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EL PROCESO MONITORIO

Ulises Canosa Suárez1

Para exponer en orden y con claridad las particularidades que tiene el proceso monitorio
en el Código General del Proceso (CGP), se dividirá la exposición en dos capítulos:

En la primera parte las generalidades, con la evolución histórica y un resumen sobre el


derecho comparado. Hay que advertir que el CGP no siguió una sola fuente, sino que se
combinaron sistemas pensando en lo más conveniente, fácil, eficaz y práctico para la
sociedad colombiana.

En el segundo capítulo la forma como el proceso monitorio quedó regulado en el CGP: su


clasificación dentro de los otros procesos, los requisitos que determinan la procedencia
del monitorio, ¿qué debe contener la demanda y por qué?; el trámite del proceso que
incluye especialmente las diferentes opciones que tiene el deudor frente a la intimación o
requerimiento de pago, alternativas que determinan las siguientes etapas procesales; la
vigencia y un paralelo para individualizarlo y diferenciarlo de otras figuras o instituciones.

I. GENERALIDADES

El proceso monitorio se enmarca dentro de las medidas de tutela privilegiada del crédito
del CGP, como la sistematización de la realización especial de la garantía, la unificación del
trámite de excepciones del ejecutivo con el declarativo, la facultad para que el juez
investigue bienes del deudor, la interrupción de la prescripción extintiva o liberatoria por
requerimiento del acreedor, la prohibición de reconocer defectos formales del título
ejecutivo, la eventualidad de transformar el proceso ejecutivo en declarativo si por
reposición se revoca el mandamiento de pago y muchas otras más.

El CGP se caracteriza, entre otros aspectos, por la eficacia de los procedimientos, para que
cumplan su objeto de hacer efectivos los derechos reconocidos en la ley sustancial.

La posibilidad de exigir el cumplimiento o ejecución es una característica fundamental de la


obligación, que le da categoría, tanto en el campo moral, como en el jurídico. Para el efecto,
los ordenamientos procesales deben garantizar una tutela judicial efectiva al acreedor,
porque si el deudor a su antojo puede dejar de cumplir, no existe un vínculo obligatorio, sino
una simple liberalidad, una contingencia de buena voluntad o generosidad.

1Abogado de la Universidad Libre de Colombia. Miembro y Secretario General del Instituto Colombiano de Derecho Procesal. Miembro
del Instituto Iberoamericano de Derecho Procesal. Miembro de la Academia Colombiana de Jurisprudencia y del Colegio de Abogados
Comercialistas. Profesor de Derecho Procesal Civil y Derecho Probatorio. Miembro de la Comisión Redactora y Revisora del CGP.

1
El cumplimiento de las obligaciones tiene una extraordinaria importancia social y económica,
al procurar la satisfacción de necesidades mediante la interrelación de sujetos que
intervienen en la circulación y distribución de bienes y servicios, en beneficio y utilidad del
desarrollo de la comunidad. En palabras de Galgano: “cuando mayor sea el porcentaje de
obligaciones cumplidas, tanto mayor será el beneficio para todo el sistema económico, ya que
cumplir las obligaciones significa incrementar la circulación de la riqueza, aumentar la
producción de bienes y servicios, en una palabra, contribuir al desarrollo económico”2.

En gran medida el adecuado funcionamiento del aparato jurisdiccional de los Estados se


trasluce en la posibilidad real de hacer efectivos los derechos reconocidos en el derecho
sustancial3. La tutela judicial efectiva, que es uno de los pilares fundamentales del Estado de
Derecho, porque irradia todo el sistema jurídico de una nación, resplandece con especial
fulgor si los asociados cuentan con procesos que permitan la efectividad de sus derechos
sustanciales, propósito que se facilita singularmente con el nuevo proceso monitorio de
Colombia.

Este nuevo proceso, para obligaciones en dinero, de naturaleza contractual, determinada


y exigible, que sean de mínima cuantía, es una medida de acceso a la justicia para
acreedores de pequeñas y medianas cuantías que no pueden o no acostumbran, por
diversas razones, documentar sus créditos en títulos ejecutivos y que, con las alternativas
procesales actuales, difíciles, demoradas y costosas, prefieren darlo todo por perdido.

Piénsese en la persona o el comerciante que vende bienes de bajo valor o presta servicios
de menor costo, que lleva sus cuentas en cuadernos, libretas o en general papeles
domésticos. Al proceso ejecutivo solo accede el acreedor que cuenta con pagarés,
cheques, letras de cambio, contratos de mutuo u otros sofisticados documentos que
hacen plena prueba de una obligación expresa, clara y exigible.

La nueva institución permitirá, sin documentos, con la declaración del demandante, en


forma rápida y fácil, obtener un requerimiento judicial de pago y, ante el silencio del
demandado, acceder a la ejecución. A diferencia de lo que sucede con la generalidad de
los procesos declarativos, en el monitorio hay una inversión del contradictorio, porque la
fase de conocimiento solo se abre si hay oposición. La controversia quedará resuelta
conclusivamente luego de una audiencia en la que se intentará la conciliación y se
practicarán pruebas, con una sentencia con efectos de cosa juzgada.

2HINESTROSA, Fernando. Tratado de las obligaciones. Tomo I, Concepto, estructura y vicisitudes. Editorial Universidad Externado de
Colombia. Bogotá-Colombia. Tercera edición, 2007. ISBN 958-710-193-5. p. 562.

3
MAYER, Ernesto. El antiguo derecho de obligaciones español según sus rasgos fundamentales, en revista de historia del derecho ISSN
1136-9590. Onceava edición. Cáceres: Universidad de Extremadura, 2005. “…cuanto más culto es un derecho, tanto más se desarrolla
en él la tendencia a proporcionar una satisfacción económica al acreedor.” pp. 11-317.

2
1. EVOLUCIÓN HISTÓRICA

Un aspecto a resaltar del progreso en la ejecución, para la comprensión de las


instituciones actuales, como el proceso monitorio, es que antes del siglo V se exigía la
declaración previa de responsabilidad mediante el procedimiento de cognición o,
excepcionalmente, la confesión expresa del deudor sobre la obligación, origen remoto del
interrogatorio de parte como prueba anticipada del título ejecutivo.

En ese entonces no se concedía a los documentos contractuales mérito ejecutivo. La regla


general era la imposibilidad de acudir a un procedimiento de ejecución sin la sentencia del
declarativo o, excepcionalmente, sin la confesión anticipada de la obligación.

En el derecho germánico del siglo V d. de J.C. se conoció la primera aproximación a la


posibilidad de ejecución con documentos de las partes siempre que mediante un convenio
expreso o “Pacto de Wadiatio”4 se concertara el mérito ejecutivo.

La estipulación empezó a incluirse en los contratos por los notarios españoles de la baja
edad media5, en los siguientes términos: “Damos poder a todos y cualesquiera jueces y
justicias, ante quien la presente carta fuere presentada, para que sobre lo contenido en
dicha carta haga ejecución en nuestras personas y bienes, así y tan cumplidamente como
si contra nosotros fuese dada sentencia definitiva por juez competente, y fuese por
nosotros consentida y pasada en autoridad de cosa juzgada” 6. La ejecución surgía del
pacto ejecutivo, no del contenido del título.

Estos antecedentes cimientan la aparición del juicio ejecutivo en España, inicialmente en


ordenamientos regionales, unificados en la lex toletana de 1480 de los Reyes Católicos,
que contienen los elementos del proceso ejecutivo como hoy lo conocemos: (i) títulos
ejecutivos distintos a las sentencias declarativas; (ii) rápida emisión de una orden de pago
(mandatum de solvendo); (iii) agilidad en la sustanciación y en práctica de cautelas; (iv)
plazos preclusivos para la proposición de excepciones; y (v) facultades al juez para el
rechazo de actuaciones impertinentes o dilatorias.

4PRIETRO CASTRO FERRANDIZ, Leonardo. Derecho procesal civil. Madrid España: editorial revista de derecho privado, 1948. p 189.
Dicha declaración se formalizaba en presencia de testigos con la entrega de un objeto simbólico (wadia o pequeña rama).

5
http://www.juridicas.unam.mx/publica/rev/boletin/cont/89/art/art13.htm (Consulta: febrero 10 de 2008). Con la introducción de
este tipo de cláusulas se lograba la ejecución sin tramitar el proceso declarativo, “complicado, lento y formalista y, por tanto, originador
de un elevado coste”. MONTERO AROCA, Juan. Síntesis de Derecho Procesal Civil Español. Boletín Mexicano de Derecho Comparado,
México, UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas, Nueva Serie, año XXX, núm. 89, mayo-agosto de 1997.

6MONTERO AROCA, Juan. La herencia procesal española. México-México: Universidad Autónoma de México, 1994. ISBN 968-36-3496-
6. p. 84.

3
Las normas y estructura general del proceso ejecutivo español, con algunas modificaciones,
se mantuvieron vigentes varios siglos en los pueblos latinoamericanos. Los ordenamientos
que se fueron expidiendo las siguieron de cerca, pero los procesos eminentemente escritos
las estropearon y los procesos ejecutivos se tornaron ineficientes, desconcentrados y lentos,
complicados, fragmentarios y carentes de inmediación, fiel reflejo de un sistema procesal
formalista que hoy está revaluado en la mayor parte del mundo civilizado.

En la Italia del siglo XIII se dio un paso definitivo hacia la consolidación del moderno
proceso ejecutivo cuando fueron introducidas reformas a los estatutos de las ciudades
mercantiles, que incluyó un procedimiento que permitía ejecutar créditos sin que mediara
la cláusula notarial sobre el pacto ejecutivo, ni la previa sentencia condenatoria, siempre
que el documento que los incorporara hiciera plena prueba de la existencia de una
obligación expresa, clara y exigible, concepto moderno del título ejecutivo7 adoptado en
los artículos 488 del CPC y 422 del CGP.

