para mis hijos
cuando estaban en el jardín de infantes. Ponía el dibujo de
una cara y una pileta, seguido por el dibujo de un platillo con
cereal y un vaso, un cepillo de dientes, un peine, una mochila
con la bolsita de merienda, y un par de labios para represen-
tar el beso de despedida.
Por supuesto, yo controlaba las cosas por la mañana antes
de que salieran para la escuela, pero no era ni la mitad de estre-
sante. Como una mamá que trabajaba, tuve que crear técnicas
de supervivencia. Sobreviví a esos años de escuela con cuatro
niños.

La administradora del dinero


Al principio de nuestro matrimonio, tenía una confianza tan
absoluta en las habilidades financieras de mi esposo que pres-

56
¿Tienes que ser una mujer acróbata?

taba poca atención a los asuntos de dinero. Hicimos un presu-


puesto y nos esforzamos por apegarnos a éL Éramos una fami-
lia con dos ingresos, y eso ayudaba a que el dinero alcanzara.
Sin embargo, yo no prestaba mucha atención al panorama fi-
nanciero mayor. Durante los años iniciales de nuestro matrimo-
nio, a pesar de las sugerencias y los pedidos de Jansen, yo per-
manecí felizmente desinteresada de nuestro futuro financiero,
descansando segura en el pensamiento de que tenía un esposo
que podía proveer para nosotros y tenía habilidades contables.
Luego, descubrí algo. Me di cuenta de que necesitaba mos-
trar un interés activo en nuestros gastos y en nuestro futuro fi-
nanciero. ¿Qué pasaría si mi esposo pasaba a ser discapaci-
tado? ¿Y si me convertía en una viuda joven? Necesitaba ser
entendida en asuntos financieros. Cambié mi dirección y co-
mencé a mostrar mayor interés en nuestras finanzas. Me sentí
más a tono con la vida. Había tenido un nuevo panorama de mi
propósito en la vida. Me había vuelto una verdadera socia en
nuestro matrimonio. Esto ya no era un asunto unilateral.
Algunas esposas de pastores se han encontrado en crisis la-
mentables debido a la muerte repentina de sus esposos. No te-
nían las habilidades o carecían de experiencia en manejar sus
finanzas. Algunas ni siquiera sabían cuánto ganaban sus espo-
sos. Otras no tenían idea de los beneficios que les correspondían
de parte de la organización para la cual sus esposos trabajaban.
Ahora que esas mujeres estaban solas, estaban desvalidas.
Una mujer necesita prepararse para la vida. Vivimos en una
época en la que cada vez más mujeres están preparándose
profesionalmente para cuidar de sí mismas y de sus familias.
Esta preparación no debe ser solamente para aquellas damas
que eligen trabajar fuera de la casa. Más y más mujeres están
decidiendo convertirse en madres que permanecen en sus ho-
gares, y lo importante es que una esposa que es ama de casa
de tiempo completo debe asegurarse su competitividad mejo-
rando sus habilidades, tomando clases y realizando cursos. La

57
Sorpresas de una vida fuera de Jo común

idea es ser una mujer preparada.


En su libro Haciéndote cargo de tu vida, Florence Littauer
compiló una lista de pregtm.tas sobre temas de seguros, im-
puestos y herencia, que puede ser muy útil para las mujeres
que no quieren esperar hasta que sea demasiado tarde. Aquí
están algtm.as de las pregtm.tas que ella formula:

• ¿Tiene tu esposo un seguro de vida y sabes dónde está


la póliza?
• ¿Sabes con seguridad quiénes son los beneficiarios?
• ¿Tiene un seguro de vida suficientemente amplio para
cubrir los gastos mínimos de sepelio?
Tú y tu familia ¿cuentan con un servicio de salud?
¿Sabes qué jubilación o pensión te corresponde?
¿Tiene tu esposo un testamento actualizado? ¿Sabes
cómo funciona el sistema de herencias en tu país?

Más asuntos de dinero


Me gusta lo que la mujer de Proverbios 31 hace respecto
de los asuntos de dinero: "Se complace en la prosperidad de
sus negocios [... ]"(Prov. 31:18, NVI). Aquí hay algtm.as ideas
para ahorrar dinero. La primera forma de ahorrar dinero es
dar fielmente a Dios su parte de nuestros ingresos. Devolver
nuestros diezmos y ofrendas a Dios nos da una bendición
que no podemos comprender. Muchas de nosotras nos ma-
ravillamos por la elasticidad de la parte restante de nuestros
ingresos luego de que hemos sido fieles en devolver a Dios
su parte. Este es el cumplimiento de lo que nuestro Padre nos
prometió. ¿Acaso no dijo: "Traed todos los diezmos al alfolí y
haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Je-
hová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos,
y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabun-
de" (Mal. 3: 10)?
Planificar el menú es otra manera de ahorrar dinero. Es es-

58
¿Tienes que ser una mujer acróbata?

pecialmente útil para las mujeres que trabajan fuera de la casa.


Esto ahorra no solamente tiempo, sino también dinero. Evita
que corramos al almacén prácticamente todas las tardes al sa-
lir del trabajo, que elijamos cosas por impulso y que causemos
gastos adicionales. También, recuerda que cuando compras
vegetales y frutas de estación, ahorras más dinero que al com-
prarlas congeladas o enlatadas.
Procura cocinar más de una comida a la vez. Esto evita que
estés parada frente a la cocina para crear una comida todos
los días. Los fines de semana o los feriados puedes cocinar
varias comidas anticipadamente, para varios días. Es mucho
más fácil calentar una comida que cocinarla por completo
desde el comienzo.
Presta atención a las ofertas especiales de los supermerca-
dos, los beneficios otorgados por los bancos al utilizar deter-
minada tarjeta y los cupones de descuento que salen en los
diarios y revistas. Estar atenta a estos beneficios y ofertas es
una forma maravillosa de ahorrar dinero.
Nuestros niños deberían estar expuestos al manejo de las
finanzas. Antes que nada, enséñales a dar al Señor. De acuerdo
con la edad del niño, ayúdalos a calcular el diezmo del Señor.
Otra práctica recomendable es una asignación regular para los
niños. Deberíamos enseñarles a los niños a ahorrar y gastar
sabiamente. Muchos expertos no recomiendan que los niños
reciban una asignación por realizar tareas domésticas. Pero, a
veces los niños realizan tareas adicionales para sorprender a
sus padres. Ese momento es apropiado para darles una peque-
ña muestra de afirmación. La familia es una empresa y, en una
empresa, se supone que todos los socios contribuyen. Un espí-
ritu amoroso y cariñoso motivará a los niños para ayudar en la
casa. También, deja que los niños mayores sepan de los gastos
de la casa. Esto hará que ellos entiendan más fácilmente la im-
portancia de ser cuidadosos en el uso del dinero y los educará
en su manejo.

59
Sorpresas de una vida fuera de lo común

¿Se puede realizar?


Entonces, ¿debemos ser mujeres acróbatas para sobrevivir
en nuestra función? Por supuesto que no. Necesitamos planifi-
car, estudiar y prepararnos para nuestras tareas. No podemos
llenar los huecos y satisfacer las demandas de todos. Lo que
debemos hacer es pedir a Dios sabiduría para funcionar en
forma efectiva. Podemos apoyarnos en él y recibir fuerzas de
él. "Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío,
fortaleza mía, en él confiaré; mi escudo, y la fuerza de mi salva-
ción, mi alto refug].o" (Sal. 18:2).
Dios sabe los dones que nos ha dado. Él no pide que traba-
jemos frenéticamente y continuamente hasta el punto del ago-
tamiento. Él espera que compartamos lo que nos ha dado, para
su gloria. Dios también conoce los desafios de las relaciones hu-
manas; él nos guiará en ellas, también. Con el amor de Cristo en
nuestros corazones y la guía del Espíritu Santo, podremos tener
un ministerio equilibrado. Dios conoce el estado de nuestros co-
razones y entiende nuestras situaciones particulares. No deses-
peres. No hay necesidad de que seas una mujer acróbata.

60
vid.a de devoción .
la esposa de pastor
.. ,.,· ....

Tú puedes pensar que algunas cosas no son


necesarias, tales como un capítulo sobre la im-
portancia de la vida de devoción de la esposa
del pastor. Eso es un mito. Vale la pena repetir al-
gunas cosas. Con frecuencia, tendemos a pensar
que, porque estamos en un empleo de tiempo
completo en la obra del Señor, tenemos una co-
nexión de por vida con él. Algo así como una "re-
lación de una vez y para siempre". ¡Gran error!
Como cualquier otra relación, nuestra relación
con Dios debe ser alimentada.

¿Por qué es necesaria una vida de devoción?


Muchas de nosotras experimentamos la ne-
cesidad de llenar un vacío espiritual. Quizás esa
sea la razón por la cual hay tantas mujeres cre-
yentes en nuestras iglesias. Nos gusta orar, can-
tar y dirigir eventos religiosos. Oimos más sobre
mujeres que son fervientes en la oración que so-
bre hombres que organicen grupos de oración.
Si no llenamos el vacío espiritual, con frecuencia

61
Sorpresas de una vida fuera de lo común

sufrimos de lUla falta de realización. Estamos buscando algo.


¿Qué es? Ese algo es lUla relación con nuestro Padre celestial.
Una vida de devoción nos da lUla oportllllidad para la intros-
pección. Este ansia hizo que el salmista pidiera: "Examfname,
oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensa-
mientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en
el camino eterno" (Sal. 139:23, 24).
Imagina algllllos momentos, en liD encuentro cercano con
Dios. Nos sentimos cómodas en su presencia. Tenemos algllllos
pensamientos indeseables que no nos animamos a compartir
con nadie más; de hecho, queremos arrancarlos de nuestros
propios recuerdos. Allí, en la compañia santa del Todopodero-
so, cavamos profundo en lo más recóndito de nuestras almas y
extirpamos cada capa de basura que podemos recordar. Qui-
zás hayamos tenido algllllas travesuras no santas de las cuales
nos avergonzamos. Podemos hablar con Dios también sobre
esto. Entonces sentimos la libertad del miedo y de la culpa a
medida que dejamos nuestros harapos sucios y recibimos, a
cambio, la gracia limpiadora de nuestro Señor. ¡Qué experien-
cia! Ahora podemos disfrutar de esa experiencia depuradora
porque tenemos la seguridad, que nos da nuestro Salvador, de
que él "nllllca más se acordará de nuestros pecados". Pode-
mos disfrutar del regalo de la paz.
Otra razón por la que la vida de devoción es importante es
que nos da fuerza y energia renovadas. Cuando nos levanta-
mos por las mañanas y nos enfrentamos con lUla larga lista de
cosas por hacer, nos sentimos abrumadas. Ese es el momento
para nuestra devoción privada. Encontrarnos con nuestro Señor
nos revive y nos da coraje para enfrentar nuestras responsabili-
dades. Nos levantamos, de nuestras rodillas, restauradas y con
nuevo vigor. El Señor nos imparte su fortaleza.
Una de las cosas que me gustan de los reencuentros es que
llevan a lUla renovación de las relaciones. Podemos no haber
estado en contacto con nuestros amigos y familiares por mucho

62
La vida de devodón de la esposa de pastor

tiempo pero, el encontrarlos nuevamente y compartir nuestras


experiencias, por lo general nos lleva al compromiso de "man-
tenernos en contacto". Esa es otra razón por la cual nuestra
vida de devoción es esencial. Cuando nos reconectamos con
el Señor, tenemos la oportunidad de renovar nuestra relación
con él. Podemos haber estado descuidando nuestros tranquilos
momentos con él; sin embargo, después de que reiniciamos
nuestros períodos de pasar tiempo especial con nuestro Ami-
go, nos encontramos disfrutando la reconexión. Luego no que-
remos perder otra vez este privilegio precioso.
Pasar habitualmente tiempo con Dios también reafirma
nuestro testimonio. Estar continuamente en la presencia de
Dios tiene sus beneficios notables. Es imposible caminar y ha-
blar con Dios con frecuencia sin mostrar signos de ello. Enoc
caminó con Dios y todos lo sabían. Daniel se comunicaba con
su Padre celestial tres veces al día, y la nación de Babilonia
sintió la diferencia. Pasar tiempo con Dios en privado acentúa
nuestra testificación. La gloria y la gracia de Dios se transmiten
a nosotros, y brillamos delante de nuestros prójimos.
El rostro de Moisés refulgía con un brillo tan deslumbran-
te luego de su encuentro con Dios en la montaña que los hi-
jos de Israel no podían mirarlo a la cara cuando descendió. La
conexión que Moisés tenía con Dios era evidente. "Y al mirar
los hijos de Israel el rostro de Moisés, veían que la piel de su
rostro era resplandeciente[ ... ]" (Éxo. 34:35). ¡Esto es asombro-
so! Cuando pasamos tiempo con Jesús, los demás lo notarán.
Nuestra testificación será más potente y efectiva.
Dado que trabajamos con personas, nuestra influencia es
importante. Satanás está atento para debilitar esa influencia.
Por ese motivo se torna crucial que busquemos continuamente
la presencia de Dios. Elena de White expresa esta necesidad
en forma muy enérgica: "Nadie puede seguir llevando en me-
dio de sus compañeros una vida pura, llena de fuerza, si no
está escondida con Cristo en Dios. Cuanto mayor sea la acti-

63
Sorpresas de una vida fuera de lo común

vidad entre los hombres, tanto más íntima debe ser la comu-:-
nión del corazón con el Cielo" (El ministerio de curación, p. 97).
Los pastores y sus esposas están en constante interacción con
las personas. Nuestras vidas necesitan estar "escondidas con
Cristo en Dios". Nuestras palabras y acciones lo demostrarán
,y no tendremos necesidad de contarles a las personas que nos
hemos encontrado con Dios. Ellos lo verán. Nuestros rostros es..
tarán radiantes y nuestra conducta será tranquila. Inspiraremos
a otros. Todos deseamos ese tipo de testificación.

Estableciendo una emocionante vida de devoción


Un importante paso para establecer una vida de devoción
sólida es darnos cuenta de que necesitamos tenerla. Al pedir a
Dios que nos revele esta carencia, sentiremos la necesidad de
iniciar un hábito de devoción. Naturalmente querremos estu-
diar y posiblemente revisar nuestros horarios actuales. Al rea-
lizar una lista de nuestras tareas diarias con el tiempo que le
dedicamos a cada una, tendremos un panorama claro de nues-
tras necesidades diarias. Nuestras vidas están abarrotadas con
citas y compromisos. ¿Cómo podemos ubicar todo esto y aún
asi incluir a Dios en nuestra vida? En esto, es indispensable es-
tablecer prioridades. Un buen plan es posicionar nuestras ta-
reas en orden decreciente de importancia y colocar el tiempo
para estar con Dios en adoración al principio de la lista. Quizá
necesitemos levantarnos más temprano para cumplir con esta
cita. Hay personas, sin embargo, que prefieren tener sus mo-
mentos especiales con Dios al final del dia. Estudia tu ritmo.
¿Eres una persona diurna o nocturna? Examina tu vida, y asigna
un tiempo especial para tu devoción personal.
Enumeremos algunos recordatorios para establecer una
vida de devoción:

l. Pídele a Dios que te impresione con esta necesidad. Cuéntale


que estás deseando tener una conexión más estrecha con él.

64
la vida de devoción de 1a esposa de putor

2. Estudia tu horario actual y revísalo, si es necesario. Necesi-


ta planificar su devoción personal.
3. Haz un pacto de devoción personal con Dios. Él puede dar-
te la fortaleza para mantener este pacto.
4. Cada tanto, evalúa tu tiempo dedicado a la devoción. Esto
evitará que quedes atrapada en una rutina aburrida o ritual.

Otros factores que influirán en tu tiempo de devoción in-


cluyen la estructura de tu familia. ¿Tienes bebés, niños pe-
queños o adolescentes? Si tienes bebés, quizá tengas que
dividir tu tiempo de devoción en cuotas. Una mujer que es
ama de casa puede tener un plan diferente de la esposa que
trabaja fuera de su casa. Tu programa de devoción debe ser
hecho a tu medida. Pon tu plan personal en funcionamiento, y
maximiza los beneficios. Pide a Dios sabiduría para dirigir tu
nueva resolución y promete tener devociones personales re-
gulares. Luego, reclama la promesa del poder de Dios para
mantenerlas.
Las herramientas básicas para nuestras devociones per-
sonales son la Biblia y un libro de meditaciones. A veces, un
hábito puede deteriorarse y convertirse en una rutina árida.
Queremos que nuestro tiempo a solas con Dios sea especial
y significativo. Queremos disfrutar de ese tiempo con él. Una
música suave puede ser efectiva para resaltar esta atmósfera.
También es útil una lista de oración. Hay tanta gente por la
cual deseamos orar que, a veces, nos olvidamos de un amigo
o pariente. Entonces, luego de levantarnos de nuestras rodillas,
tenemos que añadir una posdata a nuestra oración. Una lista
de oración es una ayuda maravillosa. Podemos dividir nuestra
lista en varias columnas, según las categorías de las personas:
cónyuge, hijos, familiares, colegas, personas que desees que se
salven, personas enfermas, los líderes del país, los líderes de la
iglesia y muchas otras categorías. Luego podemos anotar las
necesidades específicas de esas personas, por ejemplo: em-

65
Sorpresas de una vida fuera de 1o mmún

pleo, un cónyuge cristiano, éxito en los estudios, mejora en la


salud, libertad financiera, un hogar, libertad del temor, relacio-
nes familiares restauradas, orientación para definir la carrera a
seguir. Estos son solo ejemplos.
Nuestra hija Karen-Mae introdujo el método de oración del
calendario en nuestra familia. Funciona muy bien. Por ejemplo,
tu puedes elegir orar por fainiliares no creyentes los lunes, res-
tauración de la salud de tu cónyuge los martes, para que un hijo
regrese al Señor los miércoles, y así sucesivamente. Un calen-
dario de oración es algo útil en nuestra lista de herramientas de
devoción.
Diferentes versiones de la Biblia añaden variedad e, incluso,
claridad a nuestra lectura de la Biblia. Es una experiencia enri-
quecedora pasar tiempo comparando y entendiendo la Palabra
de Dios. También es estimulante la memorización de textos bí-
blicos. Repetir versículos de memoria durante el día nos man-
tiene en contacto con Dios.
A su vez, a muchas de nosotras nos gusta escribir diarios
personales. Un diario personal atractivo es un incentivo para
escribir nuestros pensamientos. Podemos redactarle cartas
a Dios, expresar nuestro entendimiento de su Palabra, regis-
trar nuestras victorias y esclarecer nuestros temores. Escribir
un diario personal nos ayuda a expresar lo que hay en nuestra
alma y, por ese motivo, queremos mantener nuestros diarios
en un lugar seguro y protegido de ojos espías e inquisitivos. Th
diario es tu libro de alabanza, acción de gracias y conversacio-
nes con Dios. Por lo tanto, un diario es un agregado maravilloso
a nuestras herramientas de devoción.
Es una buena idea mantener todos estos elementos para
nuestra devoción personal en un solo lugar. También son ne-
cesarios marcadores para resaltar, lapiceras, lápices y un cua-
derno de notas. Compra una simple canasta, que sea suficien-
temente grande como para contener todos o la mayor parte de
estos elementos y luego decórala con una tela hermosa, cintas,

66
La vida de devoción de la esposa de pastor

encaje o lo que tu creatividad te dicte. Cuando estés lista para


tu devoción, solo tienes que tomar la canasta y llevarla contigo.
Yo tengo la bendición de tener una hermosa canasta que mi
amiga Marta me preparó y me regaló hace muchos años. ¡Las
canastas de devoción personal son excelentes regalos!

La oradón como parte de nuestra vida de devoción


Se podría decir tanto sobre la importancia de la oración, que
no vamos a poder tratar el tema de forma adecuada en esta pe-
queña subdivisión de este capitulo. Sin embargo, es importante
tener en cuenta que la oración es una parte crucial de nuestra
vida de devoción. La oración es el pilar de nuestras vidas. Elena
de White dice: "La oración diaria es tan esencial para el creci-
miento en la gracia y aun para la misma vida espiritual, como el
alimento temporal lo es para el bienestar físico" (Mensajes para
los jóvenes, p. 112). Ella también se refiere a la oración como
el aliento de la vida. Asi como no podemos vivir sin respirar,
tampoco podemos mantener una vida espiritual saludable sin
la oración. No es extraño que el apóstol Pablo nos inste a orar
sin cesar.
A veces, perdemos el equilibrio en nuestra vida de oración,
y caemos en la tentación de orar solamente por nosotras mis-
mas. Luego, nos sentimos culpables y nos comprometemos a
orar principalmente por otras personas. Es muy fácil orar por
nosotras mismas: conocemos nuestras necesidades y debilida-
des y estamos familiarizadas con nuestros deseos. Por lo tanto,
tenemos una linda y larga lista de deseos por los cuales orar.
Sin embargo, es igualmente importante orar por otros. Este
hábito de la oración intercesora es necesario. Jesús dio el ejem-
plo: "Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los
que me diste; porque tuyos son" auan 17:9). Jesús elevó esta
oración intercesora por sus discípulos.
Las madres son conocidas especialmente por ser agentes
de oración intercesora. Hay muchas historias sobre el efecto

67
Sorpresas de una vida fuera de lo común

salvador de la oración de una madre. Hay una persistencia y


una sinceridad especiales en la oración de una madre. En El
hogar adventista, Elena de White apoya claramente el poder de
la oración de una madre: "Es imposible evaluar el poder que
ejerce la influencia de una madre que ora[ ... ) La influencia de
esos ruegos es para aquellos hijos una 'fuente de vida' " (p.
241). Hagamos el compromiso de orar por alguien cada día.

La oracion y el perdón
El perdón está tan conectado con la oración que debemos
tomarnos un tiempo para tratar este aspecto importante. El per-
dón no es solamente un regalo de Dios, sino también un requi-
sito previo para ir al cielo. El perdón no es fácil para nosotros,
ni es un atributo natural de los seres humanos. Estamos familia-
rizados con el dicho: "Errar es humano, perdonar es divino".
Hay dos condiciones que nos obligan a perdonar: ofender a
nuestros prójimos y ofender a Dios. Por lo tanto, si estamos en
alguna de esas dos categorías, necesitamos transitar el camino
del perdón. En cuanto a las razones para el perdón, hay tres que
son cruciales: el deseo de obedecer a Dios, el ejemplo de Dios
y nuestra disposición a recibir el perdón de Dios.
Algunos elementos importantes están estrechamente vin-
culados con el perdón: amor, misericordia, arrepentimiento y
voluntad. Puede ser muy revelador poner nuestra atención en
el elemento de la voluntad, y nos referimos a la voluntad de ol-
vidar. Olvidar no implica una pérdida completa de la memoria
ni un ataque de amnesia. Por el contrario, es una dilución de la
intensidad del dolor y la amargura que ha causado la herida.
Aunque la ofensa puede aún recordarse con un dejo de tristeza,
es sobrepujada con un sentimiento de paz y hasta de victoria.
También debe existir la voluntad de perdonarnos a nosotras
mismas. Con frecuencia parece más fácil perdonar a otros que
perdonarnos a nosotras mismas. ¿Cuántas veces nos hemos
recriminado continuamente por algo que hemos hecho? ¿Con

68
La vida de devoción de la esposa de pastor

cuánta frecuencia nos hemos odiado? Una vez que hemos lle-
vado nuestra culpa y nuestras malas acciones a Dios, y hemos
pedido su perdón, podemos aceptar el perdón de nuestro Pa-
dre y disfrutar de la libertad que obtenemos cuando perdona-
mos a otros.
¿Qué decir acerca de la disposición a llevar nuestras heri-
das a Dios? Me gusta la invitación: "Echando toda vuestra an-
siedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros" (l Ped.
5:7). Luego, debe haber voluntad de orar por el ofensor y de
reconstruir una relación con Dios. El perdón está vinculado al
espíritu de la voluntad.
Son varios los beneficios que se obtienen con el perdón. In-
cluyen comunión con Dios, restauración de las relaciones, me-
joría de la salud personal, paz que puede provenir solamente
de Dios, y la oportunidad de que Dios trabaje en nuestras vidas.
Sin embargo, por sobre todos estos beneficios, está la garantía
del perdón de Dios. En el Padrenuestro leemos: "Y perdónanos
nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nues-
tros deudores" (Mat. 6:12). Jesús explica claramente la impor-
tancia crucial del perdón: ''Porque si perdonáis .a los hombres
sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre ce-
lestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco
vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas" (Mat. 6:14, 15).
La conclusión es simple: vamos a tener que dejar de orar si
no queremos perdonar. Oramos porque creemos que Dios nos
escucha. Y Dios nos escucha ... a veces. Puede que preguntes:
''¿Dios nos escucha a veces? Yo creía que él nos escucha toda
las veces que oramos''. Bueno, escucha lo que la Biblia dice: ''Si
en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me
habría escuchado" (Sal. 66:18). Sigamos la secuencia de una
oración típica. Expresamos adoración y alabanza; luego, enu-
meramos las bendiciones de Dios hacia nosotros. Por supuesto,
le pedimos que nos limpie o, en otras palabras, que perdone
nuestros pecados. ¡Un momento! ¿Cómo vamos a pedirle per-

69
Sorpresas de una vida fuera de lo común

dón a Dios sin haber perdonado primero a nuestros amigos,


familiares y vecinos? Entonces, ¿para qué orar, si nadie nos va
a escuchar? Pero, mi amiga, queremos orar, necesitamos orar,
necesitamos perdonar y necesitamos disfrutar del perdón. Per-
donar no siempre es fácil, pero siempre es beneficioso. El per-
dón nunca es fácil, pero es divino.
La oración también es una fuente de poder. Jesús, el Hijo de
Dios, obtenía su poder de la oración. Las sesiones de oración
con su Padre, temprano por la mañana, y cuarenta días de ayu-
no y oración fueron fuentes de poder para Jesús. Luego de que
Jesús agonizara en oración con su Padre, en el Getsemani, ob-
tuvo poder para enfrentar el Calvario. La oración da esperanza;
la oración da poder.
Thmbién son una excelente idea las oraciones dedicadas
completamente a la acción de gracias. 'frata de tener una ora-
ción con nada más que agradecimientos. Evita la tentación de
deslizar un pequeño pedido o dos en una oración de agradeci-
miento. Solo agradece a Dios. Es una experiencia refrescante.

La alabanza en nuestra vida de devoción


Comprometerse con la oración es una experiencia excitan-
te. Es una pena que no ofrezcamos alabanzas profusas con más
frecuencia. Uno de mis vemículos favoritos es Salmo 119:164:
"Siete veces al día te alabo ..." ¿Qué tal si tomamos esto en for-
ma literal? Es un buen hábito para desarrollar el alabar a Dios
siete veces cada día. Inténtalo, y siente la diferencia.
Nota que hay una diferencia entre agradecer a Dios y ala-
barlo. Agradecemos a Dios por lo que él ha hecho por nosotros.
Lo alabamos por lo que él es. Alabamos a Dios porque es nues-
tro Creador, nuestro Redentor y nuestro Protector. Alabamos a
Dios porque es asombroso. En Testimonios para la iglesia, tomo
5, Elena de White dice: "Debemos ser [... ] constantes en [... ]
nuestras expresiones de gratitud hacia Dios por los beneficios
que nos brinda" (p. 252).

70
La vida de dewdón de la esposa de pastor

A veces, limitamos la lista de las cosas que Dios es. En su


libro El clamor de mi corazón, Arme Graham Lotz comparte una
lista enriquecedora de los atributos de Dios. Aquí hay algunos
pocos (pp. 47, 48):

• Es permanentemente fuerte .
• Es eternamente fiel.
• Es el Salvador del pecador.
• Es el aliento de vida .
• Es la clave del conocimiento.
• Es el camino a la felicidad .
• Es indescriptible .
• Es la puerta a la liberación .

El reconocimiento constante de quién es Dios llena nuestros


corazones de gratitud y paz. Un espíritu de alabanza es restau-
rador y terapéutico.

Tener una vida de devoción a pesar de los niños


"Me gustaría tener una vida de devoción, pero es muy dificil
con los niños". Muchas madres de niños pequeños expresan
este deseo; y es un desafio. Los niños pequeños son muy im-
predecibles. Justo cuando mamá piensa que el pequeño dor-
mirá hasta las siete de la mañana, el pequeño aparece en esce-
na a las 6:30, listo para la batalla. Entonces, mamá decide tomar
las cosas con tranquilidad. Pasará unos momentos con Dios
cuando el pequeño duerma siesta por la tarde. Ese es justo el
día en que la hermanita tiene dolor de estómago y, para cuando
mamá tiene un poco de tranquilidad, ya ha pasado la hora de
la siesta del pequeño. Mamá tiene que comenzar a preparar la
cena, mientras ordena otras mil cosas. ¿Qué pasó con el tiempo
para la devoción?
Susannah Wesley, la madre de Charles y John Wesley, tenía
quince hijos. Cuando sentía la necesidad de pasar un breve

71
Sorpresas de una vida fuera de lo común

tiempo con Dios, ponía su delantal sobre su cabeza. Ese era su


pequeño ''lugar'' de comunión con su Amigo. Sus hijos recono-
cían esto y se mantenían en silencio.
Quizá no puedas pasar grandes períodos de tiempo en
devoción personal si tienes hijos pequeños. No te desanimes.
Prueba tener pequeñas porciones de alimento espiritual en la
medida que se presenten. Igual recibirás la bendición y el refri-
gerio. Asegúrate de no rendirte a la desesperación, no dejes de
intentarlo. Jesús te ayudará. Él entiende tu corazón.
¿Adivina qué? Esos niños crecerán algún día, y tú podrás
reorganizar tu vida devocional sin tener que pensar en las
demandas de los queridos pequeños. Sí, los niños realmente
crecerán; pero ¿qué pasará contigo? Bueno, tú habrás crecido
también ... ¡convertida en una gigante espiritual!

72
"BriUil. brilla.
·estrellita'',.
. '

Una noche, una familia recibia visitas para


cenar. Una vez que todos estuvieron sentados
a la mesa, la anfitriona le dijo a su hijo de cinco
años, Mike, que pidiera la bendición por los ali-
mentos.
-¿Delante de todas estas personas? -protestó
Mike-. ¡No sé qué decir!
-No te preocupes, querido -le respondió su
mamá, tranquila-. Simplemente, dile a Jesús lo
que me has oído decir a mí.
-Querido Dios -comenzó Mike-, ¿por qué se
me ocurrió invitar a toda esta gente a cenar?
Quizá muchas de nosotras nos hemos senti-
do así algunas veces, cuando nos ha invadido la
presión de agasajar invitados. Cuando tenemos
visitas, queremos tratarlas de la mejor manera
posible, y esto nos cuesta energía, tiempo extra,
planificación e, incluso, dinero. Tememos tener
que transformar nuestra morada en un hotel cin-
co estrellas. Por supuesto, eso no es necesario y
no debería ser nuestra meta.

73
Sorpresas de una vida fuera de lo .común

Angeles en nuestra mesa


Hay dos formas extremas de manejar el desafio de agasa-
jar invitados. Podemos tener el coraje suficiente para enfrentar
la tarea abiertamente o podemos evitarla por completo. Mu-
chas de nosotras elegimos la primera, quizá.porque hay varias
situaciones de hospitalidad en la Biblia. La Biblia recomienda
la práctica de la hospitalidad. "No se olviden de practicar la
hospitalidad, pues gracias a ella algunos, sin saberlo, hospeda-
ron ángeles" (Heb. 13:2, NV1). Leemos la historia de Abraham
invitando extraños a su casa y ofreciéndoles su hospitalidad.
ResUltó que hospedó ángeles (Gén. 18; Heb. 13:2). Cuando Je-
sús y sus discípUlos estaban cansados y deseaban refrigerio y
compañerismo, visitaban el hogar de María y Marta, y disfruta-
ban de su hospitalidad.
Un día, cuando Jesús había estado predicando a las mUl-
titudes, notó que había pasado la hora del almuerzo, asi que
los alimentó Guan 6:5-12). Esa vez, un jovencito desempeñó el
importante papel de ceder su simple comida de cinco panes
de cebada y dos pequeños peces. La simplicidad de la comi-
da no impidió que la compartiera. Jesús bendijo el menú, y lo
aumentó. Los niños y los jóvenes deben ser animados a ser
hospitalarios.

