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APRENDER A ESCUCHAR

Un hombre sabio escuchará y


así incrementará el saber.

Escuchar significa oír hasta entender lo que otros están tratando de transmitir. Significa permitir que algo toque el
entendimiento. Un hombre sabio siempre escuchará, porque quiere volverse más sabio. Busca aprender más.
Al vivir a la defensiva, no se escucha. Alguien nos presenta un argumento de cualquier clase e inmediatamente
respondemos defendiéndonos, en vez de escuchar. Mientras quien me habla trata de decir lo que desea decir, yo ya
estoy pensando y preparando lo que voy a responderle. Ni siquiera escuchamos lo que la otra persona está diciendo;
nos estamos preparando para continuar con lo que queremos decir o con lo que queremos demostrar.
No lograremos madurar sin un corazón que escuche. Un corazón que diga: “Yo quiero entender”. Si queremos
volvernos sabios, nos esforzaremos por escuchar. Si no queremos ser sabios, continuamos siendo personas
defensivas. Usualmente las personas defensivas no son sabias. Podemos estimar la capacidad de la gente, según
la habilidad que posee para escuchar.
BENEFICIOS
Cuando aprendemos a escuchar logramos:
o Ser más sabios.
o Descubrir las necesidades de las personas; éste es el primer paso para ayudar a otros.
o Evitar confusión y heridas.
o Ser comprensivos con los demás y ser tenidos en cuenta.

INGREDIENTES
Quienes aprenden a escuchar, generalmente tendrán rasgos característicos como:
o Son disciplinados; tanto al hablar como al escuchar.
o Buscan la verdad; quieren saber lo que es correcto, no quien tiene la razón. De hecho, así se puede resolver la mayoría de
los problemas, si nos importa qué es lo correcto, no quién tiene la razón.
o Buscan momentos de silencio; momentos sin radio, sin televisión, sin interrupciones, sin lecturas. Les gusta tener tiempo
para repasar lo que se encuentra dentro de sí mismos. Son pensadores. En silencio, descubren lo que hay dentro de ellos. Lo
que está ahí. Esa voz apacible y pequeña. Es realmente muy importante un tiempo de total silencio.
o Son personas inquisitivas; no sienten vergüenza al hacer una pregunta tonta para lograr claridad, quieren tornarse sabias. No
oyen solo sonidos, también se pueden comprender y entender ideas, conceptos, sentimientos.

PASOS A SEGUIR
o Vaya más allá de la lectura interior; las máquinas que envían y reciben faxes son ejemplo de la comunicación perfecta. La
máquina receptora recibe exactamente lo que la máquina remitente envió. No somos como las máquinas que transmiten
faxes. Medimos y juzgamos las palabras de otros, de acuerdo con nuestras percepciones y emociones. Oímos las palabras,
luego formamos nuestras propias percepciones basados en lo que creemos haber oído. Luego interpretamos con nuestros
sentimientos que creemos haber oído. Luego interpretamos con nuestros sentimientos que creemos haber oído. Luego
interpretamos con nuestros sentimientos de experiencias pasadas. Todo lo que oímos pasa a través de un proceso de nuestros
valores y de nuestras expectativas. Luego juzgamos en consecuencia. Este proceso es lo que llamamos lectura interior.
o Todo entra en juego; es necesario que seamos buenos escuchas porque de no serlo, nos volveremos parte del
problema. Alguien tomará algo que dijimos y dirá que estábamos hablando de él o de ella, cuando ni siquiera tal idea estaba
en nuestra mente. Encauzar la imaginación. Algunas personas pasan a través de toda la vida y nunca van más allá de la lectura
interior.
o Haga preguntas para asegurarse que entiende; no nos mostremos demasiado orgullosos como para no hacer preguntas
tontas, que nos impida pedir claridad. Es tiempo bien gastado y evitará muchas heridas y confusión. Si queremos ser más
sabios, tenemos que hacer tales preguntas.
o Dedique tiempo para escuchar; es un deber, no una opción, porque escuchar es la mejor parte de aprender y porque no
podemos aprender sin escuchar. Como personas de carácter, debemos tener buenos oídos. Dedicar tiempo para escuchar y
observar.
o Involúcrese en discusiones; porque en las discusiones nos volvemos escuchadores. Aportamos y recibimos. Algunas veces
debemos detener nuestras palabras y escuchar las palabras de alguien más; esto nos facilitará aprender a escuchar.

Recuerde que la Aplicación correcta de los principios, los convierte en hábitos; a su vez, los hábitos correctos le
añaden valor a su carácter. Todo lo que eleva el sentido moral, tiende a ser protegido, preservado y empleado para
bien.
Reflexione y responda:
¿A qué tipo de personas se le dificulta escuchar?
¿Cómo influye en usted el saber que alguien lo escuchó realmente?
¿Lo malentienden con frecuencia?

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