Y estos juristas italianos del Siglo XIII se preguntaron ¿qué hacer con los acreedores que
no obstante su calidad de titulares de un derecho de crédito expreso, claro y exigible de
cobrar una suma líquida de dinero, no cuentan con un documento que reúna las precisas
condiciones de título ejecutivo, es decir con aquellos acreedores que no tienen un
documento que haga plena prueba contra el deudor? Para estos acreedores idearon en el
Siglo XIII el proceso monitorio que se extendió por toda Europa y estamos recibiendo en
Colombia y otros países iberoamericanos ocho siglos después8.

La consolidación del proceso monitorio en esta parte del mundo también se enmarca dentro
del movimiento reformador que floreció a partir del siglo XVIII, como fruto del desarrollo
jurídico posterior a la Revolución Francesa de 1789, cuando surge una avasalladora corriente
de renovación procesal, con numerosos puntos de encuentro entre los sistemas del
“common law” y los del “civil law”, que de antaño transitaban en direcciones opuestas9.

Sobre la base de la constitucionalización de las garantías procesales de todo orden y el


regreso a la oralidad, en todas partes se aspira contar con procesos que verdaderamente
7SOBERANES Y FERNÁNDEZ, José Luís. Historia del juicio ejecutivo. México-México. Editorial Universidad Nacional Autónoma de
México, 1977. ISBN. 4173. p. 7.

8Autores como Jordi Nieva-Fenoll afirman que son dispersos los antecedentes del proceso monitorio, que “no es fácil hallar vestigios
del procedimiento monitorio antes del siglo XIV y mucho menos fuera de Italia”. Agrega que “no debió constituir procedimiento especial
alguno en sus inicios” y que “no es más que una fase del procedimiento declarativo ordinario de la época, que en caso de deudas de
dinero se debía de sustanciar más rápidamente, sobre todo cuando dichas deudas aparecían documentadas”. NIEVA-FENOLL, Jordi y
otros. El procedimiento monitorio en América Latina. Pasado, presente y futuro. Bogotá-Colombia. Editorial Temis, 2013. ISBN 978-958-
35-5993-7. p. 5 y ss.

9TARUFFO, Michele. Sobre las fronteras, escritos sobre la justicia civil. Bogotá-Colombia: Editorial Temis, 2006. ISBN 958-35-0583-8. p.
57 a 85 “…debe reconocerse una tendencia de transformación o superación de la distinción hacia una “recomposición” y unificación del
derecho procesal civil, por la crisis de los modelos tradicionales. Los modelos funcionales se enfocan a la “instrumentalidad del proceso,
como medio para conseguir los resultados a los cuales se orienta la justicia civil”, con las siguientes características: a) tutela judicial
efectiva, que comprende esencialmente la posibilidad y realidad de acceso a la justicia; b) la rapidez en la solución, porque justice
delayed is justice denied; y c) adecuación específica del procedimiento a las finalidades de tutela de las distintas situaciones jurídicas…”.

4
garanticen la efectividad de los derechos sustanciales, con acceso, rapidez y eficacia,
características todas que reúne el proceso monitorio, desterrando obstáculos excesivos o
irrazonables, sin desmedro del derecho al debido proceso. Los viejos sistemas y sus arcaicas
estructuras procesales predominantemente formalistas y escritas del ejecutivo de antaño ya
no satisfacen las necesidades de justicia civil de la sociedad de estos tiempos, porque no
acoplan armónicamente con el nuevo mundo, ni con el nuevo derecho.

Si bien ningún ordenamiento procesal puede precaver los incumplimientos, ni pretender


brindar plena satisfacción a todos los acreedores, los sistemas procesales actuales buscan
incorporar instituciones accesibles para intimar el cumplimiento de obligaciones de
manera menos formal que los tradicionales procesos ejecutivos y con mayor rapidez que
los habituales procesos declarativos, ofreciendo novedosas alternativas para los
acreedores como el proceso monitorio o, incluso, opciones de ejecución extrajudicial
como las que recientemente en Colombia se tienen con la ley de garantías mobiliarias
1676 de 2013.

2. DERECHO COMPARADO

Si bien la mayor parte de la doctrina pregona que el proceso monitorio surgió en Italia y se
fue extendiendo por toda Europa, no siempre se acogió la misma estructura y
características.

En el derecho comparado se conocen cuatro clases:

2.1. El proceso monitorio PURO, que permite al acreedor demandar así no tenga pruebas
documentales que pueda anexar a la demanda. Basta la declaración del propio acreedor
para que se produzca un requerimiento de pago.

2.2. El proceso monitorio DOCUMENTARIO, que exige al demandante aportar con la


demanda documentos de los cuales pueda inferirse la existencia de una obligación
dineraria, expresa, clara y exigible, que provengan del deudor, así no hagan plena prueba
contra él o incluso provenientes del propio acreedor.

2.3. El proceso monitorio LIMITADO en cuantía, sobre el supuesto que a más alto el monto
de la obligación mayor exigencia de formalidad.

2.4. El proceso monitorio ILIMITADO en cuantía, para cualquier monto como una
alternativa facilitadora a favor pequeño o gran acreedor.

5
La aplicación de estos modelos en algunos países es la siguiente:

La Comunidad Económica Europea, desde 2006, mediante el Reglamento 1896, estableció


para todos los países miembros un proceso monitorio puro, sin documentos y sin límite de
cuantía. Este proceso comunitario es de aplicación inmediata en los países sin necesidad
de reglamentación interna, con el fin de facilitar el cobro e incentivar los pagos,
especialmente de obligaciones transfronterizas, que se contraen en un país y se quieren
cobrar en otro, porque para estos casos el acceso al ejecutivo resulta más dificultoso por
la tradicional exigencia de probar que el título reúne los requisitos de la ley que rigió su
creación, como ordena el artículo 646 del Código de Comercio colombiano para los títulos
valores creados en el extranjero.

Este reglamento europeo trae anexos los formatos o modelos para la demanda, la
contestación y el requerimiento de pago, todo con el plausible propósito de unificar y
facilitar la aplicación práctica del monitorio en los diferentes países.

España tiene proceso monitorio especial desde el año 1999 y general desde la Ley de
Enjuiciamiento Civil del año 2000. El anterior ordenamiento procesal, que era de 1881, no
lo consagraba. Esta circunstancia explica la demora de los países latinoamericanos para
acogerlo, porque la mayoría son seguidores de la legislación española.

En el proceso monitorio español el demandante debe aportar con la demanda


documentos de los cuales se infiera el crédito, provengan del deudor o del acreedor.
Inicialmente fue limitado hasta €30 mil euros, algo más de $60 millones; a partir de la Ley
13 de 2009 la cuantía aumentó a €250 mil euros, un poco más de $ 500 millones y en el
año 2011 se liberó la cuantía. Es el proceso más utilizado, con un millón de procesos al
año, de los cuales en épocas anteriores a la crisis económica un 20% terminaba con pago,
un 40 % con ejecución y un 40% con oposición, porcentajes los dos primeros que
disminuyeron, como es natural, por la época de contracción que ahora atraviesan10.

Alemania tiene el mismo modelo de la Comunidad Europea; un proceso monitorio puro,


sin exigencia de prueba documental con la demanda e ilimitado, para cualquier crédito sin
importar su alta cuantía. Por estas razones Alemania rompe todos los records estadísticos,
con alrededor de ocho millones de procesos de esta naturaleza al año.

10 El profesor Joan Picó I Junoy, en las memorias del Congreso Colombiano de Derecho Procesal realizado en Cartagena en el mes de
septiembre de 2012, señaló: “La novedad más exitosa de la Ley de Enjuiciamiento Civil (LEC) española de 2000 fue, sin ningún género de
dudas, el proceso monitorio y la reforma de la LEC efectuada mediante la Ley 37/2011, de 10 de octubre, ha venido a consolidarlo y
darle el máximo ámbito de aplicación como mecanismo judicial para la rápida la tutela del crédito, al no limitarlo a cuantía dineraria
alguna. El proceso monitorio en España es el tipo de juicio civil más utilizado ante los tribunales y el más eficaz, como lo acreditan las
estadísticas. Estas nos demuestran el continuo crecimiento en su uso: de los 420.599 procesos monitorios de 2007 se pasó a 895.875 en
2010, esto es, en cuatro años se ha duplicado el número de estos procesos; siendo muy previsible que esta cifra siga aumentando dado
que la reforma procesal de 2011 ha eliminado todo límite cuantitativo de acceso al mismo y, de igual modo, las estadísticas nos
acreditan su alto nivel de eficacia: así, en 2010, el 43,5 % de los procesos monitorios acabaron logrando la finalidad perseguida, esto es,
el pago o la ejecución…” Instituto Colombiano de Derecho Procesal. Libro de Memorias del XXXIII Congreso Colombiano de Derecho
Procesal, Editorial Universidad Libre. Bogotá-Colombia. Primera edición, 2012. ISSN 2322-6560. p. 1019 y ss.

6
Francia e Italia tienen el mismo modelo español, esto es un proceso monitorio
documentario, inicialmente limitado en la cuantía y recientemente liberado para cualquier
monto de obligaciones.

En el CGP de Colombia se decidió incorporar un proceso monitorio puro, sin exigencia de


prueba documental, pero limitado en su cuantía a la mínima. Fueron aspectos
ampliamente discutidos al interior de la Comisión Redactora y Revisora. Hasta el segundo
debate en plenaria de la Cámara se acogía el modelo español, con exigencia de prueba
documental y cuantía limitada a la menor. A partir del tercer debate se impuso una
corriente más razonable, con un proceso monitorio puro, sin exigir documentos con la
demanda, solución coherente con la renovada eficacia probatoria de la simple declaración
de parte, valorizada en los sistemas con una efectiva realización de la concepción de la
oralidad -como dice Mauro Cappelletti-, para vigorizar el conocimiento del sujeto mejor
informado de los hechos deducidos en juicio, que es normalmente la parte misma11.

La cuantía en el texto final de la Ley 1564 se disminuyó a la mínima, siguiendo la


sugerencia de la doctrina española, que recomienda para los países que adoptan por
primera vez el monitorio empezar con uno limitado, para aumentar o liberarla
posteriormente, que es lo que sucedió en España, Francia e Italia, como quedó anotado.

