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UNIDAD 1:

1) CASO DE LOS “NIÑOS DE LA CALLE” (VILLAGRÁN MORALES Y OTROS). –


Sobre derecho a la vida en sentido integral: 1-No ser privado arbitrariamente de ella
2- Asegurar las condiciones mínimas de vida digna
Foro
Corte Interamericana de Derechos Humanos
Naturaleza del caso: Denuncia por la muerte de cinco niños de la calle.
Interpretación del derecho a la vida como comprensivo de las condiciones mínimas de
una vida digna. Obligación de los estados de adoptar medidas especiales dirigidas a
los niños. Interpretación de la Convención Americana a partir de la Convención
Internacional de los Derechos del Niño.
Hechos:
Los hechos del presente caso se contextualizan en una época caracterizada por un
patrón común de acciones al margen de la ley, perpetradas por agentes de seguridad
estatales, en contra de los “niños de la calle”. Esta práctica incluía amenazas,
detenciones, tratos crueles, inhumanos y degradantes y homicidios como medio para
contrarrestar la delincuencia y vagancia juvenil.
- El 15 de junio de 1990, en la zona conocida como “Las Casetas”, una camioneta se
acercó a Henry Giovanni Contreras, de 18 años de edad, Federico Clemente Figueroa
Túnchez, de 20 años, Julio Roberto Caal Sandoval, de 15 años y Jovito Josué Juárez
Cifuentes, de 17 años. De dicho vehículo descendieron hombres armados miembros
de la policía, quienes los obligaron a subir al mismo. Luego de estar retenidos por
unas horas, fueron asesinados. Asimismo, el 25 de junio de 1990 fue asesinado
Anstraum Aman Villagrán Morales, mediante un disparo de arma de fuego, en el
sector de “Las Casetas”. No se realizaron mayores investigaciones ni se sancionaron
a los responsables de los hechos.
Resumen: 
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) recibió una petición
contra el Estado de Guatemala por el secuestro, tortura y muerte de cuatro menores
y por el asesinato de otro menor en 1990 en la ciudad de Guatemala por parte de
miembros de las fuerzas de seguridad y por la omisión estatal en brindar una
adecuada protección judicial a las familias de las víctimas. La CIDH sometió el caso
ante la Corte Interamericana quien consideró al Estado responsable por la muerte de
los niños recalcando el carácter fundamental del derecho a la vida consagrado en la
Convención Americana sobre Derechos Humanos (CADH). La Corte afirmó que este
derecho comprende tanto el derecho de todo ser humano a no ser privado de la vida
arbitrariamente, como el derecho a que no se le impida el acceso a condiciones de
vida dignas. La Corte declaró la violación de los derechos a la libertad e integridad
personal y de algunas normas de la Convención Interamericana para Prevenir y
Sancionar la Tortura. También afirmó que el Estado no había cumplido con la
obligación de adoptar medidas especiales de protección para los niños cuyos
derechos se encuentran amenazados o violados (cf. art. 19 de la CADH), utilizando
varias normas de la Convención Internacional de los Derechos del Niño para precisar
los alcances de las “medidas de protección” a que alude el citado artículo. La Corte
condenó al Estado a pagar una indemnización a los familiares de las víctimas, y le
ordenó adoptar las medidas necesarias para adecuar la normativa interna al artículo
19, designar un centro educativo con un nombre alusivo a las víctimas e investigar
los hechos del caso, identificar y sancionar a los responsables y adoptar en su
derecho interno las disposiciones necesarias para asegurar el cumplimiento de esta
obligación.
Ejecución de la decisión y los resultados: 

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En su resolución del 27 de noviembre de 2003, la Corte consideró que el Estado
había dado cumplimiento a la mayoría de las medidas ordenadas. Resolvió mantener
abierto el procedimiento de supervisión de cumplimiento de sentencia respecto de la
obligación de investigar, juzgar y sancionar a los responsables de las violaciones a los
derechos humanos. Requirió al Estado que presente un informe de cumplimiento a
más tardar el 1 de abril de 2004.
Significado del caso: 
La Corte Interamericana se pronunció, por primera vez, sobre la obligación de los
Estados de adoptar medidas especiales de protección a favor de los niños y para su
interpretación recurrió a la Convención Internacional de los Derechos del Niño. Sin
embargo, la interpretación que realiza no precisa adecuadamente los contornos del
derecho. Además, conceptualiza el derecho a la vida en un sentido integral el cual
abarca tanto no ser privado de ella arbitrariamente como el acceso a condiciones que
garanticen una existencia digna

UNIDAD 2:
ALMONACID ARELLANO Y OTROS VS. CHILE–Sobre control de convencionalidad
Foro
Corte Interamericana de Derechos Humanos
Naturaleza del caso:El caso se refiere a la responsabilidad internacional del Estado
por falta de investigación y sanción de los responsables de la ejecución extrajudicial
de Luis Alfredo Almonacid Arellano, así como a la falta de reparación adecuada a
favor de sus familiares.
1. El 11 de julio de 2005, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 50 y 61
de la Convención Americana, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (en
adelante “la Comisión” o “la Comisión Interamericana”) sometió ante la Corte una
demanda contra el Estado de Chile (en adelante “el Estado” o “Chile”), la cual se
originó en la denuncia número 12.057, recibida en la Secretaría de la Comisión el 15
de septiembre de 1998.
2. La Comisión presentó la demanda en este caso con el objeto de que la Corte
decidiera si el Estado violó los derechos consagrados en los artículos 8 (Garantías
Judiciales) y 25 (Protección Judicial) de la Convención Americana, en relación con la
obligación establecida en el artículo 1.1 (Obligación de Respetar los Derechos) de la
misma, en perjuicio de los familiares del señor Luis Alfredo Almonacid Arellano.
Asimismo, la Comisión solicitó a la Corte que declare que el Estado incumplió con la
obligación emanada del artículo 2 (Deber de adoptar disposiciones de derecho
interno) de la Convención.
3. Los hechos expuestos por la Comisión en la demanda se refieren a la presunta
falta de investigación y sanción de los responsables de la ejecución extrajudicial del
señor Almonacid Arellano, a partir de la aplicación del Decreto Ley No. 2.191, ley de
amnistía, adoptada en 1978 en Chile, así como a la supuesta falta de reparación
adecuada a favor de sus familiares.
4. Además, la Comisión solicitó a la Corte Interamericana que, de conformidad
con el artículo 63.1 de la Convención, ordene al Estado que adopte determinadas
medidas de reparación indicadas en la demanda (infra párr. 139). Por último, solicitó
a la Corte que ordene al Estado el pago de las costas y gastos generados en la
tramitación del caso en la jurisdicción interna y ante los órganos del Sistema
Interamericano de Protección de los Derechos Humanos.
Luis Almonacid fue asesinado en 1973. Pero el caso llevado antela Corte no es
por el homicidio, sino por la denegación de justiciaEl Estado de Chile se defendió en
tres excepciones, la primera, esque el asesinato había ocurrido antes de que Chile
ratificara la competencia de la Corte Interamericana en 1990. La Corterechazo ese
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punto, ya que en el proceso judicial, con .posterioridad al 90, se habían llevado a
cabo decisiones judicialesque implicaban denegación de justicia, en particular desde
1996
La segunda excepción de la defensa era que había violaciones detrámite ante la
Comisión, y que había plazos que no se había respetado según alegaba el Estado
Chileno. La Comisiónresponde detalladamente y rechaza ese punto de reclamo.
La tercera excepción de la defensa del estado chileno, el cual fuereferido en los
documentos pero no fue presentado formalmente,la Comisión estimo sin embargo
que iba a responderlo. Se rea que los familiares no habían agotado todos los recursos
legalen el país. La Comisión estimo que ese puntoexpresado inicialmente por el
Estado Chileno, por lo tanto podía incorporarlo tardíamente a su defensa.
Derechos violados: Artículo 1 (Obligación de respetar los derechos.) , Artículo 2
(Deber de adoptar disposiciones de derecho interno) , Artículo 25 (Protección
Judicial) , Artículo 8 (Garantías Judiciales)
Hechos: -Los hechos del presente caso se desarrollan en el contexto del régimen
militar que derrocó el gobierno del entonces Presidente Salvador Allende en 1973. La
represión generalizada dirigida a las personas que el régimen consideraba como
opositoras operó hasta el fin del gobierno militar.
- Luis Alfredo Almonacid Arellano era profesor de enseñanza básica y militante del
Partido Comunista. El 16 de septiembre de 1973 fue detenido por carabineros
quienes le dispararon, en presencia de su familia, a la salida de su casa. Falleció al
día siguiente.
- En 1978 se adoptó el Decreto Ley No. 2.191, mediante el cual se concedía amnistía
a todas las personas que hayan encurrido en hechos delictuosos entre 1973 y 1978.
Debido a esta norma no se investigó adecuadamente la muerte del señor Arellano ni
se sancionó a los autores del hecho.

La Corte dispone que,


- La Sentencia de Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas
constituye per se una forma de reparación.
-El Estado debe asegurarse que el Decreto Ley No. 2.191 no siga
representando un obstáculo para la continuación de las investigaciones de la
ejecución extrajudicial del señor Almonacid Arellano y para la identificación y, en su
caso, el castigo de los responsables
- El Estado debe asegurarse que el Decreto Ley No. 2.191 no siga
representando un obstáculo para la investigación, juzgamiento y, en su caso, sanción
de los responsables de otras violaciones similares acontecidas en Chile.
- El Estado deberá efectuar el reintegro de las costas y gastos dentro del plazo
de un año, contado a partir de la notificación del presente fallo, en los términos de los
párrafos 164 de la Sentencia de Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y
Costas.
- El Estado deberá realizar las publicaciones señaladas dentro del plazo de seis
meses contados a partir de la notificación de la Sentencia de Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
- Supervisará el cumplimiento íntegro de la Sentencia de Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, y dará por concluido el presente caso
una vez que el Estado haya dado cabal cumplimiento a lo dispuesto en la misma.
Dentro del plazo de un año, contado a partir de la notificación de la Sentencia de
Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, el Estado deberá rendir a
la Corte un informe sobre las medidas adoptadas para darle cumplimiento.
La Corte decide,
- Desestimar las excepciones preliminares interpuestas por el Estado
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La Corte dictamina que, 
- El Estado incumplió sus obligaciones derivadas de los artículos 1.1 y 2 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, y violó los derechos consagrados
en los artículos 8.1 y 25 de dicho tratado, en perjuicio de la señora Elvira del
Rosario Gómez Olivares y de los señores Alfredo, Alexis y José Luis Almonacid
Gómez.
    - Al pretender amnistiar a los responsables de delitos de lesa humanidad, el
Decreto Ley No. 2.191 es incompatible con la Convención Americana y, por tanto,
carece de efectos jurídicos, a la luz de dicho tratado.

MERKQUIMICAC/ GOBIERNO DE LA NACIÓN” (FALLOS, 211:162 Y193)


Sentenciado por la CSJN el 9 de junio de 1948.
Antecedentes del caso:
Poco antes de finalizar la 2ª Guerra Mundial, la República Argentinadeclaró
formalmente la guerra a las potencias del Eje Berlín-Tokio. Comoconsecuencia de ello
el Poder Ejecutivo de facto dictó diversos decretos leyespara vigilar, incautar y
disponer de bienes de la“propiedad enemiga” radicadosen el país, soslayando los
procedimientos judiciales ordinarios y por aplicaciónde lateoría de los poderes de
guerra.
Según el Gobierno nacional, tales poderes erandiscrecionales y, por consiguiente, no
estaban sujetos al control judicial.En el caso de la actora, se trataba de una
importante empresa química,de origen alemán, radicada en la Argentina que al
recurrir a la Justicia por loque entendía una flagrante violación de la Constitución y
los tratados a los quehabía adherido la República, conculcando principalmente el
derecho depropiedad y la garantía de defensa en juicio, obtuvo el fallo adverso de
laCámara Federal de la Capital por lo que apeló al extraordinario.
Trascendencia del fallo:
La importancia de este decisorio de la CSJNradicaen el reconocimientode la primacía
del Derecho Internacional por sobre el Derecho Constitucionalinterno cuando se trata
de casus belli.
Deja sentado expresamente que en estado de paz ningún tratado puedeserle opuesto
a la República, que no estuviese “en conformidad con losprincipios de derecho
público establecidos en (la) Constitución” (Art. 27º)“Pero cuando se penetra en el
terreno de la guerra en causa propia –eventualidad extraña a la reglas del artículo
27º CN- la cuestión se aparta deaquellos principios generales y coloca a la República
y a su gobierno político enel trance de cumplir los tratados internacionales con todo
el rigorismo de quepuedan estar animados.”

MARTÍN Y CIA. C/ GOBIERNO NACIONAL AGP: (1963)


Hechos: La empresa Martín y Cia. llega a CSJN, por tratarse de una cuestión federal
(violación del Tratado de libre Navegación celebrado con la República del Brasil), interpone
recurso extraordinario en una causa contra la Administración General de Puertos, por posible
violación de ese tratado internacional por parte de la AGP, a lo cual la corte da a lugar.
Decisión de la CSJN: por ese entonces los tratados están incluidos dentro de la legislación
interna, con la misma jerarquía que el resto de las leyes que de la CN deriven (Art. 31 de la
CN), por lo que no se aplicaría el principio de “supremacía” de una ley sobre otra. A esto se
suma la interpretación del principio “leyes posteriores derogan las leyes anteriores”. La corte
indica que el invocar tratados internacionales sujetos a derecho internacional no limita el
ámbito de acción de la misma. Por lo que, considera pertinente expedirse y revoca por
unanimidad la sentencia del tribunal de alzada.

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FALLO FIBRACA C/ SOCIEDAD MIXTA SALTO GRANDE: (1993)
Hechos: La empresa contratista FIBRACA llega a CSJN, a través de la interposición de
recurso extraordinario, que ya había sido rechazado por improcedencia jurisdiccional, en
segunda instancia. La creación de la Sociedad Mixta de Salto Grande, había sido fruto de un
tratado binacional llevado a cabo por la República Argentina y la República Oriental del
Uruguay, ajustado a derecho de acuerdo a la Convención de Viena del Derecho Internacional
de los Tratados y firmado y ratificado por nuestro país por ley 21756 de nuestro derecho
interno, y que fijaba como jurisdicción para cualquier tipo de reclamo administrativo o legal
(inmunidad legal ante el derecho nacional interno), a la Comisión Mixta.
Fallo de la CSJN: la CSJN desestima por unanimidad el recurso extraordinario por
improcedente, argumenta la falta de razón en el argumento de la demanda por “privación de
derecho”, ya que el mismo existe, pero no en donde se recurrió, sino en los Tribunales
Arbitrales Internacionales, convenido por los Estados firmantes del tratado

CABRERA, WASHINGTON J. E. C. COMISIÓN TÉCNICA MIXTA DE SALTO


GRANDE
HECHOS:En un juicio laboral, la Cámara declaró la inconstitucionalidad del art.4° de
l acuerdo de sede -ley 21.756- firmado por la demandada,Comisión Técnica Mixta de 
Salto Grande, con la República Argentinapor vulnerar el derecho a la jurisdicción del 
actor y, por ende, asignó lacausa al juzgado de origen. Contra dicho pronunciamiento
, elorganismo internacional interpuso recurso extraordinario federal. LaCorte Supre
ma de Justicia de la Nación confirmó la sentencia recurrida.
SUMARIOS:
1. Las organizaciones internacionales intergubernamentales, incluidos los entes
binacionales como es la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande pueden gozar de la
inmunidad de jurisdicción, como consecuencia y derivación de lo que establezcan los
tratados constitutivos y acuerdos de sede, pero ese privilegio debe traer aparejada la
previsión de procedimientos apropiados para resolver las controversias de derecho
privado, en las que sea parte la organización intergubernamental de que se trate. En
cambio, en el acuerdo aprobado por la ley 21.756 (ADLA, XXXVII-A, 94), no se ha
previsto ningún procedimiento apropiado para resolver las controversias que se
susciten en asuntos de carácter laboral por reclamos en casos de despido, cuestión
salvada con posterioridad a la iniciación de la causa, mediante la creación del
Tribunal Arbitral Internacional de Salto Grande y, posteriormente, por resolución
339/81 y fueron también aprobados los textos definitivos del Estatuto, y del
Reglamento de dicho tribunal.
2. Es inconstitucional el art. 4° del acuerdo celebrado entre el gobierno argentino y la
Comisión Técnica Mixta de Salto Grande, aprobado por ley 21.756 (ADLA, XXXVII-A,
94), en cuanto establece, a favor de dicha Comisión, inmunidad contra todo
procedimiento judicial o administrativo y por ello, es competente la Justicia del
Trabajo para entender en la demanda deducida contra ésta (en su voto, el Presidente
de la Corte Suprema doctor Gabrielli y el Ministro doctor Guastavino, consideran que
es inválida aun en la propia esfera del derecho internacional la cláusula de inmunidad
absoluta, lo que torna innecesario examinar las serias objeciones que ella plantea en
la perspectiva de los arts. 27, 31 y concordantes de la Constitución Nacional, por
cuanto la declaración judicial de inconstitucionalidad es la “última ratio” del orden
jurídico sólo practicable como razón ineludible del pronunciamiento a dictarse).

EKMEKDJIAN c/ SOFOVICH
En este fallo la Corte Suprema resolvió de manera contraria como la había resuelto
en la causa Ekmekdjian c/ Neustad.
El sábado 11 de junio de 1988 el señor Dalmiro Sáenz, en el programa televisivo de
Gerardo Sofovich, expresó todo un largo discurso con palabras verdaderamente

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ofensívas, irrespetuosas y blasfemas sobre Jesucristo y la Virgen María. Miguel
Ekmekdjian al sentirse profundamente lesionado en sus sentimientos religiosos por
las frases de Sáenz, interpuso una acción de amparo dirigida al conductor del ciclo
televisivo para que en el mismo programa diera lectura a una carta documento que
contestaba a los supuestos agravios vertidos por Sáenz. Ante la negativa del
conductor del programa a leer la carta documento, Ekmekdjian inició un juicio de
amparo fundado en el derecho a réplica basándose para ello en el Art. 33 de la
Constitución Nacional y en el Art. 14 del Pacto de San José de Costa Rica.
El juez de primera instancia rechazó la demanda con los mismos argumentos
empleados por la Corte Suprema al resolver en la causa Ekmekdjian c/ Neustad, “no
tiene derecho a réplica por no haber mediado una afectación a la personalidad”. “el
derecho a réplica no puede considerarse derecho positivo interno porque no ha sido
aún reglamentado”. La cámara de Apelaciones resolvió en este mismo sentido. Como
consecuencia el actor dedujo recurso extraordinario ante la Cámara el cual no fue
concedido, esto motivó la queja por denegación del recurso ante la Corte Suprema.
La Corte hace lugar a la queja declarando procedente el recurso
extraordinario, entendió que debía pronunciarse por tratarse de una cuestión federal
en cuanto se cuestionaban cláusulas de la Constitución Nacional y del Pacto de San
José de Costa Rica.
Deja establecido que el derecho a réplica integra nuestro ordenamiento jurídico,
sobre este punto la Corte resuelve de manera opuesta a como lo había hecho años
atrás en la causa Ekmekdjian c/ Neustad. Interpretó que al expresar el Pacto de San
José de Costa Rica, Art. 14, “en las condiciones que establece la ley” se refiere a
cuestiones tales como el espacio en que se debe responder o en qué lapso de tiempo
puede ejercerse el derecho, y no como se consideró en el caso antes mencionado, en
el que el a quo interpretó que esa frase se refería a la necesidad de que se dictara
una ley que estableciera que el derecho de réplica fuera considerado derecho
positivo interno.
Por lo tanto, el derecho a réplica existe e integra nuestro ordenamiento
jurídico, sin necesidad que se dicte ley alguna.
Para ello la Corte se basó en el Art. 31 de la C.N. y en lo establecido por la
Convención de Viena sobre el derecho de los tratados, donde se confiere primacía al
derecho internacional sobre el derecho interno.
Consideró la Corte que el actor estaba legitimado para actuar por verse
afectado profundamente en sus sentimientos religiosos, el Sr. Dalmiro Sáenz
interfirió en el ámbito privado del Sr. Ekmekdjian conmoviendo sus convicciones más
profundas, lo que implica un verdadero agravio a un derecho subjetivo.
En consecuencia la Corte resolvió hacer lugar al derecho a réplica ordenando la
aclaración inmediata y gratuita en el mismo medio, y fue así que se condenó a
Gerardo Sofovich a dar lectura a la carta documento en la primera de las audiciones
que conduzca.
Los Dres. Petracchi, MolinéO´connor, Levene y Belluscio, hacen lugar a la
queja, declaran admisible el recurso y confirman la sentencia apelada.
Se implementa el derecho a réplica sin una ley que lo autorice. Se evitan
abusos de la libertad de expresión. Se reconoce prioridad al derecho internacional
sobre el derecho interno. Se establece que las garantías individuales existen y
protegen a los individuos.

EL CASO “CAFÉ LA VIRGINIA S.A. C/ ADMINISTRACIÓN NACIONAL DE


ADUANAS S/ REPETICIÓN”
(CSJN, 13 DE OCTUBRE DE 1994)
Antecedentes del caso:
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El Ministerio de Economía de la Nación por Resolución nº 174/86 impuso a las
importaciones de mercaderías amparadas por instrumentos de negociación
celebrados en el marco de la ALADI, (situación regida por el Tratado de Montevideo
de 1980) un derecho de importación residual del 10%. A su vez, la ley 23.101
establecía un tributo destinado a un Fondo Nacional de Promoción de Exportaciones.
La actora pretendía que la Administración Nacional de Aduanas le reintegrase
los importes tributados por tal concepto, por la introducción de café crudo (verde) en
grano, originario de Brasil.
La Cámara de Apelaciones en lo contencioso administrativo federal hizo lugar
en forma parcial al reclamo, en cuando a la devolución del “derecho de importación
adicional”, no así respecto del gravamen destinado al Fondo Nacional de Promoción
de Exportaciones.
Ambas partes recurrieron al extraordinario ante la Corte Suprema de Justicia
de la Nación. Existe cuestión federal por cuanto se halla en tela de juicio el alcance
dado por la Cámara federal en su sentencia a normas federales que resultaron
contrarias a los derechos de los apelantes (Tratado de Montevideo de 1980, Código
Aduanero, Decreto nacional 751/74 y resoluciones ministeriales nº 476/85 y 174/86)
El fallo de la Corte favoreció totalmente a la actora, confirmando el decisorio
apelado en cuanto a la devolución ya efectuada y revocándolo en cuanto al gravamen
destinado al Fondo establecido por la ley 23.101.
Trascendencia del fallo:
Este fallo hace prevalecer el tratado internacional por sobre el ordenamiento
interno.
Fundamentos del fallo:
1º) La aplicación por los órganos del Estado argentino de una norma interna que
transgredí un tratado, además de constituir el incumplimiento de una obligación
internacional, vulnera el principio de la supremacía de los tratados internacionales
sobre las leyes internas.
2º) La obligación de respetar los convenios internacionales vigentes es una directiva
implícitamente contenida en toda delegación legal (se refiere a la delegación que la
ley hizo en el Poder Ejecutivo para establecer aranceles), en atención a la obligación
que pesa sobre los órganos del Estado argentino para evitar la trasgresión de un
tratado internacional.
3º) El Acuerdo de Alcance Parcial de Renegociación de las concesiones recaídas en el
período 1962/1980 celebrado entre la Argentina y Brasil, en el marco de la ALADI, es
un tratado internacional en los términos del Art. 2º de la Convención de Viena sobre
Derecho de los Tratados, pues fue celebrado por escrito entre estados y se halla
regido por el Derecho Internacional.

UNIDAD 3:
SIRI–Creación del Amparo en forma Pretoriana – Caso casos de proteccion contra
actos del Estado
La policía de la Provincia de Buenos Aires procedió a la clausura del diario
Mercedes, operativo que se llevó a cabo sin aclarar las razones del por qué de la
medida. En consecuencia, Ángel Siri, director y administrador del diario, se presentó
ante la justicia alegando la violación de sus derechos de libertad de imprenta y
trabajo consagrados en los Arts. 14, 17 y 18 de la Constitución Nacional
El director del diario pretendía, en primer lugar, que se retirara la custodia
policial del local donde se imprimía el periódico, y segundo, que se levantara la
clausura impuesta.
Siri se presentó ante el juez solicitando se requiriera a la policía bonaerense un
informe sobre quién había ordenado la clausura y los fundamentos de la medida.
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Requerido el informe, el comisario informó que la orden había sido emitida por la
“Dirección de Seguridad de la Policía” y que el motivo lo desconocía. Ante esta
circunstancia, el juez requirió informes al jefe de la Policía de la Provincia de Buenos
Aires, a la Comisión Investigadora Nacional y al Ministerio de Gobierno de la
Provincia de Buenos Aires. Todos manifestaron ignorar las causas de la clausura y la
autoridad que la había dispuesto.
El magistrado, interpretando el pedido de Siri como un recurso de Hábeas
corpus, no hizo lugar al mismo en razón que no se había violado la libertad física de
ninguna persona. Habiéndose apelado la decisión del juez de primera instancia, la
Cámara de Apelaciones en lo Penal de Mercedes confirmó la sentencia, por lo que el
afectado dedujo recurso extraordinario dejando en claro que no había interpuesto un
recurso de Habeas Corpus sino que se trataba de una petición a las autoridades por
la violación de garantías constitucionales.
La Corte revocó la sentencia de la Cámara de Apelaciones ordenando a la
autoridad policial “cesar con la restricción impuesta” exponiendo que, las garantías
constitucionales invocadas por Siri se hallaban restringidas sin orden de autoridad
competente ni causa justificada y que estos motivos bastaban para que fueran
restablecidas íntegramente por los jueces; “las garantías individuales existen y
protegen a los individuos por el sólo hecho de estar consagradas en la Constitución
Nacional”.
Disidencia: El Dr. Herrera confirmó la sentencia de primera instancia
fundamentando que si bien el recurrente no había interpuesto un recurso de Habeas
Corpus; no había indicado de qué acción se trataba, y por ello el trámite de la causa
se había llevado a cabo, con su conformidad, según el procedimiento legal
establecido para el recurso de habeas corpus. Asimismo agregó que si se trata de
proteger a la Constitución habría que tener en cuenta el primer párrafo del Art. 14
que dice “todos los habitantes de la Nación gozan de los siguientes derechos
conforme a las leyes que reglamenten su ejercicio…” entre estas leyes figuran las de
la defensa, de manera tal que no puede aceptarse una defensa cuyo procedimiento no
es de acuerdo a la legislación vigente. El poder judicial no puede pasar por alto el
texto de las leyes aceptando la defensa del afectado porque le estaría quitando
importancia al poder legislativo quebrando la división de los poderes en beneficio del
judicial.
Se crea el recurso de Acción de Amparo como remedio judicial para proteger
todos los derechos enumerados por la constitución Nacional, a excepción de los ya
protegidos por el recurso de Habeas Corpus.
Se confirma la supremacía constitucional para proteger los derechos
enunciados por los Arts. 14, 17 y 18.

KOT– Ampliación del Amparo protegiendo restricciones provenientes de


Particulares –
La empresa KotSRL, tuvo una huelga por parte del personal, en su fábrica
textil de San Martín (Provincia de Buenos Aires).
La Delegación de San Martín del Departamento Provincial del Trabajo, declaró
ilegal la huelga, por lo tanto la empresa Kot ordenó a sus empleados retomar las
tareas dentro de las 24 horas. Frente al incumplimiento de dicho mandato se
despidieron a muchos obreros.
Transcurrido poco más de un mes, el presidente del Departamento Provincial del
Trabajo declaró nula la resolución de la Delegación San Martín e intimó a la empresa
a reincorporar a los obreros despedidos.

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Al no llegar a un acuerdo con la empresa, los obreros despedidos ocuparon la
fábrica paralizándola totalmente; por lo que Juan Kot, gerente de la empresa hizo una
denuncia por usurpación, solicitando se desocupara la fábrica.
El juez de primera instancia resolvió el sobreseimiento definitivo en la causa y no
hizo lugar al pedido de desocupación alegando que se trataba de un conflicto gremial
en el que los obreros no intentaban ocupar la fábrica para ejercer un derecho de
propiedad y que, por lo tanto, no existía usurpación.
La Cámara de Apelaciones en lo Penal de La Plata confirmó el sobreseimiento
definitivo. Contra esta sentencia Kot interpuso recurso extraordinario, y la Corte lo
declaró improcedente.
Al observar Kot que su denuncia por usurpación no le daba los resultados que
esperaba, paralelamente inició otra causa. Antes de dictarse la sentencia de la
Cámara de Apelaciones, se presentó ante la misma deduciendo recurso de amparo
para obtener la desocupación de la fábrica. Para invocarlo Kot tomó como base lo
resuelto por la Corte en el caso Siri; la libertad de trabajo, el derecho a la propiedad
y el derecho a la libre actividad; todos estos amparados por la Constitución Nacional.
La Cámara no hizo lugar al recurso planteado interpretando que se trataba de
un recurso de habeas corpus; contra esta sentencia interpuso recurso extraordinario.
La Corte falló a favor de Kot, haciendo lugar al recurso de amparo luego de revocar
la sentencia de la Cámara de Apelaciones. Ordenó que se entregara a kot el
establecimiento textil libre de todo ocupante indicando que “la Cámara de
Apelaciones se confunde al considerar el recurso invocado por el afectado como un
recurso de Habeas Corpus. El interesado interpuso una acción de amparo invocando
los derechos constitucionales de la libertad de trabajo; de la propiedad y de la libre
actividad, o sea, dedujo una garantía distinta a la que protege la libertad corporal
(habeas corpus)”, así fue que la corte ratificó lo resuelto en el caso Siri (en este
último la restricción ilegítima provenía de la autoridad pública. En el caso en
cuestión es causada por actos de particulares.)
El Art. 33 de la Constitución Nacional al hacer mención de los derechos y
garantías implícitos no excluye restricciones emanadas de particulares; “Nada hay, ni
en la letra ni en el espíritu de la Constitución, que permita afirmar que la protección
de los llamados derechos humanos esté circunscripta a los ataques que provengan
sólo de la autoridad”.
“Si no se hiciera lugar al recurso de amparo se estaría sometiendo al afectado a
recurrir a una defensa lenta y costosa a través de los procedimientos ordinarios. Esto
perjudicaría en mucho más al interesado dado que lo ocupado por los obreros no es
un inmueble improductivo, sino una fábrica en funcionamiento, privada de producir.”
“En cuanto al fondo del asunto, es notoria la restricción ilegítima por parte de
los obreros, ya que ninguna ley de nuestro ordenamiento jurídico les reconoce (ni a
ellos ni a ningún otro sector, salvo sea por legítima defensa o estado de necesidad), la
facultad de recurrir por sí mismos a actos para defender lo que estimen su derecho”.
Aún si los obreros tuvieran toda la razón, la ocupación de la fábrica por aquéllos es
ilegítima.
Se amplía la esfera de acción del recurso de amparo al establecerse que
también es viable deducirlo cuando la violación de un derecho provenga de un
particular.
Se confirma la supremacía constitucional en cuanto a la protección de los
derechos establecidos en los Arts. 14, 17 y 19 de la Constitución Nacional.

