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Revista Argentina de Clínica Psicológica

210 2019, Vol. XXVIII, N°2, 210-220


DOI: 10.24205/03276716.2019.1095

LA EMPATÍA EN EL EJERCICIO Y FORMACIÓN DE LOS


PSICÓLOGOS CLÍNICOS Y SANITARISTAS, Y SU RELACIÓN
CON MINDFULNESS Y COMPASIÓN

E MPATHY IN THE PERFORMANCE AND TRAINING OF CLINICAL


AND HEALTH PSYCHOLOGISTS , AND ITS RELATION WITH
MINDFULNESS AND COMPASSION

Miguel Bellosta-Batalla1, Ausiàs Cebolla2,


Josefa Pérez-Blasco3 y Luis Moya-Albiol1

Resumen
En este artículo, se analiza la importancia de la empatía en el ámbito de la psicoterapia, y la necesidad
de fomentar esta habilidad en los psicólogos clínicos y sanitarios. Se exponen las aportaciones funda-
mentales sobre el estudio de la empatía, y se introduce el concepto de sesgos en la inferencia, una serie
de errores que pueden influir de forma negativa en su establecimiento. Además, se sugiere la relación
existente entre mindfulness, empatía y compasión –entendiendo esta última como el eje vertebrador que
subyace a las actuaciones psicológicas-, y atendiendo a las ventajas de incluir las intervenciones basadas
en mindfulness y compasión (IBMC) en la formación universitaria de los psicólogos clínicos y sanitaristas,
especialmente en lo que se refiere a la mejora de su empatía.
Palabras clave: Empatía, Mindfulness, Compasión, Psicoterapia, Psicología clínica y de la salud.

Abstract
In this article the importance of empathy in the psychotherapeutic field is analyzed, and also
the need of promoting its development in clinical and health psychologist. It is exposed the main
contributions about the study of empathy, introducing the concept of biases in the inference, a set
of errors that could negatively influence empathy. Moreover, the relation between mindfulness, em-
pathy, and compassion is suggested –understanding the last one as the vertebral axis of the psy-
chological interventions-, and then focusing on the advantages of including mindfulness and
compassion-based interventions (MCBI) in the academic training of clinical and health psycholo-
gists, especially in regard to improving empathy.
Key words: Empathy, Mindfulness, Compassion, Psychotherapy, Clinical and health psychology.
Recibido: 18-11-17 | Aceptado: 16-03-18

I N T RO DU C C IÓN que se sustenta una relación de ayuda


efectiva. Su importancia en el ámbito de la
La empatía, entendida como la habili- p s ic oter ap ia ha sido señ alad a p or d iferen-
dad de inferir el estado cognitivo y emo- tes autores (Bohart y Greenberg, 1997;
cion al de l os d e más y la v iv encia afectiva Kohut, 1959; Rogers, 1957), argumentando
de e ste acercamient o ( Moya -Alb iol, 201 8), que s olamente des d e una elevada sensibi-
es u no de los e le ment os esenciales en los lidad hacia el sufrimiento ajeno, y la au-
téntica comprensión de sus fuentes, es
1
Departamento de Psicobiología. 2 Departamento de Personali- p os ible iniciar una actua ción terapéutica.
dad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos. 3 Departamento de
Psicología Evolutiva y de la Educación
Esta actitud se ha relacionado de forma
Facultad de Psicología. Universitat de València po sitiva co n el éxito de las intervenc ion es
E-Mail: Miguel.Bellosta@uv.es psicológicas (Keijsers, Schaap y Hoodguin,
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© 2019 Fundación AIGLÉ. 2000; Norcross y Wampold, 2011), y es que