Ya se verá más adelante la estructura y trámite del monitorio en Colombia, que no es igual
al de los países europeos. La crisis de los esquemas tradicionales y su ineficacia para la
adecuada protección del crédito contractual condujo al legislador colombiano a idear un
modelo singular, que combina experiencias internacionales heterogéneas.

II. EL PROCESO MONITORIO EN COLOMBIA

1. CLASIFICACIÓN DE LOS PROCESOS EN EL CGP

En la clasificación de los procesos por la naturaleza de la pretensión, que los agrupa en


procesos de conocimiento y procesos ejecutivos, se muestran explicativamente las dos
etapas de la jurisdicción: la cognición, que se dirige a la declaración de certeza o de
aplicación de la ley para un derecho incierto o controvertido, momento en el cual el
Estado dicit ius; y la ejecución forzada donde se observa la ley, porque ante un derecho
cierto pero insatisfecho, el Estado hace que el mandato concreto sea prácticamente

11Cappelletti, Mauro. El testimonio de la parte en el sistema de la oralidad. Contribución a la teoría de la utilización probatoria del saber
de las partes en el proceso civil. Librería Editora Platense S.R.L., Buenos Aires–Argentina, parte primera, 2002. ISBN 950-536-139-4.
Franz Klein en 1890 al referirse precisamente a la novedad de utilizar la declaración de la propia parte como prueba, anotó: “Con
nuestro instituto sucede lo mismo que con casi todas las innovaciones del progreso humano. En un primer momento resultan extrañas y
en raro contraste con las costumbres, y originan la crítica más violenta. Una vez puestas en práctica y perfeccionadas, de pronto se
tornan transparentes e indispensables y nadie entiende ya cómo las cosas pudieron alguna vez funcionar de otra manera”.

7
cumplido con el empleo de la fuerza “dirigida a modificar el mundo exterior y a hacerlo
corresponder a la voluntad de la ley”12.

La estructura de estos dos tipos de proceso, explica Eduardo J. Couture acudiendo al


saber, querer y obrar del proceso humano13, ilustra visiblemente sus diferencias: en el
proceso de conocimiento el juez comienza por saber o conocer los hechos, mediante un
amplio debate probatorio, luego decide, esto es, “quiere en sentido jurídico” y por último
obra cuando hace cumplir o ejecuta la sentencia; en cambio en el proceso ejecutivo, con el
título ejecutivo, que hace plena prueba de un derecho cierto, el juez decide desde que
libra la orden de pago, sin perjuicio que después oiga al demandado, conozca las
excepciones y practique pruebas; y también desde el primer acto procesal empieza a
obrar, porque dispone la práctica de medidas cautelares para asegurar la ejecución 14.

De esta manera, en los procesos ejecutivos se busca la satisfacción de un derecho cierto


contenido en un título ejecutivo (nulla executio sine titulo). El vocablo ejecución alude a la
acción y efecto de ejecutar, esto es, realizar, cumplir, satisfacer, hacer efectivo y dar
realidad a un hecho15.

La ejecución de una obligación puede ser voluntaria cuando el deudor cumple


directamente con su prestación, o puede ser forzada mediante el proceso ejecutivo ante
la rama jurisdiccional, al cual se puede acudir cuando se tiene “la llave indispensable” o la
“tarjeta de entrada” que es el documento que alcanza la calidad de título ejecutivo,
porque prueba plenamente el derecho del acreedor16.

12
CALAMANDREI, Piero. Instituciones de derecho procesal civil. Volumen I. Ediciones Jurídicas Europa-América, Buenos Aires-Argentina.
1973. p. 141 y ss. Dice además el profesor italiano: “No se debe a la casualidad el que la justicia se presente simbólicamente provista de
la balanza y de la espada. La defensa del derecho que el Estado realiza a través de la jurisdicción, no se agota en los razonamientos del
juez; y a fin de que éstos puedan traducirse en realidad, es necesario que, detrás de la balanza del juzgador, vigile la espada del ejecutor.
Pero, viceversa, la espada del ejecutor no puede moverse si antes el juez no ha pesado imparcialmente las razones de la justicia”.

13COUTURE, Eduardo J. Fundamentos de derecho procesal civil. Editorial Depalma. Buenos Aires-Argentina. Tercera edición 1942,
onceava reimpresión 1978. ISBN no registra. p. 439.

14“La gran revolución ocurrida en el Derecho Moderno, no se debió al lento y pesado procedimiento ordinario, sino a una gloriosa tutela
sumaria, representada por el título ejecutivo, instrumento ofrecido por los juristas para la construcción del capitalismo industrial. La
concepción del título ejecutivo, en el derecho medieval, es el testimonio más elocuente de esta verdad elemental. Pero lo que debe
recalcarse con la consagración del título ejecutivo, es el rompimiento de la exigencia de un contradictorio previo (audiatur et altera
parte), para consagrar el contradictorio diferido. Eso implicó romper toda una tradición”. BAPTISTA DA SILVA, Ovidio. Racionalismo y
tutela preventiva en el proceso civil. Comunicación escrita para el Segundo Congreso Internacional de Derecho Procesal, realizado en
Lima (Perú), en junio del 2002. Traducción de Juan José Monroy Palacios. Revista Peruana de Derecho Procesal No V. Director Juan José
Monroy Palacios, páginas 285 y ss.

15COUTURE, Eduardo J. Fundamentos de derecho procesal civil. Editorial Depalma. Buenos Aires-Argentina. Tercera edición 1942,
onceava reimpresión 1978. ISBN no registra. p. 435 y ss.

16 CALAMANDREI, Piero. El procedimiento monitorio. Editorial bibliográfica Argentina. Buenos Aires-Argentina. 1946. ISBN No registra.
p. 19 y ss.

8
Para lograr o “conquistar” el título ejecutivo, está concebido, en la mayoría de los casos, el
proceso de cognición, que suele ser una premisa, fase previa o preparatoria a la ejecución,
que al final viene a complementarla en forma sucesiva y coordinada.

No obstante, como dice Calamandrei “nada impide que la cognición pueda ser reducida, o
aún omitida del todo, cuantas veces el ordenamiento jurídico ofrezca para la construcción
del título ejecutivo medios más expeditos y más económicos que el proceso ordinario de
cognición, lento, complicado y dispendioso”17.

Aquí es donde surgen dos tipos de procesos: a) los ejecutivos autónomos, sin una fase
previa de cognición, autorizados cuando al acreedor tiene un título ejecutivo por ejemplo
contractual que permite la ejecución inmediata, por hacer plena prueba contra el deudor;
b) los de cognición “con predominante función ejecutiva”, como el monitorio del CGP,
cuya finalidad es “dar vida con celeridad a un título ejecutivo”18.

Ahora bien, para la “rápida creación de un título ejecutivo”, la “abreviación de la


cognición” consiste en que, a diferencia del proceso de conocimiento normal, donde el
juez no emite pronunciamiento sino después de oír al demandado, en el proceso de
conocimiento especial denominado monitorio, el acreedor solicita un requerimiento de
pago sin previo contradictorio y la fase de cognición solo se abre si el demandado
presenta oposición, porque si guarda silencio se consolida el derecho reclamado.

De esta manera “la finalidad de llegar con celeridad a la creación del título ejecutivo se
alcanza desplazando la iniciativa del contradictorio del actor al demandado… El concepto,
desde luego, lógico y económico, en que se inspiran estos procedimientos es, pues, el
siguiente: que el juicio sobre la oportunidad de abrir el contradictorio y, por consiguiente,
la iniciativa de provocarlo, debe dejarse a la parte en cuyo interés el principio del
contradictorio tiene inicialmente vigor, esto es, al demandado”19.

Si sobre estas premisas se revisa a doble columna la clasificación de los procesos que tiene
el CPC, frente a la del CGP, se encuentra que el CGP disminuyó el número de procesos en
busca de la unificación e incluyó dentro de los declarativos especiales al monitorio, junto

17 Ídem, p. 21.

18Advierte Calamandrei “Nuestra doctrina habla, en cuanto a estas formas especiales, de “declaración de certeza con predominante
función ejecutiva”; pero no en el sentido, entendámonos bien, de que estos procesos sean ya, ellos mismos, inicio de ejecución (ya que
ejecución no se da sin aquel título ejecutivo que es el producto y el resultado final de estos procesos), sino en el sentido de que estos
procesos especiales de cognición son particularmente idóneos para construir con celeridad el título ejecutivo, sin el cual el acreedor no
puede dar principio a la propia y verdadera ejecución. Predominante función ejecutiva significa pues que, en estos procesos, predomina
sobre la función de declaración de certeza la función de preparación del título ejecutivo” CALAMANDREI, Piero. El procedimiento
monitorio. Editorial bibliográfica Argentina. Buenos Aires-Argentina. 1946. ISBN No registra. pp. 23 y 24.

19 Agrega Calamandrei que, en consecuencia, son “procedimientos con inversión de la iniciativa del contradictorio”. Ídem. pp. 25 y 26.

9
con los de expropiación, divisorios que ahora tienen un mismo trámite así sean de grandes
comunidades y el de deslinde y amojonamiento.

De esta manera la comisión redactora del CGP optó por clasificar el proceso monitorio
como un declarativo especial. Sin embargo, no pude dejarse de mencionar que hay
autores que afirman que el monitorio es un ejecutivo especial y otros que es un proceso
intermedio entre el declarativo y el ejecutivo, porque se logra un requerimiento de pago
para obligaciones que no constan en un título ejecutivo e incluso hay doctrinantes que lo
califican como un proceso mixto.

2. REQUISITOS O PROCEDENCIA DEL PROCESO MONITORIO

Es un aspecto regulado en el artículo 419 del CGP, según el cual “podrá promover proceso
monitorio con sujeción a las disposiciones de este Capítulo”… “quien pretenda el pago de
una obligación”:

EN DINERO: Ya sea en moneda nacional o extranjera, de tal manera que no es procedente


acudir al proceso monitorio para formular pretensiones de obligaciones de dar o entregar
especies muebles o bienes de género distintos de dinero, de hacer, de no hacer o de
suscribir documentos, ni pretensiones complejas que acumulen las pretensiones de dinero
con alguna de estas otras.