URTEAGA, FACUNDO R. C. ESTADO MAYOR CONJUNTO DE LAS FUERZAS


ARMADAS".

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Resumen:Urteaga, Facundo, promovió una acción (con apoyo en el artículo 43
de la Constitución Nacional) que denominó “ amparo de hábeas data “, contra el
Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas y Organismos de Inteligencia del
Ejército, Aeronáutica, Armada. Con esta acción pretendía obtener información que
esté registrada en algún banco de datos estatales, acerca del probable fallecimiento
y destino de los restos de su hermano (desaparecido en 1976, supuestamente en un
enfrentamiento con fuerzas de seguridad). En primera y segunda instancia fueron
rechazadas las acciones respectivas por falta de legitimación del actor y porque el a
quo entendió que la acción procedente era el hábeas corpus.
La Corte hace lugar al Recurso Extraordinario Federal del actor y revoca la
sentencia apelada, en un fallo muy importante, pues arriba a soluciones no regladas
por el artículo 43, que más tarde serán adoptadas por la ley reglamentaria, ley
25.326.
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El actor, F. uretaga, interpuso recurso de Habeas Data para obtener los
informes correspondientes sobre su hermano quien había desaparecido en Julio de
1976 en un supuesto enfrentamiento con las Fuerzas de Seguridad en la localidad de
Villa Martelli, provincia de Buenos Aires. La información solicitada debía provenir de
varios sectores del Estado (del Estado Nacional, del Estado Mayor Conjunto de las
Fuerzas Armadas, del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, etc).
El juez de primera instancia rechaza la demanda interpuesta por considerar
que la herramienta procesal del art . 43 de la Constitución Nacional solo puede ser
utilizada por la persona a quien se refieren esos datos, y que además por ese
procedimiento en particular solamente se puede suprimir, rectificar, actualizar o
asegurar la confidencialidad de los datos personales, lo que difiere con el objeto de la
petición. El juez afirma que la vía procesal correcta para el fin solicitado por el actor
es el Habeas Corpus.
Apelada la sentencia de primera instancia, la Cámara de Apelaciones (sala II)
confirma la sentencia argumentando falta de legitimación (activa y procesal) y la
diferencia de objeto en el instituto constitucional utilizado.
Ante dicha sentencia denegatoria el actor presenta recurso extraordinario, el
cual es admitido pues la cuestión a dirimir se basa sobre la aplicación de una norma
constitucional.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación hace a lugar al pedido del
accionante y revoca la sentencia anterior pero bajo dos recursos diferentes: recurso
de amparo genérico y recurso de Habeas Data.
Bajo el primer recurso los Dres. Bellucio, Lopez, Bassey y Fayt sostienen que el
actor no tenia legitimación para imponer recurso de Habeas Data el cual solo podía
ser interpuesto por su hermano por ser titular de dichos datos, pero admiten que el
actor es damnificado en cuanto a su derecho de conocer el paradero de su hermano o
localizar sus restos.
Bajo el segundo recurso se pronunciaron los Dres. Petrachi, Boggiano y
Vázquez, quienes sostuvieron que el objeto del recurso de F. Urteaga era el
conocimiento de datos personales, por lo que corresponde la interposición del
recurso de Habeas Data; lo que el accionante primeramente desea es tomar
conocimiento de los datos referidos al paradero de su hermano.
En el caso particular hay que tomar en cuenta que en aquel entonces no existía
regulación legal sobre el procedimiento de Habeas Data que dispusiera exactamente
quienes son legitimados al efecto de su interposición.

GANORA FERNANDO S/HABEAS DATA Septiembre de 1999

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HECHOS: El doctor Mario Fernando Ganora dedujo acción de hábeas corpus a
su favor y de la doctora Rosalía Liliana Magrini, con sustento en que personas
desconocidas habrían realizado averiguaciones acerca de las actividades de aquellos,
los que, es necesario aclarar, han sido patrocinantes del Sr. Adolfo Scilingo en
diversas causas. Alegan que en relación a esto y ante la posibilidad cierta de que se
estuvieran realizando investigaciones o actividad de inteligencia respecto de sus
personas que entrañan una verdadera perturbación de la intimidad, tranquilidad y
seguridad, reclaman saber de que autoridad y con que propósito las ha ordenado, a
los efectos de prevenir e impedir que sin orden de autoridad judicial competente
pudiera verse amenazada su libertad ambulatoria o el derecho a no ser objeto de
injerencias arbitrarias o abusivas en el ámbito de sus vidas privadas y en la de sus
respectivas familias.
En la misma presentación, el doctor Ganora interpuso acción de hábeas data a
los efectos de tomar conocimiento de los datos que existen sobre ellos en los
registros policiales o de las fuerzas de seguridad y organismos de inteligencia para
que en caso de falsedad o discriminación se exija judicialmente la supresión,
rectificación o actualización de los mismos.
El magistrado de primera instancia no hizo lugar a la acción de hábeas corpus
sobre la base de que no existiría una amenaza o limitación actual a la libertad
ambulatoria, y rechaza el hábeas data debido a que la información que se pide debe
ser pública o al alcance de los particulares. La obrante en las fuerzas y organismos
de seguridad no reviste tal carácter por obvias razones de seguridad pública.
Al elevarse la resolución en consulta, la cámara la revocó al solo efecto de que
el magistrado requiera informes a los organismos respectivos a fin de establecer si el
accionante es requerido por alguna autoridad. El juez de instrucción rechaza
nuevamente la acción de hábeas corpus y hábeas data por similares argumentos a los
expresados con anterioridad y remite de oficio la causa en consulta a la cámara de
apelaciones y ésta confirmó la decisión que rechazaba la acción de hábeas corpus y
señaló la improcedencia del recurso de hábeas data.
En el remedio federal deducido por los doctores Ganora y Magrini, se
cuestiona el rechazo del hábeas data, con sustento en una errónea interpretación del
texto constitucional.
VOTO MAYORITARIO: Resulta admisible el recurso extraordinario deducido
por los doctores Ganora y Magrini, toda vez que la decisión adoptada por el a quo en
mérito de lo dispuesto por el art. 43 párrafo 3°, de la Constitución Nacional, ha sido
en contra del derecho que en dicha cláusula han fundado los recurrentes. La cuestión
consiste en decidir si la obtención de información sobre datos personales obrantes en
los registros de las fuerzas armadas y organismos de seguridad se halla amparada
por la norma constitucional que regula el hábeas data; y, en caso afirmativo, si se
encuentra sujeta a limitaciones de alguna índole.
Al decidir en la causa “Urteaga, Facundo Raúl c/Estado Nacional- Estado
Mayor Conjunto de las FF.AA.- s/amparo”, este Tribunal recordó que la falta de
reglamentación legislativa no obsta a la vigencia de ciertos derechos que, por su
índole, pueden ser invocados, ejercidos y amparados sin el complemento de
disposición legislativa alguna, en especial referencia a la acción de hábeas data
señaló que la ausencia de normas regulatorias de los aspectos instrumentales no
constituye obstáculo para su ejercicio. Esta Corte señaló que la acción de hábeas
data ha sido reconocida no sólo en las legislaciones de diversos países, sino también
por los organismos internacionales que en los diferentes ámbitos de su actuación han
elaborado pautas que contribuyen a integrar la perspectiva con la que ha de ser
evaluada la modalidad de su ejercicio por este Tribunal, que en términos generales,
coinciden con las directrices formuladas por la Organización de las Naciones Unidas,
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la Organización de los Estados Americanos, el Consejo de Europa y la jurisprudencia
de la Corte Europea de Derechos Humanos.
Es necesario establecer que en el ámbito internacional, diversas constituciones
han establecido limitaciones al acceso de datos, basadas fundamentalmente en
razones de seguridad de los respectivos estados. Así, la Constitución de Brasil de
1988 dispone que todos tienen derecho a recibir de los órganos públicos
informaciones de su interés particular, o de interés colectivo o general, que serán
facilitados en el plazo señalado por la ley, bajo pena de responsabilidad, salvo
aquellas cuyo secreto sea imprescindible para la seguridad de la sociedad y del
Estado.
En relación a las limitaciones elaboradas por la jurisprudencia internacional, la
doctrina de la Corte Europea de Derechos Humanos en el caso “Leander”. En éste se
juzgo la negativa del departamento de seguridad de la policía nacional sueca al
acceso de datos personales debido a que se encontraban en un fichero de carácter
secreto y de importancia decisiva para la seguridad nacional, el tribunal sostuvo que
no existió una violación del derecho a la intimidad pues “teniendo en cuenta el amplio
margen de apreciación del que gozaba, el Estado demandado tenía derecho a
considerar que en este caso los intereses de la seguridad nacional prevalecían sobre
los intereses personales de los solicitantes”.
Las pautas establecidas por esta Corte en el caso “Urteaga”, contribuyen a
integrar el marco dentro del cual ha de ser evaluada la modalidad con que los
recurrentes pretenden ejercitar su derecho constitucional. Desde esa perspectiva, ha
de concluirse que, en principio, la obtención de información sobre datos personales
obrantes en los organismos y fuerzas de seguridad halla adecuación legal en la
acción de hábeas data; ello sin perjuicio de que el suministro de esa información
pueda, eventualmente, afectar la seguridad, la defensa nacional, las relaciones
exteriores o una investigación criminal, cuestión que en cada caso deberá ser
invocada por el titular de la respectiva institución.
La decisión del a quo de rechazar la acción deducida por considerar que los
particulares no pueden tener acceso a la información obrante en las fuerzas armadas
y organismos de seguridad del Estado “por obvias razones de seguridad pública”,
constituye una afirmación dogmática carente de razonabilidad, pues al no haberse
librado los oficios requeridos, no existe la respuesta pertinente del titular de la
institución que haga saber si obra la información requerida y si existen razones que,
en definitiva, pudieran impedir al legitimado acceder a ella.
Por ello, se declara mal concedido el recurso interpuesto por el Colegio Público
de Abogados y admisible el recurso extraordinario interpuesto por los doctores
Ganora y Magrini, revocándose la sentencia apelada con los alcances expuestos
anteriormente. Hágase saber y devuélvase, a fin de que se dicte nuevo
pronunciamiento con arreglo a derecho.
CONCLUSION: En principio podemos establecer, de acuerdo al fallo
precedente, que la Corte Suprema de Justicia de la Nación, abre con ésta decisión,
un abanico enorme de posibilidades en relación a la procedencia de la acción de
hábeas data, estableciendo ciertos límites a los que deben atenerse los interesados
al acceso de la información personal contenida en los registros de los organismos de
seguridad y de inteligencia del Estado.
Podemos agregar a su vez que, la jurisprudencia establecida por la Corte
Suprema de Justicia de la Nación en el mencionado caso, no hace mas que sumarse
tanto a lo establecido por las distintas legislaciones internacionales, como a la
jurisprudencia de los distintos órganos de derecho internacional como la mencionada
Corte Europea de Derechos Humanos.

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Es, sin dudas, la adecuación del instituto del hábeas data, a las distintas
corrientes internacionales, que en todos los casos establecen como uno de los límites
al ejercicio de la mencionada acción , las razones de seguridad nacional, las
relaciones exteriores y el entorpecimiento de procesos en ejecución, etc.
Personalmente coincido con lo establecido por la Corte Suprema de Justicia de
la Nación, en franca oposición a lo resuelto por el juez de primera instancia, quien, a
mi modesto entender ha interpretado en forma errónea y muy restringida lo
establecido por nuestra Constitución Nacional en su artículo 43 inciso 3°. Siempre
teniendo en cuenta el hecho de que se encuentra en juego uno de los derechos mas
importantes para el individuo como lo es el derecho a la intimidad, que se ha visto
avasallado en la actualidad, por los avances tecnológicos que estamos
experimentando.

HALABIERNESTO C/ PODER EJECUTIVO NACIONAL


I. Hechos: El actor interpuso demanda de amparo en contra de la ley 25.873 y
su decreto reglamentario 1563/04. En su opinión, dichos ordenamientos vulneraban
las garantías establecidas en los artículos 18 y 19 de su Constitución Nacional, que
protegen a las comunicaciones privadas telefónicas y por Internet, en razón de que
en ellos no se establecían de manera clara los supuestos en los que éstas podrían ser
intervenidas. Además, alegó que esa intromisión constituía una violación a sus
derechos de intimidad y privacidad en su condición de usuario y, como abogado, se
menoscababa el privilegio de confidencialidad con sus clientes.
En primera instancia se declaró la inconstitucionalidad de los artículos 1° y 2°
de la ley y su decreto reglamentario. Según la jueza, no existió un debate legislativo
previo al dictado de dicha ley; los antecedentes del derecho comparado muestran que
se han tomado precauciones para no incurrir en violaciones al derecho a la intimidad;
las normas de la ley eran vagas, pues no queda claro en qué medida las prestadoras
de los servicios pueden captar el contenido de las comunicaciones sin la debida
autorización judicial y la mala redacción de las mismas deja abierta la oportunidad de
que los datos captados sean utilizados para fines distintos de los previstos en la ley.
La Sala II de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso
Administrativo confirmó la resolución de primera instancia. Aclaró que la pretensión
no se había tornado abstracta, como lo argumentaba el apelante en razón de un
decreto que suspendía indeterminadamente al reglamento impugnado, ya que la ley
cuestionada seguía vigente, así como el reglamento, remarcando que éste sólo había
sido suspendido y no abrogado. Precisó que el planteo articulado no era meramente
consultivo, sino que existía un interés jurídico del actor como usuario de distintos
servicios de telecomunicaciones. En cuanto a la viabilidad de la acción de amparo,
consideró que era el medio idóneo para proteger los derechos invocados y respecto al
fondo del asunto, hizo suyos los argumentos desarrollados por la Jueza de primera
instancia, a los que añadió consideraciones generales sobre el derecho a la intimidad
y a la inviolabilidad de la correspondencia. Por último, indicó que la legitimación no
excluía la incidencia colectiva de la afectación.
II. Argumentos: El caso subió a la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Ésta
consideró que en este asunto existió una adecuada representación de todas las
personas, usuarios de los servicios de telecomunicaciones, dentro de los que se
encontraban los abogados a los que se extendieron los efectos de la sentencia.
Tomó en cuenta la publicidad que se le dio a la audiencia celebrada ante la
Corte, como la circunstancia de que la declaración de inconstitucionalidad de la ley
25.873 se encontraba firme y que el decreto reglamentario 1563/04 fue suspendido
en su vigencia, que los preceptos constitucionales tanto como la experiencia

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institucional del país reclamaban el consumo, el goce y ejercicio pleno de las
garantías individuales para la efectiva vigencia.
Señaló que el artículo 43 de la Constitución Nacional protege tres tipos de
derechos diferentes:
1. Derechos divisibles no homogéneos sobre bienes jurídicos individuales 2.
Derechos de incidencia colectiva que tienen por objeto proteger bienes colectivos 3.
Derechos de incidencia colectiva referentes a intereses individuales homogéneos. En
estos casos no hay un bien colectivo, ya que se afectan derechos individuales
enteramente divisibles. Sin embargo, hay un hecho, único o continuado, que provoca
la lesión a todos ellos y por lo tanto es identificable una causa fáctica homogénea.
Ese dato tiene relevancia jurídica porque en tales casos la demostración de los
presupuestos de la pretensión es común a todos esos intereses, excepto en lo que
concierne al daño que individualmente se sufre. Hay una homogeneidad fáctica y
normativa que lleva a considerar razonable la realización de un solo juicio con efectos
expansivos de la cosa juzgada que en él se dicte, salvo en lo que hace a la prueba del
daño. El juicio correspondiente a la protección de este tipo de derecho sería la acción
colectiva o de clase, figura no reconocida en ese momento en el ordenamiento
jurídico secundario argentino.
A pesar de no encontrarse regulación secundaria de las acciones colectivas, la
Corte Suprema señala que la disposición constitucional en la que se encuentran
previstas es claramente operativa y que es obligación de los jueces darle eficacia,
pues donde hay un derecho hay un remedio legal para hacerlo valer, aunque el
remedio sea desconocido. Lo anterior pues las garantías constitucionales existen y
protegen a los individuos por el sólo hecho de encontrarse en la Constitución. La falta
de reglamentación, dice la Corte, no podrá nunca constituir un obstáculo para la
vigencia efectiva de las garantías fundamentales.
Entonces, la Corte prosigue a hacer un delineamiento de este juicio en la
sentencia. Acepta que el grado de exigencia no podrá ser tan alto. Así, entonces, la
procedencia de este tipo de acciones requiere la verificación de una causa fáctica
común, una pretensión procesal enfocada en el aspecto colectivo de los efectos de
ese hecho y la constatación de que el ejercicio individual no aparece plenamente
justificado. Sin perjuicio de lo cual, también procederá cuando, pese a tratarse de
derechos individuales, exista un fuerte interés estatal en su protección, sea por su
trascendencia social o en virtud de las particulares características de los sectores
afectados.
Además, dice que la admisión formal de toda acción colectiva requiere la
verificación de ciertos recaudos elementales que hacen a su viabilidad tales como la
precisa identificación del grupo o colectivo afectado, la idoneidad de quien pretenda
asumir su representación y la existencia de un planteo que involucre, por sobre los
aspectos individuales, cuestiones de hecho y de derecho que sean comunes y
homogéneas a todo el colectivo. Es esencial, asimismo, que se arbitre en cada caso
un procedimiento apto para garantizar la adecuada notificación de todas aquellas
personas que pudieran tener un interés en el resultado del litigio, de manera de
asegurarles tanto la alternativa de optar por quedar fuera del pleito como la de
comparecer en él como parte o contraparte. Es menester, por lo demás, que se
implementen adecuadas medidas de publicidad orientadas a evitar la multiplicación o
superposición de procesos colectivos con un mismo objeto a fin de aventar el peligro
de que se dicten sentencias disímiles o contradictorias sobre idénticos puntos.
Posteriormente, analiza el caso en cuestión y concluye que cumple con los
requisitos señalados para las acciones colectivas.
Por último, hace el análisis del fondo de la sentencia impugnada, para lo cual
hace uso de los criterios de otros países y de instancias internacionales. Concluye
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que la ley impugnada si violenta las garantías constitucionales y confirma la
sentencia del Tribunal de Apelación.
III. Resolución: La Corte Suprema de Justicia confirmó la sentencia impugnada.

VERBITSKY, HORACIO S/ HABEAS CORPUS.-


La Corte reconoció al Centro de Estudios Legales y Sociales legitimación
colectiva para interponer un habeas corpus correctivo y colectivo a favor de las
personas detenidas en las comisarías bonaerenses y ordenó al Gobierno de la
Provincia de Buenos Aires que revirtiera las condiciones inhumanas de confinamiento
existentes.
Hechos:El Centro de Estudios Legales y Sociales interpuso un habeas corpus
en representación de todas las personas detenidas en prisiones y comisarías de la
Provincia de Buenos Aires. Relató que los detenidos, incluidos mujeres y menores,
padecían condiciones de superpoblación y hacinamiento porque los calabozos
estaban en un estado deplorable de conservación e higiene.
El Tribunal de Casación Penal de la provincia de Buenos Aires rechazó el
hábeas corpus, al considerar que debía analizarse cada caso en concreto.
La actora interpuso recursos extraordinarios de nulidad y de inaplicabilidad de
ley, que fueron declarados inadmisibles por la Suprema Corte de Justicia de la
Provincia de Buenos Aires.
Contra ese pronunciamiento interpuso un recurso extraordinario, que fue
denegado y dio lugar a un recurso de queja.
Decisión de la Corte:La Corte consideró que la presencia de adolescentes y
enfermos en establecimientos policiales y/o en comisarias superpobladas de la
Provincia de Buenos Aires era susceptible de configurar un trato cruel, inhumano o
degradante u otros análogos y generar responsabilidad del Estado Nacional, con
flagrante violación a los principios generales de las Reglas Mínimas para el
tratamiento de reclusos de las Naciones Unidas.
Por este motivo, sostuvo que, dado que dicha situación ponía en peligro la vida
y la integridad física del personal penitenciario y policial y generaba condiciones
indignas y altamente riesgosas de trabajo, debía instruirse a la Suprema Corte de
Justicia de la Provincia de Buenos Aires y a los demás tribunales de dicha provincia
para que hicieran cesar urgentemente el agravamiento o la detención misma. Por
otra parte, reconoció legitimación al Centro de Estudios Legales y Sociales para
interponer el hábeas corpus colectivo a pesar de que la Constitución Nacional no
menciona en forma expresa el hábeas corpus como instrumento deducible en forma
colectiva.
En consecuencia, fijó los estándares de protección de los derechos de los
presos que los distintos poderes provinciales deben respetar para cumplir con el
mandato de la Constitución Nacional y con los pactos internacionales de derechos
humanos que tienen jerarquía constitucional.
También ordenó a la justicia provincial a verificar y remediar las condiciones
indignas de detención de los presos detenidos a su disposición así como disponer la
inmediata libertad de los adolescentes y enfermos detenidos en comisarías.
Por último, exhortó a los poderes ejecutivos y legislativos provinciales a revisar
la legislación que regula la excarcelación y la ejecución penitenciaria y a tomar como
parámetro la legislación nacional en la materia.
Para asegurar una solución efectiva y sólida a esta situación, la Corte
recomendó que se conformara una mesa de diálogo en la que intervinieran las
autoridades provinciales y las organizaciones de la sociedad civil y retuvo el poder de
controlar la adopción de las medidas ordenadas en el fallo.(voto de los jueces
Petracchi, Maqueda, Zaffaroni, Highton de Nolasco y Lorenzetti.
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El Dr. Boggiano votó en disidencia, mientras que los magistrados Fayt y
Argibay votaron en disidencia parcial).El Dr. Boggiano consideró que el hábeas
corpus interpuesto a favor de la totalidad de las personas detenidas alojadas en
establecimientos policiales y comisarías bonaerenses importaba una impugnación
genérica al sistema carcelario provincial, pero que no le competía a los jueces hacer
declaraciones generales o abstractas, por lo que excedía las facultades
jurisdiccionales de la Corte.

MENDOZA Y OTROS VS. ARGENTINA (PENITENCIARIAS DE MENDOZA


(CORTE IDH -2004)
HECHOS: - César Alberto Mendoza, Claudio David Núñez, Lucas Matías Mendoza,
Saúl Roldán y Ricardo David Videla Fernández crecieron en barrios marginales, en
una situación de exclusión y gran vulnerabilidad socioeconómica, con carencias
materiales que condicionaron su desarrollo integral. Todos ellos fueron condenados a
penas de privación perpetua de la libertad por delitos cometidos antes de haber
alcanzado la mayoría de edad, con base en la Ley 22.278, relativa al Régimen Penal
de la Minoridad, la cual data de la época de la dictadura argentina y tiene alcance
nacional.
- El 12 de abril de 1999 Claudio David Núñez y Lucas Matías Mendoza fueron
procesados conjuntamente por el Tribunal Oral de Menores No. 1 de la Capital
Federal y fueron condenados a reclusión perpetua y prisión perpetua
respectivamente. Ese mismo año el 28 de octubre el Tribunal Oral de Menores No. 1
de la Capital Federal impuso a César Alberto Mendoza la pena de prisión perpetua,
por delitos cometidos cuando eran menores de 18 años.
- Por otro lado, el 8 de marzo de 2002 el Tribunal en lo Penal de Menores de
Mendoza condenó a Saúl Cristian Roldán Cajal a la pena de prisión perpetua. El 5 de
noviembre de 2002 la Quinta Cámara en lo Criminal del Poder Judicial de Mendoza
resolvió unificar las penas. Asimismo, el 28 de noviembre de 2002 el Tribunal en lo
Penal de Menores de Mendoza declaró la responsabilidad penal de Ricardo David
Videla Fernández y le impuso la pena de prisión perpetua por delitos cometidos
cuando era menor de 18 años. Los representantes de los condenados interpusieron,
en diferentes fechas, una serie de recursos de casación y quejas en los que
solicitaban la revisión de las sentencias condenatorias. Los recursos fueron
desestimados.
- El 31 de julio de 1998, a los 17 años de edad, y durante su permanencia en el
Instituto de Menores Dr. Luis Agote, Lucas Matías Mendoza recibió un “pelotazo” en
el ojo izquierdo. A pesar de la gravedad de la lesión, no recibió tratamiento médico
oportuno lo que conllevó a que su lesión fuese irreversible. El 21 de julio de 2005,
Ricardo Videla falleció a los 20 años de edad. Fue encontrado colgado en su celda del
Centro de Seguridad de la Penitenciaría de Mendoza. El Estado no realizó las
investigaciones pertinentes para esclarecer los hechos. El 13 de diciembre de 2007,
Lucas Matías Mendoza y Claudio David Núñez fueron agredidos por integrantes del
cuerpo de requisa del Complejo Penitenciario Federal I. En 2008, el Fiscal Federal
Subrogante solicitó la reserva del archivo del caso, pues no era posible identificar a
los agresores.
Derechos violadosConvención Americana: Artículo 1 (Obligación de respetar
los derechos.) , Artículo 19 (Derecho de niño) , Artículo 2 (Deber de adoptar
disposiciones de derecho interno) , Artículo 25 (Protección Judicial) , Artículo 5
(Derecho a la Integridad Personal) , Artículo 7 (Derecho a la libertad personal) ,
Artículo 8 (Garantías Judiciales)
Sentencia sobre el caso “Mendoza y otros vs. Argentina”

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RESOLUCION DE LA CORTE San José, Costa Rica, 5 de julio de 2013.- La
Corte Interamericana de Derechos Humanos notificó el día de hoy la sentencia en el
caso “Mendoza y otros contra Argentina”, sometido a la jurisdicción de la Corte por
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos el 17 de junio de 2011.
Los hechos del caso se refieren a la imposición de penas de privación
perpetua de la libertad a César Alberto Mendoza, Claudio David Núñez, Lucas Matías
Mendoza, Saúl Roldán y Ricardo David Videla Fernández por hechos que ocurrieron
cuando aún eran menores de edad, así como a la falta de adecuada atención médica a
Lucas Matías Mendoza durante el cumplimiento de su condena; a la tortura sufrida
por Lucas Matías Mendoza y Claudio David Núñez, y a la falta de investigación de
este hecho y de la muerte de Ricardo Videla mientras se encontraba bajo custodia
estatal.
En la Sentencia, la Corte admitió parcialmente una de las cinco excepciones
preliminares presentadas por Argentina pues dentro del trámite de otro caso ante la
Comisión Interamericana el Estado había reconocido su responsabilidad por las
condiciones de detención en las que se encontraba Ricardo Videla y por su muerte
bajo custodia estatal. Por tanto, la Corte no se pronunció respecto de estos hechos.
No obstante, la Corte Interamericana estableció la responsabilidad
internacional de Argentina por la violación de los derechos a la integridad y libertad
personales de César Alberto Mendoza, Lucas Matías Mendoza, Saúl Roldán, Ricardo
Videla y Claudio David Núñez, por la imposición de penas de privación perpetua de la
libertad sobre éstos por la comisión de delitos cuando aún eran menores de edad.
El Tribunal consideró que dichas penas, por su propia naturaleza, no cumplen
con la finalidad de la reintegración social de los niños, ya que implican la máxima
exclusión del niño de la sociedad, de tal manera que operan en un sentido meramente
retributivo, pues las expectativas de resocialización se anulan a su grado mayor.
Además, por su desproporcionalidad, la imposición de dichas penas constituyó un
trato cruel e inhumano para los jóvenes mencionados, y además violó el derecho a la
integridad personal de sus familiares.
Adicionalmente, la Corte estableció que el recurso de casación previsto en los
códigos procesales penales de la Nación y de la provincia de Mendoza no garantizó
una revisión íntegra de las sentencias condenatorias de las personas mencionadas.
Sin perjuicio de ello, reconoció la importancia del “fallo casal” dictado por la Corte
Suprema de Justicia de la Nación con posterioridad a los hechos de este caso, el cual
abandonó la limitación del recurso de casación a las “cuestiones de derecho”,
permitiéndose de esta manera la revisión de cuestiones de hecho y prueba en
sentencias condenatorias.
Por otro lado, el Tribunal declaró al Estado responsable por la violación del
derecho a la integridad personal de Lucas Matías Mendoza y Claudio David Núñez,
por la falta de atención médica adecuada al primero, y por las torturas infligidas a
ambos por parte de personal penitenciario.
Además, la Corte declaró la responsabilidad de Argentina por la violación de
los derechos a la protección y las garantías judiciales consagrados en la Convención
Americana, por la falta de una adecuada investigación de la muerte de Ricardo
Videla, así como de las torturas mencionadas. El Tribunal también señaló que la falta
de investigación de los hechos de tortura constituyó un incumplimiento de las
obligaciones de prevención y sanción establecidas en la Convención Interamericana
para Prevenir y Sancionar la Tortura.
La Corte también declaró que Argentina incumplió su obligación de adoptar
disposiciones de derecho interno, ya que el ordenamiento legal argentino permite la
posibilidad de imponer a niños, sanciones penales previstas para adultos, así como

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por las limitaciones al recurso de casación existentes, las cuales derivan de las
normas de los códigos procesales penales aplicados en el caso.
Por último, la Corte consideró que su sentencia constituye per se una forma de
reparación, y además ordenó al Estado, como medidas de reparación, entre otras:
(i) brindar gratuitamente el tratamiento médico y psicológico o psiquiátrico
necesario;
(ii) asegurar a las víctimas las opciones educativas o de capacitación formales
que ellos deseen, incluyendo educación universitaria, a través del sistema
penitenciario o, en caso de que se encuentren en libertad, a través de sus
instituciones públicas;
(iii) ajustar su marco legal a los estándares internacionales señalados en la
sentencia en materia de justicia penal juvenil y diseñar e implementar políticas
públicas para la prevención de la delincuencia juvenil a través de programas y
servicios eficaces que favorezcan el desarrollo integral de los niños, niñas y
adolescentes;
(iv) asegurar que no se vuelva a imponer la prisión o reclusión perpetuas a
quienes hayan cometido delitos siendo menores de edad, y garantizar que las
personas que actualmente se encuentren cumpliendo dichas penas por delitos
cometidos siendo menores de edad puedan obtener una revisión de las mismas;
(v) adecuar su ordenamiento jurídico interno a fin de garantizar el derecho de
recurrir del fallo ante un juez o tribunal superior;
(vi) implementar, en un plazo razonable, si no existieran actualmente,
programas o cursos obligatorios sobre los principios y normas de protección de los
derechos humanos y de la niñez, incluyendo aquéllos relativos a la integridad
personal y la tortura, como parte de la formación general y continua del personal
penitenciario federal y de la Provincia de Mendoza, así como de los jueces con
competencia sobre delitos cometidos por niños, y
(vii) investigar con debida diligencia, la muerte de Ricardo Videla y la tortura
sufrida por Lucas Matías Mendoza y Claudio David Núñez.
La Corte Interamericana supervisará el cumplimiento íntegro de la sentencia y
dará por concluido el caso una vez que el Estado haya dado cabal cumplimiento a lo
dispuesto en la misma.