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su establecimiento facilita un vínculo tera- y un biene star s oste nib le. La p sicoterapia
péuti co efectiv o y b eneficios o c on los pa- supone así un espacio en el que el tera-
cie nte s (La mb ert y Bar ley, 2 00 1) . peuta se sirve de su experiencia y aprendi-
En los últimos años, la American zajes para acompañar y guiar a su
Psychological Association ha reconocido paciente en un ejercicio continuo de in-
que la empatía es una de las variables que tro sp ecc ió n. Es ta importante a ctivid ad de
cuenta con mayor ap oyo emp írico en la ex- “sumergirse en su universo” es lo que se
plicaci ón de las mejo ras d eriv adas d el tr a- ha denominado introspección vicaria
tamiento psicológico (Norcross, 2011). (Kohut, 1959, 1984) o empatía (Rogers,
Este hecho ha generado un notable incre- 1 957, 1 959).
mento en su investigación, habiéndose ob- La naturaleza introspectiva de la
servado una asociación entre los niveles empatía queda reflejada en la definición
de em patía q ue perciben los p acientes en que aporta Rogers (1975) sobre ella, al en-
su psico terapeuta y su mejoría dur ante el tenderla como una actitud que implica
proceso terapéutico (Elliott, Bohart, Wat- “vivir temporalmente en la vida del otro”
son y Greenberg, 2011). Sin embargo, algu- y “señalar los posibles significados en el
nos autores sugieren que sigue siendo flujo de su experiencia”, ayudándole a
necesaria una mayor elaboración y desa- avanzar en su autoconocimiento en un pro-
rrollo conceptual sobre la empatía, debido ceso en el que “el terapeuta abandona sus
a la importancia de esta habilidad –y su o piniones y valores p ara p enetrar sin pre-
entrenamiento- en la actividad profesional juicios en el mundo de la otra persona” (p.
de los psicólogos clínicos y sanitaristas 4). Según Kohut (1984), la empatía es la
(Bohart y Greenberg, 1997; Norcross y habilidad de pensar y sentir la vida inte-
Wam pol d, 2011) , ya que és t a adquier e una rior del paciente como si fuese la propia,
eleva da i nflu encia en el éx it o d e su s inter- aco mpañándo le e n la labor d e autob serva-
ve nci ones. En este sentido, mind fu lnes s y c ión, guiánd ole y asistién d ole en el ej erci-
compasi ón, una forma de r elac ión abierta, cio de introspección. En este sentido,
amable y especialmente saludable con la Bohart y Greenberg (1997) señalan que
experiencia en su estado actual (Siegel, ésta es una actividad conjunta en la que el
2007), se encuentran íntimamente vincula- terapeuta y el paciente forman una uni-
dos a l a em patía. Así, son var ias las inves- dad, de manera que “amb os están c onver-
tigaciones que señalan los beneficios de giendo en la dirección de la construcción
las intervenciones basadas en mindfulness de un nuevo s ignific ad o” ( p. 445).
y compasión (IBMC) sobre esta habilidad Sin embargo, los diferentes enfoques
(Bibeau, Dionne y Leblanc, 2016; Lamothe, exis tentes en el e stud io de la em patía va-
Rondeau, Malboeuf-Hurtubise, Duval y rían de forma sustancial entre ellos, y se
S ulta n, 2016; Luberto et al., 20 18 ) . alejan bastante de la visión global ex-
En este artículo, se analiza la importan- puesta anteriormente, lo que hace necesa-
cia de l a e mpa tía en el ámbito de la ps ico- r io un impo rtante esfue rz o d e integr ac ión
terapia, exponiendo la evolución de este para avanzar en el conocimiento de este
constructo y su relación con mindfulness y fenómeno (Fernández-Pinto, López-Pérez y
compasión, y atendiendo a las ventajas de Márquez, 2008; Mateu, Campillo, González
incluir estas estrategias de intervención y Gó mez, 201 0; O livera, Braun y Roussos,
para mejorar la empatía en la formación 2011 ). Se pr esenta a continuación una sín-
universitaria de los psicólogos clínicos y tesis de los principales aportes teóricos
sa ni tari stas. s ob re la emp atía – en los que se acentúan
s us asp ectos co gnitivos y/o emocionales-
La empa tía e n el ám bit o d e la psicot e- , y s e expo nen lo s in te ntos d e integr ac ión
rap ia de ambos en una definición multidimen-
Entre las diversas aproximaciones al s ional de la empatía.
ámbito de la psicoterapia, ésta ha sido en-
tendida como una actividad específica de La empatía cognitiva y emocional y el
construcción de significados (Bohart y esfuer zo de integ ració n
G ree nberg , 1 99 7). En ella el t erap euta y el En las primeras definiciones que surgie-
paciente exploran de forma conjunta los ro n sob re la empatía, no se estab lece una
diferentes aspectos de la vida de este úl- clara diferenciación entre su vertiente
timo, interviniendo sobre aquellos ele- cognitiva y emocional. El término antece-
mentos que sean desadaptativos, en sor al de empatía –einfühlung- fue acu-
vi stas de alca nz ar un equilibr io emo cional ñad o por el filó sofo alemán Visch er (1873)

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en el ámbito de la estética y el arte, y conocimiento de este fenómeno. Según