DE NATURALEZA CONTRACTUAL: Por lo cual no puede utilizarse el proceso monitorio


para cobrar perjuicios de naturaleza extracontractual cuantificados unilateralmente. Estas
pretensiones indemnizatorias tendrán que tramitarse por el cauce del proceso
declarativo. El contrato genitor puede ser verbal o consensual, no requiere constar por
escrito, ni exige el CGP prueba solemne.

DETERMINADA: Es decir líquida o liquidable por una simple operación matemática. Podrá
considerarse además del capital los respectivos intereses de plazo o mora que
correspondan de acuerdo con las normas sustanciales, para lo cual es necesario indicar el
porcentaje de intereses reclamado dentro de los límites legales y las fechas para su
liquidación.

Y EXIGIBLE: Que significa que puede cobrarse ya, porque el plazo está vencido o cumplida
la condición. Claro que en el proceso monitorio podrá hacerse uso de las cláusulas
aceleratorias, de acuerdo con las disposiciones sustanciales.

QUE SEA DE MÍNIMA CUANTÍA: De tal manera que las pretensiones en el proceso
monitorio no podrán exceder de 40 smlmv, que equivalen hoy a $24.640.000, incluidos
todos los conceptos de capital e intereses, porque la cuantía se determina sumando todo

10
lo pretendido y causado a la fecha de la demanda, regla general del CGP que sigue el
sistema que anticipó la Ley 1395 al derogar el numeral 2 del artículo 20 del CPC.

Que el proceso sea de mínima cuantía trae dos consecuencias importantes: que se podrá
actuar sin abogado20 y, además, que siempre el proceso monitorio se tramitará en única
instancia, sin que procedan recursos contra la sentencia21.

Es de esperarse que en el futuro, cuando el monitorio sea adquirido por la sociedad


colombiana, se libere esta cuantía, como sucedió en el sistema español, francés e italiano.

Si la deuda que se quiere cobrar excede la mínima cuantía, el acreedor tendrá que limitar
su pretensión dentro del proceso monitorio a este límite o reclamar la totalidad en un
proceso declarativo o el exceso en otro proceso22.

3. DEMANDA DEL PROCESO MONITORIO

En el CPC, artículo 75, “La demanda con que se promueva todo proceso”, debía tener unos
mismos requisitos. En el CGP la regla se modificó con diferenciales requisitos para la
demanda, como sucede especialmente con el proceso monitorio, que es lo que dispone el
artículo 82 al establecer: “Salvo disposición en contrario, la demanda con que se promueva
todo proceso deberá reunir los siguientes requisitos”.

En los países donde el monitorio se inicia con una simple petición o solicitud, en caso de
oposición del deudor, el acreedor debe presentar a continuación la demanda declarativa.
En Colombia no hay nueva demanda declarativa precisamente porque al presentarse
oposición el proceso continúa, sin solución de continuidad, en fase declarativa. Para
adoptar esta novedosa estructura fue necesario disponer que la demanda del monitorio
deba contener todos los elementos necesarios para fijar el litigio.

20Artículos 229 C.P., 25 y 28 numeral 2 del Decreto 196 de 1971, Corte Constitucional, sentencia C-069 de 1996, magistrado ponente
Antonio Barrera Carbonell. Disponible en http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/1996/c-069-96.htm, (26.07.2014).

21La Carta Política, en el artículo 31 dispone como regla general la doble instancia, “salvo las excepciones que consagre la ley”, entre las
cuales están los procesos de mínima cuantía, como lo ha reconocido la Corte Constitucional, entre otras, en las sentencias C-542 de
2010 y C-099 de 2013. Corte Constitucional, sentencia C-542 de 2010, magistrado ponente Jorge Iván Palacio Palacio, Disponible en
http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2010/c-542-10.htm, (26.07.2014). Corte Constitucional, sentencia C-099 de 2013,
magistrado ponente María Victoria Calle Correa, Disponible en http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2013/c-099-13.htm,
(26.07.2014).

22 En la doctrina española se discutieron las posibilidades del acreedor de una suma superior al límite legal y llegó a sugerirse que en
este evento debía entenderse que el demandante en el monitorio renunciaba al exceso para evitar que una misma deuda originara
varios procesos monitorios, burlándose, en fraude a la ley, la eficacia de una norma procesal imperativa. Ver Picó I Junoy Libro de
Memorias del XXXIII Congreso Colombiano de Derecho Procesal, Editorial Universidad Libre. Bogotá-Colombia. Primera edición, 2012.
ISSN 2322-6560. p. 1019 y ss.

11
Los requisitos de la demanda del proceso monitorio se encuentran regulados en el artículo
420 del CGP y son los siguientes:

3.1.- LA DESIGNACIÓN DEL JUEZ AL QUE SE DIRIGE, que será el Juez Civil Municipal del
domicilio del deudor o del lugar de cumplimiento, de acuerdo a las reglas generales de
competencia del CGP (artículos 17 No. 1 y 28).

La experiencia de otros países permite vislumbrar una avalancha de demandas cuando se


ponga en vigencia el monitorio en Colombia, situación que añadida al aumento de
cuantías que dispuso el CGP y que ya está en vigencia, hará necesario revisar el mapa
judicial del país para contar con suficientes jueces municipales.

3.2.- EL NOMBRE Y DOMICILIO DEL DEMANDANTE Y DEL DEMANDADO, DE SUS


REPRESENTANTES Y APODERADOS, que es un requisito general y natural de cualquier
demanda23.

3.3.- LA PRETENSIÓN DE PAGO EXPRESADA CON PRECISIÓN Y CLARIDAD, para que el


demandado conozca con suficiencia lo que pretende el actor y pueda ejercitar las
alternativas de contradicción o defensa. Es admisible la acumulación objetiva y subjetiva
de pretensiones en los términos del artículo 88 del CGP.

3.4.- LOS HECHOS QUE SIRVEN DE FUNDAMENTO A LAS PRETENSIONES, DEBIDAMENTE


DETERMINADOS, CLASIFICADOS Y NUMERADOS, con la información sobre el contrato
que originó la deuda, su monto exacto y componentes.

3.5.- LA MANIFESTACIÓN CLARA Y PRECISA DE QUE EL PAGO DE LA SUMA ADEUDADA


NO DEPENDE DE UNA CONTRAPRESTACIÓN A CARGO DEL ACREEDOR, para los fines del
artículo 1609 del Código Civil.

3.6.- LAS PRUEBAS QUE SE PRETENDAN HACER VALER, incluidas las solicitadas para el
evento de que el demandado se oponga.

Agrega el numeral 6º del artículo 420 en su inciso segundo que “El demandante deberá
aportar con la demanda los documentos de la obligación contractual adeudada que se
encuentren en su poder” y que “Cuando no los tenga, deberá señalar dónde están o
manifestar bajo juramento que se entiende prestado con la presentación de la demanda,
que no existen soportes documentales”.

23 Es conveniente indicar también del demandante el número de cédula o Nit, según el caso, y los del demandado si se conocen
(artículo 82 No. 2 CGP).

12
Así las cosas, el actor debe descubrir ante el demandado, con la demanda, toda la prueba
documental pertinente que esté en su poder, exigencia legal de transparencia que hace
extemporánea la presentación por el demandante de pruebas de este linaje en un
momento posterior.

De las novedades del CGP en prueba documental debe resaltarse, por su importancia para
el monitorio, la amplitud de la presunción de autenticidad para todo tipo de documentos
públicos o privados, originales o copias, estén suscritos, manuscritos o únicamente
elaborados, contengan reproducciones de la voz o de la imagen, emanados de las partes o
de terceros y sin importar si su contenido es declarativo, dispositivo o representativo, lo
mismo que las demandas, las contestaciones, las sustituciones de poderes y también los
memoriales aunque en ellos se disponga de derechos.

La extensa autenticidad documental está acorde con la presunción de buena fe del


artículo 83 de la Carta Política, reconoce la realidad de los negocios y de las relaciones
civiles y comerciales en el mundo tecnificado de la actualidad24 y armoniza con el debido
proceso, porque se concede a la otra parte la posibilidad impugnar el documento
mediante las figuras de la tacha o el desconocimiento25.

La tacha es procedente frente a documentos, originales o en copia, que se afirme están


suscritos o manuscritos por la parte contraria, o cuando la voz o imagen de esa parte o la
de su causante está en el documento. Quien tacha tiene la carga de demostrar la falsedad.
Por su parte el desconocimiento es procedente para los documentos, originales o en

24
Interesante lo que sobre el particular anota Joan Picó I Junoy precisamente para el proceso monitorio: “El antiformalismo también se
manifiesta en el hecho de poder aportar, con pleno valor procesal, la fotocopia del documento. La cuestión es especialmente
trascendente por varias razones: en primer lugar, por razones prácticas, pues puede haber dificultad, en muchos casos, para aportar los
documentos originales, operándose en la actualidad, en el tráfico económico, en gran medida con copias, derivadas, en su mayor parte,
tanto de los medios informáticos utilizados para constatar y registrar las transacciones, como del uso, absolutamente ya normalizado y
generalizado, de los modernos sistemas de telecomunicación. En segundo lugar, porque la utilización de dichas tecnologías, tanto a nivel
de constatación y registro de las transacciones económicas, como a nivel de comunicación, han difuminado la identificación y
diferenciación entre lo que sea formalmente original y lo que sea copia, hasta extremos, en muchos, absolutos. Y, finalmente, porque en
una economía globalizada y tecnificada como la actual, exigir al acreedor que aporte el original del documento, no es ni realista ni
práctico: pensemos, por ejemplo, en una empresa canadiense que reclame una pequeña deuda en España utilizando el monitorio,
pretendiendo, por tanto, que se realice la simple reclamación al deudor. Lo más normal es que pueda remitir el documento que acredita
prima facie dicha deuda mediante fax o e-mail, sin que sea razonable, en aras a los principios de rapidez, eficacia y simplicidad que
fundamentan el presente procedimiento, obligarle a que deba remitir por correo el documento original, como si nos encontráramos ante
un procedimiento declarativo o ejecutivo, procedimientos éstos que nada que ver tienen con la naturaleza y finalidad del procedimiento
monitorio. Además, ninguna indefensión se causa al deudor, pues si éste no está conforme con la deuda reclamada, simplemente con
oponerse obligará al actor a exigirla necesariamente a través del juicio ordinario que corresponda por razón de la cuantía. De igual
modo, debo destacar la posibilidad de aportar válidamente documentos electrónicos como base para fundamentar la petición
monitoria. La ley, consciente de la evolución tecnológica, contempla que el documento pueda estar reflejado en otro soporte que no sea
papel, por lo que son plenamente válidos como documentos los soportes informáticos de transacciones electrónicas o grabaciones de
contrataciones por teléfono o videoconferencia” Libro de Memorias del XXXIII Congreso Colombiano de Derecho Procesal, Editorial
Universidad Libre. Bogotá-Colombia. Primera edición, 2012. ISSN 2322-6560. p. 1019 y ss.