JUAN CARLOS BAYARRI VS. ARGENTINA El caso se refiere a la responsabilidad


internacional del Estado por la detención ilegal y arbitraria del señor Juan Carlos
Bayarri por parte de agentes policiales, así como por los maltratos sufridos durante
su prisión preventiva. (2008)
Derechos violadosConvención Americana: Artículo 1 (Obligación de respetar
los derechos.) , Artículo 25 (Protección Judicial) , Artículo 5 (Derecho a la Integridad
Personal) , Artículo 7 (Derecho a la libertad personal) , Artículo 8 (Garantías
Judiciales)
HECHOS: -Los hechos del presente caso se iniciaron el 18 de noviembre de
1991, cuando Juan Carlos Bayarri fue detenido por varios elementos de la División
Defraudaciones y Estafas de la Policía Federal Argentina mientras se encontraba
caminando. Lo introdujeron, maniatado y con los ojos vendados, en uno de los
automóviles que conducían, y lo trasladaron a un centro de detención clandestino. Se
alegó que el señor Bayarri habría participado en el secuestro de cinco personas.
- El 24 de noviembre de 1991 fue llevado ante un juez de investigaciones a fin
de rendir su declaración. El señor Juan Carlos Bayarri presentó unas hojas de papel
en las que confesaba su participación en los hechos y proporcionaba nombres de
otras personas que habrían estado involucradas. No obstante lo anterior, un mes
después Juan Carlos Bayarri negó todos los hechos en una ampliación de su
18
declaración indagatoria, indicando que la razón por la que habría declarado en tal
sentido fue por encontrarse amenazado por personal de la División Defraudaciones y
Estafas y por haber sido objeto de torturas por parte de los mismos elementos.
Transcurridos más de 15 años desde la detención del señor Bayarru, no se han
esclarecido judicialmente los hechos ni existe una resolución judicial que se haya
pronunciado sobre la responsabilidad penal de los autores.
Sentencia:La Corte declara que,
- El Estado violó el derecho a la libertad personal reconocido en el artículo 7.1,
7.2 y 7.5 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en relación con el
artículo 1.1 de la misma, en perjuicio del señor Juan Carlos Bayarri.
- El Estado violó el derecho a la integridad personal reconocido en el artículo
5.1 y 5.2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en relación con el
artículo 1.1 de la misma, en perjuicio del señor Juan Carlos Bayarri.
- El Estado violó los derechos reconocidos en los artículos 8.1, 8.2 y 8.2.g) de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, en relación con el artículo 1.1 de la
misma, en perjuicio del señor Juan Carlos Bayarri.
- El Estado violó los derechos reconocidos en los artículos 8.1 y 25.1 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, en relación con el artículo 1.1 de la
misma, en perjuicio del señor Juan Carlos Bayarri.
- El Estado incumplió su obligación de investigar con la debida diligencia la
tortura a la que fue sometido el señor Juan Carlos Bayarri, según lo estipulado en los
artículos 1, 6 y 8 de la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la
Tortura.
La Corte dispone que La Corte dispone que,
- El Estado debe pagar al señor Juan Carlos Bayarri las cantidades fijadas en
lós párrafos 141, 142, 151, 155, 159, 170 y 194 de la Sentencia de Excepción
Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, por concepto de indemnización por daño
material e inmaterial, y el reintegro de costas y gastos, dentro del plazo de un año,
contado a partir de la notificación del presente Fallo.
- El Estado debe brindar gratuitamente, de forma inmediata y por el tiempo
que sea necesario, el tratamiento médico requerido por el señor Juan Carlos Bayarri.
- El Estado debe concluir el procedimiento penal iniciado por los hechos que
generaron las violaciones del presente caso y resolverlo en los términos que la ley
prevea.
- El Estado debe publicar en el Diario Oficial y en otros dos diarios de amplia
circulación nacional, por una sola vez, los capítulos I, VII, VIII y IX de la Sentencia de
Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas, sin las notas al pie de página
correspondientes, y la parte resolutiva de la misma, en el plazo de seis meses,
contado a partir de la notificación del presente Fallo.
- El Estado debe asegurar la eliminación inmediata del nombre del señor Juan
Carlos Bayarri de todos los registros públicos con los que aparezca con antecedentes
penales.
- El Estado debe incorporar, en la medida en que no lo haya hecho, a los
miembros de las fuerzas de seguridad, de los órganos de investigación y de la
administración de justicia en las actividades de difusión y formación sobre la
prevención de la tortura y los tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.

WALTER DAVID BULACIO VS. ARGENTINA El caso se refiere a la


responsabilidad internacional del Estado por la detención arbitraria y posterior
muerte del joven Walter David Bulacio. Asimismo, la falta de investigación, dilación
indebida y sanción de los responsables de los hechos.
19
Hechos probados: En Argentina, se llevaban a cabo prácticas policiales de
detención indiscriminada, las mismas que incluían las denominadas ´razzias´, que
eran detenciones por averiguaciones de identidad y conforme a edictos
contravencionales de la policía. Así, el Memorandum 40 facultaba a los policías para
decidir si se notificaba o no al juez de menores respecto de los niños o adolescentes
detenidos.
El 19 de abril de 1991, la Policía Federal Argentina realizó una detención
colectiva, la cual comprendió al joven Walter David Bulacio, de 17 años de edad,
quien murió el 26 de abril de 1991.
Los procesos judiciales iniciados por los familiares fueron dilatados y
obstaculizados de tal manera que a la fecha no existe un pronunciamiento firme por
parte de las autoridades judiciales.
Los hechos sucedidos, así como la impunidad por la falta de resolución del caso
han ocasionado a la familia de Walter David Bulacio daños materiales e inmateriales.
Derechos demandadosArtículo 4 (Derecho a la Vida), 5 (Derecho a la
Integridad Personal), 7 (Derecho a la Libertad Personal) y 19 (Derechos del Niño), así
como los artículos 8 (Garantías Judiciales) y 25 (Protección Judicial) de la Convención
Americana, todos en relación con el artículo 1 (Obligación de Respetar los Derechos)
de la misma.
Fundamentos
Artículo 4 (Derecho a la Vida)
La Corte considera que se habría violado el derecho a la vida en perjuicio del
joven Walter Bulacio puesto que el Estado, a pesar de encontrarse en posición de
garante, no observó un apropiado ejercicio del deber de custodia.
Artículo 5 (Derecho a la Integridad Personal)Se considera que el joven Walter
Bulacio fue objeto de golpes por parte de agentes de la policía, y que fuera sometido
a malos tratos.
Artículo 7 (Derecho a la Libertad Personal)
Se considera que se violó el derecho a la libertad personal en perjuicio del
joven Walter Bulacio toda vez que fue detenido de manera ilegal y arbitraria por la
policía, dentro de un operativo de razzia, sin que mediara orden judicial; asimismo al
no habérsele informado de los derechos que le correspondían como detenido ni haber
dado aviso a sus padres y al juez de menores sobre la detención.
Artículo 19 (Derechos del Niño)
Que se considera por ´niño´ a toda persona que no ha cumplido los 18 años,
por lo que Walter David Bulacio, al tener 17 años de edad, se encuentra comprendido
en el campo de protección de dicho derecho. Así, cuando se trata de la protección de
los derechos de los niños, rige el principio de interés superior del niño, que implica,
entre otras cosas, que es indispensable separar a los niños de los detenidos adultos,
que las personas encargadas de los centros de detención de niños infractores o
procesados estén suficientemente capacitadas para su desempeño.
Asimismo, la Corte sostiene que el derecho de establecer comunicación con
terceros, para la asistencia o defensa, cobra especial significado y se corresponde
con la obligación del propio Estado de comunicar inmediatamente la detención de el
menor, aún cuando este no lo haya solicitado.
Además, que en relación a los menores, el Estado se encuentra en condición de
garante, lo que implica que se encuentra obligado a prevenir situaciones que puedan
conducir por acción u omisión a la afectación del niño. Delimitado el derecho, la
Corte considera que el Estado contravino los derechos del niño por cuanto el
Memorando 40 facultaba a los policías para decidir si se notificaba o no al juez de
menores respecto de los niños detenidos. Considera que siendo que el joven Walter
Bulacios fue detenido en buen estado de salud y posteriormente murió, recae en el
20
Estado la obligación de proveer una explicación satisfactoria y convincente de los
sucedido y desvirtuar las alegaciones sobre su responsabilidad.
Artículos 8 (Garantías Judiciales) y 25 (Protección Judicial)La Corte consideró
que existe una vulneración al derecho a la protección judicial y a las garantías
judiciales siempre que no se habría informado inmediatamente al juez de menores la
detención del joven Walter Bulacio. Asimismo el Estado violó dichos derechos en
perjuicio de la familia del joven Walter Bulacio, al no haberles provisto de un recurso
judicial efectivo para esclarecer las causas de la detención y muerte del joven,
sancionar a los responsables y reparar el daño. En efecto, al ser que la defensa del
imputado en el juicio promovió una extensa gama de articulaciones y recursos los
cuales habrían impedido que el proceso pudiera avanzar hasta su culminación
natural, lo que dio lugar a que se opusiera la prescripción penal. Que en tanto aquella
forma de ejercer los medios otorgados por la ley fuera tolerada por el órgano
jurisdiccional, éste habría olvidado su función de asegurar, en tiempo razonable, el
derecho de la víctima o sus familiares a saber la verdad de lo sucedido y que se
sancione a los responsables.
De esta manera, la Corte establece que el derecho a la tutela judicial efectiva
exige a los jueces que dirijan el proceso de modo de evitar que dilaciones y
entorpecimientos indebidos, conduzcan a la impunidad, frustrando la debida
protección de los derechos humanos.
Puntos ResolutivosSe decide admitir el reconocimiento de responsabilidad
internacional efectuado por el Estado, y declara la violación de los derechos a la vida,
a la integridad personal, a la libertad personal, a los derechos del niño, a las
garantías judiciales y a la protección judicial.
Reparaciones
1. El Estado debe proseguir y concluir la investigación de los hechos del
presente caso, y sancionar a los responsables de los mismos. De igual modo, el
Estado deberá divulgar los resultados de las investigaciones.

2. El Estado debe garantizar que no se repitan los hechos como los del
presente caso, por lo que deberá adoptar las medidas legislativas y de cualquier otra
índole que sean necesarias para adecuar el ordenamiento a las normas
internacionales de derechos humanos.
3. El Estado debe publicar en el Diario Oficial, por una sola vez, la parte
referida al Reconocimiento de Responsabilidad Internacional y Solución Amistosa, así
como la parte resolutiva de esta Sentencia.
4. El Estado deberá pagar un monto por concepto de indemnizaciones por daño
material e inmaterial, así como el reintegro de costas y gastos dentro del plazo de
seis meses contado a partir de la notificación de la sentencia.

UNIDAD 4:
COMUNIDAD MAYAGNA (SUMO) AWASTINGNI VS. NICARAGUA
El caso se refiere a la responsabilidad internacional del Estado por la falta de
delimitación del territorio de la comunidad MayagnaAwasTigni, así como a la
ineficacia de los recursos interpuestos. – DERECHO A LA TIERRA Y DERECHO DE
PARTICIPACIÓN
Es el primer fallo de la CIDH a favor del derecho indígena colectivo al
territorio y a los recursos naturales, conforme a su propio derecho consuetudinario y
prácticas tradicionales; e independientemente de que cuenten o no con un título
formal de propiedad reconocido por el estado.
En 1995 la Comunidad AwasTingni sufrió la invasión de su territorio por una
concesión maderera otorgada por el Estado de Nicaragua, sin haberse realizado
21
procesos de consulta ni consentimiento previo. La comunidad agotó las instancias
jurídicas nacionales sin recibir respuesta, y en 1996 presentó su caso a la CIDH, la
cual concluyó que:
“… al otorgar una concesión para aprovechamiento forestal dentro de la tierra
tradicional de la Comunidad sin consultar su opinión, el Estado violó una
combinación de artículos consagrados en la Convención Americana de Derechos
Humanos: Derecho a la Vida, a la Protección de la Honra y de la Dignidad; a la
Libertad de Conciencia y de Religión; a la Libertad de Asociación; a la Protección a la
Familia; a la Circulación y Residencia; y Derechos Políticos”
En el año 2001, la CIDH falló a favor de la comunidad, estableciendo que:
El Estado de Nicaragua debía demarcar y titular los territorios indígenas de
esta comunidad, y todas las tierras comunales indígenas del país, con la participación
de la Comunidad, conforme a su derecho consuetudinario, y en un plazo de tiempo.
Se prohibieron las explotaciones en ese territorio, tanto del propio Estado
como de terceros.
Este caso generó el primer pronunciamiento de la CIDH a favor del derecho
indígena colectivo al territorio y a los recursos naturales, conforme a su propio
derecho consuetudinario y prácticas tradicionales; e independientemente de que
cuenten o no con un título formal de propiedad reconocido por el estado.

ASOCIACIÓN COMUNITARIA DE NUEVA POMPEYA, Y OTROS C/ PROVINCIA


DEL CHACO Y/OTROS (2006)
Declara inconstitucional la reforma la ley de bosques , que permitia la tala del
bosque sin limites partiendo de la violacion del deber de consulta a las comunidades
indigenas y laviolacion de las obligaciones ambientales de parte del estado chaqueño
y por todos los efectos que ello causa...obligando a realizar una evaluacion del daño
sufrido por el monte chqueño y a una evaluacion de impacto ambiental y social de
persistirse en tales acciones...
En un fallo impresionante, por lo claro, contundente y justo , la titular del
juzgado civil y comercial nº 6, de la pcia del chaco la Dra.iride Isabel ma. Grillo, en
un fallo de 116 carilllas ha hecho lugar a una acción de amparo colectivointerpuesta
por comunidades indígenas en defensa de sus territorios. Con la asistencia jurídica
de la asesoría jurídica de endepa,representados por el Dr. Julio Cesar García las
comunidades indígenas interpusieron la acción caratulada: “asociación comunitaria
de nueva Pompeya, asociación comunitaria de comandancia frias y asociación
comunitaria de nueva población c/ provincia del chaco y/o subsecretaria de recursos
naturales medio ambiente de la provincia del chaco, instituto de colonización del
chaco y/o qrr s/ accion de amparo colectivo e intereses difusos” expte. nº 1754/03,…
“… FALLO: I) HACIENDO LUGAR a la Acción iniciada por la ASOCIACION
COMUNITARIA DE NUEVA POMPEYA, ASOCIACION COMUNITARIA DE
COMANDANCIA FRIAS Y ASOCIACION COMUNITARIA DE NUEVA POBLACION
declarando la inconstitucionalidad de la Ley Nro. 5285/03 ( Reforma a la ley de
Bosques) y sus decretos reglamentarios y haciendo saber a las autoridades
provinciales que cualquier normativa que se dicte en su reemplazo deberá ajustarse a
las prescripciones constitucionales en punto a la participación de los pueblos
indígenas afectados, y de los distintos sectores y agentes sociales involucrados.
Ordenando a la PROVINCIA DEL CHACO, a través de sus órganos pertinentes,
de conformidad a la distribución constitucional y legal de organización y ejercicio del
poder publico el cumplimiento de lo prescripto por el art. 38 de la Constitución
Provincial, debiendo adoptarse los recaudos tendientes a ello.
Disponiendo asimismo la urgente e inmediata realización de una evaluación de
los Impactos ya ocasionados por la destrucción de los Montes Chaqueños y acerca del
22
Impacto Ambiental y Social en relación a las actividades futuras de continuarse el
mismo ritmo de afectación del bosque y suelos. Debiendo arbitrarse para asegurar la
participación con pluralidad de factores e intereses conforme lo establece la
Constitución Provincial a los fines de diseñar, desarrollar y proponer la ejecución de
un Plan de Preservación, Recomposición y Sustentabilidad del Bosque Nativo de la
Provincia del Chaco, lo que deberá ser informado al tribunal, como garantía del
cumplimiento del fallo, en el plazo de diez días de notificada la presente…}

CASO COMUNIDAD INDÍGENA YAKYE AXA VS. PARAGUAY D


Foro: Corte Interamericana de Derechos Humanos
Naturaleza del caso: Denuncia por omisión estatal en reconocer la propiedad
sobre territorio ancestral a comunidades indígenas. Protección del territorio a través
del derecho a la propiedad privada. Violación del derecho a la vida por privación de
medios de subsistencia tradicionales. Obligación estatal de adoptar medidas positivas
para satisfacer el estándar de una vida digna. Trato prioritario a grupos vulnerables.
Resumen: La Comunidad Yakye Axa, comunidad indígena paraguaya
perteneciente al pueblo Lengua Enxet Sur, denunció al Paraguay ante la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por la omisión estatal de reconocerle
la propiedad sobre su territorio ancestral. Ante la imposibilidad de ser resuelto en el
ámbito de la Comisión, ésta remitió la denuncia a la Corte Interamericana de
Derechos Humanos. La Corte consideró que Paraguay no adoptó las medidas
adecuadas de derecho interno necesarias para garantizar a la comunidad el uso y
goce efectivo de sus tierras tradicionales y con ello amenazó el libre desarrollo y
transmisión de su cultura y prácticas tradicionales. Así, la Corte resolvió que
Paraguay violó los derechos a la propiedad y a la protección judicial, así como el
derecho a la vida ya que privó a la comunidad de acceder a sus medios de
subsistencia tradicionales. Además, entendió que el Estado no adoptó las medidas
positivas necesarias para asegurarles durante el período que permanecieron sin
territorio, las condiciones de vida compatibles con su dignidad. Durante su estadía al
costado de una ruta frente a las tierras que reclaman, la comunidad careció de
acceso adecuado a alimentos, servicios de salud y educación. Dieciséis personas
fallecieron a causa de las condiciones de vida referidas. La Corte consideró que el
Estado tiene el deber de adoptar medidas positivas orientadas a la satisfacción de
una vida digna, en especial cuando se trata de personas en situación de
vulnerabilidad y riesgo cuya atención se vuelve prioritaria. La Corte ordenó al Estado
demarcar el territorio tradicional, entregárselos de manera gratuita y proveerles los
bienes y servicios básicos para su subsistencia hasta tanto les restituyan sus
territorios.
Ejecución de la decisión y los resultados: La Corte Interamericana
determinó que supervisará el cumplimiento de la sentencia y ordenó al Estado rendir
un informe sobre las medidas adoptadas para darle cumplimiento dentro del plazo de
un año desde la notificación de la sentencia.
Grupos relacionados en el caso: Demandantes: Tierra Viva a los Pueblos
Indígenas del Chaco (http://www.tierraviva.org.py) y el Centro por la Justicia y el
Derecho Internacional (CEJIL) (http://www.cejil.org) en representación de la
Comunidad Yakye Axa.
Significado del caso: La Corte Interamericana ha reafirmado su
interpretación amplia del derecho a la vida tomando en consideración las normas
sobre salud, educación y alimentación previstas en el Protocolo de San Salvador. En
su interpretación también tomó en cuenta Observaciones Generales del Comité de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales, órgano de supervisión del Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
23
UNIDAD 5:
FALLO GRANDE CONTRA ARGENTINA
El 4 de mayo de 2010 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
(CIDH) presentó una demanda contra la República Argentina, en la que alegó que el
Estado sometió al señor Jorge Fernando Grande “a un procedimiento penal marcado
por irregularidades y demora indebida, el cual estuvo basado en prueba que luego
fue declarada nula, y por no haberle brindado a la víctima un recurso adecuado para
repararlo [a través del proceso contencioso administrativo] por los daños y perjuicios
ocurridos durante el mencionado proceso penal”. La Comisión solicitó a la Corte que
estableciera la responsabilidad internacional del Estado porque habría violado los
artículos 8.1 y 25 de la ConvenciónAmericana sobre Derechos Humanos (párrs. 1-3).
El 27 de agosto de 2010 el señor Pedro Patiño-Mayer y Alurralde, en
representación de la presunta víctima, presentó su escrito de solicitudes, argumentos
y pruebas. Al igual que la CIDH, solicitó a la Corte que declarara la responsabilidad
del Estado por la supuesta violación de los artículos 8 y 25 de la Convención
Americana, en relación con el artículo 1.1 del mismo instrumento. Además solicitó
que se declarara la violación del artículo XXV de la Declaración Americana de
losDerechos y Deberes del Hombre (párr. 4).
El 18 de noviembre de 2010 el Estado presentó su escrito de excepciones
preliminares, contestación a la demanda y observaciones al escrito de solicitudes,
argumentos y pruebas. Las tres excepciones interpuestas por el Estado fueron: 1)
incompetencia rationetemporis de la Corte para conocer los hechos anteriores al 5 de
septiembre de 1984; 2) violación del derecho de defensa del Estado argentino
durante la sustanciación del caso ante la CIDH, y 3) no agotamiento de los recursos
de la jurisdicción interna. Además, el Estado consideró que “el proceso penal seguido
contra el señor Grande se desarrolló en un plazo razonable, conforme con el artículo
8.1 de la Convención”, y que la presunta víctima “gozó de un recurso efectivo para
defender sus derechos, conforme el artículo 25.1 de la Convención” (
Hechos: Proceso penal
Hechos ocurridos antes de que Argentina reconociera la competencia contenciosa de
la Corte (5 de septiembre de 1984):- El 28 de julio de 1980 la División de Bancos de
la Policía Federal Argentina tomó conocimiento, por información brindada por el
señor Grande, que en la Cooperativa de Crédito Caja Murillo, en donde laboraba
como Jefe de Créditos, se estaban otorgando créditos sin las garantías necesarias.
Ese mismo día la Policía Federal allanó la sede de la Cooperativa y “secuestró”
carpetas y otros documentos relacionados. El 29 de julio de 1980 se dio intervención
al titular del Juzgado Nacional de 1ª Instancia en lo Criminal y Correccional Federal
No. 1 y el señor Grande fue detenido. El 12 de agosto de 1980 el Juzgado consideró
que las irregularidades que se desprendían de la documentación secuestrada por la
Policía Federal debían clasificarse como una subversión económica. Ese mismo día se
decretó la prisión preventiva del señor Grande, se le impuso el embargo de sus
bienes, pero fue excarcelado bajo caución juratoria. El señor Grande estuvo privado
de libertad del 29 de julio al 12 de agosto de 1980 (14 días). El 15 de agosto de 1983
el Procurador Fiscal Federal acusó a la presunta víctima como autor responsable del
delito doloso previsto en el artículo 8 de la Ley No. 20840 con el agravante
establecido en el artículo 6.b) (párrs. 15-21).
Hechos ocurridos después del reconocimiento de la competencia contenciosa de la
Corte: El 2 de septiembre de 1986 el señor Grande contestó la acusación fiscal, tres
años después de corrida la vista. El 24 de mayo de 1988 la Sala Segunda de
Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal decretó la nulidad de los
allanamientos a la Cooperativa y de todos los actos que fueran consecuencia de éstos,
24
al considerar que los hechos se realizaron sin una autorización judicial. El 24 de
enero de 1989, con base en la nulidad decretada, el Juez Federal ordenó “sobreseer
definitivamente” a los imputados, entre ellos, al señor Grande, “respecto de los
hechos por los cuales se les indagó” y se les declaró extinguida por prescripción la
acción penal (párrs. 22-28).
Proceso contencioso administrativo: El señor Grande presentó en la jurisdicción
contenciosa administrativa una demanda de daños y perjuicios en contra de
Argentina, por la presunta responsabilidad del Estado por el mal funcionamiento de
la administración de justicia. El 14 de abril de 1992 el Juez de Primera Instancia en lo
Contencioso Administrativo Federal emitió su sentencia, en la que resolvió hacer a
lugar la demanda. En contra de este pronunciamiento, tanto los representantes del
actor así como los del Estado, apelaron ante la Cámara Nacional de Apelaciones en lo
Contencioso Administrativo Federal. El 6 de abril de 1993 la Sala Segunda de la
mencionada Cámara Nacional de Apelaciones revocó el fallo recurrido y rechazó la
demanda. El señor Grande presentó contra dicha sentencia un recurso extraordinario
federal ante la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal, por la causal de
arbitrariedad. El 10 de junio de 1993 se resolvió el recurso extraordinario federal,
denegándolo y confirmando la sentencia recurrida. Finalmente, la presunta víctima
presentó una queja por la denegación del recurso extraordinario, y el 12 de abril de
1994 la Corte Suprema de Justicia resolvió denegarla (párrs. 29-31).
Decisión
Al haberse aceptado dos de las excepciones preliminares interpuestas por el
Estado, y al no haberse decretado la violación de ningún derecho humano, la Corte,
por unanimidad, resolvió “archivar el expediente”.

EDUARDOKIMEL VS. ARGENTINA: El caso se refiere a la responsabilidad


internacional del Estado por la condena a Eduardo Kimel por el delito de calumnia
debido a la publicación de un libro.
Los hechos del presente caso se iniciaron en noviembre de 1989 con la
publicación de un libro titulado “La masacre de San Patricio”. Este libro analizaba el
asesinato de cinco religiosos pertenecientes a la orden palotina, ocurrido en
Argentina el 4 de julio de 1976, durante la última dictadura militar. Asimismo, se
criticaba la actuación de las autoridades encargadas de la investigación de los
homicidios, entre ellas la de un juez en particular.
- El autor del libro es Eduardo Kimel, el cual se desempeñaba como periodista,
escritor e investigador histórico. En octubre de 1991, el juez mencionado por el
señor Kimel en su libro entabló una acción penal en contra de él por el delito de
calumnia. Luego de concluido el proceso penal seguido en su contra, se resolvió que
el señor Kimel fuese condenado a un año de prisión y al pago de una multa de veinte
mil pesos por el delito de calumnia.
Derechos Violados CADH: Artículo 1 (Obligación de respetar los derechos.) ,
Artículo 13 (Libertad de pensamiento y expresión) , Artículo 2 (Deber de adoptar
disposiciones de derecho interno) , Artículo 25 (Protección Judicial) , Artículo 8
(Garantías Judiciales)}
La Corte declara que,
- Acepta el reconocimiento de responsabilidad internacional efectuado por el Estado y
manifiesta que existió violación del derecho a la libertad de expresión, consagrado en
el artículo 13.1 y 13.2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en
relación con las obligaciones generales establecidas en los artículos 1.1 y 2 de dicho
tratado, en perjuicio del señor Eduardo Kimel.
- Acepta el reconocimiento de responsabilidad internacional efectuado por el Estado y
manifiesta que existió violación al derecho a ser oído dentro de un plazo razonable,
25
consagrado en el artículo 8.1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos,
en relación con la obligación general establecida en el artículo 1.1 de dicho tratado,
en perjuicio del señor Eduardo Kimel.
- El Estado violó el principio de legalidad consagrado en el artículo 9 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, en relación con los artículos 1.1 y 2
de la misma, en perjuicio del señor Eduardo Kimel.
- Acepta el retiro de alegaciones de los representantes relativas al derecho a ser oído
por un juez imparcial, contemplado en el artículo 8.1, al derecho a recurrir del fallo
ante juez o tribunal superior, consagrado en el artículo 8.2.h), y al derecho a la
protección judicial, estipulado en el artículo 25 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos.
La Corte decide que,
- La Sentencia de Fondo, Reparaciones y Costas constituye per se una forma de
reparación.
- El Estado debe realizar los pagos de las cantidades establecidas en la Sentencia de
Fondo, Reparaciones y Costas por concepto de daño material, inmaterial y reintegro
de costas y gastos dentro del plazo de un año a partir de la notificación de la presente
Sentencia.
- El Estado debe dejar sin efecto la condena penal impuesta al señor Kimel y todas las
consecuencias que de ella se deriven, en el plazo de seis meses a partir de la
notificación de la Sentencia de Fondo, Reparaciones y Costas. 
- El Estado debe eliminar inmediatamente el nombre del señor Kimel de los registros
públicos en los que aparezca con antecedentes penales relacionados con el presente
caso. 
- El Estado debe realizar las publicaciones señaladas en el párrafo 125 de Sentencia
de Fondo, Reparaciones y Costas, en el plazo de seis meses a partir de la notificación
de la misma.
- El Estado debe realizar un acto público de reconocimiento de su responsabilidad,
dentro del plazo de seis meses a partir de la notificación de la Sentencia de Fondo,
Reparaciones y Costas. 
- El Estado debe adecuar en un plazo razonable su derecho interno a la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, de tal forma que las imprecisiones reconocidas
por el Estado se corrijan para satisfacer los requerimientos de seguridad jurídica y,
consecuentemente, no afecten el ejercicio del derecho a la libertad de expresión.
- Supervisará la ejecución íntegra de la Sentencia de Fondo, Reparaciones y Costas, y
dará por concluido el presente caso una vez que el Estado haya dado cabal
cumplimiento a lo dispuesto en la misma. Dentro del plazo de un año, contado a
partir de la notificación de la Sentencia de Fondo, Reparaciones y Costas, el Estado
deberá rendir a la Corte un informe sobre las medidas adoptadas para darle
cumplimiento.

UNIDAD 6:
CASO MIGNONE
La primera de estas presentaciones fue la de Emilio Mignone en la denominada
causa ESMA .Mignone solicitaba conocer el destino de su hija Mónica, detenida por
las Fuerzas Armadas el 14 de mayo de 1976 y desaparecida desde entonces. El caso
se había investigado originariamente en esta causa, debido a que existen indicios
fuertes que permiten afirmar que Mónica estuvo detenida en ese centro clandestino.
Sin embargo, la investigación había quedado trunca por la ley de obediencia debida.
Las diligencias solicitadas en esta causa procuraban demostrar la organización
26
burocrática del terrorismo de Estado y los argumentos jurídicos buscaban consolidar
la protección judicial del derecho a la verdad.
La Cámara accedió a la petición y dispuso una serie de medidas destinadas a
obtener información de las Fuerzas Armadas a partir de la remisión del material
existente y de la reconstrucción de los registros que permitieran esclarecer el destino
de las personas que estuvieron detenidas en el ámbito de la ESMA, en especial la
identidad y paradero de los niños nacidos en cautiverio.
La respuesta del tribunal reflejó ajustadamente los objetivos de la
presentación. En primer lugar, por la trascendencia de órdenes impartidas por el
Poder Judicial al jefe del Estado Mayor de la Armada para que suministrara
información vinculada con los procedimientos de esa fuerza durante la dictadura y
con el destino de los desaparecidos de la ESMA. En segundo término, porque la
admisión del pedido y las instrucciones impartidas significaban el expreso
reconocimiento de los derechos vulnerados.
La actuación judicial significaba el reconocimiento de que los familiares podían
exigir que se les brindara la información y que el Estado debía asegurarse de cumplir
con su obligación de investigar e informar. A partir de la incorporación del Poder
Judicial al debate sobre el derecho a la verdad, éste adquirió alcance nacional.
La Cámara debió reiterar el pedido ante el silencio de la Armada. En ese
momento del proceso las organizaciones internacionales Human
RightsWatch/Americas y CEJIL presentaron un amicicuriae sobre derecho
internacional de los derechos humanos y sobre la obligación del Estado argentino de
investigar e informar acerca del destino de los desaparecidos. El tribunal aceptó el
amicus en una decisión trascendental, que preparó el camino para la actual
generalización del instituto .
Ante la presión, la Armada finalmente respondió que no contaba con
información sobre el destino de las personas detenidas-desaparecidas ni existía modo
de reconstruir esos archivos. Agregó además un dictamen supuestamente realizado
por un asesor legal de ese cuerpo en el que se afirmaba que la justicia no tenía
jurisdicción ni competencia para solicitar esa información y que Fuerzas Armadas
sólo tenían obligación de informar al Presidente de la Nación o, en su caso, a algún
organismo dependiente de aquel.
El 18 de julio la Cámara adoptó una confusa resolución que significó la virtual
clausura de la investigación que se había reactivado. Sin embargo, el CELS realizó
posteriormente nuevas presentaciones solicitando distintas medidas de prueba que
fueron admitidas por el tribunal.