puede traducirse por “sentirse dentro de”, es te autor , la em patía se c om pone d e una
lo que supuestamente haría referencia a s erie de elementos que se enc uentran vin-
que se trata de una experiencia emocional. culados entre sí, y que se diferencian en
La u tili zación que se le dio más adelante, funció n de su natura leza cogn itiva o e mo-
entendiendo la einfühlung como una pro- cional, asociándose de forma diferente
yección de sentimientos del yo sobre los con distintas variables relacionadas con el
demás (Lipps, 1906), estaría en línea con funcionamiento social, como la emociona-
esta interpretación, incluyendo además un lidad y la sensibilidad frente al sufri-
elemento nuevo: la proyección como la vía miento de los demás (Davis, 1983). Este
fundamental que se encuentra a la base de instrumento incluye una subescala en la
este fenómeno. Años más tarde, esto sería que s e evalúan los se ntimie ntos d e an sie-
de sarro ll ado por algunos aut ore s de la es- dad al observar el sufrimiento ajeno, una
cuela psicoanalítica, exponiendo que la reacción que se conoce como angustia em-
empatía supone una forma de identifica- pática (Klimecki y Sing er, 201 2), y que se
ción (Fenichel, 1945). Según este enfoque, ha asociado a una actividad neural especí-
la empatía sería un proceso cognitivo, si fic a y diferente a la d e la emp atía (A shar,
bien esta identificación derivaría en una Andrews-Hanna, Dimidjian y Wager, 2017).
proyección de aspectos emocionales de Este efecto es debido a que no se esta-
uno mi smo. blec e una sep ara ción e ntre las emociones
La introducción del concepto de adop- ajenas y las de uno mismo, de forma que
ción de perspectiva y de una escala para el observador no consigue abstraerse en
su evaluación (Dymond, 1949) dio lugar a este acercamiento emocional y hace suyo
un acercamiento al estudio de la empatía el estado interno de los demás, siendo
desde una visión cognitiva, definiéndola és te un fenómeno d istinto a la em patía al
como el intento de entender lo que sucede que algunos autore s ha n d enomin ad o sim-
en la mente de los demás (Hogan, 1969). patía (Mo ya- Albiol, 2018).
Esta definición se aleja de la empatía
como una forma d e ident ific ació n –ya que Emp at ía exac ta y subjetiva: Sesgo s en
en ella no se produce una proyección del la infer encia
yo sobre el otro-, y se encuentra íntima- En los últimos años, se ha señalado
mente relacionada con la teoría de la una importante diferencia entre la empatía
mente o la inteligencia social (Premack y exacta y subjetiva. Breithaupt (2009) de-
Woodruff, 1978), al referirse a la habilidad fine la empatía exacta como la habilidad
de inferir estados mentales ajenos. En de enfrentarse ante una situación ajena
este sentido, es especialmente interesante abando nando la p rop ia sub jetivid ad , e in-
la distinción que se establece entre la firiendo el estado cognitivo y emocional
adopción de perspectiva cognitiva y la del individuo que la experimenta en fun-
adopción de perspectiva afectiva (Eisen- ció n de s us vivencias a nteriores. L a empa-
berg y Strayer, 1987), siendo ambas un tía subjetiva es la inclinación a hacerlo
proceso intele ct ual en el que se atiende a ignorando sus esquemas cognitivos y
diferentes aspectos de la experiencia de aprendizajes, siendo un fenómeno auto-
los demás. Sin embargo, algunos autores mático e inconsciente en el que entende-
so sti enen qu e la empat ía es un fenómeno mos las s ituac ion es d e los d em ás en b as e
exclusivamente emocional, al definirla a nuestr as expec tativas.
como una respuesta vicaria en la que se Esta diferenciación afecta únicamente a
reproducen en uno mismo las emociones la empatía cognitiva, ya que se refiere a la
ajenas (Mehrabian y Epstein, 1972). Según manera en la que interpretamos las expe-
ellos, la empatía sería una reacción afec- riencias y el estado emocional ajeno. No
tiva qu e se experimenta al obs er var a una obstante, puede influir en nosotros de
persona en una determinada situación, y forma afectiva, generando una respuesta
que se corresponde con la emoción que de simpatía ante el malestar de los demás.
é sta está si ntiendo (Hof fman, 1 98 7 ) . Así, Batson, Early y Salvarani (1997) ob-
Ante el enfre ntamiento de los enfoq ues ser varo n que la reacc ión emocional en un
cognitivos y emocionales, Davis (1980) su- grupo de sujetos frente al sufrimiento
girió un modelo y un instrumento de eva- ajeno era diferente en función de su ac er-
luación de la empatía en el que se camiento cognitivo: si se les animaba a
incluyen e integran ambas vertientes, lo imaginar “cómo se sentía el otro”, o se les
cual supone un importante avance en el indicaba q ue s e imag inasen “cómo se sen-