¿Agasajo uhospitalidad?
El Diccionario de la lengua española define "agasajar" como
"hospedar, aposentar"; y la palabra "hospitalidad" como "bue-
na acogida y recibimiento que se hace a los extranjeros o visi-
tantes".
Dado que los conceptos de estos dos términos están tan ín-
timamente relacionados, con frecuencia son intercambiables.
Notamos que indican trato agradable, generosidad y amabili-
dad, en términos de velar por el bienestar y la comodidad de
los invitados. Algunas personas consideran "agasajar" como

74
"Brilla, brilla, estrellita"

algo más impersonal, mientras que la hospitalidad tiene una


connotación de un mayor grado de calidez, interés personal
y un deseo de conectarse: La Biblia usa ambas palabras. Para
nuestros propósitos, usaremos "agasajar" y "hospitalidad" en
forma intercambiable, reconociendo que lo más importante
para nosotras, las esposas ministeriales, es aceptar que tene-
mos el privilegio no solo de satisfacer las necesidades fisicas
de las personas, sino también sus necesidades sociales y es-
pirituales. La hospitalidad es una oportunidad para mostrar a
otros que nos importan y para compartir las bendiciones que
Dios nos ha dado. En otras palabras, la hospitalidad es realmen-
te un ministerio.

Me gustaría, pero...
Hay varias razones por las cuales muchas de nosotras nos
sentimos intimidadas frente a la idea de recibir visitas en nues-
tra casa:
No sé por dónde empezar. Comienza por tomar la deci-
sión de ser hospitalaria. Piensa en las bendiciones que Dios te
ha dado y comprométete a compartirlas. Luego, haz una lista
de las personas a las que te gustaría invitar a tu casa. Recuerda
a los ancianos, especialmente a los que viven solos. A los jóve-
nes, como en el caso de los estudiantes universitarios que están
lejos de su familia, también les gusta disfrutar de una buena
comida casera. Quizá quieras incluir a una flamante madre, a
alguien que atraviesa un duelo, a un recién llegado a la igle-
sia o a la ciudad, o a una pareja de recién casados. Por favor,
no excluyas a las personas con niños. Quizá necesites planear
algunas actividades para esos niños, más aún si son bastante
pequeños. Si tú misma tienes niños, puede ser útil organizar
algo para todos los pequeños.
Por sobre todo, presenta tus planes a Dios. Él te dirigirá y
te dará la sabiduría necesaria. Forma parte de su plan que
compartamos nuestras bendiciones. Dios toma nota de lo

75
Sorpresas de una vida fuera de lo común

que hacemos, y se complace incluso cuando damos un "vaso


de agua fría".
Mi casa no es sulicientemente buena. Ya sea que viva-
mos en una mansión o una cabaña, podemos ser hospitalarios.
Hay una hermosa historia en la Biblia sobre una mujer adinera-
da que no solamente insistió en agasajar al profeta Eliseo sino
también, junto con su esposo, construyó un cuarto de huéspe-
des y lo amuebló. Cada vez que el profeta pasaba por esa ciu-
dad, era bienvenido allí (2 Rey. 4:8-ll).
También está la viuda pobre de Sarepta, que hospedó a
Ellas y compartió lo poco que tenía. Dios la bendijo con una
interminable provisión de alimento. "Y la harina de la tinaja no
escaseó, ni el aceite de la vasija menguó" (1 Rey. 17: 16).
Hay unos pocos puntos básicos que son necesarios para
agasajar a las visitas: una casa limpia y ordenada, personas
amigables, algunas toallas para huéspedes, comida y conver-
sación agradable. La música suave mejora el ambiente. Trata de
hacer atractiva la atmósfera del hogar. Las sonrisas y la actitud
pacífica y sin apuro llevarán el mensaje: "Eres bienvenido aquí.
Estamos felices de tenerte". Esto les dará bienestar a los invita-
dos. Un agregado valioso es orar pidiendo la presencia de Dios
y de sus santos ángeles. Hace un tiempo, nos mudamos a una
nueva casa, en otro país. Mientras desempacaba y ordenaba la
casa, le pedí al Señor que hiciera de ella un pequeño refugio.
Por favor, rodea esta casa con tu presencia, Señor. Me gustaría
que las personas que vengan aquí sientan que sus preocupacio-
nes se desvanecen.
Dios respondió mi oración. Varias veces, mis amigos decla-
raron que disfrutaban paz y bienestar en nuestro hogar. Ima-
gina mi placer cuando un amigo comentó: "Gloria, tu casa es
como un refugio. Estar aquí me relaja y renueva''. Mi corazón
rebozaba de gratitud y alabanza a Dios.
Cuando agasajamos, no estamos preparando una exhibi-
ción de nuestras posesiones y habilidades. Nuestros hogares

76
"Brilla, brilla, estrellita"

no son vidrieras. Solo queremos que nuestros invitados sientan


la belleza de la presencia de Dios, a la vez que se sientan reani-
mados, tranquilos y renovados.
Mis muebles son demasiado viejos. Los muebles viejos no
nos descalifican para ser hospitalarios. A su vez, lustrarlos o cam-
biar los almohadones puede hacer la diferencia. Es una buena
idea cuidar nuestros muebles desde que los adquirimos. Unas
pocas reglas simples nos ayudarán a preservar nuestros muebles.
Podemos animar y enseñar a nuestros hijos a cuidar de los mue-
bles y otras pertenencias, incluyendo sus propios juguetes. Esto
no es solamente porque cuestan dinero, sino también porque es
un valor importante que debemos impartir a nuestros vástagos.
No podemos permitir que destruyan cosas descuidadamente.
Enséñales que uno debiera cuidar bien de sus posesiones, como
así también de las posesiones de otros. Entonces, cuando visi-
temos a otras personas con nuestros hijos, nadie se preocupará
porque llevemos una cuadrilla destructora con nosotros.
No estoy segura de saber todas las reglas de hospitalidad.
No estás sola: la mayoría de nosotras tampoco conocemos to-
das las reglas. Por eso las librerías abundan en literatura sobre
el tema. Muchas revistas, libros y CD dan consejos sobre lo que
es aceptable. Hay materiales muy conocidos, escritos por ex-
pertos. NancyVan Pelt ha escrito un libro excelente: Hospitalidad
creativa: Cómo transformar la hospitalidad en un verdadero minis-
terio, que está lleno de ideas útiles para agasajar con éxito. Hay
muchos sitios en linea que dan información sobre cómo poner la
mesa, cómo sentar a los invitados, cómo servir la comida, cómo
saludar y presentar a los invitados, etc.
No te sientas intimidada. Reúne la información poco a poco,
y te sorprenderá cuánto puedes aprender. Enséñales también
a tus hijos algunas de las reglas para agasajar. Anímalos a ayu-
darte a poner la mesa. Muéstrales fotos de mesas puestas. El
otro día, vi un juego de manteles individuales; el motivo del es-
tampado igualaba lo que llevaría encima. Todo lo que los niños

n
Sorpresas de una vida fuera de lo común

debían hacer era ubicar el tenedor, el cuchillo, cuchara, platos


y vasos sobre las figuras del mantel, y la mesa quedaba per-
fectamente puesta. Quizá quieras crear tus propios manteles
individuales usando esta idea. Eso ayudaría a tus hijos a poner
la mesa correctamente. Les encantará.
Otra idea es comenzar una clase de hospitalidad en tu iglesia.
Invita a un profesional a dar una o dos clases a un grupo de da-
mas de tu iglesia. Recuerda incluir a las damas jóvenes. Hay per-
sonas, en el negocio hotelero, que realizan estas presentaciones.
Es divertido aprender algunas cosas en conjunto; y luego podrás
enseñar a otros. Además, se desarrollará tu confianza propia.
No puedo cocinar bien. Muchas personas que son exce-
lentes cocineras comenzaron siendo solo capaces de hervir
agua. Asiste a una clase de cocina; recopila recetas. Puedes en-
contrar recetas en las cajas en los envases de alimentos. Con
frecuencia, los diarios y las revistas publican recetas, y algu-
nos programas de televisión y de radio enseñan a cocinar. Thn
siempre a mano papel y lápiz para aprovechar esas oportu-
nidades. Los sitios en línea de recetas también son una fuen-
te rápida. Si entras en www.google.com y escribes "recetas",
encontrarás cientos de sitios. Las recetas varían desde menús
para desayunos hasta cenas gourmet. Luego, comienza a prac-
ticar con tu familia, preparando platos simples y fáciles de ela-
borar. Gradualmente aumentarán tu habilidad y tu confianza. Y
un consejo: no experimentes una nueva receta cuando tengas
invitados. ¡Puede resultar un desastre si la receta no sale bien!
Haz una lista de platos que hayas preparado exitosamente,
domínalos y luego elige con confianza de esa colección, cuan-
do tengas que agasajar. Algunas veces, querrás asociarte con
una amiga cuando invitas personas Ci almorzar o a cenar. Elige
alguien que cocine bien y le guste agasajar. Encontrarás que tu
tensión se reducirá.
Me pongo muy nerviosa cuando tengo que agasajar.
Una forma segura de reducir este nerviosismo es planificar y

78
"Brilla, bri11a, estrellita"

preparar todo muy bien. Comienza con una lista de cosas que
necesitas hacer. Luego, tilda cada ítem a medida que lo vayas
completando. Th lista incluirá limpiar, revisar las toallas y la
vajilla, elegir un mantel y un centro de mesa simple (no tiene
que ser elaborado: un simple arreglo floral bastará). Pon la lis-
ta en la puerta de la heladera o de una alacena: esto te ayuda-
rá a no olvidar nada. Planifica tu menú, y realiza las compras
de acuerdo con él. Todo lo que se necesita es una comida
simple y balanceada. También es una buena idea averiguar si
tus invitados tienen alergia a algún alimento en particular o si
necesitan dietas especiales.
No querrás complicarte la vida con una sucesión de pla-
tos gourmet. Si lo deseas, ya algún día llegarás a ese nivel. Si
tus hijos son pequeños, tendrás que planificar con bastante
anticipación. Si no tienes ayuda doméstica, es un desafío re-
partirte entre preparar una comida para invitados y atender
a los pequeños. Planifica, planifica y planifica. Escribe noti-
tas para ti misma, a fin de no olvidarte nada. Luego, pidele
a Dios que te ayude y te bendiga en tus esfuerzos. Siempre
funciona.
Temo que la gente inspeccione mi hogar. Algunas damas
piensan que si una no tiene una casa de revista de decoración
no deberla recibir invitados. Esto es erróneo, y pone una carga
innecesaria sobre nosotras. Generalmente, nuestros hogares
están bien. Si mantenemos nuestros hogares, no deberiamos
estresarnos por cómo se ven. Aspiramos, quitamos el polvo de
los muebles, barremos, trapeamos, lustramos, limpiamos nues-
tros baños, cuidamos de las mascotas y estamos bien. Tratemos
de reducir la acumulación innecesaria de cosas, porque hace
que el hogar parezca un poco más acogedor. Recuerda a los
niños que guarden sus juguetes. No necesitamos preocupar-
nos: muchas personas están tan entretenidas disfrutando de la
hospitalidad que ofrece nuestro hogar que no se toman el tiem-
po de examinar si tenemos vajilla de plata o de acero inoxida-

79
Sorpresas de una vida fuera de lo común

ble, una alfombra persa o ladrillos decorativos. No es necesario


realizar un tour de la casa, tampoco. Las personas que aceptan
nuestra invitación para poder evaluar nuestra situación domés-
tica no son verdaderos amigos. Los invitados que se enfocan en
el estado de nuestros hogares, en vez de hacerlo en la calidez
de nuestra hospitalidad, se pierden la bendición. Y no debemos
dejar que ellos nos priven a nosotros de las bendiciones de
la hospitalidad. Los requisitos son limpieza, amistad, conversa-
ción agradable y un alimento nutritivo.
Es mucho trabajo. Sí, a veces lo es. Sin embargo, como
cualquier otra cosa, siempre hay una forma de ganarle al estrés
y reducir la cantidad de trabajo. Ten una provisión de productos
a mano para preparar comidas rápidas. Son salvadores culi-
narios: pasta, arroz, papas, sopas, vegetales congelados o en
latas, porotos, etc. Puedes confeccionar tu propia lista de cosas
para tener siempre. Asegúrate de reponerlas luego de usarlas.
Prepara algunos platos con anticipación, envuélvelos en plás-
tico y ponlos en el freezer. Yo aprovecho los fines de semana
con feriados para cocinar en grande. Con entusiasmo, atiborro
el frízer con muchos platos. Esto significa que, cuando tengo
visitas, esperadas o inesperadas, estoy preparada por lo menos
en el área de la cocina. Cuando cocines, asegúrate de preparar
la "papa extra". Esto significa cocinar un poco más de comida,
para estar lista ante cualquier huésped inesperado.
En lugar de realizar una gran limpieza de primavera cuando
esperas invitados, trata de mantener tu casa lo más ordenada
posible. Trata de ir limpiando, poco a poco distintas partes de
la casa. Es mucho más fácil que encarar todo en una sola vez.
Entonces, cuando recibas visitas, serán suficientes solo unos re-
toques aquí y allá.
Si sabes con anticipación que tendrás invitados, puedes pla-
nificar tus preparativos y ahorrarte algo de presión arterial. Por
eso, disipemos nuestros temores de prepararnos para recibir
invitados. No es tan aterrador.

80
"Brilla, brilla, estrellita'

Algunas alternativas
Puede ser que, a veces, nuestras circunstancias no nos per-
mitan recibir invitados en nuestro hogar. Puede ser que este-
mos viviendo temporalmente con otra familia. Quizá nos muda-
mos recientemente y todavía no hemos terminado de arreglar
la casa, o podemos estar en un período inusualmente ocupado
de nuestras vidas. Sin embargo, deseamos practicar la hospita-
lidad. Prepara una comida y llévasela a alguien. Nuestras hijas
y sus esposos tienen un sistema maravilloso. Además de invitar
gente a sus casas para almorzar después de la iglesia o para
cenar, preparan comida y la llevan en recipientes descartables
a los que están postrados en cama, enfermos, de duelo; perso-
nas que por alguna razón no pueden ir a sus hogares.
Las comidas "a la canasta" son otra manera de agasajar.
Cuando un grupo de personas ofrece hospitalidad, la respon-
sabilidad de la preparación es compartida y cada familia lleva,
por lo general, suficiente comida para ellos mismos y para al-
gunas personas más. En otros casos, una comisión de planifica-
ción asignará a cada persona con qué colaborar. Estas reunio-
nes pueden ser muy divertidas; con frecuencia hay abundancia
de comida y una gran variedad de platos. Otro beneficio de
las comidas "a la canasta" es la oportunidad de probar nuevas
recetas y conocer a los cocineros en persona. Estas comidas
pueden realizarse en la iglesia y ''pueden reunir a la familia de
la iglesia [... ] Un banquete que se ofrezca a quienes visitan la
iglesia puede ser una forma de evangelismo amistoso. Estas
comidas no solamente proveen una reunión social, sino tam-
bién sirven como una oportunidad de educación en nutrición",
aconseja NancyVan Pelt (Hospitalidad creativa, p. 189).
Otra idea es el entretenimiento al estilo picnic. Preparen una
comida adecuada al momento, y vayan a un parque; relájense y
disfruten de la naturaleza y la camaradería. Ni siquiera necesitas
ir a un parque. Puedes hacer un picnic en el fondo de tu casa si
el clima lo permite. Es muy divertido, y a los niños les encanta.

81
Sorpresas de una vida fuera de lo común

Uno de mis autores favoritos dice que hay mucha religión en


un pan. Hornea pan, envuélvelo con un mensaje de esperanza,
un folleto misionero o una pequeña tarjeta, y dáselo a las per-
sonas que viven en la calle. Te sentirás orgullosa de ti misma.

Cuando las visitas se hospedan en casa


Esto demanda más planificación. Si los invitados se quedan
imprevistamente, estaremos contentas de haber mantenido el
orden de nuestro hogar. Sin embargo, ya sea que se queden
a pasar una noche o por varios dias, hay algunas cosas que te
gustará tener listas:

• Juego extra de sábanas y toallas limpias.


• Jabón o gel de baño.
• Agua para beber en la habitación.
• Papel y lapicera.
• Una Biblia y/o un libro de meditaciones.
• Linterna o velas, en caso de corte de energía eléctrica.
• Trabas en las puertas del baño y de las habitaciones.

Ten algunos de estos elementos juntos en una canasta, bolsa


o cajón, o en cualquier lugar que esté a mano en cualquier mo-
mento. Te ahorrará la agonía de correr por toda la casa. Tam-
bién evitarás olvidarte de un elemento importante. ¡Solo imagi-
na a un invitado teniendo que esperar en el baño hasta secarse
con el aire, porque su anfitrión se olvidó de darle una toalla!
Aquí hay algunos elementos opcionales que a mí, en par-
ticular, me gusta tener disponibles:

• Apósitos para heridas pequeñas.


• Un espejo de mano.
• Un par de chinelas extras.
• Loción.
• Un cepillo de dientes extra.

82
"Brilla, brilla, estrellita"

• Una nota de bienvenida, ill1 cartel o alguna otra cortesía.


• Una luz de noche en el pasillo.

Evita que tus hijos estén entrando y saliendo de la habita-


ción de huéspedes. Explícales, amablemente, que tus invitados
necesitan privacidad, y que ellos también respetarán la privad-
dad de los niños. Asegúrales que la hospitalidad es ill1 proyecto
familiar. Hazles saber que cuentas con su ayuda, porque este
es otro evento especial en la vida de la familia.
Si los invitados comparten el baño con tus hijos, tendrás
que inspeccionarlo a menudo durante el día, para asegurarte
de que esté ordenado y limpio, especialmente si los niños son
pequeños. En muchos casos, los niños de la casa usan el baño
de sus padres cuando hay invitados, lo cual es illla buena idea.
Averigua cuándo deben irse tus invitados. Esto te ayudará
a planificar comidas y otras actividades. En este pilllto, puedes
informar a tus invitados los horarios de comidas en tu hogar, y
conversar sobre qué les puede convenir. Diles que deseas ser
lo más útil y servicial que puedas.
Si no hay habitación de huéspedes, tu invitado puede estar
muy cómodo durmiendo en el sofá. El sofá de illla familia ama-
ble puede ofrecer ill1 sueño profundo a ill1 viajero cansado. Aún
asi, es importante cuidar de la privacidad del invitado. Tam-
bién, debes recordar mantener los ruidos de la casa a ill1 nivel
mínimo, para no molestar el sueño del visitante.

Cuando todo terminó


Cuando todo haya terminado, tendrás ill1 sentimiento de sa-
tisfacción y querrás repetir la ocasión. Las sonrisas y la gratitud
de tus invitados quedarán grabadas en tu memoria. Sentimien-
tos de satisfacción y logro inillldarán tu alma.
Los principales ingredientes necesarios para hacer tu hos-
pitalidad exitosa son: el amor en tu corazón, ill1 poco de sentido
común y el compromiso de hacer feliz a alguien.

83
Sorpresas de una vida fuera de lo común

Tu hogar puede no ser un hotel cinco estrellas, pero la cali-


dez y la camaradería de tu hospitalidad serán un testigo pode-
roso de que tu hogar brillará como un estrella en tu comunidad.
El Cielo estará complacido. Y ¿quién sabe? ¡Puedes haber hos-
pedado a un ángel!

84
Tú eres la amanta····
de tu espOsó · ····· ·

Los horarios recargados, los muchos com-


promisos y los cuerpos cansados hacen que
a las esposas de pastores nos resulte fácil olvi-
darnos de que seguimos siendo las amantes de
nuestros esposos. Una amiga me confió qué, con
todas las exigencias de la vida pastoral, no po-
día darse el lujo de ser una amante. Se sentía tan
agotada que no le quedaba energía para derro-
char amor con su cónyuge. Me apresuré a con-
vencerla de que era peligroso omitir el ''lujo de
ser una amante''.
"Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere
debajo del cielo tiene su hora ... tiempo de amar, y
tiempo de aborrecer [... ] " (E el. 3: l, 8). Al mismo
tiempo que dedicamos nuestras vidas a servir a
los miembros de iglesia y a nuestra comunidad;
y que nos comprometemos a mantener nuestro
hogar limpio y agradable, a preparar comidas
nutritivas y a cuidar de los niños; definidamente,
debemos encontrar un lugar en nuestras agen-
das para amar a nuestros cónyuges romántica-

85
Sorpresas de una vida fuera de lo común

mente. Muchas esposas de pastores son leales, y apoyan a su


esposo porque quieren que tenga éxito y que suba con segu-
ridad la escalera de la excelencia. Frecuentemente, se habla
de la importancia de la contribución de una esposa al éxito de
un esposo. También, hay esposas cuya pobre influencia y frá-
gil apoyo son un cortocircuito en el progreso de sus esposos.
Luego, están esas esposas que se encuentran tan ocupadas con
tareas profesionales y domésticas que eluden el romance. Es
necesario un balance: trabajo, diversión y momentos románti-
cos para la pareja pastoral.

¿A quién le toca?
En Todo ministro necesita una amante, Eppinger y Eppin-
ger expresan el estado de muchas parejas pastorales: "Los
pastores aprendemos cómo realizar nuestras tareas en forma
profesional: asistimos a reuniones de junta, preparamos ser-
mones, conducimos los negocios de la iglesia, visitamos a los
enfermos, hacemos trabajo eclesiástico y nos involucramos
en interminables tareas propias de un ministro. Nuestros cón-
yuges también tienen tareas específicas que realizar y. con
frecuencia, funcionamos bien como una pareja en administrar
nuestros hogares, trabajar juntos en nuestra iglesia [... ] Para
que todo matrimonio sea realmente gratificante, la intimidad,
esa experiencia creativa y creciente que une a dos personas
emocional, mental, psicológica, espiritual y físicamente, debe
ser vital y central" (p. 16).
Estas son palabras muy poderosas. Las parejas pastorales
deben tomarse el tiempo de planificar juntos momentos ro-
mánticos. Somos bombardeados por muchos deberes y res-
ponsabilidades, y las cumplimos fielmente. Hacemos listas y fi-
jamos citas con anticipación. Atendemos las prioridades. Como
el dicho que afirma que "el que no llora, no mama", algunas
cosas en nuestras listas llaman nuestra atención. En el medio
de todo esto, ¿dónde está el romance en nuestro plan maestro?

86
Tú eres la amante de tu esposo

Una dama confesó que estaba al tanto de cuán hambriento


de romance estaba su esposo. Sin embargo, se negaba a sen-
tirse culpable porque ¡ella también estaba hambrienta! "Nun-
ca me trae flores o pequeños regalos de apreciación, así que
no voy a hacerlo sentir bien tampoco". Entonces, allí había dos
personas hambrientas, cada una esperando que el otro hicie-
ra algo primero. No pude evitar sonreír mientras reflexionaba
en las palabras de nuestro Señor, en Lucas 7:31 y 32: "¿A qué,
pues, compararé los hombres de esta generación, y a qué son
semejantes? Semejantes son a los muchachos sentados en la
plaza, que dan voces unos a otros y dicen: Os tocamos flauta, y
no bailasteis; os endechamos, y no llorasteis". ¿A quién le toca?
Trata de comunicar tus necesidades a tu cónyuge. Sean
abiertos y honestos el uno con el otro. Esto ayudará. Necesita-
mos admitir nuestra necesidad de intimidad, romance y amor
fisico. Hazte responsable por estar descuidando este aspecto
importante de la vida. Pero, no se planteen una sesión para
echarse culpas, sino más bien para planificar el pasar un poco
de tiempo regularmente concentrándose el uno en el otro. En
otras palabras, comiencen de nuevo. Así que, ¿a quién le toca?

Reavivando el fuego
Todos hemos disfrutado del calor y la belleza de un fuego
ardiente, en especial cuando hace frío. Sabemos de la impor-
tancia del combustible para mantener el fuego ardiendo. El fue-
go de nuestros matrimonios no puede mantenerse sin el com-
bustible del amor y el romance. Mary Somerville nos recuerda
lo siguiente: "Mujeres, ¿nos damos el tiempo para tener juntos
momentos íntimos, y les decimos a nuestros esposos cuán im-
portantes son para nosotras? Si estás muy cansada con frecuen-
cia, sería sabio ver qué otras actividades podrías suprimir de
tu horario o tratar de descansar, a fin de prepararte para esa
parte del día placentera y que unifica: estar junto con tu esposo.
También es apropiado pedirle fortaleza a Dios. Él te dará Su

87
Sorprasas de una vida fuera de lo común

fortaleza y energía para este aspecto sagrado de tu matrimo-


nio" (Siendo una con el pastor: Las lágrimas y los triunfos de un
matrimonio ministerial, p. 120).
En su libro Manteniendo viva la chispa: Cómo prevenir el agcr
tamiento del amor y el matrimonio, Ayala M. Pines enfatiza este
concepto de trabajar para mantener viva la llama del amor mari-
tal. Si no se le añade combustible, tarde o temprano se apagará.
El sabio Salomón declara: ''Sin leña se apaga el fuego, y donde
no hay chismoso, cesa la contienda" (Prov. 26:20). Tenemos que
hacer todo lo que podamos para mantener nuestros matrimonios
vivos y vibrantes. Cuando los fríos y crueles vientos de la crítica, la
hostilidad y las e)tpectativas no realistas nos hieran, los cálidos fue-
gos del amor, la intimidad y el compartir con el cónyuge pueden
entibiar nuestros corazones, y llenamos de paz, energía y placer.

Las necesidades de él
Nuestros hombres parecen tan fuertes y poderosos que, a ve-
ces, nos olvidamos de que tienen necesidades que anhelan su-
plir. Las mujeres no ocultan sus propias necesidades. Muchas ve-
ces hemos oído a una mujer quejarse: "¡A nadie le importo aquí!
¿Por qué nadie se da cuenta de que teng() necesidades?" Las
mujeres somos explícitas sobre nuestros sentimientos y sobre lo
que nos duele, pero con los hombres es diferente. Ellos no exte-
riorizan sus deseos y sus sueños. A veces, hasta que no notamos
una manifestación dramática, no nos damos cuenta de que están
expresando una necesidad no satisfecha. Anteriormente men-
cionamos las cinco necesidades principales de los hombres, de
acuerdo con una encuesta realizada por Willard Harley Eran las
siguientes, en orden decreciente de importancia:

• Satisfacción sexual.
• Compañía recreativa.
• Una esposa atractiva.
• Apoyo doméstico.

88
Tú eres la amante de tu esposo

• Admiración. (Lo que él necesita, lo que ella necesita:


Construyendo un matrimonio a prueba de aventuras
amorosas, pp. 183, 184.)

Satisfacción sexual
En uno de nuestros seminarios para parejas pastorales, una
señora expresó que estaba sorprendida de que un pastor tuvie-
ra la satisfacción sexual en un lugar tan privilegiado de su lista de
prioridades. Sentí alivio de que ella se diera cuenta de esto antes
de que fuera demasiado tarde. Un pastor es un hombre con las
mismas necesidades fisicas y emocionales que cualquier otro
hombre; por eso se casó con una mujer. Los hombres admiten
su necesidad de satisfacción sin somojarse; los pastores no son
diferentes. Por supuesto que no van a hacer escenas en el púl-
pito, gritando que están insatisfechos sexualmente. Sin embargo,
como esposas, tenemos que discernir lo suficiente como para
reconocer esta necesidad y estar dispuestas a satisfacerla.
La solución a los problemas sexuales maritales no está en
ningún manual: está en una relación amorosa, cariñosa y des-
prendida entre esposo y esposa. Otra ayuda para un ajuste ma-
rital exitoso es la educación. Muchas veces ha habido percep-
ciones distorsionadas que nos han acompañado a lo largo de
nuestras vidas. Los medios de comunicación, e incluso algunas
experiencias propuestas poco placenteras, pudieron haber
afectado nuestra visión del sexo.
Es útil recordar que nuestra sexualidad fue idea de Dios: "Y
creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó;
varón y hembra los creó" (Gén. 2:27). También, la Biblia apoya
el disfrutar de la intimidad marital. En Hebreos 13:4 leemos:
"Homoso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla".
Sabemos que aqui "lecho" no se refiere a los muebles del dor-
mitorio, sino a la intimidad marital. Una amiga mía me contó
que, cuando leyó este texto en la Biblia, ¡se sintió feliz porque la
liberó de sus sentimientos de culpa!

89
Sorpresas de una vida fuera de lo común

Claro que el plan del diablo es hacernos sentir culpables


por disfrutar del regalo de bodas de Dios para las parejas ca-
sadas. Satanás ha degradado el sexo y ha hecho circular com-
portamientos extremos en lo relativo a la intimidad sexual. O
bien hay un énfasis exagerado en el sexo o bien es ignorado.
Los cristianos creen en el equilibrio. Los cristianos felices son
seres bien ajustados social, fisica, espiritual e intelectualmen-
te. El apóstol Pablo denuncia muy claramente la omisión de la
intimidad marital en nuestras relaciones. El esposo y la esposa
deben entregar mutuamente sus cuerpos, voluntariamente y
por amor. "El marido cumpla con la mujer el deber conyugal,
y asimismo la mujer con el marido. La mujer no tiene potes-
tad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene
el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer. No
os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo
consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y
volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa
de vuestra incontinencia" (1 Cor. 7:3-5).
La infidelidad se atribuye frecuentemente a factores tales
como un compromiso exagerado con el trabajo, menor contac-
to con Dios, menor cantidad de tiempo en compañía del cónyu-
ge, como así también a la campaña infatigable de Satanás para
quebrantar los matrimonios. Sin embargo, descuidar la intimi-
dad sexual en la pareja pastoral puede llevar a la infidelidad.
Es una falsa ilusión que las parejas pastorales piensen que son
inmunes a los peligros de la infidelidad. En De corazón a cora-
zón con las esposas de pastor, Colleen Townsend Evans explica
que, en una sociedad donde la intimidad se valora pero rara-
mente se logra, "nuestros esposos-pastores, quienes son sen-
sibles, cariñosos e interesados genuinamente en los miembros
de iglesia, pueden encontrarse con que su calidez humana y
compasión divina es mal interpretada". Evans continúa: "Mu-
chas personas están necesitadas y los ministros, así como los
doctores, terapeutas y otros profesionales que prestan ayuda

90
Tú eres la amante de tu esposa

de algún tipo, son blancos vulnerables. Los pastores son espe-


cialmente susceptibles" (Lyne Duncan, p. 28).
Necesitamos ayudar a nuestros esposos a no ser presas
de la "mujer extraña". El sabio Salomón nos da un maravilloso
consejo que puede ser aplicado a nuestra necesidad de to-
mar en serio nuestro papel en la intimidad marital. "El hombre
saciado desprecia el panal de miel; pero al hambriento todo
lo amargo es dulce" (Prov. 27:7). No queremos que nuestros
esposos se arrastren buscando migajas de intimidad en las
mesas de otras mujeres. Hagamos un compromiso mutuo de
mantenerlos "satisfechos". Necesitamos proteger nuestros
matrimonios con pasión.
Dado que vivimos en un mundo de pecado, donde los ata-
ques de Satanás son crueles y constantes, habrá instancias de
fatalidades relacionales. Sin embargo, debemos orar fervorosa-
mente y trabajar duro para mantener vivos nuestros matrimo-
nios. Debemos apuntar a un abordaje equilibrado y sistemático
para preservar nuestras familias.
Cuando el amor genuino, manifestado en altruismo y ternu-
ra, está en los corazones de la pareja, se desearán mutuamente.
Eppinger y Eppinger comparten un pensamiento más sobre la
intimidad sexual: "A fin de profundizar la intimidad sexual, una
pareja necesita disfrutar del sexo en formas que alimenten su
amor. Un matrimonio es vital hasta el punto que hay una unión
de estas dos formas de intimidad: fisica y psicológica. La sa-
tisfacción de los apetitos de la personalidad de nuestra pareja,
particularmente sus necesidades sexuales, es extremadamen-
te importante'' (p. 71).
Hay mucha literatura cristiana sobre cómo disfrutar el re-
galo de la intimidad marital. Es una buena idea asegurarnos
los beneficios de estos materiales. Esto no solo nos ayudará en
nuestras vidas personales, sino también podremos compartir
consejos correctos con otras parejas, en nuestras congregacio-
nes o, incluso, en la comunidad.