CASO LAPACÓ -(Suarez Mason,)


Los importantes resultados que se habían logrado en un principio en la causa
Mignone impulsaron al CELS a patrocinar a Carmen Lapacó en una presentación
análoga ante la misma Cámara Federal en la causa N° 450, en la que se habían
investigado hechos ocurridos en jurisdicción del I Cuerpo de Ejército.
En una decisión similar a la primera que había adoptado en Mignone, la
Cámara reconoció el derecho a la verdad. Pero avanzó aún más y sostuvo que era
incuestionable, desde el punto de vista de la finalidad perseguida por el
procedimiento penal, la obligación del Estado de reconstruir el pasado a través de
medios legales que permitan descubrir la realidad de lo sucedido y así dar una
respuesta a los familiares y a la sociedad. Además afirmó que le correspondía ejercer
su poder jurisdiccional para cumplir con esa finalidad, y que las leyes de obediencia
debida y punto final y los decretos de indulto, que beneficiaron a los miembros de las
Fuerzas Armadas, si bien habían cercenado las posibilidades de juzgamiento, no
implicaron la culminación del proceso. La decisión contaba con una vasta
27
fundamentación sobre los estándares de derecho internacional de los derechos
humanos aplicados al caso.
El secretario general del Ejército respondió a la justicia que no obraban
antecedentes relacionados con los pedidos de información que se habían formulado.
Con base en el contenido de esta respuesta, el 16 de agosto de 1995 la Cámara
emitió una nueva resolución en la que detuvo los avances que había impulsado hasta
ese momento. Lapacó formuló un nuevo pedido detallado de distintas medidas de
prueba que también fue rechazado, decisión que habilitó la presentación de un
recurso extraordinario ante la Corte Suprema.
El 13 de agosto de 1998, la Corte declaró, por cinco votos contra cuatro, la
improcedencia del recurso extraordinario . El tribunal tardó dos años en resolver en
catorce renglones que las víctimas de la dictadura militar no tenían derecho a
conocer la verdad.
Vistos los autos:
"Suárez Mason, Carlos Guillermo s/ homicidio, privación ilegal de la libertad, etc."
Considerando:
Que contra la resolución de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal
y Correccional Federal que decidió -por mayoría- tener presente la respuesta del
Estado Mayor del Ejercito en lo referente al destino de las personas desaparecidas en
jurisdicción dependiente del Primer Cuerpo de Ejercito entre los años 1976 y 1983 y
resolvió, asimismo, que los autos sigan según su estado, lo que implicó la denegación
de diversas medidas de prueba solicitadas por la Sra. Carmen Aguiar de Lapacó -
madre de una de las desaparecidas - ésta dedujo recurso extraordinario, que fue
concedido.
Que dado que las diligencias de investigación tienen por finalidad comprobar
la existencia de un hecho punible y descubrir a los autores (art. 178 del Código de
Procedimientos en lo Criminal), no resulta admisible su realización en el estado
actual de la presente causa, al haberse agotado su objeto procesal. La realización de
las medidas requeridas implicaría la reapertura del proceso y el consecuente
ejercicio de actividad jurisdiccional contra quienes han sido sobreseídos
definitivamente por las conductas que dieron lugar a la formación de la presente
causa, por lo que no se advierte el objeto del solicitado diligenciamiento, dado que
carecería de toda virtualidad la acumulación de prueba de cargo sin un sujeto pasivo
contra el cual pudiera hacerse valer.
Por ello se declara improcedente el recurso extraordinario concedido a fs.
19/21.
El fallo provocó la movilización de los familiares de víctimas para insistir en el
reclamo de verdad y se intentaron nuevas vías para reclamar tal derecho. Entre otras
alternativas, se presentaron habeas corpus, denuncias ante fiscales del fuero penal, y
se enviaron numerosos pedidos a España para lograr en ese país la respuesta que no
encontraban en Argentina. Al mismo tiempo, comenzaron a desarrollarse juicios por
la verdad en diversas jurisdicciones del país ignorando el precedente de la Corte
Suprema.
Otros familiares optaron por presentar una acción de habeas data , que
presentaba ciertas dificultades debido a que aún no existía una ley que reglamentara
el ejercicio de este derecho constitucional. Facundo Urteaga optó por esta vía y
reclamó a la justicia la averiguación de lo ocurrido con su hermano mediante un
pedido de informes a las distintas reparticiones nacionales, provinciales y de las
Fuerzas Armadas. Según informaron los medios de prensa en aquella época, Benito
Jorge Arteaga había fallecido en 1976, en un enfrentamiento con las fuerzas de
seguridad, pero su cuerpo nunca fue entregado a sus familiares.

28
El 15 de octubre de 1998, dos meses después del fallo Lapacó, la Corte
Suprema suavizó su postura en el caso Urteaga y dejó sentada la posibilidad de
recurrir a la justicia, por medio del habeas data, para recabar información acerca de
los hechos ocurridos durante la última dictadura. Sin embargo, esta vía de reclamo
presentaba serias limitaciones para estos casos. El principal obstáculo era la
imposibilidad de solicitar cualquier tipo de medidas probatorias puesto que esta
acción está dirigida sólo a lo que la Corte denomina “información objetiva”, es decir,
aquellos datos que obren en registros o bancos de datos públicos, o los privados
destinados a proveer informes. En razón de lo expuesto, no parecía posible, por
medio de esta acción, solicitar la declaración testimonial de personas que hubieran
participado de los hechos o que tuvieran conocimiento de ellos por cualquier otra
circunstancia, o requerir cualquier otro medio probatorio. Ello porque la acción de
habeas data no representa la apertura de un proceso amplio de debate como el que sí
se planteaba a través de las procedimientos sui generis intentados ante la justicia
penal.
Si bien el fallo dictado en la causa Urteaga, fue unánime, seis de los nueve
jueces de la Corte emitieron su voto por separado. De acuerdo con estas distintas
interpretaciones elaboradas por los ministros, se reconoce un derecho de los
familiares de las víctimas de la dictadura a recabar información del Estado acerca de
lo ocurrido a sus seres queridos.
Esta resolución, más favorable que la emitida en el caso Lapacó, no obstó a que
en octubre de ese año, Lapacó presentara —con el patrocinio de todos los organismos
de derechos humanos— una denuncia ante la Comisión Interamericana por la
violación al derecho a la verdad .
En esta instancia se logró un acuerdo de solución amistosa a partir del cual el Estado
asumió una serie de compromisos con respecto al derecho a la verdad:
1) “Derecho a la verdad: El Gobierno argentino acepta y garantiza el derecho a
la verdad que consiste en el agotamiento de todos los medios para alcanzar el
esclarecimiento acerca de lo sucedido con las personas desaparecidas. Es una
obligación de medios, no de resultados, que se mantiene en tanto no se alcancen los
resultados, en forma imprescriptible.
2) Competencia exclusiva a las cámaras federales: El gobierno argentino
gestionará la normativa para que las Cámaras Nacionales en lo Criminal y
Correccional Federal de todo el país tengan competencia exclusiva en todos los casos
de averiguación de la verdad sobre el destino de las personas desaparecidas con la
única excepción de las causas por secuestro de menores y sustracción de identidad
que continuarán según su estado .
3) Fiscales especiales coadyuvantes: El gobierno argentino gestionará ante el
Ministerio Público Fiscal para que destine un cuerpo de fiscales ad hoc —por lo
menos dos— para que actúen en forma coadyuvante sin desplazar a los naturales, en
todas las causas de averiguación de la verdad y destino de las personas
desaparecidas, a fin de que se alcance una especialización en la búsqueda e
interpretación de datos y una mejor centralización y circulación de información.
4) La actora congela su acción internacional mientras se cumple el acuerdo”.
El acuerdo se firmó el 15 de noviembre de 1999 durante una visita de la CIDH
al país. En los años posteriores existieron numerosos intentos de paralizar las causas
por derecho a la verdad, que hasta hoy se desarrollan en todo el país, fortalecidas por
el respaldo social y el valor de los resultados obtenidos.
Además de haber impulsado numerosas investigaciones y de haber horadado el
camino para la apertura de las causas penales, estos procesos tuvieron un importante
impacto en relación con transformaciones a nivel judicial.

29
URTEAGA, FACUNDO R. C. ESTADO MAYOR CONJUNTO DE LAS FUERZAS
ARMADAS". (VER UNIDAD 2) - Habeas Data- Derecho a la Verdad

CAMPS, RAMÓN JUAN ALBERTO (1987) -Este fallo de la Corte rechaza el planteo
de inconstitucionalidad de laley de obediencia debida que se había dictado ese mismo
año.
La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal
condenó a RamónJ. A. Camps, Ovidio P. Riccheri, Miguel O. Etchecolatz, Jorge A.
Bergés, y a Norberto Cozzanicomo autores responsables del delito de tormentos.
Las defensas técnicas interpusieron recurso extraordinario invocando la
inconstitucionalidadde la ley que declaraba insanablemente nula la ley de
autoamnistía nro. 22.924(23.040) y de la ley que modificaba aspectos procesales del
Código de Justicia Militar, instrumentandola revisión por la Justicia Federal (23.049),
y la arbitrariedad del pronunciamiento en crisis
Stella M. Agritos, Norma S. Maratea y el apoderado de los particulares
damnificados, solicitaron que se declarase la inconstitucionalidad de la ley de
obediencia debida (23.521).
La Corte Suprema —por mayoría—, resolvió que correspondía confirmar la
sentencia alreiterar su criterio en torno a la constitucionalidad de la ley que
declaraba insanablementenula la autoamnistía (23.040), desestimar el recurso
extraordinario intentado respecto a la inconstitucionalidadde la ley modificatoria de
aspectos procesales del Código de Justicia Militar(23.049) y declarar constitucional la
ley de obediencia debida (23.521).
El Juez Bacqué reiteró la constitucionalidad de la ley de nulidad de la
automnistía y ladesestimación del recurso extraordinario con respecto a la
modificación del Código de Justicia
Militar, y se apartó del criterio de la mayoría al señalar que las presunciones
establecidas porla ley de obediencia debida eran contrarias al principio de la división
de poderes y que el Congresono podía dictar amnistías con respecto al delito de
torturas, por lo que resolvió declararla inconstitucionalidad de la última norma
citada.

SIMÓN, JULIO HÉCTOR Y OTROS S/ PRIVACIÓN ILEGÍTIMA DE LA


LIBERTAD,-
Una persona formuló una querella por el secuestro de su hijo, su nuera y su
nieta durante ladictadura militar, argumentando que un militar retirado y su esposa
tenían en su poder a lamenor. A raíz de ello, se decretó el procesamiento con prisión
preventiva del militarretirado por crímenes contra la humanidad. La Cámara
Nacional de Apelaciones en loCriminal y Correccional Federal confirmó el auto de
procesamiento y la decisión del juezque había declarado inválidos e
inconstitucionales algunos artículos de la las leyes deobediencia debida y punto final.
Contra esa resolución la defensa interpuso recursoextraordinario, que fue denegado
y motivó la presentación de un recurso de queja.
La Corte consideró que las leyes de obediencia debida y punto final se oponen
a laConvención Americana sobre Derechos Humanos y al Pacto Internacional de
DerechosCiviles y Políticos porque, en la medida en que obstaculizan el
esclarecimiento y la efectivasanción de actos contrarios a los derechos reconocidos
en dichos tratados internacionales,impiden el cumplimiento del deber de garantía a
que se ha comprometido el Estadoargentino. Por eso, afirmó que las leyes eran
inconstitucionales, en tanto los referidos tratados gozan de jerarquía constitucional
(art. 75, inc. 22 de la Constitución Nacional).Asimismo, declaró la validez de la ley
por la cual el Poder Legislativo había declaradoinsanablemente nulas las leyes de
30
obediencia debida y punto final, porque su sentido habíasido, justamente, el de
intentar dar cumplimiento a los tratados constitucionales en materiade derechos
humanos por medio de la eliminación de todo aquello que pudiera aparecercomo un
obstáculo para que la justicia argentina investigue debidamente los
hechosalcanzados por dichas leyes. Finalmente, resolvió declarar de ningún efecto
las leyes deobediencia debida y punto final y cualquier acto fundado en ellas que se
oponga aljuzgamiento y eventual condena de los responsables u obstaculice las
investigacionesllevadas a cabo por crímenes de lesa humanidad (voto de los jueces
Petracchi, Boggiano,Maqueda, Zaffaroni, Highton de Nolasco, Lorenzetti y argibay -
éstos últimos seis hicieronsu propio voto. El Dr. Fayt votó en disidencia. El
magistrado Belluscio se excusó y novotó).El Dr. Fayt consideró que no existía ningún
argumento basado en el derechointernacional que justificara que la Corte cambiara
el criterio establecido en el fallo“Camps” y resolviera ahora en contra de la
constitucionalidad de las leyes de obedienciadebida y punto final. Afirmó que la
aplicación retroactiva de la "Convención sobreImprescriptibilidad de los Crímenes de
Guerra y de los Crímemes de Lesa Humanidad" y lade la "Convención Interamericana
sobre Desaparición Forzada de Personas" resultabaninaplicables en el derecho
argentino porque el art. 27 de la Constitución Nacional estableceque los tratados
deben ajustarse y guardar conformidad con los principios de derechopúblico
establecidos en la Constitución, en este caso, la prohibición de aplicaciónretroactiva
de la ley penal que establece el principio de legalidad

(Leer -Recomendación de Vicente)


34) Que, sin perjuicio de lo indicado precedentemente, considerada laley
25.779 desde una perspectiva estrictamente formalista, podría sertachada de
inconstitucional, en la medida en que, al declarar lanulidad insanable de una ley,
viola la división de poderes, al usurparlas facultades del Poder Judicial, que es el
único órganoconstitucionalmente facultado para declarar nulas las leyes ocualquier
acto normativo con eficacia jurídica.
Sin embargo, corresponde atender a la propia naturaleza de lo que laley
dispone, así como a la circunstancia de que ella, necesariamente,habrá de ser
aplicada - o, en su caso, rechazada- por los propios jueces ante quienes tramitan las
investigaciones de los hechos enparticular. Desde este punto de vista, se advierte que
la supuesta"usurpación de funciones" tiene un alcance muy corto, ya que, entodo
caso, se reduce a adelantar cuál es la solución que el Congresoconsidera que
corresponde dar al caso, pero en modo alguno priva alos jueces de la decisión final
sobre el punto.
Por otro lado, de acuerdo con lo que ya se ha dicho, queda claro queel
contenido mismo de lo declarado por la ley 25.779 coincide con loque los jueces
deben declarar con relación a las leyes referidas.Diferente sería la cuestión, si la
nulidad declarada por la ley fueracontraria a derecho. Pero, en la medida en que las
leyes deben serefectivamente anuladas, declarar la inconstitucionalidad de
dichanorma para luego resolver en el caso tal como ella lo establececonstituiría un
formalismo vacío. Por lo demás, de ese modo seperdería de vista que el sentido de la
ley no es otro que el deformular una declaración del Congreso sobre el tema y que,
dehecho, la "ley" sólo es apta para producir un efecto político simbólico.Su efecto
vinculante para los jueces sólo deriva, en rigor, de que ladoctrina que ella consagra
es la correcta: la nulidad insanable de lasleyes 23.492 y 23.521.
Por ello, y lo concordemente dictaminado por el señor ProcuradorGeneral de la
Nación, se resuelve:

31
1.- Hacer lugar parcialmente a la queja y al recurso extraordinariosegún el
alcance indicado en los considerandos; declarar lainconstitucionalidad de las leyes
23.492 y 23.521, y confirmar lasresoluciones apeladas.
2.- Declarar la validez de la ley 25.779.
3.- Declarar, a todo evento, de ningún efecto las leyes 23.492 y23.521 y
cualquier acto fundado en ellas que pueda oponerse alavance de los procesos que se
instruyan, o al juzgamiento y eventualcondena de los responsables, u obstaculizar en
forma alguna lasinvestigaciones llevadas a cabo por los canales procedentes y en
elámbito de sus respectivas competencias, por crímenes de lesahumanidad cometidos
en el territorio de la Nación Argentina.

MAZZEO, JULIO LILO Y OTROS S/ REC. DE CASACIÓN E


INCONSTITUCIONALIDAD
La presente causa se siguió contra Santiago Omar Riveros por la presunta
participación endiversos delitos (homicidios, privaciones ilegales de la libertad,
torturas, apremios, lesiones,violaciones de domicilio) ocurridos “en distintas épocas”
y con la concurrencia en los hechosde varias personas que formaban parte de las
Fuerzas Armadas y de Seguridad del Estado. Mientras la investigación
judicial se llevaba a cabo, el Presidente de la República indultó,entre muchos otros, a
Riveros mediante el decreto 1002/89. La Cámara Federal de Apelacionesde San
Martín, con fecha 10 de noviembre de 1989, rechazó los planteos de
inconstitucionalidaddel referido indulto, hizo lugar a la excepción aducida por la
defensa y, con la conformidad delfiscal de Cámara, dictó el sobreseimiento definitivo
de Santiago Omar Riveros. Contra esta decisión,los particulares damnificados
interpusieron recurso extraordinario que esta Corte declarómal concedido, con fecha
11 de diciembre de 1990 (Fallos: 313:1392). De esta forma se puso fina la causa.
El 10 de noviembre de 2004, el Juzgado Federal Nº 2 de San Martín hizo lugar
a la presentaciónefectuada por la Liga Argentina por los Derechos Humanos, y
declaró la inconstitucionalidaddel decreto 1002/89, mediante el cual el Poder
Ejecutivo Nacional indultó, entreotros, a Santiago Omar Riveros, por los hechos a él
imputados en la ex causa 85 de la CámaraFederal de Apelaciones de San Martín, y
dispuso privar de efectos, dentro de las actuacionesprincipales, la totalidad de actos
y resoluciones dictadas como consecuencia del decretomencionado. Revocada
parcialmente la resolución por la Cámara Federal de Apelaciones deSan Martín, la
Sala II de la Cámara Nacional de Casación Penal se pronunció por la
inconstitucionalidaddel decreto de indulto mencionado. Contra dicho
pronunciamiento, la defensatécnica de Santiago Omar Riveros dedujo recurso
extraordinario federal en los términos delart. 14 de la ley 48.
La Corte confirmó la sentencia.
En disidencia el Juez Fayt revocó la sentencia y sostuvo que finalizado un
proceso por decisiónpasada en autoridad de cosa juzgada no era posible para nuestro
sistema constitucionalla discusión posterior en perjuicio del acusado.
La Jueza Argibay en disidencia parcial revocó la sentencia con fundamento en
que la cosa juzgadadebe prevalecer en salvaguarda del Estado de Derecho basado en
la Constitución Nacional, sinperjuicio de compartir el criterio de la mayoría respecto
al agravio relativo a la violación del juez natural.
Estándar aplicado por la Corte:
- El indulto a procesados partícipes de cometer delitos de lesa humanidad,implicaría
contravenir el deber internacional que tiene el Estado deinvestigar, y de establecer
las responsabilidades y sanción, del mismomodo que si se trata de indultos a
condenados, se contraviene el deberque tiene éste de aplicar sanciones adecuadas a
la naturaleza de talescrímenes.
32
- La consagración positiva del derecho de gentes en la Constitución Nacional(art.
118) permite considerar que existe un sistema de protección dederechos que resulta
obligatorio independientemente del consentimientoexpreso de las naciones que las
vincula y que es conocido como iuscogens.
- La interpretación de la Convención Americana sobre Derechos Humanosdebe
guiarse por la jurisprudencia de la Corte Interamericana de DerechosHumanos que
resulta una pauta insoslayable de interpretaciónpara los poderes constituidos
argentinos en el ámbito de su competenciay, en consecuencia, también para la Corte
Suprema de Justicia de la Nación,a los efectos de resguardar las obligaciones
asumidas por el Estadoargentino en el sistema interamericano de protección de los
derechoshumanos.
- Es inconstitucionalidad el decreto 1002/89 sobre la base de la
imposibilidadconstitucional de indultar a autores y partícipes de delitos delesa
humanidad, en virtud de deber de punición del Estado conforme elorden
internacional de los derechos humanos, pues dicho acto de gobiernoconlleva de modo
inescindible la renuncia a la verdad, a la investigación,a la comprobación de los
hechos, a la identificación de sus autoresy a la desarticulación de los medios y
recursos eficaces para evitarla impunidad.
- Los principios que se utilizan habitualmente para justificar el instituto dela cosa
juzgada y ne bis in idem no resultan aplicables respecto de los delitoscontra la
humanidad porque, “los instrumentos internacionales queestablecen esta categoría
de delitos, así como el consiguiente deber para losEstados de individualizar y
enjuiciar a los responsables, no contemplan, ypor ende no admiten, que esta
obligación cese por el transcurso del tiempo,amnistías o cualquier otro tipo de
medidas que disuelvan la posibilidad dereproche”.

“HAGELIN, R. E. S/ RECURSO ART.445 BIS.(2003).


En el caso "Hagelin" la Corte aseguró al padre de D. Hagelin el derecho a
exigirle al Estado que reabra la causa penal donde se investiga la desaparición de su
hija.
Hechos:La joven sueca D. Hagelin había sido secuestrada en la Argentina el
27 de enero de 1977: trasladada al centro clandestino de detención de la ESMA y
permanece desaparecida hasta la fecha.Los ex comandantes J. R. Videla y E. Massera
fueron condenados por el hecho en la llamada "Causa 13”. Luego se inició una
investigación penal para identificar a los ejecutores directos de la muerte de Hagelin,
que sin embargo debió ser clausurada por las leyes de Punto Final y obediencia
Debida y por la prescripción de la acción penal respecto de A. Astiz confirmada por la
Corte Suprema en 1988. En tanto, quienes habían sido condenados efectivamente
fueron beneficiados por el indulto. 
El padre de Hagelin, inició una acción civil contra el Estado y obtuvo una
sentencia favorable en 1992. Sin embargo, no pudo percibir la indemnización porque
en 1993 la Corte dispuso la aplicación de la Ley de Consolidación de la Deuda
Pública, que establecía el pago en bonos públicos en vez de dinero en efectivo.
Hagelin recurrió entonces ante la Comisión IDH para denunciar al Estado argentino
por violación de la protección judicial.Su denuncia fue declarada admisible y,
finalmente, en el año 2000, se llegó a un acuerdo económico con el Estado argentino,
resultado de la solución amistosa del caso presentado ante la CIDH. En este acuerdo,
el Estado se comprometió a abonar en efectivo la indemnización y Hagelin renunció a
realizar otro reclamo judicial, administrativo o internacional “por cualquier concepto
con motivo u ocasión de los mismos hechos”.
Por otra parte, en 1995 -con base en el informe 28/92 de la Comisión IDH-
Hagelin demandó la reapertura de la causa penal por la desaparición de D. Hagelin.
33
Solicitó que se investigara lo sucedido, que se determinara su destino, la ubicación
de sus restos y la identidad de los responsables de su muerte y desaparición. 
Reclamó también el castigo a los culpables, por lo que requirió la nulidad de
las leyes de punto final y obediencia debida y de los decretos de indulto. El Consejo
Supremo de las Fuerzas Armadas rechazó su pedido. Consideraron que ya existía una
sentencia judicial firme con autoridad de cosa juzgada y que ellos no tenían
competencia para resolver los planteos de nulidad. 
El padre de D. Hagelin recurrió la decisión y, en 1997, la Corte Suprema
resolvió que la Sala IV de la Cámara Nacional de Casación Penal debía evaluar la
apelación.
La Sala hizo a lugar a un planteo del vicealmirante (RE) L. Mendía y resolvió que,
como Hagelin había firmado un convenio económico con el Estado argentino, había
renunciado a la acción penal y carecía de legitimación para solicitar la nulidad de las
leyes de punto final y obediencia debida y los decretos de indulto. El tribunal se basó
en una norma del Código Civil que establece que la renuncia a efectuar acciones
civiles importa la renuncia a ejercer la acción penal. Además señaló que su pedido se
encontraba sustancialmente satisfecho, porque con la tramitación de la causa
“ESMA”, en la que el Estado argentino intentaba identificar a los responsables de la
muerte de su hija, se garantizaba su derecho a saber la verdad de lo ocurrido.
El caso llegó ante la Corte Suprema, que debió decidir si, pese a haber firmado
un convenio económico con el Estado argentino, Hagelin tenía derecho a solicitar la
reapertura de la causa penal y a pedir la nulidad de las leyes y decretos
mencionados.
La postura de Casación implicaba negar que el Estado tuviera el deber de
investigar y sancionar a los culpables de la desaparición de D. Hagelin porque ya
había indemnizado a su padre. De este modo, el caso impuso a la Corte pronunciarse
sobre los distintos deberes -investigar, sancionar e indemnizar- que según el derecho
internacional tiene el Estado respecto de las víctimas de violaciones a los derechos
humanos. 
Decisión de la Corte:
El máximo tribunal revocó la sentencia de Cámara y obligó a la Sala IV a
resolver sobre los pedidos de investigación y sanción efectuados por Hagelin. (Voto
de los jueces Belluscio, MolinéO´Connor, Fayt, Petracchi, López, Boggiano y
Maqueda. Disidencia de Vázquez). 
Los miembros de la Corte llegaron a este resultado por diferentes
fundamentos. Belluscio y MolinéO´Connor concluyeron que como en estos procesos
los familiares de las víctimas no son querellantes ni impulsan la acción, no pueden
renunciar a ejercerla. Así, estimaron irrelevante que el padre de Hagelin hubiera
firmado un convenio económico con el Estado. Fayt coincidió con este argumento y
agregó que investigar y sancionar a los culpables es un deber propio del Estado
argentino. Por lo tanto, resolvió que el derecho a la protección judicial de los
familiares de las víctimas se viola cuando el Estado no investiga ni sanciona, y no
cuando se los excluye de participar en el proceso penal.
Petracchi, López, Boggiano y Maqueda consideraron que el fallo de Cámara
había ignorado que, en casos como el de D. Hagelin, el derecho internacional de los
derechos humanos impone al Estado tres obligaciones independientes entre sí:
indemnizar a los familiares, identificar a los autores de la desaparición y muerte, y
sancionarlos penalmente. Dada esta independencia, afirmaron que era erróneo
pretender que el convenio de indemnización firmado con el Estado argentino
implicara la extinción de los otros dos deberes. En disidencia, el juez Vázquez
confirmó la decisión de la Sala IV de la Cámara Nacional de Casación Penal. Su
fundamento fue que, al firmar el convenio con el Estado Argentino, el Sr. Hagelin
34
había renunciado a formular cualquier reclamo con motivo de la desaparición de su
hija, lo que abarcaba la acción penal. Además, agregó que el Estado argentino
cumplía con sus obligaciones mediante la reapertura de la causa “ESMA”, en la que
se satisfacía el derecho de Hagelin a conocer la verdad y también su pretensión
punitiva, esto es, el juicio y la condena a los responsables directos de la desaparición
de su hija.

VELÁSQUEZ RODRÍGUEZ - HONDURAS - CORTE INTERAMERICANA DE


DERECHOS HUMANOS Se denuncia ante la corte la desaparición forzosa de
AngelManfredoVelásquez Rodríguez, estudiante de la Universidad de Honduras,
quien fue visto porúltima vez, cuando fue detenido por las fuerzas armadas de
Honduras el 12 deseptiembre de 1981 en horas de la tarde, cabe destacar que no
medio orden dedetención. Según testigos oculares, Velásquez fue sometido a duras
interrogaciones,bajo fuertes torturas. La Comisión aprobó la resolución 30/83 de 4 de
octubre de 1983,en la que recomienda la observación de violaciones a los artículos 4
y 7 de laconvención.
Durante los años de 1981 a 1984, en la República de Honduras, entre 100 y
150 personas desaparecieron sin que se haya vuelto a tener noticia alguna de muchas
de ellas. Las desapariciones solían iniciarse mediante el secuestro violento de las
víctimas, muchas veces a la luz del día y en lugares poblados, por parte de hombres
armados, vestidos de civil y disfrazados que actuaban con aparente impunidad en
vehículos sin identificación oficial y con cristales polarizados, sin placas o con placas
falsas. Estos hechos constituían una práctica sistemática perpetrada en contra de
personas consideradas por las autoridades hondureñas como peligrosas para la
seguridad del Estado. Tanto las autoridades militares y policiales como el Gobierno y
el Poder Judicial se negaban o eran incapaces de prevenir, investigar y sancionar los
hechos y de auxiliar a quienes se interesaban en averiguar el paradero y la suerte de
las víctimas o de sus restos.
En este escenario, Manfredo Velásquez, estudiante de la Universidad Nacional
Autónoma de Honduras, desapareció el 12 de septiembre de 1981, entre las 16:30 y
las 17:00 horas, secuestrado por personas vinculadas con las Fuerzas Armadas o bajo
su dirección.
La Corte,
- Desestima las excepciones preliminares opuestas por el Gobierno de Honduras. 
- Declara que Honduras ha violado en  perjuicio de Ángel Manfredo Velásquez
Rodríguez los deberes de respeto y de garantía del derecho a la libertad personal
reconocido en el artículo 7  de la Convención, en conexión con el artículo 1.1 de la
misma. 
- Declara que Honduras ha violado en  perjuicio de Ángel Manfredo Velásquez
Rodríguez los deberes de respeto y de garantía del derecho a la integridad personal
reconocido en el artículo 5  de la Convención, en conexión con el artículo 1.1 de la
misma.
- Declara que Honduras ha violado en  perjuicio de Ángel Manfredo Velásquez
Rodríguez el deber de garantía del derecho a la vida reconocido en el artículo 4 de la
Convención, en conexión con el artículo 1.1 de la misma
 La Corte,
- Fija en setecientos cincuenta mil lempiras la indemnización compensatoria que el
Estado de Honduras debe pagar a los familiares de Ángel Manfredo Velásquez
Rodríguez.
- Decide que la cantidad correspondiente a la cónyuge de Ángel Manfredo Velásquez
Rodríguez será de ciento ochenta y siete mil quinientos lempiras.