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tirí an el lo s si e st uv ies en en s u s itu ación”. afec tar negativa mente a la emp atía cogn i-
Según lo s autores , en ambos cas os exis tía tiva. En ellos, el observador atribuye el
una respuesta empática, si bien en el se- significado que esta situación adquiere en
g undo se o bs erv aba además un es tado de la vida d e los demá s en b ase a su sistema
sufri mi ento. Est o es así deb id o a q ue eva- de valo res , cr een cias y ap rend iz aj es, y no
luaban sus emociones imaginándose a sí a los del individ uo que la e stá exp erimen-
mismos experimentando esa situación, o tando, suponiendo que influirá sobre su
evocando alguna vivencia afectiva anterior esfera cognitiva y emocional –y en gene-
similar a ésta. Esta aproximación suele r al, e n s u func ion am iento en el ámb ito so -
conllevar una serie de sesgos en la infe- cial- en un sentido específico que no
re ncia so bre el estado cognitiv o y emo cio- siempr e se as emej a a sus vivenc ias.
nal de los demás –estableciéndose una
empatía subjetiva-, lo que impide el ade- La empatía en el ejercicio y formación
cuado entendimiento de sus experiencias d e l os psicólo go s c líni cos y sanitaristas
(Breithaupt, 2009). Además, si bien este Sintetizando lo anterior, en la actuali-
fenómeno implica la adopción de unas dad se entiende la empatía como una habi-
emociones acordes a la situación imagi- lidad en la que se integran e interaccionan
nada , éstas no s iemp re v an a s er iguales a entr e s í lo s s iguien te s e lementos: la infe-
las que experimenta el sujeto observado, rencia del estado cognitivo y emocional de
ya que en última instancia, están influidas los d emás ( empatía cognitiva), la vivencia
por l as vivencias del ind iv idu o. afectiva de sus emociones (empatía emo-
Sin embargo, es evidente que alcanzar cio nal) y la r egulac ión de esa experie ncia
una empatía exacta es virtualmente impo- emocional (Decety y Lamm, 2009; Moya-Al-
sible, ya que la interpretación de las situa- biol , 201 8; Singer y L amm, 2009).
ciones de los demás se ve afectada por La empatía se genera siempre gracias al
nuestras experiencias, siendo inevitable contagio emocional, un evento no verbal
que entendamos su vida en función de su que sucede de forma automática en las
similitud con lo que hayamos vivido ante- interacciones sociales, y en el que se ad-
riormente (Davis, 1996). En este sentido, el vier te la influenc ia afectiva d e las em oc io-
acercamiento empático siempre es subje- nes ajenas, sirviendo de guía en la
tivo –y es que únicamente se puede gene- elaboración intelectual que se realiza
rar desde uno mismo-, aunque es posible sobre ellas. No obstante, es necesaria una
atenuar la influencia y los sesgos de nues- separación para su adecuada comprensión
tros aprendizajes y vivencias anteriores en y evitar la aparición de una respuesta de
él, favoreciendo así un verdadero entendi- simpatía (Moya-Albiol, 2018). En el ámbito
miento de las situaciones ajenas. Basándo- de la psicoterapia, esto último es espe-
nos en lo anterior, en este artículo cialmente importante, ya que la fusión
sugerimos utilizar “empatía cognitiva” (en emocional impide el establecimiento de
vez de “empatía exacta”) para referirnos a una atención saludable y efectiva hacia
la habilidad de inferir el estado cognitivo los pacientes , y se en cuen tr a a la b ase de
y emocional de los demás –siendo que la experiencia de angustia empática al
ambos conceptos se superponen-, y susti- acercarse a su sufrimiento (Coutinho,
tuir la expresión de “empatía subjetiva” Silva y Decety, 2014; Klimecki y Singer,
por la de “sesgos en la inferencia”, evi- 2012). Además, es interesante señalar que
tando una confusión en relación a la subje- la emp atía cognitiva puede ve rse afec tada
tividad de la empatía. por una serie de sesgos en la inferencia, lo
L a estructura ción y clarific ación d e lo s que influye negativamente en el entendi-
factores y subtipos de empatía, y de los miento de las situaciones de los demás
errores qu e se pueden prod ucir en ella, es (Br eithaupt, 2009).
especialmente necesaria al estudiarla e in- El aprendizaje de habilidades empáti-
tentar esclarecer su asociación con mind- cas se anuncia así como un elemento esen-
ful ne ss y co mpas ión. Aport amos entonces cial en el ejercicio profesional de los
la si gu ie nte d efinición d e los s esgos en la psicólogos y psicoterapeutas, ya que les
inferencia, con el objetivo de facilitar su ayuda a aumenta r su sensibilid ad an te los
investigación: los sesgos en la inferencia estados internos y las situaciones de sus
son u na se r ie de erro res qu e ap arecen de pacientes, y favorece la acogida de sus ex-
fo rm a a u to mát ica en la int erpr et ación del periencias de forma saludable (Bohart y
estado cognitivo y emocional ajeno ante Greenberg, 1997; Norcross, 2011; Norcross
una determinada situación, y que pueden y Wampold, 2011). Siguiendo esta línea, es