91
Sorpresas de una vida fuera de lo común

¿Algo más?
Hay diversos gradós de conexión: un guiño, una somisa,
una palmada, un apretón de manos. Me gusta cuando Jansen,
mi esposo, me somíe. Esto puede parecer simple, pero me
da un sentimiento de calidez. El contacto físico no es el úni-
co medio de mantener vivo el fuego. La comunicación es ab-
solutamente esencial. ¿Con cuánta frecuencia compartimos
nuestros sentimientos o nuestras convicciones? ¿Cuándo fue
la última vez que apoyamos a nuestro~ cónyuges? ¿Verbali-
zamos nuestra admiración por ellos? Uno de los beneficios
de la buena comunicación es que conduce a una mejor amis-
tad con nuestros cónyuges. No es suficiente amar a nuestros
esposos; hablar y escucharse el uno al otro puede cons.truir
puentes. Nuestra comunicación puede abarcar un espectro
amplio, desde discusiones serias de negocios hasta conver-
saciones mundanas "sobre el clima" o compartir esperanzas,
temores y sueños.
Recuerdo nuestros primeros meses de matrimonio tan ví-
vidamente como si fuera ayer. No soy una persona que habla
mucho. Tiendo a ser más introspectiva. Por eso, durante los
primeros días de nuestro matrimonio. yo no expresaba mucho
mis sentimientos. Un día, mi esposo me preguntó si estaba dis-
frutando de nuestro matrimonio. Pensé que era una pregunta
extraña de su parte. ¿No había mostrado mi placer de estar con
él? ¿No estaba demostrando ninguna calidez de luna de miel?
¿Qué estaba haciendo mal?
"Bueno", explicó Jansen, "tu no hablas mucho. No sé real-
mente cómo te sientes".
Esto me sorprendió. Por primera vez, me di cuenta de cuán-
to me había sumergido habitualmente en mis pensamientos.
Necesitaba compartir más. Necesitaba verbalizar mis senti-
mientos. Realmente, no estaba casada con un profeta. Él necesi-
taba saber en qué estaba pensando, cómo me estaba sintiendo
respecto de mi nueva vida. A partir de ese día, me esforcé por

92
Tú eres la amante de tu esposo

ser más expresiva y comunicativa. ¡Ahora parece como si mi


esposo hubiera creado un monstruo parlante!
Realmente debemos esforzarnos en mejorar nuestra comu-
nicación con nuestros cónyuges. Vale la pena todo nuestro es-
fuerzo y energía. Los amantes deben comunicarse.

Compañerismo y recreación
Muchas parejas pastorales se consideran a sí mismas como
un equipo. Más o menos hace una década, una pareja miriisterial
joven se acercó a mi esposo y a mí, diciendo que querían con-
versar algo con nosotros. Yo no tenía idea de qué era ese "algo".
Bien, luego de los preámbulos, esta joven pareja expresó que
tenían un profundo interés en un ministerio en equipo. Ellos no
querían un ministerio fracturado. Querían trabajar juntos, com-
partir un interés parejo por las almas y ser reconocidos como
un equipo pastoral. Fue refrescante ver la sinceridad y el celo en
sus ojos jóvenes y comprometidos. El ministerio en equipo es el
objetivo de muchas parejas ministeriales.
En contraste con esta pareja, había una esposa de pastor
que se quejaba de que su esposo la dejaba "en las sombras"
respecto de su ministerio. Ella no tenía idea de los objetivos,
los logros y las desilusiones de él. Ella estaba presente flsica-
mente a su lado con frecuencia; sin embargo, sentía que era de-
jada afuera. "Lo que yo anhelo es sentirme parte del equipo",
explicaba. Parece que su esposo pensaba que la participación
de ella o bien no era necesaria o sería inefectiva. Necesitaban
comunicarse sobre este asunto.

Todo trabajo y nada de juego


Mientras muchas parejas trabajan juntos, descuidan el jugar
juntos. La familia que juega junta se mantiene unida; las parejas
que disfrutan de compañía recreativa disfrutan de un vinculo
refrescante. Trata de mirar el juego favorito de tu esposo jun-

93
Sorpresas de una vida fuera de lo común

to con él, o de compartir el interés por su pasatiempo y notar


cuán vulnerable se vuelve. Deja los quehaceres domésticos
por un rato y dale algo de "tiempo de juego". Te sorprenderás
de cuánto lo apreciará. Nuestros hombres necesitan que com-
partamos tiempo recreativo con ellos.
La compañia recreativa tiene sus ventajas. Esos momentos le
dan a la pareja la oportunidad de volver a presentarse el uno al
otro corno seres humanos ordinarios. Las máscaras profesiona-
les se quitan, y tú eres tu ser natural y relajado. Esta experiencia
es refrescante y revitalizadora.
Embarcarte en compañía recreativa con tu cónyuge reduce
las probabilidades de tener estrés y agotamiento. En Pastores
en un riesgo mayor, .Archibald Hart entrevista a H. B. London y
define la diferencia entre estrés y agotamiento: "El estrés es,
principalmente, un fenómeno biológico: demasiada adrenali-
na y demasiada presión. Estás acelerada, y utilizas demasiada
energia para realizar ciertas funciones. Tienes muchas fechas
tope. Y con frecuencia tienes muchos compromisos. El estrés es
la pérdida de combustible y energia que con frecuencia produ-
ce pánico, fobias y desórdenes de ansiedad" (p. 177, 178). Hart
continúa describiendo el agotamiento: "Agotamiento es más
vale una respuesta emocional. En el agotamiento, la víctima se
desmoraliza y sabe que las cosas no están yendo bien. Los de-
más no lo están apoyando. Comienza a perder la visión que
tenía del ministerio. Pierde la esperanza [... ]Una buena forma
de resumirlo es la desmoralización" (p. 178).
Al pasar tiempo libre con tu cónyuge, al jugar juntos y dis-
frutar de la compañia del otro, puedes reducir los niveles de
estrés y quizás evitar el agotamiento inminente. La extenuación
profesional no es el único tipo de agotamiento. También hay
agotamiento en las relaciones maritales, lo cual es un verdade-
ro dilema. La acumulación de estrés, la desilusión y los cambios
generales impactan en forma negativa en el matrimonio. Por
eso la compañia recreativa es de tanta importancia. Las pare-

94
Tú eres la amante de tu esposo

jas pastorales necesitan disfrutar del poder de resistencia de la


compañía recreativa. No discutimos que la "familia que ora jun-
ta permanece junta". Añade a esto: "La pareja que juega junta
se mantiene junta".

Compañero atractivo
Nuestros esposos se casaron con nosotras porque se sintie-
ron atraídos hacia nosotras. ¿Fueron arrastrados al altar patean-
do y chillando? Bueno, pienso que no. Los hombres son visua-
les y antes que descubrieran nuestras virtudes internas, existía
algo magnético respecto a nuestro aspecto exterior. Se llama
"envase". No necesitamos que se nos convenza de los efectos
del envase. La presentación es importante. Por eso ponemos
cuidado en presentar comidas atractivas a nuestra familia e in-
vitados. Elegimos comprar en ciertas tiendas por cómo se ven,
además de sus precios competitivos. Lo atractivo es atrayente.
A nosotras, las mujeres, nos gusta vernos y sentirnos atracti-
vas. A veces, nos dejamos estar, y argumentamos que estamos
demasiado ocupadas como para cuidarnos a nosotras mismas.
Sin embargo, nunca debemos darnos por vencidas con nuestra
apariencia. Debemos aferrarnos a nuestro compromiso con la
belleza y la atracción, no simplemente porque somos las espo-
sas de quienes somos, sino también por un significado mayor:
porque somos las hijas del Rey de reyes. Como realeza y como
embajadoras de Cristo, no podemos permitirnos ser descuida-
das con nuestra apariencia. Algunas de nosotras necesitamos
hacer un mayor esfuerzo que otras, pero no debemos perder
de vista nuestro objetivo de permanecer atractivas.
A nuestros esposos les gusta que luzcamos inteligentes, y
es razón suficiente para que hagamos el esfuerzo de ser atrac-
tivas. Puede incluir una buena mirada en el espejo. ¿Cuál es la
forma de mi cara? Mi peinado ¿me favorece o estorba? ¿Nece-
sito cuidar mejor de mi piel? ¿Qué hay sobre mi peso? ¿Está
amenazando mi salud y también mi apariencia? No debo ol-

95
Sorpt"esas de una vida fuera de lo común

vidar mi dentadura. Una hermosa sonrisa puede hacer mara-


villas en nuestra cara. ¿Cuándo fue la última vez que examiné
críticamente mi guardarropa? Decididamente, algunas pren-
das deben ser descartadas por su "valor" histórico. No somos
curadoras de un museo, no estamos en el negocio de la ropa
antigua. Los colores con que me visto ¿me favorecen? Si es po-
sible, realiza un examen de color. Si esto no es posible, toma
nota de las prendas y los colores que, al usarlos, te hacen reci-
bir elogios: esos son los mejores colores para ti.
No debemos limitar nuestra atracción a fuera del hogar. Las
mujeres deben hacer el esfuerzo de ser atractivas dentro del
hogar también. En El hogar adventista, mi autora favorita, Elena
de White, hace una acusación sorprendente contra las muje-
res que son descuidadas en su apariencia dentro del hogar.
"Cuando hacen su trabajo, las hermanas no deben vestir ropas
que les den el aspecto de espantapájaros. A sus esposos e hijos
les agradará aun más que a las visitas o a los extraños el verlas
vestidas con ropas que les sienten bien" (p. 227).
No abunda el dinero en la casa pastoral. Por lo tanto, las fa-
milias pastorales tenemos que usar el presupuesto en forma
inteligente y gastar con cuidado. ¿Cómo puede una mujer con
poco dinero o sin trabajo encontrar los recursos para hacerse
atractiva? Primero, haz el compromiso de preservar tu atractivo.
Segundo, elabora un plan para ganar o ahorrar dinero, a fin de
mantener tu apariencia. No estamos apoyando la extravagan-
cia; solo estamos recordándonos presentar nuestros cuerpos-
templos en un envase agradable. Lee e infórmate sobre tu tipo
de cuerpo, la forma de tu rostro o los colores que te favorecen,
y observa cuáles son las tendencias. Disfruta de tu búsqueda
de ser hermosa.
El encanto también nos hace atractivas. La belleza fisica no
es un requisito para el encanto. El encanto es una cualidad in-
definible que magnetiza, da calidez y revitaliza a cualquier per-
sona que está en su esfera. Irradia de la persona ''encantadora''

96
Tú eres la amante de tu esposo

y tiene una influencia suavizante en la persona que queda "en-


cantada". El encanto no es un barniz, sino una auténtica cuali-
dad de un cristiano. Toda mujer tiene una medida de encantos
de acuerdo con su propia personalidad.
Hay algunos misterios sobre el encanto. ¿Sucede o se apren-
de? El encanto es personal, y no puede ser copiado o se verá
falso. El encanto se compone de la mente, la apariencia, los
sentimientos, así como también del sentido de seguridad de la
persona. Aquí hay algunas características que nos llevan a ser
encantadoras:

• El arreglo cuidadoso.
• La apreciación de la naturaleza (la naturaleza suaviza y
refina).
• La organización de una misma (es dificil ser encantado-
ra y estar confundida al mismo tiempo).
• El hábito de hacer algo especial por alguien en forma
regular.
• La decisión de descartar los pensamientos negativos.
• El sentido del humor (esto incluye la habilidad de reír-
se de los errores propios).
• La sensibilidad hacia las necesidades de los demás.
• El compromiso de tratar a las personas como si fueran im-
portantes (recuerda que también son criaturas de Dios).
• La resolución de apreciarte y mimarte.
• La negativa a permitir que la gente dificil te vuelva horrible.

Resumiendo, la Palabra de Dios nos da una lista de ingre-


dientes del encanto: "En cambio el fruto del Espíritu es amor,
alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humil-
dad y dominio propio" (Gál.5:22, 23, NIV).
La belleza o la atracción no están circunscriptas a lo exterior
solamente. Vienen de adentro. Un corazón en el cual reina Jesús
producirá una abundancia de belleza; le pareceremos atracti-

97
Sorpresas de una vida fuera de lo común

vas a la gente. Cuando yo era una niñita, cantábamos el siguien-


te corito en nuestra Escuela Sabática:

Mora en mí la belleza del Salvador;


su pureza tener pueda y fervor.
¡Oh, divino jesús! Toma todo mi ser,
y que puedan en mí tu belleza ver.

El estar conectadas con Jesús, y pedirle que nos llene con


su Espíritu, embellecerá nuestras vidas, y seremos esposas
atractivas.

Apoyo doméstico
La cuarta necesidad de los hombres, de acuerdo con la lis-
ta de Willard Harley; es apoyo doméstico. No pensaríamos que
eso estaría en la lista de necesidades de un hombre. ¿No nos
quejamos las mujeres de que necesitamos ayuda con el trabajo
del hogar? Sin embargo, para un hombre, el apoyo doméstico
es más que ayuda fisica. No imagino que un esposo necesite
turnarse con su esposa para cortar el césped o para arreglar
la.cañería. Además de una casa limpia y comidas a tiempo, un
hombre anhela una atmósfera de paz en su hogar.
Phil estaba disgustado por el caos que había en su hogar.
Odiaba volver a su casa al final del día. Sí, amaba a su familia,
pero el ambiente caótico por poco lo volvía loco. Él describió
una tardecita memorable cuando llegó a su casa y se encon-
tró con una pava silbando en el fuego, un cachorro ladrando,
un niño de dos años tocando el tambor y un video infantil so-
nando a un alto volumen. Se tomó la cabeza con las manos, y
estaba a punto de comenzar una veloz retirada en busca de
paz y tranquilidad cuando se le acercó su esposa sonriendo.
"Querido", le comentó tranquilamente, "ha sido así la mayor
parte del día".
Estoy segura de que esta madre había soportado otras va-

98
Tú eres la amante de tu esp

riantes del tema del caos a lo largo del día. Probablemente,


hubo niños peleando o rezongando, y ellavarropas haciendo
ruidos extraños y amenazando con immdar el lugar. Parece
que las madres pueden soportar mejor este tipo de desafio.
Nosotras, las mujeres, marcamos el tono de nuestros hoga-
res. A todos nos gusta disfrutar de entornos apacibles; sí, tam-
bién a los hombres. Y ellos dependen de que nosotras le ofrez-
camos un ambiente placentero y sereno. Esta es una de sus ne-
cesidades. Es imposible para una persona crear serenidad en
el hogar. Tiene que ser un esfuerzo multidimensional de todos
los miembros de la familia. Si no podemos disfrutar de comodi-
dad en nuestros propios hogares, ¿dónde podemos ir? "Hogar,
dulce hogar" es todavía una situación deseable.

Admiración
Cuando estaba en el secundario, leila historia de Narciso,
quien era uno de los jóvenes más bellos de toda Grecia. Nar-
ciso sabia que era bello, y quería que todos admitieran y con-
firmaran su belleza. Le complacía particularmente cuando las
jóvenes solteras le decían que sus propias bellezas eran sobre-
pasadas por la buena apariencia de él. Un día, de camino a su
casa, Narciso y sus amigos se detuvieron en un lago para tomar
agua. Alli, en el lago, él vio el reflejo más hermoso que jamás
había visto. En realidad, era su propio reflejo, pero él no lo sa-
bía. Narciso se quedó allí por el resto de su vida, admirando
su reflejo y diciendo: ''Solo tu belleza podría superar la mia''.Y
solo su propia muerte lo alejó de su reflejo.
Aunque los hombres no son ni por lejos tan adictos a la ad-
miración como el mitológico Narciso, disfrutan la admiración.
No expresan abiertamente esta necesitad, pero les gusta ser
admirados. A nosotras también nos gusta ser admiradas y hala-
gadas. Sin embargo, ¿cuándo fue la última vez que le dijiste a tu
cónyuge lo maravilloso que pensabas que era? Quizás es bien
parecido. ¿Se viste bien? ¿Has reafirmado sus talentos? ¿Qué
Sorpresas de una vida fuera de lo común

tal hacerle saber cuán seguros se sienten tú y los niños cuando


él está en la casa? También puedes expresar tu admiración por
su dedicación a sus tareas y por ser un buen proveedor para la
familia. El último sermón que predicó quizás estuvo bien pre-
sentado y fue una bendición para muchos corazones, incluyen-
do el tuyo. ¿Se lo dijiste?
Es cierto que estamos muy ocupadas tratando de estar al
día con "adornos". Bien, tu cónyuge necesita de admiración.
Esto no es un lujo. Haz el esfuerzo. No debemos dejar de ver
la posibilidad de que exista alguna hermana querida que esté
llena de admiración por tu esposo, y que sea lo suficientemente
atrevida como para inundarlo de admiración.
Cuando está atrapado en la incomodidad de la fatiga y la
desilusión, una dosis de admiración puede aliviar el dolor. El
pastor necesita apoyo emocional y, cuando está en el pozo, es
probable que lo acepte de cualqtrier fuente. Las esposas pas-
torales no deben atreverse a arríesgar que sus esposos estén
hambrientos emocionalmente.
London y Wiseman, en Pastores en un riesgo mayor, hacen
la siguiente declaración esclarecedora: "No desconozcas esta
importante realidad: los pastorE)s son especialmente vulnera-
bles al apoyo emocional externo durante épocas de fatiga, frus-
tración y desaliento. Por eso, debe nutrirse, toda dinámica de
prevención posible que fluya de un matrimonio feliz" (p. 50).
Darles a nuestros esposos dosis regulares de admiración es
una "dinámica de prevención" que nosotras podemos y debe-
mos llevar a cabo.

¿Qué implica ser una verdadera amante?


Entonces, ¿tenemos que llevar a todos lados una lista de las
necesidades de nuestro esposo y correr febrilmente a su alre-
dedor tratando de satisfacerlas? Esto parece una tarea impo-
sible. La idea es ser conscientes de qué siente y necesita un
hombre. El conocimiento de estos factores puede servir como

100
Tú eres la amante de tu esposo

un mapa de ruta, para llevarnos a las expectativas y las vulne-


rabilidades de nuestros cónyuges.
Existen múltiples necesidades en un matrimonio. Los espo-
sos, y las esposas, tienen necesidades características. Las es-
posas no debemos tener miedo de identificar nuestras nece-
sidades y comunicárselas a nuestro esposo. Cuando estamos
comprometidos en entender las necesidades del otro, estamos
en el camino a la felicidad en el matrimonio. Nadie puede lle-
nar todas nuestras necesidades todo el tiempo, y nadie tiene la
energía, la voluntad o el deseo de hacer esto todo el tiempo:
solo Jesús puede satisfacer todas nuestras necesidades. Des-
cansemos en esta seguridad: ''Así que mi Dios les proveerá de
todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que
tiene en Cristo Jesús" (Fil. 4:19, NVI).
¿Qué significa el amor en un matrimonio? El amor en un
matrimonio no significa que hay ausencia de conflictos y des-
acuerdos. Es importante que la pareja se comprometa a tra-
bajar duro a fin de desarrollar las habilidades para manejar el
conflicto y el desacuerdo. A medida que pasan los años, la pa-
reja madura, y esta madurez trae consigo cambios. Esto no sig-
nifica que se diluya el amor. "El amor no es una estado mental
fijo", dicen Eppinger y Eppinger, "sino una interacción activa
y fluctuante entre dos personas cuyos sentimientos están con-
tinuamente desarrollándose, creando nuevas configuraciones
y modelos, reflejando tanto continuidad como cambio" (Todo
ministro necesita una amante, p. 76).
Un matrimonio solo puede triunfar con amor verdadero. En
Amor real en el matrimonio, Greg Baer declara: "El amor real
no es uno de los más importantes elementos en un matrimonio
feliz: es el más importante, por lejos" (p. 189). Ser una amante
verdadera involucra la voluntad de trabajar duro en la relación.
Esto resulta en múltiples beneficios. Hoy es un buen momento
para comprometerte en ser la amante de tu esposo.

101
RE~ laciones,
relaciones,
relaciones
;; r: ·:· · ''···:: e···.•

Más de una esposa de pastor ha luchado con


preguntas acerca de las relaciones. ¿Cuán ami-
gable debo ser con los miembros de iglesia? ¿Es
apropiado que tenga amigos cercanos? ¿Cuál
es el criterio recomendado para elegir amigos?
¿Qué sucederá si estos "amigos" resultan ser in-
fieles conmigo? ¿Cómo impactarán mis relacio-
nes en el ministerio de mi esposo?
¿Existe alguien que pueda vivir felizmente sin
amigos? Todos necesitamos con quién compartir.
Hay personas que afirman que no necesitan de
otros. Creo que esas personas se sienten solas y
ni siquiera se dan cuenta. Thmpoco es que uno
necesite de una barra de admiradores siguién-
dolo todo el tiempo para ser feliz. Todos hemos
escuchado de la posibilidad de sentirnos solos en
medio de una multitud. Las multitudes no nos dan
felicidad. Sin embargo, las relaciones excelentes
pueden ser muy valiosas. Dorothy Kelley Patterson
expresa hábilmente algunos de nuestros temores,
como así también la importancia de las amistades:

103
Sorpresas de una vida fuera de.lo común

"Los vínculos cercanos con otros son esenciales para todas


las personas, pero es dificil saber a quién confiar nuestros sen-
timientos y nuestras frustraciones( ... ] Todos compiten por citas
sociales, camaradería y conversación con el pastor y su espo-
sa. La soledad parece imposible en un ambiente tal; y sin em-
bargo, es inevitable cuando no construyes amistades íntimas
dentro del lugar en donde pasas la mayor parte de tu tiempo"
(Manual para esposas de ministro, p. 187).
No es deseable que nos obliguemos a creer que no debe-
ríamos tener amigos. El matrimonio pastoral, usualmente, está
viviendo lejos de su familia y sus amigos. Naturalmente, la es-
posa no disfruta de esas conexiones y, a veces, puede sentirse
muy sola. A menudo pasa cumpleaños, aniversarios y fiestas en
un entorno donde no hay familia. En esas ocasiones, nace en
nuestros corazones un anhelo de reconectarnos con nuestros
seres queridos. Sin embargo, ser una esposa de pastor no nos
obliga a cortar viejas conexiones o a resistir otras nuevas.
Dios nos hizo como seres sociales. Él quería que disfrutára-
mos de las relaciones. Por eso creó un mundo lleno de perso-
nas. Jesús tenía amigos. De hecho, también tenía algunos ami-
gos cercanos. En Juan 11 leemos sobre la enfermedad mortal
de Lázaro, el amigo de Jesús. María y Marta, hermanas de Lá-
zaro y amigas de Jesús, enviaron este mensaje urgente a Jesús:
"Señor, he aquí el que amas está enfermo" (vers. 3). La palabra
griega para amor traducida aquí no es ágape, sino phileo.
En muchas instancias del Nuevo Testamento, el discípulo
Juan es mencionado como el "discípulo a quien Jesús amaba"
(Juan 19:26; 20:2; 21:7, 20). La traducción de "amor" aquí tam-
poco es ágape sino phileo. Este es el amor que implica amistad.
Jesús no se limitó a las multitudes. Pero, a su vez, nunca perdió
la atención en su misión. Nuestro Señor conocía los beneficios
de apartarse de la multitud y tomar un tiempo de descanso del
servicio. Pasaba tiempo con unos pocos amigos íntimos, reno-
vándose para volver al torbellino del servicio.

104
Relacionas, relaciones, relacionas

Las parejas pastorales están constantemente dando y minis-


trando. Tendemos a poner los intereses y las necesidades de
nuestros miembros de iglesia por encima de nuestros propios
deseos. Sin embargo, nuestro llamado al servicio no significa
que seamos inválidos sociales o ermitaños religiosos. El Señor
de nuestras vidas quiere que disfrutemos de la vida y seamos
servidores felices y satisfechos. Quiere que nos riamos, que
celebremos y que nos gloriemos en nuestras tareas. Quiere
que nos regocijemos en nuestro ministerio. Cada una de no-
sotras necesita una o dos amigas especiales. Cada mujer es
única, y puede ofrecer su propio tipo de amistad a la esposa
del ministro. El desafio radica en nuestra elección de amigas.
Nuestro objetivo debería ser no formar grupitos cerrados; los
grupos cerrados levantan barreras y fomentan el prejuicio. Las
relaciones cristianas producen bienestar, afirmación y creci-
miento. Por lo tanto, es importante prestar atención al área de
las relaciones.
La verdadera amistad debe ser atendida y cuidada. Los ex-
tremos en las relaciones pueden ser dañinos. Una amistad salu-
dable no crece en una atmósfera de retraimiento e indiferencia.
Tampoco puede una relación sofocante florecer y transformar-
se en felicidad y regocijo. Debe haber un equilibrio. El sabio
Salomón presenta las dos puntas del espectro de una relación:
"No frecuentes la casa de tu amigo; no sea que lo fastidies y
llegue a aborrecerte" (Prov. 25: l7,NVI). Por un lado, vemos que
una frecuencia excesiva puede resultar en una relación cansa-
dora. Por otro, el sabio declara: ''El hombre que tiene amigos ha
de mostrarse amigo; y amigo hay más unido que un hermano"
(Prov. 18:24). Mantener amistades requiere energía, consisten-
cia y esfuerzo. Un ingrediente importante en toda relación exi-
tosa es el equilibrio.

¿Por qué las relaciones?


Estamos emparentados. Oramos "Padre nuestro, que estás

105
Sorpresas de una vida fuera de lo común

en los cielos". Esto significa que somos parientes. Somos her-


manos. Esta conexión es de Dios. Esto significa que somos de
la familia. Fue Dios quien estableció el concepto de las relacio-
nes. Por lo tanto, es nuestra responsabilidad estudiar la impor-
tancia de esos lazos humanos y entrenar nuestras habilidades
para preservar relaciones positivas. Hay ventajas definidas en
las relaciones. Ganamos apoyo emocional y espiritual de parte
de nuestros amigos. "Mejores son dos que uno: porque tienen
mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a
su compañero: pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá
segundo que lo levante" (Ecl. 4:9, 10).
Nosotras estamos orientadas hacia las relaciones. Nos gus-
ta compartir. Hablamos sobre nuestros hijos, nuestros cónyu-
ges, nuestros padres, nuestra niñez. Conversamos sobre moda,
nuestros hogares, nuestros sueños. Nos gusta compartir nues-
tros sentimientos en forma natural. Sabemos que tenemos que
cuidar lo que decimos y, como esposas de pastor, hay muchas
cosas buenas de las que hablar. Sin embargo, nuestro lema
debería ser la belleza en el hablar. Con frecuencia lloramos
juntas, y nos gusta reír juntas. Las mujeres oran juntas con fre-
cuencia. Necesitamos relaciones. Las mujeres fueron creadas
para interactuar socialmente. Dios nos hizo así.
Tener amigas contribuye a tener una existencia saludable.
Sabemos que las personas que viven en soledad mueren antes
que quienes no viven solos. Es por eso que se recomienda que
las personas de edad que no tienen compañeros tengan, por
lo menos, una mascota. Las relaciones sólidas son buenas para
nuestra salud. Las relaciones también pueden producir un cre-
cimiento social. Aprendemos los unos de los otros. Al asociar-
nos con otros, podemos mejorar nuestras habilidades sociales,
aprender secretos de cómo superar exitosamente dificultades
domésticas y ser inspiradas a explorar nuevos horizontes. A tra-
vés de estas asociaciones podemos ser mentoras de alguien.
Ser mentor o consejero es reconocido hoy en día como una

106
Relaciones, relaciones, relaciones

práctica valiosa. Sin embargo, no es algo nuevo. En Tito 2:4 y


5 dice: "enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos
y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa,
buenas, sujetas a sus maridos .. .'' Las mujeres de la casa pastoral
tienen una oportunidad maravillosa de ser mentoras, o conseje-
ras. Sin embargo, no podemos aconsejar a través de un abismo.
Tenemos que acercarnos; tenemos que tener una relación.

Cosas que dañan las relaciones


Es dificil que exista alguien que no haya experimentado o
visto el dolor que conllevan las relaciones rotas. A veces, las re-
laciones que comienzan placenteramente y con buenas inten-
ciones terminan estrelladas. El resultado es un corazón dolido
y la determinación de que nunca me ''agarren'' en una relación
nuevamente. La amargura y la decepción en las relaciones de-
jan a las personas devastadas y desilusionadas.
La deshonestidad daña las relaciones. Las relaciones her-
mosas florecen en una atmósfera de honestidad e integridad.
Necesitamos elegir amigos que no sean sospechosos en su
comportamiento o su forma de pensar. La pureza y la hones-
tidad embellecen la personalidad. La integridad es, también,
una virtud respetable. La integridad es admirable y cristiana; la
deshonestidad daña las relaciones. Es una descalificación para
una relación.
Los chismes destruyen. Realmente queremos estar lejos de
quienes cuentan chismes. Estar cerca de un chismoso es como
caminar sobre una capa de hielo muy delgada. Siempre está la
posibilidad de caer por una grieta en las aguas heladas de la
muerte de una relación. Los chismosos atrapan y engañan. Las
lenguas pueden ser peligrosas. No es fácil curarse del hábito
de contar chismes. Tampoco es fácil para las víctimas del chis-
me reponerse. El chisme daña las relaciones.
La falta de confidencialidad no conduce a relaciones exi-
tosas. No es fácil guardar un secreto. Con frecuencia la lengua

107
Sorpresas de una vida fuera de lo común

está deseando compartir información que debiera ser mante-


nida en forma confidencial. No todos encuentran fácil guardar
confidencias. Deb~mos probar el nivel de confidencialidad
de una persona antes de intentar compartir algunas cosas. De
hecho, en algunos casos, es mejor reservarnos ciertas cosas.
Nuestros pensamientos privados, opiniones, evaluaciones de
las personas, nuestras debilidades y las debilidades de nues-
tros cónyuges pertenecen a nuestros propios corazones. Es una
buena política compartir solo aquellas cosas de las cuales no
nos ruborizaríamos si fueran reveladas en público. Comparte
solo aquellas cosas que no provocarían una defensa tartamu-
deante de tu parte. La confidencialidad es un pilar sólido para
una relación exitosa. No son muchos los que poseen este don.
El espíritu de competencia socava las relaciones. Tiene
sus raíces en el pecado. Fue el espíritu competitivo de Luci-
fer lo que lo llevó a comenzar una rebelión en el cielo. No se
pueden ver las virtudes de los otros a través de ojos competi-
tivos. El espíritu competitivo es un espíritu inquieto. La perso-
na competitiva se alimenta de amargura, comparación y hasta
de comportamientos desviados. No hay ninguna belleza en el
corazón de la persona que rinde su mente al espíritu compe-
titivo. La amargura del espíritu competitivo amenaza no solo el
objeto de la competencia sino también destruye a quien per-
siste en esa actitud. Una persona que tiene un espíritu compe-
titivo no solo no es feliz, sino tampoco es sabia. Veamos lo que
el apóstol Pablo dice: "pero ellos, midiéndose a sí mismos por
sí mismos y comparándose consigo mismos, no son juiciosos"
(2 Cor. 10:12).
Siempre habrá alguien que sea más inteligente, bello y efi-
ciente. Nuestro deber es reafirmar y celebrar los talentos y vir-
tudes de otros. El espiritu competitivo lleva a la envidia y luego
al odio. La envidia se manifiesta en pensamientos tales como
''me gustaría tener lo que ella tiene'', y ''me gustaría que ella no
tuviera tanta suerte de tenerlo". En el caso de Caín, en la Biblia,

108
Relaciones, relaciones, relaciones

la envidia lo llevó al asesinato de su hermano Abel. Es mucho


mejor alegrarse por el éxito de otros que torturarnos a nosotras
mismas con envidia.
Dios nos dio talentos a todos. Debemos buscar esos talentos,
y refinarlos y mejorarlos a fin de bendecir a otros. En la medida
que recordemos que nuestro objetivo no es el ser mejor que
otros, sino el ser lo mejor que nosotros podemos ser, experi-
mentaremos felicidad. Esto es lo que Jesús espera de nosotros.
Él nos puede ayudar a desempeñarnos con excelencia. Así
que, no hay necesidad de alimentar un espíritu competitivo.