35
- Decide que la cantidad correspondiente a los hijos de Ángel Manfredo Velásquez
Rodríguez será de quinientos sesenta y dos mil quinientos lempiras.
- Ordena que la forma y modalidades de pago de la indemnización serán las
especificadas en los párrafos 57 y 58 de la Sentencia de Reparaciones y Costas. En
ellos se indica que el pago de los setecientos cincuenta mil lempiras fijados por la
Corte debe ser hecho dentro de los noventa días contados a partir de la notificación
de la sentencia, libre de todo impuesto que eventualmente pudiera considerarse
aplicable. Sin embargo, el pago podrá ser hecho por el Gobierno en seis cuotas
mensuales iguales, la primera pagadera a los noventa días mencionados y así
sucesivamente, pero en este caso los saldos se acrecentarán con los intereses
correspondientes, que serán los bancarios corrientes en ese momento en Honduras.
Asimismo, de la indemnización total la cuarta parte corresponderá a la cónyuge que
recibirá directamente la suma que se le asigna.  Los tres cuartos restantes se
distribuirán entre los hijos.  Con la suma atribuida a los hijos se constituirá un
fideicomiso en el Banco Central de Honduras, en las condiciones más favorables
según la práctica bancaria hondureña.  Los hijos recibirán mensualmente los
beneficios de este fideicomiso y al cumplir los veinticinco años de edad percibirán la
parte alícuota que les corresponda.
- Resuelve que supervisará el cumplimiento del pago de la indemnización acordada y
que sólo después de su cancelación archivará el expediente.

WALTER DAVID BULACIO VS. ARGENTINA (U3)

BARRIOS ALTOS VS. PERÚ


El caso se refiere a la responsabilidad internacional del Estado por la muerte y
lesiones de un grupo de personas por parte de agentes militares, así como la falta de
investigación y sanción de los responsables de los hechos.
Derechos Violados : Convención Americana: Artículo 1 (Obligación de respetar
los derechos.) , Artículo 13 (Libertad de pensamiento y expresión) , Artículo 2 (Deber
de adoptar disposiciones de derecho interno) , Artículo 25 (Protección Judicial) ,
Artículo 4 (Derecho a la vida) , Artículo 5 (Derecho a la Integridad Personal) ,
Artículo 8 (Garantías Judiciales)
HECHOS
- Los hechos del presente caso ocurrieron el 3 de noviembre de 1991. Seis
individuos del grupo Colina, compuesto por miembros del Ejército, irrumpieron en un
inmueble ubicado en el vecindario conocido como Barrios Altos de la ciudad de Lima.
Al producirse la irrupción, se estaba celebrando una “pollada”, es decir, una fiesta
para recaudar fondos con el objeto de hacer reparaciones en el edificio.
- Los atacantes llegaron al sitio en dos vehículos y obligaron a las víctimas a
arrojarse al suelo. Seguidamente empezaron a dispararles porun período aproximado
de dos minutos. 15 personas fallecieron y 4 quedaron gravemente heridas. El
Congreso peruano promulgó una ley de amnistía, la cual exoneraba de
responsabilidad a los militares, policías, y también a civiles, que hubieran cometido,
entre 1980 y 1995, violaciones a los derechos humanos o participado en esas
violaciones. No se realizaron mayores investigaciones ni se sancionaron a los
responsables.
ANÁLISIS DE FONDO: (importante para la evolución de la Jurisprudencia
Argentina)
i. Incompatibilidad de Leyes de Amnistía con la Convención
41. Esta Corte considera que son inadmisibles las disposiciones de amnistía,
las disposiciones de prescripción y el establecimiento de excluyentes de
responsabilidad que pretendan impedir la investigación y sanción de los
36
responsables de las violaciones graves de los derechos humanos tales como la
tortura, las ejecuciones sumarias, extralegales o arbitrarias y las desapariciones
forzadas, todas ellas prohibidas por contravenir derechos inderogables reconocidos
por el Derecho Internacional de los Derechos Humanos. (…)
42. La Corte, conforme a lo alegado por la Comisión y no controvertido por el
Estado, considera que las leyes de amnistía adoptadas por el Perú impidieron que los
familiares de las víctimas y las víctimas sobrevivientes en el presente caso fueran
oídas por un juez, conforme a lo señalado en el artículo 8.1 de la Convención;
violaron el derecho a la protección judicial consagrado en el artículo 25 de la
Convención; impidieron la investigación, persecución, captura, enjuiciamiento y
sanción de los responsables de los hechos ocurridos en Barrios Altos, incumpliendo
el artículo 1.1 de la Convención, y obstruyeron el esclarecimiento de los hechos del
caso. Finalmente, la adopción de las leyes de autoamnistía incompatibles con la
Convención incumplió la obligación de adecuar el derecho interno consagrada en el
artículo 2 de la misma.
43. La Corte estima necesario enfatizar que, a la luz de las obligaciones
generales consagradas en los artículos 1.1 y 2 de la Convención Americana, los
Estados Partes tienen el deber de tomar las providencias de toda índole para que
nadie sea sustraído de la protección judicial y del ejercicio del derecho a un recurso
sencillo y eficaz, en los términos de los artículos 8 y 25 de la Convención. Es por ello
que los Estados Partes en la Convención que adopten leyes que tengan este efecto,
como lo son las leyes de autoamnistía, incurren en una violación de los artículos 8 y
25 en concordancia con los artículos 1.1 y 2 de la Convención. Las leyes de
autoamnistía conducen a la indefensión de las víctimas y a la perpetuación de la
impunidad, por lo que son manifiestamente incompatibles con la letra y el espíritu de
la Convención Americana. Este tipo de leyes impide la identificación de los
individuos responsables de violaciones a derechos humanos, ya que se obstaculiza la
investigación y el acceso a la justicia e impide a las víctimas y a sus familiares
conocer la verdad y recibir la reparación correspondiente.
44. Como consecuencia de la manifiesta incompatibilidad entre las leyes de
autoamnistía y la Convención Americana sobre Derechos Humanos, las mencionadas
leyes carecen de efectos jurídicos y no pueden seguir representando un obstáculo
para la investigación de los hechos que constituyen este caso ni para la
identificación y el castigo de los responsables, ni puedan tener igual o similar
impacto respecto de otros casos de violación de los derechos consagrados en la
Convención Americana acontecidos en el Perú.
II. Derecho a la verdad y garantías Judiciales en el Estado de Derecho
47. En el presente caso, es incuestionable que se impidió a las víctimas
sobrevivientes, sus familiares y a los familiares de las víctimas que fallecieron,
conocer la verdad acerca de los hechos ocurridos en Barrios Altos.
48. Pese a lo anterior, en las circunstancias del presente caso, el derecho a la
verdad se encuentra subsumido en el derecho de la víctima o sus familiares a
obtener de los órganos competentes del Estado el esclarecimiento de los hechos
violatorios y las responsabilidades correspondientes, a través de la investigación y el
juzgamiento que previenen los artículos 8 y 25 de la Convención.
49. Por lo tanto, esta cuestión ha quedado resuelta al haberse señalado (…)
que el Perú incurrió en la violación de los artículos 8 y 25 de la Convención, en
relación con las garantías judiciales y la protección judicial.
La Corte decide,
- Admitir el reconocimiento de responsabilidad internacional efectuado por el
Estado.

37
- Declarar, conforme a los términos del reconocimiento de responsabilidad
internacional efectuado por el Estado, que éste violó:
a) el derecho a la vida consagrado en el artículo 4 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, en perjuicio de (...)
b) el derecho a la integridad personal consagrado en el artículo 5 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, en perjuicio de (...)
c) el derecho a las garantías judiciales y a la protección judicial consagrados en
los artículos 8 y 25 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en
perjuicio de los familiares de (...), como consecuencia de la promulgación y
aplicación de las leyes de amnistía Nº 26479 y Nº 26492.
- Declarar, conforme a los términos del reconocimiento de responsabilidad
efectuado por el Estado, que éste incumplió los artículos 1.1 y 2 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos como consecuencia de la promulgación y
aplicación de las leyes de amnistía Nº 26479 y Nº 26492 y de la violación a los
artículos de la Convención señalados en el punto resolutivo 2 de esta Sentencia.
La Corte decide:
- Declarar que las leyes de amnistía Nº 26479 y Nº 26492 son incompatibles
con la Convención Americana sobre Derechos Humanos y, en consecuencia, carecen
de efectos jurídicos.
- Declarar que el Estado del Perú debe investigar los hechos para determinar
las personas responsables de las violaciones de los derechos humanos a los que se ha
hecho referencia en esta Sentencia, así como divulgar públicamente los resultados de
dicha investigación y sancionar a los responsables.
- Que aprueba, en los términos de la presente Sentencia, el acuerdo sobre
reparaciones suscrito el 22 de agosto de 2001 entre el Estado del Perú y las víctimas,
sus familiares y sus representantes.
- Que el Estado del Perú debe pagar:
a) la cantidad de US$175.000,00 a cada una de las siguientes víctimas
sobrevivientes: (...)
b) la cantidad de US$175.000,00 a los beneficiarios de las reparaciones
relacionadas con cada una de las siguientes víctimas fallecidas: (...)
c) la cantidad de US$250.000,00 a los beneficiarios de las reparaciones
relacionadas con la víctima fallecida (...)
- El Estado del Perú deberá efectuar la totalidad de los pagos correspondientes
a dichas reparaciones durante el primer trimestre del año fiscal 2002.
- Que el Estado del Perú debe otorgar a los beneficiarios de las reparaciones
los gastos de servicios de salud, brindándoles atención gratuita en el establecimiento
de salud correspondiente a su domicilio y en el hospital o instituto especializado de
referencia correspondiente, en las áreas de: atención de consulta externa,
procedimientos de ayuda diagnóstica, medicamentos, atención especializada,
procedimientos diagnósticos, hospitalización, intervenciones quirúrgicas, partos,
rehabilitación traumatológica y salud mental.
- Que el Estado del Perú debe proporcionar a los beneficiarios de las
reparaciones las siguientes prestaciones educativas:
a) becas a través del Instituto Nacional de Becas y Crédito Educativo con el fin
de estudiar en Academias, Institutos y Centros de Ocupación Ocupacional (sic) y
apoyo a los beneficiarios interesados en continuar estudios, “a través de la Dirección
Nacional de Educación Secundaria y Superior Tecnológica”; y
b) materiales educativos; textos oficiales para alumnos de educación primaria
y secundaria; uniformes; útiles escolares y otros.

38
- Que el Estado del Perú debe efectuar, de conformidad con lo expuesto en los
párrafos 44 y 45 de la presente Sentencia, las siguientes reparaciones no
pecuniarias:
a) dar aplicación a lo que la Corte dispuso en la sentencia de interpretación de
la sentencia de fondo “sobre el sentido y alcances de la declaración de ineficacia de
las Leyes Nº 26479 y [Nº]26492”;
b) iniciar el proceso por el cual se incorpore “la figura jurídica que resulte más
conveniente” para tipificar el delito de ejecuciones extrajudiciales, dentro de los 30
días de suscrito el acuerdo”;
c) iniciar “el procedimiento para suscribir y promover la ratificación de la
Convención Internacional sobre Imprescriptibilidad de Crímenes de Lesa
Humanidad, [...] dentro de los 30 días de suscrito el acuerdo”;
d) publicar la sentencia de la Corte en el Diario Oficial El Peruano, y difundir
su contenido en otros medios de comunicación “que para tal efecto se estimen
apropiados, dentro de los 30 días de suscrito el acuerdo”;
e) incluir en la Resolución Suprema que disponga la publicación del acuerdo,
“una expresión pública de solicitud de perdón a las víctimas por los graves daños
causados” y una ratificación de la voluntad de que no vuelvan a ocurrir este tipo de
hechos; y
f) erigir un monumento recordatorio dentro de los 60 días de suscrito el
acuerdo.
- Requerir al Estado que publique en un medio de radiodifusión, en un medio
de televisión y en un medio de prensa escrita, todos ellos de cobertura nacional, un
anuncio mediante el cual se indique que se está localizando a los familiares de Tito
Ricardo Ramírez Alberto, OdarMender Sifuentes Nuñez y Benedicta

UNIDAD 7:
MERCIADRI DE MORINI, MARÍA TERESA S/ PRESENTACIÓN (UNIÓN
CÍVICA RADICAL)-
La peticionaria alegó que el partido político Unión Cívica Radical de la
Provincia de Córdoba había conformado, de común acuerdo entre sus dirigentes, la
lista de seis candidatos a diputados nacionales para la elección del 3 de octubre de
1993, en la cual coloca en los puestos tercero y sexto a dos mujeres, sin tener en
cuenta que el mencionado partido sólo renovaba a cinco diputados nacionales. Con
esto se configuró la violación de la ley 24.012, llamada Ley de Cupo, dictada el 6 de
39
noviembre de 1991, la cual garantiza que un porcentaje mínimo del treinta por ciento
(30%) de los cargos electivos de las listas de los partidos políticos debe ser cubierto
por mujeres “en proporciones con posibilidades de resultar electas”. Por otra parte,
el artículo 2 del decreto Nº 379/93, que reglamenta la ley, detalla que “el treinta por
ciento de los cargos a integrarse por mujeres, según lo prescrito por la ley 24.012,
debe interpretarse como una cantidad mínima. En los casos en que la aplicación
matemática de este porcentaje determinara fracciones inferiores a la unidad, el
concepto de cantidad mínima se regirá por la tabla que como anexo `A’ integra el
presente decreto”, y el mencionado anexo dice: “cargos a renovar, cinco; cantidad
mínima: dos”. Estas normas obligan a los partidos políticos al momento de
confeccionar sus listas de candidatos y su incumplimiento acarrea su no
oficialización.[1] También se crea el derecho correlativo de los ciudadanos,
investidos del derecho constitucional de sufragio,[2] de votar por las listas de
candidatos que estén integradas por mujeres en la forma que dicha norma establece.
Alegó que en su carácter de ciudadana afiliada a dicha agrupación política
impugnó la lista ante la Junta Electoral, la cual fue rechazada al considerar “que la
lista de candidatos surgió del consenso de todos los Núcleos del Partido, que
acordaron una lista única”. Tras apelar dicha decisión, la justicia federal rechazó su
solicitud y declaró que no tenía legitimación para actuar. La peticionaria apeló y la
Cámara Federal Electoral también rechazó su legitimación para actuar al exigirle un
interés propio. Considera que la lista del partido Unión Cívica Radical vulnera el
derecho del sufragante de que haya igualdad real de oportunidades entre varones y
mujeres para el acceso a cargos electivos y todo ciudadano elector tiene derecho a
impugnarla sin que sea necesario que se trate de una persona perjudicada por el
lugar que ocupe en la lista electoral. La clásica exigencia del derecho subjetivo
violado o del interés concreto desconocido es incomprensible, sobre todo, a partir de
la decisión del más alto tribunal de Argentina en el caso Ekmekdjian c/Sofovich.[3]
También cita el artículo 57 de la Ley Orgánica de Partidos Políticos Nº 23.298, el cual
reconoce la personalidad de los afiliados de los partidos políticos “cuando les hayan
sido desconocidos los derechos otorgados por la Carta Orgánica y se encuentren
agotadas las instancias partidarias”.
La peticionaria presentó el recurso extraordinario, el cual fue rechazado con
fundamento en que la elección había tenido lugar el 3 de octubre de 1993 y la
cuestión se había vuelto abstracta. Finalmente, interpuso recurso de queja ante la
Corte Suprema de Justicia de la Nación, el cual fue desestimado el 2 de diciembre de
1993 con el argumento de que "en las elecciones del 3 de octubre de 1993, la Unión
Cívica Radical había obtenido un caudal de votos que le había consagrado cuatro
diputados nacionales y en la causa se disputaba quién debía haber ocupado la quinta
candidatura". La peticionaria considera que la cuestión “no era abstracta” porque
debe reconocerse el "derecho en expectativa", bien "concreto", en el caso de que se
produjera una vacante entre los elegidos. Si se produce la vacante, ascendería un
varón –el que está en el quinto lugar-- y no una mujer. Por ello, debió haberse
colocado a una mujer en el quinto puesto y a un hombre en el sexto lugar y que aún
en el caso de cuatro cargos a renovar, deben elegirse dos mujeres, porque una sola
mujer representa el 25%, inferior al cupo legal.
La peticionaria alegó que el Estado violó los artículos 8 y 25 de la Convención
porque el tribunal de primera instancia había considerado que no tenía legitimación
para actuar. Así mismo, consideró que al rechazar su demanda, la Corte Suprema de
Justicia de la Nación había violado el principio de igualdad protegido en el artículo
24, lo que implica a su vez un cercenamiento de los derechos políticos previstos en el
artículo 23 de la Convención.

40
Corte Interamericana de Derechos Humanos: El 15 de junio de 1994 la
señora María Merciadri de Morinipresentó una petición ante la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos en la cual alegó la violación de los derechos al
debido proceso (artículo 8), a los derechos políticos (artículo 23), a la igualdad ante la
ley (artículo 24) y a los recursos efectivos (artículo 25), establecidos en la Convención
Americana sobre Derechos Humanos (en adelante "la Convención" o la "Convención
Americana") por parte de la República Argentina (en adelante el "Estado", el "Estado
argentino", o “Argentina”) en su perjuicio.
La peticionaria alegó que en la lista electoral de seis candidatos del partido
Unión Cívica Radical para diputados nacionales de la Provincia de Córdoba, se colocó
a una mujer en el cuarto y a otra en el sexto puesto. Con ello se violó la ley 24.012 y
su decreto reglamentario Nº 379/93, por los cuales debió haberse colocado a dos
mujeres dentro de los primeros cinco puestos. La peticionaria interpuso los recursos
internos disponibles ante las autoridades judiciales, las cuales además de rechazar su
petición, rechazaron su legitimación para actuar. Finalmente, la Corte Suprema de
Justicia de la Nación rechazó la apelación por considerarla abstracta al señalar que
"en las elecciones del 3 de octubre de 1993, la Unión Cívica Radical había obtenido
un caudal de votos que le había consagrado cuatro diputados nacionales y en la causa
se disputaba quién debía haber ocupado la quinta candidatura".
La Comisión declaró la admisibilidad del caso en el Informe 102/99 del 21 de
septiembre de 1999 aprobado en el marco del 104º periodo ordinario de sesiones, y
se puso a disposición de las partes con la finalidad de alcanzar una solución amistosa
fundada en el respeto de los derechos consagrados en la Convención e invitar a las
partes a pronunciarse sobre tal posibilidad. La solución amistosa fue acordada el 8
de marzo de 2001, cuando se suscribió en Buenos Aires un acuerdo entre las partes,
en el cual la peticionaria expresa que el Decreto Presidencial Nº 1246, dictado por el
Presidente de la República Argentina, Fernando de la Rúa, “contempla
adecuadamente los aspectos fundamentales que dieron sustento a su denuncia” ante
la CIDH.

FALLO FUNDACIÓN MUJERES EN IGUALDAD CONTRA FREDDOLa empresa


fue llevada a juicio por la fundación “Mujeres en Igualdad”, mediante una acción de
amparo colectivo hacia las mujeres, basándose en que la empresa contrata personal
únicamente de sexo masculino, discriminando así a las mujeres.
Hasta diciembre de 1999, el personal de la empresa estaba conformado por
646 hombres y tan solo 35 mujeres. Además, en los avisos que la empresa publicaba
pedía empleados únicamente de “sexo masculino” o hacía referencia a los puestos
aludiendo sólo a ese género, como por ejemplo “empleado” o “repartidor”.
La empresa argumentó que contrataba hombres porque debían realizar fuertes
labores, como hacer limpieza del local, cargar baldes que tienen un peso de 10
kilogramos, ingresar a pozos de frío que tienen gran profundidad y están a bajas
temperaturas. Además, las tareas realizadas son cumplidas en horarios rotativos
hasta altas horas de la madrugada. En ese sentido, Freddo alegaba que lo único que
buscaba era proteger y no discriminar a la mujer.
En primera instancia, esta demanda fue rechazada por el juez. Sin embargo, la
fundación apeló a la Cámara Nacional en lo Civil, la cual comprobó la discriminación
hacia las mujeres y consideró los argumentos hechos por la fundación, como los
prejuicios sobre el “sexo débil”. Por este motivo, se condenó a Helados Freddo.
La decisión final de la camarasobre la demanda planteada fue ordenar a los
directivos de Freddo a que contraten sólo empleadas mujeres durante el tiempo que
sea necesario para así equilibrar el personal, es decir, tener igual cantidad de
empleados por cada género, ya que al momento de la demanda contaban con 650
41
empleados varones y sólo 35 mujeres. Además, parte de la sentencia fue que la
empresa presente cada año en los tribunales un informe acerca de sus contrataciones
de personal.
Los jueces de la causa, Claudio M. KIPER y Jorge GIARDULLI dictaminaron
que FREDDO S.A. debía contratar, en el futuro, sólo a personal femenino hasta
compensar en forma equitativa y razonable la desigualdad producida. El fallo que
plantea la disyuntiva “discriminación de género versus libertad de empresa”
constituye una lección de jurisprudencia no sólo a nivel de Argentina sino
internacionalmente
Este fue el primer caso colectivo antidiscriminatorio que se resolvió en el país,
en defensa de la igualdad de géneros y el primero contra una empresa privada.

REPETTO, INÉS C PROVINCIA DE BUENOS AIRES.


La actora, nacida en los Estados Unidos de Norteamérica, ingresada en
nuestro país a la edad de 3 años, cuestiona, invocando su nacionalidad, la indebida
restricción a los derechos que en su condición de extranjera le acuerda la
Constitución, que suponen las normas dictadas por la Provincia de Buenos Aires para
ejercer la docencia en carácter de titular o suplente en la actividad privada. La Corte
Suprema de Justicia de la Nación hizo lugar a la demanda, declarando la
inconstitucionalidad de las normas impugnadas.
La actora, quien acredita su posibilidad cierta de acceder a un cargo docente
en la enseñanza preescolar en un instituto particular, plantea la inconstitucionalidad
del art. 5º, inc. a) del Reglamento General de Escuelas Privadas vigente por res.
2877, que establece el requisito de ser argentino nativo o naturalizado con 2 años de
ejercicio de la ciudadanía para ejercer la docencia en carácter de titular o suplente
de un establecimiento de enseñanza privada, así como del precepto concordante
establecido en el art. 4", inc. a) del dec. 4/80.
Estima que dichas normas están en pugna con los arts. 14, 16, 20, 25 y 28 de la
Constitución Nacional.
Pretende la accionada basar la defensa constitucional de la norma que se ataca
y tal es, en definitiva, el meollo de la cuestión: decidir si estamos ante una razonable
reglamentación de un derecho de modo expreso constitucionalmente reconocido, o
bien frente a su alteración sustancial, ante su violación o supresión lisa y llana.
Estimo que acontece lo segundo. (Procurador)
La demandada no ha cumplido con el requisito arriba mencionado, toda vez
que no ha probado cuál es el "interés estatal insoslayable" que se ha visto protegido
en el caso al privársele a la actora, por la sola circunstancia de ser extranjera, la
posibilidad de trabajar en un jardín de infantes.
Por ello, y lo concordemente dictaminado por el Procurador Fiscal, se declaran
inválidos por contraponerse al art. 20 de la Constitución Nacional, el art. 5º, inc. a)
del Reglamento General de Escuelas Privadas de la Provincia de Buenos Aires,
vigente por res. 2877 del ex Ministerio de Educación del 17 de julio de 1959 (t. o. con
las res. 3599 y 53/63), y su modificación por res. 721 del 23 de marzo de 1977, y el
art. 4º, inc. a) del dec. 4 de la misma provincia del 4 de enero de 1980.

GONZÁLEZ DE DELGADO, CRISTINA Y OTROS C UNIVERSIDAD NACIONAL


DE CÒRDOBA.-
Los padres de algunos alumnos de un prestigioso colegio dependiente de la
Universidad Nacional de Córdoba, cuestionaron por vía de un amparo la Resolución
del Consejo Superior de la Universidad de Córdoba que permitía el ingreso de
alumnas mujeres al establecimiento.

42
Los actores, padres de alumnos regulares del Colegio Nacional de
Monserrat,dependiente de la Universidad Nacional de Córdoba, interpusieron
amparo en los términos delos arts. 43 de la Constitución Nacional y 1° Y 5° de la ley
16.986, a fin de obtener que elConsejo Superior de la citada Universidad se abstenga
de aprobar el proyecto de ordenanza envirtud del cual se transformaría a dicho
Colegio en un establecimiento de carácter mixto.
Sustentaronsu derecho en el arto 44, incs. a) y c) de la Ley Federal
deEducación 24.195, como agentes naturales y primarios de la educación y en
ejercicio delderecho que esta norma les confiere de elegir el tipo de formación para
sus hijos, quienes enese momento se encontraban cursando 1° Y2° año.
Adujeron que optaron por el Colegio Monserrat ya que respondía a su ideario
ya sus convicciones filosóficas, éticas y religiosas y a que su proyecto de enseñanza
humanistaorientada a varones era lo que mejor se adaptaba a la naturaleza y
estructura de la personalidadde sus hijos. Su transformación en un establecimiento
mixto importaría un cambio drástico dedicho proyecto y de la formación que otorga a
sus alumnos, con perfil e identidad propios.
Sostuvieron que el Estado debe garantizar el ejercicio del derecho a la
libertadde enseñanza, que abarca elegir el tipo, modalidad e institución pedagógica
en la que delegarel derecho natural. Que tienen con relación a sus hijos, como
asimismo que este derecho seencuentra amparado por los arts. 26, inc. 3° de la
Declaración Universal de DerechosHumanos; 18, inc. 4° del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos; 75, inc. 22 de laConstitución Nacional y 44, incs. a) y c)
de la ley 24.195.
Señalaron que pretender que el Colegio conserve su proyecto educativo
noimplica una discriminación que afecte el principio constitucional de igualdad
deoportunidades, sino brindar una variedad de opciones que enriquece la oferta
educativa, paragarantizar el derecho de los padres a elegir la educación que quieren
para sus hijos.
La Universidad Nacional de Córdoba solicitó el rechazo de la acción
Tras sostener la improcedencia formal del amparo, adujo que el reglamento del
Colegio Nacional de Monserrat no contiene disposición alguna que indique que el
plan de estudios se oriente exclusivamente a varones o que el interesado en ingresar
a esta institución deba ser de sexo masculino.
Asimismo, negó la existencia de arbitrariedad o ilegalidad manifiestas, toda vez
que el Consejo Superior Universitario actuó dentro del marco de la reglamentación
vigente y en resguardo de la educación igualitaria, sin discriminación alguna, de
acuerdo con principios de raigambre constitucional.
En este sentido, señaló que el art. 75, inc. 22 de la Constitución Nacional
incorporó, entre otros Pactos, Tratados y Convenciones, la Convención sobre la
Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer, aprobada por la
ley 23.179.
El juez federal de primera instancia hizo lugar parcialmente al amparo, al
declarar la invalidez virtual de la ordenanza 2/97 y ordenó a la demandada que se
abstenga de considerar su existencia, sin perjuicio de actuar conforme el contenido
reglamentario subsistente, que no impide la incorporación de estudiantes de sexo
femenino.
Recurrida la decisión por ambas partes, la Cámara Federal de Apelaciones de
Córdoba, por mayoría, rechazó la acción de amparo en todos sus términos y declaró
la validez de la ordenanza cuestionada en autos.
Sostuvieron, asimismo, que se adecua al ordenamiento jurídico vigente y que
en ella se encuentran los elementos esenciales que todo acto administrativo debe
poseer, por lo cual goza de presunción de legitimidad.
43
Contra dicho pronunciamiento, los actores interpusieron el recurso
extraordinario, cuya denegatoria por mayoría originó la presente queja. Reiteraron,
en lo sustancial, los argumentos expuestos en la demanda y en su ampliación de
fundamentos; sostuvieron la arbitrariedad de la sentencia recurrida por falta de
fundamentación, por omisión de tratamiento de cuestiones propuestas y por no ser
derivación razonada del derecho vigente. Además, la tacharon de inconstitucional,
por no tratar la cuestión federal regularmente introducida en el proceso y la invalidez
de la ordenanza 2/97, como contraria a la Constitución Nacional, a la ley federal de
educación, al decreto del Poder Ejecutivo Nacional de febrero de 1907 y a la
Ordenanza del H. Consejo Superior de 1908.
La Corte Suprema de Justicia resolvió que: “la Cámara Federal de Apelaciones
de Córdoba -por mayoría de votos-, al revocar la decisión de la instancia anterior,
rechazó la acción de amparo deducida por padres de alumnos del Colegio Nacional
de Monserrat, y declaró la validez de la ordenanza 2/97 del Consejo Superior de la
Universidad Nacional de Córdoba, en cuanto había ordenado que las inscripciones en
ese establecimiento educativo se efectuaran sin distinción de sexo. Contra ese
pronunciamiento los actores dedujeron recurso extraordinario, cuya denegación dio
origen a la presente queja.
Que el remedio federal interpuesto ha sido adecuadamente tratado por el
procurador general de la Nación, en el dictamen que antecede, a cuyos fundamentos
y conclusiones corresponde remitirse por razones de brevedad.
Por ello, se hace lugar a la queja, se declara formalmente admisible el recurso
extraordinario y se confirma la sentencia apelada.”