25 No es procedente impugnar la presunción de autenticidad de una copia con una simple solicitud de cotejo, porque claramente el
inciso segundo del artículo 246 dispone que se puede pedir el cotejo “sin perjuicio de la presunción de autenticidad” y el 273 agrega que
el cotejo es una prueba “para demostrar la autenticidad o la falsedad”, una vez tachado o desconocido, porque la autenticidad, incluso
de las copias, se presume (art. 244 CGP) y tienen el mismo valor probatorio que el original (artículo 246 CGP).

13
copia, no firmados, ni manuscritos por la parte contra la que se oponen y contra los
documentos que no contengan la voz o imagen de esa parte. También procede el
desconocimiento frente a los documentos, originales o en copia, dispositivos y
representativos emanados de terceros. Quien aportó el documento que es desconocido
tiene la carga de la prueba de la autenticidad.

3.7.- LAS DIRECCIONES PARA NOTIFICACIONES, del demandante y del demandado,


porque jamás procede su emplazamiento.

3.8.- LOS ANEXOS previstos en la parte general, por ejemplo el poder si se actúa con
abogado o el registro civil de nacimiento si una de las partes es incapaz o los certificados
de existencia y representación de la persona jurídica demandante o demandada, salvo que
estén publicados en la página Web de la entidad pública o privada encargada de su
certificación, en los términos del art. 85 del CGP.

También las copias físicas o como mensaje de datos, dependiendo si está habilitado ya el
Plan de Justicia Digital, para el archivo del juzgado y el traslado a los demandados, de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 89 del CGP.

La demanda podrá ser presentada mediante el formato establecido por el Consejo


Superior de la Judicatura en el acuerdo PSAA13-10076 de diciembre 31 de 2013,
disponible en la página web de la Rama Judicial: www.ramajudicial.gov.co en el link: De
interés/Código General del Proceso/Reglamentación/formatos demandas/notificaciones.

No aplica ya lo relacionado con el Arancel Judicial que está indicado en estos formatos,
porque fue declarado inexequible por la Corte Constitucional en la sentencia C-169 de
2014.

Al tenor del artículo 89 del CGP, la demanda se entregará, sin necesidad de presentación
personal, ante el secretario del despacho judicial al que se dirija o de la oficina judicial
respectiva, quien dejará constancia de la fecha de su recepción.

La demanda del proceso monitorio puede ser retirada de acuerdo con las previsiones del
artículo 92 del CGP, corregida, aclarada y reformada en los términos del artículo 93 del
CGP, e interrumpirá la prescripción, hará inoperante la caducidad y constituirá en mora al
deudor de acuerdo con lo previsto en el artículo 94 del CGP.

4. TRÁMITE DEL MONITORIO

Puede revisarse de manera esquemática de la siguiente manera:

14
4.1. DECISIONES SOBRE LA DEMANDA: En aplicación del artículo 90 del CGP, las
decisiones que pude adoptar el juez del monitorio sobre la demanda son las siguientes:

a) ADMITIRLA: Cuando reúna los requisitos de ley, alternativa que en el proceso monitorio
se traduce en “requerir al deudor para que en el plazo de diez (10) días pague o exponga
en la contestación de la demanda las razones concretas que le sirven de sustento para
negar total o parcialmente la deuda reclamada” (inciso 1º del artículo 421 CGP)

En este momento, para realizar el requerimiento de pago en los términos solicitados o, en


los que corresponda según las normas sustanciales, el juez deberá aplicar la amplia
facultad que tiene de interpretar la demanda en ejercicio de la facultad contenida en el
numeral 5 del artículo 42 del CGP. En el monitorio colombiano, por la singular naturaleza
de puro o sin exigencia de prueba documental y además porque las personas podrán
acudir directamente al proceso sin la asesoría de un abogado, esta potestad del juez
adquiere una significación especial en procura de hacer efectivo el acceso a la justicia.

El juez al admitir deberá además dar a la demanda el trámite que legalmente


corresponda, aunque el demandante haya indicado una vía procesal inadecuada; integrar
el litisconsorcio necesario; y ordenar al demandado que aporte, durante el traslado, los
documentos que estén en su poder y que hayan sido solicitados por el demandante
(artículo 90 CGP).

Claramente dispone el artículo 421 del CGP que contra el auto admisorio o de
requerimiento de pago no proceden recursos y que en este proceso no son procedentes
las excepciones previas, disposiciones que afirman los propósitos de desformalización,
celeridad y eficacia del código para este proceso en especial y de confianza en el juez, sin
desmedro del derecho de contradicción que se garantiza con las posibilidades de
oposición que se conceden.

En aplicación del artículo 91 del CGP en el auto admisorio se ordenará el traslado al


demandado que se surte mediante la notificación del requerimiento de pago con las
advertencias previstas en la ley y la entrega, en medio físico o como mensaje de datos, de
copia de la demanda y sus anexos al demandado, a su representante o apoderado.

Cuando la notificación del requerimiento de pago se surta por conducta concluyente, por
aviso, o mediante comisionado, formas de notificación aplicables al proceso monitorio, el
demandado podrá solicitar en la secretaría que se le suministre la reproducción de la
demanda y de sus anexos dentro de los tres (3) días siguientes, vencidos los cuales
comenzará a correr el término de ejecutoria y de traslado de la demanda.

15
Siendo varios los demandados, el traslado se hará a cada uno por el término respectivo,
pero si estuvieren representados por la misma persona, el traslado será común (artículo
91 inciso 3º del CGP).

b) INADMITIRLA: Mediante auto no susceptible de recurso la demanda del proceso


monitorio puede ser inadmitida en los casos previstos en el artículo 90 del CGP26.

Cuando se inadmite y, por lo tanto, no se hace el requerimiento de pago, el juez señalará


con precisión los defectos de que adolezca la demanda, para que el demandante los
subsane en el término de cinco (5) días, so pena de rechazo. Vencido el término para
subsanar el juez decidirá si admite o rechaza la demanda.

c) RECHAZARLA: En los siguientes eventos: Cuando el juez carezca de jurisdicción o de


competencia, ordenando enviarla con sus anexos al juez que considere competente; o
cuando esté vencido el término de caducidad para instaurarla, disponiendo devolver los
anexos sin necesidad de desglose; o cuando inadmitida no es subsanada oportunamente
(artículo 90 CGP).

Contra el auto que rechaza procede el recurso de reposición. No es procedente el de


apelación porque el monitorio está limitado por la ley a la mínima cuantía. El recurso
contra el auto que rechace la demanda comprenderá el que negó su admisión.

4.2. NOTIFICACIÓN DEL REQUERIMIENTO DE PAGO: El requerimiento de pago tendrá que


notificarse personalmente, de conformidad con lo previsto en los artículos 291 y 292 del
CGP, “con la advertencia de que si no paga o no justifica su renuencia, se dictará sentencia
que tampoco admite recursos y constituye cosa juzgada, en la cual se le condenará al pago
del monto reclamado, de los intereses causados y de los que se causen hasta la
cancelación de la deuda”.

No procede el emplazamiento del artículo 293 porque el 421 del CGP dispone en el
parágrafo: “En este proceso no se admitirá… el emplazamiento del demandado, ni el
nombramiento de curador ad litem”.

La exclusión en el monitorio del emplazamiento y de la figura del curador ad litem,


admisible en otros procesos, es reflejo de la preocupación del legislador por conceder
plena garantía de contradicción al demandado en un proceso monitorio puro con
inversión del contradictorio, donde la fase de conocimiento solo se abre si hay oposición
expresa del demandado.

26 De los siete casos en que se declara inadmisible la demanda, a la del monitorio es inaplicable el 6 sobre el juramento estimatorio.

16
En estas condiciones, si el demandante ignora el lugar donde puede ser citado el
demandado, debe optar desde el principio por el declarativo previsto en las disposiciones
generales. Si la imposibilidad de notificación en los términos de los artículos 290 y 291 es
sobreviniente, por ejemplo por cambio de domicilio del demandado, el demandante
podrá retirar la demanda de conformidad con el artículo 92 para volverla a presentar
como un declarativo general o reformarla como lo permite el artículo 93, para seguir por
los causes del declarativo general, donde es procedente el emplazamiento del artículo
29327. Si el proceso queda inactivo por esta circunstancia, será aplicable la figura del
desistimiento tácito regulada en el artículo 317 del CGP.

4.3. ALTERNATIVAS DEL DEMANDADO DENTRO DE LOS 10 DÍAS SIGUIENTES A LA


NOTIFICACIÓN: En el término de 10 días el demandado tiene tres alternativas:

PRIMERA ALTERNATIVA: PAGAR: En cuyo caso termina el proceso, sin que haya condena
en costas.

En el monitorio no está previsto expresamente condenar en costas al intimado que paga


dentro de los diez días siguientes a la notificación del requerimiento, como sí sucede en el
artículo 440 del CGP para el ejecutado que cumple una vez notificado del mandamiento
de pago. Además, en los ejecutivos, precisamente por ser preceptiva la condena en costas
por la existencia previa de un título ejecutivo que hace plena prueba de una obligación
expresa, clara y exigible, se concede al demandado la posibilidad de solicitar “que se le
exonere de ellas si prueba que estuvo dispuesto a pagar antes de ser demandado y el
acreedor no se allanó a recibirle”.