Reconociendo buenas relaciones


Hasta ahora hemos dejado en claro que los seres humanos
necesitamos disfrutar de relaciones. No es el plan de Dios para
nosotros que vivamos aislados y solitarios. Dios quiere que dis-
frutemos de una buena salud social. Quiere que seamos cris-
tianos felices. Con rostros felices y pasos rápidos, podemos ser
testigos poderosos para él. No quiere que nos estorben cora-
zones tristes y relaciones rotas. Quiere que seamos modelos de
un grupo de personas que se aman los unos a los otros.
¿Cuáles son algunas de las características de una relación só-
lida? Seriedad y sensibilidad son componentes valiosos de una
buena relación. Deseamos sentir el dolor de nuestras hermanas y
pensar acerca de lo que están experimentando. Con seriedad y
sensibilidad, nosotras pensamos y sentimos las unas por las otras.
La lealtad es otro signo de una buena relación. Un modelo
bíblico hermoso de lealtad se muestra en la amistad entre Da-
vid y Jonatán. Jonatán no permitió que el odio de su padre, el
rey Saúl, diluyera su amistad con Da:vid. Un amigo leal no nos
evita cuando nos volvemos poco populares. La lealtad pasa la
prueba de todas las fases de la vida. La lealtad prevalece cuan-
do estamos en el centro de atención del éxito o cuando esta-
mos sufriendo el desastre. "En todo tiempo ama el amigo, y es
como un hermano en tiempo de angustia" (Prov. 17: 17).

109
Sorpresas de una vida fuera de lo común

Toda relación tiene un precio. Una relación no solo merece


lo intangible, como el amor y la lealtad, sino también se basa en
las cosas tangibles. ¿Qué damos en una relación? Una manera
de preservar una relación es ser generosos. A veces, una tar-
jeta o una carta de aliento pueden embellecer una relación. En
otras palabras, no debemos olvidarnos de dar. Piensa en algo
para dar en tu relación. A la gente le gusta recibir. Debemos
recordar que las personas que reciben cosas son felices, pero
quienes dan son más felices. ''Más bienaventurado es dar que
recibir" (Hech. 20:35). Busquemos oportunidades para dar. A
veces, tenemos que practicar ese dar. Dar puede convertirse
en un hábito. Dar es maravilloso. Un regalo no tiene que ser
caro o exquisito: solo es necesario que provenga del corazón.
El dar bendice al que da. Pruébalo.
A las personas les gusta recibir apoyo. Esto no solamente
es necesario para que disfrutemos de la vida, sino también
para embellecer una relación sana. Todos disfrutemos de
ser apoyados. Di unas pocas palabras de apoyo a tus hijos
y verás cómo se iluminan sus rostros. Prueba apoyar a las
damas u otros trabajadores en tu congregación, y observa
cuánto más trabajarán. ¿Cuándo fue la última vez que apoyas-
te a tu cónyuge? El pastor necesita apoyo de su familia. Está
expuesto a tanta critica que unas pocas dosis generosas de
apoyo aliviarán su alma atormentada. Apoyar a alguien cada
dia es una buena manera de afianzar las relaciones. También
podemos brindar apoyo celebrando los éxitos y las victorias
de nuestra familia y amigos. Las celebraciones añaden color
y fuerza a nuestras relaciones. Por lo tanto, es importante ce-
lebrar en nuestras relaciones.
La conlidencialidad está presente en una buena relación.
Debemos ser capaces de guardar confidencias, y quienes ele-
girnos como nuestros amigos también deben pasar el examen
de la confidencialidad. ¿Cómo podemos saber si estamos sien-
do confidenciales? Aqui hay una prueba simple:

110
Relaciones, relaciones, relaciones

l. No lo digas si dañará o arruinará a una persona.


2. No lo digas si prometiste no repetirlo. (Nota: Si una perso-
na te confia que hará daño a alguien, incluida ella misma,
hazle saber que no puedes prometer guardarlo como un
secreto. Necesitas tomar los pasos necesarios).
3. Pregúntate: "Si repito esto, ¿ayudará a alguien o herirá a
alguien?

Ser discreto es muy dificil. Sin embargo, Dios nos ha pro-


. metido sabiduría y fortaleza para alcanzar nuestros objetivos.
Él también contestará tu oración: ''Pon guarda a mi boca, oh
Jehová; guarda la puerta de mis labios" (Sal. 141 :3).
Un espiritu perdonador es otro ingrediente esencial en
una buena relación. En relaciones estrechas es fácil herir y ser
herido. Algunas heridas calan en lo más profundo de nuestros
corazones. ¿Cómo podemos perdonar cuando hay heridas
emocionales que nos recuerdan lo que alguien nos hizo? El
perdón no significa que desarrollemos amnesia y olvidemos
completamente lo malo que nos hicieron. Cuando decidimos
perdonar, renunciamos a nuestro derecho de venganza; ya no
nos explayamos en las injusticias con sentimientos agudos de
enojo y dolor. Reclamamos la seguridad de que Jesús, quien
dijo "mía es la venganza", se encargará de la situación (Rom.
12: 19). Por ello, entrega tus heridas a él.
Dependiendo de la profundidad de la herida, los sentimien-
tos de perdón pueden no ser instantáneos. Sin embargo, el
tiempo ayuda en la cicatrización. En la medida en que vayamos
a Dios, él proveerá la curación que necesitamos. No tenemos
que sentirnos culpables porque el dolor no desaparece de la
noche a la mañana. Sin embargo, cuando hemos sido heridos
por alguien, finalmente debemos eventualmente superarlo,
como José en la Biblia, que fue vendido como esclavo por sus
propios hermanos. El Espíritu Santo nos ayudará a perdonar
genuinamente.

111
Sorpresas de una vida fuera de lo común

Podemos pedir a Dios que nos sostenga con su gracia,


para atravesar el sufrimiento (2 Cor. 12:7-10). Dios puede
darnos fortaleza ante cualquier situación. Es importante sen-
tir la urgencia del perdón, porque un espíritu no perdona-
dor puede volvernos amargas y horribles. A menudo, somos
nosotras las que tenemos corazones desfigurados, y nuestro
ofensor parece no estar afectado. Aun así no debemos per-
mitirnos ser muestras de amargura. El apóstol Pablo advier-
te: "Quítese de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y
maledicencia, y toda malicia" (Efe. 4:31). La orden de Jesús:
"orad por los que os calumnian" (Luc.6:28) también es muy
útil, no solamente para lograr el cambio en nuestros enemi-
gos, sino también para inundar de paz nuestros corazones.
Nos ayuda a desviar nuestra atención del dolor que nos in-
fligieron y concentrarnos en la tarea mayor que Dios está
tratando de hacer por nosotros.
No es necesario que retengamos nuestro perdón hasta que
el que nos ofendió lo busque. Esteban, el primer mártir cris-
tiano, oró pidiendo perdón para sus verdugos mientras estaba
siendo apedreado (Hech. 7:59, 60). Hay una libertad vigori-
zante que disfrutamos cuando extendemos perdón. La paz de
Dios inunda las cámaras de nuestra alma, y el espíritu vuela con
alas de júbilo. Necesitamos perdonar porque nosotras mismas
no podemos existir sin el perdón de Dios. Dios no perdonará
nuestros pecados si no nos perdonamos los unos a los otros.
Esto hace que nuestro espíritu perdonador sea crucial para
nuestra salvación.
Tenemos un Dios perdonador y misericordioso. Por eso po-
demos regocijarnos en la seguridad de que nuestros pecados
están perdonados, a través de la sangre de Jesús. No siempre
es fácil perdonar, pero siempre es lo correcto. Invitemos al es-
píritu perdonador a nuestras relaciones, y disfrutemos las ben-
diciones que seguirán.

112
Relaciones, relaciones, relaciones

Gracia y relaciones
Hay varios factores que se combinan para producir relacio-
nes sanas y felices, pero la gracia eclipsa todos los demás. Esto
es porque la gracia es un don de Dios. La gracia de Dios tiene el
poder milagroso de endulzar nuestras relaciones. Con frecuen-
cia, cantarnos sobre la "sublime gracia" de Dios. Esta gracia
puede estar presente en nuestras relaciones solamente si Jesús
es el centro. En su poderoso libro Capturado por la gracia, Da-
vid Jererniah dice que ''gracia es una palabra de seis letras que
con frecuencia se deletreaJ-E-S-U-S" (p. 21). Este elemento po-
deroso viene de Dios, quien nos salva, por gracia, a través de
Jesús. La gracia sazonará nuestras conversaciones. Controlará
nuestras acciones en general.
Nuestras relaciones pudieron haber sido inestables o tem-
pestuosas. Nuestra fe en los seres humanos pudo haber sido
sacudida. Pueden todavía acechamos los recuerdos de relacio-
nes rotas del pasado e impedirnos disfrutar de nuevas relacio-
nes. Hay poder sanador en la gracia. La gracia es restauradora.
No importa cómo pudo haber sido el pasado o, corno David
Jererniah comenta: "no importa lo que hemos hecho, no impor-
ta la profundidad de nuestra transgresión, la oscuridad de nues-
tros corazones: la gracia lo supera todo'' (p. 21).

113
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El otro día les pedí a algunas esposas de
pastor que compartieran conmigo dos de las
razones que tuvieron para casarse con un minis-

=

~

e
tro, y sus percepciones del ministerio antes de
casarse. Les pedí que me dieran una razón seria,
y otra no tan seria. Fue interesante observar que
muchas de ellas ni siquiera trataron de pensar en

" una pobre razón o percepción. Quería animarlas


a no tomarse la vida tan seriamente, pero casi me
sentí como si hubiera hecho un pedido sacrílego.
Me aventuré a dar mis dos razones: sentí que
podía contribuir al ministerio con mis talentos y
también he sentido siempre una pasión por el
servicio en la iglesia. Ellas esperaban sentadas
en el borde de sus sillas mi razón frívola. Yo te-
nía dos. Les conté que me sentía atraída hacia los
sombreros grandes y de lujo 2 • Mi posición como
esposa de pastor me permitiría ostentar un acce-
3
De acuerdo con la cultura del país de la autora, el buen vestir
implica el uso de sombreros, cuyos modelos deben ser acordes a
las circunstancias.-Nola de la editora.

115
Sorpresas de una vida fuera de lo comúr

sorio tan llamativo. A su vez, con las múltiples mudanzas de las


familias pastorales, tenía una oportunidad maravillosa de cono-
cer el mundo.
Cuando les pregunté sobre algunas cosas del ministerio
que les disgustara, compartieron con rapidez varias situacio-
nes, incluido el tema de ser invisible.

Puedes hacerlo aun cuando seas invisible


¿Cuándo fue la última vez que te sentiste invisible? Esto no
es dificil para la esposa de un pastor. ¿Qué significa volverse
invisible? Muchos de nosotros no lo planeamos, simplemente
sucede. Habiendo experimentado la invisibilidad yo misma,
entiendo bastante bien este estado. Me alegro de que no sea
permanente. Así es como sucede: el pastor y su esposa están
parados uno junto al otro. La gente lo saluda a él y la ignora a
ella. ¿Por qué? Porque ella es invisible.
Esto era algo que me resultaba dificil aceptar cuando era
una joven esposa de pastor. Ah, habia cosas invisibles que yo
hacía, como cantar, tocar el piano y dirigir el coro. Hasta incluso
daba pequeñas charlas. Abiertamente apoyaba a mi esposo y
al programa de la iglesia en general. ¿Por qué debía tener esta
invisibilidad?
Hubo momentos, debo confesar, en los cuales realmente de-
seé ser invisible, pero no tuve esa suerte. Para que una se vuel-
va invisible, se deben cumplir ciertos requisitos previos: una
mujer debe ser una esposa de pastor, debe estar en compañía
de su esposo y debe realizar distintas tareas sin su esposo. Esas
son las condiciones más favorables para la invisibilidad. Los lla-
mados telefónicos restan puntaje y la atención disminuye.
En este punto, ya habrás notado que estoy tratando con hu-
mor este tema de la invisibilidad. Esta era mi técnica de su-
pervivencia. Hay varias maneras de manejar el hecho de ser
desairada por los miembros de iglesia. He probado la mayoría
de ellas. Una puede disgustarse mucho y alimentar los sentí-

116
Tú puedes hacerlo

mientas de herida y dolor. Otra tentación es evitar a los huma-


nos. Hasta incluso se siente bien considerar el evitar asistir a
ciertos eventos en los cuales se pueda dar la invisibilidad. Con
algunos esposos, quejarse no ayuda. Unas cuantas mujeres me
lo han contado. ¿Cómo podría un agente permanentemente vi-
sible entender la adversidad de un ser invisible?
Me tomó algunos años aprender a lidiar con mi invisibilidad.
No podía entenderlo. La gente miraba directamente a través de
mí como si yo no existiera. Claro, yo era invisible, ¿recuerdas?
Un día asistí sola a la iglesia. Me encontré con un querido hom-
brecito en el atrio. Sin una sola palabra de saludo, me preguntó:
-¿Cómo está el pastor Trotman?
Esta vez, decidí usar mi voz invisible para hablar:
-Oh, no se preocupe. Yo estoy aquí.
Estaba haciendo un osado intento por disipar mi invisibilidad.
-¿Está bien el pastor Trotman?- insistió el hermano.
Yo estaba decidida a no permanecer invisible esta vez. Iba a
pelear por importancia. Estaba cansada de esta existencia etérea.
-Bien -respondí, sintiendo confianza en que mi cambio de
estado era inminente-, ¿cómo es que usted no pregunta por mí?
Una extraña inexpresividad cruzó su rostro como si hubiera
visto un fantasma. Por lo menos estoy comenzando a emerger y
convertirme en algo concreto, pensé.
-Bien, cuéntele al pastor que pregunté por él-fue el comen-
tario del hombrecito, a medida que se retiraba rápidamente.
Me sentí derrotada y disminuida.
-Sí, por supuesto -fue mi débil respuesta mientras daba la
vuelta con mis tacos invisibles y gritaba en forma inaudible en
mi corazón:
-¡Mírame, estoy aquí! ¿No puedes verme?
Reflexioné sobre este "dolor" en mi pecho por un largo
tiempo, especialmente, porque hubo muchas otras ocasiones
cuando sentí que nadie notaba mi presencia. Ni siquiera le hice
un comentario a mi esposo. ¡Tonta de mí!

117
Sorpresas de una vida fuera de lo común

Un día, entendí el hecho de que mientras yo era la invisible,


Jansen, mi esposo, no era omnisciente. Además, no era invisible
para él. Él no tenía forma de saber mi molestia a menos que
yo la compartiera. Yo estaba siempre en sus ojos y oídos. Final-
mente, compartí con él mi problema. ¡Qué diferencia hizo esto!
Fue como si alguien hubiera roto la varita del mago y nadie
pudiera hacerme invisible desde ese momento en adelante. Mi
esposo se aseguró de que siempre fuera presentada como co-
rrespondía y que se me hiciera sentir bienvenida. Ante la más
leve indicación de que no era tomada en cuenta por cualquier
persona que viniera a hablar con él, Jansen en seguida me pre-
sentaba. Una vez más, yo era carne y sangre a los ojos de los
miembros de iglesia. Era un buen sentimiento; y verbalizar mi
incomodidad a mi esposo ciertamente hizo la diferencia.
La próxima vez que alguien levante la varita mágica para ha-
certe invisible, no dejes que esto te incomode. No es tu culpa:
es culpa de ellos. Hazle saber a tu esposo cómo te hiere eso.
Pero asegúrate de que sea una conversación, no un monólogo
de quejas. Dile que, como parte del equipo, mereces ser trata-
da con cortesía y respeto. Anímalo a asegurarse de presentarte
y no dejar que seas desairada. Luego, continúa siendo la per-
sona dulce que eres. Esto no será invisible por mucho tiempo,
y tu ministerio continuará siendo efectivo.

Algunas personas te amarán


Hay ciertas personas que aman a la familia pastoral. Dios
ha puesto algunas personas en nuestro camino para que las
ministremos. Esto hace nuestro viaje más agradable. Muchas
de nosotras, creo, podemos recordar personas que siempre es-
tuvieron para apoyarnos en nuestro ministerio. Recuerdo muy
vívidamente a quienes hicieron nuestro viaje menos arduo gra-
cias a su amor, cariño y oraciones.
Es fácil explayarse en las penurias del ministerio. Hay mu-
chas personas que nos critican y que nos hacen la vida dificil.

118
Tú puedes hacerlo

Sin embargo, no debemos permitir que los pensamientos ne-


gativos dañen nuestra felicidad. Aún cuando hay quienes pare-
cen decididos a hacer nuestras vidas miserables, también hay
ángeles de misericordia. Debemos buscar a esas personas, y
apoyarlas y agradecerles. También necesitamos orar por ellos.
Algunos nos aman por cosas que hemos hecho por ellos, otros
nos aman desde el comienzo, incluso antes de conocernos
realmente. Nos aman porque somos la familia pastoral.
Otros han llegado a amarnos. Han trabajado y jugado con
nosotros. Quizás hemos sido su apoyo en momentos de crisis.
Quizá los hemos ayudado con bodas, reuniones familiares y
bautismos. Nuestros esposos quizás oficiaron en los funerales
de sus seres queridos. Ellos nos aman.
Hay cosas que podemos hacer para mostrar que valoramos
el amor de estas personas. Haz algo especial para ellos. Recuer-
da sus cumpleaños, sus aniversarios y los eventos especiales de
la vida de sus hijos.l.Jámalos por teléfono y diles que aprecias su
cariño, cuéntales que estás orando por ellos. Finalmente, agrade-
ce a Dios por los miembros de iglesia que te aman.

Algunas personas no se levantarán y te llamarán bendita


A pesar de lo virtuosas que podamos ser, los críticos siem-
pre harán una campaña sobre nosotras. Hay dos razones prin-
cipales para esto: no a todos les gustaremos y todas tenemos
nuestras debilidades
Aun si fuéramos perfectas, igual habría gente que nos des-
preciaría. Jesús fue despreciado, así que estamos en buena
compañía. Las personas pueden detestarnos por diferentes ra-
zones o por ninguna razón aparente. Conozco a una joven que
odiaba a su compañero de clases porque se parecía a su padre
abusivo. Otra niña deseaba que su compañera de pieza murie-
ra, porque era hermosa. Una joven mujer confesó que odiaba
a su prima porque todavía era virgen. Las personas odian por
muchas razones diferentes. Algunas personas disfrutan en ha-

119
Sorpresas de una vida fuera de lo común

cer sentir miserables e incómodos a otros. Todas estas manifes-


taciones son el resultado del pecado y de las intervenciones de
Satanás, el autor de la discordia.
En el ministerio, como en otras áreas, habrá múltiples críticas
dirigidas al pastor y a su esposa. No ayuda debilitarse ante el
calor de la crítica. Sabemos que la crítica nunca es bienvenida, y
casi nunca es expresada en forma agradable. Sin embargo, hay
algunas cosas que podemos hacer ante la crítica. Una forma de
lidiar con el criticismo es hacernos las siguientes preguntas:

• ¿Hay algo cierto en esta crítica?


• ¿Cómo estoy contribuyendo a esto?
• ¿Cómo puedo superar esta crítica?

Si no hay nada de cierto en la crítica, y es inftmdada y malicio-


sa, de todos modos debemos ser cuidadosas de no dar ni siquie-
ra una aproximación a justificarla. No dejes que te torture: Jesús
nos vindica. A veces la crítica, aunque sea inftmdada, puede ser
una advertencia temprana que nos salve de un peligro inminente.
Si hay un elemento de verdad en la crítica y nosotras esta-
mos contribuyendo a ella, entonces, necesitamos evaluar nues-
tras acciones muy cuidadosamente. Puede ser de ayuda tener
una persona objetiva que nos indique nuestras fallas, para que
podamos comenzar a trabajar a fin de corregir nuestro com-
portamiento. Una forma efectiva de superar esta crítica es mos-
trar un cambio en la conducta. No debemos dejar que la crítica
nos torne amargadas y horribles, pues eso menguará nuestra
influencia cristiana.
Necesitamos recordar que, aun cuando cambiamos nues-
tro comportamiento, los recuerdos de la gente perduran. Jesús
perdona y no recuerda nuestro pasado, pero los humanos, aun-
que afirmen haber perdonado, no olvidan. Nosotras tenemos
que reclamar el poder purificador de Dios y su promesa de
que restituirá "los años que comió la oruga" Goel2:25).

120
Tú puedes hacerlo

Momentos con Dios


No podemos ser exitosas sin la fortaleza que proviene de
Dios. A veces, nuestras ocupadas vidas llenan los preciosos
momentos que podríamos pasar en compañia de nuestro Padre
celestial. Esto es triste. Una esposa de pastor necesita caminar
y hablar con Dios diariamente. Este es su mejor método para
sobrevivir. Solo el tiempo pasado con Dios puede sostenernos
cuando las cosas parecen oscuras y aterradoras; cuando nues-
tros corazones están apesadumbrados y nuestras mentes están
nubladas con la desilusión, el dolor y la frustración. Hay una paz
que disfrutamos luego de pasar tiempo con Dios.
Dios hizo a las mujeres con una necesidad de conectarnos
con él. Quizá por eso muchos movimientos de oración son ini-
ciados por mujeres. Con frecuencia, oímos sobre grupos de
oración, desayunos de oración y vigilias de oración organiza-
dos por mujeres. Muchas de nosotras tenemos compañeras de
oración y llevamos un diario de oración. Dios nos hizo así. Él
anhela encontrarse con nosotras en nuestros momentos de cal-
ma. En esos momentos, podemos escudriñar nuestras almas
y buscar limpieza. Meditar en el Salmo 51 es un ejercicio de
limpieza que puede ser muy útil.
Es fácil tratar de realizar nuestras acciones con nuestra pro-
pia fuerza. Los compromisos en la iglesia y la comunidad lle-
nan nuestros horarios y demandan mucho de nuestro tiempo.
Entonces, a veces, olvidamos que necesitamos tiempo para la
limpieza. Las mentes y los corazones atascados estorban el de-
rramamiento del Espíritu Santo en nuestras vidas. No podemos
permitir esto. Debemos detenernos, y pedirle a Dios que nos
diga quiénes somos realmente. Necesitamos pedir perdón por
nuestros pecados. Necesitamos perdonar a otros.
El ministerio puede ser agotador. Los desafios y los com-
promisos pueden debilitarnos. Muchas personas dependen de
que nosotras les demos ayuda y apoyo. Nosotras mismas ne-
cesitamos de fortaleza. Es como ir a una estación de servicio.

121
Sorpresas de una vida fuera de lo común

Allí, los conductores de taxis están más tiempo que otros con-
ductores. Muchos de ellos llenan sus tanques. Otros conducto-
res también tienden a cargar suficiente combustible como para
poder seguir andando. Imagina a un conductor de taxi que lle-
va pasajero tras pasajero a sus destinos. Está tan comprometido
con su trabajo que no se toma tiempo para recargar combusti-
ble. En algún momento, su taxi se detendrá; y quizá se detenga
en una intersección muy transitada.
No podemos estar dando constantemente, sin recargar. De-
bemos llenarnos, si vamos a servir. En la presencia de Dios hay
fortaleza para la renovación. No nos privemos de esta bendición.
Me gusta la oportunidad que nos dan nuestras devociones
privadas para cimentar nuestra relación con Dios. Cuanto más
nos encontramos con él, más cerca estamos de Dios. Solo en-
contrándonos con Dios frecuentemente podremos desarrollar
intimidad con él. Disfrutamos de una dulzura especial al estar
en comunión con él. Jesús llega a ser un Amigo para nosotras.
Podemos contarle grandes cosas y pequeñas cosas. Se vuelve
cercano, real y querido para nosotras. La conexión con Dios es
la máxima relación.
Pasar tiempo con Dios nunca queda sin recompensa. Nues-
tro objetivo debiera ser hacer todo lo que podamos para dis-
frutar esos maravillosos y bendecidos momentos con Dios.
Nuestra fortaleza se renueva. Nuestra misión se clarifica. Nues-
tro propósito se redefine. Ahora nos sentimos preparadas para
enfrentar cualquier desafio. Por ello, no hay necesidad de sen-
tirnos socialmente insatisfechas en nuestro ministerio. Dios está
de nuestro lado, y él dirigirá nuestros pasos.

122
-Ya no eres cliftl'tida, )1mie -la acusó su marido.
1· Estas palabras atormentaron a esta esposa

1· . trabajadora mientras trataba de analizar la decla-


ración. Mi esposo me encuentra aburrida. Trato de
que las cosas vayan bien en nuestro hogar. Cocino,

1'·
l.
'
limpio, cuido a los niños y cumplo con los com-
promisos. 'Jambién trabajo fuera del hogar en una
tarea muy demandante, para redondear nuestros
ingresos. Ahora 'ya no soy divertida''. Este no es el
premio que estaba esperando recibir.
Junie, una mujer profesional, estaba en la últi-
ma parte de los cuarenta años de edad y traba-
jaba en una gran empresa. Su esposo había su-
bido la escalera del éxito en su carrera pastoral,
y juntos mantenían un exitoso estilo de vida de
clase media. Sus hijos eran típicos adolescentes
activos, que asistían a un colegio privado y que,
de alguna manera, lograban mantenerse fuera de
problemas. El hogar parecía feliz. Sin embargo,
mamá "ya no era divertida".
Además de las responsabilidades domésticas

123
Sorpresas de una vida fuera de lo común
. ~~

regulares, el horario de Junie estaba sobrecargado. Los chicos


tenían sus propios compromisos, que involucraban el "Servicio
de Taxi SuperMamá" de Junie. Había clases de piano y ensayos
de banda, clases de natación y de gimnasia. Todas estas acti-
vidades devoraban cinco tardes cada semana. Hasta los fines
de semana estaban completos. Con frecuencia:; los niños tenían
que participar de campamentos o se involucraban en proyec-
tos voluntarios. La vida era un carrusel cruel, y Junie "ya no era
divertida". ¿Cuál era la razón para ello?
Junie se dio cuenta de que, frecuentemente, sufría de fati-
ga. Luchaba con dolores de cabeza frecuentes y se enfermaba
muy seguido. Una mirada más detenida a sí misma reveló que
su espíritu alegre se estaba desvaneciendo y, a veces, su estó-
mago se anudaba sin razón aparente. Se..arrastraba fuera de la
cama cada mañana, y emprendía el camino a su trabajo. Por las
noches, se derrumbaba en la cama como una masa exhausta.
Día tras día, la vida parecía carecer de sentido. Su cumpleaños
número cuarenta y ocho estaba cerca, y también su men0pau-
sia. Ella temía que su vida estuviera girando fuera de control.
Con frecuencia, Junie estaba llorosa e irritable. Estos sentimien-
tos la alarmaron tanto que visitó a su médico.
¡Entonces se enteró de algo espantoso! Estaba peligrosa-
mente hipertensa, tenía sobrepeso y se balanceaba al borde
del agotamiento fisico. Su médico le hizo ver que su horario de
actividades era demasiado demandante y que necesitaba ami-
norar el ritmo. "Excluye algunas de tus actividades", le acon-
sejó el médico. "Aprende a limitar tus compromisos, y búscate
algún pasatiempo. ¡El estrés te está matando!"
La historia terminó con felicidad. Hoy Junie es una persona
diferente.

Esa cosa llamada estrés


El estrés es definido comúnmente como el desgaste de
nuestro cuerpo. En Guía del completo idiota para manejar el es-

124
Estrés, estrés; estrés por todos lados

trés, Davidson define el estrés como "la reacción psicológica y


fisiológica que tiene lugar cuando tú percibes un desequilibrio
en el nivel de las exigencias que recibes y tu capacidad para
satisfacer esas exigencias'' (p. 18). La presión constante de las
exigencias de la vida nos pesa grandemente, y nos agotamos
y nos sentimos vulnerables. Quizás estamos enfrentando un
desafio, y luchamos con nuestra habilidad para enfrentarlo y
ganar.
Si hay alguien proclive al estrés y a las presiones, es la espo-
sa del pastor. La revista People (31/3/06) cita a Kenyn Cureton,
un pastor casado y terapeuta familiar de Tennessee, que da las
razones para las presiones sobre la esposa del predicador. Se
espera que ella sea ''una anfitriona amena, una buena cocinera,
una buena ama de casa y la madre de niños que se comporten
correctamente". Cureton continúa: "La gente te escudriña a ti
porque eres la primera dama de la iglesia. Cada miembro de la
familia está bajo el microscopio''. Cureton estaba comentando
un asesinato ministerial en los Estados Unidos, que conmovió
a todo el país. Cureton, quien ha aconsejado a muchas parejas
pastorales, ha notado que el estrés en el ministerio tiende a lle-
var al divorcio, a la separación, a la dependéncia de sustancias
químicas e, incluso, al suicidio.
Auerbach y Grambling definen el estrés como "una serie
de cambios que experimentan las personas en situaciones que
consideran amenazantes para su bienestar. Estos cambios in-
cluyen excitación fisiológica, sentimientos subjetivos de inco-
modidad y comportamientos extremos" (Manejo del estrés: Ba-
ses psicológicas, p. 3).
Las situaciones, los eventos o las circunstancias que causan
estrés se llaman estresores. Los estresores pueden ser agudos
(eventos breves) o crónicos. Los estresores crónicos continúan
por períodos extendidos de tiempo, sin una definición clara de
su comienzo o terminación.
El estrés no siempre es malo. Hay estrés bueno (eustress) y

125
Sorpresas de una ·vida fuera de lo común

estrés malo, llamado generalmente distress. El estrés bueno es


el que nos hace seguir detrás de un objetivo o proyecto en par-
ticular. Quizás estemos planeando una boda, la construcción
de un templo o una gran limpieza. Quizá tengamos una serie
de seminarios que presentar o un examen que rendir, por lo
que trabajamos duro para lograr el éxito. El estrés bueno nos
provee el estimulo, la energia y la exigencia necesarios para
perseguir nuestros objetivos y buscar el desarrollo.
El estrés malo nos vuelve ansiosos e irritables. Es la reacción
ante el peligro, conocido o percibido. Es nuestra respuesta a la
presión. Nuestra respuesta causa cambios fisiológicos y psi-
cológicos en nuestras actitudes y comportamientos. El estrés
malo es una seria amenaza para nuestra salud. Las personas
reaccionan en forma diferente ante las circunstancias. El mismo
estimulo puede desencadenar distintas reacciones en diferen.,.
tes pemonas. La circunstancia que estresa a una pemona puede
no perturbar a otra. Hans Seyle, quien es llamado "el padre del
estrés", observa que "no es el evento, sino tu percepción del
mismo lo que hace toda la diferencia''.

Estrés, peculiar en las mujeres


Las mujeres de la actualidad enfrentan múltiples causas de
estrés. Esto incluye cuidar de los niños, cumplir con fechas li-
mite, lidiar con su esposo y trabajar fuera del hogar. Randy y
Nancy Alcorn hacen una lista de una cantidad de estresores que
enfrenta una mujer:
"Hoy en dia, la madre de niños en edad escolar necesita las
habilidades tácticas de un mariscal de campo. Ella debe tener
listo a Jimmy para ir a la escuela a las 8 y estar disponible en
caso de que la persona encargada de llevarlo esté enferma o
no pueda arrancar su auto. Jenny asiste a una escuela diferen-
te, que comienza a las 8:30, pero el ómnibus escolar pasa a
las 7:45. Johnny va a la escuela de Jenny; pero sus horarios de
regreso son diferentes (incluso la semana pasada durante las

126
Estrés, estrés; estrés por todos lados

lecciones de natación) [... )Añade el horario errático de trabajo


del esposo, Chuck, y tienes más variables que una ecuación de
fisica" (Mujeres bajo estrés: Preservando tu sanidad, p. 19).
Aunque esta es una parte pequeña del horario de mamá, es
una situación que marea. Muchas mujeres también tienen que
lidiar con estrés de segunda mano. Es el que está asociado a
las experiencias de sus esposos e hijos. Este es un panorama
acertado de la esposa del ministro. Con frecuencia, ella absor-
be los problemas que afectan a su esposo, lo que la tensiona
mucho. Ante esta tensión, la esposa del pastor, tradicionalmen-
te, lucha por enmascarar su estrés y su tensión. Sonríe a los
miembros de iglesia, y demuestra paciencia y comprensión. A
veces, se ve obligada a invitar personas a su casa cuando, en
realidad, está a punto de gritar: ''¿Alguien me puede ayudar
a escapar?" Si tiene un bebé o un par de infantes, ella es una
candidata ideal para el agotamiento.
Emilie Bames, en Supervivencia para mujeres ocupadas, da una
receta para el estrés, que describe las vidas de muchas mujeres:
• 300 gramos de molestias. Cualquiera de las presiones o
los traumas de la vida puede servir.
• 5 tazas de actividad vibrante. Estas con las exigencias co-
munes de todos los días y pueden proveerlas cualquier
miembro de la familia, cualquier vecino, empleador,
club de niños o alguna tarea eclesiástica o responsabili-
dad en una comisión.
• 7 cucharadas de apuros. Puedes cosechadas frescas,
directamente de tu horario, expectativas y responsabi-
lidades.