HOOFT, PEDRO CORNELIO F. C BUENOS AIRES. S ACCION DECLARATIVA


DE INCONSTITUCIONALIDAD.
Hechos: Un juez que nació en Holanda y obtuvo la nacionalidad argentina en
1965 promovió demanda contra la provincia de Buenos Aires, a fin de obtener que se
declare la inconstitucionalidad o inaplicabilidad del art. 177 Ley Fundamental de
dicha provincia, por ser contraria a la Constitución Nacional, en cuanto le cercena su
derecho a ser juez de Cámara o eventualmente de casación al exigir, para acceder a
tal cargo, "haber nacido en territorio argentino o ser hijo de ciudadano nativo si
hubiese nacido en país extranjero". La Corte Suprema de la Nación declara la
inconstitucionalidad de la norma provincial.
Ideas claves: *) Que el actor es discriminado por la norma local no por ser
argentino, sino por ser argentino "naturalizado". No por ser nacional, sino por el
origen de su nacionalidad. En efecto, Hooft es argentino, no por el lugar de
nacimiento, ni por la nacionalidad de sus padres, sino por su voluntad de integrarse a
la Nación como ciudadano (y la voluntad de ésta de acogerlo como tal).
Es juez de primera instancia provincial, pero está excluido de la posibilidad de
ser camarista por su "origen nacional". Consiguientemente, su situación encuadra en
uno de los motivos de discriminación que los pactos prohíben (art. 1.1 Pacto de San
José de Costa Rica y art. 26 Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
[22]). Ello hace aplicable la doctrina europea según la cual la presencia de uno de los
motivos prohibidos en el art. 14 Convención Europea de Derechos Humanos (entre
otros, el "origen nacional") hace pesar sobre la legislación que lo incluye una
presunción, una sospecha de ilegitimidad, con desplazamiento de la carga de la
prueba (conf. Bossuyt, Marc, en Pettiti, Lous E. y otros, "La ConventionEuropéenne
des Droits de L'Homme", 1995, Ed. Económica, París, comentario al art. 14, p. 477 y
autores citados en las notas 6, 7 y 8)
*) Que la mencionada presunción de inconstitucionalidad de la norma local sólo
podía ser levantada por la provincia demandada con una cuidadosa prueba sobre los
44
fines que había intentado resguardar y sobre los medios que había utilizado al efecto.
En cuanto a los primeros, deben ser sustanciales y no bastará con que sean
meramente convenientes. En cuanto a los segundos, será insuficiente una genérica
"adecuación" a los fines, sino que deberá juzgarse si los promueven efectivamente y,
además, si no existen otras alternativas menos restrictivas para los derechos en juego
que las impuestas por la regulación cuestionada.
Una norma como el art. 177 de la Constitución bonaerense, que establece,
respecto del acceso a determinados cargos, que existen argentinos ("ciudadanos", en
los pactos) de primera clase (los "nativos" y los "por opción"), y otros de segunda
clase (los "naturalizados", como el actor), se presenta afectada por una presunción de
inconstitucionalidad que sólo podría ser remontada por la prueba concluyente de que
existe un sustancial interés provincial que la justifique."
"El actor es discriminado por la norma local, no por ser argentino, sino por ser
argentino "naturalizado". No por ser nacional, sino por el origen de su nacionalidad.
En efecto, Hooft es argentino, no por el lugar de nacimiento, ni por la nacionalidad
de sus padres, sino por su voluntad de integrarse a la Nación como ciudadano (y la
voluntad de ésta de acogerlo como tal). Es juez de primera instancia provincial, pero
está excluido de la posibilidad de ser camarista por su "origen nacional".
Consiguientemente, su situación encuadra en uno de los motivos de discriminación
que los pactos prohíben (art. 1.1 del Pacto de San José de Costa Rica y art. 26 del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos). Ello hace aplicable la doctrina
europea, según la cual, la presencia de uno de los motivos prohibidos en el art. 14 de
la Convención Europea de Derechos Humanos (entre otros, el "origen nacional"),
hace pesar sobre la legislación que lo incluye una presunción, una sospecha de
ilegitimidad, con desplazamiento de la carga de la prueba (conf. Bossuyt, Marc en
PettitiLousEdmond y otros "La ConventionEuropéenne des Droits de L'Homme", ed.
Económica, París 1995, comentario al art. 14, pág. 477 y autores citados en las notas
6), 7) y 8)."
"La mencionada presunción de inconstitucionalidad de la norma local sólo
podía ser levantada por la provincia demandada con una cuidadosa prueba sobre los
fines que había intentado resguardar y sobre los medios que había utilizado al
efecto."
"La demandada no ha logrado cumplir con las exigencias expuestas. En su
breve contestación de demanda sólo existen menciones genéricas al federalismo y a
las facultades de la provincia para darse sus propias instituciones, todo lo cual esta
Corte no se propone, sin duda, desconocer. Tampoco está en juego que los requisitos
locales puedan ser distintos de los nacionales para cargos judiciales análogos."
"Por ello, de conformidad con lo dictaminado por el señor Procurador General,
se resuelve: Hacer lugar a la demanda y declarar la inconstitucionalidad del art. 177
de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires."

WALTER DAVID BULACIO VS. ARGENTINA (U3)

BRAMAJO, HERNÁN J. C BUENOS AIRES


Hechos del caso.
Hernán Bramajo, fue detenido el 1º de julio de 1992. El fiscal acusó al procesado
por delito de homicidio calificado en concurso material con el robo doblemente
agravado por haber sido cometido en armas, en poblado y en bando y requirió la pena
de reclusión perpetua con la reclusión por tiempo indeterminado.
El Tribunal anterior, concedió la excarcelación por aplicación del art. 1º de la
ley 24.390, al cumplir los tres (3) años de detención en prisión preventiva; concedió
la excarcelación bajo garantía real debido a la gravedad de los delitos atribuidos al
45
procesado, la pena solicitada por el fiscal y la circunstancia de que se registra una
condena.
El representante del Ministerio Público cuestionó la validez del art. 1º de la ley
24.390 debido a que se hallaría en colisión con lo dispuesto por el art. 7º, inc. 5º de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos; aduce, también, que bajo el
pretexto de reglamentar un tratado internacional, la ley 24.390 lo ha desvirtuado.
El recurso federal resulta procedente en la medida en que se ha cuestionado la
validez de una ley nacional por ser contraria a un Tratado Internacional; la resolución
impugnada es equiparable a sentencia definitiva, ya que se trata de una cuestión que
reviste gravedad institucional, en que el criterio adoptado por el a quo compromete
la administración de justicia al afecta la forma de aplicación de la ley procesal penal.
Normas jurídicas.
En primera instancia se utilizó el art. 1º de la ley 24.390 que establece: “La
prisión preventiva no podrá ser superior a dos años. No obstante, cuando la cantidad
de los delitos atribuidos al procesado o la evidente complejidad de las causas hayan
impedido la finalización del proceso indicado, ésta podrá prorrogarse un año más por
resolución fundada que deberá comunicarse de inmediato al tribunal de apelación
que correspondiese para su debido contralor.”
La Corte Suprema de Justicia de la Nación, basó su fundamentación en las
siguientes normas:
· Art. 7º, inc. 5º de la Convención Americana sobre Derechos Humanos:
“Toda persona detenida o retenida debe ser llevada, sin demora, ante un juez u otro
funcionario autorizado por la ley para ejercer funciones judiciales y tendrá derecho a
ser juzgada dentro de un plazo razonable o a ser puesta en libertad, sin perjuicio de
que continúe el proceso. Su libertad podrá estar condicionada a garantías que
aseguren su comparecencia en el juicio.”
· Art. 319 del Código Procesal Penal de la Nación: “Podrá denegarse la
exención de prisión o excarcelación, respetándose el principio de inocencia y el
artículo 2 de este Código, cuando la objetiva y provisional valoración de las
características del hecho, la posibilidad de la declaración de reincidencia, las
condiciones personales del imputado o si éste hubiere gozado de excarcelaciones
anteriores, hicieran presumir, fundadamente, que el mismo intentará eludir la acción
de la justicia o entorpecer las investigaciones.”
· Art. 380 del Código de Procedimiento en Materia Penal: “Si el imputado
confesare circunstanciada y llanamente su culpabilidad, podrá omitirse la recepción
de la prueba tendiente a acreditarla, siempre que estuviere de acuerdo el Juez, el
Fiscal y el defensor.”
Doctrina.La Corte Suprema de Justicia de la Nación, afirma que si bien la ley
24.390 fija plazos para la procedencia de la libertad caucionada, de ello no se deriva
que vulnere lo establecido por el art. 7º, inc. 5º de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos puesto que la Comisión no prohíbe que cada Estado Parte
establezca plazos de duración de la detención del juzgamiento, lo que no admite es la
aplicación de aquéllos en forma automática sin valorar otras circunstancias. Sostiene
que la ley 24.390 no ha derogado las normas que rigen el instituto de la
excarcelación, razón por la cual las disposiciones de aquélla deben ser interpretadas
a la luz de las normas respectivas del Código de Procedimiento en Materia Penal y
del Código Procesal Penal.
Este Tribunal, considera que la validez del art. 1º de la ley 24.390 se halla
supeditada a la circunstancia de que los plazos fijados en aquella norma no resulten
de aplicación automática por el mero transcurso de los plazos fijados, sino que han de
ser valorados en relación a las pautas establecidas en el art. 380 del Código de
Procedimiento en Materia Penal y en el art. 319 del Código Procesal Penal.
46
Dicha Corte, sostiene que cuando un precepto, basado en la libertad de uno de
sus textos conduzca a resultados concretos que no armonicen con los principios
axiológicos enunciados en otro de rango superior y produzca consecuencias
desvaliosas, resulta necesario dar preeminencia al espíritu de la ley, al conjunto
armonioso del ordenamiento jurídico y a los preceptos fundamentales del derecho en
el grado y jerarquía en que éstos son valorados por el ordenamiento normativo.
Afirma, que en caso de obtener la libertad, el acusado, intentará burlar la acción
de la justicia, razón por la cual debe revocarse la resolución impugnada, puesto que
la interpretación efectuada por el a quo del art. 1º de la ley 24.390 es incompatible
con la jurisprudencia elaborada por la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos y la establecida por esta Corte; así, rechaza la inconstitucionalidad del art.
1º de la ley 24.390 y se revoca la resolución impugnada; haciéndose saber y
volviendo al Tribunal de Origen para que se dicte un nuevo fallo con arreglo a
derecho.

VELÁSQUEZ RODRÍGUEZ - HONDURAS - CORTE INTERAMERICANA DE


DERECHOS HUMANOS Sobre violación al derecho de integridad personal - Ver
Bolilla 6 -

ARENZÓN, GABRIEL D. C. GOBIERNO NACIONAL, MINISTERIO DE


EDUCACIÓN Considerando: 1° - Que la sala III de la Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Contencioso-administrativo Federal confirmó la sentencia de la
instancia anterior que ordenó al Ministerio de Educación de la Nación la
matriculación del actor en el Instituto Nacional Superior de Profesorado doctor
Joaquín V. González, en la especialidad de Matemática y Astronomía, pese a no
contar aquél con la estatura mínima -1,60 m.- exigida por la resolución 957/81 del
Ministerio antes mencionado, sin perjuicio del cumplimiento de las restantes
exigencias reglamentarias previstas. Para así resolver consideró el a quo que no era
razonable excluir al accionante de los cursos de capacitación docente por la causal
cuestionada y que, si bien es admisible, en principio, una determinada exigencia
psicofísica para acceder a esa carrera y cursarla, recaudos de tal índole no deben
traducirse en pautas inflexibles, debiéndose alcanzar dicha finalidad por medio de un
juicio concreto y ponderando acerca de todos los factores personales de los
postulantes.
2° - Que contra dicho fallo la representación estatal interpuso recurso
extraordinario que es procedente, toda vez que se cuestiona la interpretación de
normas federales y la sentencia definitiva del superior tribunal de la causa es
contraria al derecho que la apelante funda en aquéllas (artículo 14, inc. 3°, Ley 48).
3° - Que se agravia la demandada en razón de considerar inadecuada la vía
elegida, ante la existencia de remedios administrativos idóneos y, por necesitar el
tema mayores posibilidades de debate y prueba, dado que la norma impugnada, fruto
de largos y concienzudos estudios realizados por organismos técnicos, fue dictada
con la finalidad de evitar una excesiva discrecionalidad en el manejo de dicho tópico,
por lo que se juzgó imprescindible fijar un tope mínimo sobre la base de lo que
constituye la talla normal promedio. Afirma, también, que la sentencia atacada
importa la indebida injerencia en un campo propio del poder administrador,
implicando además una tácita declaración de inconstitucionalidad, vedada por el inc.
d) del artículo 2° de la Ley 16986.
4° - Que esta Corte tiene declarado que siempre que aparezca de manera clara
y manifiesta la ilegitimidad de una restricción cualquiera a alguno de los derechos
esenciales de las personas, así como el daño grave e irreparable que causaría
remitiendo el examen de la cuestión a los procedimientos administrativos o judiciales,
47
corresponderá que los jueces restablezcan de inmediato el derecho restringido por la
vía rápida del amparo (Fallos t. 241, p. 291; t. 280, p. 228 -Rev. La Ley, t. 92, p. 632,
con nota de Segundo V. Linares Quintana; t. 147, p. 738, fallo 29.270-S-). También ha
dicho que el artículo 2°, inc. d), de la Ley 16986 no debe ser entendido de manera
absoluta, porque ello equivaldría a destruir la esencia misma de la institución que ha
sido inspirada con el propósito definido de salvaguardar los derechos sustanciales de
la persona, cuando no existe otro remedio eficaz al efecto (Fallos, t. 267, p. 215 -Rev.
La Ley, t. 126, p. 293-).
5° - Que el tribunal comparte el criterio del a quo y considera que la vía elegida
por la actora para asegurar su derecho es la que mejor se aviene con las
circunstancias del caso. Esto es así por cuanto la Ley 16986 concede la acción de
amparo contra el acto u omisión de autoridad pública, que en forma actual e
inminente lesione, restrinja, altere o amenace, con arbitrariedad o ilegalidad
manifiesta, esos derechos; y es obvio que la decisión cuestionada participa de ese
carácter, pues la negativa de extender el certificado de aptitud psicofísica,
fundamentada únicamente en la estatura del actor -1,48 m.- no guarda razonable
relación con el objetivo de estudiar el profesorado de matemática y astronomía e
importa una limitación arbitraria a los derechos de enseñar y aprender,
contemplados en el artículo 14 de la Ley Fundamental, que excede la facultad
reglamentaria de la administración.
6° - Que la circunstancia de que la recurrente obrase en ejercicio de facultades
discrecionales en manera alguna puede constituir un justificativo a su conducta
arbitraria, pues es precisamente la razonabilidad con que se ejercen tales facultades
el principio que otorga validez a los actos de los órganos del Estado y que permite a
los jueces, ante planteos concretos de la parte interesada, verificar el cumplimiento
de dicho presupuesto (Fallos, t. 298, p. 223 -Rev. La Ley, t. 1978-C, p. 676, sec. J.
Agrup., caso 3243- y sentencia del 27 de setiembre de 1983 "in re"; "Almirón,
Gregoria c. Ministerio de Educación de la Nación s/ acción de amparo").
7° - Que, por lo demás, la recurrente no puso de manifiesto a lo largo del
proceso los estudios y fundamentos técnicos que invoca en apoyo de su postura y que
justificarían la necesidad de una mayor amplitud de debate y prueba. Por el
contrario, las razones aportadas por ella, además de demostrar que no cabe exigir un
marco procesal más amplio, se tornan insustanciales, lo que reafirma, en el caso, la
manifiesta arbitrariedad de la norma atacada.
Por ello, y de conformidad con lo dictaminado por el Procurador General, se
confirma la sentencia de fs. 79/81 en lo que pudo ser materia de recurso
extraordinario. Costas a la demandada. Genaro R. Carrió. - José S. Caballero. - Carlos
S. Fayt. - Augusto C. Belluscio (según su voto). - Enrique S. Petracchi (según su voto).

UNIDAD 8:
MERCIADRI DE MORINI, MARÍA TERESA S/ PRESENTACIÓN (UNIÓN
CÍVICA RADICAL)-
Mirtha Sisnero quería ser colectivera de micros urbanos en Salta, y la empresa
concesionaria era específica en sus contrataciones: sólo emplea hombres. Pasó por
varias instancias con respuestas negativas, que ahora fueron revertidas por el fallo
de la Corte. Para una visión cronicada, esta nota de Infojus anterior al caso, y esta de
Mariana Carbajal en P12, después del fallo. Para el encuadre más técnico,
recomendamos mucho ver este paper de Puga y Otero (PDF).

48
En una visión general, el planteo era la discriminación en contra de las
mujeres, por ser excluidas de las ofertas laborales en el rubro por razón de su sexo.
Al respecto hubo hace años una causa similar donde se condenó a la cadena de
heladerías Freddo (en sus avisos pedía empleados varones), que no llegó a la Corte
Suprema (la causa era "Fundación Mujeres en Igualdad", y el muy buen fallo de Kiper
y Giardulli de 2002 puede verse acá).
El fallo de la Corte
La Corte aplica el principio ya sentado en "Pellicori c. Colegio Público de
Abogados" que "dinamiza" las cargas probatorias en juicios por discriminación.
Funciona de este modo: si un acto prueba la existencia de hechos de los que pueda
presumirse un motivo discriminatorio el demandado debe probar que tenía un motivo
objetivo y razonable, plausible para la decisión (en "Pellicori", caso resuelto por la
Corte en 2011, la demandante había planteado que su despido obedecía a su cercanía
con un delegado gremial de la entidad, con lo que el motivo que estaba en juego era
la discriminación por razones sindicales). La Corte explica que esto viene de
"McDonnell Douglas Corp. v. Green", un caso de 1973 de la Corte EE.UU. (411 U.S.
792) que dio lugar al criterio conocido como McDonnell Douglas burden-shifting
Esto es así porque claramente las discriminaciones no suelen estar
"documentadas" como tales, y en todo caso se trata de prueba que queda siempre en
poder del sujeto demandado. No es explícitamente una "inversión" de la prueba, ya
que el demandante debe sentar que es plausible, prima facie, la posibilidad de que
exista discriminación.
La Corte, en fin, obliga a que el STJ Salta reconsidere el caso a la luz de esa
doctrina de cargas probatorias en casos de discriminación, cuya respuesta, casi
cantada, derivará en victoria para la demandante.
Las consecuencias
Un primer detalle, explícito en el fallo. Siguiendo la senda del viejo "Kot", la
Corte dice que el efecto de los derechos irradia también a los particulares. En ese
sentido, el fallo "Sisnero" invoca la Opinión Consultiva 18/03 de la Corte
Interamericana (PDF) sobre derechos de los migrantes, citada antes por nuestra
corte en "Alvarez, Maximiliano y otros c/ CencosudSA" de 2010.

FALLO FUNDACIÓN MUJERES EN IGUALDAD CONTRA FREDDO (Ver B7)

CASO MARIA DA PENHA, BRASIL (VIOLENCIA DOMÉSTICA CONTRA LAS


MUJERES)
En 1983 María da Penha, brasileña, biofarmacéutica, fue víctima de doble
intento de homicidio por su entonces marido y padre de sus 3 hijas, dentro de su
casa, en Fortaleza, Ceará. El agresor, Marco Antonio Heredia Viveiros, colombiano
naturalizado brasileño, economista y profesor universitario, le disparó por la espalda
mientras ella dormía, causándole paraplejia irreversible, entre otros graves daños a
su salud. En ocasión posterior, intentó electrocutarla en el baño. Hasta 1998, más de
15 años después del crimen, pese haber dos condenas por el Tribunal de Jurados de
Ceará (1991 y 1996), aún no había una decisión definitiva en el proceso y el agresor
permanecía en libertad, razón por la cual Maria da Penha, CEJIL y CLADEM enviaron
el caso a la CIDH/OEA. El Estado no respondió a la petición y permaneció silencioso
durante todo el procedimiento.
En 2001, la CIDH responsabilizó al Estado por omisión, negligencia y
tolerancia en relación con la violencia doméstica contra las mujeres brasileñas.
Consideró que en este caso se daban las condiciones de violencia doméstica y de
tolerancia por el Estado definidas en la Convención de Belém do Pará y que existía
responsabilidad por la falta de cumplimiento a los deberes del art. 7(b), (d), (e) (f) y
49
(g), en relación con los derechos por ella protegidos, entre los cuales, a una vida libre
de violencia (art. 3), a que se respete su vida, integridad física, psíquica y moral y
seguridad personal; dignidad personal, igual protección ante la ley y de la ley; y a un
recurso sencillo y rápido ante los tribunales competentes, que la amparara contra
actos que violaran sus derechos (art. 4 (a), (b), (c ) (d), (e), (f) y (g)). Consideró
violados los derechos a las garantías judiciales y a la protección judicial de los arts. 8
y 25 de la Convención Americana, en conexión con la obligación de respetar y
garantizar los derechos, prevista en su art. 1(1), debido a la dilación injustificada y
tramitación negligente del caso.
Además, estableció recomendaciones de naturaleza individual para el caso y
también de políticas públicas para el país. En síntesis, las de: completar el
procesamiento penal del responsable; proceder a una investigación y
responsabilización en relación con las irregularidades y retrasos injustificados en el
proceso; proveer una reparación simbólica y material a la víctima; promover la
capacitación de funcionarios judiciales y policiales especializados; simplificar
procedimientos judiciales penales; promover formas alternativas de solución de
conflictos intrafamiliares; multiplicar el número de Comisarías de la Mujer con
recursos especiales y brindar apoyo al Ministerio Publico en sus informes judiciales;
incluir en los planes pedagógicos unidades curriculares sobre el respeto a la mujer,
sus derechos, la Convención de Belém do Pará y el manejo de conflictos
intrafamiliares.
Se trata del primer caso en que se aplicó la Convención de Belém do Pará en el
sistema interamericano, con decisión en que se responsabiliza un país en materia de
violencia doméstica contra las mujeres. Solo debido al uso efectivo del sistema
internacional, en acciones de litigio y de monitoreo, y por la presión política
internacional y nacional, es que en marzo de 2002 el proceso penal fue concluido en
ámbito interno y, en octubre del mismo año, el agresor fue arrestado. El caso fue
también reportado al Comité CEDAW en 2003, el cual recomendó al Estado adoptar
“sin demora una legislación sobre violencia doméstica”. El 7 de agosto de 2006, como
resultado de una acción conjunta de la sociedad civil y del Estado, se aprueba la Ley
11.340 (Ley Maria da Penha), que crea mecanismos para refrenar la violencia
doméstica y familiar contra la mujer.
Luego de años de negociaciones entre la víctima, el Estado y las peticionarias,
en 7 de julio de 2008, en un evento público llevado a cabo en Fortaleza, se hace
efectiva la reparación a la víctima, mediante el pago de la indemnización y un pedido
de disculpas a Maria da Penha, ambos llevados a cabo por el gobierno de Ceará, con
reconocimiento del Estado brasileño de su responsabilidad internacional ante las
violaciones ocurridas, que tuvo gran repercusión en los medios informativos. En
diciembre de 2008, el Estado de Ceará adhirió al Pacto Nacional de Enfrentamiento a
la Violencia contra la Mujer, importante medida que promueve la adopción de
políticas relacionadas con el cumplimiento de las recomendaciones de la CIDH. Sigue
pendiente, todavía, la investigación y responsabilización relativas a las
irregularidades y retrasos injustificados en el proceso en el ámbito de la justicia
interna.

CASO LNP  c.ARGENTINA -Comunicación 1610/07  LNP c/ Estado Argentino -


Comité de Derechos Humanos – ONU
El 3 de octubre del 2003, LNP, 15 años, integrante de la etnia Qom, salió con
su amiga GC a pasear por la plaza de El Espinillo. A esa misma hora, tres muchachos,
Humberto Darío Rojas, Lucas Gonzalo Anriquez y Leonardo Javier Palavecino -
conocidos de la muchacha- se encontraban en ese lugar, bebiendo cerveza. Uno de
ellos, Javier, la llama por su nombre, razón por la cual la adolescente se detiene,
50
mientras que su amiga iba hasta su casa a buscar un termo para tomar tereré. Javier
le propone ser novios y hacer el amor esa noche, a lo que ella se niega, respuesta que
provoca el enojo del joven. Mientras dos la retenían por los brazos y le tapaban la
boca con la remera, Palavecino la viola analmente.
Los violadores, para liberarla, le hicieron prometer que no diría nada. Pero apenas la
soltaron corrió hasta la comisaría. Eran las once y media de la noche. Dolorida, al
borde de la desesperación, quiso hacer la denuncia.
Durante más de tres horas la policía la tuvo de pie, cruzada por el dolor,
agotada de injusticia. Recién cuando se cansaron de su llanto accedieron a tomarle la
denuncia. Luego la llevaron al Puesto Sanitario pero el médico de guardia se limitó a
revisarla y la mandó a su casa. Eran las cuatro de la madrugada.
La presión de la Asociación Meguesoxochi, así como la entereza y valentía de
la niña y su familia fueron factores decisivos para que este caso llegara a juicio en un
territorio donde habitualmente las violaciones a mujeres de pueblos originarios son
desestimadas por una policía y una justicia que está en manos de criollos.
Los acusados fueron absueltos, en una sentencia impregnada de discriminación
por género y por etnia. LNP abandonó la escuela y  se recluyó en su casa.
Dos jóvenes de la Asociación Comunitaria Meguesoxochi recorrieron 80
kilómetros en bicicleta para llegar hasta un teléfono en la ciudad  de Castelli e
informar a la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación que los violadores
estaban libres.  La Secretaría pidió el expediente pero nada se podía hacer porque el
caso estaba cerrado.

DICTAMEN DEL COMITÉ


Fecha de aprobación: 18 de julio de 2011
El Comité de Derechos Humanos, actuando de conformidad con el Protocolo
Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, considera que el
Estado parte ha violado los siguientes artículos:
Artículo 26: “Con base a los hechos no refutados que tiene ante sí, el Comité
concluye que los hechos ante sí ponen de manifiesto la existencia de discriminación
basada en la condición de niña y la etnicidad de la autora”.
Artículo 24:” El Comité considera asimismo que el trato recibido por la autora por
parte del personal judicial, policial y médico descrito denota un incumplimiento del
Estado de su obligación de adoptar las medidas de protección requeridas por la
condición de menor de la autora”.
Artículo 14, párrafo 1: ” El Comité toma nota de la afirmación de la autora en el
sentido que, al no haber sido informada sobre su derecho a constituirse en parte
querellante según la legislación provincial vigente, no pudo participar como parte en
el proceso y que, en consecuencia, tampoco le fue notificada la sentencia absolutoria.
La autora alega asimismo varias irregularidades acaecidas durante el proceso
judicial que se siguió contra los tres imputados. En particular, según afirma la
autora, el proceso tuvo lugar íntegramente en español y sin interpretación a pesar de
que tanto ella como otros testigos tenían problemas de comunicación en dicho
idioma. En vista de que el Estado parte no ha refutado dichas alegaciones, el Comité
considera que se ha violado el derecho de la autora a acceder a los tribunales en
condiciones de igualdad”.
Artículo 7: “En cuanto a las afirmaciones de la autora relativas al sufrimiento físico y
psicológico experimentado, el Comité considera que el trato recibido por ésta en la
comisaría de policía y en el puesto médico justo después de haber sufrido la agresión,
así como durante el proceso judicial, en la que se realizaron múltiples declaraciones
discriminatorias en su contra, contribuyeron a su revictimización, agravada en razón
de su minoría de edad. El Comité recuerda que, según lo señalado en su Observación
51
general No 20 y en su jurisprudencia, el derecho protegido por el artículo 7 no sólo
comprende el dolor físico sino también el sufrimiento moral”
Artículo 17: “En cuanto a la queja de la autora relacionada con el artículo 17 del
Pacto, el Comité considera que las constantes indagaciones por la asistencia social,
por el personal médico y por el tribunal sobre la vida sexual y la moral de la autora
constituyeron una injerencia arbitraria en su vida privada y un ataque ilegal a su
honra y reputación, especialmente por ser irrelevantes para la investigación del caso
de violación y por tratarse de una menor de edad. El Comité recuerda su Observación
General No 28, señalando que se entiende como injerencia en el sentido del artículo
17 la toma en consideración de la vida sexual de una mujer al decidir el alcance de
sus derechos y de la protección que le ofrece la ley, incluida la protección contra la
violación.”
Artículo 2, punto 3 a) párrafo 3: “El Comité toma nota de las alegaciones de la autora
en el sentido que no dispuso de ningún recurso para plantear sus quejas presentadas
ante el Comité porque, según la legislación nacional vigente, los actos judiciales no
son susceptibles de ser recurridos en amparo. En ausencia de argumentación del
Estado parte en contra de dicha afirmación, el Comité considera que no se garantizó
a la autora, en tanto que víctima, un recurso efectivo”.
Artículo 3: “El Comité de Derechos Humanos, actuando de conformidad con el
párrafo 4 del artículo 5 del Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos, considera que el Estado parte ha violado los artículos 3; 7;14
párrafo 1;17;24,y 26 y el párrafo 3 del artículo 2 en relación con los anteriores, del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.”
Asimismo el Comité:
– Solicita el cumplimiento integral de los compromisos acordados entre el Estado y
las peticionarias para reparar a la víctima y garantizar que el caso no se vuelve a
repetir, reconociendo los avances del gobierno del Chaco en ese sentido.
–  Establece que el Estado tiene la obligación de evitar que se cometan violaciones
semejantes en el futuro, en particular, asegurando el acceso de las víctimas de
agresiones sexuales, a los tribunales en condiciones de igualdad.
-Exige que en un plazo de 180 días, el Estado debe enviar al Comité información
sobre las medidas que haya adoptado para aplicar el dictamen.

NIÑAS YEAN Y BOSICO VS. REPÚBLICA DOMINICANA:


Corte Interamericana de Derechos Humanos
Naturaleza del caso: Denuncia por denegación de los derechos a la
nacionalidad y a la educación a niñas de ascendencia haitiana nacidas en República
Dominicana. Derecho a la nacionalidad como vía para el reconocimiento de derechos
civiles y políticos. Obligación de no discriminación en el otorgamiento de la
nacionalidad. Medidas cautelares para prevenir su expulsión del país y garantizar el
derecho a la educación a la niña en edad escolar.
Resumen: La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) recibió
una petición en favor de las niñas DilciaYean y Violeta Bosica contra la República
Dominicana por haber negado la nacionalidad a las niñas a pesar de haber nacido en
ese territorio. Los peticionarios señalaron que debido a la falta de reconocimiento de
la nacionalidad, las niñas estaban expuestas al peligro inminente de ser expulsadas
del país y que no podían ingresar a la escuela por carecer de un documento de
identificación. La CIDH adoptó medidas cautelares para evitar la expulsión y
garantizar que Bosica pudiera continuar con sus estudios. La CIDH sometió el caso
ante la Corte Interamericana quien entendió que el Estado Dominicano violó los
derechos a la adopción de medidas de protección, a la igualdad y no discriminación, a
52
la nacionalidad, a la personalidad jurídica y al nombre de las niñas al negarse a
emitir los certificados de nacimiento e impedirles el ejercicio de derechos de
ciudadanía debido a su ascendencia. La Corte reconoció que el derecho a la
nacionalidad era la vía para el ejercicio del resto de los derechos y que negar a los
niños/as el certificado de nacimiento significaba negarles su membresía a una
comunidad política. En consecuencia, requirió del Estado la adopción de medidas
para revertir la situación de discriminación histórica en sus sistemas de registro de
nacimientos y su sistema educativo y, en particular, la adopción de un procedimiento
sencillo, accesible y razonable, para que los niños dominicanos de ascendencia
haitiana obtengan su certificado de nacimiento. Por último, la Corte le exigió al
Estado que garantice el acceso a la educacioìn primaria y gratuita a todos los ninÞos,
independientemente de su ascendencia u origen. La Corte consideró que esta
obligación se deriva de la especial proteccioìn que se les debe brindar.
Ejecución de la decisión y los resultados: La Corte IDH resolvió supervisar
el cumplimiento de esta sentencia. Dentro del plazo de un año, contado a partir de la
notificación de la sentencia, el Estado deberá rendir a la Corte un informe sobre las
medidas adoptadas para darle cumplimiento.
Significado del caso: Este caso representa un valioso precedente en materia
de derechos sociales: por un lado, se reconoce el valor fundamental del derecho a la
nacionalidad como instrumento para el reconocimiento del resto de los derechos; por
otro, es uno de los primeros casos en que se exponen violaciones al derecho a la
educación y la Corte ordena garantizar su ejercicio, independientemente de la
ascendencia del niño/a. También representa un llamado de atención al Estado
dominicano para que remedie la situación generalizada de vulneración de los
derechos de miles de niños y niñas de ascendencia haitiana en su territorio.