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fund amenta l que el v ínculo t erap éutico s e q ue p sico ter ap éutico en sí mismo ( e.g. A t-
sustente en una actitud verdaderamente tachment-Based Compassion Therapy,
empática –y lo más libre de sesgos posi- ABCT; García-Campayo, Navarro-Gil y De-
ble -, que g ara nt ice una es cu cha s inc era y mar zo, 2016).
facilite el éxito de las intervenciones Mindfulness es un estado mental en el
(Elliott et al., 2011; Norcross, 2011), inhi- que se atiende intencionadamente a lo que
biendo las consecuencias negativas del sucede en nos otros mism os y a nuestro al-
contacto con el sufrimiento ajeno (Kli- r ededo r, de fo rm a que n os h acemos cons-
mecki y Singer, 2012; Moya-Albiol, 2018). cientes de los diferentes aspectos de
No obstante, este hecho no está siendo nuestra experiencia, adoptando una acti-
suficientemente atendido en el entorno tud específica hacia ellos (Bishop et al.,
académico y universitario, siendo uno de 2004). Siguiendo a Kabat-Zinn (1990), esta
los objetivos a seguir en la formación de actitud se sostiene en la aceptación y la
los psicólogos (Saldaña, Bados, García- ausencia de juicios hacia lo que se está
Gra u, Ba l agu er y Fust é, 20 09 ). observando, inhibiendo en lo posible la in-
E n la a ctua lid ad, exis ten difer entes es- fluencia y los s esgos d e n uestros a prendi-
trategias de intervención dirigidas a incre- zajes y vivenc ias anteriores. Seg ún Sie gel
mentar la empatía en estudiantes (2007), esto último incluye la curiosidad,
universitarios y en profesionales sanitaris- la ap er tura, la ac eptac ión y el am or al ob-
tas (Batt-Rawden, Chisolm, Anton y Flic- jeto observado. En estado mindfulness, se
kinger, 2013). En su mayoría, estos acentúa la no identificación con nuestros
programas están enfocados a aumentar las pensamientos y emociones, entendiéndo-
habilidades sociales para interactuar de lo s co mo una s erie d e eventos mentale s e
manera empática, sin valorar la gestión interpretaciones que nos informan acerca
emocional y los estados internos del ob- de nuestras experiencias, aunque no siem-
servador. Algunos autores señalan que pre se ajustan a la realidad (Kabat-Zinn,
esto puede suponer que los alumnos 1990; Siegel, 2007). Varios autores han in-
aprendan a identificar los sentimientos troducido un modelo explicativo sobre el
a je nos de for ma adecuada, y s in embargo, funcionamiento de mindfulness (Hölzel et
no lleguen a experimentar una empatía ge- al., 2011), sugiriendo que sus beneficios
n ui na ( Co utinho et al., 20 14 ) . En es te s en- se deben a la interacción de los siguientes
tido, en los últimos años ha surgido un elementos: la regulación de la atención, el
e lev ado i nte rés p or intr oduc ir las IB MC en aumento de la sensibilidad interoceptiva,
la formación universitaria de los psicólo- la gestión efic az d e las emociones y el au-
gos, al ser intervenciones que ya se han mento de la autoconsciencia, evitando la
im pl ementad o con éx ito en el ámbito aca- identificación con un self estático (Hervás,
démico (e.g. Bellosta-Batalla, Alfonso- Cebo lla y Soler , 2016).
Benlliure y Pérez-Blasco, 2017a) y en las Sin embargo, mindfulness no es única-
que se fomenta el autoconocimiento y el mente un fenómen o c og nitivo en el que s e
manejo saludable de las experiencias in- amplía la atención y se desarrolla una fun-
ternas y externas, estando íntimamente re- ción introspectiva, sino que implica ade-
lacionadas con la verdadera actitud más un aspecto socioemocional y un
empática (Bellosta-Batalla, Pérez-Blasco, sentido ético (Grossman, 2013). En esta
Ceboll a y Moy a-Albiol, 20 17 b) . línea, mindfulness supone un acerca-
miento amable hacia el objeto o la situa-
Bases del entrenamiento en mindful- c ión que se es tá ob servan d o, sien do esto
ne ss y compas ión una forma implícita de amor bondadoso
Las IBMC se han establecido como una (Brito, Campos y Cebolla, 2018; Salzberg,
estrategia de gran utilidad en el entorno 201 1 ; S ie gel, 2007), y si nos en contramos
clínico y sanitario, gracias a sus efectos fr ente a un es tado d e sufrimiento, d e com-
beneficiosos sobre el bienestar físico y pasión y autocompasión (Gilbert, 2005,
psicológico (Bellosta-Batalla et al., 2018; 2010; Neff, 2003, 2011). La compasión se
Khoury, Sharma, Rush y Fournier, 2015). entiende así como un sentimiento gene-
En el ámbito de la salud mental, existen rado ante el s ufr imiento – ya sea nuestro o
varios programas de intervención en los ajeno- , en el que se ac og e c on un a actitud
que se incluye la práctica de mindfulness abierta y amable, y que incluye la inten-
y/o compasión como un elemento funda- ción de aliviarlo (Elices et al., 2017; Gil-
mental (Keng, Smoski y Robins, 2011), bert, 2005; Siegel y Germer, 2012). En
consti tuyend o, en algu nos cas os , u n enfo- relación con lo anterior, la compasión in-