Ahora mezcla todo y cocina la preparación en el horno de


las pruebas de la vida. Molestias, Actividad y Apuros: es una
fórmula infalible para una porción abundante de estrés. Rinde
durante 24 horas del día, 7 días a la semana, 52 semanas al año.
Puede arruinarse mediante la organización.

127
Sorpresas de una vida fuera de 1o común

Una de las principales causas del estrés es la falta de organi-


zación. Cualquier mujer a quien le interese sobrevivir necesita
una medida de organización. Yo descubrí que la organización
era un factor importante para mantener mi sanidad mental. Con
un trabajo fuera de la casa, un esposo pastor ocupado y cuatro
niños, tenía que encontrar una manera de sobrevivir. Me ayuda-
ron mucho las listas, las reuniones familiares, resaltar el calen-
dario, y todo tipo de horarios, notitas autoadhesivas e imanes.
Fueron una bendición para mí las cajas de zapatos, las bolsas
de residuos, las canastas, las bandejas y los organizadores de
menú semanal. Usé cualquier medio que me ayudara a estar
organizada. Algunos dichos conocidos, tales como "guárdalo,
no lo dejes" y "un lugar para cada cosa y cada cosa en su lu-
gar" nos ayudaron a vivir en la casa en paz y con seguridad.
Prueba un plan para organizar tu vida. Reducirá tu estrés. Dis-
frutarás de un hogar más feliz, y te encantará.

Tipos de estrés que enfrenta la familia pastoral


La familia pastoral enfrenta distintos tipos de estrés. Algunos
son comunes a otras profesiones también. Sin embargo, mien-
tras que otros deben enfrentar algunos de esos estresores, pa-
reciera que la familia pastoral está plagada por la acumulación
de ellos. He aquí algunos estresores que menciona McBurney:

• Las tareas imposibles. Expectativas que son muy poco


razonables.
• El mandato de triunfar. Un aspecto del ministerio que lo
diferencia de otras profesiones es el "llamado" que sien-
ten los pastores ... Si Dios me llamó para ser un pastor,
¿por qué las cosas no están yendo mejor en mi vida?
• La presión financiera. No tienen un gran ingreso y, sin
embargo, se espera que estén a la altura del estilo de
vida de sus congregaciones.
• Ajuste intercultural. Muchos misioneros en el extranjero

128
Estrés, estrés; estrés por todos lados

se enfrentan con el desafio de aprender a vivir exitosa-


mente en otra cultura. (Aconsejando a obreros cristianos,
pp. 56-65.)

Esta es solo lUla fracción de los estresores que experimen-


tan las familias pastorales. Podemos añadir los problemas del
ajuste de la familia a la congregación, las mudanzas frecuentes,
la falta de prívacidad, el ajuste social de los hijos, los conflictos
con sus colegas y el sentimiento general de no ser totalmente
aceptados porque la familia se compone de extranjeros.

Signos de estrés
Es posible estar estresada y no darse cuenta hasta que al-
guíen nos lo señala. Recuerdo cuando nuestra primera hija se
estaba preparando para dejar el hogar e ir a la Wliversidad. Me
di cuenta de que yo estaba irritable y llorosa. Tenía ''pocas pul-
gas" y estaba impaciente. Esa no era yo. Me sentía como sí lUla
extraña hubiera sido liberada dentro de mí. Una noche, le dije a
mí esposo que no podía entender qué estaba sucediendo. ¿Por
qué estaba así?
-Oh, simplemente estás estresada porque Karen-Mae (nues-
tra hija) se irá de casa en WlOS días -fue su tranquila respuesta.
Quedé sorprendida por el diagnóstico. Casi me sentí eno-
jada con él por haberse dado cuenta. ¿Por qué yo era la única
en esa situación? ¿Por qué él no se comportaba de la misma ma-
nera? ¿No era ella su hlja también? Me disolví en lágrimas. Los
torrentes de lágrimas que antes se habían negado a correr por
mi rostro ahora se habían liberado. No había reconocido los
signos de estrés.
Por años me aterrorizaba volar. Cuando tenía que tomar W1
avión, sufría desde varias semanas antes. Pasaba muchas no-
ches sin dormir y mi imaginación fértil trabajaba horas extras.
¿Y si el avión. .. ? Me di cuenta de que, en esas ocasiones, estaba
impaciente y contestaba bruscamente a cuantos se cruzaban

129
Sorpresas de una vida fuera de lo común

en mi carrrino. El pensar en volar me estresaba. Y mi estrés era


tan obvio para mi familia que una vez nuestra hija de diez años,
Nelita, me escribió una nota para darme ánimo, recordándome
que estaba al cuidado de Dios. Guardé esa nota en mi pasapor-
te por más de una década. Agradezco a Dios que he mejorado
mucho. ¡Es un milagro! Tengo un trabajo en el que tengo que
volar, y Dios ha calmado tremendamente mis nervios.
Nuestros estresores y nuestras respuestas al estrés son úni-
cos para nosotros. Puede ser que otra persona ni siquiera note
lo que me estresa a mí. Cuando reconocemos las fuentes de
nuestro estrés, y los signos son notorios para nosotros, estamos
más preparadas para lidiar con ellos y para controlar nuestras
reacciones. Davidson da cuatro categorías de estrés:

• El estrés anticipatorio es causado por la preocupación


sobre el futuro.
• El estrés situacional es el sufrido por el momento.
• El estrés crónico es el que persiste a través del tiempo.
• El estrés residual es el generado por el pasado. (Guía del
completo idiota para manejar el estrés, pp. 19, 20.)

¿Cómo podemos reconocer los signos de estrés? Aquí hay


algnas manifestaciones comunes:

• Boca seca.
• Malestar intestinal .
• Respiración pesada y corta .
• Bostezos frecuentes .
• Sentimientos de fatiga persistente .
• Palmas de las manos pegajosas .
• Irritabilidad.
• Deseos de comer dulces .
• Falta de concentración .
• Comportamiento combativo .

130
Estrés, estrés; estrés por todos lados

• Dar importancia exagerada a las pequeñeces.


• Comerse las uñas.
• Golpetear con los pies constantemente.
• Sentimientos de descuido e irreflexión.
• Dolores de cabeza o en otras partes del cuerpo.

Es sorprendente cómo el estrés puede controlar la forma en


que nos sentimos y funcionamos. Una vez que reconocemos los
signos, o síntomas, podemos lidiar con el estrés.

Fuentes de estrés
Hay muchas fuentes de estrés. Los estresores pueden in-
cluir embotellamientos de tránsito, una larga fila en el su-
permercado, un vendedor persistente, una rueda pinchada
cuando estás llegando tarde, una fecha límite que se aproxi-
ma, o un jefe impaciente o dominante. Piensa en las muchas
situaciones en las cuales te puedes estar, y allí encontraremos
una cantidad igual de estresores. Los estresores pueden cate-
gorizarse en varios grupos: emocionales, familiares, sociales,
químicos, laborales y fisicos. Cada grupo de estresores tie-
ne exigencias y presiones que agregan desgaste a nuestras
mentes y cuerpos.
Una vez que identificamos la fuente de nuestro estrés, esta-
mos en camino de afrontarlo. El desconocer la fuente de nuestro
estrés causa ambivalencia e inhabilidad para lidiar con la pre-
sión. Necesitamos descubrir el estresor y trabajar a partir de
ese punto. Algunos estresores pueden tolerarse, mientras que
otros deben ser eliminados inmediatamente. Si uno de nues-
tros compañeros de trabajo es un quejoso, podemos aprender
a coexistir con esa persona planeando una estrategia para ma-
nejar el problema; quizá podemos hacer oídos sordos a su ne-
gatividad. Pero, si uno de nuestros compañeros de trabajo fuma
y, durante la hora del almuerzo, lo hace en el comedor de la
empresa mientras nosotras almorzamos, podemos eliminar el

131
Sorpresas de una vida fuera de lo común

estresor si tenemos la posibilidad de elegir un horario diferente


o almorzar en otro lugar.
Una de las presiones que una esposa de pastor enfrenta es
tener que usar tantos sombreros. Somos amas de casa, trabaja-
doras fuera de casa, choferes de taxi, y cuidadoras en el hogar
y en la comunidad. Entonces empezamos a sentirnos y funcio-
nar como la Supermujer. Randy y Nanci Alcorn describen a la
supermujer:
"Dondequiera que van, en su hogar o en la oficina, estas
mujeres están dando constantemente por el bien de los demás,
dando pero no recibiendo. Las reservas se agotan, viven para
agradar a los demás, pero no les queda nada para ellas mismas
[... ] Ya sea que trabajen fuera de la casa o no, no es extraño que
las mujeres de hoy estén bajo tanto estrés" (Mujeres bajo estrés:
Preservando tu sanidad, pp. 24, 25).

Creo que mi esposo me estresa


El otro día, luego de un intercambio de ideas con algunas
esposas de pastor, compilé una lista de maneras en que las
esposas se sienten estresadas, en forma no intencional, por su-
puesto, por sus esposos. Aqui hay una lista de preocupaciones
que recolecté:

• No me avisa con anticipación cuando tenemos un com-


promiso juntos.
• No se ofrece a ayudarme a preparar a los niños.
• Recibo información escasa cuando asistimos a un com-
promiso: ¿Cómo hay que ir vestidos? ¿Quién más estará
allí? ¿Se espera que yo haga algo en especial? Quisiera
respuestas para estas preguntas.
• No presta atención a cómo luzco. Solo está interesado en
que esté lista a tiempo.
• Espera que tenga todo en orden.
• Quiere que haga muchas cosas en la iglesia, a pesar del

132
Estrés, estrés; estrés por todos lados

hecho de que tenemos niños pequeños y mi salud es frágil.


Él piensa que es mi tarea, y que tengo que estar bien.
• No se da cuenta si no me siento bien.
• Cuando asistimos a ciertos eventos, tengo que cuidar de
los niños todo el tiempo, mientras él y sus amigos socia-
lizan sin ser molestados.
• Cumplir con todos los compromisos me estresa. Necesi-
to algún tiempo para mí.
• Siempre está tan "ocupado" que casi no me acompaña
al supermercado o no podemos pasar tiempos juntos.
• Lograr que ore por mi, por mis propias necesidades, es
como sacarle una muela.
• Se niega a ocuparse de su salud.
• Necesito conocer nuestros planes financieros para el
futuro.
• Necesito poder discutir mis propios objetivos con él.
• Creo que me ama, pero trata a los miembros de iglesia
mejor que a mí.
• Me siento como una extraña en la iglesia. No tengo idea
sobre su ministerio.
• A veces, simplemente, necesito que riamos y juguemos
juntos.
• Mi esposo no me toma en serio cuando le digo cuán
estresada estoy
• Me falta apoyo de su parte.
• Me gustaría que me ayudara más con los niños. Necesito
ayuda para criarlos.

No debemos creer que estos estresores son generados por


los pastores deliberadamente para atormentar a sus esposas.
Aquí es donde la comunicación cumple un papel importante. Si
hay cosas que te preocupan, comunicaselas a tu esposo. Lo úni-
co justo para hacer es hacerle saber a tu esposo lo que te lasti-
ma, lo que te molesta o lo que te estresa, en general. Puede que

133
Sorpresas de una vida fuera de lo común

ignore alegremente tu dolor; también las mujeres tendemos a


enmascarar nuestro dolor. Escoge un momento oportuno para
conversar sobre tus sentimientos.
Limita tu lista de preocupaciones. No lo atosigues con de-
masiadas preocupaciones de una vez. Escoge algo que sea
realmente importante para ti y habla de ello. Comienza tu bre-
ve charla diciendo de él algo positivo, algo con lo cual estás
contenta. Tu esposo necesita que se le recuerden sus aspectos
positivos. Elogia sus fortalezas. Hazle saber cuánto aprecias lo
que él hace por ti y por la familia.
A todos nos gusta la reafirmación. Aquí hay algunos puntos
de elogio que las esposas de pastor compartieron sobre sus
esposos. Algunas de esas cualidades pueden estar en la lista
que tienes para tu esposo:

• Cuando llegará tarde a las comidas, llama para avisarme .


• Cuando se va de viaje, me llama con regularidad .
• Nunca olvida mi cumpleaños o nuestro aniversario .
• Le gusta hacerme las compras .
• Si estoy ocupada, él cocina.
• Todavia me trae flores .
• Cuando estoy embarazada, me cuida en forma excelente .
• Me anima a tener amigas .
• Me hace sentir especial .
• Me toma de la mano en público.
• Me ayuda a lograr mis objetivos .
• Soy ama de casa, y él se asegura de que tenga un poco
de dinero para gastar.
• Es un hombre íntegro .
• Oramo~ juntos .
• Me ayuda con los niños .
• Es muy cuidadoso en su relacionamiento con las mujeres .
• Sé que me es fiel.

134
Estrés, estrés; estrés por todos lados

Con un espíritu de calma y justicia, habla sobre lo que te


molesta. Luego, ora sobre tus preocupaciones. Si descubres
que tú y tu esposo no pueden solucionar las cosas por ustedes
mismos, no seas reacia a buscar ayuda profesional. Mientras
tanto, sigue hablando con Dios. Él es el gran aliviador de estrés.

Algunas maneras efectivas de afrontar el estrés


Hay varias maneras de afrontar el estrés. Mucho depen-
de del estresor y del estresado. Algunas soluciones necesitan
ser hechas a medida. El ejercicio y la dieta cumplen papeles
importantes en ayudar a lidiar con el estrés. El ejercicio y la
dieta adecuada reducen el sobrepeso. "El sobrepeso implica
un estrés fisico excesivo: fuerza el corazón, los músculos y los
huesos. El ejercicio aeróbico reducirá el sobrepeso [... ] y en el
proceso, el estrés excesivo", dicen Alcorn y Alcorn (Mujeres
bajo estrés: Preservando tu sanidad, p. 171).
Luego de identificar el estresor. una tiene que aceptar la
situación. Importunar a alguien para que cambie aumenta el
estrés. Puede ser frustrante tratar de cambiar a las personas. Si
no lo logramos, nos sentimos desilusionadas. Entonces, tendre-
mos que reorientar nuestros objetivos. A veces, la necesidad
de cambio no está en nuestro entorno o en otras personas, sino
en nosotras. Aquí es donde la "oración por serenidad" puede
ser un buen lema: "Señor, dame la serenidad para aceptar las
cosas que no puedo cambiar".
Otro método es adaptarse. Hay libertad en la flexibilidad.
Una actitud rígida puede llegar a ser sofocante e incómoda.
Tenemos nuestros ideales, pero quizá las circunstancias exis-
tentes no nos permiten lograrlos. La esposa del pastor puede
soñar con enseñar en la División de Infantes de la iglesia. Sin
embargo, como tiene dos niños de esa edad, quízás esté dema-
siado ocupada como para poder preparar materiales y planear
las lecciones. En vez de permitir que esta situación la estrese, la
esposa ministerial puede ajustar su sueño de servir a la iglesia

135
Sorpresas de una vida fuera de lo común

hasta que sus niños sean más grandes, o puede elegir otra área
de servicio mientras tanto. Adaptarse es otra manera de lidiar
con el estrés.
Tener el control de una situación es otra manera efectiva
de lidiar con el estrés. Cuando perdemos el control, tendemos
a sufrir altos niveles de estrés. ¿Qué tenemos que controlar?
Nuestros enojos, nuestros temores y nuestros objetivos. ¿Vamos
a permitir que las personas o las situaciones nos hagan eno-
jar? ¿Nos dominarán nuestros temores? ¿Nos aproximaremos
a nuestros objetivos o iremos a la deriva? Normalmente, no
perdemos el control; lo que sucede es que cedemos nuestro
control. Debemos controlar nuestra forma de pensar y nuestra
dirección. Tener el control nos da fortaleza para lidiar con las
situaciones y seguir adelante.
Es impresionante cómo las pequeñas cosas nos hacen per-
der el control: el teléfono, una visita inesperada, la película que
nos sorprende con una escena inapropiada, un cambio repen-
tino en un lugar de encuentro. No debemos permitir que nos
estresen las cosas que amenazan con controlarnos.

De vez en cuando, tómate un descanso


¿Alguna vez has sentido como un trompo? A veces, de solo
mirar mi lista de cosas para hacer me siento mareada. Pero, nos
produce culpa no cumplir con algo o bien lo hacemos para no
sentirnos culpables. Muchas veces he dicho: "Hoy he tenido
un día muy productivo: hice muchas cosas''. ¿Por qué una tiene
que hacer muchas para ser productiva? ¿Qué tiene de malo ha-
cer solo algunas cosas, pero poder "pararse y mirar"? Alguien
nos hizo creer que la no actividad es pecaminosa. Recuerdo
mis maestras de escuela primaria diciéndole a la clase: ''El dia-
blo tiene trabajo para las manos ociosas". Ahora creemos que
las manos que descansan son manos "ociosas" y que pronto
el diablo nos estará usando. Entonces, realizamos un esfuerzo
frenético por mantener lejos al diablo.

136
Estrés, estrés; estrés por todos lados

Otra causa de estrés es tener demasiada actividad. Aceptar


muchos compromisos y tener horarios recargados contribuye
a nuestro estrés. No estamos alabando la holgazanería. El sabio
Salomón realiza muchas declaraciones displicentes sobre la
persona haragana. Alaba la laboriosidad de la hormiga, y la re-
comienda como modelo de sabiduría. Es un elogio asombroso,
de parte del hombre más sabio que jamás vivió. Sin embargo,
en medio de nuestros compromisos, exigencias y fechas límite,
a veces, debemos hacer una pausa.
El Sr. Jones, un hombre anciano, yacía en su cama del hospi-
tal, débil por una seria enfermedad reciente. Dolly; una vecina
llena de vida, fue a visitarlo. Luego de algunas preguntas inicia-
les sobre la salud del hombre y una breve puesta al día sobre
las novedades del vecindario, Dolly comenzó a trabajar. Abrió
las cortinas y le transmitió un breve comentario sobre las acti-
vidades en la calle. Luego, se fijó si el paciente tenía suficiente
agua. Dio vuelta al hombre, primero hacia la izquierda y luego
hacia la derecha, y arregló su almohada. El pobre hombre gru-
ñía por la incomodidad que le causaba todo ese movimiento.
Se estaba cansando mientras sus ojos seguían a su bien inten-
cionada vecina. ¡Lástima que no tenía fuerzas para encadenar-
la, a fin de que se quedara quieta!
Mientras tanto, Dolly inspeccionaba el cuarto con ojos inte-
rrogadores. Finalmente, se atrevió a decir:
-¿Qué más puedo hacer por usted, Sr. Jones?
-Nada, Dolly; gracias. No hagas nada; solo quédate aquí.
Muchas veces pensamos que siempre tenemos que estar
haciendo algo, pero eso no es cierto. Jesús nos animó a des-
cansar. Una amiga mía dice: "Descansar es legal". Podemos
sentarnos o estar paradas sin hacer nada. En la Biblia, Marta
estaba muy ocupada preparando la comida para Jesús y sus
discípulos. Me la imagino moviéndose a la velocidad de la luz,
dando varias órdenes a sus sirvientes y pensando: ¿Por qué ra-
zón mi hermana María no es lo suficientemente sensible como

137
Sorpresas de una vida fuera de lo común

para entrar en la cocina y darme una mano? María no estaba en


la cocina. Estaba escuchando a Jesús. ¡Imag]na el disgusto de
Marta! Allí estaba ella, trabajando desesperadamente, y María
¿la esta ayudando? No. María "sentándose a los pies de Jesús,
oía su palabra" (Luc. 10:39).
Marta se quejó con Jesús. Pero él no envió a María a la coci-
na, con órdenes explícitas de ayudar a su hermana. De hecho,
fue Marta la que recibió un suave reproche de parte de Jesús:
''Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas'' (Luc.
10:41). Jesús estaba complacido de que María estuviese ''sen-
tada". Al sentarnos o detenernos, podemos escuchar la voz de
Jesús. El ajetreo y la prisa hacen que no escuchemos la voz de
nuestro Señor: "Estad quietos, y conoced que yo soy Dios" (Sal.
46: 10). Un tiempo de descanso en las actividades nos ayudará
a conectarnos con Dios. Necesitamos esa conexión.
Aminora la marcha. Detente. Disfruta del aroma de una rosa.
Oye el ruido de las olas. Siente la brisa en tu rostro. Maravíllate
al contemplar un arco iris. Es bueno, y no está mal, quedarse
quieta y no hacer nada. Puede reducir tu estrés.

Entrégalo a Dios
Una vez que hemos decidido trabajar para afrontar el estrés,
el paso más importante es entregar nuestro estrés a Dios, a fin
de que nos acompañe en el proceso. Tenemos un Padre celes-
tial que está listo para aceptar nuestros estresores y nuestro es-
trés. Me gusta esta invitación: ''Depositen en él toda ansiedad,
porque él cuida de ustedes'' (1 Ped. 5:7, NIV). El Dios grandioso
y maravilloso que "tiene el mundo en sus manos" puede ali-
viarte de tu estrés, y llenar tu corazón y tu mente con su paz.

138
.Algunas personas nunca rien. De hecho, co-
nozco algunas personas que raramente sonríen.
No creo que hayan resuelto ser personas agrias.
Simplemente, la risa y las sonrisas no están en
sus agendas. Esas personas son naturalmente
muy serias, en apariencia. No son desagrada-
bles, pero tampoco se ríen o sonríen. ¡Si tan solo
conocieran el poder refrescante que tiene una
sonrisa! Otras personas sonríen con facilidad y
tienen un rápido sentido del humor. Me gusta la
gente que puede reír y disfrutar de un chiste lim-
pio. El buen ejercicio de hacer temblar nuestro
abdomen tiene beneficios para todos nosotros.
Hace muchos años, asistí a un festival nacional
de música. Participaban varios grupos masculi-
nos, y la calidad de sus voces era muy buena. Sus
timbres eran suaves y la armonía era agradable
al oído. Hay algo especial en la combinación de
las voces masculinas.
La letra de la canción, que era la que se eva-
luaba en la competencia, describía a una hermo- 139
Sorpresas de una vida fuera de lo común

sa mujer joven que era cortejada por un pretendiente enfermo


de amor. Hubo un alto nivel de interpretación. Pronto, se anun-
ciaron los ganadores de la competencia. El murmullo de des-
ilusión que siguió al anuncio del jurado indicó que la elección
popular era este grupo, que había quedado en segundo lugar.
Muchos parecían creer que este segundo grupo tenía voces de
mejor calidad, timbres más agradables y una mejor aparien-
cia profesional en general. Sin embargo, los comentarios de los
jueces fueron reveladores. Los jueces notaron que, a pesar de
la calidad vocal y la presentación superiores de los que que-
daron en segundo lugar, no podían ser los ganadores porque
la expresión de sus rostros era demasiado seria y carecía de la
calidez y la ternura de los amantes. "¿Cómo puedes cortejar
a una joven mujer y esperar ganarla sin una sonrisa en tu ros-
tro?'', preguntó el presidente del panel de jueces.
A menudo, me hago una pregunta similar: ¿Cómo podremos
ser personas agradables con quienes estar; si no permitimos que
se nos escapen sonrisas, al menos ocasionalmente?'

Reír o no reír
La risa es bíblica. El sabio Salomón declara que hay ''tiempo
de reír" (Ecl. 3:4). En Job 8:2lleemos de Dios llenando nues-
tras bocas con risa: "Aún llenará tu boca de risa, y tus labios de
júbilo". Por lo tanto, podemos tener la seguridad de que la risa
es un regalo de Dios. ¿Quién no se ha sentido encantado con el
hermoso sonido de la risa de los niños, resonando a través del
aire y acariciando nuestros corazones? Hay algo casi mágico en
la risa y las sonrisas. Son universales, elocuentes y contagiosas.

Sin barreras
El otro día, me senté al lado de una dama rusa, en una con-
ferencia. Ella no hablaba inglés y yo no sé hablar ruso. No ha-
bía nadie más en un metro a la redonda. Yo temía el silencio

140
Está bien reír

obligatorio. "¿Habla español?", le pregunté. ¡No tengo la menor


idea de por qué pensé que lUla dama rusa podría hablar espa-
ñol! De todos modos, ella respondió negando con la cabeza. Yo
estaba decidida a asegurarle a mi compañera de asiento que
era illla hermana amigable, y que no era illla amenaza, así que
simplemente, la miré y le sonrei. Ella respondió de la misma
manera. A partir de ese momento, nuestras miradas iban acom-
pañadas de lUla sonrisa. Me pregunto qué hubiéramos hecho
sin la sonrisa como illl medio de comunicación.

El regalo
Las sonrisas y la risa pueden reducir o, incluso, disipar el
aburrimiento y la monotonía. Muchas de nosotras hemos es-
cuchado que se necesitan más músculos para frilllcir el rostro
que para sonreír. Entonces, no es illla idea tan mala considerar
que, al reducir los movimientos de nuestros músculos faciales,
podemos retrasar las arrugas amenazantes.
El sentido del humor en illla familia es como illla brisa de
aire fresco. Es como abrir illla ventana, levantar las persianas
y dejar que entre la luz del sol. El sentido del humor no es illla
cualidad natural para todos, pero puede cultivarse. No estamos
hablando aquí de humor grosero u ofensivo. Es inaceptable
reírse cuando alguien puede sentirse herido o avergonzado.
Sin embargo, debemos tratar de encontrar el lado risueño de
las cosas, y hasta reírnos de nosotras mismas. La risa ayuda a
aligerar las cargas. Las esposas de pastor deben desarrollar
y apreciar illl sano sentido del humor. Puede ser revitalizador
reírse a las carcajadas y disfrutar de illl chiste muy gracioso.
Nuestras vidas están tan llenas de estrés y los desafios son tan
pesados que illl desvío por la "Carretera de la Risa" a veces
es bienvenido.
Tanto mi esposo, Jansen, como yo tenemos sentido del hu-
mor. Es illlO de esos regalos genéticos de ambos lados de
nuestras familias. Nuestros cuatro hijos también lo heredaron.

141
1 Sorpresas de una vida fuera de lo común

Ahora comienzo a observar rastros de este precioso regalo en


nuestros nietos. Esto me hace muy feliz.
]ansen y yo habíamos estado casados por seis meses cuan-
do nos encontramos con una esposa de pastor mayor, en un
pequeño pueblo.
-Hola, mi querido hermano. Hola, mi querida hermana -nos
saludó ella con un tonito de voz como diciendo "ustedes, los jó-
venes, deberían darse cuenta de que el ministerio es un asunto
serio"-. ¿Cómo están ustedes hoy?
-Muy bien, gracias -respondimos débilmente a dúo.
Algo dentro de mí no me hacia sentir muy entusiasmada con
esta mujer. Tenía pesadillas en las que debía explicar a esta es-
posa de pastor veterana la profecía de los 2.300 días, de Daniel
8, para probar que era digna de ser una esposa de ministro.
-Bien, hermano -continuó ella, dirigiendo su atención aJan-
sen-, ¿cómo lo trata la vida de casado?
-Bueno -respondió Jansen, con su picardía característica-
trato de sobreponerme a los infortunios.
¡Gran error! Ese no era lugar para el humor de Jansen.
-¡Infortunios! ¿Qué infortunios?
-Bueno, es mi esposa -continuó mi querido esposo, sin per-
catarse para nada del peligro-. Tenemos este problemita ...
Y el peligro seguía.
-¿Problema? ¿Qué problema, hermano? ¿Un problema con
su esposa?- preguntó ella.
Esta sería una oportunidad para que ella le enseñara un par
de cosas a esta joven esposa veinteañera. Casi pude sentir sus
garras juzgadoras cerrarse sobre mi cuello.
-Es que mi esposa no me alimenta bien. Me cocina la misma
comida todos los días y tengo que comerla -continuó Jansen,
sin captar el peligro inminente: ¡peligro para mz1
Antes de este incidente, yo había sospechado que a los
hombres les falta intuición. Ahora no me quedaban dudas. Mi
esposo no sabía que algunas personas piensan que el humor

142
Está bien reír

es pecaminoso y toman la vida seriamente todo el tiempo. Su


brillante mente masculina no le reveló que esta dama no tenía
tiempo para ser graciosa, que su propósito en la vida era arras-
trar personas al Reino de Dios y que ella creía que la vida no
era un asunto de risa. Así que mi querido esposo siguió des-
cendiendo en el sendero de la destrucción: mi destrucción.
Nuestra amiga se irguió en toda su estatura, y procedió a
inculcarme la necesidad de aprender buena nutrición y "ali-
mentar bien al pastor''.
-No puedes hacer eso, hermana. El pastor necesita de una
buena nutrición. Debes mejorar. Debes mejorar.
A esta altura de las circunstancias, yo me encogía bajo sus
golpes de justicia propia y sus garras incisivas. No podía esqui-
varla: tenía que soportarla. Mientras tanto, Jansen estaba tratan-
do de convencer a la dama de que no lo decía en serio. A pesar
de esto, él sonaba como un evangelista realizando un llamado
inútil. Peleó duramente tratando de convertirla al pensamiento
de que tenía este sentido del humor que surgía a veces. Pero
nada funcionó. Me miró, impotente. Se sintió mal por mí.
La esposa de pastor se aferró tenazmente de su pequeño
refrán:
-Debes mejorar. Debes mejorar, hermana.

Realmente gracioso
¡Qué aburrido debe ser el estar siempre tan serio, el ser tan
correcto y privado de diversión y risa! Nuestra biblioteca en
casa se enorgullece de tener unos cuantos libros sobre humor.
Van desde humor militar hasta humor eclesiástico, pasando por
brindis humorísticos e incluso avisos graciosos de periódicos.
Cuando nuestros hijos eran pequeños y su padre quería alqui-
larles un video, los niños recorrían los pasillos del video club
recordándole a su padre:
-Papi, veamos qué podemos encontrar que haga reír a
mamá.

143
Sorpresas de una vida fuera de lo común

Sharon Cress, Secretaria Asociada de la Asociación Gene-


ral y coordinadora del Ministerio de las Esposas de Pastores,
ha publicado un libro para esposas de pastores. Condimentado
con risas es un libro lleno de chistes para desternillarse de risa,
tomados de la actividad pastoral alrededor del mundo. Aqui
hay algunos ejemplos de anécdotas pastorales realmente di-
vertidas:

"En la región de Ucrania, donde vivimos, la inflación siem-


pre es alta. Aparentemente, mis conversaciones con mi espo-
so sobre cómo aumentaban los precios y cómo sobrevivíamos
causaron impresión en nuestra hija de cuatro años, Lillia. Un día,
preguntó:
"-Mami, ¿me comprarás un vestido?
"Le expliqué que ya tenía un vestido y que realmente no
necesitaba otro.
"-¡Pero yo necesito un vestido de novia!- insistió.
"-¿Para qué necesitas un vestido de novia?- le pregunté.
''-¡Porque cuando tenga edad para casarme, los precios van
a ser tan altos que no podremos pagarlos!"-Anna Kuzmitch,
Ucrania (p. 85).

"Un sábado de mañana, mi hijo me vio sacarme un vello de


mi mentón. Más tarde, en el momento de realizar pedidos de
oración en la iglesia, él dijo:
"-¡Debemos orar por mi mamá, porque se está volviendo
un hombre, como mi papá'' .-Bernie Holford, Inglaterra (p. 44).