VÉLEZ LOOR VS. PANAMÁ


El caso se refiere a la responsabilidad internacional del Estado por la
detención migratoria de Jesús Vélez Loor, por las malas condiciones en el centro de
detención y por la falta de un debido proceso.
Derechos violados: Convención Americana: Artículo 1 (Obligación de respetar los
derechos.) , Artículo 2 (Deber de adoptar disposiciones de derecho interno) , Artículo
24 (Igualdad ante la ley) , Artículo 25 (Protección Judicial) , Artículo 5 (Derecho a la
Integridad Personal) , Artículo 8 (Garantías Judiciales) , Artículo 9 (Principio de
legalidad y de retroactividad)
Hechos
- Los hechos del presente caso se refieren a Jesús Tranquilino Vélez Loor, de
nacionalidad ecuatoriana. El señor Vélez Loor fue retenido el 11 de noviembre de
2002 en el Puesto Policial de Tupiza, en la Provincia del Darién, República de
Panamá, por presuntamebte no portar la documentación necesaria para permanecer
en dicho país.
- Posteriormente, la Directora Nacional de Migración y Naturalización del
Ministerio de Gobierno y Justicia dictó una orden de detención en su contra. El señor
Vélez Loor fue trasladado a una cárcel pública. El 6 de diciembre de 2002 se resolvió
imponerle una pena de dos años de prisión por haber infringido las disposiciones del
Decreto Ley No. 16 sobre Migración de 30 de junio de 1960. La referida resolución
no fue notificada al señor Vélez Loor.
- El 18 de diciembre de 2002 fue trasladado al centro penitenciario La Joyita.
Mediante resolución de 8 de septiembre de 2003, la Directora Nacional de Migración
resolvió dejar sin efecto la pena impuesta. El 10 de septiembre de 2003 el señor
Vélez Loor fue deportado hacia Ecuador. Tras ser deportado, el señor Vélez Loor

53
alegó haber sido víctima de actos de tortura y malos tratos ocurridos durante su
estancia en los diversos centros penitenciarios.
La Corte declara que,
- El Estado es responsable por la violación del derecho a la libertad personal,
reconocido en el artículo 7.1, 7.3, 7.4, 7.5 y 7.6, en relación con los artículos 1.1 y 2
de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en perjuicio del señor Jesús
Tranquilino Vélez Loor.
- El Estado es responsable por la violación del derecho a las garantías
judiciales, reconocido en el artículo 8.1, 8.2.b, 8.2.c, 8.2.d, 8.2.e, 8.2.f y 8.2.h, en
relación con los artículos 1.1 y 2 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, en perjuicio del señor Jesús Tranquilino Vélez Loor.
- El Estado es responsable por la violación del principio de legalidad,
reconocido en el artículo 9, en relación con el artículo 1.1 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, en perjuicio del señor Jesús Tranquilino Vélez
Loor.
- El Estado es responsable por la violación del derecho a la integridad personal
reconocido en el artículo 5.1 y 5.2, en relación con el artículo 1.1 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, respecto a las condiciones de detención, en
perjuicio del señor Jesús Tranquilino Vélez Loor.
- El Estado es responsable por la falta de garantía del derecho a la integridad
personal reconocido en el artículo 5.1 y 5.2, en relación con el artículo 1.1 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, y por el incumplimiento de los
artículos 1, 6 y 8 de la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la
Tortura, respecto de la obligación de investigar los alegados actos de tortura, en
perjuicio del señor Jesús Tranquilino Vélez Loor.
- El Estado incumplió la obligación de garantizar, sin discriminación, el
derecho de acceso a la justicia, establecido en los artículos 8.1 y 25, en relación con
el artículo 1.1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en perjuicio del
señor Jesús Tranquilino Vélez Loor.

NADEGEDORZEMA Y OTROS VS. REPÚBLICA DOMINICANA


El caso se refiere a la responsabilidad internacional del Estado por la muerte y
afectaciones a la integridad de migrantes haitianos por parte de agentes militares,
así como la falta de investigación de los hechos en el fuero ordinario.
Derechos violados: Convención Americana: Artículo 1 (Obligación de respetar los
derechos.) , Artículo 2 (Deber de adoptar disposiciones de derecho interno) , Artículo
22 ( Derecho de circulación y de residencia) , Artículo 24 (Igualdad ante la ley) ,
Artículo 25 (Protección Judicial) , Artículo 4 (Derecho a la vida) , Artículo 5 (Derecho
a la Integridad Personal) , Artículo 7 (Derecho a la libertad personal) , Artículo 8
(Garantías Judiciales)
HECHOS:
- Los hechos del presente caso se iniciaron cuando, el 16 de junio de 2000, 30
nacionales haitianos, entre ellos un menor de edad y una mujer embarazada
ingresaron a territorio dominicano. El camión en el que se encontraban pasó por dos
puestos de control. En el segundo, cuatro militares pertenecientes al Destacamento
Operativo de Fuerza Fronteriza abordaron su patrulla e iniciaron la persecución del
vehículo que no se había detenido. Los militares realizaron numerosos disparos con
sus armas en dirección al camión.
- Durante el tiroteo, fue herido de muerte el acompañante del conductor
Máximo Rubén de Jesús Espinal, cuyo cuerpo salió expulsado del camión. Los
militares que se encontraban en persecución observaron el cuerpo del señor Espinal
caer del vehículo, sin embargo continuaron su marcha sin detenerse. Posteriormente,
54
el camión se volcó a orillas de la carretera, y algunas personas quedaron atrapadas
bajo el vehículo. Un grupo de personas personas fallecieron producto del accidente y
por los disparos de los militares luego de la volcadura del camión.
- Posteriormente, algunas personas sobrevivientes fueron trasladadas a un
hospital. Sin embargo, el tratamiento recibidido fue precario. El 18 de junio de 2000,
un grupo de personas sobrevivientes fueron detenidas. Los detenidos fueron llevados
a un cuartel militar en Dejabón. En el cuartel militar de Dejabón, agentes militares
del cuartel amenazaron con obligarlos a trabajar en el campo o bien darles dinero a
dichos agentes a cambio de que éstos los llevaran a la frontera con Haití. En
respuesta, los detenidos hicieron una colecta de dinero para dárselo a los agentes,
quienes en horas de la tarde del mismo día los trasladaron a la ciudad de
Ouanaminthe (Wanament), en Haití. El 5 de marzo de 2004 el Consejo de Guerra de
Primera Instancia emitió sentencia en el proceso penal militar contra los agentes
involucrados en los hechos, en la cual se encontraron culpables de homicidio a dos
personas y se les condenó a cinco años de prisión.
La Corte dispone,
- Que la Sentencia de Fondo, Reparaciones y Costas constituye per se una
forma de reparación.
- Que el Estado debe reabrir la investigación de los hechos del caso, a fin de
individualizar, juzgar y, en su caso, sancionar a todos los responsables de tales
hechos.
- Que el Estado debe determinar el paradero de los cuerpos de las personas
fallecidas, repatriarlos y entregárselos a sus familiares, en el plazo de un año a partir
de la notificación de la Sentencia.
- Que el Estado debe brindar el tratamiento médico y psicológico que
requieran las víctimas, de forma inmediata y por el tiempo que sea necesario.
- Que el Estado debe realizar las publicaciones indicadas en el plazo de seis
meses contado a partir de la notificación de la la Sentencia de Fondo, Reparaciones
y Costas.
- Que el Estado debe realizar un acto público de reconocimiento de
responsabilidad internacional y disculpas públicas, en el plazo de seis meses contado
a partir de la notificación de la Sentencia.
- Que el Estado debe implementar los programas de capacitación destinado a
funcionarios de las Fuerzas Armadas, agentes de control fronterizo y agentes
encargados de procedimientos migratorios, de forma permanente. A tal efecto, el
Estado deberá presentar un informe anual durante tres años consecutivos, en el que
indique las acciones que se han realizado con tal fin.
- Que el Estado debe realizar una campaña en medios de comunicación sobre
los derechos de las personas migrantes regulares e irregulares, en el territorio
dominicano. A tal efecto, el Estado deberá presentar un informe anual durante tres
años consecutivos, en el que indique las acciones que se han realizado con tal fin.
- Que el Estado debe, dentro de un plazo razonable, adecuar su legislación
interna sobre el uso de la fuerza por los funcionarios encargados de aplicar la ley.
- El Estado deberá pagar las cantidades fijadas en los párrafos 284, 285, 288,
297 y 301 de la Sentencia de Fondo, Reparaciones y Costas por concepto de
indemnizaciones por daño material e inmaterial, por reintegro de costas y gastos, así
como por reintegro al Fondo de Asistencia Legal de Víctimas, en el plazo de un año
contado a partir de la notificación de la misma.
- El Estado debe, dentro del plazo de un año contado a partir de la notificación
de la Sentencia de Fondo, Reparaciones y Costas, rendir al Tribunal un informe
sobre las medidas adoptadas para cumplir con la misma.

55
- La Corte supervisará el cumplimiento íntegro de la Sentencia de Fondo,
Reparaciones y Costas, en ejercicio de sus atribuciones y en cumplimiento de sus
deberes conforme a la Convención Americana sobre Derechos Humanos, y dará por
concluido el presente caso una vez que el Estado haya dado cabal cumplimiento a lo
dispuesto en la misma.
La Corte declara:
- Que el Estado es responsable por la violación del derecho a la vida,
reconocido en el artículo 4.1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos,
en relación con el artículo 1.1 de la misma, en perjuicio de (...)
- Que el Estado es responsable por la violación del derecho a la integridad
personal, reconocido en el artículo 5.1 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, en relación con el artículo 1.1 del mismo instrumento, en
perjuicio de (...)
- Que el Estado es responsable por la violación de los derechos a la integridad
personal reconocido en el artículo 5.1 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, en relación con el artículo 1.1 del mismo instrumento, en
perjuicio de (...)y sus familiares, indicados en el Anexo A de la Sentencia de
Fondo, Reparaciones y Costas.
- Que el Estado es responsable por la violación del derecho a la libertad
personal, reconocido en el artículo 7.1, 7.2, 7.3, 7.4, 7.5 y 7.6 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, en relación con el artículo 1.1 de la misma, en
perjuicio de (...)
- Que el Estado es responsable por la violación de los derechos a las garantías
judiciales y de libre circulación, reconocidos en los artículos 8.1 y 22.9 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, en relación con el artículo 1.1 del
mismo instrumento, en perjuicio de (...)
- Que el Estado es responsable por la violación de los derechos a las garantías
judiciales y a la protección judicial, reconocidos en los artículos 8.1 y 25.1 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, en relación con el artículo 1.1 de
la misma, en perjuicio de las víctimas indicadas en el Anexo A del presente Fallo.
- Que el Estado es responsable por la violación de la obligación de adecuar su
derecho interno, establecida en el artículo 2 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, en relación con los artículos 4.1, 8 y 25 del mismo instrumento.
- Que el Estado incumplió con el deber de no discriminar, contenido en el
artículo 1.1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en relación con
los derechos reconocidos en los artículos 2, 4, 5, 7, 8, 22.9 y 25 de la misma.
- Que la Corte estimó que no procede pronunciarse respecto de la alegada
violación de los derechos a la personalidad jurídica e igualdad ante la ley,
reconocidos en los artículos 3 y 24 de la Convención.

INFORME No. 85/11 - PETICIÓN 12.306 - SOLUCIÓN AMISTOSA- JUAN


CARLOS DE LA TORREARGENTINA
Juan Carlos De la Torre es un inmigrante uruguayo que ingresó en la Argentina
en 1974. Luego de 24 años de permanencia en el país fue detenido sin orden judicial
y expulsado del país. El órgano que determinó la expulsión, la Dirección Nacional de
Migraciones, si bien se encuentra autorizada por la Ley Nacional de Migraciones, no
goza de competencia para realizar tal acto. Además se privó al Sr. De la Torre de
acceder a un recurso sencillo y rápido en virtud de que la resolución del recurso
omitió expedirse sobre las violaciones alegadas, violando de esta manera su derecho
a la libertad personal, las garantías judiciales y su derecho a la protección judicial.
De la Torre en diciembre de 1996 presentó una acción de hábeas corpus dado
que esa misma noche se llevaría a cabo la expulsión. Ese mismo día la acción fue
56
desestimada. La Cámara de Apelaciones confirmó la decisión de primera instancia.
En ningún momento la decisión administrativa fue suspendida.
Los abogados de De la Torre interpusieron un recurso de inconstitucionalidad.
La Cámara de Casación, órgano destinado a resolver este tipo de recursos, decidió
que este recurso era inadmisible por cuestiones formales. Ante esta decisión se
presentó un recurso extraordinario. La Corte Suprema, por mayoría, desestimó el
recurso con la sola alegación de que el objeto del recurso, es decir la libertad de De
la Torre, se había vuelto abstracta.
Con este caso se intenta -además de encontrar una solución particular para De la
Torre-, propiciar el inicio de un proceso de solución amistosa que persiga la
modificación de la Ley Nacional de Migraciones, ley que se encuentra en pugna con
los compromisos adoptados por el Estado argentino en materia de derechos
humanos.
En efecto, el proceso de expulsión de inmigrantes no respeta los estándares
mínimos de debido proceso. Se trata ésta de una de las tantas violaciones de
derechos fundamentales que padecen los inmigrantes, por lo general, de países
limítrofes, en Argentina. La Ley de Migraciones fue sancionada durante la última
dictadura militar, bajo la lógica de la "Doctrina de la Seguridad Nacional" y considera
a los inmigrantes como "peligrosos".
El CELS presentó el 23 de junio de 1999, una denuncia ante la CIDH por los
hechos descriptos. El 25 de mayo de 2000, el CEJIL se presentó como copeticionario
del caso
ACUERDO;
Atento a ello, el Gobierno de la República Argentina y los peticionarios
acuerdan:
1) Expresar su beneplácito por los resultados del proceso de solución
amistosa reseñados precedentemente, que ratifica una vez más el alto valor y
potencialidad del sistema interamericano de protección de derechos humanos, y
particularmente de la institución de la solución amistosa, como legítimo mecanismo
de alerta temprana y para la instrumentación efectiva de medidas tendientes al
mejoramiento institucional del Estado;
2) Que el Estado argentino se compromete a adoptar todas aquellas
medidas que fueran necesarias para garantizar el respeto de los estándares
internacionales que fueran exigibles en materia migratoria, en base a la siguiente
agenda de trabajo tentativa:
a) El Estado argentino se compromete a hacer sus mejores esfuerzos para
dictar, en el plazo de un (1) mes, la reglamentación de la nueva Ley de Migraciones,
tomando como texto el Proyecto aprobado por la Comisión Asesora para la
Reglamentación de la Ley N° 25.871, creada por la Disposición de la Dirección
Nacional de Migraciones N° 37130/08, del 26 de mayo de 2008. La mencionada
Comisión se integró con organizaciones eclesiásticas, como la Fundación Comisión
Católica, y organizaciones de derechos humanos como el CELS, entre otras. La
Comisión –que funcionó entre los meses de junio a octubre de 2008- elaboró un
proyecto de reglamento de la ley de migraciones, que se adjunta como parte
integrante del presente acuerdo. Este proyecto respeta el contenido de la nueva ley,
garantizando, entre otros aspectos, el acceso igualitario de las personas migrantes a
los servicios sociales, bienes públicos, salud, educación, justicia, trabajo, empleo y
seguridad social, el derecho a la reagrupación familiar, el derecho al debido proceso
en el procedimiento migratorio, facilidades para el pago de la tasa migratoria y un
sistema claro de exención de dicha tasa, y la adopción de las medidas que fueran
necesarias para garantizar una adecuada asesoría jurídica para migrantes y sus
familias.
57
b) El Estado argentino se compromete a realizar un pormenorizado análisis
de la legislación vigente en la materia (nacional y provincial) a fin de impulsar la
adecuación de aquella normativa que eventualmente contenga disposiciones que
efectúen discriminaciones ilegítimas con base en la condición de extranjero de la
persona o en su condición migratoria a los estándares internacionales y
constitucionales en la materia. En este sentido, las partes destacan la aprobación del
“Plan Nacional contra la Discriminación”, que incluye un capítulo específicamente
dedicado a los migrantes y a los refugiados.
c) El Estado argentino se compromete, a través de la coordinación del
Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, a mantener
periódicamente en la sede de la Cancillería las reuniones de trabajo que fueran
necesarias con el objeto de monitorear la aplicación efectiva de los compromisos
asumidos, a las que se convocará a las agencias estatales que tuvieran competencia
en los distintos puntos a evaluar, y de informar con igual periodicidad a la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos.

CASO GONZÁLEZ Y OTRAS (“CAMPO ALGODONERO”) VS. MÉXICO:


La niña Esmeralda Herrera Monreal, 15 años, pobre, migrante interna,
desapareció el 29 de octubre de 2001 en Ciudad Juárez, cuando se trasladaba de su
hogar a una casa en que laboraba como empleada doméstica. El 7 de noviembre fue
hallada asesinada en un sitio llamado “Campo Algodonero”. La investigación del caso,
tanto durante su desaparición como después de haber conocido su muerte, está
plagada de irregularidades e inconsistencias, en el contexto del fenómeno de
femicidio-feminicidio en México, de numerosos asesinatos y desapariciones forzadas
de mujeres en Ciudad Juárez, seguidas de impunidad por razones imputables a las
autoridades.
Entre otras irregularidades, no se asumió la pronta búsqueda ante la
desaparición y se negó informaciones mandando a la madre a comprar el periódico
para enterarse de las noticias; no se la notificó del hallazgo de los primeros
cadáveres encontrados; no existe información sobre el resultado de las evidencias
encontradas ni se desprende del expediente donde quedaron resguardadas; el cuerpo
de la menor, con solo 8 días de desaparecida, no tenía rostro ni cabello; las
autoridades judiciales informan que los animales, el viento y la tierra lo habían
destrozado, pero el resto de su cuerpo estaba desnudo e intacto; no entregaron a los
familiares ningún documento de la autopsia; no les permitieron estar presentes
cuando se pasó el cuerpo al ataúd; no entregaron los resultados del ADN, pese la
toma de pruebas de sangre y cabello a la madre y padre de Esmeralda; intentaron
convencerlos de que los responsables estaban en la cárcel; los presuntos asesinos
alegan que su confesión fue obtenida bajo tortura; al entregar el cuerpo de la menor,
cerraron el caso y los familiares fueron víctimas de maltrato, hostigamiento e
intimidación por parte de las autoridades.
El 6 de marzo de 2002, Irma Monreal, madre de la víctima, y la Red Ciudadana
de No Violencia y por la Dignidad Humana presentaron denuncia ante la CIDH/OEA,
alegando la responsabilidad internacional del Estado por violaciones a la Convención
de Belém do Pará, a la Convención Americana sobre Derechos Humanos y a la
Declaración Americana. En 25 de febrero de 2005, la CIDH declara la admisibilidad
del caso. En ese año es presentado un estudio de fondo sobre el caso por la
Asociación Nacional de Abogados Democráticos (ANAD), con el apoyo del CLADEM, y
la madre de Esmeralda nombra a ANAD como copeticionaria. CLADEM figura como
copeticionaria por la firma de un convenio con ANAD e Irma Monreal en octubre de
2006, el mismo que fue presentado ante la Comisión y admitido en marzo del 2007.

58
Mediante informe Nº 28/07 (reservado), la CIDH decide acumular los casos de
Laura Berenice Ramos Monarrez, de 17 años, Claudia Ivette Gonzales de 20 años y
Esmeralda Herrera Monreal, asesinatos que ocurrieron en la misma ciudad,
conocidos como los casos del “Campo Algodonero”, emitiendo su decisión de fondo y
otorgando al Estado dos meses para informar sobre las medidas adoptadas para dar
cumplimiento a las recomendaciones. El Estado solicita la prórroga de 18 meses para
dar cumplimiento a una de las recomendaciones y que se reconozca y acepte el
cumplimiento de las demás. En 03 de julio la CIDH informa que ha concedido al
Estado una prórroga de 4 meses, quedando suspendido el establecido en el art. 51 (1)
de la Convención Americana para elevar el caso a la Corte Interamericana, que debía
vencer el 04 de noviembre 2007.
En dicha fecha, la CIDH interpuso ante la Corte IDH una demanda contra
México en los casos 12.496, 12.497 y 12.498, “Campo Algodonero”: Claudia Ivette
González, Esmeralda Herrera Monreal y Laura Berenice Ramos Monárrez, por
denegación de justicia en relación con la desaparición y homicidio de las víctimas, en
Ciudad Juárez; falta de políticas de prevención en estos casos pese al conocimiento
por parte de las autoridades estatales de la existencia en Chihuahua de un patrón de
violencia contra mujeres y niñas; falta de respuesta de las autoridades frente a estas
desapariciones; falta de la debida diligencia en la investigación de los homicidios,
falta de reparación adecuada en favor de sus familiares. En 26 de diciembre de 2007,
la Corte IDH notifica la aceptación del caso y, en febrero de 2008, se presenta la
demanda por medio del escrito de “argumentos, solicitudes y pruebas” formulado por
las madres de las víctimas, Red Ciudadana de No Violencia y por la Dignidad
Humana, Centro para el Desarrollo Integral de la Mujer A.C. (CEDIMAC), ANAD y
CLADEM. En el período de 27 a 30 de abril de 2009, la Corte IDH realizó un período
extraordinario de sesiones en Santiago de Chile, en el cual tuvo lugar la audiencia del
caso “Campo Algodonero” para escuchar, entre otros, a testigos y peritos.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos, con fecha 16 de noviembre de
2009 emite sentencia contra el Estado mexicano señalando entre otra cosas, que el
Estado incumplió con su deber de investigar -y con ello su deber de garantizar- los
derechos a la vida, integridad personal y libertad personal, en perjuicio de Claudia
Ivette González, Laura Berenice Ramos Monárrez y Esmeralda Herrera Monreal.
Por los mismos motivos, el Estado violó los derechos de acceso a la justicia y
protección judicial, consagrados en los artículos 8.1 y 25.1 de la Convención
Americana.

UNIDAD 9:
JUAN CARLOS BAYARRI VS. ARGENTINA (Ver unidad 3)

VELÁSQUEZ RODRÍGUEZ - HONDURAS - CORTE INTERAMERICANA DE


DERECHOS HUMANOS (VER UNIDAD 6)

GIROLDI H. CSJN. 07/04/1995


Hechos.
El Tribunal Oral en lo Criminal Nº 6 de la Cap. Fed. condenó a H. D. Giroldi a la
pena de un mes de prisión en suspenso, como autor penalmente responsable del
delito de robo simple en grado de tentativa.
La defensora oficial interpuso recurso de casación. El fondo del litigio radicó en la
inconstitucionalidad del límite impuesto por el Art. 459, inc. 2, del Código Procesal
Penal de la Nación, por contrariar lo dispuesto en el Art. 8, inc. 2, ap. h) de la
59
Convención Americana sobre Derechos Humanos, que otorga a toda persona
inculpada de un delito el derecho “de recurrir el fallo ante juez o tribunal superior”.
La Cámara Nacional de Casación Penal, Sala I, rechazó el planteo de
inconstitucionalidad y dio origen a la queja ante la CSJN, la que declaró admisible el
recurso.
Fundamentos
El a quo sostuvo que “por virtud de los límites objetivos fijados en los Arts. 458 a
462 del Código Procesal Penal no hay posibilidad de recurso de casación ni
inconstitucionalidad… y la causa ha fenecido en instancia única, por lo que su
sentencia es final y contra ella cabe el recurso extraordinario de apelación”
La Corte expresó que ante la reforma constitucional de 1994 que ha conferido
jerarquía constitucional a varios acuerdos internacionales (Art. 75, inc. 22, parr. 2),
corresponde determinar si dentro del ordenamiento procesal penal existen el órgano
y los procedimientos para dar adecuada satisfacción a la garantía constitucional en
cuestión.
Puede sostenerse que en la hipótesis de autos, el recurso extraordinario no
constituye un remedio eficaz para la salvaguarda de la garantía de la doble instancia
que debe observarse dentro del marco del proceso penal como garantía mínima para
toda persona inculpada de un delito
La Cámara de Casación Penal ha sido creada, precisamente, para conocer, por vía
de los recursos de casación e inconstitucionalidad – y aun de revisión – de las
sentencias que dicten, sobre los puntos que hacen a su competencia, tanto los
tribunales orales en lo criminal como los juzgados en lo correccional.
“Que lo expuesto determina que la forma más adecuada para asegurar la garantía
de la doble instancia en materia penal prevista en la Convención Americana sobre
Derechos Humanos (Art. 8, inc. 2, ap. h), es declarar la invalidez constitucional de la
limitación establecida en el Art. 459, inc. 2 del Código Procesal Penal de la Nación,
en cuanto veda la admisibilidad del recurso de casación contra las sentencias de los
tribunales en lo criminal en razón del monto de la pena”.
La jerarquía constitucional de la Convención Americana sobre Derechos Humanos
ha sido establecida por voluntad expresa del constituyente.
“Que, en consecuencia, a esta Corte, como órgano supremo de uno de los poderes
del Gobierno Federal, le corresponde – en la medida de su jurisdicción – aplicar los
tratados internacionales que el país esta vinculado en los términos anteriormente
expuestos, ya que de lo contrario podría implicar responsabilidad de la Nación frente
a la comunidad internacional.
En tal sentido, la corte Interamericana precisó el alcance del Art. 1 de la
Convención, en cuanto los Estados parte deben no solamente “respetar los derechos
y libertades reconocidos en ella”, sino además “garantizar su libre y pleno ejercicio a
toda persona sujeta a su jurisdicción”. Según dicha Corte, “garantizar” implica el
deber del Estado de tomar todas las medidas necesarias para remover los obstáculos
que puedan existir para que los individuos puedan disfrutar de los derechos que la
convención reconoce.
Por consiguiente, la tolerancia del Estado a circunstancias o condiciones que
impidan a los individuos acceder a los recursos internos adecuados para proteger sus
derechos, constituye una violación del Art. 1.1 de la Convención (opinión consultiva
Nº 11/90 del 10/8/90 – “excepciones al agotamiento de los recursos internos” – párr.
34). Garantizar comprende, asimismo, “el deber de los Estados parte de organizar
todo el aparato gubernamental y, en general, todas las estructuras a través de las
cuales se manifiesta el ejercicio del poder público, de manera tal que sean capaces de
asegurar jurídicamente el libre y pleno ejercicio de los derechos humanos” (id.,
parágrafo 23).”
60
Por todo esto se declara procedente la queja y el recurso extraordinario y se deja
sin efecto el pronunciamiento apelado.

CASO NUÑEZ, JULIA ARMINDA S/ INFRACCIÓN ART. 145 BIS Y TER, INC.
1º DEL CÓDIGO PENAL (ambos en concurso real, art. 55 del Cód. Penal)
El caso comenzó en diciembre de 2008 cuando una mujer que vivía en Cabaña
Leiva, Julia Núñez, de 57 años y visitaba hogares de bajos recursos engañando a
adolescentes mujeres y a sus padres con falsas promesas de trabajo doméstico. Así
convenció a los padres de la menor Carolina Fernández de llevársela a su casa para
mejorar su situación económica, lejos de cumplir su promesa la obligó a prostituirse
en la ciudad de Santo Tomé.
La pareja de Núñez, Héctor Rousselot, se encontraba entonces detenido en la
cárcel de Las Flores por otros delitos. Durante las salidas transitorias se hizo cargo
de prostituir a Carolina Fernández a quien llevaba a una plaza de Santo Tomé, y en
enero de 2009 se la vendió a Rojas, a quien conocía de la cárcel y quien se la llevó.
Para entonces, los padres de la menor comenzaron una intensa búsqueda, por lo
que en febrero Rojas la llevó a Santa Fe y ella permaneció alojada 11 días en la Casa
de la Joven, de donde se escapó y Rojas se la volvió a llevar. La mujer que la había
captado, Julia Núñez, ya estaba procesada por este delito y se encontraba detenida.
En septiembre de 2009, detuvieron a Rojas por falsificación en la localidad
bonaerense de Espeleta, y allí se descubrió que era buscado por la Justicia federal
que había emitido un pedido de captura en Santa Fe. Desde ese momento y hasta
noviembre se desconoció el paradero de la menor.
El día 27 de noviembre de 2009 el Tribunal Oral en lo Criminal de Santa fe
condenó a Julia Núñez a la pena de 10 años de prisión. Carolina aparecería por sus
propios medios en una comisaría de Coronda, aunque se sospecha que fue llevada allí
por algún familiar o secuaz de Rojas buscando que la situación judicial de este no se
complicara. El día 29 de abril de este año el Tribunal Oral en lo Criminal de Santa fe
condenó a Rojas a la pena de 17 años de prisión. Aún no se publicó el fallo completo.
De la red local, que articulaba además en cabarets de la provincia de Buenos Aires,
resta llevar a juicio a Héctor Rousselot, un convicto que se encuentra prófugo de la
Justicia tras escapar en una de sus salidas transitorias.

UNIDAD 10:
"PONZETTI de BALBIN, INDALIA v. EDITORIAL ATLANTIDAHechos.
Este pronunciamiento se origina a raíz de la publicación por parte de la revista
“Gente y la actualidad” en la tapa del número 842, del 10 de Septiembre de 1981, de
una fotografía de un reconocido dirigente político, el doctor Ricardo Balbín, tomada
en la víspera de su deceso, cuando se encontraba en la sala de terapia intensiva de la
Clínica Ipensa de la ciudad de La Plata, en la cual era atendido de una grave
dolencia, y la que ampliada con otras en el interior de la revista, provocó el
sufrimiento y mortificación de la familia del doctor Balbín y el repudio generalizado a
esa violación a la intimidad por parte de autoridades nacionales, provinciales,
municipales, eclesiásticas y científicas. Una vez fallecido el doctor Balbín, su esposa y
su hijo promovieron demanda por daños y perjuicios contra Editorial Atlántida S. A.,
fundadora y propietaria de la revista que publicó esas fotos, y Carlos Vigil y Aníbal
Vigil, directores y propietarios de la mencionada editorial, con el objeto de resarcir el
sufrimiento, la perturbación de su tranquilidad y la mortificación causada por la
violación de su intimidad.