En cambio en el monitorio, para el mismo evento, que es el pago del demandado en el


término de traslado, lo que dice el inciso 2º del artículo 421 es que “Si el deudor satisface
la obligación en la forma señalada, se declarará terminado el proceso”, sin disponer
ninguna condena adicional a costas; además –y aquí está la diferencia con el ejecutivo- la
improcedencia de condenar en costas equilibra la desformalización y acceso que concede
al demandante el monitorio puro, con la disposición de pago que demuestra el
demandado. Finalmente, no debe condenarse en costas en este evento porque al tenor
del artículo 365 del CGP estas condenas se justifican especialmente en actuaciones “en
que haya controversia”.

27La prohibición de reformar la demanda del verbal sumario contenida en el artículo 392 no está contemplada específicamente para la
demanda del monitorio, que en cuanto a restricciones procesales tiene normas especiales en el parágrafo del artículo 421, que además
son posteriores y, por estos dos aspectos prevalecen al tenor de lo dispuesto en el artículo 5 de la Ley 57 de 1887. Por otra parte, la
remisión que hace el artículo 421 para el caso de oposición del demandado está limitada a la audiencia del 392, no a las restricciones
procesales del 392. Idénticos comentarios para la acumulación de procesos que es procedente en el monitorio, lo mismo que la
acumulación de demandas por inserción (artículo 148 del CGP), para los incidentes como el de desembargo que sin duda debe ser
viable en el monitorio porque también lo son las medidas cautelares que pueden afectar bienes de terceros y, finalmente, para el
trámite de terminación del amparo de pobreza y para la suspensión del proceso monitorio que se producirá por cualquiera de las
causas del artículo 161 del CGP, sin las restricciones del inciso final del 392.

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SEGUNDA ALTERNATIVA: OPONERSE: La oposición debe hacerse en la contestación de la
demanda, debe ser expresa y motivada. Así resulta de lo dispuesto en el inciso primero del
artículo 421 que ordena, al admitir la demanda, “requerir al deudor para que en el plazo
de diez (10) días pague o exponga en la contestación de la demanda las razones concretas
que le sirven de sustento para negar total o parcialmente la deuda reclamada”.

Los requisitos de la contestación son los del artículo 96 del CGP. La contestación de la
demanda contendrá:

1. El nombre del demandado, su domicilio y los de su representante o apoderado en caso


de no comparecer por sí mismo. También deberá indicar el número de documento de
identificación del demandado y de su representante. Tratándose de personas jurídicas o
patrimonios autónomos deberá indicarse el Número de Identificación Tributaria (NIT).

2. Pronunciamiento expreso y concreto sobre las pretensiones y sobre los hechos de la


demanda, con indicación de los que se admiten, los que se niegan y los que no le constan.
En los dos últimos casos manifestará en forma precisa y unívoca las razones de su
respuesta. Si no lo hiciere así, se presumirá cierto el respectivo hecho.

3. Las excepciones de mérito que se quieran proponer contra las pretensiones del
demandante, con expresión de su fundamento fáctico, el juramento estimatorio y la
alegación del derecho de retención, si fuere el caso.

4. La petición de las pruebas que el demandado pretenda hacer valer, si no obraren en el


expediente.

5. El lugar, la dirección física y de correo electrónico que tengan o estén obligados a llevar,
donde el demandado, su representante o apoderado recibirán notificaciones personales.

A la contestación de la demanda deberá acompañarse el poder de quien la suscriba a


nombre del demandado, la prueba de su existencia y representación, si a ello hubiere
lugar, los documentos que estén en su poder y que hayan sido solicitados por el
demandante, o la manifestación de que no los tiene, y las pruebas que pretenda hacer
valer.

La contestación podrá ser presentada mediante el formato establecido por el Consejo


Superior de la Judicatura en el acuerdo PSAA13-10076 de diciembre 31 de 2013,
disponible en la página web de la Rama Judicial: www.ramajudicial.gov.co en el link: De
interés/Código General del Proceso/Reglamentación/formatos demandas/notificaciones.

De la oposición se le corre traslado al demandante para que en el término de cinco (5) días
manifieste lo que considere y pida pruebas adicionales, por ejemplo un interrogatorio al

18
deudor o testimonios, sin que pueda presentar documentos, porque como vimos antes
debió aportar todos los que tenía con la demanda. Este traslado no es una novedad del
monitorio, porque es el mismo previsto en el artículo 370 del CGP para los declarativos y
en el numeral 1º del 443 para el ejecutivo, traslado que es necesario dentro de la
dialéctica procesal, porque con la contestación pueden incluirse por el demandado nuevos
hechos a la controversia, frente a los cuales el demandante debe tener la oportunidad de
pronunciarse y/o contraprobar.

Es importante anotar que una cosa es que el demandado no conteste la demanda, evento
en el cual se estará en la tercera alternativa que ordena dictar sentencia ante la falta de
oposición y otra distinta que el demandado se oponga con una contestación deficiente,
asunto regulado en el artículo 97 del CGP, por ejemplo porque realiza una oposición
genérica, sin un pronunciamiento expreso sobre los hechos o sobre las pretensiones de la
demanda, o con afirmaciones o negaciones contrarias a la realidad, eventos en los cuales
habrá que convocar la audiencia del 392 del declarativo, presumiendo en la sentencia
ciertos los hechos susceptibles de confesión contenidos en la demanda, porque en el
monitorio la ley no atribuye otro efecto a esta particular situación, advirtiendo, claro está,
que esta presunción admite prueba en contrario, es decir que puede ser desvirtuada28.

En aras de la igualdad, del acceso y la desformalización, también deberá el juez aplicar a


contestación la amplia facultad que tiene de interpretar, por la singular naturaleza de este
proceso monitorio, además porque, como ya se expuso, las personas podrán acudir
directamente al proceso sin la asesoría de un abogado y, finalmente, para garantizar el
derecho de contradicción o defensa del demandado, que hace parte del debido proceso.

TERCERA ALTERNATIVA: NO OPONERSE: El demandado también podrá no oponerse, ya


sea guardando silencio o manifestando expresamente su aceptación al requerimiento de
pago, en ambos casos sin pagar o satisfacer la obligación en la forma señalada en el
requerimiento de pago, tercera alternativa que obliga dictar sentencia constitutiva del
título ejecutivo, que se ejecuta en los términos del art. 306 del CGP29, contra la cual no
proceden excepciones por hechos anteriores, toda vez que si el deudor pretendía
oponerse debió haberlo hecho en los 10 días siguientes a la notificación del requerimiento
de pago.

28 Toda confesión admite prueba en contrario. Artículo 197 del CGP sobre Infirmación de la Confesión.

29Dicen los dos primeros incisos del artículo 306 del CGP: “Cuando la sentencia condene al pago de una suma de dinero, a la entrega de
cosas muebles que no hayan sido secuestradas en el mismo proceso, o al cumplimiento de una obligación de hacer, el acreedor, sin
necesidad de formular demanda, deberá solicitar la ejecución con base en la sentencia, ante el juez del conocimiento, para que se
adelante el proceso ejecutivo a continuación y dentro del mismo expediente en que fue dictada. Formulada la solicitud el juez librará
mandamiento ejecutivo de acuerdo con lo señalado en la parte resolutiva de la sentencia y, de ser el caso, por las costas aprobadas, sin
que sea necesario, para iniciar la ejecución, esperar a que se surta el trámite anterior. Si la solicitud de la ejecución se formula dentro de
los treinta (30) días siguientes a la ejecutoria de la sentencia, o a la notificación del auto de obedecimiento a lo resuelto por el superior,
según fuere el caso, el mandamiento ejecutivo se notificará por estado. De ser formulada con posterioridad, la notificación del
mandamiento ejecutivo al ejecutado deberá realizarse personalmente”

19
Lo declarado por el demandante hará prueba de la existencia y monto de la obligación
cuando no hay objeción del demandado; al silencio del demandado se le da la
connotación de aceptación, quedando de esta manera establecida la obligación y, por lo
tanto, tornándose superflua otras pruebas30.

En los términos del artículo 98 del CGP, tanto en la contestación de la demanda como en
cualquier momento anterior a la sentencia, el demandado podrá allanarse expresamente
a las pretensiones de la demanda reconociendo sus fundamentos de hecho, caso en el
cual se procederá a dictar sentencia de conformidad con lo pedido. Cuando el
allanamiento no se refiera a la totalidad de las pretensiones o no provenga de todos los
demandados, el juez proferirá sentencia parcial y el proceso continuará respecto de las
pretensiones no allanadas y de los demandados que no se allanaron.

COMBINACIÓN DEL ALTERNATIVAS: Las tres alternativas del demandado que se acaban
de exponer, pueden ser totales o parciales. Si la oposición es parcial, ya sea porque se
paga una parte o se guarda silencio por otra, podrá dictarse sentencia parcial “si el
demandante solicita que se prosiga la ejecución por la parte no objetada. En este evento,
por la parte objetada se procederá...” a dictar un “auto citando a la audiencia del artículo
392, previo traslado al demandante por cinco (5) días para que pida pruebas adicionales”
(incisos 3 y 4 del artículo 421 del CGP).

4.4. AUDIENCIA DEL 392: Vencido el término de traslado de la demanda se fija fecha para
la audiencia del verbal sumario, prevista en el artículo 392, en la que se promueve
acuciosamente la conciliación, se adoptan medidas de saneamiento para evitar nulidades
y sentencias inhibitorias, se realizan interrogatorios exhaustivos a las partes, se fijan
hechos y se practican las otras pruebas necesarias, para al final escuchar los alegatos de
conclusión y dictar la sentencia, que no es susceptible de recursos y hace tránsito a cosa
juzgada, por lo cual no es revisable en instancia, ni proceso posterior.

Especial esfuerzo debe hacer el juez en estos procesos monitorios para procurar la
conciliación en aplicación del numeral 6 del artículo 372: “Desde el inicio de la audiencia y
en cualquier etapa de ella el juez exhortará diligentemente a las partes a conciliar sus
diferencias, para lo cual deberá proponer fórmulas de arreglo, sin que ello signifique
prejuzgamiento”.

