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Reinado de Carlos I de Inglaterra (1625-1649)

Artículo principal: Reinado de Carlos I

Retrato ecuestre de Carlos I de Inglaterra, por Anthony van Dyck

En 1603 muere Isabel I de Inglaterra sin descendientes. Jacobo I, hijo de María I de Escocia,
sube al trono como el primer rey Estuardo de Inglaterra, Escocia e Irlanda.

La situación política cambia: su falta de tacto con el Parlamento —debido a su idea del derecho
divino de los reyes— desemboca en un largo conflicto que se agudizará con la sucesión en el
trono de su hijo Carlos I, cuyo absolutismo hizo que mantuviera relaciones muy tensas durante
su reinado con el Parlamento inglés, que pretendía controlar sus arbitrarias creaciones de
impuestos y su reformismo religioso.

Durante este reinado se suceden dos guerras civiles entre los partidarios del rey y los del
Parlamento. Carlos I fue víctima del radicalismo político siendo sentenciado a pena de muerte
por alta traición al Estado en 1649.

Ya desde el comienzo del reinado, en 1625, la boda del rey Carlos con Enriqueta María de
Francia, provocó la ira de sus súbditos protestantes porque la reina era católica. Carlos creía,
como su padre, en el derecho divino de los reyes y en la autoridad de la Iglesia de Inglaterra.

Estas creencias le enfrentaron con el Parlamento, que luego disolvió reiteradamente unas tres
veces, gobernando aproximadamente unos once años sin él, en el periodo llamado «Once años
de tiranía».

Cuando las arcas del gobierno empezaron a vaciarse, y las necesidades tanto internas como
externas (conflictos bélicos con Escocia, al tratar de imponer la liturgia católica) se
incrementaban cada vez más, Carlos, se vio forzado a reunir lo que se denominó el
«Parlamento largo» con el fin de recaudar fondos, pero a cambio los parlamentarios le exigían
ciertas garantías políticas. Tras ciertas disputas políticas, el Parlamento se dividió entre los que
estaban a favor del rey, y los que no lo estaban, estallando de esta manera una guerra civil en
1642.

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