Está en la página 1de 1

Encuentro de escritores sobre Ciudad Juaá rez

Donostia, 2 de octubre de 2015

Hybris
(Un manifiesto míánimo)

Fernando Golvano

La hybris, esa tentacioá n a la desmesura, la cataá strofe y la barbarie, es propia de


la condicioá n humana, aunque a veces nos resistamos a reconocerlo. Tambieá n lo
es, aunque se manifieste de modo discontinuo y excepcional, la potencia
maravillosa del ser humano para crear el bien comuá n, la libertad y la igualdad.
No hay existencia social sin su haz de tragedias provocadas por numerosas
hybris de íándole dispar. En Meá jico, en la frontera, en uno de sus valles, la hybris
se ha manifestado en la ominosa accioá n de las mafias, del estado corrupto y de
un capitalismo salvaje que, por separado o en una infame simbiosis, destruyen la
posibilidad de una sociedad democraá tica y de una vida sin amenazas a la
libertad.

En este acto hemos sido convocados a una toma de palabra para saltar el muro
de olvido que rodea a las víáctimas de Ciudad Juaá rez, en su mayoríáa joá venes
mujeres, con el anhelo de trazar una memoria indeleble. De cerca y de lejos, la
memoria es creadora de afectos y de significaciones: puede tender un puente
empatíáa con las víáctimas y favorecer que el reconocimiento del mal indague en
las causas de la barbarie. Memoria es una palabra bella si va asociada a un verbo
palíándromo: reconocer. Y no hay memoria sin hacer reminiscente, sin saber de
futuros olvidados y sin olvido reparador. Pero se necesita, asimismo, del
encuentro coá mplice y profundamente políático de otra constelacioá n de palabras
que designan sentidos como solidaridad, justicia, igualdad o libertad. Es decir, se
necesita un horizonte donde el ideal de humanidad se abra paso ante la ominosa
realidad que soportan numerosas gentes de Ciudad Juaá rez o de tantos lugares de
Meá jico o del orbe. ¿Coá mo oponernos a esta larga cadena de injusticias? ¿Coá mo
actualizar este viejo suenñ o de luchar contra la hybris que se manifiesta de
muá ltiples maneras? Poco podemos hacer desde esta toma de palabra. Tal vez
renombrar imposibles, suenñ os de una vida maá s digna para una humanidad por
venir —apenas entrevista y por hacer, de ciudadanos y ciudadanas libres,
diversos e iguales—, sea un acto de disidencia míánima pero necesaria. Una
accioá n poeá tica y políática que nos vincula solidariamente. Tomo prestada, para
finalizar, la palabra de Juan Gelman, que tambieá n fue víáctima de la hybris
políática: “¿quieá n abriraá la casa del que sufre / en la caja del alma comuá n?

También podría gustarte