30Excepcionalmente, ante evidentes exageraciones, abusos o manifiestos “sueños de ganancia”, que a los ojos de cualquiera se
muestran inicuas, lo mismo que sucede en el juramento estimatorio (artículo 206 CGP) o ante un dictamen pericial no objetado, es
deber del juez controlar desafueros, decretando pruebas de oficio para adecuar su decisión a los dictados de la ley y de la equidad. El
juez debe hacer la valoración de la prueba, también de la declaración de la parte contenida en la demanda del proceso monitorio, junto
con las demás pruebas disponibles, de acuerdo con las reglas de la sana crítica, para desterrar eventuales errores graves que van contra
la naturaleza de las cosas, la razón o el sentido común. El debido proceso también se manifiesta en la prerrogativa que tiene toda
persona a que la prueba sea valorada siguiendo los postulados de la sana crítica, considerando su razonabilidad, credibilidad, firmeza,
precisión y calidad de sus fundamentos, entre otros elementos.

20
En los términos del 392 del CGP, en una sola audiencia se realizarán las actividades
previstas en los artículos 372 y 373 del CGP, en lo pertinente, para lo cual, en el mismo
auto en el que el juez cite a la audiencia decretará las pruebas pedidas por las partes y las
que de oficio considere.

“No podrán decretarse más de dos testimonios por cada hecho, ni las partes podrán
formular más de diez (10) preguntas a su contraparte en los interrogatorios.

“Para la exhibición de los documentos que se solicite el juez librará oficio ordenando que le
sean enviados en copia. Para establecer los hechos que puedan ser objeto de inspección
judicial que deba realizarse fuera del juzgado, las partes deberán presentar dictamen
pericial”.

Es imperativo resaltar aquí que ante la oposición del demandado la carga de la prueba de
la obligación corresponde al demandante y la de su extinción al demandado, en los
términos del artículo 1757 del Código Civil que en la fase declarativa del proceso
monitorio se aplica sin excepción: “incumbe probar las obligaciones o su extinción, a quien
alega aquéllas o ésta”.

No obstante, en el decreto de pruebas dentro de la audiencia el juez del monitorio debe


tener especialmente presente que el CGP desechó el concepto estático de la carga de la
prueba, por insuficiente, para adoptar la concepción dinámica patrocinada por
Goldschmidt, que permite atribuir flexiblemente la carga a la parte que se encuentre en
mejores condiciones para aportarla en cada caso concreto, cuando las disposiciones
tradicionales de distribución probatoria no se acompasan con el “principio de solidaridad o
de efectiva colaboración de las partes con el órgano jurisdiccional en el acopio del material
de convicción”31, esto es, cuando la aplicación de las reglas tradicionales en el caso
particular, “arroja consecuencias manifiestamente disvaliosas”32, abandonando el
concepto de proceso como “juego de partes”, esto es como el “estéril y árido juego de
fuerza y de destreza” de que hablaba Calamandrei y convirtiendo el proceso en un método
solidario de trabajo para el averiguamiento de la verdad, con el propósito de hacer
efectivos los derechos y realizar la justicia material.

Por el mismo sendero ideológico del artículo 167 CGP, en el artículo 170 CGP, igualmente
aplicable en toda su dimensión al proceso monitorio, se reemplaza la expresión “podrán
decretarse pruebas de oficio” que traía el CPC, por una imperativa: “El juez deberá
decretar pruebas de oficio, en las oportunidades probatorias del proceso y de los
incidentes y antes de fallar, cuando sean necesarias para esclarecer los hechos objeto de la
controversia”.
31
PEYRANO W., Jorge y otros. Cargas Probatorias Dinámicas. Rubinzal-Culzoni Editores. Buenos Aires-Argentina. 2004. ISBN: 950-727-
570-3. p. 20.

32 Ibíd. PEYRANO W., Jorge y otros. p. 21.

21
Esta facultad de decretar pruebas de oficio refleja la ideología del proceso civil del CGP,
que aplica al monitorio, no como un escenario de simple composición de intereses en
pugna, sino como instancia para lograr la efectividad del derecho material 33. El Presidente
del Instituto Jairo Parra Quijano enseña sobre el particular: “para que se pueda hablar de
justicia de la decisión, esta tiene que basarse en la verdad que el juez debe investigar”.34

Para la sentencia aplica al monitorio la disposición del artículo 282 del CGP en cuanto a
Resolución sobre excepciones y especialmente los dos primeros incisos que dicen: “En
cualquier tipo de proceso, cuando el juez halle probados los hechos que constituyen una
excepción deberá reconocerla oficiosamente en la sentencia, salvo las de prescripción
compensación y nulidad relativa, que deberán alegarse en la contestación de la demanda.
Cuando no se proponga oportunamente la excepción de prescripción extintiva, se
entenderá renunciada”.

En el proceso monitorio deberá aplicarse la novedosa disposición sobre el contenido de la


sentencia (artículo 280 del CGP), tomada del derecho comparado: “El juez siempre deberá
calificar la conducta procesal de las partes y, de ser el caso, deducir indicios de ella”.

Es otra disposición que denota la separación del CGP de las corrientes individualistas y
poco garantistas del juez espectador. Un juez activo, director, con amplios poderes para la
efectividad de los derechos, plenamente consolidados en las corrientes universales del
procesalismo moderno, que pregona por instituciones más humanas y justas, tendrá que
valorar, en todos los casos, el comportamiento de los sujetos del proceso, de manera
ponderada, objetiva y razonada, para encontrar argumentos o elementos de convicción.
Correlativamente las partes sabrán, desde el principio, que no es intrascendente o
irrelevante su modo de actuar, porque siempre sus “actos propios” serán evaluados,
positiva o negativamente y considerados para definir la suerte de sus pretensiones. Será
trascendente tanto su acción como su omisión, su buen o mal actuar, su conducta
correcta y coherente o su “inconducta”, “intercadencia” o “autocontradicción”35.

33 Corte Constitucional, sentencia T-264 de 2009, magistrado ponente Luis Ernesto Vargas Silva. Disponible en
http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2009/t-264-09.htm, (26.07.2014).

34PARRA QUIJANO, Jairo. Racionalidad e Ideología en las Pruebas de Oficio. Bogotá-Colombia. Editorial Temis. 2004 ISBN: 958-35-0478-
5. p. 3 y ss.

35 “La autocontradicción o intercadencia es la versatilidad, inconstancia en la conducta o en los afectos. La prueba de intercadencia se
da en el Derecho Procesal, cuando una de las partes litigantes no es constante en el tenor de sus dichos. Y ello sucede muchas veces
dentro de la peripecia procesal”. Daniel Fernando Acosta, Valoración Judicial de la Conducta Procesal, obra conjunta dirigida por Jorge
W. Peyrano, Editores Rubinzal Culzoni, Buenos Aires, 2005, p. 80. Así suele suceder por ejemplo cuando se presenta contradicción entre
lo dicho en la demanda o la contestación y lo sostenido por la misma parte en un interrogatorio, evento en el cual se sugiere acoger la
versión más desfavorable al intercadente o autocontradictor.

22
Los jueces deben dimensionar la determinante importancia de aplicar la nueva
disposición, no solo para los fines probatorios en el caso específico, sino para promover en
los procesos un mejor comportamiento de los sujetos, con efecto profiláctico y disuasorio
o preventivo de inconductas, corolario que resulta fundamental para que el proceso
pueda cumplir su finalidad de facilitar una eficiente y pronta administración de justicia36.

4.5. MULTA: Para desestimular demandas u oposiciones infundadas, en el inciso 5º del


artículo 421 está prevista una multa del 10% para el demandante derrotado en el proceso
monitorio o para el deudor que se opone infundadamente, multa que es a favor de la
contraparte37.

5. MEDIDAS CAUTELARES

Según el parágrafo del artículo 421 del CGP en el proceso monitorio “podrán practicarse
las medidas cautelares previstas para los demás procesos declarativos. Dictada la
sentencia a favor del acreedor, proceden las medidas cautelares propias de los procesos
ejecutivos”.

El CGP en el artículo 590 acogió un sistema mixto de medidas cautelares, porque proceden
en los declarativos, incluido el monitorio, cualquiera otra medida que el juez encuentre
razonable para la protección del derecho objeto del litigio o para asegurar la efectividad de la
pretensión, teniendo en cuenta la apariencia de buen derecho, la necesidad, efectividad y
proporcionalidad de la medida.

En el sistema del CPC era el legislador, ahora en el sistema del CGP será el juez, quien
determine si se reúnen los requisitos tradicionales para el decreto de cautelas, que son el
humo del buen derecho, fomus boni iuris o verosimilitud del derecho alegado y el periculum
in mora o temor razonable y objetivamente fundado de que una situación cambie
negativamente durante el tiempo necesario para definir el fondo del asunto.

36Myriam T. Balestro Faure anota sobre el particular: “Nos atrevemos a decir que aún en los supuestos en que la sanción no se aplica y
la inconducta no modifica el resultado del pleito, los jueces deberían dejar constancia de ella en sus fallos. Se nos preguntará que con
qué fin proponemos esta práctica. Con el mismo que alienta esta búsqueda. Con el único fin de promover la moralización del proceso y el
cumplimiento de los deberes de las partes y los jueces dentro del marco de la ley, de los principios que la informan y también de las
posibilidades reales de los tribunales de la época. Pensamos además que los litigantes –y muy especialmente los letrados- que observen
una buena conducta procesal deberían sentir que alguien nota la diferencia”. Valoración Judicial de la Conducta Procesal, obra conjunta
dirigida por Jorge W. Peyrano, Editores Rubinzal Culzoni, Buenos Aires, 2005, Ob. cit, p. 32.

37Es aplicable a esta multa lo dispuesto por la Corte Constitucional en las sentencias C-157 de 2013 y C-279 de 2013, en las que se
declaró la exequibilidad condicionada de una disposición similar en el juramento estimatorio (artículo 206 CGP). No procede la multa
cuando la causa por la cual no se satisface la carga de la prueba es imputable a hechos o motivos ajenos a la voluntad de la parte,
ocurridos a pesar de que su obrar haya sido diligente, pues en este evento la sanción resulta excesiva y desproporcionada frente al
principio de la buena fe y a los derechos a acceder a la justicia y a un debido proceso. Corte Constitucional, sentencia C-157 de 2013
magistrado ponente Mauricio González Cuervo. Disponible en http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2013/c-157-13.htm,
(26.07.2014) y Corte Constitucional, sentencia C-279 de 2013, magistrado ponente Jorge Ignacio Pretelt Chaljub, disponible en
http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2013/c-279-13.htm, (26.07.2014).