61
El fallo del juez de primera instancia acogió favorab1emente la demanda. La
accionada ante este pronunciamiento contrario a su posición, al apelar expresó
oportunamente que el juez había decidido emocionalmente, como mero público; que
no existió por su parte, a la luz del art. 1071 bis del Código Civil2, un accionar
“arbitrario” pues medió una razón periodística referida a un personaje público que ha
renunciado de esta manera a la intimidad; que el juez no ha analizado con
detenimiento la fotografía en cuestión, siempre que en el aparente conflicto entre dos
garantías fundamentales debe privar la que resguarda a la libertad de prensa; y por
último que la indemnización prevista por el art. 1071 bis del Código Civil no tiene,
como cree la accionada que ha sido considerada por el juez de primera instancia,
carácter “sancionatorio”.
La sala F de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil confirmó la
sentencia de primera instancia sobre la base de los siguientes fundamentos:
- No consideró que el magistrado de primera instancia haya juzgado el
caso como mero público, más allá de que el juez no puede dejar de actuar en casos
como este como “un hombre normal”.
- Afirma que el a quo ha analizado correctamente el tema de la
intimidad, siempre que existió arbitrariedad al tomar y publicar luego las fotografías
sin contar con el consentimiento del enfermo ni de sus familiares y desdeña el intento
de la demandada de ampararse en el art. 31 de la ley 11.7233, por ser tardío.
- La garantía de la libertad de prensa, como ningún otro derecho, no es
absoluta, ni debe interpretarse como anulando o contradiciendo otro, sosteniendo
que “el derecho de libre publicación no resulta haber sido ejercido en forma legitima
o regular, toda vez que ha habido un entrometimiento arbitrario en la esfera de
reserva del doctor Balbín, violándose así su derecho de intimidad” siendo que se
“considera que el estado de salud de una persona integra aquel espectro de hechos
reservados al conocimiento de la propia persona” (del fallo de la sala F de la Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Civil, citado por el Procurador General en su
dictamen).
- Ratifica el carácter de verdadera reparación de derecho y no simple
reparación jurídica en motivos de equidad de la indemnización contemplada en el art.
1071 bis del Código Civil y la fija en la suma de 170.000 pesos argentinos,
rechazando además el agravio referido a la publicación del fallo en un matutino de
Buenos Aires.
Contra el fallo de segunda instancia la parte demandada interpuso recurso
extraordinario donde insistió afirmando que ha hecho un legítimo y regular ejercicio
de la profesión de periodista, dando, de una manera criticable pero nunca judiciable,
información gráfica de un hecho de gran interés general. Las razones periodísticas
que fundamentan la publicación de la fotografía en cuestión, determinan que no
exista arbitrariedad, elemento condicionante de la responsabilidad que nace del art.
1071 bis del Código Civil.
La Corte admitió el recurso extraordinario y confirmó la sentencia en lo que
fue materia de recurso. Genaro R. Carrió. - José S. Caballero (según su voto). - Carlos
S. Fayt. - Augusto C. Belluscio (según su voto). - Enrique S. Petracchi (según su voto).

CASO SERVINI DE CUBRÍA VS TATO BORES


La jueza María Romilda Servini de Cubría promovió una acción de amparo en
la que solicitó como medida cautelar que se impidiera la proyección de un “tape” en
el programa televisivo “Tato, la leyenda continúa”, por resultar ofensivo a su persona.
Como fundamento de su planteo, la jueza expresó que en las emisiones del
mencionado programa de los días 28 de julio, 4 de agosto y 10 de diciembre de 1991,
62
había sido difamada, razón por la cual decidió iniciar una querella criminal por los
delitos de injuria y desacato (delito entonces vigente y que en la actualidad se
encuentra derogado).
Por tal motivo, una persona –quien dijo pertenecer al canal 13 de TV- se comunicó
telefónicamente con ella, alertándola de que en caso de iniciar las querellas aludidas,
se emitiría días más tarde, un programa aún más injuriante.
Es así que la acudió a el art. 1071 bis del Código Civil en cuanto faculta a instar la
cesación de actividades violatorias del derecho a la intimidad.
2) FALLO
El juez de primera instancia federal en lo Civil y Comercial, rechazó la medida
cautelar solicitada porque consideró que la petición constituía un acto de censura
previa, prohibido por nuestra Constitución Nacional.
Sala II de la Cámara de Apelaciones en lo Civil yComercial Federal revocó la
sentencia de primera instancia y dispuso como medida cautelar prohibir
provisionalmente la proyección de cualquier imagen o concepto vinculado con la
Servini Para así decidir sostuvo que la prohibición de censura previa no es absoluta y
la protección del honor de la jueza justifica la medida que solo tiene el simple efecto
provisional de postergar la emisión de un aspecto del programa televisivo. De lo
contrario, el honor y la fama de la demandante, derechos cuya jerarquía
constitucional no es menor a la libertad de prensa, según señalan en su fallo verían
irremediablemente vulnerados. La Cámara no visualizó el “tape” en cuestión, por
considerarlo innecesario en virtud del carácter limitado y provisional de una
actuación de carácter cautelar.
Contra dicha resolución, Tato Bores y Canal 13 interpusieron diversos recursos
extraordinarios, cuya denegación parcial por parte de la Cámara, motivó la
presentación de un recurso de queja ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación
(CSJN).

El fallo de la corte fue resuelto por mayoría, con votos en concordancia por
más de 5 miembros y con 3 votos en disidencia, pero con una postura muy neutra
acerca del caso se hace lugar a las quejas, se declaran procedentes los recursos
extraordinarios, y se revoca la resolución recurrida.
FUNDAMENTOS JURÍDICOS
la Corte muestra los arts. 14 y 32 de la Constitución Nacionaly también el art. 13 de
la Convención Americana de Derechos Humanos en el pacto de San José de Costa
Rica.
Afirmó al respecto que la garantía constitucional de libertad de prensa sin censura
previa abarca tanto a las ideas vertidas a través de la prensa escrita, como las
expresadas a través de la radio o TV, incluyendo las manifestaciones de corte
humorístico, (tal el caso del programa de Tato Bores, el cual se inscribía en el género
de sátira política o programa de humor político).
En relación a las expresiones por radio o TV, la Corte realizó en este caso una
diferenciación de estos medios con respecto a la prensa gráfica al señalar que “la
radiofonía y la televisión gozan de protección más atenuada” por su “intensa
penetración en el seno del hogar” y por ser “singularmente accesibles a la infancia”.

VAGO C/ EDICIONES LA URRACA S.A.


Hechos:
En las presentes actuaciones Jorge Vagó demanda a Ediciones La Urraca por daños
y perjuicios ocasionados con motivo de una publicación periodística que lo
involucraba en hechos de violencia que cobraron notoriedad a fines de 1985. En
primera instancia se rechaza la demanda. En segunda instancia la Cámara confirma
63
la sentencia, por considerar que el actor era una «figura pública» y, por lo tanto,
debía acreditar que los demandados habían publicado la información inexacta acerca
de su persona a sabiendas de su falsedad o con total despreocupación acerca de tal
circunstancias, requisito éste que no había sido satisfecho por el actor.
Ideas claves:
9) Que el derecho de publicar las ideas por la prensa, constitucionalmente
protegido contra la intervención de los poderes del Estado, está limitado por los
derechos de las personas a su libertad, a su dignidad, a su privacidad, a su honor y
reputación, a sus derechos civiles y políticos. La doctrina, atenta a los problemas de
la responsabilidad civil de las informaciones inexactas o agraviantes vertidas por la
prensa y a la responsabilidad civil por los daños que pudieran ocasionar, distingue
entre información inexacta, es decir la que no se corresponde con la realidad de los
hechos, y la clasifica en falsa o errónea. Es falsa cuando es engañosa, fingida o
simulada, proporcionada con el fin de engañar, con dolo o mala fe; es errónea cuando
es fruto de una concepción equivocada de la realidad, que induce de buena fe al
error. La información falsa genera, como principio, responsabilidad civil y penal
según sea el bien jurídico afectado. La información errónea, no origina
responsabilidad civil por los perjuicios causados si se han utilizado los cuidados,
atención y diligencia para evitarlos. En cuanto a la información agraviante, que
puede ser inexacta o no, encuentra en la injuria y la calumnia la protección
jurisdiccional a la dignidad, el honor y la reputación de las personas. En cuanto a la
responsabilidad civil, su régimen está sujeto a la ley común que establece la
obligación de reparar o indemnizar el daño causado (Bustamante Alsina, Jorge, «Los
efectos civiles de las informaciones inexactas o agraviantes», LA LEY, 1989D, 886 y
sigts.).
10) Que de lo precedentemente expuesto resulta, como principio, que si la
prensa excede los límites que le son propios y causa, sin derecho, perjuicio a los
derechos individuales o personalísimos de otro, afectando su libertad individual, su
dignidad, su vida privada e intimidad, y ha desconocido la esfera personal, el derecho
que tiene un hombre de pertenecerse por entero, es responsable civil o penalmente
del ejercicio abusivo de su derecho. Pero la función que tiene la prensa y las
garantías que la Constitución le asegura para su cumplimiento obligan a los órganos
jurisdiccionales a examinar cuidadosamente si la prensa ha excedido o no los límites
del ejercicio lícito del derecho de información, si ha sobrepasado o no lo que
normalmente puede considerarse una crítica objetiva, si ha desnaturalizado o no los
hechos con dolo, culpa o negligencia, y la naturaleza y magnitud del daño y los
perjuicios a los intereses personales. Además, en los casos de informaciones
inexactas, si media o no error excusable, o en su caso, si el daño producido a los
intereses privados resultó inevitable para la salvaguarda del interés general.
11) La doctrina de la «real malicia», elaborada por la Suprema Corte de los
Estados Unidos, procura un equilibrio razonable entre la función de la prensa y los
derechos individuales que hubieran sido afectados por comentarios lesivos a
funcionarios públicos, figuras públicas aun particulares que hubieran intervenido en
cuestiones de interés público objeto de la información o la crónica. Su origen se
encuentra en el fallo dictado por la Suprema Corte norteamericana en el caso «New
York Times C. vs. Sullivan (376 U.S. 255; 1964) y sus complementarios, los casos
«Curtis vs. Butts» (388 U.S. 130; 1967); «Rosenbloom vs. Metromedia» (403 U.S. 29;
1971) y «Gertz vs. Welch» (418 U.S. 323; 1974). Se resume en la exculpación de los
periodistas acusados criminalmente o procesados civilmente por daños y perjuicios
causados por informaciones falsas, poniendo a cargo de los querellantes o
demandantes la prueba de que las informaciones falsas lo fueron «con conocimiento
de que eran falsas o con imprudente y notoria despreocupación sobre si eran o no
64
falsas». El punto de partida está en el valor absoluto que debe tener la noticia en sí,
esto es su relación directa con un interés público y su trascendencia para la vida
social, política o institucional. Se suma la misión de la prensa, su deber de informar a
la opinión pública proporcionando el conocimiento de qué y cómo actúan sus
representantes y administradores; si han cometido hechos que deben ser
investigados o incurren en abusos, desviaciones o excesos y si en esos hechos han
intervenido funcionarios o figuras públicas, incluso particulares que han adquirido
notoriedad suficiente para encontrarse involucrados voluntariamente en la cuestión
pública de que se trata la información su situación los obliga a demostrar la falsedad
de la noticia, el dolo o la inexcusable negligencia de la prensa. En consecuencia, el
derecho de prensa no ampara los agravios, la injuria, la calumnia, la difamación. No
protege la falsedad ni la mentira, ni la inexactitud cuando es fruto de la total y
absoluta despreocupación por verificar la realidad de la información. Ampara, sí, a la
prensa, cuando la información se refiere a cuestiones públicas, a funcionarios, figuras
públicas o particulares involucrados en ella, aun si la noticia tuviera expresiones
falsas o inexactas, en cuyo caso los que se consideran afectados deben demostrar que
el periodista conocía la falsedad de la noticia y obró con real malicia con el propósito
de injuriar o calumniar. Los delitos no pueden quedar impunes por el solo hecho de
que se ejecuten por medio de la prensa. Pero a la vez la prensa no puede abandonar
su función de factor esencial para el esclarecimiento de la conducta de los
funcionarios, sobre todo en países que, como el nuestro, carecen de un órgano
institucionalizado que asuma prioritariamente la defensa de aquellos intereses
calificados como difusos. De tal manera que, en la práctica, actúa como un medio de
contralor de las instituciones y sus hombres y rinde un servicio de inestimable valor
para el afianzamiento y salud del sistema y las instituciones republicanas» (Fallos
310:547, consid. 22 La Ley, 1987B, 269).
12) Que la recepción de la doctrina (test) de la «real malicia» no significa
ignorar las diferentes condiciones impuestas por la realidad del desarrollo de la
libertad de expresión y derecho de prensa en los EE.UU. y en nuestro país. Tampoco
que el nivel de vida, los indicadores políticos, económicos, sociales y culturales, entre
otros, no son equivalentes, como no lo son «las normas, ni los hechos, ni las
valoraciones que prevalecen en nuestro ambiente» (Bidegain, Carlos M., «La libertad
de expresión; freedom of speech and press de los norteamericanos», LA LEY, 82-
917/952). Las opiniones de hombres como Holmes, Brandeis, Cardozo, Stone,
Ruteege, Murphy, Frankfurter, Black, Douglas, Jackson y otros de pareja estatura
intelectual y moral «tienen esencial apoyo en las condiciones peculiares de la vida
que se vive allá y no pueden tomarse como expresiones de valor universal, aplicables
a todas las sociedades y a todos los sistemas jurídicos». Pero una detenida reflexión
sobre los sentimientos de amor a la libertad que tiene nuestro pueblo y la convicción
de que a partir de 1983 se ha iniciado en el país la etapa de la consolidación de la
república democrática, conduce a la adopción no dogmática de técnicas de
protección al derecho de prensa, reconociendo a las informaciones sobre cuestiones
institucionales la presunción de legitimidad de lo publicado y la inversión de la
prueba.

PORTILLO ALFREDO
La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal
confirmó la sentencia de primera instancia que condenó a Portillo Alfredo a prestar
un año de servicios continuados en las Fuerzas Armadas más el tiempo legal previsto
por la ley 17.531 por no haberse presentado a la convocatoria del Distrito Militar
Buenos Aires. Contra este pronunciamiento Portillo dedujo recurso extraordinario

65
basándose en que la incorporación compulsiva violaba su libertad ideológica y de
conciencia, reconocidas por el Art. 14 de la Constitución Nacional.
La Corte Suprema estimó que la ley 17.531, de servicio militar, se inscribía en
los requerimientos inherentes al título de ciudadano. La cuestión en examen
radicaba, para la Corte, en una tensión entre derechos y obligaciones consagrados en
dos normas constitucionales, en cuanto el actor pretendía no realizar el servicio de
conscripción impuesto por la ley 17.531, al reglamentar la obligación constitucional
que impone armarse para defender la Nación y la Carta Magna; y el derecho a la
libertad de creencias, consagrado en el art. 14 de la Constitución Nacional.
La posible lesión a las legítimas creencias de un ciudadano por la obligación
del servicio de armas puede llegar también a aquellos que aun no profesando
ninguna creencia religiosa tienen establecida una escala de valores entre los cuales
ocupa un lugar preponderante el de no poner en riesgo la vida de un ser humano.
La Corte opinó que el incumplimiento de la obligación constitucional de armarse para
defender la Nación no conllevaba un peligro grave o inminente a los intereses
protegidos por el Estado, ya que el servicio requerido debía cumplirse en tiempos de
paz; y sostuvo que no era absolutamente necesario limitar la libertad de conciencia
del ciudadano para que el sujeto cumpliera con sus deberes y a la vez le fuera
respetada su autonomía, como ocurriría de prestarse un servicio alternativo. La Corte
reconoció que no puede desconocerse tal ámbito de autonomía, ni debilitar la eficacia
de la ley de servicio militar permitiendo que ciertos ciudadanos sean obligados por lo
que manda la ley, cuando en realidad no pueden hacer lo que la norma impone.
La Corte sostuvo que si bien los derechos son relativos y encuentran razonable
limitación en las leyes que los reglamentan, resaltó que las obligaciones también lo
son, entonces la libertad de conciencia, relativa, debe conciliarse con la obligación,
relativa, de armarse. Sobre este punto expresó la Corte que armarse en sentido
propio es vestir las armas, pero en un sentido análogo es ponerse a disposición de
auxiliar a quienes la visten mediante una gran gama de servicios que por su
naturaleza permiten al ciudadano satisfacer su débito con el Estado y a la vez
conservar sin lesiones su ámbito de autonomía como persona religiosa o ética. Por
todo esto la Corte en su mayoría mantuvo el criterio de la sentencia apelada en
cuanto condenó a Alfredo Portillo a cumplir un año de servicio más el tiempo previsto
por el art. 34 de la ley 17.531 al encontrar injustificada su negativa a presentarse al
distrito militar, pero se apartó de la Cámara en cuanto dispuso que la modalidad de
cumplimiento no debía conllevar el uso de armas, prestándose un servicio
sustitutorio.
Disidencia del Dr. Caballero
La objeción de conciencia carece de sustento por cuanto la imposición del
servicio militar no le impedía al apelante ejercer libremente su culto, como tampoco
difundir o aprender su credo.:

Roviralta vs. Rial


El conductor televisivo Jorge Rial fue condenado a pagarle unos 60 mil pesos al
polista Huberto Roviralta por violar su derecho a la intimidad en un libro sobre la
vida de Susana Giménez. La sentencia, que aceptó el reclamo por daño moral, la
dictó la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, tras considerar que el
demandado, al relatar pormenores del divorcio de Giménez y Roviralta, escribió de
manera “injuriosa” sobre el ex cónyuge de la conductora televisiva. El fallo evaluó
que Rial, con “estilo irrespetuoso”, escribió que Roviralta “disfrazado de príncipe azul
apostó ante sus amigos que se podía ‘levantar’ a Susana Giménez, e invirtió 500
pesos para obtener la entrada a un evento en el que participaría la actriz, lo que le
produjo una ganancia de 50 millones de dólares”.
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ROE V. WADE 410 U.S. 113_:
Hechos
Jane Roe, una mujer soltera y embarazada residente de Texas retó la
constitucionalidad de un estatuto de su estado que prohibía el aborto. Según Roe,
ella deseaba un aborto “hecho por un médico competente y licenciado bajo
condiciones clínicas seguras”. Por ello alegaba que el estatudo de Texas era
inconstitucionalmente vago, y violentaba su derecho a la intimidad protegido por las
enmiendas primera, cuarta, quinta, novena y decimocuarta.
Controversia
¿Viola el derecho constitucional a la intimidad una ley que simplemente prohíba un
aborto a menos que sea para salvar la vida de la madre?
Decisión
Sí, viola el derecho a la intimidad una ley de ese alcance.
Fundamentos
El concepto “persona”, según utilizado constitucionalmente, no aplica en situaciones
prenatales, por lo que no se puede reclamar una protección del debido proceso de ley
para le vida de un no nacido.
El estado tiene un interés en proteger un vida potencial, pero también tiene interés
en proteger la intimidad de la mujer, por lo que debe balancear ambos intereses.
La controversia sobre cuándo realmente comienza la vida es una que no ha alcanzado
una respuesta definitiva por la filosofía, la teología o la ciencia, por lo que no debe
ser el proceder del tribunal especular sobre la respuesta a esta interrogante.
Los intereses aquí en pugna, alcanzan niveles de prioridad según el estado del
embarazo. Antes del primer trimestre, la prioridad deberá ser para el derecho a la
intimidad de la mujer, pero luego, cuando el feto ha alcanzado un nivel de viabilidad
fuera del vientre de la madre, la prioridad será para la vida potencial en aquellos
casos donde no esté en peligro la vida de la mujer embarazada.
Fundamentos de disidencia de Rehnquist
El concepto de “derecho a la intimidad” es uno muy diferente al derecho a no ser
registrado arbitrariamente, por lo que no hay tal cosa como un derecho a la
intimidad.
El razonamiento y las instrucciones redactadas por el tribunal deberían ser unas que
emanen del proceso legislativo, no del judicial.
El hecho de que tantos estados y personas aprueben leyes contra el aborto, prueba
que el derecho a éste no es uno “enraizado en las tradiciones y la conciencia de
nuestro pueblo”, por lo cual no puede ser reconocido como un derecho fundamental
protegido por la decimocuarta enmienda.

R., M.J. s/ INSANIA:


SUMARIO
Los pacientes institucionalizados, especialmente cuando son recluidos coactivamente
sin distinción por la razón que motivó su internación, son titulares de un conjunto de
derechos fundamentales, como el derecho a la vida y a la salud, a la defensa y al
respeto de la dignidad, a la libertad, al debido proceso, entre tantos otros. Sin
embargo, deviene innegable que tales personas poseen un estatus particular, a partir
de que son sujetos titulares de derechos fundamentales con ciertas limitaciones
derivadas de su situación de reclusión. (Sumario confeccionado por el SAIJ)

XIMENES LOPES VS. BRASIL: (Salud Mental)

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El caso se refiere a la responsabilidad internacional del Estado por la muerte y
maltratos a los que fue sometido Ximenes Lopes en una institución mental, así como
por la falta de investigación y sanción de los responsables.
Derechos violados: Convención Americana: Artículo 1 (Obligación de respetar
los derechos.) , Artículo 25 (Protección Judicial) , Artículo 4 (Derecho a la vida) ,
Artículo 5 (Derecho a la Integridad Personal) , Artículo 8 (Garantías Judiciales)
- Los hechos del presente caso se refieren a Damião Ximenes Lopes, quien
durante su juventud, desarrolló una discapacidad mental de origen orgánico,
proveniente de alteraciones en el funcionamiento de su cerebro. En la época de los
hechos, el señor Damião Ximenes Lopes tenía 30 años de edad y vivía con su madre
en la ciudad de Varjota, situada aproximadamente a una hora de la ciudad de Sobral,
sede de la Casa de Reposo Guararapes.
- El señor Damião Ximenes Lopes fue admitido en la Casa de Reposo
Guararapes, como paciente del Sistema Único de Salud (SUS), en perfecto estado
físico, el 1 de octubre de 1999. Al momento de su ingreso no presentaba señales de
agresividad ni lesiones corporales externas. El 3 de octubre de 1999 el señor Damião
Ximenes Lopes tuvo una crisis de agresividad y estaba desorientado. Entró a un baño
en la Casa de Reposo Guararapes, y se negaba a salir de ahí, por lo que fue dominado
y retirado a la fuerza por un auxiliar de enfermería y por otros dos pacientes. Por la
noche del mismo día, la presunta víctima tuvo un nuevo episodio de agresividad, y
volvió a ser sometido a contención física, a la que estuvo sometido entre la noche del
domingo y el lunes por la mañana.
- El 4 de octubre de 1999, la madre de Damião Ximenes Lopes llegó a visitarlo
a la Casa de Reposo Guararapes y lo encontró sangrando, con hematomas, con la
ropa rota, sucio y oliendo a excremento, con las manos amarradas hacia atrás, con
dificultad para respirar, agonizante, y gritando y pidiendo auxilio a la policía. El
señor Ximenes Lopes seguía sometido a la contención física que le había sido
aplicada desde la noche anterior, ya presentaba excoriaciones y heridas, y se le dejó
caminar sin la adecuada supervisión.
- El señor Damião Ximenes Lopes falleció el mismo día, aproximadamente dos
horas después de haber sido medicado por el director clínico del hospital, y sin ser
asistido por médico alguno en el momento de su muerte. Sus familiares interpusieron
una serie de recursos. Sin embargo, no se realizaron mayores investigaciones y se
sancionaron a los responsables.
La Corte declara,
- Que la Sentencia de Fondo, Reparaciones y Costas constituye per se una
forma de reparación
La Corte dispone,
- Que el Estado debe garantizar, en un plazo razonable, que el proceso interno
tendiente a investigar y sancionar a los responsables de los hechos de este caso surta
sus debidos efectos.
- Que el Estado debe publicar, en el plazo de seis meses, en el Diario Oficial y
en otro diario de amplia circulación nacional, por una sola vez, el Capítulo VII relativo
a los Hechos Probados de la Sentencia de Fondo, Reparaciones y Costas, sin las notas
al pie de página correspondientes, así como la parte resolutiva del fallo.
- Que el Estado debe continuar desarrollando un programa de formación y
capacitación para el personal médico, psiquiátrico, psicológico, de enfermería,
auxiliares de enfermería y para todas aquellas personas vinculadas con la atención de
salud mental, en particular, sobre los principios que deben regir el trato de las
personas que padecen discapacidades mentales, conforme a los estándares
internacionales en la materia y aquellos establecidos en la Sentencia de Fondo,
Reparaciones y Costas.
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- Que el Estado debe pagar en efectivo a las señoras US$1.500,00 a Albertina
Viana Lopes y US$10.000,00 a Irene Ximenes Lopes Miranda, en el plazo de un año,
por concepto de la indemnización por daño material.
- Que el Estado debe pagar en efectivo a las señoras Albertina Viana Lopes e
Irene Ximenes Lopes Miranda, y los señores Francisco Leopoldino Lopes y Cosme
Ximenes Lopes, en el plazo de un año, por concepto de la indemnización por daño
inmaterial, la cantidad fijada en el párrafo 238 de la Sentencia de Fondo,
Reparaciones y Costas.
- Que el Estado debe pagar en efectivo, en el plazo de un año, por concepto de
costas y gastos generados en el ámbito interno y en el proceso internacional ante el
sistema interamericano de protección de los derechos humanos, la cantidad de
US$10,000,00, la cual deberá ser entregada a la señora Albertina Viana Lopes.
- Que supervisará el cumplimiento íntegro de la Sentencia de Fondo,
Reparaciones y Costas, y dará por concluido el presente caso una vez que el Estado
haya dado cabal cumplimiento a lo dispuesto en la misma. Dentro del plazo de un
año, contado a partir de la notificación de la Sentencia de Fondo, Reparaciones y
Costas, el Estado deberá rendir a la Corte un informe sobre las medidas adoptadas
para darle cumplimiento
La Corte decide,
- Admitir el reconocimiento parcial de responsabilidad internacional efectuado
por el Estado por la violación de los derechos a la vida y a la integridad personal,
consagrados en los artículos 4.1 y 5.1 y 5.2 de la Convención Americana, en relación
con la obligación general de respetar y garantizar los derechos establecida en el
artículo 1.1 de dicho tratado, en perjuicio del señor Damião Ximenes Lopes.
La Corte declara,
- Que el Estado violó, en perjuicio del señor Damião Ximenes Lopes, tal como lo
reconoció, los derechos a la vida y a la integridad personal, consagrados en los
artículos 4.1 y 5.1 y 5.2, de la Convención Americana, en relación con la obligación
general de respetar y garantizar los derechos establecida en el artículo 1.1 de dicho
tratado.
- Que el Estado violó, en perjuicio de las señoras Albertina Viana Lopes e Irene
Ximenes Lopes Miranda y los señores Francisco Leopoldino Lopes y Cosme Ximenes
Lopes, familiares del señor Damião Ximenes Lopes, el derecho a la integridad
personal, consagrado en el artículo 5 de la Convención Americana, en relación con la
obligación general de respetar y garantizar los derechos establecida en el artículo 1.1
de dicho tratado.
- Que el Estado violó, en perjuicio de las señoras Albertina Viana Lopes e Irene
Ximenes Lopes Miranda, familiares del señor Damião Ximenes Lopes, los derechos a
las garantías judiciales y a la protección judicial, consagrados en los artículos 8.1 y
25.1 de la Convención Americana, en relación con la obligación general de respetar y
garantizar los derechos establecida en el artículo 1.1 de la misma.

CASTAÑEDA GUTMAN VS. MÉXICO (Derechos Políticos)


El caso se refiere a la responsabilidad internacional del Estado por la
inexistencia de un recurso adecuado y efectivo en relación con el impedimento de
Jorge Castañeda Gutman para inscribir su candidatura independiente a la
Presidencia de México.
Derechos violados: Convención Americana: Artículo 1 (Obligación de respetar
los derechos.) , Artículo 2 (Deber de adoptar disposiciones de derecho interno) ,
Artículo 23 (Derechos políticos) , Artículo 24 (Igualdad ante la ley) , Artículo 25
(Protección Judicial)
Hechos
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- Los hechos del presente caso se desarrollan en el marco de un registro de
candidaturas presidenciales de México. El 5 de marzo de 2004 la víctima presentó al
Consejo General del Instituto Federal Electoral una solicitud de inscripción como
candidato independiente al cargo de Presidente de los Estados Unidos Mexicanos
para las elecciones del 2 de julio de 2006. Alegó que solicitaba su registro “en
ejercicio del derecho que le otorga el artículo 35, fracción II de la Constitución”,
presentó ciertos documentos y declaró que cumplía los requisitos constitucionales
para ejercer dicho cargo electivo. Asimismo, la Dirección Ejecutiva de Prerrogativas y
Partidos Políticos, Dirección de Partidos Políticos y Financiamiento del IFE, informó
al señor Castañeda Gutman que no posible atender su petición en los términos
solicitados, toda vez que corresponde únicamente a los partidos políticos nacionales
el derecho de solicitar el registro de candidatos a cargos de elección popular.
- Contra dicho pronunciamiento del Instituto Federal Electoral, la víctima
presentó una demanda de amparo ante el Juzgado Séptimo de Distrito en Materia
Administrativa del Distrito Federal, sin embargo dicho juzgado resolvió rechazar el
recurso interpuesto por la víctima. Asimismo, Castañeda Gutman interpuso un
recurso de revisión contra la decisión del Juzgado Séptimo, pero recurso fue
sobreseído por la Corte Suprema de México. De tal manera, el señor Castañeda
Gutman no pudo lanzarse a las elecciones presidenciales.
(REPARACIONES) La Corte dispone que,
- La Sentencia de Excepciones preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas
constituye per se una forma de reparación.
- El Estado debe, en un plazo razonable, completar la adecuación de su
derecho interno a la Convención, de tal forma que ajuste la legislación secundaria y
las normas que reglamentan el juicio de protección de los derechos del ciudadano de
acuerdo com lo previsto en la reforma constitucional de 13 de noviembre de 2007, de
manera que mediante dicho recurso se garantice a los ciudadanos de forma efectiva
el cuestionamiento de la constitucionalidad de la regulación legal del derecho a ser
elegido.
- El Estado debe publicar en el Diario Oficial y en otro diario de amplia
circulación nacional, por una sola vez, los párrafos 77 a 133 de la Sentencia de
Excepciones preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, sin las notas al pie de
página, y la parte resolutiva de la misma, en el plazo de seis meses contado a partir
de la notificación del fallo.
- El Estado debe pagar al señor Jorge Castañeda Gutman el monto fijado en el
párrafo 244 de la Sentencia de Excepciones preliminares, Fondo, Reparaciones y
Costas, por reintegro de costas y gastos, dentro del plazo de seis meses contado a
partir de la notificación del fallo.
- La Corte supervisará el cumplimiento íntegro de la Sentencia de Excepciones
preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas, en ejercicio de sus atribuciones y en
cumplimiento de sus deberes conforme a la Convención Americana, y dará por
concluido el presente caso una vez que el Estado haya dado cabal cumplimiento a lo
dispuesto en la misma. El Estado deberá, dentro del plazo de un año contado a partir
de la notificación de la Sentencia de Excepciones preliminares, Fondo, Reparaciones
y Costas, rendir a la Corte un informe sobre las medidas adoptadas para la cumplir
com la misma.
(RESOLUTIVO) La Corte decide,
- Desestimar las excepciones preliminares interpuestas por el Estado en los
términos de los párrafos 15 a 67 de la presente Sentencia.
La Corte declara que,

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- El Estado violó, en perjuicio del señor Jorge Castañeda Gutman, el derecho a
la protección judicial consagrado en el artículo 25 de la Convención mericana, en
relación con los artículos 1.1 y 2 de la misma.
- El Estado no violó, en perjuicio del señor Jorge Castañeda Gutman, el derecho
político a ser elegido reconocido en el artículo 23.1.b de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, en relación con los artículos 1.1 y 2 de la misma.
- El Estado no violó, en perjuicio del señor Jorge Castañeda Gutman, el derecho
a la igualdad ante la ley, reconocido en el artículo 24 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, en relación con el artículo 1.1 de la misma.

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