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tegra los sigu ie ntes element os v inc ulados bilidad al cambio de las distintas escalas
ent re sí: la identific ación del s ufrimiento, de evaluación utilizadas (Boellinghaus,
el entendimiento de que su vivencia es Jones y Hutto n, 201 4).
una experiencia humana universal, la sin- En cuanto a las intervenciones basadas
tonía a fectiv a c on aqu ellos qu e s ufr en, la en compasión (IBC), su aplicación en el
gestió n e ficaz d e las emoc iones aso ciadas ámbito de la salud es más reciente, por lo
a est e ace rca mient o y las ac ciones q ue s e que todavía no existe una amplia eviden-
realizan con la intención de aliviarlo cia empírica acerca de su influencia sobre
(S trau ss et al., 2 016). la empatía en psicólogos clínicos y sani-
E n defi nitiv a, mind fulnes s y compas ión taristas, aunque los resultados actuales
aumentan nuestra sensibilidad hacia el es- apuntan en esta misma dirección (Bibeau
tado interno y las situaciones de los et al., 2016; Boellinghaus, Jones y Hutton,
demás, ayudándonos a sostener las emo- 2013). Así, la compasión se ha relacio-
ciones negativas de forma saludable, al fo- nado con el incremento de la actividad
mentar una serie de habilidades que son neural en diferentes áreas vinculadas con
i mp re sci ndibles y s ubyac en al e jer cicio de la cognición social y la empatía, como la
la psicoterapia (Araya-Véliz y Porter, 2017; ínsula y la corteza cingulada anterior
Brito, 2014; Shapiro y Carlson, 2009). En (Lutz, Brefczynski-Lewis, Johnstone y Da-
fun ci ón de es to ú ltimo, s on v ar io s lo s au- vidson, 2008; Weng et al., 2013). Además,
tores que sugieren la inclusión de IBMC en se ha visto que las IBC aumentan la exac-
la formación universitaria de los psicólo- titud empática (Mascaro, Rilling, Tenzin
gos y psicoterapeutas (e.g. Bruce, Sha- Negi y Raison, 2013), evaluada con un
piro, Constantino y Manber, 2010; Germer, instrumento de ejecución en el que los
Si egel y F ulton, 2 01 3; S iegel, 2 0 1 0 ), s eña- sujetos intentan inferir el estado emocio-
lando sus beneficios en una actitud básica nal ajeno observando una serie de foto-
com o es l a e mpa tía. grafías (Reading the Mind in the Eyes;
Baron-Cohen, Wheelwright, Hill, Raste y
Efectos de las intervenciones basadas Plumb, 2001). Este hecho supone un as-
en mi nd fu lnes s y compa sión sob re la em- pecto novedoso con respecto a las ante-
patí a riores investigaciones, en las que
En los últimos años, se ha producido un únicamente se han utilizado autoinformes
incremento de las investigaciones acerca para la evaluación de la empatía.
de la influencia de las IBMC sobre la em- Finalmente, algunos estudios han apli-
patía, estableciéndose como una estrate- cado IBM en las que se incorporan diferen-
gia eficaz para aumentar esta habilidad en tes elementos de las IBC, obteniendo
los psicólogos clínicos y sanitaristas (Be- efectos beneficiosos sobre la empatía en
llosta-Batalla et al., 2017b). Además, se estudiantes de psicología (e.g. Bellosta-
ha señalado la existencia de una asocia- Batalla, Pérez-Blasco, Nácher y Moya-Al-
ción entre las actitudes mindfulness au- biol, 2016). En este sentido, es importante
toinformadas en los psicoterapeutas y la s eña lar que mindfuln ess y c om pasión son
empatía que se percibe en ellos (Fulton, cons tr uctos íntimamen te rela cionad os, y a
2016), y se ha visto que su formación en q ue la pr áctica d e m ind fulness im plica un
mindfulness influye beneficiosamente –y acer camiento am ab le al sufr imiento ( com-
de forma indirecta, sin necesidad de que pas ión implícita), y las IBC ( compasión ex-
éstos lo apliquen en sus sesiones- sobre la plícita) incluyen un entrenamiento básico
salud y la sintomatología de sus pacientes en mindfulnes s (Brito et al., 201 8; Sim ón,
(Grepma ir e t a l. , 20 07 ). 2015). En bas e a esto último – y a los estu-
En este sentido, la mayoría de investi- dios analizados-, es posible afirmar la
gaciones señalan que las intervenciones existencia de una firme asociación entre
basadas en mindfulness (IBM) aumentan la mind fulnes s, emp atía y comp asión.
actitud empática en los profesionales sa-
nitaristas (Lamothe et al., 2016), si bien Mind fulness, em patía y c om pasió n
hay estudios en los que no se han encon- Las actitudes asociadas a la práctica de
trado efectos en esta variable asociados al mindfulness y compasión están íntima-
entrenamiento (e.g. Verweij et al., 2016). mente relacionadas con la empatía, y su
Algunos autores explican estas inconsis- entr enamiento sup on e una alternativa efi-
tencias debido a los elevados niveles de caz para aumentar esta habilidad (Be-
empatía observados en la línea base de llos ta-Bata lla et al., 201 7b ).
esta pobl ación, así c omo a u na baja s ensi- Si se desglosa el modelo de Hölzel y co-

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216 MIGUEL BELLOSTA-BATALLA, AUSIÀS CEBOLLA, JOSEFA PÉREZ-BLASCO Y LUIS MOYA-ALBIOL

laboradores (2011) introducido anterior- diferentes encuentros interpersonales, en