"En la reunión de consagración del viernes de noche, entré


en el templo y, saludando a los miembros mientras pasaba, me
ubiqué en la primera fila. Cuando me senté, un caballero dijo
en voz alta:
"-¡La esposa del administrador se viste con etiqueta!
"Me di vuelta y someí, pensando que me estaba elogiando

144
Está bien reír

por mi atuendo. Unos minutos más tarde, lo escuché decir lo


mismo. Finalmente, otra dama se me acercó y me informó que
la etiqueta estaba colgando de mi vestido" .-Edilma de Poloche,
Venezuela (p. 64).
He tenido mis propias experiencias humorísticas, en las
cuales he llorado de la risa. Unas de las ocasiones más dificiles
para mí es cuando algo gracioso ocurre en la iglesia y se su-
pone que debo permanecer seria y profesional. Entonces, uso
todo tipo de estrategias para suprimir la risa. Recuerdo un día
cuando el sermón era bastante largo. Nuestra hijita de tres años
estaba inquieta. Hizo una serie de preguntas:
-El culto ¿está terminando? ¿Cuándo vamos a casa?
Entonces, vino la temida declaración:
-Mami, tengo hambre. Quiero ir a casa.
Todas las madres comienzan a transpirar nerviosamente
cuando un pequeño dice eso en la iglesia. Las madres inter-
pretan eso como: ¡Si no haces algo respecto de mi estado de
hambre AHORA, te haré la vida insoportable!!!
Me di cuenta de que el predicador estaba concluyendo su
sermón, o al menos eso esperaba. Convencí a mi hija de es.:
perar un rato y, ya que ella no tenía más interés en seguir co-
loreando, pensé que podríamos jugar un pequeño juego en el
banco. Le dije:
-Querida, miremos al predicador y, con nuestros dedos, ha-
gamos lo que él hace. Si el mueve sus brazos, nosotras move-
remos nuestros dedos. Cuando golpee el púlpito, nosotras gol-
pearemos el banco con nuestros dedos, y así sucesivamente.
Pero, para eso tenemos que mirarlo muy atentamente.
Bien, eso pareció funcionar por unos dos o tres preciosos
minutos, y yo empecé a sentirme muy orgullosa de mi creativi-
dad. Entonces, de repente nuestra hija estalló en voz alta:
-Mamiiiiiii, ¿no te parece que el predicador se parece al
diablo?
Instintivamente, me volví a mirar hacia atrás, para ver si al-

145
Sorpresas de una vida fuera de lo común

guíen la había escuchado. En varias filas detrás de nosotras ha-


bía personas estremeciéndose con risas reprimidas.
Está bien que las esposas de pastor se rían. Pruébalo. Te
gustará.
Molly Detweiler presenta la importancia de la risa en Risas
para el alma de una mujer. "Un estilo de vida de risa se basa en
nuestra actitud hacia las cosas cotidianas de la vida. Cuando las
tareas parecen demasiado monótonas para soportarlas, piensa
en una manera de hacerlas graciosas, sé creativa y diviértete
a ti misma [... ] Encuentra algo en medio del dolor que te haga
sonreír o reír a pesar de todo. Siempre hay algo en algún lugar
[... ] ¡aunque tengas que pretender que te ríes hasta que lo ha-
gas realmente!" (p. 65).

Una buena medicina


"El corazón alegre constituye buen remedio; más el espíri-
tu triste seca los huesos" (Prov. 17:22). ¿Quién quiere huesos
secos? Los huesos secos son frágiles y se rompen. Las muje-
res mayores de treinta son particularmente proclives a tener
huesos frágiles. Los huesos frágiles, con frecuencia, se rompen
a causa de caídas. Nuestros movimientos se restringen y no es-
tamos muy contentas usando muletas, o con vendajes o yesos.
La risa es una medicina necesaria para nosotras.
Consideremos otra traducción de Proverbios 17:22: "No hay
mejor medicina que tener pensamientos alegres. Cuando se
pierde el ánimo, todo el cuerpo se enferma" (BLA). Los pen-
samientos alegres son un regalo maravilloso que otros pueden
disfrutar. Cuando pensamos en lo que Jesús hizo por nosotras
al darnos vida eterna, ¿cómo podemos estar melancólicas? De-
bemos permitir que la luz del sol del amor de Dios entre en
nuestros corazones. John Wesley dijo una vez: "El cristianismo
agrio es la religión del diablo''.
Una manera de desarrollar un espíritu alegre es alabando
a Dios. El salmista declaró: "Entonces nuestra boca se llena-

146
Está bien reír

rá de risa, y nuestra lengua de alabanza; entonces dirán entre


las naciones: grandes cosas ha hecho Jehová con éstos" (Sal.
126:2). ¡Qué testimonio elocuente pueden ser nuestros espíri-
tus alegres! No puedo evitar repetir cuánto me gusta el Salmo
119:164: "Siete veces al dia te alabo a causa de tus justos jui-
cios". Prueba esta cuota diaria de alabanza. Alaba a Dios con-
tinuamente. Funciona.
Piensa cómo un espíritu quebrantado o un corazón triste
afecta nuestras relaciones. Las mujeres somos las que maneja-
mos la atmósfera del hogar. A veces, permitimos que los cuida-
dos de la vida nos sofoquen y, entonces, la luz del sol, que es la
risa, está ausente. Recuerdo que les enseñé a mis hijas un canto
que decia así:

Deja que entre la luz del sol,


recíbela con una amplia sonrisa,
los que sonríen nunca pierden
y los que fruncen el ceño nunca ganan.
Así que deja que entre la luz del sol,
recíbela con una amplia sonrisa.
Abre tu corazón, y deja que entre la luz del sol.

Cuando permitimos que la risa entre en nuestros hogares, el


estrés y el dolor no pueden aferrarse mucho más tiempo de no-
sotras. "La risa es un regalo increíble. Nos ayuda a no tomarnos
a nosotras mismas muy en serio y hace posible que sobreviva-
mos a los momentos incómodos de la vida", dice la humorista
Patsy Clairmont, en su libro Normal es simplemente una veloci-
dad de tu secador de cabello (p. 48).
De mayor importancia es lo que le hace un espíritu sombrío
a tu propia salud. Recientemente, se ha hecho mucho énfasis en
la risa y el estado de nuestra salud. Norman Cousins, autor de
La anatomía de una enfermedad tal como la percibe el paciente,
descubrió que tenía una enfermedad dolorosa e inhabilitante.

147
Sorpresas de una vida fuera de lo común

Para poder estar cómodo por períodos cortos cada día, se le


administraban analgésicos poderosos y medicamentos antiin~
flamatorios, que prometían tener serios efectos secundarios a
largo plazo. Esto no era aceptable para él, así que decidió salir
del hospital. Dejó de tomar medicamentos, tomó dosis masivas
de vitamina C y contrató a una enfermera privada, que diaria~
mente le leía muchas historias humorísticas. Además, Cousins
veía varias películas graciosas cada día. Su salud mejoró nota~
blemente. Cousins no atribuye la mejora de salud únicamente a
la risa, pero sostiene que las emociones positivas pueden tener
un efecto sanador y pueden ayudar a combatir las enferrneda~
des. Se han realizado muchas investigaciones para descubrir
los cambios químicos que se llevan a cabo en nuestros cuer~
pos, y que reducen el dolor y alivian el estrés. La risa es buena
para nuestra salud. No es raro que este pequeño dicho se haya
vuelto muy popular: "Una risa al día aleja al doctor".

Pruébalo
1ü puedes preguntar: "¿Qué pasa si no hay nada de lo cual
reírse? Ni siquiera tengo ganas de sonreír". A veces, las pre~
siones de la vida son tan pesadas que parece que no hay lu-
gar para las somisas y las risas. Con todo, no tienes que estar
siempre triste y sombría. Si te das cuenta de que estás cons-
tantemente llorosa y con el corazón apesadumbrado, visita a tu
médico. Es un buen lugar por donde empezar.
La felicidad es una elección, así que elige ser feliz y estar
alegre. La felicidad es el plan de Dios para ti. Él quiere que te
rías y seas feliz. Piensa en todas sus bendiciones. Piensa de lo
que él te ha librado. Alábalo. Grita: "¡Aleluya!" Canta himnos de
alabanza y agradecimiento.
El otro día estaba leyendo un librito delicioso, La risa es el
condimento de la vida, cuando encontré una cita de El regalo
del viajero: "Hoy voy a elegir ser feliz. Saludaré cada día con
una risa. Dentro de los momentos de vigilia, voy a reir por siete

148
Está bien reír

segundos. Después de periodos tan pequeños de tiempo, la


excitación comienza a fluir por mi torrente sanguíneo ... Saluda-
ré cada día con una risa[ ... ] Hoy; voy a elegir ser feliz" (pp. 5, 6).
Confia en Jesús, para que resurja nuevamente la risa en tu
vida. Jesús dijo: "Dichosos ustedes que ahora lloran, porque
luego habrán de reir" (Luc. 6:21, NVI). Esto es lo que él quiere
para ti. Todo lo que tienes que hacer es reclamar sus preciosas
promesas. "Pondrá de nuevo risas en tu boca, y gritos de ale-
gria en tus labios" (Job 8:21, NVI).

149
·El cielo'. es tu· Hmite
,, 1.. •.• ._.., ., . ,.,

Le tengo miedo a las alturas. Mi imaginación


es muy vívida a la hora de encontrar maneras
de conjurar todo tipo de posibilidades mortales
cuando estoy a más de dos o tres metros del sue-
lo. Sin embargo, me fascinan los autos y los edi-
ficios en miniatura que veo cuando me atrevo a
mirar hacia abajo desde una torre alta. Quizá mi
acrofobia es solo fronteriza.
Este capítulo es sobre las alturas: las alturas
que Dios espera que alcancemos. Lo que me
gusta de Dios es que sus expectativas para no-
sotros son realistas. Nuestra responsabilidad es
no limitarnos a nosotros mismos. "Cada uno de
ustedes puede llegar a distinguirse. No deberían
contentarse con adquisiciones mezquinas. Esco-
jan una norma elevada y no escatimen esfuerzos
para alcanzarla" (Elena de White, Mensajes para
los jóvenes, p. 36). Estas palabras son una fuerte
motivación para que alcancemos las estrellas.
Cuando estaba en la escuela secundaria,
nuestro director solía impartirnos cápsulas mo-

151
Sorpresas de una vida fuera de 1~ cot.nún.

tivacionales poderosas durante nuestras reuniones matutinas.


Machacaba en nuestros oídos la importancia de no estar satis-
fechos con la mediocridad. Él decía que hay una superabun-
dancia tan grande de personas mediocres en. este mundo que
queda mucho lugar en la cumbre pari:da excelencia. Ese con-
cepto me impresionó. Luego, más adelante, encontré un póster
que decía: ''Apunta a las estrellas y no dispararás más bajo que
los árboles". Recuerdo haber compartido estos pensamientos
con mis propios alumnos en el secundario, cuando me convertí
en profesora de Inglés.

¿Vendráelhadabuena?
Cuando éramos niños, escuchábamos cuentos de personas
que estaban en circunstancias desafortunadas hasta que un
hada buena los encontraba y movía su varita mágica. Estaba
Cenicienta, cuyos harapos tiznados fueron transformados en
un espectacular vestido de princesa cuando el hada madrina
movió su varita mágica. Cenicienta pasó, de la pobreza, a un
palacio. Estos saltos hacia la riqueza y la fama eran posibles en
los cuentos de hadas. Sin embargo, en la vida real, el éxito se
logra en términos de trabajo duro y determinación.
Es cierto que hubo personas reales que, a pesar de circuns-
tancias horrendas, lograron fama, riqueza y felicidad. Nos ins-
piran las personas con orígenes humildes que protagonizaron
historias de éxito. Piensa en Abraham Lincoln, nacido en una
cabaña de troncos. Su familia era pobre, pero él tenía una pa-
sión tan consumidora por aprender que caminaba kilómetros
para pedir un libro prestado. También hacía el viaje de regre-
so, para devolver los libros que había pedido. Su determina-
ción por llegar a ser alguien dirigió su sueño hasta que llegó
a la Casa Blanca como el 16° presidente de los Estados Uni-
dos. También está el fallecido presidente Gerald Ford, quien
comenzó su vida como un bebé abandonado. Ford se convir-
tió en el 38° presidente de los Estados Unidos. A su vez, nos

152
El cielo es tu límite

asombran los donantes generosos que pasaron su infancia en


la pobreza pero que ahora, gracias a la riqueza que adquirie-
ron, están en posición de hacer enormes contribuciones a fun-
daciones de caridad. Estamos agradecidos por estas personas
que están comprometidas en dar una mejor vida a los menos
afortunados.
Otros pudieron perseguir sus sueños con éxito porque sus
comienzos fueron ventajosos. Nacieron en familias con dinero.
O vivieron en comunidades donde se alentaba la educación; Pa-
reciera que las oportunidades se les presentaban solas a estas
personas. Decimos que tuvieron buenos comienzos a su favor.
¿Qué constituye un buen comienzo? ¿Es posible asegurarse
un buen comienzo? La mejor garantía para un buen comienzo es
comenzar con Dios. Apóyate en la Palabra: "En el principio Dios
[... ] " (Gén. 1:1). Cada día es un nuevo comienzo, con nuevas
oportunidades. No necesitamos esperar un nuevo año para ex-
perimentar un nuevo comienzo. Ese es el problema de muchos
de nosotros: restringimos al calendario nuestras oportunidades
para los nuevos comienzos. El 1 o de enero comenzaré mi progra-
ma de ejercicios. Voy a comprometerme con mi culto personal.
Leeré una porción de un buen libro cada día. Sonreiré a mi familia.
Elegiré no dejar que nadie me haga sentir fea. Voy a... Hacia el 27
de enero, nos encontramos renegando de nuestras resoluciones.
Esto nos desanima, y no es bueno para nosotras. Si caemos el27
de enero, podemos levantarnos nuevamente el 28 y continuar
en carrera. Las oportunidades de Dios son nuevas cada mañana.

Cosas nuevas
El otro día, recibí una nota de una joven mujer. Me conmovió
su declaración: "Soy nueva". Pensé que esa era una convicción
hermosa. A todos nos gustan las cosas nuevas: casas nuevas,
autos nuevos, ropa nueva, años nuevos, e incluso amistades
nuevas. A veces, estamos tentados a olvidar lo antiguo, por lo
nuevo. En cierta ocasión, escuché a un hombre que había aban-

153
Sorpresas de una vida fuera de lo común

donado a quien había sido su esposa por treinta años. Dijo que
ella era demasiado vieja y que quería una nueva esposa. ¡Qué
triste! Esperemos que la "nueva" esposa de este hombre esté
contenta con el esposo viejo que consiguió.
Está bien que nos gusten las cosas nuevas. A Dios también
le gustan. Él nos ofrece un corazón nuevo. Su Palabra nos insta
a revestirnos del "nuevo hombre". Se nos aconseja caminar en
"novedad de vida". Nos dio un nuevo mandamiento: amarnos los
unos a los otros. Nos promete un cielo nuevo y una tierra nueva''.
11

Cuando lleguemos al cielo, recibiremos nombres nuevos.


Si dependemos de Dios, él nos dará las cosas nuevas que
necesitamos: energía, objetivos, sabiduría y una flamante de-
terminación de alcanzar las estrellas. Reclamemos las prome-
sa que Dios hace en Isaías 43: 19: "He aquí que yo hago cosa
nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré
camino en el desierto, y ríos en la soledad".

Objetivos, objetivos
El tiempo avanza inexorablemente y, si no planificamos
nuestras vidas, nos encontraremos a la deriva y sin rumbo.
¡Tantas cosas parecen haber sucedido "ayer"! ¡Cómo vuela
el tiempo! Es tan fácil que una esposa caiga en la rutina de
cuidar de su familia, la iglesia y la comunidad, y deje de lado
la concreción de sus objetivos personales. Algunas mujeres
articulan sus objetivos temprano en la vida y los persiguen;
otras son más tardías. Hay diferentes razones para ello. Quizá
la esposa le estaba dando a su esposo la oportunidad de ob-
tener una educación y una carrera. Puede ser que ella haya
querido dedicar su tiempo a cuidar de sus hijos pequeños.
Los planes pudieron haber sido interrumpidos por una en-
fermedad o por fondos limitados. Un deseo de cambiar de
carrera o las mudanzas pastorales frecuentes pudieron haber
sido factores que contribuyeron a una concreción tardía de los
objetivos de la esposa del pastor. Estas son razones legítimas.

154
El cielo es tu límite

Sin embargo, llega un momento en el que deben ponerse ob-


jetivos y decidir un plan de acción.
Una mujer debe resistir circunstancias o personas que tien-
den a distraerla de sus objetivos. Hay momentos en los que de-
bemos postergar nuestros sueños, pero también debe llegar el
momento de retomar la prosecución de ellos. Nuestros objeti-
vos nos pertenecen. No debemos permitir que nadie diluya la
fuerza de nuestras ambiciones. Dios está dispuesto a unirse con
nosotras en nuestra búsqueda de un futuro más brillante. "Por-
que yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice
Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que
esperáis" aer. 29: ll). Los sueños no logrados pueden causar
amargura y resentimiento; no hay prácticamente nadie que no
haya sentido alguna vez el deseo de hacer algo grande o de
realizar una contribución a la sociedad o la familia. Cuando el
deseo es pisoteado, nos sentimos desinflados y nuestro espí-
ritu decae. ¿Cómo podemos ver el cielo como nuestro límite,
cuando apenas podemos espiar nuestros objetivos terrenales?
¿Cómo podemos alcanzar esos objetivos que nos eluden?
En su libro Eres más importante de lo que piensas, Leslie Pa-
rrot comparte una experiencia personal convincente. Ella dice
que comenzó a pensar realmente en sus sueños recién cuando
alguien la urgió a hablar de ellos. "Esto es lo que sueño hacer
en los próximos diez años" fue su respuesta. "Y deslicé mi bloc
de notas en su escritorio. En el bloc, había una lista de cinco
oraciones: Quiero obtener mi doctorado. Quiero correr la ma-
ratón de Los Ángeles. Quiero tener tres hijos. Quiero escribir
libros infantiles. Quiero enseñar y aconsejar a alumnos univer-
sitarios" (p. 69).
Leslie Parrot confesó que nunca había sido definitiva con sus
sueños si no hubiera sido forzada a hacerlo. ''Probablemente
no habría ni siquiera pensado en avanzar más allá de lograr
que mi esposo terminara su carrera universitaria, tener un ho-
gar y formar una familia [... ]Aunque nunca lo hubiera creído en

155
Sorpresas de una vida fuera de lo común

ese momento, escribir mis sueños me ayudó a cumplir todos,


menos uno de ellos. Thve solo dos hijos, no tres" (p. 69).
Así que, mi querida hermana, ten un sueño. Sueña en gran-
de, y luego encamínate en esa dirección.
El primer paso es presentarle tus objetivos a Dios. Ya hemos
dejado en claro que nuestros planes deben empezar con Dios.
Con Dios en el comienzo, no podremos evitar alcanzar sabidu-
ría. "El temor de Jehová es el principio de la sabiduría". Desde el
mismo comienzo, Salomón pidió a Dios sabiduría. Y la obtuvo.
La Palabra de Dios nos invita a pedir sabiduría a Dios. ''Y
si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el
cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada''
(Sant. l :5). Busca el placer de Dios en tus planes. Pídele que
camine contigo en tu viaje.
El segundo paso es estar enfocada en tus objetivos. ¿A dón-
de quieres ir? ¿Qué quieres de la vida? ¿Dónde esperas es-
tar en los próximos dos, cinco o, incluso, diez años? Al añadir
pasión a tus objetivos, te descubrirás hábil para salir adelan-
te a pesar de los obstáculos. No te desanimes por los contra-
tiempos. Date cuenta de que, con Dios, tus posibilidades son
ilimitadas y tus objetivos son alcanzables. Elena de White dice:
"Tienen a su alcance algo más que posibilidades finitas" (Men-
sajes para los jóvenes, p. 44). Que tus objetivos sean elevados,
no microscópicos. El Dios de tus objetivos es poderoso, abun-
dante y asombroso.
El tercer paso es trabajar duro. Una encuesta de Gallup in-
vestigó sobre las cualidades para el éxito. Los encuestadores
pasaron miles de horas entrevistando personas exitosas en to-
das las área de la vida: el ejército, los negocios, las artes, la re-
ligión, y así sucesivamente. Descubrieron que el denominador
común no era un golpe de suerte, talento extraordinario, atajos
o riqueza. ¡Era el trabajo duro! Todas las personas que fueron
entrevistadas atribuyeron su éxito al trabajo y el esfuerzo. El
trabajo arduo y la determinación son una combinación imbati-

156
El dilo • tu limita

ble. Trabaja duro, persevera y aférrate a tu espíritu de determi-


nación. No se puede trabajar duro cada tanto. La constancia es
necesaria. Nota lo que este autor anónimo dice sobre la perse-
verancia y la determinación:
"Persevera. Nada en el mundo puede ocupar el lugar de
la persistencia. No lo hará el talento: nada es más común que
hombres talentosos pero no exitosos. No lo hará el genio: los
genios no recompensados son casi un proverbio. No lo hará
la educación: el mundo está lleno de indigentes educados. La
persistencia y la determinación son importantes".
El cuarto paso es considerar la importancia de las relaciones.
Elegir cuidadosamente con quiénes nos asociamos es de la ma-
yor importancia. A veces, nuestros amigos influyen en electrocu-
tar nuestros objetivos. Algunas personas no están interesadas en
nuestro progreso; incluso, hay otros que no tienen fe en nuestras
habilidades para triunfar y nos desalientan. Tenemos que mante-
nernos cerca de quienes ambicionan grandes cosas para noso-
tros y que nos apoyarán en nuestros objetivos. Thmbién necesi-
tamos estar cerca de aquellos que están comprometidos en una
relación con Jesús. En Proverbios l: lO, Salomón nos da una gran
calificación del tipo de relación que debemos buscar: "Hijo mio,
si los pecadores te quisieren engañar, no consientas''.
Cuando pensamos en relaciones, a veces, minimizamos
nuestra contribución a las relaciones sanas. Debemos ser ama-
bles y generosos. Debemos hacer buenas cosas por otros y
apresurarnos a realizarlas. "No te niegues a hacer el bien a
quien es debido, cuando tuvieres poder para hacerlo. No digas
a tu prójimo: Anda, y vuelve, y mañana te daré, cuando tienes
contic;;¡-o qué darle" (Prov. 3:27, 28). Hazlo ahora.
Es lamentable que, en la prosecución de nuestros objetivos,
frecuentemente olvidemos la importancia de la bondad, el cui-
dado, el compartir, y el respeto por otros en nuestras relacio-
nes. Estas cosas no deben faltar. Impresionamos más a las per-
sonas con nuestra amabilidad que con nuestros talentos.

157
Sorpresas de una vida fuera de lo común

El quinto paso es ignorar el coro de los cantantes de la per-


dición. Muy a menudo están quienes se paran y denuncian los
sueños de las personas. Gritan: "No puede hacerse. No podrás
alcanzarlo". En lugar de dar aliento, son el coro de la perdición.
''No eres suficientemente inteligente. Estás tratando demasia-
do. Th familia necesita tu apoyo. No puedes pagarlo". Ese es el
momento de ponerte tus auriculares y avanzar con la seguri-
dad de que Dios te cuidará. No es tiempo de escuchar el des-
ánimo o las profecías de fracaso.
Las limitaciones pueden ser una barrera para el éxito. Nos
imponemos limitaciones a nosotros mismos y también somos
limitados por otros. Pero, no estamos en el negocio de las limi-
taciones. Nos movemos en la marcha hacia el éxito. Con Dios a
nuestro lado, seremos victoriosos. Aférrate de la siguiente pro-
mesa que se encuentra en Mensajes para los jóvenes: "Cuando
la voluntad del hombre coopera con la voluntad de Dios, llega a
ser omnipotente" (Elena de White, p. 99).
Es importante entender que el éxito sin integridad es va-
cío. Podemos lograr nuestros sueños más queridos y escalar
·las cumbres más altas pero, si nuestros pasos no están mar-
cados por la integridad, no somos nada. Según Karl Haffneck
"puedes manejar un Corvette, lograr un título de Harvard, ir
de vacaciones a Australia y hasta jugar golf con un hándicap
[... )pero nunca serás verdaderamente exitoso a menos que,
detrás de todo lo que hagas, esté la integridad. Solo cuando
la verdad esté profundamente enraizada en tu carácter, dis-
frutarás la parte apasionante del éxito". ¡Qué profundo! Todos
hemos visto personas que han dado pasos gigantescos en el
ámbito educativo y económico, pero súbitamente han caído
en desgracia a causa de su falta de integridad. El sabio Salo-
món nos recuerda la importancia de la integridad: "Mejor es
el pobre que camina en integridad [... ]" (Prov. 19: 1). Una per-
sona realmente exitosa es la que disfruta del respeto de otros
porque es honesta, transparente y verdadera. Muchos de no-

158
El cielo es tu límite

sotros estamos familiarizados con la siguiente declaración:


"La mayor necesidad del mundo es la de hombres [mujeres]
que no se vendan ni se compren; hombres [mujeres] que sean
sinceros[as] y honrados[as] en lo más intimo de sus almas;
hombres [mujeres] que no teman dar al pecado el nombre
que le corresponde; hombres [mujeres) cuya conciencia sea
tan leal al deber como la brújula al polo; hombres [mujeres]
que se mantengan de parte de la justicia aunque se desplo-
men los cielos" (Elena de White, La educación, p. 57).

Hay ayuda
Una vez que hemos definido nuestros objetivos y estamos
avanzando hacia el cumplimiento de nuestros sueños, ¿cómo
podemos estar seguras de que llegaremos al final? Recuerdo
muy claramente las semifinales de la carrera de 400 metros de
los Juegos Olímpicos de 1992, en Barcelona, España. La aten-
ción estaba centrada en Derek Redmond. Era el mismo Red-
mond quien, en 1988, en Seúl, había tenido que retirarse de
los Juegos apenas lO minutos antes del comienzo de la carre-
ra porque había sufrido una lesión en su tendón de Aquiles.
Redmond había tenido una serie de intervenciones quirúrgicas
para reparar el tendón y ahora, cuatro años más tarde, tenía otra
oportunidad de competir en los Juegos Olímpicos.
Cerca de 65.000 espectadores se amontonaban en las tri-
bunas, y había un aire de expectativa al comenzar la carrera.
Pronto Derek Redmond comenzó a pasar a los otros compe-
tidores. La muchedumbre lo alentaba, al ver a su favorito ga-
nando terreno. Entonces sucedió. En una fracción de segundo,
cuando estaba a solo 175 metros de la meta, Redmond escuchó
un estallido en su tendón derecho. Tambaleó y, sujetándose la
pierna, cayó en la pista.
Hubo silencio mientras el atleta yacía casi inmóvil. No per-
mitió que el personal médico lo pusiera en una camilla. Luego,
lentamente y con dolor, Redmond se levantó. "Sigue, sigue, si-

159
Sorpresas de una vida fuera de lo común .

gue", gritaba la multitud, apoyándolo. "Puedes lograrlo. Sigue,


sigue, sigue:·
Animado por el coro de admiradores, Derek hlzo un intento
valeroso. Al principio débilmente, y luego con más coraje, vol-
vió a la carrera. A esa altura de los acontecimientos, muchos de
sus competidores ya lo estaban alcanzando. Algunos lo pasaron,
pero Redmond continuó avanzando. ¿Podria llegar a la meta?
De pronto, en un segundo, un caballero de mediana edad
saltó de la tribuna y, desafiando a la seguridad del estadio, se
lanzó al lado de Derek. Poniendo un brazo alrededor de la cin-
tura del joven, susurró: ''Aquí estoy: terminaremos juntos''. ¡Era
el papá de Derek! Juntos, padre e hljo caminaron con dificultad
hacia la meta. Cuando estaban cerca, su papá soltó a Derek
para que cruzara la línea él solo.
Las tribunas irrumpieron en aplausos. En medio de los
admiradores que gritaban y las banderas que ondeaban, un
comentador se ahogó en sus lágrimas mientras luchaba por
transmitir los resultados de la carrera. Este padre terrenal había
ayudado a su hijo a cruzar la línea.
¿No hará aún más nuestro Padre celestial? No tengas miedo
de no poder llegar a la meta, al cumplir tus objetivos. Me gusta
la versión de la Biblia en lenguaje actual de Filipenses l :6: ''Dios
empezó el buen trabajo en ustedes, y estoy seguro de que lo
irá perfeccionando hasta el dia en que Jesucristo vuelva".
Por eso, persigue tus objetivos. Sé lo mejor que puedas ser.
El cielo es tu límite. Me gusta la siguiente declaración del libro
La educación de Elena de White: "El ideal que Dios tiene para
sus hijos está por encima del alcance del más elevado pensa-
miento humano" (p. 18). ¡Qué declaración! Haz una pausa por
un momento, y visualiza la posición más elevada que puedas
imaginar para ti. ¿Cuál es tu mayor deseo? Ahora cree que Dios
tiene para ti algo mejor y aún más grande. "Por encima del al-
cance del más elevado pensamiento humano". ¿No es eso aun
más alto que el cielo?

160
·PRECAUCUlN:
··Lobos sueltos, ' .

Un lobo se parece a un perro y, de hecho, es un


miembro de la familia canina. Un cachorro de lobo
es tan hermoso como un perrito doméstico. Sin
embargo, no nos conectamos con lobos adultos
de la misma manera que con los perros; aunque
ha habido algunas historias de niños que fueron
cuidados por lobos. Una de las leyendas romanas
más antiguas es la de los mellizos Rómulo y Remo,
quienes fueron abandonados cerca del Río Tigris.
Una loba los encontró y los amamantó como si
fueran sus propios hijos. Supuestamente, la ciudad
de Roma recibe su nombre por Rómulo.
Los lobos no son necesariamente bienvenidos
en nuestra sociedad. Nos sentimos más cómodos
cuando restringen sus movimientos al monte. De
hecho, asociamos características despreciables
con los lobos. El apóstol Pablo expresó su pre-
ocupación sobre posibles ataques a los primeros
cristianos. ''Porque yo sé que después de mi par-
tida entrará, en medio de vosotros, lobos rapa-
ces, quenoperdonaránelrebaño" (Hech. 20:29).

161
Sorpresas de una vida fuera de lo .com(J,n

Amigos de la esposa del pastor


Es importante que la esposa del pastor tenga cuidado en su
asociación con los hombres y las mujeres en la iglesia y en la
comunidad. Como esposas de pastor, encontramos personas
con personalidades variadas. Debemos tratarlas a todas de una
manera cristiana. Deberíamos preguntarnos: "¿Qué haría Jesús
en mi lugar?" Siempre tenemos que recordar que los seres hu-
manos son criaturas de Dios, objetos de su amor eterna!, crea-
dos a su imagen.
Hay dos ramas de pensamiento importantes con respecto
a la socialización en la iglesia local. Algunos sienten que la es-
posa del pastor debe ser civilizada con todos, pero sin tener
amistad con nadie. Otros proponen que la esposa del pastor
debería ser la persona más amigable del planeta. Debe ser ex-
trovertida y afectuosa con todos.
Los extremos pueden ser peligrosos: en este caso, el cami-
no intermedio parece ser la ruta más segura. Las relaciones
pueden ser críticas; por eso, las relaciones exitosas requieren
un equilibrio de calidez, cuidado, discreción y sentido común.
Un cristiano debe ser desinteresado y amante mientras, a la
misma vez, es perceptivo y sabio. Además, la esposa del pastor
debe ser profesional.
Entonces, la esposa del pastor ¿puede tener amigos? Sí, ¿por
qué no? Sin embargo, como en cualquier relación, hay ciertos
lineamientos que seguir. Algunas personas son amigables por
naturaleza y se acercarán a la esposa del pastor con facilidad.
Perciben su soledad y su pesada responsabilidad, y sienten el
compromiso de ser sus amigos. Ella les agrada. Luego, hay otros
que mantendrán la distancia no porque ella no les agrade, sino
porque no quieren ser acusados de imponerle su compañía. Una
señal de aceptación de parte de ella, sin embargo, los animará
a formar una amistad con ella. Hay todavía otros que se presen-
tarán a sí mismos como amigos, pero no son genuinos. Simple-
mente tienen curiosidad por averiguar qué ocurre en la iglesia.