23
El demandado podrá impedir la práctica de cautelas o solicitar su levantamiento o
modificación mediante la prestación de una caución para garantizar el cumplimiento de la
eventual sentencia favorable.

Para que sean decretadas las medidas cautelares antes de la sentencia, el demandante en el
monitorio deberá prestar caución equivalente al veinte por ciento (20%) del valor de las
pretensiones estimadas en la demanda, para responder por las costas y perjuicios derivados
de su práctica. El juez, de oficio o a petición de parte, podrá aumentar o disminuir el monto
de la caución cuando lo considere razonable, o fijar uno superior al momento de decretar la
medida. No será necesario prestar caución para la práctica de embargos y secuestros
después de la sentencia favorable.

Cuando en los procesos monitorios se solicite la práctica de medidas cautelares desde la


demanda, de conformidad con el parágrafo primero del artículo 590 del CGP, en
concordancia con el artículo 35 de la Ley 640 de 2001, se podrá acudir directamente al juez,
sin necesidad de agotar la conciliación prejudicial que es requisito de procedibilidad de los
declarativos al tenor del artículo 621 del CGP, que modificó el artículo 38 de la Ley 640 de
200138.

La práctica de medidas cautelares asegura que el patrimonio del deudor sea la prenda
general de sus acreedores. “Toda obligación personal –dice el artículo 2488 del Código Civil-
da al acreedor el derecho de perseguir su ejecución sobre todos los bienes raíces o muebles
del deudor, sean presentes o futuros, exceptuándose solamente los no embargables.” Para
este efecto el juez del monitorio podrá exigir informaciones que tengan por fin identificar y
ubicar bienes del demandado, en ejercicio de la facultad del numeral 4 del artículo 43,
aplicable extensivamente al monitorio por lo dispuesto en el artículo 11 del CGP.

6. ACTUACIONES NO ADMISIBLES EN EL MONITORIO

Dice el parágrafo del artículo 421 que en el monitorio no se admitirá la intervención de


terceros39, excepciones previas40, reconvención41, el emplazamiento del demandado, ni el
nombramiento de curador ad litem.
38Habría sido aconsejable, por la preeminente función ejecutiva que tienen los procesos monitorios, exceptuarlos de la conciliación
como requisito de procedibilidad, pero en el artículo 621 solo quedaron excluidos los de expropiación, los divisorios y aquellos en
donde se demande o sea obligatoria la citación de indeterminados.

39Exclusión que debe entenderse limitada a la coadyuvancia (art. 71 CGP). Por razones superiores, en caso de colusión o fraude, no
cabe duda que el juez deberá adoptar medidas para prevenirlo, remediarlo y sancionarlo, que es uno de sus deberes (artículo 42
numeral 3 del CGP), citando, si es necesario, a quienes puedan resultar perjudicados, para que hagan valer sus derechos (artículo 72
CGP).

40
Que tendrán que alegarse como motivos de oposición.

41 Cuyos eventuales motivos podrán plantearse como excepción o reclamarse en proceso separado.

24
La decisión de eliminar estas actuaciones obedece a la naturaleza propia del debate que
se surte en esta clase de litigios, en los que tales figuras se oponen a la celeridad y al fin
perseguido, que como ya se dijo, es el fácil acceso para el acreedor que no posee un título
ejecutivo pero tiene su favor una obligación de mínima cuantía. Son restricciones que no
menoscaban los derechos del deudor, ni de terceros.

7. VIGENCIA DEL MONITORIO

Al proceso monitorio es aplicable la regla general de vigencia contenida en el numeral 6


del artículo 627 del CGP. Entrará en vigencia ”a partir del primero (1o) de enero de dos mil
catorce (2014), en forma gradual, en la medida en que se hayan ejecutado los programas
de formación de funcionarios y empleados y se disponga de la infraestructura física y
tecnológica, del número de despachos judiciales requeridos al día, y de los demás
elementos necesarios para el funcionamiento del proceso oral y por audiencias, según lo
determine el Consejo Superior de la Judicatura, y en un plazo máximo de tres (3) años, al
final del cual esta ley entrará en vigencia en todos los distritos judiciales del país”.

8. PARALELO CON OTRAS FIGURAS

Identificado el proceso monitorio, se puede hacer un paralelo con otras instituciones, con
la advertencia que no es la única opción que concede el CGP para el acreedor que no
puede acceder al ejecutivo:

El proceso monitorio es un declarativo con ingeniería procesal especial e inversión del


contradictorio42, porque la fase de conocimiento solo se abre si hay oposición del deudor.
Si el deudor guarda silencio, se dicta sentencia y el acreedor accede a la ejecución.

Es diferente al ejecutivo, porque el demandante del monitorio no requiere de un


documento o título ejecutivo.

Es más garantista para el acreedor sin título que el interrogatorio de parte como prueba
anticipada, porque el interrogatorio es una actuación previa, sin requerimiento judicial de
pago, donde la constitución del título depende de la conducta del deudor y sin posibilidad
de continuar en fase declarativa en la misma cuerda procesal; además, porque si se logra
constituir el título por rebeldía del citado, debe retirarse la actuación y volver a empezar

42 Algunos opinan que “no existe inversión alguna en el monitorio que le oponga a un procedimiento declarativo ordinario. En el
procedimiento ordinario, sui el demandado no se opone, el juez casi siempre acabará dictando sentencia condenatoria. En el monitorio
esa posibilidad se convierte en regla”. NIEVA-FENOLL, Jordi y otros. El procedimiento monitorio en América Latina. Pasado, presente y
futuro. Bogotá-Colombia. Editorial Temis, 2013. ISBN 978-958-35-5993-7. p. 3.

25
con una demanda ejecutiva, notificando nuevamente al deudor y con plenas posibilidades
para el demandado de excepcionar, mientras que el monitorio requiere una sola
notificación y, con menos formalismos, proporciona una solución rápida e integral al
acreedor, incluso con posibilidad de cautelas.

Y el monitorio es diferente a la tutela que está concebida para otros fines, distintos a la
tutela privilegiada del crédito.

En todo caso, es facultativo para el acreedor optar por el declarativo, el interrogatorio de


parte como prueba anticipada o el monitorio y el proceso monitorio no es requisito de
procedibilidad para las otras vías.

9. DEMANDA ANTE LA CORTE CONSTITUCIONAL

El procedimiento monitorio fue demandado ante la Corte Constitucional (expediente No.


D-10115). A la fecha de preparación de este artículo (julio de 2014), se encontraba
pendiente la decisión. Alegó el demandante que el monitorio infringe los artículos 13 y 29
de la Constitución Política, por violar los principios de igualdad y contradicción. El ICDP se
pronunció con oposición a la demanda defendiendo la estructura y disposiciones del
proceso monitorio en la medida que aplica los postulados constitucionales, porque
desarrolla pilares cardinales de todo ordenamiento jurídico democrático como son el
acceso eficiente a la administración de justicia, el debido proceso y la igualdad ante la ley;
además, porque las normas se expidieron en ejercicio legítimo de la potestad del
legislador para establecer las reglas y las etapas de los trámites judiciales. La
estructuración que el Congreso hizo del proceso monitorio cumple los postulados de
“razonabilidad y proporcionalidad” establecidos por la jurisprudencia constitucional.
Existen oportunidades y plenas garantías para que el demandado formule argumentos de
defensa, aporte y controvierta pruebas, alegue de conclusión, etc.43.

10. NOTA FINAL

El proceso monitorio será el proceso “estelar” del CGP, por su masiva utilización.
Concederá acceso a la justicia a personas que hoy, por las dificultades procesales,
prefieren abandonar sus derechos.

43
La intervención del Instituto se fundamentó principalmente en la sentencia C-319 de 2013. Corte Constitucional, sentencia C-319 de
2013, magistrado ponente Luis Ernesto Vargas Silva. Disponible en http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2013/c-319-
13.htm. (26.07.2014).

26
El proceso monitorio, como el CGP, no es una institución perfecta, sino perfectible, que se
irá decantando y aplicando en toda su dimensión con las interpretaciones constructivas
que tendrá que hacer la doctrina y la jurisprudencia44.

Todos debemos colaborar para que con el CGP y, específicamente con el nuevo proceso
monitorio, los colombianos tengamos, porque merecemos, un mejor sistema de
administración de justicia.

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9. Corte Constitucional, sentencia T-264 de 2009, magistrado ponente Luis Ernesto Vargas
Silva. Disponible en http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2009/t-264-09.htm,
(26.07.2014).

44
La interpretación del CGP no debe ser meramente literal, sino lógica y sistemática, para relacionar el sentido de las palabras con el
sistema jurídico en general. “este tipo de análisis –dice Valencia Zea-, está destinado a prestar grandes servicios al intérprete cuando
aparecen textos legales contradictorios, oscuros, insuficientes, o cuando su escueta aplicación conduce al absurdo o engendra una
solución manifiestamente inequitativa. En todos estos casos el juez debe escoger el sentido de uno de los textos con preferencia a otro,
para destruir la contradicción, o dar claridad al oscuro, o completar el insuficiente, o modificar el inequitativo para hacer prevalecer los
principios de la equidad”. Valencia Zea, Arturo, Ortiz M, Álvaro. Derecho civil, parte general y personas, Bogotá, Editorial Temis, 1994. p.
110 y ss.

27
10. Corte Constitucional, sentencia C-542 de 2010, magistrado ponente Jorge Iván Palacio
Palacio, Disponible en http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2010/c-542-
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Calle Correa, Disponible en http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2013/c-099-
13.htm, (26.07.2014).
12. Corte Constitucional, sentencia C-157 de 2013 magistrado ponente Mauricio González
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13. Corte Constitucional, sentencia C-279 de 2013, magistrado ponente Jorge Ignacio
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279-13.htm, (26.07.2014).
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