mente, se observa cómo los diferentes me- la que se atiende al significado que sub-
canismos sugeridos en él se encuentran yace al contenido explícito de las sesio-
vinculados a la empatía. La regulación de nes (Silva-Soler y Araya-Véliz, 2016). Se
la atención facilita la escucha y la adop- genera así un acercamiento empático y un
ción de una actitud abierta hacia las expe- ambiente de aceptación, lo que facilita la
riencias ajenas, siendo un aspecto esencial expresión y el entendimiento de los pa-
en la formación del vínculo empático cientes, estableciendo un espacio de se-
(Moya-Albiol, 2018). La sensibilidad intero- guridad que adquiere una influencia
ceptiva nos ayuda a identificar el efecto de fundamental en el éxito de las interven-
las emociones de los demás en nuestro es- ciones aplicadas (Elliott et al., 2011; Keij-
tado afectivo, favoreciendo una elevada sers et al., 2000). Además, y en última
sintonización con sus vivencias y sirviendo instancia, la compasión puede entenderse
de guía en la elaboración intelectual que como el eje vertebrador que sirve de guía
se efectúa sobre ellas (Grynberg y Polla- y en el que se apoyan las distintas actua-
tos, 2015). La gestión eficaz de las emocio- ciones psicológicas –sin importar el enfo-
nes adquiere un gran importancia en este que y la escuela del psicoterapeuta-, ya
acercamiento, ya que facilita la separación que facilita una apertura y una atención
y el establecimiento del espacio de liber- saludable en la que se acoge el sufri-
tad suficiente para evitar una respuesta de miento ajeno con la intención de aliviarlo
simpatía y/o de angustia empática (Kli- (Elices et al., 2017; Siegel y Germer,
mecki y Singer, 2012; Moya-Albiol, 2018). 2012), constituyendo el elemento esencial
Así, algunos estudios han señalado la exis- sobre el que se construye el vínculo tera-
tencia de una asociación entre la empatía péutico (Simón, 2012). En este sentido, la
y la regulación emocional (e.g. Schipper y exploración y el entendimiento de la vida
Petermann, 2013). Finalmente, la observa- de un individuo no sólo evolucionan en
ción de la experiencia en su estado actual una actitud compasiva, sino que se sus-
y el aumento de la autoconsciencia nos tentan en ella, al albergar la intención de
ayudan a evitar la influencia de nuestros ayudarle a aumentar su autoconocimiento
valores y aprendizajes anteriores en el en- y alcanzar así una estabilidad y un bienes-
tendimiento de las situaciones de los tar emocional.
demás (Breithaupt, 2009; Siegel, 2007),
inhibiendo la acomodación de su imagen a
nuestras expectativas, y atenuando los CONCLUS IONES
sesgos en la inferencia sobre su estado
cognitivo y emocional. La e mp atía e s un asp ec to es en cial en el
En definitiva, mindfulness nos ayuda a ejercicio y la formación de los psicotera-
reconocer emociones más sutiles en nos- peutas (Norcross y Wampold, 2011),
otros mismos y en aquellos que se encuen- s iendo una condición nec es ar ia en el ac er-
tran a nuestro alrededor, y a relacionarnos c amie nto s aludable al sufrimiento, y con s-
con ellas con una actitud saludable (Brito, tituyendo la bas e sobre la que s e s ostien e
2014). Así mismo, la compasión nos per- la actitud c omp as iva y se c ons truye el vín-
mite acoger la afectividad negativa con c ulo terap éutico (S imón , 2012, 201 5).
amabilidad, estableciendo una base se- El aumento de las investigaciones
gura y un equilibrio emocional sobre el acerca de los efectos beneficiosos de las
que es posible sostenerla sin vernos su- IBMC sobre la empatía (Bellosta-Batalla
mergidos en ella (García-Campayo, Cebolla et al., 2017b) apunta hacia la posibilidad
y Demarzo, 2016). Es importante señalar de su implementación como una alterna-
qu e l a compas ió n supo ne además la adop - tiva eficaz para mejorar esta habilidad en
ción de una actitud empática, al incluir la formación universitaria de los psicólo-
una identificación del sufrimiento, una gos clínicos y sanitaristas (Bruce et al.,
sintonización afectiva y una gestión eficaz 2010; Germer et al., 2013; Siegel, 2010).
de este acercamiento emocional (Strauss Estas intervenciones se ven beneficiadas
e t al ., 20 16 ). por el hecho de ser compatibles con las
Sintetizando lo anterior, las IBMC pue- diferentes escuelas de psicoterapia, al
den ser especialmente útiles en la forma- entrenar una serie de actitudes y habili-
ción de los psicólogos clínicos y dades básicas que son indispensables y
sanitaristas, ya que favorecen una escu- subyacen al ejercicio profesional de los
cha auténtica enfocada a la sutileza de los psicólogos y psicoterapeutas, indepen-