162
PRECAUCION: Lobos sueltos

Somos seres sociales. Dios creó un mundo lleno de perso-


nas para que podamos elegir algunos amigos que nos ayuden a
disfrutar de la vida y a compartir nuestras cargas. Necesitamos
picnics, reuniones y otros eventos que satisfagan nuestras necesi-
dades sociales. La asociación con otras personas puede ayudar-
nos en nuestro crecimiento, mientras aprendemos los unos de
los otros. El desafio reside en el equilibrio. Todos deberían tener
la seguridad de nuestra aceptación. Nadie tendría que sentirse
excluido. Pero, como naturalmente nos conectamos con algunas
personas más fácilmente que con otras, habrá algunos que auto-
máticamente estarán un poco más cerca de nosotros.
¿Qué significa que algunos miembros de iglesia estén "un
poco más cerca de nosotros"? Quiere decir que podemos
compartir algunos intereses en común. No obstante, aun así
hay ciertas barreras que debemos mantener. No renunciamos
a nuestra vestimenta profesional. No renunciamos a nuestros
estándares cristianos. Mantenemos en privado nuestra vida
privada y el chisme está prohibido. El libro de Proverbios está
repleto de consejos sobre las relaciones. El sabio también nos
advierte en contra de visitar mucho las casas de los demás.
''Detén tu pié de la casa de tu vecino, no sea que hastiado de ti
te aborrezca" (Prov. 25: 17).
Reúnanse para fortalecerse espiritualmente. Hay muchas
bendiciones que podemos compartir. Se recomiendan activi-
dades como salir de compras, intercambiar recetas y empren-
der otras actividades sanas. Incluso, podemos formar equipos
con otras damas para ser socias misioneras. Pero la idea no es
iniciar un exclusivo "Club de la Esposa del Pastor". El objetivo
es promover las relaciones sociales sanas.

Loba
Una debe estar alerta frente a los peligros sociales sin lle-
gar a ser paranoica. El pastor, con frecuencia, tiene que estar
en compañía de diferentes tipos de mujeres: eficientes, com-

163
Sorpresas de una vida fuera de lo común

prometidas, atractivas, compasivas y exitosas. Muchas de estas


damas son cristianas consagradas, pero, lamentablemente, al-
gunas no lo son. Por lo tanto, puede haber sentimientos de in-
seguridad que atormenten a la esposa del pastor cuando estas
damas están en compañía del ministro.
Aqui hay algunas estrategias que pueden ayudarnos a pro-
teger a nuestros esposos, mientras aseguramos nuestra posi-
ción. Sé una esposa visible. A los ojos de la congregación, tu
visibilidad establecerá tu estrecha relación con tu esposo. Él
no necesita una esposa fantasma; la esposa del pastor debe
ser real, cercana y visible. Los pastores que habitualmente apa-
recen sin sus esposas están en posición de enviar mensajes
peligrosos. Cuida de tu salud y de tu apariencia, a fin de re-
sistir la necesidad de ausentarte con frecuencia. A todos los
hombres, incluidos los pastores, les gustan las esposas atracti~
vas. Por lo tanto, las mujeres nos debemos a nosotras mismas
el mantenernos atractivas. Esto no es una excusa para realizar
gastos extravagantes. Nuestra ropa no tiene que ser ostentosa.
No necesitamos vestir con estilos osados, para llamar la aten-
ción sobre nosotras mismas. Todo lo que necesitamos hacer es
cuidar de nuestro envoltorio. Nuestros lineamientos deberían
ser la modestia, la ubicación y un gusto elegante.
Algunas esposas tienen un extraño espíritu de sacrificio pro-
pio. Son cuidadosas en que sus esposos e hijos se vistan bien,
pero descuidan su propia apariencia. Quizá no puedas pagar-
te un guardarropa muy grande, pero seguramente te debes a
ti misma tener varios vestidos que te sienten bien, con acce-
sorios que hagan juego. Compra con cuidado. Mira catálogos
para afinar tu sentido de la moda y reconoce que las modas
actuales pueden no ser apropiadas para los cristianos. Además
de nuestra responsabilidad de ser modestas, necesitamos te-
las, modelos y cortes que nos sienten bien. Si eres bendecida
con el talento de la costura, celebra tu buena fortuna. Si no, es
una buena idea tomar clases. Yo estoy muy contenta de haberlo

164
PRECAUCION: Lobos sueltos

hecho. Aunque no me convertí en una diseñadora de primera


categoría, aprendí mucho sobre cómo valorar y comprar telas
y ropa. Ahora, puedo entrar en una tienda de ropa con la con-
fianza de que no voy a estar a la merced de la vendedora.
Es importante ser una compradora inteligente. Una com-
pradora inteligente no es una incansable buscadora de ofer-
tas. Un vestido en oferta que no te sienta bien no es una oferta,
no importa el precio. La compradora inteligente que tiene un
presupuesto limitado adquiere ropa que dure más de un año.
Haz una lista de tus accesorios, y elige colores que combinen
con ellos. Elige telas de buena calidad, y aprende la magia de
mezclar y combinar: te sorprenderás de cómo multiplicarás tus
atuendos. Invierte tiempo en tu apariencia. Con un poco de pla-
nificación e imaginación, puedes verte espléndida.
A su vez, no debemos quedarnos con el envase, pues hay
más belleza que solo el exterior. La hermosura viene del inte-
rior y sale hacia el exterior. Jesús es el Autor de la belleza. Él es
la Estrella de la mañana, el Lirio de los Valles, la Rosa de Sarón.
Con Jesús como nuestro Amigo íntimo, tenemos muchas posi-
bilidades de ser hermosas. Alabo a Dios por su promesa. Es
la entrada de Jesús en nuestra vida y su presencia morando en
nosotras lo que nos transforma en reinas de belleza. Esta idea
de hermosura nos atrae a las mujeres, y eso está bien. Jesús
nos lava, nos limpia, nos viste con su justicia y ¡en qué producto
atractivo nos convierte!
Las clases de educación continua y los proyectos de me-
joramiento personal ayudarán a aumentar nuestra confianza
y estima propias. No fuimos creadas para ser mediocres. No
debemos ser reticentes a leer, a estudiar y a mejorar nuestras
habilidades. Donde miremos, encontraremos oportunidades
para crecer. No debemos sentir que nos quedamos atrás. Tó-
mate el tiempo de descubrir qué te gusta hacer y qué talentos
tienes. Dios te ayudará, pues cumplirá su promesa de darnos
sabiduría. "Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a

165
Sorpresas de una vida fuera de lo común

Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente siri


menospreciar a nadie" (Sant. l :5, NVI).
Otro aspecto para tener en cuenta es la importancia del tac-
to y la madurez, al tratar con las damas de la congregación.
Vigilar a tu esposo como rm perro guardián es desagradable,
sofocante e incómodo para él. Él necesita su espacio. Las de:.
mostraciones de celos y sospechas no son productivas, pue-
den causar que los miembros de iglesia te pierdan el respeto, y
además, podría avergonzar a tu esposo. Es rma forma inefectiva
de proteger a nuestros esposos.
A veces, nuestra intuición puede advertirnos acerca del peli-
gro inminente de parte de rma o dos mujeres intrigantes; usa el
don de la intuición para alertar a tu esposo pastor. Los hombres
no captan ciertas señales, y es útil comentar tus sentimientos
con él. El que no esté expuesto a ciertas mujeres ayuda a pro-
tegerlo. No deberías ofrecer sus servicios como ''taxista'', pues
no es sabio alentarlo a llevar hermanas a sus casas. Recuér-
dale su responsabilidad profesional de tomar precauciones al
aconsejar a mujeres. Algrmos pastores se sienten invencibles,
y no admiten su necesidad de tener cuidado. La consejería no
debería realizarse en rmlugar solitario. Tendría que haber otra
persona responsable a rma distancia razonable. Hay ciertas
precauciones que todos los consejeros deberían observar, y
los pastores no son la excepción.
Siempre recuerda que tu esposo necesita tener satisfechas
sus necesidades sociales, espirituales y sexuales. Al llenar a
tu cónyuge emocionalmente, lo estás protegiendo de los ata-
ques externos. El pastor es muy vulnerable durante períodos
de frustración profesional y presiones domésticas. En su libro
Pastores en riesgo, London y Wiseman hacen la siguiente decla-
ración: "Los pastores son muy vulnerables al apoyo emocional
exterior durante las épocas de futilidad frustrante. Por este mo-
tivo, nrmca debe faltar toda la prevención posible que emana
de rm matrimonio satisfactorio" (p. 47).

166
PRECAUCION: Lobos sueltos

Por último, ora por tu esposo y con él. Queremos que nues-
tra familia triunfe, pero no podemos hacerlo solas. Las buenas
intenciones, las habilidades y la experiencia no son suficientes
para lograr una vida familiar exitosa. Necesitamos ayuda para
enfrentar todos estos desafios. Proverbios 3:6 nos asegura: "Re-
conócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas".
Con Dios como nuestro Ayudador, trabaja junto con tu esposo
para preservar tu matrimonio y tu ministerio.

Lobos
Los "lobos" atacarán a cualquiera, incluso a la esposa del
pastor. Por lo tanto, ella también necesita estar en guardia ante
cualquier peligro potencial. Un comportamiento descuidado e
ingenuo no la protegerá. Ella debe ejercer discreción, ubica-
ción y buen sentido común. Con frecuencia, una mujer puede
detectar un depredador potencial. Por lo tanto, debe tener un
plan de batalla antes del ataque.
Apretones de manos prolongados y miradas sugerentes son
indicadores de un lobo en acecho. Limita cualquier contacto
físico. No es necesario abrazar a cada miembro de iglesia mas-
culino. La esposa del pastor tiene que evitar el contacto cer-
cano y frecuente con ciertos tipos de hombres. Es una buena
idea evitar el atraer "lobos" cuando el pastor está ausente. Di-
rige la conversación para evitar temas tales como la soledad,
la compasión propia, los problemas económicos personales o
tus desafios maritales. Estos temas presentan un clima apropia-
do para la infidelidad. No es recomendable ser confidente de
miembros de iglesia varones. Si sientes la necesidad de com-
partir un problema, busca a un consejero profesional.
No te pongas en la situación de recibir o aceptar regalos de
parte de hombres. Los regalos de parte de hombres deben ser
para la familia, y no dedicados personalmente a la esposa del
pastor. A veces, una mujer se convierte en una víctima inocente
de este gesto.

167
Sorpresas de una vida fuera de lo común

No todos los hombres son lobos. Nuestras familias necesi-


tan el apoyo y la ayuda de algunos de los miembros mascu-
linos. Apreciamos su disposición para compartir talentos con
nosotras. En nuestro ministerio, hemos sido bendecidas con la
amabilidad de hombres desinteresados y bien intencionados.
Esos hombres han estado siempre listos y dispuestos a ayudar
a nuestra familia en emergencias y crisis, que siempre parecían
suceder cuando mi esposo estaba de viaje. Gracias a Dios por
los hombres cristianos honestos e íntegros. Nuestra iglesia se
enorgullece de tales maravillosos hombres de Dios.
Algunas damas son tomadas desprevenidas porque les
cuesta reconocer a los lobos. Encontré esta declaración sor-
prendente de un escritor anónimo: "Si alguna vez tienes la
oportunidad de mirar a un lobo a los ojos, te darás cuenta de
que no estás mirando a los ojos de un animal cualquiera: este
animal está pensando con una inteligencia que no estás acos-
tumbrado a ver en ningún otro animal''. Es importante estudiar
la naturaleza humana y ser perceptivas. Tenemos que usar el
radar que Dios nos dio para alertarnos en situaciones que po-
drían ser peligrosas. La Biblia nos insta a ser astutas como ser-
pientes y sencillas como palomas. Jesús promete mostrarnos el
camino y guiarnos. "Porque este Dios es Dios nuestro eterna-
mente y para siempre: él nos guiará aun más allá de la muerte"
(Sal. 48: 14). Lo único que debemos hacer es seguirlo.
Construye tu relación con tu esposo. Comunícate regular-
mente con él. Reconoce tu vulnerabilidad y aférrate de Jesús en
tu vida privada de devoción. Añade algunas actividades flsicas
y mentales. Haz ejercicio, ten un pasatiempo y lee. Al fortale-
cer tu mente, podrás poner una gran distancia entre tú y tus
tentaciones. No tomes riesgos, y nunca niegues la posibilidad
de convertirte en una víctima de la indiscreción e, incluso, de
llegar a ser infiel. Es más seguro pensar: ''Soy vulnerable. Tam-
bién me puede suceder a mí''.

168
PRECAUCiéJN: Lobos sueltos

Formas de prevenir la infidelidad


Hace algunas décadas, el que con más frecuencia caía en la
infidelidad era el cónyuge masculino. Al pasar el tiempo, más
mujeres ingresaron al mercado laboral y asumieron mayor in-
dependencia económica y confianza social, y la infidelidad se
coló en las filas femeninas. Antes, Satanás atrapaba a los pas-
tores en la infidelidad. Sabía que esa era una forma efectiva
de llevar al hombre de Dios a un testimonio inefectivo. Sin em-
bargo, hemos notado que, en tiempos recientes, la trampa se
ha extendido a las esposas de pastor. Nadie está exento de la
amenaza de la infidelidad. Las esposas de pastor que han sido
descubiertas en infidelidad han dado varias explicaciones para
su desgracia: soledad, aburrimiento, inhabilidad para vivir bajo
el escrutinio constante, falta de atención y cuidado del cónyuge,
demasiado trabajo, desilusión, imperiosa necesidad de volver-
se rebelde y dejar el ministerio. Ninguna de estas esposas de
pastor que fueron entrevistadas dijeron que alguna vez hubie-
ran concedido que eso sucedería. Todas eran buenas mujeres,
con aspiraciones nobles de servir al Señor en un ministerio en
pareja. Pero, el demonio usó toda avenida que pudo encontrar,
y tuvo éxito.
La siguiente es una lista de estrategias para combatir la
infidelidad:

l. No te confies demasiado. Nunca digas: ''Esto a rrú no me va


a pasar nunca". Las Escrituras dicen: "Así que, el que piensa
estar firme, mire que no caiga" (1 Cor. 10.12). Está alerta; la
vigilancia es un compañero fiel de las mujeres.
2. Ten fuertes convicciones morales. Recuerda tus valores y
niégate a comprometerte con el pecado. La racionalización
es peligrosa.
3. Que tu mejor amigo sea tu esposo. Muchas infidelidades
comenzaron con el abordaje de una relación de "solamen-
te amigos". Haz que tu esposo sea tu mejor amigo.

169
Sorpresas de una vida fuera de lo común

4. Pon límites. Recuerda de quién eres hija; eres hija del Rey
del cielo. La realeza tiene normas de comportamiento co-
rrecto. No es necesario ser popular, pero es obligatorio ser
virtuosa.
S. Construye tu propio matrimonio. Un matrimonio exitoso es
el resultado del trabajo arduo. Encomienda tu matrimonio a
Dios y haz todo lo que sea humanamente posible para que
funcione.
6. Responsabilizate de tu comportamiento. Eres una adulta con
conocimiento, y estás al tanto de las normas cristianas. No
eches la culpa a las circunstancias por tu conducta.
7. Transforma tus pensamientos. El apóstol Pablo comparte el
secreto para elevar tus pensamientos: "[ ... ] todo lo puro [... ]
en esto pensad" (Fil. 4:8).
8. Ora, ora y ora. El hábito de la oración continua es necesario
para nuestro éxito espiritual. Pablo nos amonesta a "orar sin
cesar'' (1 Tes. 5: 17). Este debe ser nuestro lema; y manten-
drá a Cristo en nuestros corazones.
9. Corre si tienes que hacerlo. No es solo el cobarde el que
escapa. Los hombres sabios son suficientemente valientes
como para escapar de situaciones pecaminosas y peli-
grosas. La integridad de José lo hizo huir de la esposa de
Potifar, que trataba de seducirlo. Él estaba determinado a
hacer lo correcto:"[ ... ] ¿cómo, pues, haría yo este grande
mal y pecaría contra Jehová?"" [... ]Entonces él dejó su ropa
en las manos de ella, y huyó y salió" (Gén. 39:9, 12).

Los tres chanchitos


Muchas de nosotras hemos leído o escuchado el cuento ti-
tulado ''Los tres chanchitos ''. Una versión de la historia dice que
cada uno de los tres chanchitos, Peter, Patty y Penny; decidieron
construir una casa. Peter construyó su casa con paja, Patty cons-
truyó la suya de madera y Penny construyó su casa con ladrillos.
Vino el lobo. Llamó a la casa de paja de Peter, pidiendo que

170
PRECAUCION: Lobos sueltos

se lo dejara entrar. Peter se negó y el lobo malo amenazó: "Voy


a soplar, soplar y soplar, y voy a volar tu casa". Así lo hizo, y
destruyó la casa de Peter. Entonces, el lobo fue a la casa de
madera de Patty e hizo lo mismo cuando Patty no lo dejó entrar.
Peter y Patty corrieron a la casa de ladrillos de Penny; y le
advirtieron sobre el lobo peligroso. Llegó el lobo, quien trató de
entrar. "Voy a soplar, soplar y soplar, y volaré tu casa", gruñó
el lobo malo. Pero, esta vez no tuvo éxito. ¡Los tres chanchitos
unieron sus esfuerzos y vencieron al lobo malo!
Satanás es el gran lobo malo, que está decidido a destruir
nuestros hogares. Se enfoca en las familias pastorales. Espe-
cialmente, quiere "volar nuestra casa". Tenemos que construir
nuestra casa sobre la Roca: Jesús.

Es posible
Tú puedes tener un matrimonio pastoral exitoso. Requiere
trabajo arduo y la determinación de hacer que el matrimonio
funcione. London y Wiseman hacen el siguiente comentario:
"Para disfrutar de un matrimonio de alto octanaje, hay dos te-
mas internos que necesitan constante atención de parte del
pastor y de su esposa: realidad espiritual y nutrición emocio-
nal. No se puede tener un ministerio efectivo sin que ambos
miembros de la pareja tengan estos elementos en abundancia
[... ] Crea un entorno afectivo donde ambos se nutran mutua-
mente en realidad espiritual y fortaleza emocional" (p. 92).
La buena noticia es que Dios está de nuestro lado. Nuestro
Padre celestial está comprometido a sostenernos y a promo-
ver matrimonios felices y exitosos. Sobre todo, él es ''pode-
roso para guardarnos sin caída" Gud. 24). Reclamemos esta
promesa preciosa de supervivencia, gozo y realización en
nuestras vidas.

171
· · CUidandO de·.
ti misma ·. ·,.

Con frecuencia, tendemos a pensar que


nuestro cuerpo se cuidará solo. Quizá se deba a
que, a veces, tenemos la suerte de estar en for-
ma a pesar de nuestro descuido. Alimentamos a
nuestros esposos e hijos, y omitirnos poner un
lugar en la mesa para nosotras. Cumplirnos
cuidadosamente con el calendario de vacuna-
ción de nuestros hijos, pero salteamos nuestras
mamografias. Y esto no es todo. Posponemos ir al
salón de belleza, pero no nos olvidamos de en-
viar nuestros hijos a la peluquería para que se
vean bien todo el tiempo. Insistimos en que nues-
tros pequeños duerman la siesta todos los días
y cumplirnos con horarios estrictos para que los
niños se vayan a la cama, pero nos agotamos tra-
bajando todo el tiempo. Reemplazamos las ropas
de nuestros hijos cuando les quedan chicas, pero
somos renuentes a mejorar nuestros propios
guardarropas. Contribuimos al aspecto fresco y
sin arrugas de nuestros esposos, pero prestamos
poca atención a nuestra propia apariencia.

173
Sorpresas de una vida fuera
.
de lo ..comúQ
..{

Echarnos un vistazo
Tenernos que comprometernos a cuidar nuestro aspecto
general y nuestra salud. El salmista declara que fuimos hechos
"de modo formidable y maravilloso". ¡Qué bendición! Sin em-
bargo, a veces, olvidarnos cuán preciosas somos y abusamos
de nosotras o nos descuidarnos. El otro día me di cuenta de
que la mujer ocupada y virtuosa de Proverbios 31 tiene equili-
brio en su vida. A pesar de su torbellino de actividades, ''ella se
hace tapices; de lino fino y púrpura es su vestido" (Prov. 31 :22).
En su libro Explorando Proverbios, John Phillips se refiere a la
atracción de la mujer de Proverbios 31: "A su devoto esposo
le gustaba que ella se vistiera bien. Ella se había ganado el
derecho de vestir seda y púrpura. Era una reina por derecho
propio... La mujer ideal usaba sus ropas finas con una gracia
inconsciente y una falta total de orgullo y ostentación'' (p. 60 l).
En el Capítulo 7, hablarnos un poco sobre la importancia
de nuestra apariencia. Dado que estarnos considerando cuidar
de nosotras mismas corno un paquete, es necesario reconsi-
derar este terna. En muchos seminarios, las esposas de pastor
suelen reabrir discusiones sobre la vestimenta y la apariencia.
Los miembros de iglesia también comentan sobre cómo se ve
la esposa del pastor. El cuidado de nosotras mismas también
incluye cuidar de nuestra apariencia.
No debemos buscar envolvernos en materiales súper ca-
ros, ¡pero debemos usar lo mejor que podamos! Telas, estilo
y buen calce deben combinarse para sacar a la luz la "reina"
que está en nosotras. Este no es un intento de tirar por la bor-
da la economía y la frugalidad. Si miramos cuidadosamente
en las tiendas, podemos encontrar ofertas que sean de buen
gusto y nos queden bien. Cada vez que entro en una tienda
voy directamente a las ofertas. Estoy convencida de que una
oferta no tiene que verse como una oferta. ¡Solo nuestros bol-
sillos deben compartir el secreto con nosotras! Siempre me
emociono cuando descubro que un vestido muy costoso tiene

174
Cuidando de ti misma

un descuento del setenta por ciento del precio original. Lo ma-


noteo y salgo de esa tienda sintiéndome una ganadora. Luego,
cuando uso el vestido, me siento cara y linda. Las damas que
cosen tienen una ventaja mayor. Pueden elegir estilos que les
queden bien y ejercer su creatividad para verse bellas a un
precio más bajo. En todo esto, debemos siempre recordar que
la modestia y la adecuación debieran ser nuestros lineamien-
tos cuando nos vestimos.

¿Cómo puedo saber lo que es apropiado para mí?


Me gustan las palabras de Carole Jackson en Coloréame
hermosa: ''La moda es tan buena como te quede a ti. Algunas
mujeres pueden usar las últimas tendencias cada año, pero
muchas de nosotras no podemos hacerlo. La mujer inteligente
adapta la última tendencia a su propia figura y personalidad,
en lugar de tratar de alterar su apariencia para acomodar cada
tendencia. Si usas un estilo que no te sienta bien, aun cuando se
use, no te ves con estilo" (p. 94).
En nuestra elección de ropa, deben influir nuestra forma
corporal, nuestra edad, nuestra personalidad y nuestro cargo
o profesión. Añade a esto nuestro cutis, la forma de nuestras
caras, nuestra altura, la altura de nuestros cuellos y cabellos y,
por supuesto, un compromiso con nuestro testimonio cristiano.
Esto significa que tenemos que conocernos realmente. ¿Qué
tipo de persona soy? ¿Soy extrovertida? ¿Soy reservada? ¿Me
gustan los colores vivos o prefiero los colores más suaves?
Cuando entro en una tienda, ¿puedo saber si un atuendo es de
mi estilo? ¿Cuán cómoda estoy con mi elección, sin importar
la aprobación de la vendedora? Si no estamos seguras de qué
es bueno para nosotras, está bien hablar con alguien que sea
experto. Evita el peligro de dejarte influir para usar estilos que
no reflejan nuestras normas cristianas. Una mujer cristiana que
está empaquetada bellamente puede hacer una declaración in-
creíblemente admirable.

175
Sorpresas de una vida fuera de lo común

La verdadera belleza es más profunda


Hace nn tiempo tuve nna experiencia desanirnadora. Una
joven dama entró en nna tienda luciendo perfecta, como para
una producción fotográfica. Se movía con confianza y era obvio
que su vestido y los accesorios habían sido elegidos con cui-
dado. Tenía un par de ojos brillantes y alertas en su joven ros-
tro. Parecía salida de una revista. Una no podía más que admi-
rarla. Pensé en las muchas oportunidades que probablemente
aguardaban a esta joven mujer. Entonces sucedió: ella apoyó
su pequeña compra en el mostrador, pero la cajera ingresó un
precio equivocado en la caja registradora. ¡Qué explosión de
insultos salieron de los labios bien maquillados de la joven! ¡De
pronto, esta belleza se había transformado en un monstruo! Una
vieja muñeca de trapo hubiera sido más atractiva. La apariencia
flsica no es belleza, sino una simple capa exterior. La verdadera
belleza también se compone de gracia, refinamiento, tolerancia
y el fruto del Espíritu: "amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,
bondad, fe, mansedumbre, templanza" (Gál. 5:22, 23).

¿Qué decir sobre nuestra salud?


Nadie tiene que convencernos de cuán importante es cuidar
de nuestra salud. El punto es que, aunque somos conscientes de
esto, decimos con frecuencia que estamos demasiado ocupadas.
Hay muchas cosas que pueden andar mal en el cuerpo de una
mujer. Tenemos que tomar el tiempo para hacernos revisar. Hay
ciertas cosas que son útiles cuando vamos al médico. De acuer-
do con Consejos de salud para mujeres. las mujeres debemos
recordar estas cosas esenciales cuando visitamos al médico:

l. Una consulta con la ropa puesta. No siempre este es el pro-


cedimiento estándar, pero es intimidante y distrae hablar
con tu médico mientras te sientas expuesta y vulnerable en
una habitación fría.

176
Cuidando de ti misma

2. Una revisión de tu lista. Un estudio de la Universidad de Da-


yton, Ohio, descubrió que los pacientes que escribieron
una lista de preguntas para hacer a sus médicos se iban de
la consulta sintiéndose menos ansiosos que aquellos que
no lo hicieron.
3. Un examen Papanicolaou y en un laboratorio de confianza.
Cada tanto, se escuchan comentarios que dan miedo sobre
la calidad de los laboratorios que analizan los exámenes
Papanicolaou. ~-
4. Resultados de los análisis. Pide una copia de los análisis
para ti. Debes asegurarte de que se trata de tu nombre y
tu número de seguro de salud, para evitar equivocaciones.
(Sari Harrar, p. 130-132.)

Estos son solo algunos recordatorios y consejos. Se reco-


miendan fuertemente un examen regular de mamas y una rna-
rnografia anual. De hecho, es una buena idea examinarse las
mamas una vez al mes. También se necesita una visita regular
al médico. Esto muchas veces ayudará a una detección precoz
del cáncer de mama.
A muchas mujeres, las rnamografias les resultan incómodas.
Aquí hay un relato humorístico sobre la preparación para una
rnarnografia:
Preparación sugerida de las mamas para una mamografia
Si usted piensa que sus pechos pueden no estar en la mejor
forma, prepárese para la rnamografia usando estos ejercicios
sirnp~:
Ejercicio l : Refrigere dos sujetadores de libros durante ·la
noche. Ponga uno de sus senos (puede ser cualquiera de ellos)
entre los dos sujetadores y apriete los sujetadores tanto corno
pueda. Repita esto tres veces al día, o más veces si es posible.
Ejercicio 2: Ubique una máquina de hacer pastas o un lava-
napas antiguo con rodillos. Introduzca el seno en la máquina y
comience a girar la manivela. Realícelo dos veces al día.

177
Sorpresas de una vida fuera de lo común

Ejercicio 3 (Preparación de Senos Avanzada): Ubiquese có-


modamente mientras está acostada de lado en el piso delga-
raje. Ponga uno de sus pechos detrás de la rueda trasera de
la camioneta familiar. Cuando usted dé la señal, su maridito (u
otro Compañero de Preparación de Senos) pondrá lentamente
el auto marcha atrás. Aguante por cinco segundos. Repita con
el otro lado.
Los Ejercicios 1 y 2 deben realizarse con frecuencia durante
la vida entera de sus pechos. Sin embargo, el Ejercicio 3 debe
hacerse una vez a la semana, durante las cuatro semanas pre-
vias a realizarse una mamografia.
Por favor, note que estos son solamente ejercicios sugeri-
dos. Como en un parto, ¡nada puede realmente prepararla para
la experiencia real! (Contribución de Kathy Lydon, Chicago,
Illinois, para Swenny's E-mail Funnies [Caricaturas del correo
electrónico de Swenny]).
Al tomar tu salud con seriedad, lee todo lo que puedas so-
bre varios aspectos de la salud femenina. Nuestra salud no tie-
ne precio, por lo que tenemos que resolver cuidar bien de ella.
Los resultados serán fantásticos, y nuestra felicidad aumentará.
Dios estará complacido por nuestros esfuerzos. Que en lugar
de dar por sentados nuestros cuerpos, nuestro lema sea: "Te
alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy
maravillado, y mi alma lo sabe muy bien" (Sal. 139: 14).

Aceptar el cuidado de otros


¿Quién cuida al que cuida de otros? Como esposas de pas-
tor, estamos constantemente a disposición de las personas que
necesitan nuestra ayuda. Los desafios de la gente se convier-
ten en nuestros problemas. El dolor de las personas nos llenan
los ojos de lágrimas. El dolor del corazón de un miembro de
iglesia genera una sensación de que nos están apuñalando el
pecho. Estamos alli para todos ellos.
Luego, llega el turno de afrontar la adversidad. Nuestra fa-

178
Cuidando de ti mi.

rnilia pastoral''ideal'' está amenazada. Quizá nuestras finanzas


disminuidas nos hacen pasar noches en vela. Puede haber falta
de unidad entre los cónyuges en el hogar. Puede atacarnos una
enfermedad repentina y seria (que la pareja pastoral no está
lista para informar a la congregación). Puede haber una com-
binación de un esposo agotado e incomprendido y una esposa
confundida y desilusionada. Quizá la pareja pastoral se vuelve
intolerante el uno con el otro, y los hijos se sienten incómodos
y con miedo al futuro. Las cosas parecen desmoronarse. ¿Dón-
de podemos obtener ayuda? Cuestionamos incluso por qué
debiéramos parecer desvalidas; tenemos todos los recursos y
el entrenamiento necesarios. No nos atrevemos a pedir ayuda.
¿Correcto? No, incorrecto.
"Una de las experiencias de la vida más humillantes pero
liberadora es pedir ayuda en áreas en las que pensamos que
debemos ser competentes", comenta Sheila Walsh en No soy
la Mujer Maravilla ¡pero Dios me hizo maravillosa! (p. 134). No
te equivoques. Pedir ayuda no es un pecado ni un signo de
debilidad. La dificultad radica en encontrar a la persona ade-
cuada, de la cual obtener ayuda. Con frecuencia, nos encon-
traremos atrapadas al revelar y ocultar nuestras debilidades
y dolor. Tememos parecer vulnerables. Preferimos esconder,
de los miembros de la iglesia, nuestras luchas. Nos aferramos
a nuestra pose profesional y continuamos disparando nuestras
sonrisas de plástico. Aún asi, la angustia en nuestros corazo-
nes devora nuestra felicidad y erosiona nuestras relaciones
familiares.
En ese_pomento necesitamos buscar ayuda profesional. Un
consejero cristiano puede ser de gran ayuda. Si no conoces
ninguno en tu zona, puedes preguntar entre tus amigas, o bus-
car en Internet o en la biblioteca local. Thmbién, hay centros de
consejería para parejas pastorales. Quizá debas ir hasta una
localidad cercana para ver a un consejero. Pero, lo importante
es no llevar tu carga sola. Dios ha preparado a profesionales
Sorpresas de una vida fuera de lo común

idóneos para ayudarte.


Es fácil cuestionar nuestro derecho a estar en el ministerio
cuando los desafios nos oprimen. ¿Por qué las personas que
son llamadas por Dios necesitan consejería? Podemos estar
tentadas a creer que una trabajadora ministerial consagrada
no necesita de un psicólogo o un psiquiatra; que si tiene tal
necesidad, el ministro y su esposa no son auténticos. Esos son
juicios erróneos. De hecho, este punto de vista está diseñado
para desencadenar mayor desolación en la vida de la familia
ministerial. No necesitamos una excusa para buscar ayuda,
solo son necesarios los síntomas y las causas. Si nos quebra-
mos una pierna o nos dañamos un ojo, no lucharíamos por en-
contrar una explicación para ir enseguida al médico, ¿verdad?
De la misma manera, cuando tenemos dolor emocional o desa-
fios familiares, necesitamos salir a buscar ayuda, rápidamente.
Cuanto antes reconozcamos nuestra humanidad, más fácil será,
para nosotros, buscar ayuda profesional en nuestras épocas de
necesidad. Edward B. Bratcher apoya la necesidad de ayuda
para la esposa del pastor: ''Creo que la esposa del pastor nece-
sita ayuda. Esto se aplica a todos: al ministro, a su esposa y a sus
hijos. Como el porcentaje de divorcios entre los pastores está
bien por debajo del promedio nacional, se ha desarrollado una
falsa impresión de que todo está bien en las familias pastorales.
Y aun con un incremento en el porcentaje de divorcios entre
los pastores, todavía existe la creencia de que los matrimonios
pastorales son menos vulnerables a los problemas. Esto no es
cierto. El ministerio es una tensión aun en un matrimonio fuer-
te" (El síndrome de caminar sobre las aguas: Lidiando con los
riesgos profesionales en el ministerio, p. 84).

Por qué el cuidado es necesario


Es un hecho aceptado que en el ministerio abundan los de-
safios. Louis McBurney arroja luz sobre el particular:
"Las presiones en el ministerio no son nuevas. Pablo obvia-

180
Cuidando de ti misma

mente estaba al tanto de las dificultades cuando recomendaba


una vida de celibato a causa de las demandas del ministerio. Y
puede ser que la intensidad de los problemas no haya variado
desde entonces. La falta de privacidad, los salarios modestos,
las expectativas poco realistas y las frustraciones inherentes al
trabajo eclesiástico han sido identificados hace mucho tiempo
[... ] Sin embargo, hay indicios de que la vida en el ministerio es
cada vez más dificil. El respeto que alguna vez la comunidad
tenía por los ministros ha sido erosionado [... ] otra estadística
cambiante es el número de divorcios pastorales. Ha habido un
incremento marcado en el número de matrimonios pastorales
que terminan en divorcio en los últimos diez a quince años"
(Aconsejando a obreros cristianos, p. 24, 25).
Cuando los problemas son pesados y crees que necesitas
ayuda, ya sea médica o psicológica, consíguela. No es ninguna
deshonra buscar ayuda profesional. Cuando no te sientes bien,
o cuando tu cuerpo o tu mente se sienten diferentes, consigue
ayuda. Puede haber síntomas fisicos definidos. Quizá sufres de
falta de apetito o de sueño. Quizá quieres estar sola. Puedes
estar irritable o letárgica. Si te sientes mal en forma persistente,
busca ayuda. El primer paso es ver a un médico; quien podrá
orientarte y guiarte.
Dios quiere que vivamos sanos y felices. "Amado, yo deseo
que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud,
así como prospera tu alma" (3 Juan 2).

181
.. · .•.....·

·¿QuéharernosH,Oj7'
: •'· '"": :.·.· _," . '·· . .•l. .

"'·\

.
.A la esposa del pastor no le faltan compromi-
1 sos y actividades. ¡Es una darria muy ocupada!
• Sin embargo, a veces, nos preguntamos cuál es
el propósito de Dios para nuestras vidas. Hay

=
~5
u
momentos en los cuales el propósito de Dios
para nuestras vidas parece obvio. En otros mo-
mentos, desearíamos una señal clara de parte
del Cielo.
Dios está dispuesto a dirigirnos y a darnos
sabiduría. Dios ha prometido que, si buscamos
sinceramente la guía divina, nos la dará. La Biblia
contiene varias promesas de la dirección de Dios
en la vida de su pueblo.
Muchas de nosotras servimos voluntariamen-
te en nuestras iglesias, y esto es bueno. Sin em-
fbargo, como servidoras de Dios, no debemos
limitar nuestras bendiciones a un área acotada.
Nuestro compromiso con el servicio debiera
extenderse más allá de las paredes de nuestras
iglesias y llegar a la comunidad. Esta no es una
sugerencia para sobrecargamos. Es sirnplemen-

183
Sorpresas de una vida fuera de Jo·cQmún

te un ''llamado de atención'', para sensibilizarnos con las nece-


sidades de un mundo agonizante.
Muchas de nuestras iglesias son bendecidas con muchas
personas talentosas que ministran. Nuestro servicio en la iglesia
se suma al conjunto de bendiciones que hay allí. Sin embargo,
es loable brindar algunas de esas bendiciones a la comunidad.

La caridad ¿queda en casa?


Imagina una familia adinerada dando una gran fiesta. Hay
abundancia de comida en la mesa. ¡Hay tantas cosas maravi-
llosas para elegir! Las personas que han sido especialmente
invitadas casi se atragantan con las exquisiteces. La anfitriona
anima a los invitados a comer más y más, pero eso es imposi-
ble. Ellos ya han llegado a su límite. Bandejas y bandejas reple-
tas de comida quedan sin tocar.
Justo afuera de los portones de la casa en donde se desa-
rrolla el banquete hay gran cantidad de niños con hambre. Al-
gunas personas hambrientas y sin hogar deambulan por las
calles, buscando desesperadamente un bocado. La comida
parece eludirlos. Mientras tanto, en la casa del banquete, la an-
fitriona envuelve la comida no usada y se la da a los invitados,
que ya están repletos. Fuera de los portones, las numerosas bo-
cas continúan hambrientas.
Quizá la anfitriona no sabe de la gente hambrienta que está
afuera, en la calle fría. Quizás este es el primer día que aque-
llas personas hambrientas y sin hogar pasan por esa calle.
Quizá la anfitriona teme que una muestra inicial de genero-
sidad anime a los indigentes a presentarse habitualmente en
su casa. ¿Qué pensarían sus vecinos acaudalados? Probable-
mente, se ofenderían. Sea cual fuere la razón, el hecho es que,
en la calle, las personas siguen desfalleciendo de hambre.
Algunas esposas de pastor se quejan de que sus servicios
no son requeridos ni agradecidos por la iglesia. Quizás, en la

184
¿Qué haremos hoy?

iglesia haya abundancia de talentos. Por supuesto, una puede


encontrar o crear un área de servicio, pues no es necesario
servir siempre en las áreas convencionales. Y sabemos que,
cuando Dios nos revela una necesidad; debemos servir tanto
en la iglesia como en la comunidad.

Brillando en nuestra comunidad


Hay muchas cosas que podemos hacer para dar amor y com-
partir bendiciones con la comunidad. No es necesario que em-
prendamos proyectos gigantescos. Con solo un poco de consi-
deración aquí y allá, podemos realizar una obra maravillosa.
Uno de los métodos populares es llevar, en nuestros bolsos,
un folleto misionero, un libro inspirador o una tarjeta, y dárselos
a las personas al azar. Ora antes de salir de tu casa, y Dios te
mostrará quiénes necesitan de una bendición.
Comenta algunos proyectos comunitarios con otras esposas
de pastor y asignense diferentes tareas. Dividan los proyec-
tos de acuerdo con los grupos presentes en la comunidad: los
ancianos, las madres adolescentes, los discapacitados, los sin
hogar, los niños en orfanatos y las personas en centros de reha-
bilitación. Es impresionante cuántos grupos de personas se te
pueden ocurrir en una reunión de intercambio de ideas.
Haz una lista de ideas de ministerios, y que cada una de las
esposas de pastor se haga cargo de un proyecto. Las tareas
no tienen que ser muy pesadas ni llevar mucho tiempo. El ob-
jetivo es hacer brillar una luz, incluso una pequeña velita, en
tu comunidad.
Aquí hay una lista inicial de posibles proyectos:

• Dist~uir ropa y alimento en los albergues de personas


sin hogar.
• Hornear algo simple, y distribuirlo en un vecindario
pobre.

185
Sorpresas de una vida fuera de lo común

• Llevar a una persona anciana al centro comercial o a al-


gún otro lugar al que necesite ir.
• Hacer un trámite para alguien que no pueda movilizarse.
• Envolver para regalo algunos libros de meditaciones, y
dárselos a las personas con quienes te encuentres.
• Preparar raciones de comida y compartirlas con las per-
sonas de la calle.
• Hacer caminatas de oración.
• Dejar revistas cristianes de salud en las salas de espera
de los consultorios médicos.
• Organizar a los jóvenes de la iglesia para pintar un cerco
o cortar el césped en la casa de una persona anciana.
• Conseguir literatura cristiana sobre maternidad, y hacer
un paquete para una madre adolescente.

Estos proyectos son relativamente simples. Hay otras tareas


más comprometidas y que toman más tiempo, que quizás algu-
nas personas querrán realizar. La idea es permitir que nuestra
luz brille en nuestras comunidades.

Se trata del servicio


Podemos servir de muchas maneras. Sin importar nuestra
edad o etapa de vida, podemos servir. El servicio es el estado
de ministrar felizmente a otros. Aquellos a quienes ministramos
pueden estar o no en una necesidad desesperada; pero nues-
tro amor por el servicio y el deseo de servir (que Jesús inspira
en nuestros corazones) nos llevarán a ayudarlos. El servicio no
es un yugo servil que surge de una mentalidad de esclavitud.
Por el contrario, la mujer que confía en que es una hija de Dios
servirá con agrado porque posee una autoestima superlativa.
El servicio es el fruto de la humildad. La humildad está li-
bre de orgullo, arrogancia y vanidad. Aunque consciente de
sus virtudes, talentos y habilidades, la mujer humilde se verá

186
¿Qué haremos hoy?

a sí misma como poseyendo debilidades. Ella reconocerá su


necesidad de la gracia de Jesús para hacer de ella todo lo que
debiera ser. Una vez aferrada de esta gracia, ella celebrará ese
maravilloso regalo sirviendo a otros.
Nuestro Señor Jesús fue el mejor ejemplo de servicio:" [... ]
el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servi-
dor [... ] como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino
para servir[ ... ]" (Mat. 20:26-28).
Señor, muéstrame oportunidades de servicio. Luego llena mi
corazón con tu amor, que me compele a servir a la humanidad.

187
Cuaodotu
rnatrilll~tJ.nio·····
está
.. : •.·.. ,
en pi-Obl!mu ..... ~.:¡ ,; > ;: •- • '

Pertenecer a la familia zninisterial no ga-


rantiza inmunidad frente a los desafios familiares.
Todo tipo de problemas acechan al pueblo de
Dios. Las familias están bajo el constante ataque
de Satanás.
Claudette y Ken (no son sus nombres reales)
habían estado casados por seis años. Ken estaba
trabajando con una congregación grande, en la
ciudad, y Claudette era maestra de escuela pri-
maria. Todavía no tenían hijos. Claudette y Ken no
eran felices. Con frecuencia estallaban discutien-
do. Sus palabras eran duras y, a veces, Claudet-
te temía que Ken estuviera a punto de pegarle.
¿Dónde\.abían ido a parar el amor y el romance?
¿Cuándo comenzó todo el deterioro?
Ken comenzó a temer ir al hogar luego del
trabajo, porque él y ClauQ.ette discutían siem-
pre. A su vez, sabía que no habría comida espe-
rándolo; de hecho, ya no había una hora oficial
para comer. De a poco, la casa se estaba con-
virtiendo en una tumba. Parecía un matrimonio

189
Sorpresas de una vida fuera de lo común

agonizante. Claudette se dio cuenta de que detestaba el he-


cho de ver a Ken.
Los matrimonios ministeriales en declive son muy comunes
en estos dias. Todo vestigio de egoísmo, toda indicación de
crueldad, toda manifestación de insensibilidad, toda demostra-
ción de violencia, toda muestra de intolerancia, toda negativa a
satisfacer las necesidades del otro; en fin, todo lo que amenace
la armorúa doméstica, es una muestra de intervención satánica.
Darnos cuenta de esto nos ayudará a estar en guardia y a ali-
nearnos con las fuerza del Cielo. También es importante estar
de acuerdo sobre la estrategia que se seguirá para manejar
situaciones domésticas desfavorables, antes de que ocurran los
conflictos y las crisis reales.
Cuando comienzan a insinuarse problemas maritales, es
momento de prestar atención a la situación. Las pequeñas
desavenencias aumentan en tamaño e intensidad. Tenemos
que tomar seriamente las pequeñas irritaciones que tienen el
potencial de crecer en forma monstruosa. Identifica los pro-
blemas. Admite que existen. A veces, preferimos creer que
no tenemos problemas. ¿Por qué una familia pastoral debería
admitir que su matrimonio está en problemas? Y si hubiese
problemas inminentes, ¿por qué deberíamos buscar ayuda?
Nosotros somos los expertos. Además, no queremos que los
miembros de iglesia conozcan nuestras dificultades (con fre-
cuencia, ellos ya lo saben). El sabio Salomón nos aconseja
comenzar temprano, cuando los problemas apenas surgen:
"Atrapen a las zorras, a esas zorras pequeñas que arruinan
nuestros viñedos, nuestros viñedos en flor" (Cant. 2:15, NVI).
Con demasiada frecuencia esperamos hasta que las "zorras"
hayan crecido y tengan proporciones inmanejables, antes de
tratar de lidiar con ellas. Los pequeños problemas que no se
atienden en un comienzo aumentarán exponencialmente en
magnitud.

190
Cuando tu matrimonio está en problemas

Por qué fallan algunos matrimonios ministeriales


Muchas circunstancias pueden llevar a que haya dificulta-
des en las familias ministeriales. Un factor es el estrés, que
puede provocar peleas y un ambiente desagradable. La so-
brecarga de trabajo y la fatiga pueden causar intolerancia
y estallidos emocionales. La esposa ministerial, a veces, se
siente desencantada porque no experimenta el gozo que es-
peraba encontrar en el ministerio. Los desafíos económicos
también pueden pesar mucho en la familia. Otra amenaza a
la felicidad marital es una enfermedad prolongada. Los hijos
que se rebelan son una tensión para sus padres. Una causa
adicional es la presión de los administradores, sumada a las
demandas y las críticas de los miembros de iglesia. Cualquie-
ra de estos factores, o una combinación de ellos, puede ser te-
rreno fértil para la falta de armonía marital. La diferencia entre
los matrimonios en declive y los matrimonios exitosos no es
la falta de problemas; la diferencia radica en la habilidad de
la pareja para decir: ''Tenemos un problema, trabajemos para
solucionarlo".

Otra vez la comunicación


Comunicar nuestros problemas el uno al otro siempre es útil.
Casi cada aspecto de la discordia marital puede vincularse con
una comunicación defectuosa. Guardar silencio sobre nuestro
dolor y temores causa daño a cualquier relación. Cuando los
miembros de la f~a se niegan a compartir sus necesida-
des y heridas, se acumula resentimiento. Luego, le siguen el
enojo, la desilusión y la distancia emocional. La comunicación
involucra escuchar, hablar, compartir diferentes niveles de sen-
timientos y buscar el entendimiento mutuo. La Palabra de Dios
contiene principios sólidos de comunicación en Proverbios 15
al 18 y Santiago 1:19. Estudia algunos de esos principios dia-
riamente. La comunicación es una habilidad que necesita ser

191
Sorpresas de una vida fuera de lo común

practicada. Es un arte dificil, pero también es un ingrediente


fundamental del éxito.
Prepárate para trabajar por el éxito de tu matrimonio. Los
buenos matrimonios no ocurren simplemente. La siguiente de-
claración de El hogar adventista es muy impresionante: "Para
comprender lo que es en verdad el matrimonio, se requiere
toda una vida[ ... ] Por mucho cuidado y prudencia con que se
haya contraído el matrimonio, pocas son las parejas que han
llegado a la perfecta unidad al realizarse la ceremonia del ca-
samiento. La unión verdadera de ambos cónyuges es obra de
los años subsiguientes" (Elena de White, p. 90).
Como en todos los otros aspectos de la vida, busca la ayuda
de Dios. Él ha prometido sabiduría y asistencia. No tengan ex-
pectativas poco realistas el uno del otro; y recuerda que todos
somos vulnerables a los ataques de Satanás. La paciencia, el
amor, el entendimiento y el espíritu de perdón son útiles para
mantener un matrimonio.
El sentido de compromiso vinculante cementará tu relación.
Reafirmen su compromiso con Dios y con el otro. Haz desapa-
recer cualquier pensamiento de haber elegido al compañero
equivocado: ya están juntos. Preserva tu inversión de tiempo y
energía, pues cada día que has estado casada es una inversión
de tu tiempo en el matrimonio. Nadie quiere desperdiciar una
inversión en la cual se ha dado tanto. Cualquier cosa que se
pueda hacer para salvarlo vale la pena el intento.

Se necesita ayuda profesional


Si tus propios esfuerzos son inútiles, no vaciles en buscar
ayuda. Es una bendición poder ir a un consejero, en un esfuerzo
por salvar un matrimonio. Uno de los beneficios de la asistencia
profesional es que la pareja tiene la oportunidad de expresar
su dolor, sus observaciones y sus sentimientos generales en un
entorno seguro y libre de los ataques del otro cónyuge.
Otro punto a favor de la visita a un profesional es que se

192
Cuando tu matrimonio está en problemas

espera que los profesionales mantengan la confidencialidad.


Queda eliminado allí el temor de que las luchas internas y los
resentimientos de la familia pastoral sean expuestos.
Se puede lograr un mayor entendimiento sobre las causas
de ciertos comportamientos. Se realizan análisis y evaluacio-
nes que guían las sesiones de terapia. A veces, se administran
test de personalidad y temperamento. Estos test resultan ser
no solamente reveladores, sino también muy útiles. Por lo tanto,
los pacientes aprenden más sobre ellos mismos y sobre sus
cónyuges.
Los consejeros cristianos ofrecen esperanza, y sus recursos
se ven enriquecidos porque son ayudados por Cristo, el "ma-
ravilloso Consejero". Además de la terapia que se recibe de
parte de profesionales, hay muchos libros y CD que son ayudas
valiosas para una vida familiar exitosa. Invierte en una bibliote-
ca de recursos para la familia.
No subestimes el poder de la ayuda profesional. Descarta la
tentación de tratar de sanar tu propia situación si las cosas pa-
recen estar saliéndose de control. Esto no es necesario. Dios ha
otorgado varios dones a su iglesia. A veces, necesitamos acep-
tar ayuda. ¿Qué puedes hacer si el pastor no se convence de
buscar ayuda? Primero, ora sobre su actitud. Luego, hazle saber
a tu esposo que tu matrimonio y la familia son de una tremen-
da importancia para ti, y que te gustaría que ambos buscaran
ayuda. Resiste el deseo de echarse culpas el uno al otro. Quizás
hasta quieras admitir tu propia contribución al problema. Man-
tén tu objetivo a'\a vista. Tú estás tratando de convencer a tu
cónyuge de que es crucial para ambos conseguir ayuda. Usa
tus habilidades femeninas para lograr el éxito en este aspecto.

Compartir tus problemas


Es dificil llevar solas nuestras cargas por una cantidad de
tiempo considerable. El corazón necesita de algún escape. Sí,
hablamos con Dios pero, con frecuencia, necesitamos desaho-

193
Sorpresas de una vida fuera de lo común

garnos con alguien más. Resiste la tentación. No discutas los


detalles de tus desilusiones maritales con otros, excepto con
un profesional. Por eso se necesita un terapeuta. Muchas perso-
nas tienen curiosidad por descubrir lo que sucede en los ho-
gares pastorales. Esto no se les debe revelar a ellos; se debe
preservar el "círculo sagrado". Comparte tus problemas con
un profesional. Ha habido muchas experiencias dolorosas que
sucedieron porque una hermana y un hermano, con corazones
cargados, desnudaron sus almas a los traficantes de chismes.
Como no conocemos los corazones de las personas, nunca po-
demos ser demasiado cuidadosos.

¿Huir ounir?
Una joven esposa de pastor me contó el otro día que ya había
tenido suficiente con el ministerio. ¡Iba a huir! Ella y su esposo
tenian dos niños; ella iba a tomar a los niños e irse. Ni siquiera
queria estar cerca de su esposo. Su dolor había aumentado,
al igual que su odio y su enojo. Los miembros de esta pareja
ministerial no se habían hablado entre sí por algún tiempo. Los
niños estaban confundidos y tristes, sus calificaciones escola-
res habían bajado y habían comenzado a tener problemas dis-
ciplinarios. Afortunadamente, esta pareja se apresuró a entrar
en un programa de consejeria. Aunque se habían "odiado" el
uno al otro, estaban preparados para buscar una restauración.
Su relación fue reparada. El matrimonio se salvó.
Otras historias han tenido finales trágicos. Los miembros de
la pareja estaban obstinados en su decisión de separarse e in-
cluso obtener el divorcio. Algunos cambiaron de carrera. Sus
hijos quedaron devastados. Los miembros de iglesia quedaron
destrozados. Los amigos y los colegas quedaron heridos. El
Cielo lo lamentó ... y el diablo se anotó otra victoria.
Es importante darse cuenta de que el divorcio no es inevita-
ble. Los matrimonios exitosos todavía existen. Frecuentemente,
el divorcio, como solución a los problemas maritales, es peor

194
Cuando tu matrimonio está en problemas

que la enfermedad que se intenta curar. Numerosos estudios


sobre el impacto del divorcio en las partes involucradas mues-
tran con claridad que la separación nunca es "exitosa". Es una
de las mayores tragedias que una persona puede experimen-
tar. Y el impacto en la ex esposa, en el ex esposo y en los hijos
no es menos que desastroso. Es como una pesadilla, de la cual
muchos nunca despiertan. No es sorprendente que Dios diga:
"Yo aborrezco el divorcio[ ... ]" (Mal. 2:16, NVI).
Aférrate a la esperanza de que tu matrimonio puede enmen-
darse. 'fu matrimonio vale la pena el esfuerzo que demanda
preservarlo. Debes saber que tienes todos los recursos del
Cielo de tu lado. Dios puede ayudarte en tus esfuerzos. Él es el
Creador del matrimonio y la familia. Confía en él, para guiarte
y guardarte. Él nunca te fallará.

195
Él puede
. :···'·.··· ., . :.:.¡¡:.

.
•=
.Al considerar las responsabilidades de una

•..
esposa de pastor, nos pregLUltamos: ¿quién pue-
de lidiar con todas estas cosas? ¡Qué cargas tan
grandes llevamos! Hace algLUlOS años, había una
~
publicidad televisiva popular de un líquido para
lavar vajilla. La publicidad mostraba a una mujer
e
u joven, obviamente abrumada, y platos por todos
lad\s. La pileta de la cocina rebosaba de vajilla.
AlgLUlos platos habían sido puestos en el horno,
para que estuvieran fuera de la vista. La mesa de
la cocina y las mesadas estaban atestadas de pla-
tos. En una esquina del piso de la cocina, había
pilas de ollas y sartenes. Había muchos platos
sucios por todos lados. Mientras la joven mujer
estaba sentada en el piso de la cocina mirando
el caos doméstico, una voz verbalizaba sus sen-
timientos: "¿Qué hace una chica como tú en un
lugar como este?"

¿De fiesta?
¡Cuán a menudo nos hemos sentido como la jo-
ven mujer de la publicidad televisiva! En la medida

197
Sorpresas de una vida fuera de lo común
. '·'

en que las exigencias de la iglesia parecen ahogarnos, dudamos


sobre nuestra habilidad para salir a flote y sobrevivir. Es dificil no
sentirse abrumada. Nuestros sentimientos de desesperanza se
manifiestan de diversas maneras. Podemos volvernos regañonas
e irritables en nuestros hogares, los cual significa que nuestros
seres queridos llevan el peso de nuestro desagrado. Podemos
hacer el esfuerzo de mostrar algunas sonrisas dulces para la gen-
te de la iglesia y la comunidad, pero en casa damos rienda suelta
a nuestras palabras duras y mostramos intolerancia. En el medio
del torbellino, una madre le dijo a sus hijos: ''¡Me voy a ir de aquí!''
La pobre mujer lo decía en serio. Estaba superada por el estrés.
Podemos decidir unirnos a una fiesta de compasión, en la
cual nos sentamos a sentir lástimas por nosotras mismas, o in-
cluso ser las anfitrionas. Es muy fácil caer en eso cuando esta-
mos frustradas o agotadas. Llevamos la cuenta de las expecta-
tivas que las personas tienen con nosotras. Luego, añadimos la
lista de las expectativas, expresadas o no, de nuestros cónyu-
ges. Tenemos reminiscencias de los días de nuestra juventud
cuando éramos libres, solteras y "normales". A esta altura, los
ítems en el menú de nuestra fiesta aumentan considerablemen-
te. Tenemos mucho con qué darnos un festín.
Satanás, que es el verdadero anfitrión de nuestra fiesta
de la lástima, sostiene una bandeja reluciente, invitándonos
a degustar sus "manjares". Hay una ensalada de desilusión y
descontento. Nuestra visión interior percibe grandes vasos de
nuestras necesidades no satisfechas. Hay una enorme porción
de recuerdos de críticas recibidas. Además, hay una rebana-
da generosa de resentimiento, con una guarnición de amar-
gura hacia nuestros esposos siempre ocupados y frecuente-
mente ausentes. Llenamos nuestros estómagos dolientes con
heridas acumuladas. Algunas de nosotras servimos nuestros
platos dos y tres veces. La fiesta está en su apogeo.
Entonces, Satanás enciende la música, que ensordece nues-
tra conciencia. La percusión de lamentos, autocompasión y

198
Él puede

enojo suena cada vez más fuerte. Satanás toca sus trompetas
de rebelión en nuestros oídos. "No tienes que soportar esto. El
ministerio no te da recompensas y es ingrato", asegura. "Ni si-
quiera obtienes dinero por ello. Tus hijos están agotando sus re-
cursos. Th esposo casi nunca está en casa para ayudarte. Todo
lo que haces es dar, dar y dar. ¿Por qué no te das por venci-
da? Olvídate del 'llamado'. De todos modos, ¿cómo sabes que
fuiste separada para ser la esposa de un ministro? Es hora de
descartar la vestimenta de 'primera dama'. Piensa qué bueno
sería poder ser tú misma. ¿No es eso lo que has querido por
largo tiempo? ¡Hazlo!"
El volumen de la música aumenta. Satanás se acerca. '' ¿Bai-
lamos?", es su perversa invitación. Él danza cada vez más cerca
de ti. Hay calor en la habitación. Th cabeza da vueltas, mientras
procesas tus sentimientos y la presión que sientes. Estás tenta-
da a rendirte y abandonar.
Es el plan de Satanás cargarnos con desesperanza. Se pre-
senta cuando más estamos vulnerables. Lo hace siempre. No
hay un camino realmente fácil para librarse del diablo. Sin em-
bargo, él trata de cor.encernos de aceptarlo. ¡Incluso hizo el
intento con Jesucristo! Gracias a Dios, Jesús derrotó a Satanás.
Por eso, nosotras podemos triunfar a través de la fortaleza y la
victoria de Jesús.
Las circunstancias pueden abrumamos. Las presiones de la
vida pueden reducir nuestra fuerza vital; pero, por la gracia de
Dios, podemos salir victoriosas. Esto será posible si nos apoyamos
en Jesús. No debemos atrevemos a confiar en nuestros propios
recursos. Dios ha prometido sostenemos y apoyarnos. ''El Señor
es mi fuerza y mi cántico; él es mi salvación" (Éxo. 15:2, NVI).

La fiesta terminó
Cuando nos sentimos debilitadas y desfallecientes, el po-
der del amor de Dios nos sostendrá. En momentos de gran de-

199
Sorpresas de una vida fuera de lo común

bilidad, podemos arrojarnos en los brazos de nuestro Señor


amante, que ha prometido: "Bástate mi gracia, porque mi poder
se perfecciona en la debilidad" (2 Cor. 12:9).
De vez en cuando, podemos sentirnos deprimidas pero, gra-
cias a Dios, no nos rendiremos. En momentos así, es bueno de-
tenernos y contar nuestras bendiciones. ¡Hay tantas cosas que
damos por sentadas! Haz una lista de bendiciones comunes, y
recuerda también las bendiciones únicas. Cuenta tus bendicio-
nes, detente en tu lista y siente cómo la tensión se disuelve.
Dios extiende sus divinos brazos por debajo de nosotras
,como una enorme red de seguridad. "El eterno Dios es tu refu-
gio., y acá abajo los brazos eternos[ ... )" (Deut. 33:27). Cuando
nos sentimos desesperadas, podemos correr y arrojarnos en
los brazos de Dios.

El siempre puede
Podemos tropezar bajo la carga de desafíos. Sin embargo,
aun cuando nuestros pasos vacilen, no tenemos que caer. No
podremos caer mientras mantengamos nuestras manos en las
manos de Jesús. Permítele que te sostenga, que te abrace y
te bendiga. Dios puede hacerlo, y lo hará por ti. Todo lo que
tenemos que hacer es pedírselo. Él "puede hacer muchísi-
mo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir[ ... )"
(Efe. 3:20, NVI). Considera la expresión "muchísimo más".
Nuestro Dios no es un Dios de salario mínimo. Nuestro Dios
tiene recursos ilimitados. Nuestro Dios es abundante. ¡Alaba
su nombre!
No se nos promete una víga de fortaleza. Se nos promete su
fortaleza y su gracia. Podemos hacerlo. No necesitamos caer.
¿Por qué? Porque Jesús prometió sostenernos hasta el fin. Tú
eres especial para Dios. Él tiene grandes planes para ti. Jesús
quiere presentarte con orgullo, a su Padre, como una campeo-
na. Por eso ha prometido sostenernos para que no caigamos.

200
Él puede

Reclama sus promesas. ¿Y adivina qué? Él puede hacer-


lo. "¡Al único Dios, nuestro Salvador, que puede guardarlos
para que no caigan, y establecerlos sin tacha y con gran ale-
gria ante su gloriosa presencia, sea la gloria, la majestad, el
dominio y la autoridad, por medio de Jesucristo nuestro Se-
ñor, antes de todos los siglos, ahora y para siempre! Amén"
(Jud. 24, 25, NVI).

201
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206
Como esposa de pastor, desempeñas un papel fundamental en
el ministerio, pero a veces no te sientes preparada para asumir esa
función. Por esta razón, surgen las sorpresas y, muchas veces, tus
lamentos desesperados pasan desapercibidos y nadie te escucha.
Sorpresas de una vida fuera de lo común llena este vacío. Gloria
Trotman aborda el tema de un modo equilibrado y práctico. Ella escribe
desde su propia experiencia y basándose en historias que otras esposas
de pastor compartieron con ella. Este libro ofrece consejos prácticos
para ayudar a la actual o futura esposa de pastor a comprender las
distintas etapas por las que atraviesa y a preparase para los diferentes
roles que asumirá junto al ministro: compañera idónea, anfitriona
simpática, administradora eficiente, consejera, y modelo de serenidad
y buen humor. Por supuesto, esto no es lo único porque, además, toda
mujer es esposa, madre, amiga, compañera, ama de casa, profesional
y, por sobre todas/as cosas, una discípula de Jesucristo en permanente
crecimiento espiritual.
Por eso, Sorpresas de una vida fuera de lo común es una lectura
altamente recomendada para todas/as esposas de pastor: las que están
comenzando a transitar por el camino def'ministerio y las que ya lo han
recorrido por algún tiempo. Y, aunque está dirigido especialmente a
ellas, cada miembro de la iglesia puede beneficiarse con esta obra.

La Dra. Gloria Lindsey Trotman es educadora en el área familiar


y líder del Ministerio de la Mujer de la División lnteramericana. Esta
tarea le permite ministrar a las esposas de pastores. Gloria considera
una enorme bendición servir a las esposas de pastores, y alcanzar así
su lema personal: "¡Marca la diferencia!* Aliado de su esposo, el pastor
Jansen Trotman, ha dirigido numerosos seminarios y programas de ca-
pacitación para parejas, jóvenes y familias pastorales. La familia Trot-
man tiene cuatro hijos y seis nietos.

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