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LA EMPATÍA EN EL EJERCICIO Y FORMACIÓN DE LOS PSICÓLOGOS CLÍNICOS Y SANITARISTAS, Y SU RELACIÓN CON MINDFULNESS Y COMPASIÓN 217

dientemente del enfoque teórico en el univer sitaria en los psicólogos c línic os y


que se base su actuación. sanitaristas. Este objetivo se articula sobre
Si n em bargo, son neces arias nu evas in- la b ase de una in novación de las estrate-
vestigaciones en las que se incluya una vi- gias de enseñanza a ctuales, en vistas de
sió n in tegrad ora de la em pat ía, ev aluando gar antiza r un buen funcion am iento y un a
sus aspectos autoinformados, biológicos y elevada efectividad d e los servicios y las
relacionados con la ejecución, y aten- actuaciones psicológicas, lo que en última
di en do a l as apo rtac iones s obr e ella en el instancia, influye beneficiosamente sobre
ámbito de l as neu rocienc ias (Moy a- Albiol, la salud y el bienestar de la sociedad.
Herrero y Bernal, 2010). Esto último ad-
quiere una elevada importancia, ya que en
la mayoría de los estudios únicamente se Agr ad ec imientos
ha descri to un aumento en la empatía au- E st e e stu di o ha s id o p o si bl e g ra c ia s a l a f i na nc ia-
t oin form ada. Así mis mo, la elabo ració n de c ió n de la s A y u d a s a la I nv e s ti ga c ió n 2 0 1 7 d e l a
nuevas escalas de empatía que sean más F u nd a c i ó n B a nc o Sa b a d e ll, y l a s Ay ud a s p a r a la f or-
se nsi bl e s a lo s efect os de las int erv encio- m a c ió n d e p e r so n a l in v e s ti g a do r p re do c t o r a l d e l a
nes –y en las que especialmente, se in- G e n e ra l it a t Va le n c ia n a (A C IF / 2 0 1 6 / 3 8 3 ) y d e l F o n do
cluya una evaluación de los sesgos en la So c ia l E u ro pe o .
inferencia- es uno de los objetivos a se-
guir en esta área de investigación (Boe-
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evitar los errores en la interpretación del
estado cognitivo y emocional ajeno es un Araya-Véliz, C. y Porter, B. (2017). Habilidades del te-
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fa ci li tand o así la inh ib ic ión de los s esgos h ig h -f u nc ti o n in g a u t is m. Jo u r n a l o f C h ild P s y cho-
en la inferencia. No obstante, estos efec- l o gy a n d Ps y c hi a tr y , 4 2 (2 ), 2 4 1 - 2 5 1 .
tos aún no han sido analizados de forma B a tso n, C . D . , E a rl y , S. , & Sa l v a ra n i, G. ( 1 9 9 7 ) . P ers -
empírica, ya que este fenómeno no apa- pective taking: Imagining how another feels ver-
su s i m a gi ng h o w y o u w o u l d f e e l . Pe rs o n a lit y and
rece refl eja do en los instru ment os d e eva- S oc ia l Ps y ch o lo g y Bu ll e ti n , 2 3 ( 7 ) , 7 5 1 - 7 5 8 .
lu ació n uti liza d os hast a ahora.
Además, es necesario explorar la aso- B a tt- R a w de n , S. A . , C hi so l m, M . S . , An t o n , B. , & Fl i c-
k i ng e r , T . E . ( 2 0 1 3 ). T e a c h in g e m p a thy t o me di cal
ciación entre mindfulness y compasión y st u d e nt s: A n u p da te d , sy s te ma ti c re v ie w . A c a de -
otras variables de gran relevancia en el m ic M e d ic in e , 8 8 ( 8 ), 1 1 7 1 - 1 1 7 7 .
ejercicio de la psicoterapia, y que se en- Bellosta-Batalla, M., Alfonso-Benlliure, V. y Pérez-
cuen tran í ntimamente r elacionadas c on la Bl a sc o , J. (2 0 1 7 a ) . E st u d io p ilo to d e l a in f l ue nc i a
empatía, como el vínculo terapéutico d e u n a i nt e rv e n c ió n ba sa d a e n mi ndf ul ne s s y au-
(Fo ssa y Molina, 2017 ), la alianz a t erap éu- to c o mp a s ió n s o br e l a c re a t iv id a d v e rba l y f i gu ra-
tiv a e n e s tu d ia n t e s u n iv e rs it a r io s . M i n df u ln e ss &
tica (Corbella y Botella, 2003), el estilo C o m pa s s io n , 2 ( 2 ), 5 5 -6 3 .
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efecto aislado de los diferentes elementos Be ll o st a - B a ta l la , M . , P é re z- B la s c o , J . , Ná c he r, M . J. y
que componen las IBMC, y compararlos M o y a - A l bi o l , L . ( 2 0 1 6 ) . M e j o r a de l a e mp a tí a co g-
entre sí para diseñar futuras intervencio- nitiva y el bienestar psicológico en estudiantes
de psicología tras una intervención en mindful-
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cas de aprendizaje de los psicólogos y 19 (1 ), 3 3 6 - 3 5 4 .
psi co tera peu tas .
Bellosta-Batalla, M., Ruiz-Robledillo, N., Sariñana-
El sentid o fundamental qu e gu ía es te G o nz á l e z, P . , C a p e ll a -S o l a no , T . , Vi to ri a - E st r uc h,
emergente ámbito de investigación es ayu- S., Hidalgo-Moreno, G., ... Moya-Albiol, L. (2018).
dar a esta blecer una adecu ada for mación Increased salivary IgA response as an indicator of

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218 MIGUEL BELLOSTA-BATALLA, AUSIÀS CEBOLLA, JOSEFA PÉREZ-BLASCO Y LUIS MOYA-ALBIOL

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